hablador. - Hemeroteca Digital

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HABLADOR.
EL POBRECITO HABLADOR.
REVISTA SATÍRICA DE COSTUMBRES, dCC. d í C .
V0« ED'BACHIEIVK
DONWAIV PÉREZ B£ MüWGUIA.
• ':::-éONCLÜSIONr'.','
MADRID.
IMPRENTA
DE
REPULLÉS.
Marzo de 1833.
iSe hallará con los números antrriores en la.
librería de Eacamilla, calle de Carretas,
mVo t r a t i m o s de,<mfti1par en me<1o a l ^ n o por los cuadrof
que vamos á describir al justo Gobierno que t e n e m o s : no hay
iiKcioD tan bien gobernada donde uo tengan enti'uda mas ó
ineoc^ «busos , donde el gobierno mas enérgic^ no pueda
s%é lorprendido por las arterías y manejos de los subalternos.
Contraria del todo es nuestra idea. Precisamente ahora que
vemos á la cabeza de nuestro G o b i e r n o una Kcina q u e , de
acuerdo con su Augusto E i p o i o , nos conduce rápidamente
d e mejora en mejora, n o s o t r o s , deseosos de cooperar pur t o dos términos como buenos y sumisos vasallos á sua b e n é f i cas i u t e n c i o n e i , nos a t r e v a m o s ' á n^untar en nuestras h a b l a durías aquellos abusos que dcsgraciadumente , y por la e s e n cia de las c o s a s , lian sido siempre en todas partes harto f r e cuentes , creyendo que cuando la autoridad protege abiertam e n t e la virtud y el órdwn, nunca se la podrá desagradar
levantando la v o i cuAtfa.el ^ c i b y ol d e s ó r d e o , y mucho m e nos si se hacen las c r m e a i g e n e r a l e s , embotarlas con la chant a y la ironía , sin aplicaciones de ninguna especie ^ y en u u
f o l l e t o que mas tiende á escitar en su lectura alguna ligera
sonrisa , que i gobernar el mundo.
nProtest'imos contra toda a l u s i ó n , toda aplicación p e r s o nal , como en nuestros números anteriores. S o l o hacemos
pinturas de c o s t u m b r e í , no retratos.»
Po¿. //aA.,n.MO. pdg. 9,
tíff.iOTitCTKa«iga»igjis»8r::ggj2o::ri33aii
A rece números y diez meses va á ba.-^
car que, acosados del enemigo malo qU«
nosrinducía á hablar, dimos principio-á
nuestras habladurías^ — ¿ Qué ? i No queda mas que hablar? nos dirán. —Mucho
nos falta efectivamente que decir , pero
acabamos de entrac < eu cuentas con noso^
tros mismos, y hecha abstracción de tó
que no se debe, de lo que no se quíerií^
ó de lo que no se puede decir, que para
nosotros es lo mas, podemos asegurar 'á^
nuestros lectores que dejamos el pue8t<y
humildemente á quien quiera iluminar IM
parte del cuadro que nuestro pobre "pinJ
cel ha dejado oscura. Confesamos qvte' al
acometer tan arriesgada - empresa >.tíÓ
conocíamos Ja cara al miedo; pero ^--eí
di» no> nos queremos salvar^ si no 64 tíiít^
tonquen temblamos de pies á cabeza-'«I
6
tóitaf "la pulma-en «I papel. En unos
tiempos en que la irritabilidad de nuestras modernas costumbres exige que tengamos á la vez en la misma mano la espada y la pluma para convencer á estocadas al que no pueden convencer razones; en unos tiempos en que es preciso
matar en duelo á los necios, uno á uno,
XK>:nOs sentimos: coa fuerza para tan larga :tal:iea.;i»»afei, pUejy moFos. quien quifierey que 4 mí m w han hecho mal.
.
