ADENTRO: UN ENFOQUE HACIA LA PERTINENCIA Profesora: Elena Neira. Complejo Educacional Joaquín Edwars Bello de Macul Directora: Gisella Figueroa Corporación Municipal de Desarrollo Social de Macul Percibí que adentro de ese mundo, de esa vida, de esos seres había algo que yo tenía que sacar fuera Cuando llegué al colegio vi una apatía en los niños; se sentaban pegados todos a las murallas, incluso en las clases. Al entrar a la sala de clases no hacían las filas que hacen en todos los colegios. Estos niños se sientan todos pegados a la muralla. A veces uno no tiene el espacio, el profesor no tiene el espacio que debe tener al medio, entonces hacen una segunda fila, pero siempre pegados a las murallas. Y yo creo que eso habla mucho de la personalidad de ellos; están como en una estrechez, no acostumbrados a la amplitud. El colegio había hecho un tercer piso, nuevo, muy lindo, que fue inaugurado ese año que yo llegué. Y estos niños, entonces, con una sala más grande más se apegaban a la muralla. Estaban como al acecho. Yo notaba que había una insatisfacción muy grande, como que nada les interesaba. De alguna forma percibí que adentro, adentro de ese mundo, de esa vida, de esos seres había algo y yo sabía que tenía que sacarlo, como fuera. El comienzo, las payas argumentativas. Estábamos viendo la argumentación y yo me dije, bueno, voy a ser creativa, que me hagan payas argumentativas. Y era muy fácil porque podían argumentar ellos. Pero lo primero que me dijeron a mí fue: ¡ hágalo usted!. Y después nosotros hacemos otra. En el fondo me dijeron que les demostrara. Pienso ahora, ¡Cómo se atrevieron!. Pero ellos me dieron la oportunidad de demostrarles que era capaz de hacerles una paya, y desde ahí cambió totalmente la cosa: “Me están pidiendo una paya y que tenga un argumento; es decir, un fundamento, que debo dar al momento. Yo creo que mis alumnos tienen razón al pedir que la profesora haga una para poder exigir” Aplaudieron, felices. Esos eran de Tercero Medio de Electrónica. Ahí sentí que me había ganado a estos chiquillos que eran los más difíciles. Eran niños muy, muy pobres, muy marginales. Ellos van a ser unos maestritos que van a estar poniendo enchufes, me imagino, cosas así. ¡Qué otra cosa pueden hacer! Uno hizo una acerca de por qué no le gustaban las matemáticas y otro contestaba y le decía que él le podía enseñar. El otro insistía en que él era un caso perdido. Me ayudó el que ahí había creatividad. Eso yo lo sabía, no sé por qué. Tal vez porque tocaban guitarra y de repente, estaban cantando. Y porque siempre andaban con papelitos en los bolsillos. Los leían y a veces me mostraban algo a mí, cosas que habían escrito. Eran de mucho papelito en el bolsillo. Siempre dobladitos, en pedacitos y los habían escrito en alguna oportunidad. Me llamaba la atención. Los guardaban. Me di cuenta que esa creatividad yo tenía que guiarla como fuera. Porque de lo contrario se me iba a volver en contra mía. Cuando yo llegaba estaban todos con el famoso hip-hop – entonces ni siquiera sabía que eso se llamaba así. Había uno saltando por la sala y hablando y hablando y no paraba y era una cosa de protesta, y los otros todos haciendo unos ruidos guturales. Siempre yo callaba y después preguntaba. Pensé que primero tenía que conocerlos. Me dí cuenta de que Neruda era su ídolo. Pablo era su ídolo. Por eso yo digo que en el trabajo me encontré con un aliado importantísimo, porque yo lo nombraba y les leía alguna oda, la más simple de todas y aplaudían con unas ganas. Fue entonces que les traje los poemas del padre y de la mamá de Neruda, que son maravillosos. Y se los leí yo porque yo pienso que el profesor debe leer porque el profesor lee bien. Si uno le da el poema al niño, puede entregar 40 copias y le dice: léame este poema, vea figuras literarias, y no pasa nada. Pero si uno lo lee, como fue en el caso de “La Mamadre”, es diferente. No volaba una mosca y, en un dos por tres, ellos sabían que el padre tenía un carácter bastante fuerte, que hacía crujir las escalas, por lo que ahí dice que parece que gemían y que la madrastra era la dulzura personificada. Entonces yo los invité a que ellos escribieran sobre sus padres. Y escribieron. Yo tenía un poco de temor a lo que no lo hicieran y me encontré con la sorpresa de que todos escribían