DIAG deteccion en ap 84 la ila as co a; 17/9/03 17:27 Página 1 DIAGNÓSTICO Detección en atención primaria del consumo de alcohol L. Ayerbe García-Monzóna, M. Pérez-Piñar Lópezb, L. Díaz Díez-Picazob y O. Salguero Molpeceresb d a Médico Residente de tercer año de MFyC. bMédico Especialista en MFyC. Madrid. España. n A de s, s, ola lrededor de un 10% de la población española tiene problemas por el consumo excesivo de alcohol. Anualmente se producen unas 20.000 muertes por este motivo que, además, constituye en nuestro medio el principal problema de adicción1. Pese a su alta prevalencia es un problema infradiagnosticado, tanto en España como en otros países2. La situación del médico de familia dentro del sistema sanitario, y de la sociedad, es privilegiada para la detección de problemas derivados del consumo excesivo de alcohol. El PAPPS (Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud) considera un consumo excesivo de alcohol el que es superior a los 40 g diarios, o 280 g semanales, en el caso de los varones, y 24 g diarios, o 168 semanales, en el caso de las mujeres1. Asimismo, se considera excesivo el consumo de cualquier cantidad de alcohol en niños, adolescentes y mujeres embarazadas3. Y también el consumo ocasional de más de 80 g en un solo día. – Volumen de alcohol (ml) = Volumen de bebida ingerido (ml) × graduación/100. – Cantidad de alcohol (g) = Volumen de alcohol (ml) × 0,8. En la tabla I se exponen las cantidades de alcohol contenidas en las bebidas que más se consumen. El alcoholismo es un síndrome en el que se dan los siguientes cuatro síntomas4: 1. Deseo insaciable o necesidad compulsiva de beber. 2. Pérdida de control; imposibilidad de dejar de beber alcohol una vez se ha comenzado. 3. Síndrome de abstinencia (náuseas, sudación, irritabilidad, alucinaciones) cuando se deja de beber. 4. Tolerancia: necesidad de beber cada vez más alcohol. El alcoholismo es una enfermedad crónica e incurable en cuya etiopatogenia se sabe que están implicados tanto la carga genética como el ambiente en el que está el paciente4,6. Existe una población con mayor riesgo de desarrollar dependencia del alcohol, en la que se encuentran los siguientes grupos3: – Hijos de alcohólicos. – Ancianos. – Pacientes gastrectomizados. – Personas que usan el alcohol para aliviar dolores crónicos, inseguridad, angustia y depresión. – Pacientes con lesiones cerebrales, enfermedades neurológicas y psiquiátricas y que consumen drogas. – Pacientes con elevada tolerancia al alcohol, que no se “embriagan con facilidad”. La mortalidad asociada con el alcohol sigue una distribución en “J”, de modo que el consumo moderado se asocia con una menor 82 JANO 26 SEPTIEMBRE-2 OCTUBRE 2003. VOL. LXV N.º 1.489 TABLA I Equivalencia de bebidas alcohólicas Bebida Cerveza y sidra (5o) Unidad Capacidad (ml) Cantidad (g) Caña Botellín Tercio o lata Litro Vino de mesa y cava (12o) Chato Vaso de vino Vaso grande Botella Licor de frutas Copa Ginebra, brandy, ron, anís (40o) Carajillo Copa Combinados Whisky (43o) Medio Entero Doble Aguardiente y vodka (50o) Copa 170 200 333 1.000 50 100 200 750 45 25 45 70 40 70 130 45 6,8 8 13,5 40 4,8 9,5 19,2 72 7,2 8 14’4 22’4 13,5 24 44 20,4 mortalidad que la abstinencia absoluta. La mortalidad asciende de forma exponencial conforme aumenta el consumo a partir de un grado moderado2. Algunos autores6 insisten en señalar que entre el bebedor excesivo, sin síntomas de alcoholismo, y el paciente alcohólico no hay solución de continuidad, y por eso estos sujetos deben abordarse como pacientes con un único problema, con diferente gravedad. En nuestro medio están disminuyendo los problemas derivados del consumo diario de alcohol, en favor de