ETICA DE TERCERA GENERACIÓN Francois Vallaeys PUCP http://blog.pucp.edu.pe/item/4781/catid/908 Un mundo con huecos Si las condiciones de nuestra residencia en el mundo han cambiado radicalmente desde que podemos, con una sola acción humana (la de desencadenar una guerra nuclear), suprimir toda posibilidad de acción humana futura, (siendo los pulpos y las cucarachas nuestros probables descendientes en este caso!), la problemática ética "¿cómo debemos residir en el mundo?" tiene que redefinirse de modo complejo, para que podamos asumir y responsabilizarnos por estas nuevas condiciones de residencia. Esto vale tanto para el riesgo nuclear como para el riesgo ecológico y aquel de las manipulaciones genéticas. 1 de 14 Mi tesis es la siguiente: A lo que asistimos (y deberíamos promover) actualmente es a una complejización de la problemática ética mundial en términos de "sostenibilidad", lo que podríamos llamar una Etica de tercera generación. De modo muy esquemático, podríamos visualizar la evolución siguiente: global y la necesidad de tomar en cuenta los problemas globales y locales del Planeta Tierra con todos sus integrantes humanos y no humanos. A ambas perspectivas del Bien y la Justicia se le agrega aquella de la Sostenibilidad y la Insostenibilidad. Es obvio que un esclavista, aunque se trate de un amo muy bueno con sus esclavos, sigue perpetuando un sistema injusto. Y es obvio que una sociedad que funcionaría de modo justo e igualitario entre sus ciudadanos, pero con un modo de producción muy contaminante, o basado en la explotación de mano de obra de otras sociedades, no sería sostenible. Es por esta razón que debemos hoy combinar el triple enfoque: ser bueno, justo y sostenible, si queremos estar a la altura de los desafíos que debemos relevar. La primera generación ética corresponde a la era religiosa en el marco de las sociedades tradicionales y las relaciones de próximidad (el encuentro cara a cara con mi prójimo). Aquí la problemática es de distinguir el Bien y el Mal. La segunda generación ética corresponde a la época moderna, el siglo de las Luces, el auge del Sujeto, la Ciudadanía y los Derechos Humanos. A la perspectiva del Bien y el Mal se agrega la de la Justicia y la Injusticia en el marco de las estructuras sociales del Estado Nación. El esquema siguiente puede ayudar a visualizar el movimiento general de complejización: La tercera generación ética corresponde a la época de la aldea 3 generaciones de ética Avancemos un poco más. Si está claro que el contexto actual de la era tecnológica pone en peligro las condiciones de habitabilidad misma 2 de 14 del planeta, y si esta situación nos pide complejizar la problemática ética, introduciendo más allá del enfoque de la Bondad (tener buenas intenciones, evitar el mal, hacer el bien, etc.) y de la Justicia (instituir sociedades equitativas, luchar contra las injusticias estructurales, promover los Derechos Humanos para todos, etc.), un enfoque de Sostenibilidad (gestionar los impactos de las acciones colectivas, controlar los peligros de la tecnociencia, promover un Desarrollo Humano Sostenible, etc.), entonces debemos revisar nuestra concepción común de la Responsabilidad. Por ejemplo, desde el punto de vista de la Etica personal tradicional, la responsabilidad está relacionada ante todo con las intenciones del agente, sus acciones y la calidad de su voluntad. Por eso su tema principal es el amor al prójimo, la culpabilidad, el pecado, la redención, y el esfuerzo virtuoso para lograr la purificación de las intenciones: buena voluntad floreciente Soy ante todo responsable de mi buena disposición frente a los demás, pero esta responsabilidad se limita a la esfera pequeña de mi poder de acción personal, incluyendo los efectos inmediatos predecibles de mis actos voluntarios. Todo lo que no está en mi poder y todos mis actos 3 de 14 involuntarios no pueden ser considerados, en buena cuenta, como mi responsabilidad. No me pueden ser imputados. Eximiéndome de toda culpa, me eximo de toda responsabilidad. Por eso no puedo ser tenido como responsable de la “estructura sociopolítica de mi nación”, del “Proceso de crecimiento económico mundial” o del “efecto invernadero”, como tampoco soy responsable de lo que hace mi vecino. Pero sí soy responsable de hacer buenas acciones. Debo preocuparme de mi buena voluntad y cumplir con buenos actos a mi alrededor. Sin embargo, en cuanto al destino del Gran Todo, tengo