ETICA DE TERCERA GENERACIÓN

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ETICA DE TERCERA GENERACIÓN
Francois Vallaeys
PUCP
http://blog.pucp.edu.pe/item/4781/catid/908
Un mundo con huecos
Si las condiciones de nuestra
residencia en el mundo han cambiado
radicalmente desde que podemos, con
una sola acción humana (la de
desencadenar una guerra nuclear),
suprimir toda posibilidad de acción
humana futura, (siendo los pulpos y
las cucarachas nuestros probables
descendientes en este caso!), la
problemática ética "¿cómo debemos
residir en el mundo?" tiene que
redefinirse de modo complejo, para
que podamos asumir y
responsabilizarnos por estas nuevas
condiciones de residencia. Esto vale
tanto para el riesgo nuclear como
para el riesgo ecológico y aquel de las
manipulaciones genéticas.
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Mi tesis es la siguiente: A lo que
asistimos (y deberíamos promover)
actualmente es a una complejización
de la problemática ética mundial en
términos de "sostenibilidad", lo que
podríamos llamar una Etica de tercera
generación. De modo muy
esquemático, podríamos visualizar la
evolución siguiente:
global y la necesidad de tomar en
cuenta los problemas globales y
locales del Planeta Tierra con todos
sus integrantes humanos y no
humanos. A ambas perspectivas del
Bien y la Justicia se le agrega aquella
de la Sostenibilidad y la
Insostenibilidad.
Es obvio que un esclavista, aunque se
trate de un amo muy bueno con sus
esclavos, sigue perpetuando un
sistema injusto. Y es obvio que una
sociedad que funcionaría de modo
justo e igualitario entre sus
ciudadanos, pero con un modo de
producción muy contaminante, o
basado en la explotación de mano de
obra de otras sociedades, no sería
sostenible. Es por esta razón que
debemos hoy combinar el triple
enfoque: ser bueno, justo y sostenible,
si queremos estar a la altura de los
desafíos que debemos relevar.
La primera generación ética
corresponde a la era religiosa en el
marco de las sociedades tradicionales
y las relaciones de próximidad (el
encuentro cara a cara con mi
prójimo). Aquí la problemática es de
distinguir el Bien y el Mal.
La segunda generación ética
corresponde a la época moderna, el
siglo de las Luces, el auge del Sujeto,
la Ciudadanía y los Derechos
Humanos. A la perspectiva del Bien y
el Mal se agrega la de la Justicia y la
Injusticia en el marco de las
estructuras sociales del Estado
Nación.
El esquema siguiente puede ayudar a
visualizar el movimiento general de
complejización:
La tercera generación ética
corresponde a la época de la aldea
3 generaciones de ética
Avancemos un poco más. Si está claro
que el contexto actual de la era
tecnológica pone en peligro las
condiciones de habitabilidad misma
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del planeta, y si esta situación nos
pide complejizar la problemática
ética, introduciendo más allá del
enfoque de la Bondad (tener buenas
intenciones, evitar el mal, hacer el
bien, etc.) y de la Justicia (instituir
sociedades equitativas, luchar contra
las injusticias estructurales, promover
los Derechos Humanos para todos,
etc.), un enfoque de Sostenibilidad
(gestionar los impactos de las
acciones colectivas, controlar los
peligros de la tecnociencia, promover
un Desarrollo Humano Sostenible,
etc.), entonces debemos revisar
nuestra concepción común de la
Responsabilidad.
Por ejemplo, desde el punto de vista
de la Etica personal tradicional, la
responsabilidad está relacionada ante
todo con las intenciones del agente,
sus acciones y la calidad de su
voluntad. Por eso su tema principal es
el amor al prójimo, la culpabilidad, el
pecado, la redención, y el esfuerzo
virtuoso para lograr la purificación de
las intenciones:
buena voluntad floreciente
Soy ante todo responsable de mi
buena disposición frente a los demás,
pero esta responsabilidad se limita a
la esfera pequeña de mi poder de
acción personal, incluyendo los
efectos inmediatos predecibles de mis
actos voluntarios. Todo lo que no está
en mi poder y todos mis actos
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involuntarios no pueden ser
considerados, en buena cuenta, como
mi responsabilidad. No me pueden
ser imputados. Eximiéndome de toda
culpa, me eximo de toda
responsabilidad. Por eso no puedo ser
tenido como responsable de la
“estructura sociopolítica de mi
nación”, del “Proceso de crecimiento
económico mundial” o del “efecto
invernadero”, como tampoco soy
responsable de lo que hace mi vecino.