los producidos por el consumo ocasional y abusivo (bebedor de fin de semana)1. Este patrón de consumo se da más entre la gente joven, por lo que en los últimos años la franja de edad de mayor riesgo se ha rejuvenecido hasta quedar entre los 18 y los 24 años. Se trata de un problema que afecta más a los varones que a las mujeres, en una proporción de 3 a 1, aunque en los últimos años se ha observado un aumento del consumo excesivo en el sexo femenino2. Los problemas derivados del alcohol son diversos, y abarcan problemas hepáticos, neurológicos, psiquiátricos (un 7% de los alcohólicos se suicidan7), traumatismos (de especial importancia los accidentes de tráfico), personales, laborales, familiares, legales, etc., sin olvidar el elevadísimo coste económico que conllevan. DETECCIÓN DEL BEBEDOR EXCESIVO EN ATENCIÓN PRIMARIA El primer paso en la consulta de atención primaria1,5 para la detección de problemas creados por el alcohol consiste en preguntar a todos los pacientes, al menos cada 2 años, acerca de sus hábitos de bebida. La obtención de esta información debe hacerse con delicadeza, ya que muchos pacientes encuentran ofensiva la pregunta sobre sus hábitos de bebida, pero también debe ser rigurosa. Por (872) DIAG deteccion en ap 84 DIAGNÓSTICO 17/9/03 17:27 Página 2 Detección en atención primaria del consumo de alcohol L. Ayerbe García-Monzón, M. Pérez-Piñar López, L. Díaz Díez-Picazo y O. Salguero Molpeceres TABLA II CAGE: cuestionario breve para el cribado de la dependencia al alcohol ¿Ha tenido usted alguna vez la impresión de que debería beber menos? ¿Le ha molestado alguna vez que la gente critique su forma de beber? ¿Se ha sentido alguna vez mal o culpable por su costumbre de beber? ¿Alguna vez lo primero que ha hecho por la mañana ha sido beber para calmar sus nervios o para librarse de una resaca? Valoración: se considera positivo a partir de dos respuestas afirmativas. CAGE: Chronic Alcoholism General Evaluation. otro lado, no debemos conformarnos con respuestas vagas del tipo “bebo lo normal”. Teniendo en cuenta la alta prevalencia de este problema, debemos sospecharlo ante consultas por otros motivos que pudiesen ser derivados de él. Aunque no hay ninguna determinación analítica indicada como prueba de cribado, la elevación de las transaminanas (GGT y GOT) y el volumen corpuscular medio alto nos deben alertar de un posible consumo excesivo de alcohol. También el consumo de otras drogas se asocia en un elevado porcentaje de casos con el consumo excesivo de alcohol. Por último, el alcoholismo debe formar parte del diagnóstico diferencial cuando se consulta por síntomas típicos del síndrome de abstinencia (temblor, sudación, náuseas, taquicardia, irritabilidad, cefalea, insomnio, alucinaciones, pánico, fiebre, convulsiones)6. Una vez sabemos que el paciente bebe de modo excesivo, se debe llevar a cabo una valoración más detallada del problema, para lo cual, de ser posible, citaremos al paciente dentro de la consulta programada con tiempo suficiente. Debe hacerse una historia clínica completa, caso de no tenerla. En relación con este problema, los antecedentes familiares que más nos interesan son la hipertensión arterial, las dislipemias, la diabetes, la cardiopatía isquémica, los accidentes cerebrovasculares, la muerte súbita y el alcoholismo. De los antecedentes personales, preguntaremos específicamente por la cardiopatía isquémica y sus factores de riesgo, los accidentes cerebrovasculares, el consumo de tabaco y otras drogas, y los tratamientos médicos habituales. Es importante preguntar al paciente desde cuándo bebe en exceso, si lo hace en ayunas, así como por la presencia de náuseas o temblor matutinos, lagunas