poblado Creueta ( Gerona) POR FRANCISCO RIURÓ En los años 1932 y 1933 fueron descubiertos, uno tras otro, en los alrededores de Gerona, cinco poblados prerromanos, cuyas características, parecidas a las de los poblados ibéricos, las detallábamos en un trabajo publicado en el n.o 3 de Victors, revista literaria que se editaba en esta ciudad.1 Entre ellos figuraba el llamado del ctPuig d'en Rovira)), enclavado en la cima - 150 m. sobre el nivel del mar - de la mlina de este nombre, situada en La Creueta, término municipal de Quart, a unos 3 km. de Gerona hacia el sudeste, cerca del ferrocarril de San Felíu de Guíxols a Gerona. Este poblado, que fué el segundo en descubrirse, era ya, anteriormente a los trabajos de excavación realizados durante los cuatro meses Últimos del pasado año y que motivan este trabajo, el mejor conocido arqueológicamente, exceptuando el de San Julián de Ramis - del cual hemos hablado otras veces -, por su proximidad a la capital, centro de l i s actividades de la Sección Arqueológica de la sociedad excursionista G. E. y E. G. primeramente, y después por la Sección del mismo nombre de Acción Católica . Un resumen de los trabajos realizados entonces nos daba el conjunto siguiente : poblado fortificado parcialmente, de cuyos muros de defensa se encontraban al descubierto dos partes muy reducidas, situadas en puntos opuestos, al iniciarse las pendientes de levante y de poniente. Se limpiaron, estos pequeños restos de fortificación, de tierras y matojos; se excavaron hasta los cimientos los de levante y se hicieron algunas pequeñas calicatas. Estas prospecciones dieron gran cantidad de fragmentos de cerámica a torno del tipo denominado de la costa catalana, con fusaiolas y pesos de telar, mucha cerámica a mano, con fragmentos muy bastos y otros bien r . P . Rrrmd, El jhoblament a la cultura ibkrica al Gironds, en Rev. Victors, na, 1936. n.O 3 , Gero- A w ~ u ~ r rV. s - 17 pulimentados y lustrosos; había, entre los fragmentos del Último grupo, algunos con dec:oración de cordones en relieve, asas y pezones de los mismos tipos de tradición más primitiva; un fragmento de cerámica griega de figuras rojas de pirincipios del siglo IV y varios de helenística. Además de la cerámica, fueron hallados clavos, restos de un pilum y otros fragmentos indeterminados cie hierro; piedras de afilar, un fragmento de brazalete de vidrio azul de La Tene y una parte de amuleto de pasta vítrea en forma de cabeza hurnana, de tipo púnico. Mezclados con las tierras donde aparecieron los objetos mencionados, se encontraron gran cantidad de huesos muy fragmentados, de los cuales no podía deducirse casi nada; únicamente se identificaron varios huesos de óvido, unos colmillos de jabalí y un incisivo del mismo animal, que debió ser convertido en punzón, ya que lleva afilada, por ml~diode unos cortes, su parte inferior. .Estas dos especies fueron las únicas conocidas en los primeros trabaj0s.l El conjunto mencionado nos daba la misma fecha que debía aplicarse, cn general, a la cultura ibérica de la costa catalana : siglos IV-111 a. de J. C. No obstante, esta cronología no es admisible para cl total de los materiales que han aparecido en las excavaciones del año 1942, como ya veremos. Para estas excavaciones, que fueron iniciadas en septiembre del pafué escogido sado año y que se prolongaron hasta el 20 de dicie~nbre,~ un sector lindante con la parte de muralla situada más a poniente, en un terreno llano que denotaba; bien, por su carácter artificial, que guardaba restos de construcciones en su subsuelo, aunque éstos no asomasen a la superficie. En dirección este y sudeste, esta región está limitada, cn parte, por el terreno natural, que aflora mostrando algunos bancos calizos, y, por el sur, por una depresión que se extiende en esta Última dirección y por la continuación del mismo terreno en declive hacia el oeste. La depresión mencionada la constituye una larga y ancha zanja producida por la extracción de piedra destinada a un horno de cal que estaba en actividad hacia mediados del siglo pasado. Esta gran zanja divide de norte a sur la parte alta de la colina, exceptuando la pequeña región donde se han practicado T. En ellos colaboraron con nosotros, en las primeras prospecciones, don Carlos de Pdol, y en las segundas, los jóvenes don Miguel Oliva, don E. Rosquellas, don Jorgc Masó, don Rafael Masó, don J . Vila 13urch y don J . M. Ministral. 