Pero sí soy responsable de hacer
buenas acciones. Debo preocuparme
de mi buena voluntad y cumplir con
buenos actos a mi alrededor. Sin
embargo, en cuanto al destino del
Gran Todo, tengo que encargar a Dios
(o el Mercado, o la Revolución
proletaria, o lo que fuera) la tarea de
reparar los males crónicos del mundo.
A mí no me toca, ya que no tengo ese
poder. Soy responsable de mis actos,
y punto. La voluntad determina el
límite de la responsabilidad y lo
involuntario el de la
irresponsabilidad. Por eso, desde el
enfoque tradicional, “ser ético”
significa tener una Buena Voluntad y
cumplir con actos bondadosos.
Responsabilidad Social. Así,
entenderá la ética de las
organizaciones sólo en términos de
filantropía y bondad voluntaria de los
dirigentes. El gasto en iniciativas de
beneficencia será toda la estrategia
empresarial requerida. También
entenderá la formación universitaria
socialmente responsable sólo en
términos de promoción del espíritu
de solidaridad de los estudiantes a
través de actos filantrópicos. El
enfoque académico y pedagógico se
limitará al incentivo de la buena
voluntad, el despertar de las
emociones positivas. Multiplicar las
actividades bondadosas voluntarias
será su estrategia preferida,
descuidando las competencias
cognitivas del alumno. A duras penas
podrá evitar el peligro del
asistencialismo y el paternalismo en
los proyectos emprendidos.
Desgraciadamente, este enfoque no
permite de ninguna manera entender
de qué trata la Responsabilidad
Social, ni en la Empresa, ni en la
Universidad. Como es un enfoque
ciego a la problemática de los
impactos globales y los efectos
colaterales no previstos de las
acciones colectivas (por ser estos no
voluntarios), quien se queda en el
paradigma de la Etica personal
tradicional no puede comprender lo
que significa la “Gestión de
Impactos” que propone la
Cuando pasamos de la ética personal
a la ética social, se amplia
considerablemente el campo de la
responsabilidad. La ética personal,
como se fundamenta en una
cosmovisión tradicional de tipo
religioso, no puede reconocer que el
mundo sea obra humana, desde luego
no reconoce responsabilidad más que
en la pequeña esfera de los actos
individuales voluntarios de la
persona. Así le toca a cada uno ser
bueno, pero no le toca influir sobre el
Gran Ser en conjunto, frente al cual la
La verdad, creo que la
Responsabilidad Social Universitaria
merece mucho más, y por eso
debemos de acceder a una
representación más compleja de la
ética.
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ética tradicional nos declara sin
poder, luego sin responsabilidad.
también de las condiciones sociales de
habitabilidad del mundo. Por eso la
ética social logra calificar al mundo
mismo como "justo" o "injusto" y le
asigna un valor peculiar a la
humanidad dentro del mundo: aquel
de los Derechos Humanos (la persona
como fin en sí misma que tiene
derechos). Este valor es una exigencia,
un deber que exige volverse un
hecho. Cuando la Declaración de los
Derechos Humanos enuncia: "Todos
los seres humanos nacen libres e
iguales en dignidad y derechos", no
dice que de hecho es así, pero
proclama que debemos cambiar las
condiciones de habitabilidad del
mundo hasta que sea así, hasta que
podamos garantizar que cada quien
vive así, y es garantizado del
reconocimiento de vivir así por parte
de todos los demás. Luego se postula
que PODEMOS cambiar el mundo, y
que DEBEMOS cambiarlo.
