Ámbito de aplicación y definiciones

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11-8-98
COMISIÓN EUROPEA
Dirección General XIII Telecomunicaciones, Mercado de la Información y Valorización de la
Investigación
COMUNICACIÓN
DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO,
AL CONSEJO, AL COMITÉ ECONOMICO Y SOCIAL Y
AL COMITÉ DE LAS REGIONES
Propuesta de
Directiva del Parlamento Europeo y el Consejo
sobre un marco común para
las firmas electrónicas
La siguiente es la traducción al castellano de los textos francés e inglés de la
Propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y el Consejo sobre un marco
común para las firmas electrónicas, efectuada por la comisión “Ad-hoc” para la
redacción del proyecto de ley de firma digital del Ministerio de Justicia de la
República Argentina. Algunos de sus artículos y puntos contienen los comentarios
que su texto ha merecido al seno de la citada comisión.
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
I. ANTECEDENTES
Las redes abiertas como Internet revisten cada vez mayor importancia para la
comunicación mundial. Esas redes permiten una comunicación interactiva entre
interlocutores que no han entablado previamente relación. Además, ofrecen
nuevas posibilidades empresariales, creando herramientas que mejoran la
productividad y reducen los costos, así como nuevos métodos de llegar al cliente.
Las redes están siendo utilizadas por empresas que desean aprovechar los
nuevos tipos de actividad y nuevas formas de trabajo, como el teletrabajo y los
entornos virtuales compartidos. También las administraciones públicas las utilizan
en su interacción con empresas y ciudadanos. El comercio electrónico brinda a la
Unión Europea una excelente oportunidad para avanzar en su integración
económica.
Para aprovechar todas estas posibilidades es necesario disponer de un entorno
seguro en relación con la autenticación electrónica. Existen diversos métodos para
firmar documentos electrónicamente, que van desde algunos muy sencillos (p.ej.,
insertar la imagen escaneada de una firma manuscrita en un documento creado
con un procesador de texto) a otros muy avanzados (p.ej., la firma digital que
utiliza la “criptografía de clave pública”). Las firmas electrónicas permiten al
receptor de los datos transmitidos electrónicamente verificar el origen de los
mismos (autenticación del origen de los datos) y comprobar que son completos y
no han sufrido alteración (integridad de los datos).
La verificación de la autenticidad y la integridad de los datos no necesariamente
prueba la identidad del signatario que ha creado la firma electrónica. ¿Cómo
puede saber el destinatario, por ejemplo, si el emisor es en realidad la persona
que dice ser? En consecuencia, el receptor puede desear una información más
digna de confianza sobre la identidad del signatario. Dicha información puede ser
facilitada por el propio signatario, proporcionando al destinatario una prueba
satisfactoria. Otra manera consiste en recibir la confirmación de la identidad por un
tercero (p.ej., una persona o institución en la que confían las dos partes). En el
contexto de la presente Directiva, a dichos terceros se les denomina "proveedores
de servicios de certificación".
En su comunicación “Iniciativa Europea de Comercio Electrónico”1, presentada el
16 de abril de 1997 al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y
Social y al Comité de las Regiones, la Comisión reconocía que las firmas digitales
constituían un mecanismo esencial para proveer seguridad y desarrollar la
confianza en las redes abiertas. En la Declaración Ministerial de Bonn 2 las firmas
digitales surgen como una cuestión clave para el comercio electrónico.
1
COM(97)157 final,16.04.97
2
Conferencia Ministerial Europea “Las redes mundiales de información: aprovechar su potencial” Bonn 6-8.07.1997
2
En una primera etapa, la Comisión presentó al Parlamento Europeo, al Consejo, al
Comité Económico y Social y al Comité de las Regiones la comunicación “El
fomento de la Seguridad y la Confianza en la Comunicación Electrónica - Hacia un
Marco Europeo para las Firmas Digitales y el Encriptado”3, donde se indica la
necesidad de un planteamiento coherente en este ámbito. El 1º de diciembre de
1997, el Consejo acogió favorablemente esta comunicación e invitó a la Comisión
a presentar, a la mayor brevedad posible, una propuesta de directiva del
Parlamento Europeo y el Consejo sobre firmas digitales.
Luego de publicada la citada comunicación y como resultado de las reuniones
celebradas con los Estados miembros, con los representantes del sector privado
(concretamente de la industria europea de la criptografía) y de la audiencia
internacional de expertos de Copenhague4 la Comisión ha receptado las opiniones
de las distintas partes interesadas. De la información recogida cabe extraer las
siguientes conclusiones:
1. La actividad legislativa creciente que varios Estados miembros desarrollan en
este ámbito pone de manifiesto la urgente necesidad de adoptar un marco legal
armonizado a nivel europeo a fin de evitar que se vea seriamente obstaculizado el
funcionamiento del mercado interno.
2. Si bien las técnicas de firma digital que utilizan la criptografía de clave pública
constituyen el centro de discusión y objeto de numerosas actividades, una directiva
europea debe ser neutra desde el punto de vista tecnológico y no estar limitada a
dicho tipo de firmas. Puesto que cabe prever el desarrollo de una amplia variedad
de mecanismos de autenticación, el campo de aplicación de la presente Directiva
debe ser suficientemente amplio como para cubrir una gama de “firmas
electrónicas”, que comprenderá tanto las firmas digitales basadas en la criptografía
de clave pública como otros métodos de autenticación de datos. (Comentario: se
señala que en esta parte la exposición de motivos no se ve reflejada en el
articulado, particularmente en el artículo 2.1 que define a la “firma electrónica”
como una firma bajo forma digital, integrada, ligada o asociada de manera lógica a
los datos, creada por medios que el signatario pueda mantener bajo su exclusivo
control; asimismo en el artículo 2.3, que define al “dispositivo de creación de firma”
como los datos únicos, tales como códigos o claves criptográficas privadas, o un
dispositivo físico configurado específicamente, que el signatario utiliza para crear
la firma electrónica)
3. A fin de asegurar el funcionamiento del mercado interno y sostener el rápido
desarrollo de la actividad del sector en términos de demanda y de innovación
tecnológica, debe evitarse todo régimen de autorización previa (N. del T.:
obligatoria de proveedores de servicios de certificación). Para ganar la confianza
de los consumidores, puede resultar útil contar con regímenes de acreditación
voluntaria para los proveedores de servicios de certificación, con el fin de alcanzar
un nivel de seguridad más elevado. En cuanto tales medidas sean exigidas por el
3
COM(97)503 final, 08.10.97
4
International Hearing, Copenhague, 23-24-4-1998.