que encargar a Dios (o el Mercado, o la Revolución proletaria, o lo que fuera) la tarea de reparar los males crónicos del mundo. A mí no me toca, ya que no tengo ese poder. Soy responsable de mis actos, y punto. La voluntad determina el límite de la responsabilidad y lo involuntario el de la irresponsabilidad. Por eso, desde el enfoque tradicional, “ser ético” significa tener una Buena Voluntad y cumplir con actos bondadosos. Responsabilidad Social. Así, entenderá la ética de las organizaciones sólo en términos de filantropía y bondad voluntaria de los dirigentes. El gasto en iniciativas de beneficencia será toda la estrategia empresarial requerida. También entenderá la formación universitaria socialmente responsable sólo en términos de promoción del espíritu de solidaridad de los estudiantes a través de actos filantrópicos. El enfoque académico y pedagógico se limitará al incentivo de la buena voluntad, el despertar de las emociones positivas. Multiplicar las actividades bondadosas voluntarias será su estrategia preferida, descuidando las competencias cognitivas del alumno. A duras penas podrá evitar el peligro del asistencialismo y el paternalismo en los proyectos emprendidos. Desgraciadamente, este enfoque no permite de ninguna manera entender de qué trata la Responsabilidad Social, ni en la Empresa, ni en la Universidad. Como es un enfoque ciego a la problemática de los impactos globales y los efectos colaterales no previstos de las acciones colectivas (por ser estos no voluntarios), quien se queda en el paradigma de la Etica personal tradicional no puede comprender lo que significa la “Gestión de Impactos” que propone la Cuando pasamos de la ética personal a la ética social, se amplia considerablemente el campo de la responsabilidad. La ética personal, como se fundamenta en una cosmovisión tradicional de tipo religioso, no puede reconocer que el mundo sea obra humana, desde luego no reconoce responsabilidad más que en la pequeña esfera de los actos individuales voluntarios de la persona. Así le toca a cada uno ser bueno, pero no le toca influir sobre el Gran Ser en conjunto, frente al cual la La verdad, creo que la Responsabilidad Social Universitaria merece mucho más, y por eso debemos de acceder a una representación más compleja de la ética. 4 de 14 ética tradicional nos declara sin poder, luego sin responsabilidad. también de las condiciones sociales de habitabilidad del mundo. Por eso la ética social logra calificar al mundo mismo como "justo" o "injusto" y le asigna un valor peculiar a la humanidad dentro del mundo: aquel de los Derechos Humanos (la persona como fin en sí misma que tiene derechos). Este valor es una exigencia, un deber que exige volverse un hecho. Cuando la Declaración de los Derechos Humanos enuncia: "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos", no dice que de hecho es así, pero proclama que debemos cambiar las condiciones de habitabilidad del mundo hasta que sea así, hasta que podamos garantizar que cada quien vive así, y es garantizado del reconocimiento de vivir así por parte de todos los demás. Luego se postula que PODEMOS cambiar el mundo, y que DEBEMOS cambiarlo. Sin salida El paso a la ética social es justamente aquel de la reivindicación del poder humano sobre el Gran Todo, cuando ese "todo" es reconocido como la Historia (ya no la Creación) y la historia humana, que puede cambiar, que podemos cambiar, luego de la cual somos responsables, y culpables de no querer mejorar. Cada quien es responsable no sólo de sus acciones en su esfera privada, sino también de su participación (o no) en la regeneración de la vida pública. Por eso, si la figura emblemática de la ética personal tradicional es el santo, la de la ética social es el militante, el ciudadano activo que se preocupa por las injusticias de su comunidad. 