Álvaro Nadal, el consejero en la sombra de Rajoy

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POLITICA
Quienes dictan las promesas económicas a Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias
Los cuatro
gurús
Con permiso de Cataluña, la economía será el eje central de la campaña electoral del 20-D. Además, la repolitización que ha
vivido la sociedad española en los últimos años puede provocar que los programas de los partidos adquieran una relevancia
que no han venido teniendo. Los partidos saben que se juegan mucho en esta cuestión, que sus propuestas van a ser miradas
con lupa, y ya se han puesto manos a la obra para cuadrar los números y ultimar los planteamientos con los que se
presentarán ante los ciudadanos. Para esta tarea, Mariano Rajoy se ha puesto en manos del director de la Oficina Económica
de Moncloa, Álvaro Nadal; Pedro Sánchez ha repescado al que fuera ministro de Administraciones Públicas con Zapatero,
Jordi Sevilla; Albert Rivera ha fichado a Luis Garicano, profesor en la London School of Economics, y Pablo Iglesias confía en
Nacho Álvarez, un crítico del neoliberalismo. Estos son los cuatro gurús económicos del 20-D.
L
Por Manuel Capilla
os cuatro partidos que marcarán
la vida política española durante los próximos años ya están
empezando a poner sobre la mesa sus argumentos económicos de cara a
los comicios del 20-D. Con Álvaro Nadal
como director de orquesta, Mariano Rajoy
defiende un discurso que saca pecho de la
austeridad presupuestaria y de las reformas
puestas en marcha por su gobierno, como
la laboral. Mientras, Pedro Sánchez da imagen de moderación y experiencia con el fichaje de Jordi Sevilla, que ha hecho de la
reforma fiscal su bandera. Por su parte, Albert Rivera hace suyas las propuestas económicas más liberales de la mano de Luis
Garicano, que prevé la implantación del
contrato único. Y las propuestas de los círculos académicos críticos con el neoliberalismo imperante en los últimos años, como la renta básica, están en el programa de
la formación de Pablo Iglesias a través de
Nacho Álvarez.
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2–8 de noviembre de 2015. nº 1129
Álvaro Nadal,
el consejero en la
sombra de Rajoy
Las personas conocedoras del entorno
del presidente del Gobierno vienen señalando desde el inicio de la legislatura que
la persona más influyente en la política
económica del Gobierno no ha sido Luis
de Guindos, ni tampoco Cristóbal Montoro. Esas voces señalan a Álvaro Nadal como la persona determinante en este asunto, que ha sabido ganarse la confianza de
Mariano Rajoy y, sobre todo, de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. Y
es que el director de la Oficina Económica de Moncloa forma parte del clan de los
‘sorayos’, el grupo de colaboradores de la
vicepresidenta que se curtieron haciendo
oposición en el Congreso al Ejecutivo de
Zapatero y que ahora ocupan cargos importantes en el Gobierno –como es el caso del ministro de Sanidad, Alfonso Alon-
so, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, o
el secretario de Estado de Relaciones con
las Cortes, José Luis Ayllón-.
Este licenciado en Icade y doctorado en
Harvard acumula una importante experiencia entre bambalinas, en Génova y en el Gobierno, a pesar de su juventud. En 2004, con
34 años, el exministro de Agricultura Miguel
Arias Cañete lo fichó para reactivar el área
económica de un partido todavía en estado
de shock tras la derrota electoral, avalado
por su currículum como asesor económico
con los ministros Josep Piqué, Cristóbal Montoro y Rodrigo Rato. El gran salto lo da en
2008, cuando Sáenz de Santamaría lo ficha
para su equipo en el Congreso, y desde entonces no ha hecho sino ganar peso, hasta
el punto de sonar como ministro –ante la hipotética salida de Guindos al eurogrupo- y
convertirse en el interlocutor del Ejecutivo
con el equipo de Angela Merkel, gracias a
su conocimiento del alemán, y ha sido una
figura clave en el diseño de los encuentros
que han mantenido Rajoy y la canciller alemana a lo largo de la legislatura.
