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PARTICIPACIÓN
Y
COMUNIDAD
IMPEDIMENTOS Y POSIBILIDADES.
EDUCATIVA :
CONTRASTES,
Dra. Ibis M. Álvarez Valdivia
Universidad Central de las Villas
Tratar de lograr que en cada centro escolar se instaure una comunidad educativa puede ser hoy día una
aspiración de máxima prioridad en cualquier institución que marche junto al progreso. Sin embargo la
mayoría de las referencias al respecto indican que los resultados que se alcanzan todavía están lejos de los
deseados y que tal propósito no consigue encauzarse porque en la práctica continúan existiendo limitaciones
objetivas y subjetivas que impiden el adecuado funcionamiento de lo que debería ser una comunidad
educativa.
La primera cuestión que nos parece imprescindible referir para aportar algunas reflexiones es el propio
concepto de la comunidad educativa. Por este se entiende aquel espacio físico, social y cognitivo-afectivo que
se define en la naturaleza de las "relaciones educativas" que se establecen o se han de establecer, entre los
distintos individuos, grupos o sectores que concurren en el centro escolar como agentes interventores
facilitadores en/del proceso de formación que tienen encomendados las instituciones educativas en nuestra
sociedad (Pérez Pérez, 1993).
Evidentemente existen tres términos claves ESPACIO - RELACIONES y AGENTES CONCURRENTES a
través de los que el autor configura el concepto.
Particularmente el espacio constituye el elemento esencial a partir del cual se configura el concepto,
haciéndose referencia a su determinación en función de las relaciones que se establecen entre los individuos,
grupos o sectores que acuden a este espacio en función de agentes facilitadores del proceso de formación y
crecimiento que tiene lugar en él, por lo que el autor decide definir la calidad de las interacciones que han de
establecerse para estos fines como una "relación educativa", es decir, relaciones que están a favor de los
objetivos de la educación.
En el concepto de espacio se pueden distinguir tres dimensiones básicas: el espacio físico, el espacio social y
el espacio psicológico. Para realizar nuestro análisis del tema nos pareció conveniente comenzar precisamente
por la ampliación de este concepto.
El espacio físico: estaría determinado por los límites geográficos y topográficos que determinan la posibilidad
de relación y que varían según circunstancias, momento y situaciones (aula, escuela, barrio, ciudad...).
Cabría preguntarnos ¿ Qué circunstancias, momentos o situaciones son las que hacen variar, determinan los
límites o hacen posible el funcionamiento de la comunidad educativa?
Proponemos seguir avanzando en la ampliación de la definición del espacio, abriendo todas las interrogantes
posibles y tratar al final de ofrecer algunas respuestas a éstas desde nuestro punto de vista.
El espacio social hace referencia a personas, grupos humanos, instituciones sociales, que desde un espacio
físico determinado establecen una relaciones específicas ( casa- familia, escuela- compañeros, profesores,
orientadores, director; aula- profesor, alumnos; ciudad- instituciones deportivas, culturales etc.).
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¿ Qué condiciones determinan que las personas, grupos o instituciones establezcan relaciones que funcionen
a propósito de la comunidad educativa ?
El espacio psicológico queda determinado por el espacio cognitivo- afectivo y definido por las relaciones de
"comprensión", lenguaje, conocimientos, espacio cultural, perspectivas, percepciones, afinidades, simpatías,
antipatías, empatías, etc, que componen no sólo una sintonía intelectual sino también afectiva, de sentirse
identificado, amparado y defendido en una relación recíproca.
Desde nuestras referencias añadiríamos la dimensión que determina la voluntad en el espacio psicológico, por
lo que en lugar de espacio cognitivo- afectivo, hablaríamos de un espacio cognitivo- afectivo- volitivo, por
cuanto nos parece que el propio concepto de comunidad educativa, más que a la identificación o comprensión
racional-emocional, apunta hacia la necesidad de una disposición de esfuerzos comunes mantenidos para el
logro de unos fines compartidos.
La pregunta que nos haríamos sería la siguiente ¿ Cómo conseguir las relaciones de comprensión e
identificación que supone la comunidad educativa?