2 consecuencias: 1. Es obvio que la ética social depende de la cosmovisión moderna fundada en la noción de Sujeto, luego en la presuposición que el mundo es "objeto" para ese Sujeto, que tiene preeminencia y poder sobre él. El mundo, desde la época moderna, es reconocido como "a disposición" del ser humano. Por eso, los 4 últimos siglos fueron principalmente un enorme esfuerzo histórico para poner el mundo a nuestra disposición, controlarlo, cambiarlo, construir y reconstruirlo, hasta disponer de él por control remoto. Y cuando el control es total, la responsabilidad es total. Revoluciones industriales, Así, la ética social nos conduce al reconocimiento de nuestra responsabilidad política frente a las estructuras mismas de la morada común (Ethos). Reconoce que somos responsables de nuestro modo personal de habitar el mundo y 5 de 14 tecnológicas y políticas son el pan cotidiano de la ética social moderna. de segunda generación") basta para entender y aplicar la Responsabilidad Social de las Organizaciones (RSO) o si se necesita una ética de "tercera generación", más compleja, basada en la sostenibilidad, para comprender y operar la RSO. 2. La ética social es una ética universalista por definición. Se afirma como una ética para todos, exigible para todos. Como bien lo dice Sartre: "porque no puedo ser libre si todos no lo son". Como saca la problemática ética del ámbito de la esfera personal para considerarla en el mundo, la ética social se construye y exige entre nosotros. Como tal, es de esencia jurídica y su encarnación es la ley humana (nomos) que todos los humanos se dan juntos (Contrato Social) para estar todos igualmente sometidos a ella. El caracter universalista de la ética social moderna explica su dinamismo crítico y dialéctico. Cada vez que se puede sospechar que los mismos Derechos Humanos no tienen el grado de universalidad suficiente, se denuncia el hecho, y se trata de redefinirlos de modo más abarcativo (de los derechos del burgués a los derechos de los proletarios, de los derechos del hombre a los de la mujer, de los derechos de la mayoría a los de la minoría, de los derechos de los occidentales a los derechos de los marginados del Desarrollo occidental, de los derechos de los meros individuos a los de las comunidades culturales, y finalmente la búsqueda de abarcar a todos los olvidados y vulnerables: minorías étnicas y sexuales, niños, generaciones futuras, animales, etc.) La ética social tiene puntos a su favor: sirve muy bien para encontrar nuestra responsabilidad por el conjunto, no sólo por nuestras acciones inmediatas. Sirve bien para hacer funcionar el mecanismo de los stakeholders (las partes interesadas y/o afectadas por el desempeño de la Organización) y la negociación para que todos puedan beneficiarse de la presencia de la organización. Incluso sirve para atribuirles derechos a los afectados no presentes (las generaciones futuras). Sin embargo, yo le encuentro límites a este enfoque social, ciudadano, de derechos humanos, moderno, que llamo ética de segunda generación. Presiento que no es suficientemente consistente y complejo para relevar las exigencias de la Gestión Socialmente Responsable. Mi hipótesis es que sus limitaciones no son sólo históricas (ligadas a su nacimiento durante la época de la Ilustración, la ciencia newtoniana, la primera revolución industrial, la filosofía del siglo XVIII y la de Kant) sino consubstanciales. O, en todo caso, que este enfoque necesita ser complementado (complejizado) por nuevos aportes. Pero la cuestión queda en debate, y creo que debería ser nuestro debate en ese Blog. Ahora bien, LA gran pregunta de este BLOG es de saber si esta ética social moderna basada en los Derechos Humanos (que hemos llamado "ética La pregunta puede enunciarse así: ¿Si el mundo fuese totalmente "justo", 6 de 14 sería también totalmente "sostenible"? ¿La justicia total, el reino de los Derechos de todos en una sociedad sin explotación, garantizaría la sostenibilidad temporal y ecológica de la morada común (la Tierra Patria)? o bien hay algo en la exigencia ética de sostenibilidad que la exigencia ética de justicia no abarca ni resuelve. social" es en realidad una gran injusticia eco- lógica (es decir injusticia frente a la casa común, la morada tierra). (Haz el test, entra al link "Huella ecológica" http://www.myfootprint.org/es/ y verás que, sin duda, tú tampoco eres sostenible, aunque seas muy bien intencionado y gran defensor de la justicia!) Me fascina y asombra, en ese sentido, la problemática de la "huella ecológica", y cómo nos demuestra que las sociedades democráticas con bienestar social de los países del norte de Europa, que podemos considerar como las más "éticas" (en el sentido de la ética social), es decir las más justas, no son Sostenibles : si todo el mundo viviera como los europeos, se necesitaría varios planetas tierra para satisfacer todas las necesidades de consumo... Desde luego, su "justicia ¿Bastará reafirmar los derechos humanos de las generaciones futuras para arreglar el problema de la sostenibilidad