Un análisis económico y crítico del uso de gases lacrimógenos

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Un análisis económico y crítico del uso de gases lacrimógenos como reacción a
la protesta social
Pascual Cortés Carrasco
Abogado, Universidad de Chile
Siendo la regulación del uso de gases lacrimógenos en Chile un problema escasamente
tematizado por la academia, se propone un modelo de análisis de los costos y beneficios de
este mecanismo de disuasión de la protesta social. Se intentará defender la tesis de que,
realizando un análisis que sea capaz de develar todos los factores involucrados, los costos
sociales son mayores a los beneficios del uso de este mecanismo de disuasión, relevando que
se produce un notorio desplazamiento de los costos del resguardo del orden público desde el
Estado hacia los particulares. Se pretende complementar así la crítica que hasta ahora se ha
formulado al uso de este mecanismo, fundado principalmente en la afectación al derecho a la
salud de los manifestantes y la tensión con el derecho a la protesta.
Como lo hace notar cierta literatura reciente, las protestas sociales que han tenido
lugar en nuestro país durante los últimos años han visibilizado importantes demandas
ciudadanas. No obstante, estas formas de movilización social han sido capaces de mostrar
también cuáles son y cómo operan los mecanismos de respuesta estatal para el resguardo del
llamado “orden público”. Con dicho objetivo, el uso de gases lacrimógenos ha sido empleado
sistemáticamente como mecanismo de dispersión y represión de movilizaciones y protestas.
Una particularidad de esta herramienta es que es capaz de esparcirse rápidamente por el aire,
afectando su utilización no solo a los manifestantes, sino también a trabajadores, transeúntes,
menores de edad, adultos mayores, residentes, entre otros. Esta circunstancia, junto con el
uso desproporcionado y arbitrario de los gases lacrimógenos ha provocado contundentes
críticas desde organismos de la sociedad civil e instituciones nacionales e internacionales de
derechos humanos. De aquí se deriva un diagnóstico que este trabajo comparte, a saber, que el
uso de gases lacrimógenos produce una tensión relevante con los derechos fundamentales de
los ciudadanos, requiriéndose una urgente regulación del actuar policial frente a la protesta
social. Este fenómeno daría cuenta, por lo demás, de una situación general de la regulación de
la función policial que podría calificarse, como lo han llamado algunos autores, de
“excepcionalismo democrático” de la policía.
Este trabajo pretende plantear, junto con una revisión general de la regulación del
mecanismo, la pregunta por el bien que se buscaría “eficientizar” mediante la utilización de
gases lacrimógenos como reacción a la protesta social. Entendiendo que, en general, el bien a
proteger es el resguardo del orden público en el contexto de la protesta ilegal, cabe
preguntarse también qué otras variables entrarían en juego para así poder analizar la
idoneidad del mecanismo. De este modo, se intentará describir un modelo de análisis que
permita incorporar variables tales como la afectación de la salud de los manifestantes, la
creación de externalidades negativas para terceros residentes de los sectores donde se han
utilizado gases lacrimógenos, la estigmatización de la protesta y las alternativas no utilizadas
que ofrecen diversa distribución de costos.
Por una parte, el trabajo intenta ofrecer un modelo de análisis que permita
complementar y complejizar el análisis que tradicionalmente se hace de actuaciones de los
Órganos de la Administración del Estado. Por otro lado, se intenta sostener que el uso de
gases lacrimógenos como reacción a la protesta aparece como un ejemplo claro donde la
actuación de un órgano público –Carabineros de Chile, en este caso– genera no solo una
tensión con derechos fundamentales de los ciudadanos sino que además problemas de
ineficiencia o de injusticia distributiva.
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