La respuesta a cualquiera de las tres interrogantes planteadas puede enunciarse desde la PARTICIPACION
y más que a la propia participación en sí misma habría que referirse a que se entendería por participación y a
las alternativas de participación que darían lugar a la conformación y funcionamiento de la comunidad
educativa tal como se concibe en los modelos actuales ( Pérez Pérez, 1993 ). La participación se considera
como un continuo que refleja distintos grados de acceso a la toma de decisiones o también es entendido como
una estrategia de intervención en la organización. Básicamente participar es compartir objetivos, métodos de
trabajo y decisiones en equipo. Es comprometerse crítica y constructivamente en una tarea común. (Sáenz, O.
1985).
Para varios críticos no queda claro aun que es la participación y se afirma que la comunidad educativa está
muy poco acostumbrada a ella (Franco Martínez,1989:12),..."en algunos ambientes casi no se le conoce; se
encuentra ausente... En ciertos centros existen muchas dificultades que no se han logrado superar...Ese punto
de encuentro de los distintos sectores implicados en la educación no está localizado del todo; ...las
expectativas que nacieron al amparo de la participación, de mejorar la calidad de la enseñanza o de crear una
auténtica comunidad escolar están por cumplimentarse aún". Este autor además se refiere en su análisis a
algunos factores de la propia concepción de la organización escolar que no facilita o pone barreras a la
participación.Estos planteamientos referidos a la insatisfacción con la gestión participativa no proviene sólo
de los críticos, también de los profesores, padres, estudiantes, es decir, de todos los que desean participar.
¿ A qué puede tal actitud desde los individuos u organizaciones ?
La participación efectiva presupone una aspiración del individuo a la integridad y la dignidad, al tiempo que
una capacidad para tomar la iniciativa. Pocas palabras trasmiten con tanta intensidad la aspiración del
individuo a ser escuchado en la toma de decisiones, la renuncia a aceptar papeles excesivamente limitados;
sugiere la pretensión de las personas a influir sobre las decisiones que configuran su entorno y vidas, a la vez
las aspiraciones por conseguir la igualdad y la negativa a aceptar posiciones marginales o un estatus
subordinado.
Como afirma Botkin (1979:53), mientras que el derecho a participar puede "darse por supuesto", ni la
participación, ni las responsabilidades y obligaciones que supone pueden "darse" o traspasarse. La participación real es voluntaria, la obligatoria,por el contrario parece ser contrapudecente.
Frecuentemente nos encontramos que se concreta la participación en la resolución de problemas, a pesar de
que muchas soluciones suscitan problemas más graves de los que se resuelven. La participación efectiva, no
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obstante, radica mucho más en alcanzar una comprensión común de los problemas. Las soluciones se vuelven
más evidentes, cuentan con un mayor respaldo, pueden ser fácilmente instrumentadas y no generan por lo
general, repercusiones no deseadas. El intento de comprender un problema en común genera también menos
conflictividad al permitir una participación más significativa que si saltáramos a soluciones previamente
elaboradas, cuyos autores se ven entonces en una posición difícil. La participación creadora pone de relieve la
detección, la percepción, la formulación y la comprensión común de los problemas, no limitándose a su mera
resolución. (Botkin, 1979).
Desde este punto de vista la acción organizativa de la institución escolar es vista como un emergente o como
un resultado de la interacción social entre los individuos, es el espacio delimitado y regulado en el tiempo por
la organización. Por lo tanto para entender esta acción debemos conocer sus bases psicosociales, y esto
significa acercarnos a los esfuerzos que individuos y grupos realizan para dar sentido a sus propias acciones, a
la de los demás y a la organización en su conjunto.
Hay una exigencia casi universal de una participación mayor a todos los niveles. Por otro lado se precisa de la
interacción social inherente a la participación para lograr la armonía o consenso esencial que requiere la
puesta en práctica de una solución dada.La participación es un aspecto asociado a un tipo de organización
social que es la democracia. Llevado al ámbito organizativo tiene su primera concreción en la organización el
centro.