de los modos de vida, dentro del mismo enfoque de la ética social moderna? Personalmente lo dudo. Creo que debemos entrar en otra lógica, y que justamente es esta lógica que nos pide practicar la filosofía de la Responsabilidad Social. Miserias del Sujeto moderno Siguiendo con nuestro análisis de las tres generaciones de Etica (1: Etica personal centrada en la distinción Bien/Mal, 2: Etica social centrada en 7 de 14 la distinción Justo/Injusto, 3: Etica global centrada en la distinción Sostenible/Insostenible) conviene examinar ahora los límites de la ética social (que llamamos de segunda generación), para justificar el enriquecimiento del enfoque de los Derechos Humanos por aquel de la Sostenibilidad global de la "Tierra Patria". ¿Qué se le puede "reprochar" al enfoque de los Derechos Humanos en relación con la problemática de la Responsabilidad Social como para justificar el paso a otro nivel de Etica? alguien tenga derechos que los demás no tienen) y la impunidad (que alguien no reciba sanción por no acatar los mismos deberes que los demás) como lo más injusto que se pueda imaginar. Así, ella promueve dos valores fundamentales: la LIBERTAD (como la capacidad de tener derechos) y la IGUALDAD JURIDICA (como igualdad de condición de todos frente a la ley). Ahora bien, ¿dónde está la limitación de esta perspectiva? Está en el hecho de definir al sujeto de la ética social estríctamente en términos de individuo humano libre e igual a los demás en cuanto a derechos y deberes. La llamada "ética del cuidado" (Ethics of care) ya ha criticado los límites de esta lógica basada en la mera simetría de poderes y derechos-deberes entre las personas que tiende a excluir aquellos seres que no pueden tener poderes, o no pueden tener derechos, o no pueden ejercitarlos (como por ejemplo los animales y las plantas; los humanos en situación de dependencia total frente a los demás (bebés, enfermos, ancianos...); o las generaciones futuras). En términos de responsabilidad, el problema es el siguiente: A la ética social le es muy difícil entender una relación de obligación para con seres no susceptibles de tener derechos o ejercitarlos. Esta es la razón filosófica esencial por la cual nuestro actual paradigma de justicia basado en los DD HH, con todo el bien que ha aportado a la humanidad, no logra ocuparse adecuadamente de los problemas ecológicos o de las manipulaciones genéticas, etc. El Me parece que la Etica social, que reina desde el siglo XVIII sobre los destinos de la justicia entre los seres humanos, sufre básicamente de dos limitaciones: 1. Es una ética centrada en la relación jurídica entre sujetos de derecho. Reflexiona básicamente el binomio Derechos/deberes desde la lógica siguiente: En el espacio social, es justo que todos los sujetos estén sometidos a las mismas leyes universales que garanticen sus derechos. Que un individuo A "tenga derechos" significa que todos los demás individuos estén sometidos a una misma coacción (un deber) que les obliga al respeto de los derechos de A. En ese sentido, mi derecho es equivalente al deber de todos los demás, que la ley garantiza. Tengo deberes frente a todos los que tienen derechos, tengo derechos frente a todos los demás que tienen el deber de respetar mis derechos. A partir de esta equivalencia y reciprocidad fundamental entre derechos y deberes, la Etica social rehusa obviamente los privilegios (que 8 de 14 subterfugio, por ejemplo, de darle "derechos" a la naturaleza a través de la visualización de un sujeto de derecho encarnado en las "generaciones futuras", es característico de un enfoque que no puede imaginar un deber sin un derecho, una responsabilidad sin alguien a quien responder, una exigencia sin un rostro para exigirla. una desconcertante facilidad para entonar el mismo coro: "Fiat iustitia pereat mundus" (Qué venga la justicia, aunque perezca el mundo). La ceguera de la izquierda a la problemática de la sostenibilidad constituyó sin duda su mayor derrota filosófica en el siglo XX (miren cómo en nuestros países latinoamericanos ni siquiera existen partidos políticos ecologistas y tendrán una idea de la miseria mental de nuestros paradigmas políticos dichos "progresistas" y "socialistas"). 