alabándolos, porque parece que los padres son tremendamente trabajadores. Asi son mis padres En ese momento jamás pensaba hacer el libro. Era un trabajo de clase. Nunca tuve un taller de poesía en ese tiempo. El trabajo se llamó “Así son mis padres”, simple como eso y ellos los describieron. “Mi viejo”, hombre de experiencia, trabajador y esforzado viejo de leyes rectas y fuertes. Viejo constructor de manos partidas, de salud de hierro pero quebrantándose de poco en poco. El, es un hombre que enseña las crueldades de la vida viejo estricto, pero con razón ya que él creció con el siglo, en un mundo de no tanta belleza en el que había que trabajar para comer, aunque el trabajo lo dejara sin escuela. Muchas veces me corrige, entiendo, ya que la vida lo hizo así, y además porque es “mi viejo. Víctor Díaz, 2º Medio. Esa señora que con su abrigo protegió toda mi infancia, que castigó cuando yo no cumplía con mis deberes, Esa que me daba fueras cuando no podía pararme, Esa que con su mirada se sabía como andaba, si bien o mal. Esa que con una palabra entraba directo al grano, que mirándole sus manos se notaban sus ganas de superarse, de no ser solamente una dueña de casa común, sino sobresalir entre los demás. Mi madre es como una rosa que es bella, pero cuando quiere pinchar te sangra y te daña hasta el último rincón del corazón, Esa mujer que con su presencia emerge amor y compresión. Así es mi madre. Luis Avendaño, 2º Medio F. “Y escribí, escribí para no morirme” Ocurrió que llegaron al liceo, las bases de un concurso comunal sobre el maltrato familiar. Yo conocía por los poemas a sus padres pero era tremendamente difícil que pudieran escribir sobre ese tema porque es algo que a ellos les pena, porque es una cosa que ellos ven todos los días y a cada rato en sus casas y sus vidas. Empezamos a conversar y les dije: escribamos, hagamos poesía de esto, para que lo saquemos de adentro y deje de dolernos. Porque cuando uno saca las cosas de adentro dejan de doler. Y así salieron esos poemas. Un hijo La frialdad de tu mirada lanza una aguda estocada a mi delgado corazón. Con tu puño cerrado mil lágrimas al atardecer mil lágrimas han de caer Ser el lienzo que recibe el tinte morado que trazan tus puños es la existencia ordinaria de mi cuerpo las cuales incomparables, son como las huellas de mi alma; de tus pisadas, de tus palabras. Mi alma por un segundo se inunda de hiel y odio pero mi corazón me recuerda que la vida tú me has dado. Deseo encontrar las alas que se ocultan en mi espalda para así emprender el vuelo hacia la solución sin rencor El crecer con la hierba rozando mis piernas al correr hacia ti, coger tu mano, abrazarte y besarte. No es un sueñolejano si tú así loquieres abre tus puños junto a tu corazón, acaricia mi rostro susurra un dulce “te quiero” y yo olvidaré todo. Te quiero papá… Maritza Cavieres Hidalgo. 40 Año C. La culpa Cuando el monstruo lleno de maldad se acercó mil palos de odio azotan al inocente angelito Luego, totalmente destruido, se largó a llorar Parece que hubiera un mar rebelándose en las rocas cayendo gotas por doquier El monstruo dejando la lluvia de golpes, el angelito se va a su casa blanca, y el monstruo cae en una lluvia de lágrimas… Andrés Tapia, 2º Medio F A esa parte del libro le puse las palabras de Neruda, “Y escribí, escribí para no morirme”. Estos niños recibieron los tres primeros premios del concurso comunal. Era “la poesía que parecía imposible” porque hacer poesía de un maltrato, me parecía imposible que saliera. Pensé que me podía encontrar con uno o dos que escribieran más o menos. Era en el fondo demostrar que como profesora era capaz de sacar algo, pero no pensé que todos iban a escribir. Definiendo el amor Luego, llegó un programa de educación sexual para los primeros medios. Entonces me dije: esta es mi oportunidad porque esto lo refuerzo con el amor y además había en el libro de texto unos sonetos, todo un capítulo dedicado a los sonetos de Quevedo y Neruda. Los leí y describimos el amor, como lo define Neruda, y algunos poetas conocidos y después vimos lo que era un soneto, Entonces les dije que escribieran sonetos definiendo el amor. Esa fue una tarea un poco más difícil. Ellos lo podían hacer, podían definir el amor, pero hacerlo con dos cuartetos y dos tercetos, la cosa cambia, pero lo