CARDIOVASCULAR Hipertensión arterial pulmonar

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CARDIOVASCULAR
Hipertensión arterial pulmonar
Tratamiento mediante bloqueantes de receptores de endotelina
El tratamiento con bosetán por vía oral, un antagonista de los receptores de endotelina,
resulta beneficioso en los pacientes con hipertensión arterial pulmonar y presenta una buena
tolerancia a dosis de 125 mg dos veces al día.
La hipertensión arterial pulmonar es una enfermedad caracterizada por un aumento de la resistencia
vascular pulmonar, que puede llegar a un fallo del ventrículo derecho y muerte. Este transtorno tiene
una prevalencia en mujeres cinco veces mayor que en los hombres, y su pronóstico es peor cuanto
más jóvenes son los enfermos.
Esta enfermedad, cuando no tiene causa aparente, se denomina hipertensión pulmonar primaria. La
hipertensión pulmonar también puede desarrollarse en más del 50% de los pacientes con
esclerodermia, ya que es una complicación grave de esta enfermedad de origen desconocido que
puede afectar al corazón, a los riñones y a los pulmones.
Los tratamientos orales incluyen a largo plazo, la utilización de anticoagulantes y de bloqueantes de
canales de calcio. Otros tratamientos utilizados hasta ahora son la infusión intravenosa con
epoprostenol (prostaciclina), que tiene varios inconvenientes, y de sus análogos por vía inhalada y
oral, aunque su efectividad queda por confirmar.
Hay evidencias de un aumento de la endotelina-1 en la hipertensión arterial pulmonar y que,
bloqueando los receptores de endotelina se produce un efecto beneficioso. La endotelina-1 es un
potente vasoconstrictor y un estimulante de la mitosis en células de músculo liso, que se produce en
mayor cantidad en plasma y tejido pulmonar en pacientes con hipertensión pulmonar primaria y en
caso de esclerodermia. Su acción es mediada por dos receptores, ETA y ETB.
Se han realizado una serie de ensayos clínicos que han demostrado la eficacia del bosetán, un
antagonista de los receptores de endotelina, administrado por vía oral, para mejorar la capacidad de
esfuerzo y la hemodinámica cardiopulmonar. Recientemente se ha realizado un nuevo ensayo doble
ciego, multicéntrico, aleatorizado y controlado con placebo, cuyo objetivo fue investigar los efectos
del bosetán en la capacidad de esfuerzo en un mayor número de pacientes con hipertensión
pulmonar arterial (incluidos los pacientes de clase IV de la clasificación funcional de la OMS,
definida como presentación de síntomas en estado de reposo). Para ello, se compararon dos dosis,
125 y 250 mg dos veces al día.
El estudio incluyó a 213 pacientes que se aleatorizaron para recibir un placebo, 125 mg o 250 mg
de bosetán dos veces al día. La variable principal de eficacia del estudio fue el grado de variación
de la capacidad de esfuerzo. Otras variables secundarias fueron la variación en el índice de disnea
de Borg, la variación en la clase funcional de la OMS y el tiempo transcurrido hasta la presentación
de un empeoramiento clínico.
Después de 16 semanas de tratamiento, la distancia caminada por los pacientes durante 6 minutos,
aumentó en 36 metros de media en los grupos bosetán, mientras que en el grupo placebo hubo un
deterioro de 8 metros, por lo que la diferencia entre los grupos fue de 44 metros distancia (21-67
con un intervalo de confianza del 95%). También se mejoró el índice de disnea de Borg con una
disminución de 0,6 a favor de los grupos bosetán y se aumentó el tiempo transcurrido hasta la
presentación de un empeoramiento clínico. El tratamiento con 125 mg de bosetán dos veces al día
no se asoció a un incremento de los efectos adversos respecto al grupo placebo, sin embargo el
grupo que recibía 250 mg de bosetán dos veces al día sufría un aumento considerable de los niveles
de aminotransferasas por lo que, se deduce por el estudio que es preferible la dosis de 125 mg dos
veces al día.
Una limitación de este estudio fue el hecho de que los pacientes con hipertensión pulmonar
secundaria a otras enfermedades, como hipertensión portal o infección con el virus de la
inmunodeficiencia humana, no fueron incluidos. Otra limitación importante fue también el que no se
evaluaran los efectos a largo plazo del bosetán, por lo que todavía es necesaria una mayor
experiencia clínica.
En definitiva, la administración oral de un antagonista del receptor endotelial como el bosetán,
mejora ostensiblemente la hipertensión arterial pulmonar primaria o la asociada a una
conectivopatía.
Rubin L., Badesch D., Barst R., et al. Bosetan therapy for pulmonary arterial hipertensión. N Engl J Med; 346(12): 896903
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