2. llebemoi: agradecer al propietario de los terrenos, don Juan Prat Baiiserenys, de Gerona. las facilidades que nos ha dado en todo momento, sin las cuales nos hubiera sido imposible realizar estos interesarites trabajos. Las excavaciones fueron subvencionadas por la Comisión de Monumentos H. y -4. dr. la provincia, or nuestro apreciado amigo don Carlos de Palol y, adeU, por una entidad de Barcelona. A &os se debe todo cuanto de estos trabajos sirva para dar un poco más de luz sobre los problemas aun obscuros de la tan compleja cultura ib6rica. Nos han ayudado con gran ~ontusiasmolos jóvenes y buenos amigos nuestros don Miguel Oliva y don Pedro de Palol, en particular el primero, que ha asisticio, siempre de manera incondicional, a los trabajos y ha sido nuestro constante colaborador. Visitaron las excavaciones, en nombre de la Comisión de Monumentos, el Secretario de la misma, don Joaquín Pla y Cargol, y en el (le1 Museo Ar ueol0gico Provincial, su Director, don José Alvarez Sáenz de Bumaga. Hacemos, además, especia mención de las visitas efectuadas por el doctor don Luis Pericot y don J . de C. Serra Ráfols. P EL POBLADO DE LA CBEUETA 119 las extavaciones, que se conservó intacta. De esto se deduce que la mayor parte de los restos del poblado fué destruida en tiempo no muy lejano, quedando los materiales arqueológicos muy destrozados por esta causa, y diseminados, junto con las tierras que se extrajeron, por los alrededores, que en la actualidad son terrenos de cultivo. LAS EXCAVACIONES. - Las constrzccciones : muros y cimientos. Era necesario, en los primeros momentos, hacer un reconocimiento del terreno para determinar los gruesos y profundidades de los estratos arqueológicos y la situación, direcciones y características de los muros que pudieran hallarse. Por este motivo se excavaron unas calicatas seguidas, paralelas a la dirección del muro de defensa ya mencionado y, después, otras perpendiculares a las primeras, en dirección norte-sur. Posteriormente, siguiendo los restos constructivos que aparecerían, se iría extendiendo la superficie excavada, en diferentes direcciones (véase el plano de la figura 1). En las calicatas primeras, en las que ya desde los momentos iniciales aparecieron muros y cimientos, las profundidades conseguidas no pasan de los 70 cm.; en cambio, en las segundas (las que se extienden hacia el sur), a medida que se acercan al terreno natural que aflora más allá, se hacen más profundas, rebasando en algunos sitios los 2 m. En estas partes, algunos de los cimientos de los muros hallados descansan en medio y sobre los estratos arqueológicos, habiendo sido construídos, en este caso, en época más reciente al relleno y nivelación del terreno natural con escombros, procedentes, sin duda, de otra parte más primitiva del poblado. La disposición de los muros es, en general, bastante regular, como puede apreciarse en el plano de la fig. 1, dándonos unas dependencias de planta muy alargada, casi siempre rectangular. En varios sitios encontramos restos de construcciones anteriores. Como puede verse en (A) del plano de la fig. 1, un muro que actualmente está algo inclinado respecto de los otros más cercanos, se asienta sobre el cimiento de otro, sin duda más primitivo, que no corresponde del todo con el superior. Por otra parte, en (A') aparecieron unos cimientos que están a 1'50 m. por debajo de la parte superior de los muros contiguos cuyo coronamiento se presentaba a 20 ó 30 cm. bajo la superficie anterior a las excavaciones. Con lo que se lleva excavado, no podemos decir nada todavia de la disposición general del poblado, de cuyas calles - si existian no se ha hallado ningún resto. Esta incógnita esperamos resolverla en las próximas campañas. . Hay muchas razones para suponer que las viviendas estaban emplazadas en planos distintos, ya que algunas veces han aparecido únicamente los cimientos propiamente dichos, y otras en niveles más bajos, éstos y . EI, . I'OR1,ADO DE LA CKEUETA parte de los paramentos que se habían hallado por sobre el nivel del terreno, lo cual viene manifestado por la disposición más cuidada de las piedras que en conjunto tienen el aspecto de careado (véase lánl. IV, 1). El muro señalado con (B) - (B) en el plano de disposición irregular respecto de los restantes, sería probablemente de límite y contención, ya Fig. 2. - Estratigrafin del poblado de La Creueta. que poco después aparece el terreno natural y la pendiente que corresponde a la parte más elevada de la colina que no tiene trazas de haber sido edificada. Fueron excavadas parcialmente las tierras sobrepuestas al terreno natural al exterior de este muro, siendo