hicieron igual. Una niñita de segundo medio, Natalia Alvarez me dijo: Yo no puedo escribir sobre el amor, porque yo tengo en este momento un problema. Yo puedo escribir en este momento en ausencia de amor y escribió eso. También “El crimen de la muerte”. No le pregunté por qué ese título tan fuerte porque yo les aceptaba los poemas como estaban, quería que fueran auténticos: “Parado frente a mí, mostrando tus ojos con pena y dolor, todo tan difícil, por qué es así, …” Y sigue: “ Tú conmigo planeamos el robo mayor, ay amor, el crimen no para aquí, es tan difícil, por qué es así, porque hay frases que tú no quieres oir. No me sigas, no me llames, no me toques, es mejor que no me ames ni me mires, no hagas imposible esta situación. ….” Es un bello poema. Y está la niña que ganó el primer premio con este “ Amigo Corazón” que es un poema maravilloso: “ Amigo corazón, susurro en tu oído que te amo/ en completo silencio/ Enmudecida/ mi corazón grita al mundo que eres mío/ Con los ojos cerrados te miro/ En completa soledad estoy junto a tí/ Despierta/ sueño contigo / y bajo la obscuridad de la noche/ evoco tu nombre/ A distancia te beso y acaricio tu cabello/ oculta bajo la luz de tu mirada/ te digo…”. Es precioso, ella va jugando con contradicciones en cada verso. Es cierto que no es un soneto pero, ¿le iba a decir que lo hiciera soneto? ¡No! Es demasido bello. En ausencia de amor Quisiera alcanzar tu vida quisiera poder alcanzar tu amor rozar tus labios y de alegría poder sentir y llenar tu corazón. Mas no puedo lograr encontrarte, más sólo logré poder perderte. Más ni siquiera he podido darte en mi voz todos mis deseos de suerte Esta nostalgia me seca la boca, los sentimientos, el alma y mi pecho, y me estruja como si fuera boa. Sólo me queda orar y por ti rezo. El silencio de mi lecho me ahoga, y muero cada día en tu pensamiento. Natalia Alvarez, 2º Medio. Vivo Hoy la negrura de mi alma se ha marchado. Hoy he vuelto a ver la luz, y el sol alumbra mi rostro. La lluvia que cegaba mis ojos se ha secado. Hoy la tristeza que se cobijaba en mí, ya no me llama Hoy existo. Hoy vivo. Hoy no muero. Víctor Díaz Moreno, 2º Medio F Neruda pregunta Y llegamos a las respuestas a Pablo. Eso fue increíble, sobretodo con un segundo medio. Allí estaba Víctor Díaz que estudia albañilería. Me contó que su padre, un “viejo constructor de manos partidas” como el mismo lo describe, lo había llevado a trabajar con él. Estaba felíz. “Con la plata que gané compré libros” agregó y a mí me dio tanta pena. Porque yo pensaba: tienen tantas urgencias y compra libros. Se compró toda la plata en libros. ¿ Cuántas veces me he comprado un sueldo en libros yo? ¿ Cuánto gasto yo en libros? Y él se había gastado toda su plata. Había conseguido un precio por ahí en una feria. Entre ellos, lo que para él era un tesoro, “El Libro de las Preguntas” de Neruda. Ese día fue maravilloso para todos cuando llegó con su libro. Sus compañeros se juntaron alrededor de él maravillados con las preguntas. Y ¿por qué no le contestamos a Neruda? les dije. Y engancharon, porque aquí era cosa de ofrecerles algo e inmediatamente enganchaban, eso era lo lindo. Este era un segundo al que nadie le podía hacer clase. Entonces yo elegí algunas preguntas y se las entregué en grupos de 4, 5 o 6 para que las contestaran. Sus respuestas las expusieron, en la pizarra, les costaba leer incluso, pero unas respuestas muy, muy buenas. Luego incorporé a otros cursos. ¿Cuántas abejas tiene el día? La cantidad de almas que gozan la vida ¿Y qué dijeron los rubíes ante el jugo de las granadas? Tanta dulzura parecida a mí Ayer, ayer dije a mis ojos ¿cuándo volveremos a encontrarnos? Cuando un día nos juntemos en el espejo sólo los dos ¿Por qué en las épocas oscuras se escribe con tinta invisible? Para no acordarse de las penas cuando lleguen las buenas épocas. ¿Por qué el sombrero de la noche vuela con tantos agujeros? Porque ha sido baleado y despojado de la cabeza de su dueño en el duelo. ¿Por qué anduvimos tanto tiempo creciendo para separarnos? Porque el niño se entretuvo mucho tiempo en mí ¿Qué pájaros dictan el orden de la bandada cuando vuelan? El pájaro de la libertad, para que la bandada vuele donde quiera ¿Por qué los árboles esconden el esplendor de sus raíces? No son sus raíces lo que esconden sino sus