3
mercado, ellas podrían dar un nivel más claro o más predecible de seguridad legal,
tanto para el proveedor de servicios de certificados como para el consumidor.
4. Las firmas electrónicas utilizadas en grupos cerrados donde existan relaciones
contractuales ya establecidas no deben entrar obligatoriamente dentro del campo
de aplicación de la presente Directiva. En este contexto debe prevalecer la libertad
contractual.
5. La cuestión más importante es garantizar el reconocimiento jurídico de las
firmas digitales y los servicios de certificación, especialmente a nivel internacional.
Ello implica precisar las exigencias esenciales a cumplir por los proveedores de
servicios de certificación, incluida su responsabilidad.
6. La industria debe tomar la iniciativa, junto con los organismos de normalización,
para el desarrollo de normas internacionalmente reconocidas para firmas digitales
(N. del T.: francés: numériques; inglés: digital). Tales normas deben orientarse a
instaurar un entorno abierto de productos y servicios interoperables. El papel de la
Comisión será apoyar este proceso.
7. En el plano internacional tienen lugar actualmente múltiples actividades y
debates. La Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Comercial
Internacional (UNCITRAL) ha aprobado una Ley-Modelo sobre Comercio
Electrónico y ha comenzado a trabajar en la preparación de normas uniformes en
materia de firma digital. Por su parte, la Organización de Cooperación y Desarrollo
Económico (OCDE) prosigue sus trabajos en este ámbito, a modo de continuación
de sus pautas de política criptográfica de 1997. Otras organizaciones
internacionales, como la Organización Mundial del Comercio (OMC), comienzan
también a interesarse por cuestiones conexas. Esta evolución debe ser tenida en
cuenta en la puesta en marcha de un marco jurídico a nivel europeo.
II. NECESIDAD DE ARMONIZACIÓN
Varios Estados miembros desarrollan ya actividades normativas pormenorizadas
en relación con la firma electrónica:
Estado Miembro
Estado de avance de la actividad legislativa
Austria
Trabajos preparatorios.
Bélgica
 Ley de telecomunicaciones: régimen voluntario de declaración previa para
los proveedores de servicios;
 Proyecto de ley de servicios de certificación relacionados con la firma digital;
 Proyecto de ley de modificación del Código civil en materia de prueba
electrónica;
 Proyecto de ley sobre la utilización de la firma digital en los ámbitos de la
seguridad social y la salud pública.
4
Dinamarca
 Proyecto de ley de utilización segura y eficaz de la comunicación digital.
Francia
 Ley de telecomunicaciones (decretos de autorizaciones y exenciones):
 suministro de productos de firma electrónica sujeto a procedimiento de
información;
 libertad de uso, importación y exportación de productos y servicios de
firma electrónica;
 Normativa sobre utilización de la firma digital en los ámbitos de la seguridad
social y la sanidad pública.
Finlandia
 Proyecto de ley de intercambio electrónico de datos en la administración y
los procedimientos judiciales administrativos;
 Proyecto de ley por la que la Oficina del Censo actuará en calidad de
proveedor de servicios de certificación.
Alemania
 Ley y decreto promulgados en materia de firma digital: condiciones en que se
considera segura la firma digital; acreditación voluntaria de proveedores de
servicios;
 Elaboración de un catálogo de medidas de seguridad adecuadas;
 Consulta pública en curso sobre los aspectos jurídicos de la firma digital y de
los documentos firmados electrónicamente.
Italia
 Ley general de reforma de los servicios públicos y simplificación
administrativa promulgada: principio del reconocimiento legal de los
documentos electrónicos;
 Decreto de creación, archivo y transmisión de documentos y contratos
electrónicos;
 Decreto regulador de productos y servicios, en preparación;
 Decreto sobre las obligaciones fiscales derivadas de los documentos
electrónicos, en preparación.
Países Bajos
 Régimen voluntario de acreditación para los proveedores de servicios, en
preparación;
 Normativa fiscal que prevé la presentación electrónica de la declaración de
ingresos;
 Proyecto de ley de modificación del Código civil, en preparación.
España
 Circulares de la dirección de Aduanas sobre utilización de la firma
electrónica;
 Resolución en el ámbito de la seguridad social que regula la utilización de
medios electrónicos;
 Leyes y circulares en materia de hipotecas, fiscalidad, servicios financieros y
5
registro de empresas que autorizan el uso de procedimientos electrónicos;
 Ley de presupuestos de 1998, por la que la Casa de la Moneda actuará
como proveedor de servicios de certificación.
Suecia
Trabajos preparatorios.
Reino Unido
 Proyectos legislativos en materia de concesión de licencias voluntarias a
proveedores de servicios de certificación y reconocimiento legal de la firma
electrónica.