los hallazgos insignificantes. Los gruesos de los muros oscilan entre 55 y 75 cm. LOS ESTRATOS Y LOS MATERIALES A R Q U E O L ~ G I C O S . - En los lugares señalados con (C) en el plano, la profundidad considerable de los estratos arqueológicos nos permitió hacer un estudio de la estratificación (véase la fig. 2). Las particularidades de cada estrato son las siguientes: Estrato su$erz'or o $rimero (0'40 - 0'50 m.). - Tierra vegetal con cerámica a torno sin decoración; cerámica a mano con algunos fragmentos que llevan decoración en relieve; cerámica helenística. Estrato segundo (0'30 - 0'38 m.). - La misma cerámica hallada en el anterior y, además, cerámica a torno-con decoración de rayas horizontales de pintura blanca, cerámica griega de figuras rojas, escorias de hierro, huesos de jabalí. En metal (cobre o bronce) muchos fragmentos indeterminados y fíbulas también fragmentadas debido a una fuerte oxidación. Estrato tercero (0'40 - 0'50 m.). - Cerámica a torno corriente, gris y rojiza, sin decoración; cerámica a torno amarillenta con rayas de color marrón y blancas; cerámica a mano, con fragmentos muy finos, algo pulimentados, de tono obscui-o y otros más bastos con decoración en relieve y decoración de rayas verticales o inclinadas incisas; cerámica griega de figuras rojas. Además, aparecieron eri la parte superior lindante con el estrato anterior, varias fíbulas y otros fragmentos de metal; gran cantidad de huesos de jabalí y algunos de óvido, fragmentos de hierro, cenizas y carbones dispersos, barro procedente de las cubiertas, algo cocido, con impresiones de paja mezclada y de ramas; rnuchos fragmentos pequeños de pizarra. Estrato cuarto (0'40 - 0'48 m.). - Las mismas clases corrientes de cerámica encontradas en los estratos anteriores. Igualmente la de rayas marrón y blanco; cerámica griega de figuras rojas y de tipo itálico; una fíbula de cobre o bronce y fragmentos de hierro; un fragmento semicircular de vidrio obscuro. La parte inferior de este estrato está formada casi Únicamente por carbones y cenizas mezclados con los elementos arqueológicos descritos. La parte superior es, casi, estéril. Estrato quinto (0'20 - 0'40 m.). - Abundan poco los elementos arqueológicos, que se componen de la siguiente manera : cerámica a torno sin decoración, cerámica a mano, fina y pulimentada; algunos fragmentos con incisiones verticales, con zigzags y decoración de peines; fragmentos con decoración en relieve; otros de factura muy basta. Fragmentos algo más abundantes con decoración de rayas blancas y obscuras muy bien cocida; otros con rayas blancas y algunos (dos o tres) con rayas obscuras solamente. Un fragmento de cerámica helenística y otros de griega, varios fragmentos de metal y uria mandíbula de óvido atacada por óxido de cobre. Estrato sexto (unos 0'20 m.). - Tierra natural muy obscura y compacta, con balastro; en la parte superior, contados fragmentos de c e r b i c a a torno sin decoración, muy bien cocida, de color amarillento. Se encuentran en casi todos los estratos, además de los elementos mencionados, fusaiolas, piedras de afilar, huesos muy fragmentados, todo lo cual no tiene interés cronológico. Las coriclusiones más principales que sacamos del estudio de los es~ todo el tiempo y períodos que representan, tratos son las siguientes : I . En la cultura se desarrolla de una manera bastante uniforme, con más o menos influencias de otras, según el momento más o menos cercano a cada una de ~ el estrato más profundo ellas, pero siempre con una base inicial. z . En que correspondería al nivel del terreno cuando empezaron a amontonarse los escombros, salen casi únicamente fragmentos de cerámica a torno sin decoración, de un color amarillento y muy bien cocida, que se diferencia en absoluto de la tan conocida grisácea y rojiza llamada de la costa catalana, de la que se encuentran muchos fragmentos en todos los estratos, menos en los últimos. Algunos fragmentos de esta cerámica amarillenta EL POBLADO DE L.4 CREUETA . 123 los encontramos en estratos superiores con decoración a dos colores : blanco y sepia o marrón. 