EDIFICIO BANCO DE BILBAO Declarado Bien de Interés Cultural en 1999, el antiguo edificio del Banco de Bilbao, constituye uno de los edificios más representativos del Madrid financiero. Las pinturas murales de su vestíbulo principal, con escenas alegóricas del trabajo, son obra del pintor vasco Aurelio Arteta. El edificio Actual sede de la Consejería de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid, el antiguo edificio del Banco de Bilbao fue proyectado en 1919 por el arquitecto Ricardo Bastida. Construido entre 1920 y 1923, con estructura de hormigón armado y muros de granito, la irregularidad del solar obligó a Bastida a diseñar un conjunto dividido en dos partes: un edificio monumental de diez plantas, con fachadas a las calles Alcalá y Sevilla, destinado a comercios de lujo y oficinas particulares, y un edificio bancario, con fachada a Arlabán, que albergaba las dependencias del Banco. Ambos edificios estaban articulados por unas amplias galerías que dan al patio, permitiendo la comunicación entre los pisos, y por un gran patio circular común, cubierto por una cúpula con vidriera de la casa Maumejean y decorado con pinturas murales. La ampulosa fachada principal fue proyectada con una composición simétrica y de forma convexa, para evitar el ángulo de las calles Alcalá y Sevilla. Emplea un lenguaje monumental y ecléctico, en el que destaca la columnata de orden gigante y los templetes de remate sobre los que se colocaron las cuadrigas, realizadas en bronce por Higinio Basterra. Posteriormente, el edificio ha sufrido varias reformas y ampliaciones, extendiéndose su fachada por la calle Sevilla siguiendo los esquemas originales. La decoración pictórica del vestíbulo El gran patio circular del edificio fue decorado con las magníficas pinturas de Aurelio Arteta. Enmarcadas por las columnas corintias de alabastro, son un conjunto de doce frescos, conocidos con el nombre de El esfuerzo. Componen un relato épico del despliegue agroindustrial de la España de principios del XX y del ideal de abnegación vasco, representando distintas escenas portuarias, mineras, industriales, ferroviarias y agrícolas. Los títulos de estas escenas son: El trabajo intelectual, El sembrador, La recolección, Las cargueras del muelle, Los descargadores, El astillero, La fundición, El ferrocarril, Pesquero de arribada, Pescadores en el muelle, La Mina y Las Artes. Se caracterizan por su luminosidad y vivacidad, conseguidas con el uso de tonos arenosos, dejando amplias zonas de las escenas con ligeras aguadas de color y mezclando el polvo de mármol con el revoco. Las figuras, musculosas y sobrias, presentan perfiles de trazado nítido y un lenguaje de volúmenes antecedente del cubismo.