amnésicas, anorexia, irritabilidad, sudación e ingesta importante o compulsiva. Debemos conocer qué actividades realiza intoxicado y si ha tenido problemas laborales, familiares o accidentes de tráfico. La exploración física debe ser completa y debe incluir la presión arterial, el peso, la talla, la auscultación cardiopulmonar y la carotídea, las palpaciones tiroidea y abdominal, la exploración neurológica y la palpación de pulsos periféricos. Se debe prestar especial atención a la presencia de facies congestiva, hipertrofia parotídea, ictericia, eritema palmar, telangiectasias, hepatoesplenomegalia, ginecomastia, temblor distal, hedor etílico, atrofia muscular, desnutrición, edemas y neuropatías. Si recientemente no se ha realizado ninguna, se debe pedir análisis de sangre con los siguientes parámetros: hemograma, glucemia, colesterol total, colesterol unido a las lipoproteínas de alta densidad, triglicéridos, creatinina, ácido úrico, GOT y GGT. También debe hacerse análisis sistemático de orina y un electrocardiograma para detectar precozmente cardiopatías en relación con el alcohol3. Por último, para clasificar al paciente según la importancia del problema, en primer lugar se debe emplear el test CAGE (Chronic Alcoholism General Evaluation) (tabla II). En caso de que el test CAGE sea negativo, se considerará al paciente bebedor excesivo de alcohol. Si el cuestionario es positivo, se deberá pasar el MALT (Münchner Alkoholismus Test) (tabla III). Si éste es negativo también se considerará al paciente bebedor excesivo de alcohol. Si tiene entre 6 y 10 puntos, debemos seguir de cerca al paciente y considerarlo bebedor excesivo con repercusión. Se debe 84 JANO 26 SEPTIEMBRE-2 OCTUBRE 2003. VOL. LXV N.º 1.489 TABLA III MALT MALT 0 1. Enfermedad hepática (mínimo un síntoma clínico, por ejemplo consistencia aumentada, hepatomegalia, dolor a la presión, etc., y al menos un valor de laboratorio patológico: p. ej., GOT, GTP o GGT; sólo procede cuando se trata de una hepatopatía alcohólica o de origen desconocido. Así, hay que descartar hepatitis viral, hepatomegalia secundaria a cardiopatía congestiva, etc.) Sí/No 2. Polineuropatía (sólo procede cuando no existen otras causas conocidas, p. ej., diabetes mellitus o intoxicaciones crónicas específicas) Sí/No 3. Delirium tremens (actual o en la anamnesis) Sí/No 4. Consumo alcohólico superior a los 150 ml (en la mujer, 120 ml) de alcohol puro al día, al menos durante unos meses Sí/No 5. Consumo alcohólico superior a los 300 ml (en la mujer, 240 ml) de alcohol puro al día, una o más veces al mes Sí/No 6. Hedor alcohólico (en el momento de la exploración médica) Sí/No 7. Los familiares o allegados ya han buscado, en una ocasión, consejo acerca del problema alcohólico del paciente (al médico, asistente social o instituciones pertinentes) Sí/No MALT S 1. En los últimos tiempos me tiemblan a menudo las manos Sí/No 2. Por temporadas, sobre todo por la mañana, tengo una sensación nauseosa o ganas de vomitar Sí/No 3. Alguna vez he intentado calmar la resaca, el temblor o la náusea matutina con alcohol Sí/No 4. En la actualidad, me siento amargado por mis problemas y dificultades Sí/No 5. No es raro que beba alcohol antes del desayuno o el almuerzo Sí/No 6. Tras los primeros vasos de una bebida alcohólica, a veces siento la necesidad irresistible de seguir bebiendo Sí/No 7. A menudo pienso en el alcohol Sí/No 8. A veces he bebido alcohol incluso cuando el médico me lo había prohibido Sí/No 9. En las temporadas en que bebo más, como menos Sí/No 10. En el trabajo me han llamado ya la atención por mis ingestas de alcohol y/o alguna vez he faltado al trabajo por haber bebido demasiado la víspera Sí/No 