3.a Por su material, algunos estratos son muy dudosos y podrían pertenecer a niveles inferiores en otros lugares del poblado y haber sido trasladados, sobreponiéndose a otros más modernos. Esto, parecen indicarlo algunos fra,gmentos de cerámica griega del siglo v encontrados en niveles elevados, a la par que en el estrato quinto se encontró una base de una pieza helenfstica con barniz negro y decoración impresa o estampada de palmetas, pieza que puede fecharse a finales del IV o principios del 111, por su particularidad de que, al igual que las piezas áticas del IV, tiene en el reverso del pie rayas circulares concéntricas de barniz negro y el resto de la superficie está pintado de un color rojo que desaparece fácilmente. Por el contrario, es muy verosímil que encontremos en el quinto estrato una serie de fragmentos con decoración incisa que nos recuerdan la de la cerámica de los campos de urnas (Iám. VI) - de cuyo tipo han aparecido en la necrópolis griega de Ampurias algunos vasos que se conservan en el Museo Arqueológico de Gerona y que Bosch Gimpera los consideraba de los siglos v-IV -, junto con fragmentos lisos muy pulimentados, casi negros, de los cuales dos tienen decoración de peines, uno de ellos en zigzag. Aunque abunden mucho más en las partes inferiores, de las dos clases de estos fragmentos se han hallado algunos restos en estratos altos. Otras pruebas de esta mezcolanza se nos .han presentado en diferentes partes del poblado donde los estratos no son profundos, sobre todo en lo que se refiere a la cerámica griega, aunque en estos sitios no puede darse a esto demasiada importancia. Los elementos encontrados durante las excavaciones en sitios donde los niveles conseguidos no son profundos, que no los hemos citado todavía y que completan el cuadro de los hallazgos, son, además de casi todas las clases de cerámica ya descrita, los siguientes : algunos fragmentos de cerámica blanquecina, probablemente púnica; dos pies de copa de cerámica a torno lustrosa, de color rosado, bien cocida; molinos de mano de diversos tamaños y uno de rueda. Los primeros se obtuvieron con piedras graníticas rodadas, algunas de ellas muy grandes, procedentes de las márgenes del río Ter, que pasa a unos 4 km. aproximadamente del poblado en el punto más cercano, y también con piedra volcánica muy porosa y negruzca, cuyos puntos más cercanos donde puede hallarse están más allá de la orilla opuesta del Ter, en Sant Dalmay, Domeny, Canet d'Adri, Sarriá de Dalt, etc. El molino de rueda es, también, de esta Última clase de piedra. Se hallaron, además, fusaiolas de varios tipos en abundancia, pesos de telar de sección trapezoidal (la vertical), casi rectangular, grandes, de 12'5 cm. de alto por g x 6'5 en la base y de g x 6'5 x 5 en las mismas partes respectivamente, muy mal cocidos, que se fragmentan fácilmente. Otros utensilios y fragmentos sueltos, sin forma determinada, de la misma piedra volcánica citada; pequeñas piedras rodadas de rio, de medidas que oscilan entre los 4 y 8 cm.; fragmentos pequeños muy abundantes de pizarra - cuyas piezas pertenecerían probablemente a las cubiertas - (debe tenerse en cuenta que el poblado está emplazado en una formación del Terciario, con bancos calizos). Además, escorias de fundición de hierro y algunas de bronce, de cuyo metal aparecieron en (E) del plano bastantes fragmentos en forma dc bolitas irregulares de tamaño muy reducido; gran cantidad de huesos, en su mayor parte de jabalí, alguilos de óvido y bóvido; la mitad de una mandíbula de un carnicero de pequeño tamaño, conejo, etc.; a'lgunos huesos trabajados, entre los cuales figuran un disco perforado o botón; un cstrágalo dc jabalí, con uno de sus lados cortado a bisel; un hueso cilíndrico cortado y rebajado. La presencia de perros está señalada por restos de defecación casi calcinados hallados cn los estratos profundos. En hierro lian aparecido herramientas dc trabajo, ciitrc ellas un fragmento tle hoz, un pequeño escoplo, un cuchillo dc reducido tamaño, bastantes clavos y otros objetos indeterminados (Iáms. IV,2, y v). En bronce y cobre, algunas fíbulas y muchos fragmentos de ellas, varias pequeñas aniIlas, pinzas, un pequeño colgante, destacándose un grupo dc objetos hallados juntos al lado de unos cimientos en (D) del plano, que lo integran una cadenita con anilla, de reducido diámetro, varios estilctes, una fíbula y fragmentos de otras, un pendiente, un tubo inconiplcto y un fragmento de lámina rectangular. Se han recogido, asimismo, algunas valvas dc moluscos marinos y de agua dulce. Entre los pi-imcros hay ejemplares de $ectúnculus y cardium; los de agua dulce son uniónidos, cspecic A nodonta. ESTUDIO DE LOS PRINCIPALES ELEMENTOS Y SU CIIONOLOG~A. - Las fi'butas. - Este elemento arqueológico de primer orden en el campo de la cronología antigua, es representado en nuestro poblado por un interesante grupo cuyas piezas corresponden a un período que va, prob;tblemcnte, desde la primera