pies, para protegerlos de las pisadas del pecador caminante Acrósticos y caligramas Trabajamos luego, los acrósticos y los caligramas, porque ahí estaba el surrealismo y a ellos les llamaba la atención estos poetas que van contra todas las leyes de la sociedad. Así se veían ellos mismos, ahí despertaban un poco, porque sienten que rompen los cánones. Les llamó la atención los caligramas, de Huidobro y les pregunté si se atrevían. Dijeron que sí. Entonces se me presentó a mi una parte de ellos que yo no conocía, me di cuenta que llevaban mucho camino recorrido. En los caligramas y los acrósticos aparecían “la botella”, “ el vino tinto”, etc, Yo les dije, “ pero, por favor, qué es lo que está pasando aquí, ¿no estarán muy adelantados ustedes?” Pero me dijeron: nuestra vida es así, algunos tenían su pareja, otros que trabajaban los fines de semana. Uno estaba el fin de semana “en la maldita micro cortando boletos”, porque es un cobrador humano. Entonces un curso dijo: no, vamos a hacer acrósticos de valores. Ellos lo decidieron. Vamos a hablar de la amistad y otros valores, y cambiaron la cosa. He tomado en ti El sabor amargo de la derrota , como el de la victoria P e r o A h o r a Quiero olvidarme de un amor q u e sofoca el interior de mi ser y apagar con tu veneno interior este maldito amor Benito Arce, 3º Medio Dices que a nadie le importa tu vida Estúpidamente te sientes perdida y Piensas que estás sola. Rechazas mi afecto, Echada en tu cuarto, Sin vida ni aliento. Incrédula, ¡te digo que te amo! Vas apagando tus sentimientos. Ahora no te importa nada…nada…nada Saavedra, 4º Medio B Una visita a la casa interior Todo esto era esperando el viaje a Isla negra. Era una promesa. Era difícil juntar la plata y hasta última hora costó mucho. El 2º F tenía menos medios. Allí los apoderados les pusieron la plata para el bus. Otro problema era la entrada y el costo de todo lo que ellos habrían querido tener. El viaje fue maravilloso. Se ponían de nuevo en la cola para entrar otra vez así que no se terminaba nunca. Les decían: ¡estos niños ya entraron! Entraban de nuevo porque “ no habían mirado bien una cosa”. Ví a uno que sacaba un papel y escribía, y le pregunté: “Anoté todas las cosas que él tenía en su casa”. Así hizo su poema donde salen mujeres llorando, Isla de Pascua, los tolomiros, esas esculturas extrañas que le llamaron la atención. Así estos de segundo escribieron poemas, y los niños de 4º aplicaron la corriente de la conciencia que era lo que estábamos viendo. Porque la historia era eso, no podíamos dejar de pasar las materias. El currículo lo flexibilicé y lo adapté como pude pero no podía estar un año haciendo poesía y dejar de pasar lo que tenía que pasar. Ellos hablaron de la casa de Neruda en un monólogo interior. Son trabajos excelentes. No todos son monólogos pero son excelentes. En casa de Neruda La sal se siente en la cara, el aire fresco que relaja y clama la agresividad que traemos de la selva. Se sienten las rimas y versos andando por ahí, el clima de inspiración se hace notar. Cada objeto que se ve parece insignificante, el valor de las cosas simples está en cada rincón de la casa. Neruda era un vividor, y cada cosa que le parecía extravagante o poco usual la hacía parte de su diario vivir. No lo conocí, pero hay que ver su casa para darse cuenta que su concepto era “lo quiero, lo tengo”. Muchos quisieran tener cosas así, pero no las tienen porque en realidad no las desean. “Me gusta su estilo de vivir, quizás el mío podría ser así” - pensaba mientras me paseaba por sus vagones – “si yo fuera músico”…pero es difícil ser artista. Me da gusto conocer a un artista en vida y aún después de su muerte, ver que logró lo que yo he soñado lograr. Ya no recuerdo con detalles lo que sentía al pisar el mismo suelo que él, mirar lo mismo que él y estar rodeado por lo que él habitó un día. Pero si recuerdo que la reflexión espiritual y la visita a su casa pasará a ser, inevitablemente, una visita a mi casa interior. Disculpe si mis líneas no obedecen a un monólogo interior o a un soliloquio, pero lo importante es que en ese lugar me sentí cerca de mí. Mario Paredes, 4º Medio. Una atracción mutua En este trabajo uno de los elementos más importantes es la afectividad. Yo nunca he podido hacer clases sin querer a los niños. Toda la