Sin salida
El paso a la ética social es justamente
aquel de la reivindicación del poder
humano sobre el Gran Todo, cuando
ese "todo" es reconocido como la
Historia (ya no la Creación) y la
historia humana, que puede cambiar,
que podemos cambiar, luego de la
cual somos responsables, y culpables
de no querer mejorar. Cada quien es
responsable no sólo de sus acciones
en su esfera privada, sino también de
su participación (o no) en la
regeneración de la vida pública. Por
eso, si la figura emblemática de la
ética personal tradicional es el santo,
la de la ética social es el militante, el
ciudadano activo que se preocupa por
las injusticias de su comunidad.
2 consecuencias:
1. Es obvio que la ética social depende
de la cosmovisión moderna fundada
en la noción de Sujeto, luego en la
presuposición que el mundo es
"objeto" para ese Sujeto, que tiene
preeminencia y poder sobre él. El
mundo, desde la época moderna, es
reconocido como "a disposición" del
ser humano. Por eso, los 4 últimos
siglos fueron principalmente un
enorme esfuerzo histórico para poner
el mundo a nuestra disposición,
controlarlo, cambiarlo, construir y
reconstruirlo, hasta disponer de él por
control remoto. Y cuando el control es
total, la responsabilidad es total.
Revoluciones industriales,
Así, la ética social nos conduce al
reconocimiento de nuestra
responsabilidad política frente a las
estructuras mismas de la morada
común (Ethos). Reconoce que somos
responsables de nuestro modo
personal de habitar el mundo y
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tecnológicas y políticas son el pan
cotidiano de la ética social moderna.
de segunda generación") basta para
entender y aplicar la Responsabilidad
Social de las Organizaciones (RSO) o
si se necesita una ética de "tercera
generación", más compleja, basada en
la sostenibilidad, para comprender y
operar la RSO.
2. La ética social es una ética
universalista por definición. Se afirma
como una ética para todos, exigible
para todos. Como bien lo dice Sartre:
"porque no puedo ser libre si todos no
lo son". Como saca la problemática
ética del ámbito de la esfera personal
para considerarla en el mundo, la
ética social se construye y exige entre
nosotros. Como tal, es de esencia
jurídica y su encarnación es la ley
humana (nomos) que todos los
humanos se dan juntos (Contrato
Social) para estar todos igualmente
sometidos a ella. El caracter
universalista de la ética social
moderna explica su dinamismo crítico
y dialéctico. Cada vez que se puede
sospechar que los mismos Derechos
Humanos no tienen el grado de
universalidad suficiente, se denuncia
el hecho, y se trata de redefinirlos de
modo más abarcativo (de los derechos
del burgués a los derechos de los
proletarios, de los derechos del
hombre a los de la mujer, de los
derechos de la mayoría a los de la
minoría, de los derechos de los
occidentales a los derechos de los
marginados del Desarrollo occidental,
de los derechos de los meros
individuos a los de las comunidades
culturales, y finalmente la búsqueda
de abarcar a todos los olvidados y
vulnerables: minorías étnicas y
sexuales, niños, generaciones futuras,
animales, etc.)
La ética social tiene puntos a su favor:
sirve muy bien para encontrar nuestra
responsabilidad por el conjunto, no
sólo por nuestras acciones inmediatas.
Sirve bien para hacer funcionar el
mecanismo de los stakeholders (las
partes interesadas y/o afectadas por
el desempeño de la Organización) y la
negociación para que todos puedan
beneficiarse de la presencia de la
organización. Incluso sirve para
atribuirles derechos a los afectados no
presentes (las generaciones futuras).
Sin embargo, yo le encuentro límites a
este enfoque social, ciudadano, de
derechos humanos, moderno, que
llamo ética de segunda generación.