mitad del siglo v a La Tene 11 (s. 111) (véase grabado fig. 3). Todas son incompletas, y en alguna de ellas falta, precisamcntc, la parte más característica para determinar su cronología. Evolucionan de la siguiente manera: Fíbula n.O I : Con resorte de cuatro espiras a un solo lado, logrado por la prolongación del arco. Se trata, por tanto, de una fíbula de una sola pieza; le'falta toda la parte que corresponde al cierre, rematc e inicio del arco; éste es muy elevado. Fíbula n.O 2 : Tiene resorte a cada lado, de una espira únicamente, con enlace externo; es de una sola pieza; le falta el remate o botón. Fíbula n.0 3 : De resorte también bilateral, de dos espiras con enlace externo, remate que se curva hacia el arco. Fíbula Pig. 3. - Fíbulas de broiice del poblado de La Creueta. n.s 4, 5, 6, 7 y 8 : De remate y botón verticales, perpendiculares al cierre; el arco, en el lado del botón, se dobla bruscamente; las señaladas con los n.a 4 y 5 tienen resorte de espiras múltiples sobre un eje libre del resto de la pieza, y las n.s 6, 7 y 8 corresponden al mismo tipo, pero les falta el resorte y la aguja. La n.O 6 tiene un gran botón circular plano, de remate, que se une en un punto al arco; del mismo tipo es la r1.O 7, que tiene un gran botón y la mitad del arco, faltándole el resto de la pieza. Las de botón pequeño, 11.8 4 y 5 , tienen en éste una hendidura para aplicarle una piedra fina o un trozo de coral. Después, la fíbula n.O g, cuyo brazo, que substituye el remate o botón que tienen las demás después del cierre, se une al arco y está fijado a él por medio de una abrazadera de la misma pieza; el botón se ha convertido en un nudo antes de llegar al arco; le falta el resorte - que sería bilateral, de pocas espiras y unido a1 arco como en las fibulas n.R 2 y 3 - y la aguja. Por último, debemos citar tina fíbula de hierro de tamaño superior n las anteriores; le queda Únicailiente cl arco (muy elevado) y el cierre. La más primitiva (n.o z) tiene el arco inuy elevado, y, aiinque Ic falten elementos de importancia, como el cierre y el remate, posee el resorte de cuatro espiras, unilateral, de cuyo detalle se puede deducir que se trata de una fíbula de tipo del Hallstatt medio y final, de origen itálico, que no se remontará niás allá del siglo V. En cuanto a las dos fíbulas de los n.8 2 y 3, pertenecein al primer período de La Tkne, y las comprendidas en el grupo de remate o botón vertical (de resorte múltiple y libre, n.8 4, 5 , 6, 7 y S), forman un grupo aparte, de evolución diferente, tipos muy parecidos a los de finales del Hallstatt (resorte con eje libre), que se conservan durante un período posterior (posthallstáttico), por lo cual alguna de ellas puede considerarse contemporánea a La Tkne 1. La última (n.o g), es clásica de La Tene 11. Casi todas las fíbulas han aparecido en niveles elevados y cn sitios cercanos a la superficie; por ejemplo, las fíbulas que llevan los n.8 5, 6 y 7 proceden de la parte superior del estrato tercero en (C) del plano. La única que se ha hallado en un estrato relativamente profundo (en el cuarto), y en el mismo sitio, es la que lleva el n.0 8. La fíbula de La Tkne 11 es la que forma parte del lote de objetos de metal hallados en (D) del plano a unos 60 cm. de pr0fundidad.l LA CERAMICA GRIEGA Y HIILEN~STICA. - Esta clase dc cerámica es muy abundante, aunque de gran parte de los fragmentos no se puede deLes Tertres Funkvaires Prkhisfoviques r . Para las fibulas, hemos utilizado : SCHA~FPRR, dans le Fovkt de H'aguenau. Haguenau, 1930.-H. HuBERT. LOS celtas y la cxpansidn cdltica hasta la @oca de LCGT2ne. Trad. (le L. Pericot y M. Montañola, Barcelona, 1941, además de otras obras, como Las Necrdpolis Ibéricas, del Marquks <le Ccrralbo, y varias cle Cabrí.. EL POBLADO DE LA CKEUETA 127 ducir nada en concreto por su pequeño tamaño. Muchos corresponden al siglo IV, algunos de cuyos fragmentos llevan decoración polícroma sobrepuesta. Hay, no obstante, algunos fragmentos, con palmetas y meandros pertenecientes a un kylix, muy característicos del siglo v, uno de los cuales pertenece probablemente a la escuela de Meidias. La cerámica itálica del siglo IV está representada por abundantes fragmentos, casi todos de Apulia. Las formas más corrientes son kylix, crátera (fragmento de boca), skyphos, lekyto aribalístico. En el reverso de varios pies de skyphos, áticos, hay rayas circulares concéntricas y pintura roja, y, en la mayoría de ellos, grafitos incisos con rayas en forma de triángulos grandes y, en la parte inferior a