En el informe al Club de Roma se proponen la participación como rasgo esencial del aprendizaje innovador,
argumentando que el derecho a participar guarda estrecha relación con el derecho a aprender..."Los
individuos aprenden mediante la participación e interacciones con la sociedad y esta aprende gracias a la
participación de los individuos y grupos en sus actividades (Botkín, 1979:55). Este planteamiento argumenta
el razonamiento antes presentado referido a la necesidad de enseñar a participar y aprender participando. La
participación efectiva ensancha y enriquece los contextos que trae a colación y por consiguiente, fomenta una
comprensión más amplia.
Este concepto entendido así implica cooperación, diálogo, comunicación, reciprocidad y empatía. Por tanto
participar es algo más que limitarse a compartir formalmente las decisiones, es una actitud no sólo para
mantener la comunicación entre los que participan sino para comprobar constantemente la validez de las
normas y valores propios rechazando los que se han vuelto obsoletos en las actuales circunstancias y
atendiendo a la necesidad de responder al progreso y al cambio social en que se inserta cualquier comunidad
u organización.
Con vistas a evitar los riesgos que implica tanto lo uno como lo otro en la organización escolar a favor de la
participación de la comunidad educativa, es esencial desarrollar la capacidad en todos sus integrantes de
comparar diferentes contextos y reconciliar sus conflictos. A través de la comunicación los contextos
individuales se confrontan, comparten, amplían y cambian. De ahí la importancia de la interacción, que nos
permite trascender el significado individual, reconocer intereses comunes más amplios y asegurar que se de
una flexibilidad. Cultivar la comprensión aisladamente puede llevar a creer en la verdad local, que acaba
siendo contraproducente y quedándose rápidamente anticuada; e ignorar los contextos de otros engendra
normalmente el peligro de incurrir en estrechez de miras y en una falsa sensación de seguridad (Botkín,
1979).
Para que la participación sea eficaz se requiere que quienes tienen poder no interfieran en el aprendizaje
innovador. El aprendizaje anticipador frente a un aprendizaje de mantenimiento (adaptativo) prepara a las
personas para al utilización de técnicas como la predicción, simulación y prospectiva de modelos futuros, las
estimula a considerar tendencias, hacer planes, evaluar futuras consecuencias y posibles efectos secundarios
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perjudiciales de las decisiones tomadas. Mientras que la adaptación indica un ajuste reactivo a una presión
externa, la anticipación previene futuras contingencias, a la vez que considera futuras alternativas a largo
plazo.
Para ilustrar el valor que consideramos que tiene el planteamiento participación -anticipación, mostraremos
en el cuadro siguiente los aspectos que distinguen al aprendizaje de mantenimiento frente al innovador
(anticipativo), teniendo en cuenta la posibilidad que tienen los centros de estimular este último desde sus
estructuras y en sus interacciones en el contexto amplio que implica la Comunidad Educativa.
APRENDIZAJE DE MANTENIMIENTO VS APRENDIZAJE INNOVADOR.
APRENDIZAJE
MANTENIMIENTO
POR APRENDIZAJE INNOVADOR
ORIGEN
Ajuste reactivo a presiones externas.
OBJETIVOS
Asimilar procedimientos probados para Orientación preparatoria de posibles
resolver una serie de problemas ya contingencias
considerando
vividos y recurrentes.
alternativas a largo plazo.
TAREAS
Definir, seleccionar y aislar una Definir y agrupar un
problemática dentro de un gran laberinto pertinente de problemas.
de interrelaciones.
RITMO
Aprendizaje violento, adaptación a la Aprendizaje progresivo, actividad y
realidad.
transformación de la realidad
ATRIBUTOS
DEL PROCESO
Análisis basados en criterios, métodos y Síntesis e integración
reglas fijos.
ampliación de horizontes.
FINES
Resolución de problemas en planes
restringidos
y
procedimientos
convenidos con tareas y objetivos bien
definidos.