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Álvaro Nadal
Profesión: doctorado en Economía en la
Universidad de Harvard
Cargo: director de la Oficina Económica de
Moncloa
Línea de pensamiento: neoliberalismo
Propuesta estrella: equilibrio presupuestario
EUROPA PRESS
Y es que Nadal es un profundo conocedor de las políticas macroeconómicas que
se han seguido en Alemania durante las últimas décadas. Y no sólo de las políticas,
también de la cultura y del modo de vida
alemán. Su pareja, la diplomática Teresa
Lizaranzu, estuvo destinada cuatro años en
la Embajada de España en Berlín, y él se
desplazaba los fines de semana para estar
con ella y sus dos hijas. Tras su regreso a
Madrid –ahora Lizaranzu es directora general de Industrias Culturales y del Libro-,
matricularon a sus hijas en un colegio alemán de la capital.
Quienes le conocen entre las filas de los
populares valoran su preparación y su experiencia, pero señalan al mismo tiempo que
la impronta que está imprimiendo al discurso económico del PP no es ideológico, sino
puramente tecnocrático ceñido a los recortes presupuestarios y al equilibrio fiscal impuesto desde Bruselas y Berlín. Y algunos dirigentes echan en falta un perfil político más
elevado (ver EL SIGLO nº 976, ‘No seas mala. Rajoy se la juega con Merkel’), y eso podría ser un lastre a la hora de confirmar sus
opciones como ministro. Aunque el aval de
Soraya Sáenz de Santamaría puede ser el mejor que se puede tener en el panorama que
se le puede presentar al PP tras las elecciones del 20-D, y él está labrándose un perfil
propio, con numerosas apariciones públicas.
Además, cuenta con su propio equipo de fieles, entre los que está su hermano gemelo
Alberto Nadal, que aterrizó en el Gobierno
hace más de un año para encargarse de la
secretaría de Estado de Energía y se ha convertido en un contrapoder al ministro de Industria, José Manuel Soria, en asuntos delicados como el de la reforma energética.
Jordi Sevilla,
heredero del
primer zapaterismo
Quince años después, Jordi Sevilla vuelve
a pilotar la política económica del PSOE y
recupera sus opciones de ser ministro de Economía, erosionadas cuando José Luis Rodríguez Zapatero designó a Miguel Sebastián
para redactar el programa económico socialista en las elecciones de 2004 y perdidas definitivamente cuando el presidente eligió a Pedro Solbes para el cargo, con más
cartel que Sevilla y Sebastián en Europa y
entre las grandes empresas. Sevilla pertenecía al núcleo –junto a Jesús Caldera o Trinidad Jiménez, entre otros–en el que se apoyó Zapatero para su asalto a la Secretaría General del PSOE y pronto levantó ampollas en
el sector izquierdista del partido, los antiguos guerristas, con propuestas como la del
tipo único del IRPF. Eran los tiempos en los
que Sevilla prometía a Zapatero enseñarle
todo lo que necesitaba saber de economía
“en dos tardes”.
Con Sebastián al frente de la Oficina Económica de Moncloa y Solbes –del que Sevilla había sido jefe de gabinete en el Ministerio de Agricultura y de Economía–en Economía, Sevilla se quedó con el de Administraciones Públicas en el primer gabinete de
Zapatero, desde donde impulsó un buen número de reformas para agilizar la atención
al ciudadano y armonizar la vida personal y
laboral de los funcionarios. Pero Sevilla nunnº 1129. 2–8 de noviembre de 2015
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ca estuvo cómodo con los derroteros que estaba tomando la reforma del Estatut de Cataluña, y Zapatero terminó destituyéndolo
en el verano de 2007. Permaneció como diputado raso hasta septiembre de 2009, cuando abandonó su escaño y anunció su fichaje por la consultora PriceWaterhouseCoopers. En esos años, Sevilla se destacó como
una de las principales voces críticas en el seno del PSOE con la gestión de Zapatero. Por
ejemplo, en una entrevista concedida a Vanity Fair en marzo de 2010, Sevilla definía
a Zapatero como un líder solitario, que “no
deposita a nadie toda su confianza”. Según
su experiencia, el expresidente “castiga con
su indiferencia”, haciendo “el vacío” a quien
ya no le complace.
Hace unos días, Jordi Sevilla presentaba
públicamente algunos de los elementos del
programa económico del PSOE, esbozando
sólo alguno de los elementos para que Sánchez los vaya desgranando a lo largo de la
campaña. La principal propuesta que puso
sobre la mesa Sevilla fue la reforma fiscal
con la que los socialistas pretenden recaudar 25.000 millones más en cuatro años.