éstos, caracteres ibéricos. La cerámica helenística está representada por varios fragmentos que corresponden a una pátera campaniense, de cuya cerámica se han hallado restos contados. También aparecen fragmentos con decoración floral en blanco y con palmetas y otros motivos estampados en el fondo dc los vasos; y un fragmento con un friso de meandros en relieve muy bajo, dc barniz negro azulado en el reverso. LA CERÁMICA A TORNO PINTADA. - Forma grupo de gran importancia esta clasc de cerámica, cuyos motivos más corrientes son rayas paralelas horizontales. Hay, además, algunos fragmentos con rayas sinuosas verticales, paralelas, formando grupos o en grupos de a dos, casi unidas. Algunas veces la pintura en blanco se ha aplicado sobre un tenue engobe de color gris o sepia que cubre toda la superficie de la cerámica, que es regularmente rojiza (Iám. VIII). Otras veces las rayas de pintura blanca están aparejadas o sobrepuestas parcialmente a franjas de otro color, que varía entre el sepia obscuro y un tono rojizo ; en este grupo hay algunos fragmentos que tienen, también, la supcrficie recubierta de leve engobe. En general, estos fragmentos decorados a dos colores son de una cerámica amarillenta bien cocida, de superficie no muy alisada, cuyo elemento decorativo es, sin excepción, cl de las bandas horizontales. La pintura blanca se aplica incluso en las asas, en el exterior y en el interior de las bocas de los vasos. El origen de esta clase de cerámica que se había encontrado ya en Ampurias, Enserune (S. E. de Francia) y en San Julián de Ramis, no ha sido determinado todavía. En Arnpurias se encontró en los estratos más profundos de la Neápolis, y en San Julián de Ramis en la parte inferior de un testar de más de 2 m. de espesor. En uno y otro sitios los fragmentos hallados han sido pocos, sobre todo en Ampurias, cuya superficie excavada es infinitamente mayor a la que llevamos reconocida en La Creueta. Aquí, esta cerámica abunda en extremo, y por si esto fuera poco, aparece esta otra clase con decoración a dos colores que, hasta este momento era desconocida en absoluto. ¿Cuál es el origen de esta cerámica cuya especial de- 128 ' FRANCISCO R I T T R ~ coración no se parece en nada a la ibérica y que se enlaza, más directamente, con la cultura mixta del sur de Francia? Debe observarse, como detalle de máxima importancia, que no ha aparecido en todo el transcurso de la p:rimera campaña de excavaciones, ningún fragmento pintado típicamente ibérico de las clases tardías corrientes en los poblados conocidos de los siglos IV-III. La cronología de esta cerámica no la podcmos deducir de manera fija todavía, por cuanto aIgunos de los estratos que hemos reconocido de manera cuidadosa están revueltos, y en ellos n~ezcladoselementos de varias épociis. No obstante, se ha observado claramente quc la cerámica con pintura a dos colores es mucho más abundante en los estratos inferiores y está muy relacionada su calidad y cocción perfecta con los escasos fragmentos qu~ese encuentran en el estrato más profundo que no creemos que haya estado removido. Por otra parte, sabemos que la cerámica de rayas blancas se encontraba en los estratos profundos de la Neápolis de Ampurias y en contacto con cerámica griega de los siglos v y IV en Enserune. Creemosl que se debe considerar toda esta cerámica pintada de influencia de la griega arcaica de clase corrientc, de varias procedencias, sobre todo de Focea, que ya anteriormente a la fundación de las colonias más occidentales, llegaba a manos de los habitantes de todo el Mediterráneo occidental, pos los frecuentes viajes de los focenses. LA CERAMICA A MANO Y CLASES PARECIDAS. - Los motivos decorativos son aburidantísimos. Además de los fragmentos que llevan cordones en relieve con impresiones digitales bastante profundas - motivo que es el. más abundante -, hay fragmentos imitando cuerdas,. relieves de sección triangular con impresiones e incisiones hechas con palillo, vcrticalcs e inclinadas, y otros alternando con abultamientos o pezones, relieves ondulados más altos en la parte inferior que en la opuesta. Cordones con escisiones, pezones y abultamiento~scirculares cóncavos, solos y alternados con impresiones con el dedo, pezones ;aparejados y asitas sin perforar; asitas de la misma clase, curvadas; relieves de sección triangular seguida, sin interrupciones; asitas altcrnadas con cordones de relieve muy bajo, con incisiones cruzadas y en forma dc espiga. Estos últimos corresponden casi al grupo de decoración incisa e impresa. Los