Considere á demás el juicioso lector
qfle,contra todo, aaostro gusto hemos echado diez meses «n verter media docena de
id.eas, que acasoen.lioras;habíamos congebidp i y todo, para decirlasá fuerza-de
li^utias y paliativos, de la ridicula y
}íqiea' manera que 1^ pudieran oir ios
inismos que no quieren enteoderlas. ÍDcs^piiñados ya en un principio ¿i miestfas
^^cas fuerzas, nunca nos propusimos
ti;a3;^r un plan mucho mas esteiídido.....i
jCÓAno no hemos de esclamár arrojando
]:^ipl<iin)a "DO servimos para-escribir aquí)
lipestras ideas están en contradicción con
l^%ibueQ^s, ó :Con las del m^yor númefQ?:?.lj'iGóuio pudiera ao tpesarnos;'C(»il
7
verdadera atrición de liaber contado tígerameote con la ba&rm voluntad de iQs
amigos de la verdad ^ que realmeiM* no
tdebe de tener mucho$ entre nosotros? YH
«n otra parte dijimos que donde quiera
que volvemos los pasos encontramds una
pared insuperable, pared que fuera locura
pretender derribar. !P<jtigámosleal contrario como cada uno uti' líadrillito mis con
nuestraspr6pias ínanosj vi Vamos'eatré nuestras cuatro paredes, sin disputar vananiente
si nos hk i<íe ««orprendeí lá mueítfe éOMb
á los carneros de Gasti , • asados ó Goci^
dos, y si del otro ladtt imaginan algunos
que está la felicidad, que nosotídá W)
vemos en el mundo por ninguna éai'té,
Dios se la tenga muchos años per ál!^,
y se la. dé' á quien ma¿ le conVeng*,
pues ya- está visto que á nosotros, jpobré*citos iiabladores , no nos debe en' manera alguna de convenir.
Una duda ofensiva ' nos q u e d a ' ' ^
desvanecer} ¡esta es una aclaración que
nos pesara mas que todo liO poder hacer.
HabráA Creído muchos tal ve« <jUe uti
«PguUo mal entendido , ó una' pasiOñ
tnopoítUIía' y. áislod&ái de estrarigetísnío
teta hecho nacer én nosotros uitá propensión á inaldecjc de nuestras cosas. Lejos
de nosotros injencion tan poco patriótica;, esta duditsolo puede tener cabida en
aqyellos paisanosi nuestros que, haciéndo:se, peligrosa ilusión, tratan de persuadirse
4 sí. Ir^isnios que niarebánros al - frente ó
i l a i v e l á lo menos de la civ^iziacipn del
,inundo ; para los que tal cile^n ,no escribiíjaos-j porque tan^o valieraíJiwblará sordos; para los españoles empero juiciosos,
pira, quienes Jieipos escrito mal ó bien
ülíestras páginas; para aquellos q u e , como nosotros, crjeen que los espai^oles son
, cap9(^s de hacer lo que hacen los demás
.hoíij^re»; para los que piensan que el
'hoiyibre es solo.lo que de él hacen la educción y el gobiernp; para, los que pueden probarse á sí ínjsoips ^ t a r . .etern*
verdad- con solo considerar quelastinació»nes que antiguamente eran hordas de
bárbaros son en ,et di;^, las que, .capitanean los progresos del ipund<>i para los
que no olvidan quejas cient^jas, las artes
y ha.$ta las virtudes han pasado dei Oriente .al Occidente ,.del Mediodía, al Norte
en ana cóntínu^alt^rnativa, iotcual pruer
9)
ba que el icielo no ha monopolizado en
favor de ningún pueblo la pretendida felicidad y preponderancia tras que todos
corremos ; para estos , pues , que están
seguros de que nuestro bienestar y nuestra representación política no ha de depender de ningún talismán celeste, sino
que ha de nacer , si nace algún dia, de
tejas abajo, y de nosotros mismos ; para
éstos haremos uiu reñexion que nos justificará plenamente á sus ojos de nuestras
Continuas detracciones, reñexion que po«
drá ser la clave de nuestras habladurías,
y la verdadera profesión de fé de nuestro bien- entendido patriotismo. Los aduladores de los pueblos han sido siempre,
como los 'aduladores de los grandes, sus
mas perjddiciales enernigos; ellos les han
puesto una espesa venda «n los ojos, y paca usufructuar su flaqueza les han dicho : lo si»s todo. De esta torpe adulación
Jia nacido el loco orgullo que á muchos
•de nuestros, compatriotas hace creer que
nada tenemos que adelantar, ningún esffuerzo que emplear, ninguna envidia ^ut
•tener. iVhora preguntamos al que debue<&» Si ne»'^aief« cesponder: ¿£ut«»cim#*
}or español, el hipócrita que gnta: toda
lo sois; no deis un paso para ganar el preimió de la carrera y porque vais delante^
ó el que sinceramente dice á sus compa»
triotas: aun os queda que andar ; la me-»
ia está lejos; caminad mas aprisa , si
queréis ser los primeros ? Aquel les inipit
de marchar hacia el bien, persuadiendo
les á que le tienen j el segua4o mueve el
único resorte capaz de hacerlos; llegar á
¿1 tarde ó temprano. ¿Quiéu^pues, da
entrambos desea .mas su felicidad ? £1
jiltimo es el verdadero español». el últi'*
ano el único que camina en el sentido de
«uestro buen Gobierno. Y cuando una ma>
no poderosa y benéfíca , de quien sabe
inejor que los aduladores de. las naciones
lo que nos falta que andar, nos anima
«eñalándonos gloriosos ejemplos ) ouandf
una Reina ilustre y un Monarca.bien in^*
ítencionado tratan-los primeros de llevar»
nos á la posible perfección , retardada ^
caso no por culpa de sus «seelsos antecsf
«ores, sino tal vez por la sucesión de r«rf
volucioues desgraciadas siempre quft bato
4iliigido nuestro puis, en e$ta ocasión joo
«e:,nos.,permitirá prodanuu :e^4..jHtutnpw
fí
írerdad, que tm español fiel vierte en cooperación de los altos fines de sus Reyes?