Unos 10.000 millones provendrán de un plan
de lucha contra el fraude fiscal, que incluye
la eliminación de las amnistías fiscales y el
aumento de la plantilla de inspectores de
Hacienda en 5.000 personas. Los otros
15.000 millones saldrán del aumento de la
presión fiscal. Por ejemplo, el plan diseñado por Sevilla incluye elevar la tributación
mínima del Impuesto de Sociedades al 15
por ciento, de manera que se acerque el tipo efectivo al real y las grandes empresas no
tributen proporcionalmente menos que las
pequeñas. Además, el PSOE prevé instaurar
varios impuestos medioambientales, que gravarán, entre otras cosas, las emisiones de
CO2.
Todavía quedan detalles por conocer del
plan fiscal de los socialistas. Sevilla y Sánchez anunciaron que el PSOE fijará un tipo
mínimo en todo el territorio nacional tanto
en el Impuesto de Sucesiones como en el de
Patrimonio, aunque sin precisar cuánto exactamente. Y en cuanto al IRPF, el líder del
PSOE insistió en que no se subirán los impuestos a las clases medias trabajadoras, pero en el seno del partido todavía no confir-
man si mantendrán los tramos del IRPF aprobados por el Ejecutivo de Mariano Rajoy. En
relación al IVA, el PSOE no tiene previstas
modificaciones de los tramos actuales, salvo en el cultural, que bajaría al 10 por ciento –con la intención de seguir rebajándolo
en coordinación con la UE-, a pesar de la
promesa de Sánchez de dejarlo en el 5 por
ciento.
Luis Garicano,
un liberal crítico
con Moncloa
Pocos días antes de que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobase el decreto de reforma laboral en el verano de
2010, el presidente socialista recibía en la
Moncloa a un grupo de cuatro economistas, entre los que se encontraba Luis Garicano (ver EL SIGLO nº 889, ‘Los Cien de ZP’).
Eran los promotores del conocido como Manifiesto de los Cien, que se había hecho público un año antes y que introducía por pri-
Jordi Sevilla
Profesión: funcionario, miembro del Cuerpo Superior
de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado
Cargo en el partido: responsable económico del
Grupo de Expertos del PSOE
Línea de pensamiento: social-liberalismo
Propuesta estrella: reforma fiscal
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Luis Garicano
Profesión: catedrático de Economía en la London
School of Economics
Cargo en el partido: miembro de la Ejecutiva de
Ciudadanos
Línea de pensamiento: neoliberalismo
Propuesta estrella: contrato único
F. MORENO
mera vez en el debate público el término
‘contrato único’, con el objetivo de terminar con la dualidad en el mercado laboral
español.
Este manifiesto ponía negro sobre blanco
lo que se venía defendiendo desde hacía algunos años en los círculos de economistas
liberales: una reforma del mercado laboral
que eliminara todos los contratos existentes,
temporales e indefinidos, e instaurara un único tipo de contrato, en el que las indemnizaciones por despido fueran progresivas en
función de la antigüedad del trabajador en
la empresa. Una idea que desde entonces ha
encontrado fortísimas resistencias entre los
economistas cercanos a la izquierda y a los
sindicatos, que la consideran una simple reforma administrativa que no servirá para
crear empleo y que, además, supone erosionar derechos laborales.
En ese momento, la propuesta cayó en saco roto –a pesar de que el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, suscribió el Manifiesto de los Cien-, pero la idea
se ha convertido en una de las propuestas
estrella del programa de Ciudadanos para
las generales de la mano de Garicano. Y es
que desde hace un año, Garicano se ha convertido en uno de los más estrechos colaboradores de un Albert Rivera que se ha
puesto en manos de este economista formado en el ‘hogar’ del neoliberalismo, la Universidad de Chicago, y que trabaja en la London School of Economics. También hasta hace un año, Garicano colaboraba con Fedea,
el think tank financiado por las grandes empresas del Ibex y presidido por Josep Oliu,
presidente también del Banco Sabadell. Una
colaboración que terminó tras sus críticas a
la gestión económica del Ejecutivo de Mariano Rajoy, después de la intervención del
responsable de la Oficina Económica de
Moncloa, Álvaro Nadal, según algunas informaciones.