11. Últimamente prefiero beber alcohol a solas (y sin que me vean) Sí/No 11bis. Bebo de un trago y más deprisa que los demás Sí/No 12. Desde que bebo más, soy menos activo Sí/No 13. A menudo me remuerde la conciencia (sentimiento de culpa) después de haber bebido Sí/No 14. He ensayado un sistema para beber (p. ej., no beber antes de determinadas horas) Sí/No 15. Creo que debería limitar mis ingestas de alcohol Sí/No 16. Sin alcohol no tendría tantos problemas Sí/No 17. Cuando estoy excitado bebo alcohol para calmarme Sí/No 18. Creo que el alcohol está destruyendo mi vida Sí/No 19. Tan pronto quiero dejar de beber como cambio de idea y vuelvo a pensar que no Sí/No 20. Otras personas no pueden comprender por qué bebo Sí/No 21. Si yo no bebiera, me llevaría mejor con mi pareja Sí/No 22. Ya he probado a pasar temporadas sin alcohol Sí/No 23. Si no bebiera, estaría contento conmigo mismo Sí/No 24. Repetidamente me han mencionado mi “aliento alcohólico” Sí/No 25. Aguanto cantidades importantes de alcohol sin apenas notarlo Sí/No 26. A veces, al despertar después de un día de haber bebido mucho, aunque sin embriagarme, no recuerdo en absoluto las cosas que ocurrieron la víspera Sí/No El apartado MALT 0 lo rellenará el médico, y el MALT S, el propio paciente. Valoración: se concederán 4 puntos a cada respuesta positiva del apartado MALT 0, y uno a cada respuesta positiva del apartado MALT S. Orientación diagnóstica: 0-5 puntos: ausencia de alcoholismo; 6-10 puntos: sospecha de alcoholismo o de riesgo; 11 o más puntos: alcoholismo. MALT: Müschner Alkoholism Test. tener en cuenta que un alto porcentaje de estos pacientes se hacen alcohólicos con el tiempo. Si el MALT es positivo, se considerará que el paciente tiene síndrome de dependencia o alcoholismo. Para completar el juicio clínico, además de la clasificación del paciente según la puntuación de los tests, debemos anotar el tiempo de evolución del problema y la presencia de complicaciones somáticas, psicológicas o sociales. Según la clasificación del paciente se actuará de distinta forma: – Se debe reinterrogar cada 2 años a todas las personas que no beben en exceso. – Se seguirá en consulta de enfermería al bebedor excesivo. (874) DIAG deteccion en ap 84 DIAGNÓSTICO 17/9/03 17:27 Página 3 Detección en atención primaria del consumo de alcohol L. Ayerbe García-Monzón, M. Pérez-Piñar López, L. Díaz Díez-Picazo y O. Salguero Molpeceres – Se preguntará al paciente alcohólico si desea abandonar el hábito. Caso de obtener respuesta negativa, se seguirá al paciente en entrevistas posteriores. Si el paciente decide dejar de beber, se abordará la desintoxicación por parte del equipo de atención primaria, con las derivaciones que sean necesarias a salud mental, grupos de alcohólicos y trabajo social. Bibliografía 1. Taboada O, Alberdi Sudupe J, Redactores Fisterra. Guía de Alcoholismo on line [consultada el 1/4/2003]. Disponible en: www.fisterra.com/guías2/alcohol.htm 2. NZZG. Guidelines for recognising, assessing and treating alcohol and cannabis. Abuse in Primary Care 1999. 3. Actuación frente al bebedor excesivo. En: Programa de Atención al Adulto. INSALUD. Dirección de Atención Primaria Área 6, 2000; p. 211-54. 4. National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism. Las preguntas más frecuentes acerca del abuso del alcohol y alcoholismo, 2002. 5. Foxcroft DR, Ireland D, Lister-sharp DJ, Lowe G, Breen R. Primary prevention for alcohol misuse in young people. Cochrane review. The Cochrane Library, issue 1, 2003. 6. Prodigy Guidance. Alcohol: problem drinking, 2000. 7. Foster T. Dying for a drink. Global suicide prevention should focus more on alcohol disorders. BMJ 2001;323:817-8.