motivos decorativos de este grupo están constituídos por incisiones seguidas verticales, otras inclinadas, impresiones con cl dedo solas y alternadas con asitas sin perforar y con abultamientos, rayas continuas horizonta,les (éstas, a torno), incisiones e impresiones en zigzag; decoración de peines ondulada y en zigzag con ovas intercaladas. La mayoría de los motivos citados son tradicionales de la cultura eneolítica de las cuevas. La cerámica a mano pulimentada - a cuyo grupo corresponden los últimos fragmentos descritos - comprende los tipos de cerámica de tradición neo- EL POBLADO DE LA CREUETA 129 eneolítica, derivada de la almeriense de color sepia o rojizo, bien trabajada y cocida, que se encuentra en otras estaciones anteriores próximas, y una cerámica negra muy compacta, a veces finísima, muy bien elaborada - algunos de cuyos fragmentos son a torno - de factura muy diferente a simple vista de la anterior, de tradición sin duda hallstáttica, que se manifiesta además en la forma bicónica de varios fragmentos de este grupo y también en la decoración de otros de este tipo, de peines en zigzag y líneas seguidas. Por otra parte, esta influencia se aprecia en la decoración en zigzag de los trozos sin pulimentar ya mencionados anteriormente. Los fragmentos con decoración de peines nos recuerdan la cerámica del Asia Menor, particularmente de origen foceo y eolio, de los siglos VI y anteriores, frecuente, e incluso con imitaciones, en el sudeste dc Francia (Provenza), en especial en la región marsellesa.l DEDUCCIONES Y COMPARACIONES CRONOL~GICAS. - ,Las caractcrísticas más particulares de nuestro poblado que se han manifestado en esta primera campaña son su mal estado de conscrvación, la completa fragmentación de la cerámica y la falta de piezas enteras o que conserven todas sus partes integrantes, habiéndose hallado en perfecto estado únicamente piezas pequeñas como fusaiolas, una cuenta de vidrio, un botón de hueso y algunas piezas de piedra cuyas características permitían más fácilmente su conservación, y su traslado era más difícil. Decimos traslado por cuanto dc todas las particularidades observadas durante los trabajos, se deduce que el poblado fué abandonado poco a poco, hasta que no quedó en él nada que fuera de mínima utilidad. La falta de huellas de incendio en los estratos superiores nos demuestra que no fué abandonado precipitadamente por este motivo, que es tan frecuente en los poblados que alcanzaron el último cuarto del siglo 111 y principios del 11; nuestro poblado estaba, sin duda, abandonado ya cn este momento. La cerámica más moderna de tipo campaniense es escasísima, igualmente que otras clases dc cerámica de procedencia itálica de la misma época, que son frecuentes en otras localidades, como ánforas cilíndricas de boca plana y otros tipos característicos. Otro dato sumamente importante del que ya hemos hecho mención en otro sitio, es la falta absoluta de cerámica ibérica pintada, de clase y decoración tardía, que se halla en reducidas proporciones en poblados cercanos (San Julián de Ramis y algunos del Ampurdán, e incluso en Ampurias). Es interesante hacer un resumen proporcional de las diferentes clases de cerámica halladas, ya que de ello se pueden deducir detalles importantes: Cerámica a torno. - La que más abunda es la cerámica lisa, sin deT. Vease P. JAC~USTIIAI,y E. NBUFFER, Gallia Grncra. Recherrhes szrr I'ellLnisntio~r de la Provenre. P r e h i s t o ~ r e11, fase. 1, París, 193.3 130 FRANCISCO R I U K ~ ) coración de ninguna clase, del tipo llamado cde la costa catalana)); muy abundante es, también, la decorada con rayas blancas (algunos fragmentos con engobe obscuro); algo menos abundante, la griega; menos que ésta, la decorada con rayas blancas y obscuras (también algunos fragmentos con engobe). Después, la helenística, la lisa de color amarillento, ánfora cilíndrica, de forma helenística y del mismo barro de la ibérica; en menos proporción, la ca~npaniensey la de pasta blanquecina, probablemente púnica. Hay, también - aunque muy pocos, - fragmentos de ánfora helenística del siglo IV, de borde triangular, un pequeño ungiientario de barro, ánfora de boca plana. y cuerpo cilíndrico, contados restos de ánforas estriadas, dolium (dos fragmentos), dos bases de copa de cerámica de un color entre rosado y amai-illento, lustrosa, muy bien cocida, que pueden considerarse como cosa exCltica en esta estación. Cerámica cz mano. - Corriente, sin decoración de ninguna clase, menos abundante que la hecha a torno, de tipo de