Presiento que no es suficientemente
consistente y complejo para relevar
las exigencias de la Gestión
Socialmente Responsable. Mi
hipótesis es que sus limitaciones no
son sólo históricas (ligadas a su
nacimiento durante la época de la
Ilustración, la ciencia newtoniana, la
primera revolución industrial, la
filosofía del siglo XVIII y la de Kant)
sino consubstanciales. O, en todo
caso, que este enfoque necesita ser
complementado (complejizado) por
nuevos aportes. Pero la cuestión
queda en debate, y creo que debería
ser nuestro debate en ese Blog.
Ahora bien, LA gran pregunta de este
BLOG es de saber si esta ética social
moderna basada en los Derechos
Humanos (que hemos llamado "ética
La pregunta puede enunciarse así: ¿Si
el mundo fuese totalmente "justo",
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sería también totalmente "sostenible"?
¿La justicia total, el reino de los
Derechos de todos en una sociedad
sin explotación, garantizaría la
sostenibilidad temporal y ecológica
de la morada común (la Tierra
Patria)? o bien hay algo en la
exigencia ética de sostenibilidad que
la exigencia ética de justicia no abarca
ni resuelve.
social" es en realidad una gran
injusticia eco- lógica (es decir
injusticia frente a la casa común, la
morada tierra).
(Haz el test, entra al link "Huella
ecológica"
http://www.myfootprint.org/es/
y verás que, sin duda, tú tampoco
eres sostenible, aunque seas muy bien
intencionado y gran defensor de la
justicia!)
Me fascina y asombra, en ese sentido,
la problemática de la "huella
ecológica", y cómo nos demuestra que
las sociedades democráticas con
bienestar social de los países del norte
de Europa, que podemos considerar
como las más "éticas" (en el sentido de
la ética social), es decir las más justas,
no son Sostenibles : si todo el mundo
viviera como los europeos, se
necesitaría varios planetas tierra para
satisfacer todas las necesidades de
consumo... Desde luego, su "justicia
¿Bastará reafirmar los derechos
humanos de las generaciones futuras
para arreglar el problema de la
sostenibilidad de los modos de vida,
dentro del mismo enfoque de la ética
social moderna? Personalmente lo
dudo. Creo que debemos entrar en
otra lógica, y que justamente es esta
lógica que nos pide practicar la
filosofía de la Responsabilidad Social.
Miserias del Sujeto moderno
Siguiendo con nuestro análisis de las
tres generaciones de Etica (1: Etica
personal centrada en la distinción
Bien/Mal, 2: Etica social centrada en
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la distinción Justo/Injusto, 3: Etica
global centrada en la distinción
Sostenible/Insostenible) conviene
examinar ahora los límites de la ética
social (que llamamos de segunda
generación), para justificar el
enriquecimiento del enfoque de los
Derechos Humanos por aquel de la
Sostenibilidad global de la "Tierra
Patria". ¿Qué se le puede "reprochar"
al enfoque de los Derechos Humanos
en relación con la problemática de la
Responsabilidad Social como para
justificar el paso a otro nivel de Etica?
alguien tenga derechos que los demás
no tienen) y la impunidad (que
alguien no reciba sanción por no
acatar los mismos deberes que los
demás) como lo más injusto que se
pueda imaginar. Así, ella promueve
dos valores fundamentales: la
LIBERTAD (como la capacidad de
tener derechos) y la IGUALDAD
JURIDICA (como igualdad de
condición de todos frente a la ley).
Ahora bien, ¿dónde está la limitación
de esta perspectiva? Está en el hecho
de definir al sujeto de la ética social
estríctamente en términos de
individuo humano libre e igual a los
demás en cuanto a derechos y
deberes. La llamada "ética del
cuidado" (Ethics of care) ya ha
criticado los límites de esta lógica
basada en la mera simetría de poderes
y derechos-deberes entre las personas
que tiende a excluir aquellos seres
que no pueden tener poderes, o no
pueden tener derechos, o no pueden
ejercitarlos (como por ejemplo los
animales y las plantas; los humanos
en situación de dependencia total
frente a los demás (bebés, enfermos,
ancianos...); o las generaciones
futuras). En términos de
responsabilidad, el problema es el
siguiente: A la ética social le es muy
difícil entender una relación de
obligación para con seres no
susceptibles de tener derechos o
ejercitarlos. Esta es la razón filosófica
esencial por la cual nuestro actual
paradigma de justicia basado en los
DD HH, con todo el bien que ha
aportado a la humanidad, no logra
ocuparse adecuadamente de los
problemas ecológicos o de las
manipulaciones genéticas, etc. El
Me parece que la Etica social, que
reina desde el siglo XVIII sobre los
destinos de la justicia entre los seres
humanos, sufre básicamente de dos
limitaciones:
1. Es una ética centrada en la relación
jurídica entre sujetos de derecho.