vida he querido a los alumnos, siempre. Y de otra manera creo que no podría hacerles clase. Porque además, si uno no quiere lo que hace, qué sentido tiene. Cómo voy a hacer una clase, me voy a instalar ahí y voy a lanzar una clase al aire, sin siquiera probar y decir primero un saludo, una talla. Además yo rompí muchos cánones con este trabajo. Si ellos querían trabajar en la biblioteca podían escribir allá, en el patio, cambiaron la sala de clases, hacíamos otras cosas. Y eso fue porque de alguna forma se ganaron ese derecho. Yo tenía la confianza de que iban a trabajar. Que no iban a perder el tiempo, y ellos me respondían. Entonces, es como mutuo, es una atracción mutua, me ha pasado siempre. Una va conociendo sus necesidades, sus carencias. Después ya los adoro. Con respecto a lo que aprenden los niños y la afectividad del profesor. Lo que pasa es que éste se niega a la emoción, le tiene un poco de miedo. Tiene temor a la entrega porque debe creer que le quita autoridad. Sobretodo el profesor muy joven tiene que manejar muy bien eso. Yo nunca le he tenido temor, a reírme de una talla, de emocionarme. Yo creo que uno tiene que hacer aflorar su emoción porque uno es un ser humano y no es posible que lo vean como un ser rígido, que no transa con nada. Yo podría haber llegado a ese colegio a hacer clases comunes y corrientes. Podría haberme sentado o parado como una instructora, como lo hacen muchos. O por último, dejar que trabajen los que quieran. Pero resulta que estos alumnos no son tan sencillos. Se ponen a patear , rompen cosas, tiran bombas en las clases. No eran ovejitas. Había que tratarlos como personas, llegar al alma de ellos y conocerlos. Sobretodo el 2º F, el segundo de los poetas donde todos escribían. Si no está presente el afecto no se consigue nada Cuando yo llegué al colegio sentía eso como una olla a presión que iba a explotar. Hay que buscar lo que está pasando adentro. Por eso el libro se llama “ Adentro”. Existe una necesidad básica de expresar, de sacar, de mostrar. Estos niños no tienen acceso a la sociedad de consumo, no tienen acceso a música, a discos, casetes. Ellos todo lo copian o lo compran de segunda mano cuando algo tienen. Viven en condiciones precarias entonces viven en una necesidad tremenda. Por eso fui hacia lo pertinente, hacia lo que ahí había, aprovechando la creatividad que ya había descubierto, y el afecto. Estoy jugando con esas tres cosas siempre, siempre. Porque si no está presente el afecto no se consigue nada. También mejoró mucho la relación entre ellos, no hay duda. Como había también trabajos grupales mejoró el afecto entre ellos, ya no esa cosa de burla. En un principio se burlaban un poco, pero como yo premiaba todos los trabajos, empezaron a esforzarse por hacerlo bien. Así que la relación entre ellos mejoró y todavía hay un respeto tremendo por los que ellos consideran que estuvieron mejor. Ramos, por ejemplo, ya quedó como poeta. Le tienen respeto por eso. El libro llegó a mucha gente, y algunos niños se han hecho conocidos por su creatividad. Todo eso les ha servido mucho en su autoestima. Víctor Diaz, el que se compró el sueldo en libros, salió elegido presidente del Centro de Alumnos y se dedica los fines de semana a trabajar como locutor y animador en eventos. Abrió también una cuenta de ahorro. Ya no sé si pensará en este momento ser constructor de manos partidas. El se veía como líder en el curso y había leído mucho más que los otros. El resultado de ese trabajo pedagógico quedó plasmado en una publicación artesanal que en dos tomos encierra la creación poética de estos jóvenes que cursan entre Primero a Cuarto Medio en un establecimiento que atiende a uno de los sectores socialmente más deprimidos de la comuna de Macul, en Santiago. El libro, en su portada, tiene una mano abierta y, en ella, la palabra ADENTRO. Es la mano limpia, la mano lista, y además adentro. Está todo adentro, adentro de uno, adentro del colegio, adentro de los seres. Ahí está lo que siempre busqué como profesora, todo estaba ahí, adentro de esos seres. Esa es la razón de la mano abierta y la palabra “adentro” en ella. Los poemas hablan por sí solos de un mundo interior que una vez compartido ha sido capaz de cambiar la relación que esos jóvenes establecen consigo mismo y con el medio que los rodea.