2. Pero la segunda limitación de la Etica social es, en la práctica, más dañina: Es una ética que promueve la "igualación" de las condiciones de vida entre todos. Los pobres deben de tener derecho a las mismas facilidades, en cuanto a las necesidades básicas, que los ricos (no debe haber privilegios injustos). Es injusto que los ricos tengan condiciones de vida demasiado superiores a las de los pobres, que pongan en peligro la dignidad y bienestar de estos. Luego, en el transcurso de los últimos siglos, los representantes de la Etica social (en general de Izquierda) se han asociado con sus enemigos (la Derecha conservadora de los privilegios adquiridos) para promover "el Progreso". Claro está: el afán de "justicia social" no puede sino promover el crecimiento económico y social exponencial puesto que para hacer a los pobres más ricos, esto pasa generalmente por hacer a los ricos más ricos. Pero esta lógica de la justicia igualadora conduce finalmente a la insostenibilidad del sistema entero. Históricamente, así ocurrió: los regímenes comunistas son tan o quizás más destructores del medio ambiente como los regímenes capitalistas. Ambos se armonizan con No queremos decir con esto que el enfoque de justicia social basado en los Derechos Humanos sea de por sí "insostenible" y globalmente peligroso, como si teóricamente la justicia no fuera posible sin acabar con el planeta. Lo que queremos resaltar es que esta concepción ética (de segunda generación) se apoya en un concepto de Sujeto moderno mal concebido: se trata de un Sujeto aislado de su contexto, separado y autónomo pero de modo abstracto, sin cuerpo, demasiado estrechamente humano y mental. Un Sujeto "cartesiano", una mera "cosa que piensa" sus derechos y los de las cosas semejantes a él, pero sin visión ni cuidado por el Todo del cual no se siente parte, luego frente al cual no se siente responsable. Un sujeto "destejido", simplificado, simplón (complexus/complejo significa: "tejido juntos", "entretejido")... Pensamos posible y necesario un camino que vaya de la Justicia a la Sostenibilidad, que nos permita transitar libremente entre la Democracia y los Derechos Humanos 9 de 14 por una parte, y la Responsabilidad global por la trama compleja de la Tierra Patria por otra parte (tengamos mucho cuidado de un "ecologismo" seducido por la antropofobia que podría derivar rápidamente en un totalitarismo higienista). Pero este camino pedirá la crítica y superación del sujeto moderno aislado, desubicado y orgullosamente dominante ("maître et possesseur de la nature" (amo y dueño de la naturaleza) decía Descartes). Pedirá la re-ligación del ser humano sujeto de derechos con la trama compleja global. Nuestra Etica global de tercera generación alcanza aquí su definición y desafío: ser una ética que no niegue los aportes de las otras anteriores (la ética del Bien y la de la Justicia), pero que sepa asumirlos dentro de condiciones de residencia mundanal más complejas, responsables y armoniosas, lejos de los delirios de Dios y del Progreso, una ética que sepa "morar en este mundo", y no tratar de domeñarlo o adular a otro. Kant global Después de haber analizado los límites de la ética de primera generación (basada en la bondad de la relación interpersonal) y los de la ética de segunda generación (basada en la justicia de la estructura social gracias al reconocimiento de los derechos de todas las personas), y situado la raíz del problema de insostenibilidad de nuestra sociedad en la mala representación que el sujeto moderno se hace de sí mismo como de un ser separado de su propio planeta, podemos ahora esbozar los 10 de 14 grandes rasgos de una ética de tercera generación, tal como la necesitamos hoy en nuestra época de globalización. 1) La ética de tercera generación es más compleja que las anteriores: tiene que integrar la Bondad y la Justicia dentro de la perspectiva de la Sostenibilidad. No sirve ser solamente “buena gente” en forma personal y luchar por la igualdad de condición entre todos los miembros de la sociedad humana, si no se respeta las condiciones de habitabilidad del planeta, si no se considera la sostenibilidad global de las condiciones de vida que se promueve como buenas y justas. Por ejemplo, desde nuestra perspectiva, no puede ser ético promover que todos los habitantes del planeta tengan acceso a un automóvil personal. La ideología clásica del “Desarrollo” que incentiva que los pobres tengan acceso a las mismas facilidades de vida que los actuales ricos, sustentándose en la “equidad de oportunidad” como dogma pretendidamente indiscutible moralmente (desde el punto de vista de la ética de 2da generación), esa ideología es en