Reflexiona básicamente el binomio
Derechos/deberes desde la lógica
siguiente: En el espacio social, es justo
que todos los sujetos estén sometidos
a las mismas leyes universales que
garanticen sus derechos. Que un
individuo A "tenga derechos"
significa que todos los demás
individuos estén sometidos a una
misma coacción (un deber) que les
obliga al respeto de los derechos de
A. En ese sentido, mi derecho es
equivalente al deber de todos los
demás, que la ley garantiza. Tengo
deberes frente a todos los que tienen
derechos, tengo derechos frente a
todos los demás que tienen el deber
de respetar mis derechos. A partir de
esta equivalencia y reciprocidad
fundamental entre derechos y
deberes, la Etica social rehusa
obviamente los privilegios (que
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subterfugio, por ejemplo, de darle
"derechos" a la naturaleza a través de
la visualización de un sujeto de
derecho encarnado en las
"generaciones futuras", es
característico de un enfoque que no
puede imaginar un deber sin un
derecho, una responsabilidad sin
alguien a quien responder, una
exigencia sin un rostro para exigirla.
una desconcertante facilidad para
entonar el mismo coro: "Fiat iustitia
pereat mundus" (Qué venga la
justicia, aunque perezca el mundo).
La ceguera de la izquierda a la
problemática de la sostenibilidad
constituyó sin duda su mayor derrota
filosófica en el siglo XX (miren cómo
en nuestros países latinoamericanos
ni siquiera existen partidos políticos
ecologistas y tendrán una idea de la
miseria mental de nuestros
paradigmas políticos dichos
"progresistas" y "socialistas").
2. Pero la segunda limitación de la
Etica social es, en la práctica, más
dañina: Es una ética que promueve la
"igualación" de las condiciones de
vida entre todos. Los pobres deben de
tener derecho a las mismas
facilidades, en cuanto a las
necesidades básicas, que los ricos (no
debe haber privilegios injustos). Es
injusto que los ricos tengan
condiciones de vida demasiado
superiores a las de los pobres, que
pongan en peligro la dignidad y
bienestar de estos. Luego, en el
transcurso de los últimos siglos, los
representantes de la Etica social (en
general de Izquierda) se han asociado
con sus enemigos (la Derecha
conservadora de los privilegios
adquiridos) para promover "el
Progreso". Claro está: el afán de
"justicia social" no puede sino
promover el crecimiento económico y
social exponencial puesto que para
hacer a los pobres más ricos, esto pasa
generalmente por hacer a los ricos
más ricos. Pero esta lógica de la
justicia igualadora conduce
finalmente a la insostenibilidad del
sistema entero. Históricamente, así
ocurrió: los regímenes comunistas son
tan o quizás más destructores del
medio ambiente como los regímenes
capitalistas. Ambos se armonizan con
No queremos decir con esto que el
enfoque de justicia social basado en
los Derechos Humanos sea de por sí
"insostenible" y globalmente
peligroso, como si teóricamente la
justicia no fuera posible sin acabar
con el planeta. Lo que queremos
resaltar es que esta concepción ética
(de segunda generación) se apoya en
un concepto de Sujeto moderno mal
concebido: se trata de un Sujeto
aislado de su contexto, separado y
autónomo pero de modo abstracto,
sin cuerpo, demasiado estrechamente
humano y mental. Un Sujeto
"cartesiano", una mera "cosa que
piensa" sus derechos y los de las cosas
semejantes a él, pero sin visión ni
cuidado por el Todo del cual no se
siente parte, luego frente al cual no se
siente responsable. Un sujeto
"destejido", simplificado, simplón
(complexus/complejo significa:
"tejido juntos", "entretejido")...