RESULTADOS
Preserva un sistema vigente de un modo Aporta cambios,
de vida establecido.
reestructuración
VALORES
Constantes,
que
reconocimiento.
gozan
Predicción, simulación y prospectivas
de modelos futuros.
conjunto
sobre
la
Planteamiento y/o reformulación de
problemas, considerando tendencias,
haciendo
planes
para
futuras
consecuencias y efectos secundarios.
de Mudables,
contextos.
renovación
disonancia
entre
y
los
ESTIMADOS
No se expresan o se ignoran los valores Confrontación
individuales.
intrínsecos.
de
los
valores
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BASES PARA
Experiencia práctica
(Problemas vividos).
APRENDER
del
pasado. Imaginación del futuro en base a
datos
demostrables.
(Posibles
contingencias)
PARTICIPACIÓN
El sujeto por detrás de
acontecimientos. ( Alienación )
PODER
Centralización
Autonomía
RESPUESTA A
Incapacidad para reconciliar rápidamente
los conflictos de valores que pueden
llevar a la pérdida de la dignidad humana
y la imposibilidad de realización
personal.
La tensión creada para seleccionar
entre los múltiples valores actúa de
catalizador del aprendizaje, dando
lugar a la autorrealización, elevando
la dignidad y la libertad personal.
SITUACIONES
DE CRISIS
los El sujeto vive o pronostica los
acontecimientos. ( Integración )
A su vez la participación entendida en los términos explicados implica la manifestación de dos cuestiones
fundamentales que forman parte de los ideales de vida de cualquier individuo, grupo o instituciones: la
integración y la autonomía. La autonomía es la capacidad de formular los juicios y las decisiones necesarias
para actuar con independencia y libertad personal. Facultad a quien compete tomar decisiones para explicar
los imperativos externos e insertarlos en una representación más congruente de la realidad que sirva de
fundamento para la resolución que se adopte. Proporciona las bases para no dejarse abatir y es a su vez la base
de la autorrealización. Un comportamiento autónomo de los individuos o de las organizaciones deriva de
desarrollo del sentido crítico en la educación y aumenta la capacidad para controlar la creciente complejidad e
incertidumbre.
Por sí sola la autonomía corre el riesgo de incurrir en el localismo, estrechez de miras y aislamiento. Por otra
parte es necesario también la afirmación del derecho del individuo a pertenecer al todo, pudiendo
incrementar la capacidad de participar en relaciones humanas más amplias, cooperar en pos de fines comunes,
establecer vínculos con otros, comprender sistemas más grandes y ver el todo del que forma parte. Tal es lo
que se entiende por integración que sería el concepto que complementa la postura y las actitudes que se
requieren mostrar a favor del desarrollo de la comunidad educativa. Es falso suponer que la autonomía
aumenta la integración o viceversa y la incapacidad de pensar al mismo tiempo en ambas tiene consecuencias
perjudiciales. Otro aspecto importante de la integración en relación con la participación es la capacidad que
supone, para entender las interconexiones e interrelaciones de los problemas, capacidad de buscar y participar
en nuevas interdependencias, de estar abierto a nuevas formas de participación, de someterse a prueba por la
lógica, normas e intereses de otros sistemas y personas, la percepción de intereses comunes y la renuncia al
egoísmo.
A través de la interacción se logra la conformación de un núcleo básico integrado en un amplio espacio, en el
que coinciden la dimensión física, social y psicológica, claramente limitadas y autónomas pero integradas en
un todo que constituido por un espacio común más o menos amplio define a una comunidad educativa
concreta. Existe siempre la posibilidad de crecimiento y proyección en el espacio que potencialmente tienen
cualquier comunidad y por supuesto los limites quedarían dependiendo, como hemos argumentado, de la
posibilidad de participación que se construya desde el esfuerzo y la innovación de sus miembros, siempre que
las condiciones permitan la integración y autonomía de las partes.
Con la intención de responder a las interrogantes abiertas en la valoración de la determinación de los espacios
que implica el desarrollo de una comunidad educativa presentamos, además de lo expuesto, una síntesis que
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contrasta en un cuadro comparativo las direcciones por las que pueden quedar limitados los espacios dando
lugar por supuesto a diferentes actitudes de participación. (ver cuadro 2 en la pág. siguiente).