Esta descripción demuestra que las distintas iniciativas en curso en los Estados
miembros están conduciendo a una situación jurídica muy heterogénea. Aunque
los Estados miembros parecen concentrarse en las mismas cuestiones,
especialmente en lo referente a la reglamentación de productos y proveedores de
servicios, los criterios que determinarán el efecto jurídico de las firmas electrónicas
y la estructura de los regímenes de acreditación, es evidente que la diversidad
normativa -o la inexistencia de normas- constituye una amenaza para el
funcionamiento del mercado interno en relación con las firmas electrónicas. Las
diferencias normativas en cuanto a los efectos legales de la firma digital resultan
perjudiciales para el desarrollo futuro del comercio electrónico y, por consiguiente,
para el crecimiento económico y el empleo en la Comunidad. La incertidumbre
puede igualmente resultar de regímenes diferentes en materia de responsabilidad
así como de la incoherencia en la jurisprudencia en la misma materia. Asimismo
es probable que varíen entre los Estados miembros los criterios técnicos en virtud
de los cuales las firmas electrónicas sean consideradas seguras.
Este grado de heterogeneidad podría convertirse en un serio obstáculo a la
comunicación y la actividad empresarial por redes abiertas en la Unión Europea, al
inhibir el libre uso y prestación de servicios relacionados con la firma electrónica y
limitar el desarrollo de nuevas actividades económicas vinculadas con el comercio
electrónico. La finalidad de la propuesta de Directiva adjunta es eliminar
obstáculos, concretamente las diferencias en el reconocimiento jurídico de las
firmas electrónicas y las restricciones a la libre circulación de servicios y productos
de certificación entre los Estados miembros. Dados los objetivos que se persiguen,
la competencia sobre esta medida incumbe exclusivamente a la Comunidad. La
propuesta de directiva intenta facilitar el uso de las firmas electrónicas en un
espacio sin fronteras en lo que concierne a las obligaciones esenciales para los
servicios de certificación, dejando a discreción de los Estados miembros los
detalles de su puesta en marcha. Dicha propuesta resulta acorde con la política
legislativa de la Comisión en materia de subsidiariedad, proporcionalidad y
simplificación legislativa.
En consecuencia, la Comisión propone como fundamento jurídico del presente
texto el apartado 2 del artículo 57, y los artículos 66 y 100 A del Tratado. Por
razones de proporcionalidad, la Comisión considera que una directiva constituye el
instrumento jurídico más apropiado.
6
III. OBJETIVO Y CAMPO DE APLICACIÓN DE LA DIRECTIVA
1. La presente directiva apunta a asegurar el buen funcionamiento del mercado
interior en el campo de las firmas electrónicas, instituyendo un marco jurídico
homogéneo y adecuado para el uso de estas firmas dentro de la comunidad
europea y definiendo un conjunto de criterios que constituyen la base de su
reconocimiento jurídico.
2. Las comunicaciones y el comercio electrónico mundial dependen de la
adaptación progresiva de las legislaciones nacionales e internacionales a la
evolución rápida de la infraestructura tecnológica. Aunque, en muchos casos,
proceder por analogía con las reglas existentes puede rendir una solución
satisfactoria, posiblemente será necesario adaptar estas legislaciones en función
de las nuevas tecnologías a fin de evitar efectos contrarios o indeseables. Si bien,
las firmas digitales producidas mediante las técnicas criptográficas se consideran
hoy dentro de la firma electrónica de primerísima importancia, el marco
reglamentario europeo debe ser suficientemente flexible para tener en cuenta
aquellas otras tecnologías susceptibles de ser utilizadas para asegurar el
autenticado.
3. La tecnología de firmas electrónicas tiene aplicaciones evidentes en entornos
cerrados, como ser la red local de una empresa o un sistema bancario. Los
certificados y las firmas electrónicas tienen igualmente una función de
autorización, por ejemplo para acceder a una cuenta personal. En el marco de las
legislaciones nacionales, el principio de la libertad contractual permite a las partes
contrayentes el convenir entre ellas la modalidad de sus transacciones, es decir si
ellas aceptan o no las firmas electrónicas. En este caso, no se manifiesta una
necesidad evidente de reglamentación.
4. Teniendo en cuenta la gama de servicios en cuestión y de sus posibles
aplicaciones, los prestatarios de servicios de certificación deben poder ofrecer sus
servicios sin la obligación de obtener autorización previa. De todos modos, los
prestatarios de servicios posiblemente desearán beneficiarse de la validez jurídica
que le confieren a las firmas electrónicas los regímenes voluntarios de
acreditación ligados a exigencias comunes. La acreditación debe considerarse
como un servicio público ofrecido a los prestatarios de servicios de certificación
que deseen ofrecer un servicio de alto nivel. Esto no debe en ningún caso implicar
que un prestatario de un servicio no acreditado sea automáticamente menos
seguro.
5. Un prestatario de servicios de certificación puede ofrecer una amplia gama de
servicios. La presente directiva se centra particularmente en los servicios de
certificación relacionados a las firmas electrónicas. Los certificados pueden
utilizarse con fines muy diversos y contener diferentes datos. Puede tratarse de
identificadores clásicos, como ser el nombre, la dirección, el número de
documento de identidad, el número de seguridad social, el número de
contribuyente o de identificación fiscal o de atributos específicos del firmante, por
ejemplo, que permiten establecer si está facultado para actuar en nombre de una
empresa, si es solvente, si tiene garantes o si es titular de permisos o de licencias
7
particulares. Como consecuencia, se pueden visualizar diversos certificados para
toda una serie de usos. Sin embargo, un marco jurídico es necesario sobre todo
para los certificados, a fin de permitir el autenticado de la firma electrónica del
firmante. Por ello, la presente directiva tiene como objeto el funcionamiento del
certificado (llamado "certificado calificado") en relación con la identidad civil o el
papel de una persona determinada.
6. En un sistema abierto, pero confiable, de firmas electrónicas, el efecto jurídico
atribuido a una firma es un elemento esencial. La aplicación de la presente
directiva contribuirá igualmente a implementar un marco jurídico armonizado
dentro de la comunidad al garantizar que la fuerza ejecutoria, el efecto o la validez
jurídica de una firma electrónica no sean cuestionados por el solo motivo de que la
firma se presenta en la forma de datos electrónicos, de que ella no se basa en un
certificado calificado o en un certificado emitido por un prestatario de servicios de
certificación acreditado, y que las firmas electrónicas sean reconocidas al nivel
jurídico de la misma manera que las firmas ológrafas. Adicionalmente, los
regímenes nacionales de admisibilidad de pruebas deben extenderse para incluir
la utilización de firmas electrónicas.