realidad inmoral, porque quiere globalizar un modo de vida insostenible. Por eso, desde el punto de vista de la ética de 3ra generación, la confusión de la noción de “progreso” con aquella de bonanza económica para el mayor número de personas, dentro de las condiciones actuales modernas de residencia, es justamente la culpable de la insostenibilidad global de nuestra vida planetaria. El modo de vida en las actuales naciones desarrolladas es inmoral, porque insostenible, y el camino es de buscar un nuevo tipo de residencia planetaria que permita facilitar (a) la bondad de los individuos (sostenibilidad emocional), (b) la justicia de las relaciones equitativas (sostenibilidad económica y juridicopolítica), y (c) la sostenibilidad global de los efectos colaterales generados por la presencia de homo sapiens en la Tierra. Si faltara uno de estos componentes, temo que nuestro modelo de vida no nos permita esperar un siglo XXII. 2) El sujeto de la ética de 3ra generación no es solamente una “buena voluntad”, ni un mero “sujeto jurídico” políticamente comprometido con las injusticias de su sociedad. Es TAMBIEN un ser en conexión íntima con todo y que reconoce su vínculo y sus responsabilidades frente a todo, es decir al gran Todo planetario y a cada quien en él (Mitakuye oyasin), no sólo frente al prójimo o al alter ego humano. Por eso, este Sujeto ético debe de tener muy en claro los impactos de sus acciones y la amplitud de su responsabilidad social y ambiental. Tiene visión sistémica de sus interretro-acciones, según el principio de la “ecología de la acción” (E. Morin), de las cuales toma conciencia como de sus propias acciones inmediatas. Es decir que no le basta ocuparse de sus acciones personales o sus buenas intenciones, investiga más bien permanentemente su influencia sobre los equilibrios globales. Con eso, es la casi totalidad de la enseñanza moral 11 de 14 en el sistema escolar y universitario actual que se vuelve obsoleta. No solo obsoleta sino incluso inmoral, puesto que impide a los jóvenes acceder a la representación verdadera de las exigencias éticas que les toca hoy asumir. Una reforma radical de las currículas de “educación en valores” (o como quieren nombrarla) en los Colegios, Universidades y Escuelas profesionales, es su primera y más importante Responsabilidad Social frente a la época. Es una urgencia, un Deber. 3) El Sujeto Mitakuye oyasin de la ética de 3ra generación teje otro tipo de vínculo con el mundo. Se reconcilia con él y rehúsa la mera relación objetivadora e instrumental con el Planeta. Esta nueva ética nos pide de algún modo superar la relación asimétrica Sujeto-Objeto. Lo que necesitamos pensar aquí para pasar del estrecho punto de vista de los derechos humanos al de la sostenibilidad, es que si somos "sujeto", esto implica que el mundo no puede ser "objeto", que la subjetividad del ser humano implica el poder subjetivo de la naturaleza: el mundo, o más bien el planeta, puede pensar y reflexionar, puesto que somos seres pensantes y reflexionantes, siendo seres nacidos del planeta. Esta afirmación es "escandalosa" solo para el cartesiano moderno que no puede pensar el "pensar" fuera de la ruptura total con "la materia". Pero no lo es para alguien que reconoce que hay saber en los procesos naturales . La planta "sabe" captar la energía del sol, el pájaro sabe hacer su nido en círculo, y la naturaleza supo crear un ser inteligente capaz de reflexionar todo esto. Que este saber sea inconsciente no disminuye su valor. Pensar el corolario del sujeto en otros términos que el mero "objeto", es éste el salto filosófico que permite no oponer el sujeto de la moral con "el resto", sin descentrar la ética de la subjetividad humana (cosa que sería peligrosa e lógicamente improcedente). Desde la perspectiva de la sostenibilidad, no se puede definir al entorno del sujeto humano como mero decorum a disposición de su voluntad soberana. No deberíamos más hablar de la morada tierra nuestra como de un mero "medioambiente". Más bien, reconocernos como sujeto moral implica el reconocimiento concomitante del planeta como cosujeto. Si aquí y ahora hay un sujeto que piensa, es que aquel lugar es el lugar del sujeto, no un fondo monócromo sobre el cual resalta, sino el lugar donde puede ser sujeto, la residencia de la dignidad infinita del sujeto: la morada del sujeto = la ética. Por eso resalto el origen etimológico de la ética como morada, sin abandonarme al relativismo y/o el chauvinismo comunitarista. Cuando la morada es toda la nave Tierra, en la cual estamos y somos todos responsables de que se parezca más al Arca de Noe que al Titanic, el relativismo local se confunde por completo con el universalismo global (propiamente la oposición pierde sentido). 