El peso que ha adquirido Luis Garicano en
la formación naranja se ha podido apreciar
en los últimos días, cuando ha sido él quien
ha salido al paso de la polémica acerca de
los copagos en Sanidad y Educación, una
propuesta que, por ejemplo, estaba incluida
en el programa del partido en las últimas
elecciones catalanas. Garicano desmentía
“completamente” que su partido proponga
el copago, asegurando que lo que quieren
es que haya “una igualdad de todos los españoles en todos los servicios básicos”. En
concreto, como se señalaba en el programa
de las catalanas, lo que propone Ciudadanos es que exista una cartera de servicios comunes en todo el Estado, para que posteriormente cada comunidad pueda añadir servicios extra a esa cartera, recurriendo al copago. Además, el problema está en qué servicios serían considerados básicos, y quedarían incluidos en esa cartera común, y cuáles no.
Nacho Álvarez,
junto a Iglesias
desde el principio
A principios de 2014, los medios de comunicación dedicaron cierta a atención a la
‘rebelión’ de los alumnos de Economía de
la Universidad de Manchester. Una rebelión
que se replicó en otros países europeos y que
protestaba por el hecho de que, tras el colapso financiero de 2008, la enseñanza de
la Economía estuviera monopolizada por las
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Nacho Álvarez
Profesión: profesor de Economía Aplicada en la
Universidad de Valladolid
Cargo en el partido: responsable del Área Económica
Línea de pensamiento: marxismo
Propuesta estrella: renta básica
F. MORENO
ideas neoliberales, y de que nombrar a Keynes y Marx en las aulas fuera anatema. De
estos núcleos de ‘resistencia’ en los años de
apogeo del pensamiento único neoliberal
procede el ‘gurú’ económico de Pablo Iglesias, Nacho Álvarez, que se ha terminado
destacando del triunvirato que coordinaba
el área económica del partido en sus comienzos (ver EL SIGLO nº 1.085, ‘Los tres economistas de Pablo Iglesias’), junto a Bibiana
Medialdea y Alberto Montero, que siguen
colaborando con Podemos.
En España, esta corriente de pensamiento, que se ha venido denominando desde
hace años ‘Economía crítica’, cuenta con
un referente común: el Departamento de
Economía Aplicada I de la Universidad
Complutense de Madrid, dedicado a la Economía Internacional y el Desarrollo. En este departamento está el germen de las tendencias críticas con la estructura económica capitalista en la segunda mitad del siglo XX, inspiradas, entre otros, por nombres como el de José Luis Sampedro, que
en los últimos años de su vida se convirtió
en un referente para el movimiento de los
indignados.
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Buena parte de los economistas críticos
con la ideología neoliberal predominante
tienen o han tenido algún tipo de relación
con este departamento. Es el caso de Álvarez, que ha estudiado su doctorado allí,
y de algún otro nombre conocido como el
candidato de IU, Alberto Garzón, que cursó el máster de Economía Internacional impartido por este departamento. Álvarez forma parte de colectivos como Econonuestra o del consejo asesor de Viento Sur, en
el que coincidió con varios miembros del
núcleo fundador de Podemos, como Juan
Carlos Monedero, Íñigo Errejón y Luis Alegre, junto a uno de los líderes de Izquierda Anticapitalista, Miguel Urban, implicado también en la génesis de Podemos y
ahora eurodiputado. Viento Sur es una revista bimestral, próxima a IA que “tiene como referencia un marxismo abierto, crítico y autocrítico”, según se define en su propia página web, y que busca “el encuentro con otras corrientes del pensamiento
emancipatorio, especialmente aquellas directamente vinculadas con los movimientos sociales”.
Aunque todavía no se conoce en su to-
talidad el programa de Podemos, Nacho
Álvarez desgranaba hace dos semanas algunas de las propuestas en compañía de
Pablo Iglesias, durante la presentación pública del consejo internacional de expertos que asesorará a Podemos en la redacción de sus propuestas. La principal es la
famosa renta básica incluida en el programa de las europeas, que ya no será universal, sino que, inspirándose en mecanismos que ya funcionan en comunidades como el País Vasco o Asturias, garantizará
600 euros al mes para las personas sin ningún ingreso. Una cifra que se ampliará en
función de las personas que integren la unidad familiar. Podemos fija la cuantía de la
medida en 15.000 millones de euros y propone sufragar éstas y otras medidas de aumento del gasto público con una reforma
fiscal que rebaje de ocho puntos a cuatro
el diferencial de presión impositiva entre
España y la UE, eliminando buena parte de
las deducciones fiscales a las que se acogen las rentas más altas y haciendo más eficaz la lucha contra el fraude. Esta reforma
fiscal recaudaría 45.000 millones en una
legislatura. l