7. El reconocimiento jurídico de firmas electrónicas debe reposar sobre criterios
objetivos, transparentes, no discriminatorios y proporcionales, que no deben ser
condicionados a ninguna autorización o acreditación del prestatario del servicio
respectivo. Las exigencias comunes aplicables a los prestatarios de servicios de
certificación deben permitir el reconocimiento internacional de firmas y certificados
dentro de la comunidad europea. Las exigencias deben aplicarse a los prestatarios
de servicios de certificación independientemente del tipo de acreditación en vigor
dentro de tal o cual Estado miembro. El progreso tecnológico o la evolución del
mercado pueden requerir ciertas adaptaciones, por lo cual puede ser necesario
revisar estos requisitos de tanto en tanto. La comisión podrá proponer nuevos
requisitos basándose en las recomendaciones que le serán hechas.
8. En materia de responsabilidad, las reglas comunes deben contribuir a suscitar
la confianza de los consumidores y de las empresas, que confíen en los
certificados y en los prestatarios de servicios y promover así una amplia difusión
de las firmas electrónicas.
9. Los mecanismos cooperativos que permitan el reconocimiento de un Estado a
otro de las firmas y de certificados con terceros países son esenciales para el
desarrollo del comercio electrónico internacional. En particular, permitir a los
prestatarios de servicios de certificación, dentro del ámbito de la comunidad
europea, avalar los certificados de terceros países de la misma forma que
garantizan a sus propios certificados, podría constituir un medio simple pero eficaz
de promover los servicios internacionales.
8
Propuesta de
Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo
(COM…) del (fecha)
sobre un marco común para las firmas electrónicas
EL PARLAMENTO EUROPEO Y EL CONSEJO DE LA UNION EUROPEA,
visto el Tratado que crea a la Comunidad Europea y en particular su artículo 57,
párrafo 2 y sus artículos 66 y 100 A,
vista la propuesta de la Comisión,
vista la opinión del Comité Económico y Social,
vista la opinión del Comité de las Regiones,
actuando de acuerdo con el procedimiento establecido en el artículo 189 B del
Tratado,
(1) considerando que, el 16 de abril de 1997, la Comisión presentó al Parlamento
Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social y al Comité de las Regiones
una iniciativa europea respecto del comercio electrónico;
(2) considerando que la Conferencia Ministerial de Bonn, sostenida del 6 al 8 de
julio de 1997, acentuaba la necesidad de un marco jurídico y tecnológico para las
firmas digitales;
(3) considerando que, el 8 de octubre de 1997, la Comisión presentó al
Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social y al Comité de las
Regiones una comunicación titulada "Asegurar la seguridad y la confianza en la
comunicación electrónica - Hacia un marco europeo para las firmas digitales y el
encriptado";
(4) considerando que, el 1º de diciembre de 1997, el Consejo invitó a la Comisión
a someter lo antes posible una propuesta de directiva al Parlamento Europeo
sobre las firmas digitales; considerando que las cuestiones jurídicas prioritarias
fueron debatidas en la audiencia internacional de expertos de Copenhague del 23
al 24 de abril de 1998;
(5) considerando que las comunicaciones y el comercio electrónico requieren
"firmas electrónicas" y que los servicios relacionados permiten la autenticación de
datos; que toda divergencia en las reglas relativas al reconocimiento jurídico de las
firmas electrónicas y a la acreditación de los "prestatarios de servicios de
certificación" en los Estados miembros corren el riesgo de constituirse en un
obstáculo serio a las comunicaciones electrónicas y al comercio electrónico y por
ello trabar el desarrollo del mercado interno; que la diversidad de actividades en
los Estados miembros deja en evidencia la necesidad de armonizar al nivel de la
Comunidad;
9
(6) considerando que se debe promover la interoperabilidad de los productos de
firma electrónica; que, conforme al articulo 7 A del Tratado, el mercado interno
conforma un espacio en el cual se asegura la libre circulación de mercaderías; que
las exigencias esenciales específicas a los productos de firma electrónica
utilizados por los prestatarios de servicios de certificación deben respetarse a fin
de asegurar la libre circulación en el mercado interno y de suscitar la confianza en
las firmas electrónicas; que, por el momento, no hay una necesidad manifiesta de
armonizar los productos destinados a los consumidores;
(7) considerando que, con la velocidad del progreso tecnológico y la dimensión
mundial del Internet conviene adoptar un enfoque que tenga en cuenta las
diversas tecnologías y servicios que permiten autenticar los datos en forma
electrónica; que, de todos modos, las "firmas digitales" que se basan en la
criptografía de clave pública constituyen actualmente la forma reconocida de firma
electrónica; (Comentario: se señala que en esta parte la exposición de motivos no
se ve reflejada en el articulado, particularmente en el artículo 2.1 que define a la
“firma electrónica” como una firma bajo forma digital, integrada, ligada o asociada
de manera lógica a los datos, creada por medios que el signatario pueda mantener
bajo su exclusivo control; asimismo en el artículo 2.3, que define al “dispositivo de
creación de firma” como los datos únicos, tales como códigos o claves
criptográficas privadas, o un dispositivo físico configurado específicamente, que el
signatario utiliza para crear la firma electrónica)
(8) considerando que el mercado interno permite a los prestatarios del servicio de
certificación desarrollar sus actividades internacionales a fin de aumentar su
competitividad, y de ofrecer así a los consumidores y a las empresas nuevas
posibilidades de intercambiar información y de comerciar electrónicamente con
toda la seguridad, independientemente de las fronteras; que los prestatarios del
servicio de certificación deben generalmente estar libres para ofrecer sus servicios
sin autorización previa, a fin de favorecer la provisión, a escala comunitaria, de los
servicios de certificación sobre redes abiertas; que, en lo inmediato, no es
necesario asegurar la libre circulación de los servicios de certificación al armonizar
las restricciones nacionales a la provisión de estos servicios que sean justas y
proporcionadas;
(9) considerando que los regímenes voluntarios de acreditación que apuntan a
elevar el nivel del servicio prestado pueden ofrecer a los prestatarios de servicios