la costa catalana - aunque muchos de estos fragmentos pueden pertenecer a partes sin decoración de vasos decorados -; con decoración de relieves, algo menos; viene a continuación la que lleva incisiones e impresiones en la superficie, y la lisa con pezones o asit;as sin perforar; menos aún, la alisada y la pulimentada sin decoración, de color marrón o sepia, y en cantidad inferior todavía. la negra pulimentada de tradición hallstáttica, y, finalmente, tres fragmentos con decoración de peines. Como en todos los poblados cercanos y en la mayoría de los restantes ibéricos, aparecen los enigmáticos discos recortados en cerámica a torno, a mano e incliuso en cerámica griega, cuya utilidad o aplicación no es conocida todavía,. Tenemos un precedente más primitivo dc estos discos recortados en el fragmento con acanaladuras y zigzags, dc cerámica probablemente del círculo de la cultura lusaciana, según S. Vilasecal encontrado en la cueva de La Dou, en Arbolí (Tarragona). Ya hemos visto, cuando hemos hablado de la cerámica griega, quc, según ella, el momento más lejano de la vida de nuestro poblado puede colocarse dentro la segunda mitad del siglo V. En cuanto a las fíbulas, es posible que alguna de las de tipo Hallstatt final-posthallstáttico, pertenezcan al siglo v, aunlque no podemos asegurarlo de manera categórica, por cuanto hay fíbulas de este tipo que son coetáneas de La T&ne 1. No obstante, tenemos la fíbiula señalada con el n.O 1, de características más primitivas, de tipo del Hallstatt medio y final, que puede remontarse incluso a la primera mitad del mismo siglo. Si pudiéramos servirnos con seguridad absoluta de la estratificación Les coves dlAvboli, en el Butlleri Avqueolbgic de la Societat AvqueoldI . Véase S. VILASECA. gica Tarraconense, n.0 49. Ei, POBLADO DE LA CKEUETA 131 de las partes donde se llegó a la máxima profundidad, (C) del plano, podríamos asegurar que la fecha inicial podría remontarse aún a un momento más alejado, ya que los elementos que nos dan la fecha mencionada se encuentran en niveles elevados. Entonces podríamos situar en una fecha anterior, la cerámica de rayas blancas y obscuras y, aun más, la cerámica amarillenta sin decoración y de cocción perfecta, que se halla en el estrato más profundo. No podemos, no obstante, tener confianza absoluta en la estratificación, por cuanto en uno de los estratos inferiores fué hallado - como hemos dicho ya anteriormente - un fragmento helenístico con una palmeta estampada. Por lo que respecta a esta cerámica de rayas blancas y obscuras que se encuentra siempre en mayor abundancia en las capas inferiores, le &paremos provisionalmente, como fecha máxima, la segunda mitad del siglo V, si bien puede perfectamentc continuar su uso durante los principios del IV. La de rayas blancas empezaría al finalizar el v y perduraría durante todo el IV, cuyas fechas, para esta última clase, pueden apoyarse, además, en los hallazgos de las capas profundas de la Neápolis de Ampurias . y de Enshune, en cuyas estaciones es de notar la ausencia de la bicolor. Se habrá observado que desde el principio hemos prescindido de atribuir a la cultura de este poblado el carácter de cultura ibérica genérico, aplicado a todos los poblados de esta época aproximadamente. La nuestra, se trata de una cultura que no tiene personalidad propia bien marcada, que está compuesta por un complejo conjunto de influencias culturales de diferentes épocas, venidas de todas direcciones, probablemente más intensas las venidas del Este, las griegas -algunas que son sin duda un recuerdo de lo arcaico - y las helenísticas, conservando, empero, la tradición de los pueblos aborígenes que en el eneolítico y principios del bronce presentan ya una cultura compleja ((prestadas, formada, por la adopción de elementos absorbidos, de otras culturas; es, sin duda, la persistencia de un pueblo - el llamado pirenaico - que ocupa aproximadamente, a través de todas las épocas, desde el epipaleolítico probablemente, los mismos terrenos, y que nunca ha poseído una cultura netamente personal bien desarrollada. Quédanos Únicamente para decir que esperamos que todos los problemas que han quedado pendientes de solución y estos a los cuales hemos dado una solución provisional, podrán resolverse en la segunda campaña que corresponderá al presente año de 1943. 1:1 poblado tlc I A ~C'rczrcfn 1, . \ s l ) ~ ~ (le t o la coliiia (le I,:r C'reii-tta al iiiiciarse In.; esc;i\~:iri~~iic.s 2 , Vista ~>:~rcinl tle los esca\.ncioties. Ol~jetustle Lruiice y liierru.