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Cuadro 2. Determinación de los límites espaciales en el contexto escolar : consecuencias para la participación de la comunidad educativa.
LÍMITES GEOGRÁFICOS Y TOPOGRÁFICOS
Abiertos y proyectados al ambiente que
rodea al centro
Delimitados por la organización y
estructura tradicional
PARTICIPACIÓN
INNOVACIÓN Y
CAMBIO
ALIENACIÓN
RUTINA Y
ESPACIO SOCIAL
Interacción en direcciones diferentes
compartiendo derechos y deberes
socio- educativos
INTEGRACIÓN Y
AUTONOMÍA
Interacción en direcciones determinadas
por jerarquías con estricto respeto a sus
deberes y derechos
DEPENDENCIA Y
AISLAMIENTO
ESPACIO PSICOLÓGICO
Estilos cognitivos
Regulados por
pautas externas,
conservadores y
contingentes
autorregulados
y creativos
Afectividad
Acentuación de
necesidades
intereses
particulares
Percepción de
objetivos y
metas comunes
Voluntad
Pobre identidad de
metas. Limitados
recursos para
fines comunes
Percepción mutua de
necesidades intereses
y expectativas comunes
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Aprendizajes
formales y
temporales
Aprendizajes
funcionales
innovadores
permanentes
Apatías,
celos,
antipatías,
competitivad
Empapatías,
Afinidades,simpatías,
relaciones de ayuda y
cohesión
Pereza, logros
fugaces, pesimismo
y descontrol
Esfuerzos,
logros constantes,
optimismo y autonomía.
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Como puede apreciarse en el cuadro los límites o la capacidad del espacio pueden ser
diferentes, sin embargo es evidente que sólo aquellos espacios que son flexibles y abiertos son
los que permiten la participación.
En resumen, la primera conclusión que enunciaríamos sería la siguiente:
La comunidad educativa es un espacio de participación y anticipación concebido para la
integración y la autorrealización de sus miembros.
La pregunta pendiente sería: ¿ Cómo conseguir el modelo cultural de participación?
Podría suponerse que la conformación de la estructura atendiendo a ciertos criterios de calidad
en favor de la participación, fuera suficiente para regular por sí sola los mecanismos concretos
de participación que en cada centro escolar se ponen en marcha. Sin embargo a esto también
contribuye aspectos organizativos como la cultura, el ejercicio del liderazgo dentro de la
organización, la profesionalidad y el interés de los propios miembros por participar.
Aunque cualquiera de estos aspectos podría dar lugar a interesantes y críticas reflexiones,
tomemos como punto de partida el concepto de cultura, siendo este un término que va
adquiriendo un notable protagonismo en las referencias a la organización de las instituciones
actualmente.
Se trata en cualquier caso, de un concepto ambiguo semánticamente, por lo que su extensión
puede ampliarse hasta abarcar buena parte de las dimensiones que constituyen una institución
o bien restringirse para reducirse a una sola de tales dimensiones. Pérez Gómez (1991), citado
por Pérez Pérez (1994), define la cultura como un conjunto de significados, actitudes y
comportamientos compartidos que tienen como referente un espacio físico, temporal y social,
desarrollados, mantenidos o cambiados por los grupos de personas como resultado de sus
aprendizajes, percepciones, experiencias, interacciones sociales y adaptación, integración e
intercambio con el mundo natural.