de certificación el marco adecuado para el perfeccionamiento de sus servicios en
función del nivel de confianza, de seguridad y de la calidad impuesta por la
evolución del mercado; que tales regímenes deben incitar a la puesta a punto de
las reglas de buena conducta entre los prestatarios de servicios de certificación;
que los prestatarios de servicios de certificación deben quedar libres de suscribir a
estos regímenes de acreditación y de beneficiarse de ello; que los Estados
miembros no deben prohibir a los prestatarios de servicios de certificación operar
en el marco de sus regímenes de acreditación; que se debe velar por que los
regímenes de acreditación no limiten la competencia en el sector de los servicios
de certificación; que es importante encontrar un equilibrio entre las necesidades de
los particulares y las de las empresas;
10
(10)
considerando que la presente Directiva apunta a promover la utilización y
el reconocimiento jurídico de las firmas electrónicas en la Comunidad Europea;
que un marco reglamentario no es necesario para las firmas electrónicas utilizadas
exclusivamente en el ámbito de sistemas cerrados; que la libertad de las partes de
convenir entre ellas las condiciones dentro de las cuales ellas aceptan los datos
firmados electrónicamente debe salvaguardarse dentro de los limites autorizados
para la legislación nacional; que la presente directiva no apunta a armonizar las
reglas nacionales concernientes al derecho contractual, en particular la
celebración y ejecución de contratos, o de otras formalidades no contractuales que
precisan de firma; que, por esta razón, las disposiciones concernientes a los
efectos jurídicos de las firmas electrónicas no prejuzgan obligaciones de firma
requeridas por la ley para la celebración de contratos ni reglas determinantes del
lugar en el cual se celebra un contrato;
(11)
considerando que, a fin de contribuir a la aceptación general de las firmas
electrónicas, la validez jurídica de una firma electrónica no puede cuestionarse por
el solo motivo de que la firma se presente en la forma de datos electrónicos, que
ella no se base en un certificado calificado o en un certificado emitido por un
prestatario de servicios de certificación acreditado o que el prestatario de servicio
que ha emitido el certificado en cuestión es originario de otro Estado miembro; que
las firmas electrónicas, ligadas a un prestatario de servicios de certificación
confiable que satisface las exigencias esenciales, deben tener el mismo efecto
jurídico que las firmas ológrafas; que se debe velar para que las firmas
electrónicas puedan tener fuerza probatoria en la justicia en todos los Estados
miembros de la Comunidad; que el reconocimiento jurídico de las firmas
electrónicas debe basarse en criterios objetivos y no condicionarse a la
autorización del prestatario del servicio respectivo; que las reglas armonizadas
respecto del efecto jurídico de las firmas electrónicas serán la garantía de un
marco jurídico coherente en la Comunidad;
(12)
considerando que los prestatarios de servicios de certificación que ofrecen
servicios de certificación al público están sometidos a la legislación nacional en
materia de responsabilidad; que las diferencias en el campo de aplicación y el
contenido de estas reglamentaciones arriesgan suscitar incertidumbres jurídicas,
notablemente en lo que concierne a los terceros que utilizan los servicios de estos
prestatarios; que tales incertidumbres pueden perjudicar el desarrollo del comercio
internacional e impedir el funcionamiento del mercado interno; que la armonización
de las reglas en materia de responsabilidad ofrece seguridad y previsibilidad
jurídica a los prestatarios de servicios de certificación y a los consumidores; que
tales reglas deben contribuir a la aceptación general y al reconocimiento jurídico
de las firmas electrónicas en la Comunidad europea y, en consecuencia, tienen un
efecto benéfico sobre el funcionamiento del mercado interno;
(13)
considerando que los mecanismos internacionales respecto de terceros
países son indispensables para el desarrollo del comercio electrónico
internacional; que estos mecanismos deben estar puestos a punto al nivel de las
empresas; que los acuerdos multilaterales con los terceros países respecto del
11
reconocimiento mutuo de los servicios de certificación podrían contribuir a
asegurar la interoperabilidad a nivel mundial;
(14)
considerando que, para favorecer las comunicaciones y el comercio
electrónico asegurando la confianza de sus usuarios, los Estados miembros deben
obligar a los prestatarios de servicios de certificación a respetar la legislación de la
protección de datos y la privacidad individual y estar en condiciones de proveer
igualmente los servicios de certificación para seudónimos a pedido del firmante;
que la ley nacional debería precisar si, y en que condiciones, los datos que revelan
la identidad de la persona deberán transferirse para investigaciones criminales;
que los prestatarios de servicios de certificación deben informar en forma
anticipada a los usuarios de sus condiciones, notablemente en lo que concierne a
la utilización específica de sus certificados y los límites de su responsabilidad por
escrito, en un lenguaje fácilmente comprensible y utilizando un medio de
comunicación perdurable;
(15)
considerando que es deseable instituir un Comité Consultivo para asistir a
la Comisión a aplicar, de manera armonizada y proporcional, las disposiciones que
responden a las necesidades del mercado y del público en general;
(16)
considerando que, conforme a los principios de subsidiariedad y de
proporcionalidad referidos en el articulo 3 B del Tratado, el objetivo que consiste
en instituir un marco jurídico armonizado para la provisión de firmas electrónicas y
de servicios relacionados, no puede realizarse de manera suficiente por los
Estados miembros y sería realizado mejor a nivel comunitario; que la presente
directiva se limita a las exigencias mínimas necesarias para lograr este objetivo,
HAN ADOPTADO LA PRESENTE DIRECTIVA
12
Ámbito de aplicación y definiciones
Artículo 1
Ámbito de aplicación y finalidad
La presente Directiva tiene por finalidad facilitar el uso de la firma electrónica y
establecer su reconocimiento legal. Esta Directiva no cubre otros aspectos en
relación con la conclusión o validez de los contratos u otras formalidades no
contractuales que precisen firma. La Directiva crea un marco legal para
determinados servicios de certificación accesibles al público, con el fin de asegurar
el correcto funcionamiento del mercado interno en relación con la firma
electrónica.
