¿Qué significa tener fe

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¿Qué significa tener fe?
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La fe es creer en lo que no se puede ver y guardar la calma cuando todo es turbulento.
La fe no es pasiva; ¡es poner las creencias en práctica!
La fe es oír lo IMPERCEPTIBLE y ver lo INVISIBLE; creer lo INCREIBLE y recibir lo
IMPOSIBLE.
La fe va en contra de las expectativas y condiciones naturales
Tener fe es crear un vacío en el corazón para que lo llene Dios.
Tener fe no es creer simplemente que DIOS puede hacer algo, ¡SINO QUE LO HARÁ!
Con fe, la respuesta no sorprende. Ya se sabía que sucedería.
Tener fe es permanecer en tu puesto cuando todos los demás desertan.
Es quemar las naves para no poder volver atrás.
Es estar dispuesto a pagar cualquier precio.
Es hacer lo que Dios pide hoy y creer que Él hará mañana lo que ha prometido.
La fe es lo contrario del temor.
Tener fe es elegir a Dios a pesar de las demás posibilidades.
Es confiar en la Palabra de Dios y no en lo que te dicen tus sentidos.
Es estar dispuesto a morir confiando.
La fe es como un músculo que se vuelve fuerte y flexible al ejercitarlo.
¿Cuál es la definición de fe? Está en la Biblia, Hebreos 11:1, "Es, pues, la fe la certeza de lo que se
espera, la convicción de los que no se ve".
Jesús es la fuente de la fe. Está en la Biblia, Lucas 17:5, "Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos
la fe". Romanos 10:17, "Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios".
La fe genuina es creer en lo que Cristo ha hecho por nosotros. Está en la Biblia, Romanos 5:1,
"Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo".
La fe es confiar en Dios todo el tiempo. Está en la Biblia, Hebreos 10:38, "Mas el justo vivirá por fe; y
si retrocediere, no agradará a mi alma".
La fe débil puede llegar a ser fuerte con la ayuda de Dios. Está en la Biblia, Marcos 9:24, "E
inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad".
En el Nuevo Testamento, la palabra fe proviene del mismo vocablo que creer. Ambas palabras, creer y
fe, tienen como raíz el verbo peitho, que significa estar convencido. Tener fe quiere decir que uno cree
en algo, que está convencido de ello. El no entender este claro significado de la palabra fe ha causado
mucha confusión. Jesús habló de la fe como parte de lo más importante de la ley (Mateo 23:23), y en la
Biblia se nos dice que sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6). Por lo tanto, es muy
importante que entendamos bien este concepto.
En Hebreos 11 se nos habla de gente que en el pasado tuvo gran fe. A muchos de nosotros nos gustaría
tener la gran confianza que tuvieron todas estas personas, y de seguro nos preguntamos: "¿Cómo puedo
aumentar mi fe?" Lo que de hecho decimos es: "¿Cómo puedo yo estar también convencido (como
estuvo la gente de Hebreos 11) de que las promesas de Dios son verdad?"
Nosotros tenemos que estar convencidos de que Dios cumplirá sus promesas, y para estar convencidos
acerca de cualquier cosa tenemos que probar que tal cosa es verdad. ¡Nuestra fe debe tener bases
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sólidas! Si alguien nos dijera que el próximo año caería un gran meteorito en la ciudad donde vivimos,
y que deberíamos mudarnos a otra ciudad, ¿le creeríamos? ¿Qué si nos dijera que todos los científicos
del mundo estaban de acuerdo? Quizá en algún momento podríamos sentirnos persuadidos, pero
exigiríamos pruebas convincentes. No obstante, aun recibiendo esas pruebas convincentes, de hecho
no podríamos ver el meteorito.
Veamos la definición de fe en la Biblia: "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de
lo que no se ve" (Hebreos 11:1). ¿Nos damos cuenta de que esto es exactamente lo contrario de lo que
creen la mayoría de los que se consideran cristianos? La fe no es un sentimiento. Dios no espera que
nosotros simplemente confiemos sin tener ninguna prueba. La fe se basa en certeza y en convicción.