Pensamos posible y necesario un
camino que vaya de la Justicia a la
Sostenibilidad, que nos permita
transitar libremente entre la
Democracia y los Derechos Humanos
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por una parte, y la Responsabilidad
global por la trama compleja de la
Tierra Patria por otra parte (tengamos
mucho cuidado de un "ecologismo"
seducido por la antropofobia que
podría derivar rápidamente en un
totalitarismo higienista). Pero este
camino pedirá la crítica y superación
del sujeto moderno aislado, desubicado y orgullosamente dominante
("maître et possesseur de la nature"
(amo y dueño de la naturaleza) decía
Descartes). Pedirá la re-ligación del
ser humano sujeto de derechos con la
trama compleja global. Nuestra Etica
global de tercera generación alcanza
aquí su definición y desafío: ser una
ética que no niegue los aportes de las
otras anteriores (la ética del Bien y la
de la Justicia), pero que sepa
asumirlos dentro de condiciones de
residencia mundanal más complejas,
responsables y armoniosas, lejos de
los delirios de Dios y del Progreso,
una ética que sepa "morar en este
mundo", y no tratar de domeñarlo o
adular a otro.
Kant global
Después de haber analizado los
límites de la ética de primera
generación (basada en la bondad de la
relación interpersonal) y los de la
ética de segunda generación (basada
en la justicia de la estructura social
gracias al reconocimiento de los
derechos de todas las personas), y
situado la raíz del problema de
insostenibilidad de nuestra sociedad
en la mala representación que el
sujeto moderno se hace de sí mismo
como de un ser separado de su propio
planeta, podemos ahora esbozar los
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grandes rasgos de una ética de tercera
generación, tal como la necesitamos
hoy en nuestra época de
globalización.
1) La ética de tercera generación es
más compleja que las anteriores: tiene
que integrar la Bondad y la Justicia
dentro de la perspectiva de la
Sostenibilidad.
No sirve ser solamente “buena gente”
en forma personal y luchar por la
igualdad de condición entre todos los
miembros de la sociedad humana, si
no se respeta las condiciones de
habitabilidad del planeta, si no se
considera la sostenibilidad global de
las condiciones de vida que se
promueve como buenas y justas. Por
ejemplo, desde nuestra perspectiva,
no puede ser ético promover que
todos los habitantes del planeta
tengan acceso a un automóvil
personal. La ideología clásica del
“Desarrollo” que incentiva que los
pobres tengan acceso a las mismas
facilidades de vida que los actuales
ricos, sustentándose en la “equidad
de oportunidad” como dogma
pretendidamente indiscutible
moralmente (desde el punto de vista
de la ética de 2da generación), esa
ideología es en realidad inmoral,
porque quiere globalizar un modo de
vida insostenible. Por eso, desde el
punto de vista de la ética de 3ra
generación, la confusión de la noción
de “progreso” con aquella de bonanza
económica para el mayor número de
personas, dentro de las condiciones
actuales modernas de residencia, es
justamente la culpable de la
insostenibilidad global de nuestra
vida planetaria. El modo de vida en
las actuales naciones desarrolladas es
inmoral, porque insostenible, y el
camino es de buscar un nuevo tipo de
residencia planetaria que permita
facilitar (a) la bondad de los
individuos (sostenibilidad
emocional), (b) la justicia de las
relaciones equitativas (sostenibilidad
económica y juridicopolítica), y (c) la
sostenibilidad global de los efectos
colaterales generados por la presencia
de homo sapiens en la Tierra. Si
faltara uno de estos componentes,
temo que nuestro modelo de vida no
nos permita esperar un siglo XXII.