Artículo 2
Definiciones
A los efectos de la presente Directiva, se entiende por:
1. “firma electrónica”, una firma bajo forma digital, integrada, ligada o asociada de
manera lógica a los datos, utilizada por un signatario para indicar su aceptación
del contenido de esos datos y que cumple con los siguientes requisitos:
(a) estar vinculada únicamente al signatario;
(b) permitir identificar al signatario;
(c) haber sido creada por medios que el signatario pueda mantener bajo su
exclusivo control; y
(d) estar vinculada a los datos a los que se relaciona de modo tal que se detecte
cualquier modificación ulterior de esos datos.
2. “signatario”, la persona que crea una firma electrónica.
3. “dispositivo de creación de firma”, los datos únicos, tales como códigos o
claves criptográficas privadas, o un dispositivo físico configurado específicamente,
que el signatario utiliza para crear la firma electrónica.
4. “dispositivo de verificación de firma”, los datos únicos, tales como códigos o
claves criptográficas públicas, o un dispositivo físico configurado a tal efecto
específicamente, utilizado para verificar la firma electrónica.
5. “certificado reconocido”, una atestación digital que vincula un dispositivo de
verificación de firma con una persona, confirma su identidad y cumple los
requisitos establecidos en el Anexo I.
6. “proveedor de servicios de certificación”, la persona física o jurídica que emite
certificados al público o presta otros servicios en relación con firmas electrónicas.
13
7. “producto de firma electrónica”, todo hardware o software, o sus componentes
específicos, destinados a ser utilizados por el proveedor de servicios de
certificación para la prestación de servicios de firma electrónica.
Artículo 3
Principios de acceso al mercado
1. Los Estados miembros no condicionarán la prestación de servicios de
certificación a la obtención de autorización previa.
2. Sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado 1, los Estados miembros podrán
introducir o mantener regímenes voluntarios de acreditación para mejorar el nivel
de los servicios de certificación. Todos los criterios relativos a tales regímenes
deberán ser objetivos, transparentes, proporcionados y no discriminatorios. Los
Estados miembros no podrán limitar el número de proveedores de servicios de
certificación amparándose en la presente Directiva.
3. Conforme al procedimiento previsto en el artículo 9, la Comisión podrá
establecer y publicar en el Diario Oficial de las Comunidades Europeas los
números de referencia de normas generalmente aceptadas para productos de
firma electrónica. Los Estados miembros presumirán que los productos de firma
electrónica que se ajusten a dichas normas cumplen con lo establecido en el punto
d) del Anexo II de la presente Directiva.
4. Los Estados miembros podrán supeditar el uso de la firma electrónica en el
sector público a requisitos adicionales. Estos requisitos serán objetivos,
transparentes, proporcionados y no discriminatorios, y sólo harán referencia a las
características específicas de la aplicación de que se trate.
Artículo 4
Principios del mercado interno
1. Cada Estado miembro aplicará las disposiciones nacionales que adopte en
cumplimiento de la presente Directiva a los proveedores de servicios de
certificación establecidos en su territorio y a los servicios prestados por ellos. Los
Estados miembros no podrán restringir la prestación de servicios de certificación
regulados por la presente Directiva que procedan de otro Estado miembro.
2. Los Estados miembros velarán por que los productos de firma electrónica que
se ajusten a lo dispuesto en la presente Directiva puedan circular libremente en el
mercado interno.
14
Efectos legales, responsabilidad
Artículo 5
Efectos jurídicos
1. Los Estados miembros velarán por que la fuerza ejecutoria, el efecto o la
validez jurídica de una firma electrónica no sea negada por el solo motivo de que
ésta se presente en forma electrónica, o no se base en un certificado reconocido o
en un certificado expedido por un proveedor de servicios de certificación
acreditado.
(Comentario: Cuando la firma electrónica no se base en un certificado reconocido
o en un certificado expedido por un proveedor de servicios de certificación
acreditado, su validez debería estar sujeta a las reglas sobre pruebas de otros
marcos normativos)
2. Los Estados miembros velarán por que las firmas electrónicas basadas en un
certificado reconocido emitido por un proveedor de servicios de certificación que
cumple lo establecido en el Anexo II:
(a) posean idéntico valor legal que la firma manuscrita;
(b) sean admisibles como prueba a efectos procesales de la misma forma que la
firma manuscrita.
Artículo 6
Responsabilidad
1. Los Estados miembros velarán porque el proveedor de servicios de certificación
que emita un certificado reconocido sea responsable ante cualquier persona que
de buena fe confíe en el certificado, respecto de:
(a) la exactitud de toda la información contenida en el certificado reconocido en la
fecha de su emisión, salvo indicación contraria del proveedor de servicios de
certificación que figure en el certificado;
(b) la conformidad con todos los requisitos de la presente Directiva en la emisión
del certificado reconocido;
(c) la garantía de que, en el momento de la expedición del certificado reconocido,
obra en poder del titular identificado en el mismo el dispositivo de creación de
firma correspondiente al dispositivo de verificación dado o identificado en el
certificado;
(d) en caso de que el proveedor de servicios de certificación genere los
dispositivos de creación y de verificación de firma, la garantía de que ambos
funcionen conjunta y complementariamente. (Comentario: este inciso es
cuestionable, ya que contradice el artículo 2. 1. (c) y viola el principio de
privacidad de los dispositivos de creación de firmas electrónicas definidos en el
art. 2.3.)