Este planteamiento de la cultura, como explica su autor, no la define por la descripción o
enumeración de un listado más o menos extenso de elementos que la integran, sino más bien
por los comportamientos y significados profundos que de forma explícita o implícita les
atribuyen los individuos o grupos que se dan tanto en los propios procesos interactivos de las
relaciones humanas como en la transformación, transmisión y reproducción de las pautas
sociales que se establecen en toda actividad, sea esta de desarrollo, de mantenimiento o de
control social. En este sentido la cultura incluye el conjunto de expectativas, deseos, ideales,
etc, que los individuos expresan o sienten aunque no lleguen a concretarse en
comportamientos o situaciones objetivadas y visibles, estableciéndose en este caso, una
tensión que viene a definirse en la dicotomía ideal- realidad, deseable-posible, expectativalogro. La cultura es entendida como el conjunto de símbolos y significados que son
compartidos por los miembros de la organización y consecuentemente, orientan sus
acciones.(Coronel Llamas, 1994:27)
Los acontecimientos del centro educativo adquieren significación a la luz de los códigos que
regulan y definen la cultura social e institucional interna y externa al centro. De igual forma
importa la naturaleza circular, dinámica y procesual de las relaciones y la interpretación que
cada escuela haga de los hechos que allí ocurren realmente, con vistas a comprender, explicar
y reconstruir dicha organización escolar. Las conexiones de la escuela con el entorno son
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básicas tanto con las familias, con las administraciones así como con otras organizaciones,
asociaciones o instituciones.
En síntesis podemos plantear que la cultura tiene una doble dimensión, por un lado construye
la realidad y por el otro sirve para analizar esa realidad institucional, para penetrar en sus
matices, para recoger su evolución, para identificar sus rasgos diferenciales, etc.
La escuela como micro sistema social abierto a la interacción y a los intercambios de
información con un medio social y una comunidad educativa, en los que está integrada y con
los que participa de su dinamicidad y de su capacidad procesual y evolutiva, constituye un
eslabón en el sistema de redes de comunicación de la información que mantienen una
constante pervivencia con el sistema de valores y creencias dotados de vigencia en una
comunidad (García Hoz, 1986:315).
La escuela es en sí una organización especializada y hasta cierto punto independiente en sus
funciones básicas ( de transmisión de cultura, de apoyo al descubrimiento de nuevos
conocimientos y de socialización y asignación de posiciones individuales en la sociedad), pero
inevitablemente influida y asistida por la estructura social más amplia de la familia, la
vecindad y los grupos sociales, profesionales y económicos. Por eso el sentido de innovación,
progreso, mantenimiento o conservación del sistema educativo, dependerá no tanto de la
capacidad operativa de la escuela, que tiene sus propios mecanismos creativos, sino de las
posibilidades que le confiera la propia sociedad en una u otra dirección.
La estrecha comunidad escolar, constituida por profesores y estudiantes, caracterizada por una
relaciones de transmisión de saberes sistemáticos formativos- convivenciales profesor-alumno,
necesita ser amplificada por la comunidad educativa, en la que si bien la iniciativa y el trabajo
personal del alumno constituyen el eje de las preocupaciones del centro, la orientación y la
marcha de las actividades escolares son una resultante de las preocupaciones y posibilidades
que ofrezcan los miembros de la institución escolar, juntos con las familias y demás elementos
del medio social.
En este sentido del planteamiento de Pérez Pérez (1995), señalando los determinantes de la
calidad de la vida institucional, referidos a su capacidad para estimular el desarrollo potencial
de los individuos en estrecha conexión con las condiciones y circunstancias que determinan
las relaciones entre ellos y atendiendo a los intercambios individuo-grupo-sociedad, se deriva
la esencia de lo que sería un adecuado modelo cultural comunitario para la educación.
Sin embargo no basta con el reconocimiento, incluso a niveles reglamentarios del modelo de
participación o de cultura comunitaria. Muchas serían las evidencias que nos demostrarían que
tales planteamientos con relativa frecuencia quedan en el discurso y no se concretan en la
realidad creando resistencias y desestimulando a quiénes pudieran contribuir, por su capacidad
e iniciativas, a elevar la razón de ser de la educación, desde perspectivas enriquecedoras de la
vida cotidiana, nada ortodoxa ni rígida, que constituye la comunidad en sí misma representada
por cualquiera de sus miembros o instituciones.
Es necesario conocer las dificultades que surgen a lo largo del trabajo cooperativo para
reconvertir los conflictos que se generan en las relaciones personales en fuerzas dinamizadoras
de creación colectiva.