2) El sujeto de la ética de 3ra
generación no es solamente una
“buena voluntad”, ni un mero “sujeto
jurídico” políticamente
comprometido con las injusticias de
su sociedad. Es TAMBIEN un ser en
conexión íntima con todo y que
reconoce su vínculo y sus
responsabilidades frente a todo, es
decir al gran Todo planetario y a cada
quien en él (Mitakuye oyasin), no sólo
frente al prójimo o al alter ego
humano.
Por eso, este Sujeto ético debe de
tener muy en claro los impactos de
sus acciones y la amplitud de su
responsabilidad social y ambiental.
Tiene visión sistémica de sus interretro-acciones, según el principio de
la “ecología de la acción” (E. Morin),
de las cuales toma conciencia como de
sus propias acciones inmediatas. Es
decir que no le basta ocuparse de sus
acciones personales o sus buenas
intenciones, investiga más bien
permanentemente su influencia sobre
los equilibrios globales. Con eso, es la
casi totalidad de la enseñanza moral
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en el sistema escolar y universitario
actual que se vuelve obsoleta. No solo
obsoleta sino incluso inmoral, puesto
que impide a los jóvenes acceder a la
representación verdadera de las
exigencias éticas que les toca hoy
asumir. Una reforma radical de las
currículas de “educación en valores”
(o como quieren nombrarla) en los
Colegios, Universidades y Escuelas
profesionales, es su primera y más
importante Responsabilidad Social
frente a la época. Es una urgencia, un
Deber.
3) El Sujeto Mitakuye oyasin de la
ética de 3ra generación teje otro tipo
de vínculo con el mundo. Se
reconcilia con él y rehúsa la mera
relación objetivadora e instrumental
con el Planeta.
Esta nueva ética nos pide de algún
modo superar la relación asimétrica
Sujeto-Objeto. Lo que necesitamos
pensar aquí para pasar del estrecho
punto de vista de los derechos
humanos al de la sostenibilidad, es
que si somos "sujeto", esto implica
que el mundo no puede ser "objeto",
que la subjetividad del ser humano
implica el poder subjetivo de la
naturaleza: el mundo, o más bien el
planeta, puede pensar y reflexionar,
puesto que somos seres pensantes y
reflexionantes, siendo seres nacidos
del planeta. Esta afirmación es
"escandalosa" solo para el cartesiano
moderno que no puede pensar el
"pensar" fuera de la ruptura total con
"la materia". Pero no lo es para
alguien que reconoce que hay saber
en los procesos naturales . La planta
"sabe" captar la energía del sol, el
pájaro sabe hacer su nido en círculo, y
la naturaleza supo crear un ser
inteligente capaz de reflexionar todo
esto. Que este saber sea inconsciente
no disminuye su valor. Pensar el
corolario del sujeto en otros términos
que el mero "objeto", es éste el salto
filosófico que permite no oponer el
sujeto de la moral con "el resto", sin
descentrar la ética de la subjetividad
humana (cosa que sería peligrosa e
lógicamente improcedente). Desde la
perspectiva de la sostenibilidad, no se
puede definir al entorno del sujeto
humano como mero decorum a
disposición de su voluntad soberana.
No deberíamos más hablar de la
morada tierra nuestra como de un
mero "medioambiente". Más bien,
reconocernos como sujeto moral
implica el reconocimiento
concomitante del planeta como cosujeto. Si aquí y ahora hay un sujeto
que piensa, es que aquel lugar es el
lugar del sujeto, no un fondo
monócromo sobre el cual resalta, sino
el lugar donde puede ser sujeto, la
residencia de la dignidad infinita del
sujeto: la morada del sujeto = la ética.
Por eso resalto el origen etimológico
de la ética como morada, sin
abandonarme al relativismo y/o el
chauvinismo comunitarista. Cuando
la morada es toda la nave Tierra, en la
cual estamos y somos todos
responsables de que se parezca más al
Arca de Noe que al Titanic, el
relativismo local se confunde por
completo con el universalismo global
(propiamente la oposición pierde
sentido).