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2. Los Estados miembros velarán por que el proveedor de servicios de
certificación no sea responsabilizado por eventuales inexactitudes en el certificado
reconocido que resulten de la información facilitada por la persona a que se
expidió el mismo, a condición de que dicho proveedor de servicios pueda
demostrar que ha tomado todas las medidas razonablemente practicables para
verificar tal información.
3. Los Estados miembros velarán por que el proveedor de servicios de
certificación pueda consignar, en un certificado reconocido en particular, los límites
establecidos para su utilización. El proveedor de servicios de certificación no
deberá ser responsabilizado por los daños que resulten del uso contraindicado de
un certificado reconocido en el que consten los límites de su utilización.
4. Los Estados miembros velarán por que el proveedor de servicios de
certificación pueda consignar en el certificado reconocido un valor límite de las
transacciones válidas que puedan realizarse mediante el mismo. El proveedor de
servicios de certificación no será responsable de los eventuales daños y perjuicios
que excedan de dicho valor límite.
5. Las disposiciones precedentes se aplicarán sin perjuicio de la Directiva
93/13/CE.
Aspectos internacionales, protección de datos
Artículo 7
Aspectos internacionales
1. Los Estados miembros velarán por que los certificados expedidos por un
proveedor de servicios de certificación establecido en un tercer país sean
reconocidos como jurídicamente equivalentes a los emitidos por un proveedor de
servicios de certificación establecido en la Comunidad Europea:
(a) si el proveedor de servicios de certificación cumple con los requisitos
enumerados en la presente Directiva y ha sido acreditado en el marco de un
sistema voluntario de acreditación establecido por un Estado miembro de la
Comunidad Europea; o
(b) si un proveedor de servicios de certificación establecido en la Comunidad
Europea que cumple las prescripciones del Anexo II, avala el certificado en la
misma medida que los propios; o
(c) si el certificado o el proveedor de servicios de certificación están reconocidos
en virtud de un acuerdo bilateral o multilateral entre la Comunidad Europea y
terceros países u organizaciones internacionales.
2. La Comisión podrá tomar medidas para facilitar tanto la prestación de servicios
de certificación a través de las fronteras con terceros países como el
reconocimiento legal de las firmas electrónicas originarias de estos últimos. A tal
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fin, la Comisión podrá presentar propuestas para la aplicación de normas y
acuerdos internacionales relacionados con los servicios de certificación y, llegado
el caso, solicitar al Consejo un mandato de negociación de acuerdos bilaterales y
multilaterales con terceros países y organizaciones internacionales. El Consejo se
pronunciará por mayoría cualificada.
Artículo 8
Protección de datos
1. Los Estados miembros velarán por que los proveedores de servicios de
certificación y los organismos nacionales competentes en materia de acreditación
y supervisión cumplan lo establecido en las disposiciones nacionales de
incorporación al derecho interno de las directivas 95/46/CE y 97/66/CE.
2. Los Estados miembros velarán por que los proveedores de servicios de
certificación únicamente puedan recabar datos personales directamente del titular
de los mismos, y sólo en la medida necesaria a efectos de la expedición del
certificado. Los datos no podrán obtenerse o tratarse con fines distintos sin el
consentimiento de su titular.
3. Los Estados miembros velarán por que, de solicitarlo así el signatario, el
proveedor de servicios de certificación consigne en el certificado un seudónimo de
esa persona, en lugar de su verdadero nombre.
4. En relación con los usuarios de seudónimo, los Estados miembros velarán por
que el proveedor de servicios de certificación transmita los datos relativos a la
identidad de los mismos, contando con su consentimiento previo, a las autoridades
públicas que los soliciten. Si el ordenamiento jurídico nacional obliga a entregar
datos que revelan la identidad de su titular con fines de investigación penal en
caso de utilización de firma electrónica bajo seudónimo, se consignará que se ha
procedido a tal entrega, y el titular de los datos será informado de la misma lo
antes posible una vez finalizada la investigación.
Comité consultivo
Artículo 9
Composición y procedimientos
1. La Comisión estará asistida por un comité (“Comité de Firma Electrónica”, en lo
sucesivo denominado “el Comité”) de carácter consultivo, compuesto por
representantes de los Estados miembros y presidido por un representante de la
Comisión.
2. El Comité será consultado, si procede, sobre los requisitos establecidos en el
Anexo II en relación con los proveedores de servicios de certificación y sobre las
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normas generalmente aceptadas para los productos de firma electrónica con
arreglo al apartado 3 del artículo 3.
3. El representante de la Comisión someterá al Comité un proyecto de las medidas
que deban adoptarse. El Comité emitirá su dictamen sobre dicho proyecto en un
plazo que el presidente podrá fijar en función de la urgencia del asunto,
procediendo, en su caso, a una votación. El dictamen se incluirá en el acta;
además, cada Estado miembro tendrá derecho a solicitar que su posición conste
en acta. La Comisión tendrá en cuenta, en la mayor medida posible, el dictamen
emitido por el Comité. Informará al Comité de la manera en que ha tenido en
cuenta dicho dictamen y adoptará una decisión en el plazo de un mes desde que
se haya emitido el mismo.
4. La Comisión consultará periódicamente con la industria, los usuarios y las
asociaciones de consumidores y mantendrá al Comité regularmente informado de
los resultados de dichas consultas.
Disposiciones generales y finales
Artículo 10
Notificación
1. Los Estados miembros suministrarán a la Comisión la información siguiente:
(a) información sobre los regímenes voluntarios de acreditación, incluidos
cualesquiera requisitos adicionales con arreglo al apartado 4 del artículo 3;
(b) el nombre y dirección de los organismos nacionales competentes en materia
de acreditación y supervisión; y
(c) el nombre y dirección de los proveedores de servicios de certificación
nacionales acreditados.