4) A partir de estos 3 puntos fundamentales, podemos resumir varias características de lo que es una 12 de 14 ética de tercera generación, aunque faltaría desarrollar más ciertos temas: La ética de 3ra generación es: - Una ética del cuidado, pero basada en principios universales. Ensancha el campo del imperativo categórico de Kant hasta las relaciones sistémicas globales que devienen de la residencia planetaria de los seres racionales. - Define su ideal de ser humano como Guardián amable y cariñoso de la Tierra (toda la tierra, con gases, minerales, vegetales y animales incluidos). - Redefine al sujeto de la moral en términos de Mitakuye oyasin. (ver artículo). - Su meta es hacer sostenible la residencia de los seres humanos, y por lo tanto justa y buena (porque la injusticia y la maldad son insostenibles). Por eso, pretende enriquecer y complejizar las otras dos generaciones de ética sin perder nada de lo que ellas aportaban al mundo. - Relativiza la importancia de la pureza de las intenciones de la buena voluntad personal . No le sigue la cuerda a las éticas de primera generación: el tema de si estoy animado por buenos propósitos altruistas o por intereses personales no le interesa mucho, con tal que los resultados finales de mi acción sean sostenibles. El tema, por ejemplo, de las motivaciones que hacen que empresarios se dediquen a la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) no importa, con tal que se preocupen y apliquen bien las herramientas de gestión de impactos que implica la RSE. Un empresario puede certificar su empresa en la norma SA 8000 por querer el bien de sus colaboradores o por querer tener una buena imagen en un mercado exigente y superar a la competencia. El resultado es el mismo: mayor justicia y sostenibilidad en la gestión de la empresa. - Se preocupa por los impactos colaterales de las acciones tanto como por las acciones . La ética de 3ra generación se entiende solo a partir de la noción fundamental de "ecología de la acción" introducida por Edgar Morin, (ver artículo). - Considera a la Ciencia como primer sospechoso, acusado, testigo y también principal rehabilitador de los males del planeta. Por eso el tema del saber, de los procesos que conducen al saber, de la agenda del saber, de la vigilancia del saber, ("Saber lo que se piensa, pensar lo que se hace", Castoriadis) es su primer problema. Por eso también una ética de 3ra generación se ocupa particularmente del tema de la Responsabilidad Social de las Universidades (RSU) y de la ciencia en la época actual. - Su atención no está sólo centrada en el Prójimo o la Humanidad, sino en el Planeta de nuestros niños (Mitakuye oyasin). - Su gran peligro (¡todas las éticas lo tienen y pueden ser utilizadas para justificar el mal!) es el totalitarismo higienista de un Estado mundial tipo Big Brother que acabe con la libertad privada y la intimidad, y controle la 13 de 14 “idoneidad” de todos nuestros actos gracias a instrumentos de fiscalización de alta tecnología controlados por una “policía ecológica” omnipotente. Entre esta solución totalitaria que acaba con la libertad, y la situación actual de libertad total que acaba con el planeta, deberíamos ser capaces de pensar en un justo medio. - Disocia totalmente la responsabilidad de la autoría (no es porque no somos los autores de un hecho que no somos responsables de él, y de la reparación que implica la fechoría) y la disocia parcialmente del poder efectivo personal (no es porque yo no puedo cambiar tal situación insostenible que no deba responsabilizarme por su mejora: si no tengo “efecto” yo solo, juntos lo podemos tener). - Su herramienta de gestión es la Responsabilidad Social de todas las organizaciones del mundo, que dentro de un futuro (ojalá) cercano, ya no deberían confundir la “libertad de empresa y asociación” con el libertinaje de hacer cualquier cosa con nuestra Tierra Patria. Por el momento, necesitamos mucha voluntad y automotivación por parte de los líderes organizacionales y los consumidores, después tendrá que ser ley y obligación, para finalmente volverse un hábito normal, un “ethos”. Mitakuye oyasin! 14 de 14