4) A partir de estos 3 puntos
fundamentales, podemos resumir
varias características de lo que es una
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ética de tercera generación, aunque
faltaría desarrollar más ciertos temas:
La ética de 3ra generación es:
- Una ética del cuidado, pero basada
en principios universales. Ensancha el
campo del imperativo categórico de
Kant hasta las relaciones sistémicas
globales que devienen de la
residencia planetaria de los seres
racionales.
- Define su ideal de ser humano como
Guardián amable y cariñoso de la
Tierra (toda la tierra, con gases,
minerales, vegetales y animales
incluidos).
- Redefine al sujeto de la moral en
términos de Mitakuye oyasin. (ver
artículo).
- Su meta es hacer sostenible la
residencia de los seres humanos, y
por lo tanto justa y buena (porque la
injusticia y la maldad son
insostenibles). Por eso, pretende
enriquecer y complejizar las otras dos
generaciones de ética sin perder nada
de lo que ellas aportaban al mundo.
- Relativiza la importancia de la
pureza de las intenciones de la buena
voluntad personal . No le sigue la
cuerda a las éticas de primera
generación: el tema de si estoy
animado por buenos propósitos
altruistas o por intereses personales
no le interesa mucho, con tal que los
resultados finales de mi acción sean
sostenibles. El tema, por ejemplo, de
las motivaciones que hacen que
empresarios se dediquen a la
Responsabilidad Social Empresarial
(RSE) no importa, con tal que se
preocupen y apliquen bien las
herramientas de gestión de impactos
que implica la RSE. Un empresario
puede certificar su empresa en la
norma SA 8000 por querer el bien de
sus colaboradores o por querer tener
una buena imagen en un mercado
exigente y superar a la competencia.
El resultado es el mismo: mayor
justicia y sostenibilidad en la gestión
de la empresa.
- Se preocupa por los impactos
colaterales de las acciones tanto como
por las acciones . La ética de 3ra
generación se entiende solo a partir
de la noción fundamental de "ecología
de la acción" introducida por Edgar
Morin, (ver artículo).
- Considera a la Ciencia como primer
sospechoso, acusado, testigo y
también principal rehabilitador de los
males del planeta. Por eso el tema del
saber, de los procesos que conducen
al saber, de la agenda del saber, de la
vigilancia del saber, ("Saber lo que se
piensa, pensar lo que se hace",
Castoriadis) es su primer problema.
Por eso también una ética de 3ra
generación se ocupa particularmente
del tema de la Responsabilidad Social
de las Universidades (RSU) y de la
ciencia en la época actual.
- Su atención no está sólo centrada en
el Prójimo o la Humanidad, sino en el
Planeta de nuestros niños (Mitakuye
oyasin).
- Su gran peligro (¡todas las éticas lo
tienen y pueden ser utilizadas para
justificar el mal!) es el totalitarismo
higienista de un Estado mundial tipo
Big Brother que acabe con la libertad
privada y la intimidad, y controle la
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“idoneidad” de todos nuestros actos
gracias a instrumentos de
fiscalización de alta tecnología
controlados por una “policía
ecológica” omnipotente. Entre esta
solución totalitaria que acaba con la
libertad, y la situación actual de
libertad total que acaba con el
planeta, deberíamos ser capaces de
pensar en un justo medio.
- Disocia totalmente la
responsabilidad de la autoría (no es
porque no somos los autores de un
hecho que no somos responsables de
él, y de la reparación que implica la
fechoría) y la disocia parcialmente del
poder efectivo personal (no es porque
yo no puedo cambiar tal situación
insostenible que no deba
responsabilizarme por su mejora: si
no tengo “efecto” yo solo, juntos lo
podemos tener).
- Su herramienta de gestión es la
Responsabilidad Social de todas las
organizaciones del mundo, que
dentro de un futuro (ojalá) cercano,
ya no deberían confundir la “libertad
de empresa y asociación” con el
libertinaje de hacer cualquier cosa con
nuestra Tierra Patria. Por el momento,
necesitamos mucha voluntad y
automotivación por parte de los
líderes organizacionales y los
consumidores, después tendrá que ser
ley y obligación, para finalmente
volverse un hábito normal, un
“ethos”.
Mitakuye oyasin!
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