2. Toda información suministrada según el apartado 1 y los cambios respecto de
esta información serán notificados por los Estados miembros en el plazo de un
mes.
Artículo 11
Procedimiento de examen
1. La Comisión examinará por primera vez los resultados de la aplicación de la
presente Directiva y presentará el oportuno informe al Parlamento Europeo y al
Consejo antes del 1 de enero de 2003.
2. Dicho examen permitirá, entre otras cosas, establecer si conviene modificar el
ámbito de aplicación de la Directiva en vista de los avances tecnológicos y
cambios legales que se hayan podido producir. El informe valorará, en particular,
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los aspectos de armonización sobre la base de la experiencia adquirida. El informe
irá acompañado de propuestas legislativas complementarias, si procede.
Artículo 12
Aplicación
1. Los Estados miembros pondrán en vigor las disposiciones legales,
reglamentarias y administrativas necesarias para dar cumplimiento a lo dispuesto
en la presente Directiva antes del 1 de enero de 2001. Informarán inmediatamente
de ello a la Comisión. Cuando los Estados miembros adopten tales disposiciones,
éstas harán referencia a la presente Directiva o irán acompañadas de dicha
referencia en su publicación oficial. Los Estados miembros establecerán las
modalidades de la mencionada referencia.
2. Los Estados miembros comunicarán a la Comisión todas las demás
disposiciones de su Derecho interno que adopten en el ámbito regulado por la
presente Directiva.
Artículo 13
La presente Directiva entrará en vigor al vigésimo día de su publicación en el
Diario Oficial de las Comunidades Europeas.
Artículo 14
Destinatarios
Los destinatarios de la presente Directiva son los Estados miembros.
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Anexo I
Requisitos de los certificados reconocidos
Los certificados reconocidos habrán de contener:
(a) la identificación del proveedor de servicios de certificación que emite el
certificado;
(b) el nombre inconfundible del titular o un seudónimo inequívoco que deberá ser
señalado como tal;
(c) un atributo específico del titular, como su dirección, su capacidad de actuar en
nombre de una empresa, su solvencia, su número de impuesto al valor agregado u
otro código de identificación fiscal, o la existencia de garantías de pago o de
licencias y permisos específicos;
(d) un dispositivo de verificación de firma que corresponda a un dispositivo de
creación de firma bajo control del titular (Comentario: control que debería ser
exclusivo);
(e) el comienzo y fin del período de validez del certificado;
(f) el código único de identificación del certificado;
(g) la firma electrónica del proveedor de servicios de certificación que emite el
certificado;
(h) las limitaciones en el alcance de utilización del certificado, si corresponden; y
(i) los límites de la responsabilidad del proveedor de servicios de certificación y
del valor de las transacciones para las que tiene validez el certificado, si
corresponden.
20
Anexo II
Requisitos de los proveedores de servicios de certificación
Los proveedores de servicios de certificación deberán:
(a) demostrar la confiabilidad necesaria para prestar servicios de certificación, en
particular;
(b) proveer un servicio de revocación rápido y seguro (Comentario: de
certificados);
(c) comprobar, por medios apropiados, la identidad y capacidad de obrar de la
persona a quien se le expide un certificado reconocido;
(d) emplear personal que tenga los conocimientos específicos, la experiencia y las
calificaciones necesarias para proveer los servicios ofrecidos y, en particular,
competencia en materia de gestión, conocimientos técnicos en el ámbito de la
firma electrónica y experiencia adecuada en los procedimientos de seguridad
pertinentes; deben poner asimismo en práctica los procedimientos y métodos
administrativos y de gestión adecuados y conformes a normas generalmente
aceptadas;
(e) utilizar sistemas confiables y productos de firma electrónica que aseguren la
protección contra toda alteración de dichos productos, de manera que éstos no
puedan ser utilizados para llevar a cabo funciones distintas de aquellas para las
que fueron diseñados; también deberán utilizar productos de firma electrónica que
aseguren la seguridad técnica y criptográfica de los procesos de certificación
sustentados por los productos; (Comentario: a pesar de la redundancia –
“aseguren la seguridad”- se traduce literalmente en virtud de los textos
coincidentes de las versiones inglesa y francesa en este particular)
(f) tomar medidas contra la falsificación de certificados y, en caso de que el
proveedor de servicios de certificación genere claves privadas de firma
criptográfica, garantizar la confidencialidad durante el proceso de generación de
dichas claves (Comentario: la posibilidad de que el proveedor de servicios de
certificación genere claves privadas de firma criptográfica es cuestionable ya que
contradice el artículo 2. 1. (c) y viola el principio de privacidad de los dispositivos
de creación de firmas electrónicas definidos en el art. 2.3.);
(g) disponer de recursos económicos suficientes para operar de conformidad con
lo dispuesto en la presente Directiva, en particular, para afrontar el riesgo de
responsabilidad por daños, por ejemplo, contratando un seguro apropiado;
(h) registrar toda la información pertinente relativa a un certificado reconocido por
un período de tiempo adecuado, en particular, para aportar pruebas de
certificación a efectos procesales; esta actividad de registro podrá realizarse por
medios electrónicos;
(i) no almacenar ni copiar las claves privadas de firma criptográfica de la persona
a la que el proveedor de servicios de certificación ha prestado servicio de gestión
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de claves, a menos que dicha persona lo solicite expresamente (Comentario: este
inciso es cuestionable ya que contradice el artículo 2. 1. (c) y viola el principio
de privacidad de los dispositivos de creación de firmas electrónicas definidos en el
art. 2.3.); e
(j) informar por escrito a los consumidores antes de entablar relaciones
contractuales, en un lenguaje fácilmente comprensible y utilizando un medio de
comunicación no perecedero, de las condiciones precisas de utilización del
certificado, incluyendo los posibles límites de su responsabilidad, la existencia de
un sistema voluntario de acreditación y los procedimientos de reclamación y
solución de litigios.
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