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Sin que constituyan planteamientos absolutos ni reglas del buen o mal funcionamiento de la
comunidad educativa, presentaremos en la tabla siguiente una comparación que contrasta
algunas situaciones que pueden presentarse a favor o en contra de la participación :
ACTITUDES PARTICIPATIVAS
EN CONTRA DE LA PARTICIPACIÓN
A FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN
1- Falta de definición de los objetivos y de los 1- Conocimiento de los objetivos fijados por el
colectivo e identificación con las metas.
espacios donde se toman las decisiones.
Ausencia de medios de comunicación y cauces 2- Determinación de cauces
comunicación e información.
de información adecuados.
2-
adecuados de
3- Incapacidad de los directivos para animar el 3- Establecer y estimular las relaciones
proceso de discusión y adopción de acuerdos y interpersonales del grupo con otras instituciones
reconocimiento de metas comunes.
para actualizar o negociar recursos que permitan
conseguir las metas comunes .
4- Organización adecuada del espacio y el tiempo
4- Multiplicación de reuniones interminables, mal de manera que se rentabilicen los esfuerzos del
conducidas y de las que casi nunca se sacan colectivo.
resultados concretos.
5- Dotación de recursos económicos que posibili5- Inadecuación entre los objetivos y los recursos ten la consecución de los objetivos y el trabajo en
humanos y económicos para conseguirlos.
equipos.
6- Ausencia de mecanismos de control y 6- Que cada miembro del colectivo conozca el
autocontrol ( supervisión de las funciones y tareas organigrama de funciones, así como las estructuras
de los coordinadores responsables de gestión organizativas .
personal).
7- Participación de los miembros de la comunidad
7- Desconocimiento, olvido incorrecta aplicación directamente o a través de sus representantes en los
de recursos técnicos participativos. Ritmos espacios de poder distribuidos por la institución.
demasiado lentos en la toma de decisiones o
ausencia de las mismas.
CONSIDERACIONES FINALES
A manera de cierre de este trabajo subrayaremos tres ideas básicas:
1º En la comunidad educativa como una forma de organización escolar, intervienen un
conjunto de variables interrelacionadas entre sí, no sólo derivadas de las estructuras sino
además de las personas que son portadoras de ciertas actitudes, objetivos, metas, poder, etc;
por tanto la participación hay que entenderla y estudiarla en ese contexto general que
supone tal interacción.
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2º La falta de un enfoque sistémico en el estudio de la participación se deriva del tratamiento
del tema sin tener en cuenta las variables que inciden en él y por lo tanto la solución que se
le da a la misma siempre será limitada.
3º La participación auténtica y legítima sólo se refiere al control que pueden tener los
individuos sobre los medios de lograr sus objetivos y la manera de definirlos y
determinarlos. Es decir, la participación está íntimamente vinculada al conocimiento y
dominio de la realidad a la que pertenece y forma parte pudiendo intervenir en su control.
4º La participación es a su vez una actitud y por tanto supone aprendizaje. La comunidad debe
enseñar a participar y propiciar su ejercicio sistemático con lo que a su vez quedará
enriquecido y extendido su espacio.
5º Las reformas de los modelos organizativos contemporáneos exigen, sobre cualquier otra
inventiva, la implantación paulatina de un modelo cultural que modifique viejos
paradigmas de funcionamiento y de clima institucional dando lugar a al integración activa
de otros contextos, en calidad de miembros autónomos y colaboradores de un proyecto
educativo planteado y asumido como comunitario, en toda la extensión del concepto
Estas cuestiones analizadas pueden constituirse en pautas para la intervención
psicopedagógica en las prácticas educativas, aclarando ciertas interdependencias necesarias de
investigación educativa, que deben ser reconocidas de inmediato para poder confirmar estas
tesis en los ámbitos escolares, que de hecho es hoy una demanda prioritaria de cara al
progreso.
Nuestra intención con este trabajo queda realizada y deja el tema abierto para continuar
reflexionado y participando del amplio debate que está generando internacionalmente el
desarrollo de las comunidades educativas.
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