Así como exigiríamos pruebas de la caída de un supuesto meteorito antes de vender nuestras
pertenencias y mudarnos, así también debemos exigir pruebas antes de entregarnos por completo a la
vida cristiana.
El apóstol Pablo, aun en sus últimos años, continuaba tratando de persuadir a las gentes basándose en
sus propias experiencias, en las experiencias de otros, en las profecías de la Biblia y en la lógica
(Hechos 28:23-24). Nosotros también debemos estar persuadidos y convencidos, porque si nuestra fe
no es más que un sentimiento o una esperanza no podrá resistir las tensiones o los problemas. Para
tener fe debemos creer. Para creer en algo debemos estar convencidos. Y para estar convencidos
debemos someter a prueba cualquiera que sea el asunto de que se trate. ¡Debe ser algo real!
La fe es una dádiva en el sentido de que es necesario que Dios lo llame a uno a fin de que pueda
entender sus caminos; pero, al igual que la salvación que también es una dádiva, nosotros tenemos que
hacer nuestra parte. No podemos decir solamente: "Yo creo", y luego no hacer nada. Tenemos que
escuchar, estudiar y estar convencidos. ¿De qué otra manera podemos entender las reprensiones que
Jesús hizo a sus discípulos por su falta de fe, si era algo que estaba fuera de su control? Notemos lo que
les dijo cuando no creyeron que había resucitado: "Les reprochó su incredulidad y dureza de corazón,
porque no habían creído a los que le habían visto resucitado" (Marcos 16:14).
En seguida mencionamos cinco cosas que pueden ayudarnos a aumentar nuestra fe:
Abramos los ojos y miremos a nuestro derredor
Es mucho lo que la naturaleza nos enseña; sólo un necio dudaría de la existencia de Dios. La
naturaleza no sólo nos dice que hay un Dios, sino que es un Dios de belleza, que es un ingeniero
extraordinario, y que su poder es asombroso.
Estudiemos la Biblia
¡No descuidemos el estudio de la Biblia! La fe viene al estudiar y escuchar la Palabra de Dios
(Romanos 10:14-17). Las cosas que han acontecido recientemente en la Iglesia nos demuestran la
importancia que tiene el mantenernos bien instruidos en la Biblia. Si no conocemos bien nuestra Biblia
y alguien viene con argumentos persuasivos a desafiar lo que creemos, nuestra fe puede desaparecer.
Escuchemos el testimonio de otros
Algo que frecuentemente olvidamos es que los libros clave del Nuevo Testamento son de hecho los
que contienen el testimonio de individuos que estuvieron con Cristo y escribieron acerca de lo que
vieron. Por ejemplo, veamos lo que uno de ellos nos dice en Lucas 1:1-4. De igual manera podemos
utilizar el testimonio de otras personas para aumentar nuestra fe y, por nuestra parte, nosotros también
podemos servir de testimonio a quienes nos pregunten acerca de la verdad.
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Utilicemos el Espíritu que nos ha sido dado
No podemos comprobar estas cosas y luego quedarnos sólo esperando la salvación. Nuestra fe sin, si
no tiene obras, está muerta (Santiago 2:19-22). Si queremos perfeccionar o aumentar nuestra fe,
tenemos que hacer algo con el Espíritu que nos fue dado. Utilicémoslo. De lo contrario, nuestra fe irá
disminuyendo hasta desaparecer.
Pidámosle a Dios que nos mantenga con un corazón sensible y humilde
Quizá este sea el punto más importante de todos. Por lo que podemos ver en la Biblia, aparentemente
el obstáculo más grande para poder creer es un corazón empedernido. Oremos siempre por la
misericordia de Dios y agradezcámosle todo lo que ha hecho por nosotros. Si no estamos
completamente convencidos de que Dios es quien él dice que es, y de que sus promesas son
absolutamente ciertas, no podremos complacerlo. No olvidemos nunca que Dios nos ayudará a reforzar
nuestra fe, ¡siempre y cuando se lo pidamos!
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