-jNo se nos permitirá tampoco rendir este postrer homenage á la verdad i
Esta erk la ultima reSexion que nos
quedaba que hacer; el deseo de contris
buir al bien de nuestra patria nos ba movido á decir verdades ajnargas; si núes*
tras pocas fuerzas , si las dificultades qué
en nuestra marcha hemos encontrado, si
las circunstancias , en fin , hubiesen tm>
pedido resultados correspondientes á nuestras esperanzas , sírvanos al menos ' dt
consuelo y de recompensa la propia sa-k
tisfaccion que nos inspira nuestro objeto.
j N o se nos permitirá tampoco decir á la
faz de nuestros lectores: '¡esta fue nuestra
intencionl 1 jQué riesgo podrá haber para
nadie en decir en altas voces que deseamos lo bueno, y que por eso criticamos
lo malo?
Después de este exordio, en que hemos dado la clave de nuestro Hablador,
después de haber manifestado harto claramente que si números enteros han sido
dedicados á objetos de poca importancia,
no ha sido porque fuese tal nuestra inten-
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jcion f sino por la naturaleza de las cosas
qu¿ nos rodean, Cerminemós nuestra colección como podamos; y si hubiere lecitor que no pareciese muy satisfecho de
nuestras divagaciones, ó de la futilidad
tal vez de las materias que tratemos, le
rogamos que vuelva á leer el exordio que
antecede para que no culpe á quien de
buena gana le siguiera diviitiendo mas
á su placer, y recuerde que solo el deseo de cumplir la palabra que al público
tenemos dada de lluurle catorce Jiúmeros nos pone hoy nuevamente la pluma en la mano.
•
-
. , 1 , . .
•
15
CARTA ULTIMA
DE
ANDRÉS NIPORESAS
AL BACHItLIR
DON J U A N PÉREZ
DE JIlUAíGUÍA.
Querido Bachiller: Imagina tú si me
jSerá sensible el estado de tu salud y es<
malhadado frenillo que te embarga la
lengua y te obliga á hablar tan de tar?
de en tarde ; echa mano de la sopa ea
vino, y si esta no basta á dar tono á tu
decaída máquina, avísame con tiempo
para encomendarte á Dios y rogarle que
te haga arrepentic en vida át. tus mur
chos y corpuüíQGQs pecadas y pues te veQ
ya con un pie en la sepultura,.y tat:á,cty
i entender que si te alcanza la muerte
antes de arrepeutírte^ nó ha de h&ber
Í4
luego remedio humano ni divino para ti,
ni te h a n ' d a alcanzar oraciones de ningún cristiano. Mira estas cosas muy despacio, y considera sobre todo que hay infierno. De esta verdad , si la fé no te
respondiera, te responderia yo, que llevo este punto de creencia á tal estremo
que estoy para itií que no solo le hay en
la otra vida, sino en esta también debe
haberle para mas de uno, según vehementes indicios que de ello tengo.
Es tanta la batahola dé Í>reguntas y
confusión de encargos que en tu última
carta reservada, y no vista del público,
me diriges y encomiendas-, que no sé sí
bastaré yo para dar completa satisfacción
i todas tus necesidades. Conténtate, pues^
con lo que buenamente te pueda ir di*Ciendo
Pasemos i tus largas preguntas y á
tus interminables encargos (1).
Con respecto á la Historia de Españ»
tijue me pide», como me dices que ha de
(Kr buena, no te la puedo enviar, porque
no Ja he encontrado.
•..
.
, ;
..,,
.
y.-
•
•
•
•
r.
. (1) Véase el epígrafe de e s ^ niiniero, págii»
ii8 2.*, ^ífralKi leí que sigue.
•. Me encargas que envíe á ta sobrínk
to á las cátedras publicas de Historia y
Geografía que supones temerariamente
que debe de haber en una Corre como es*
ta y me añades que ya que tiene la íbrtu-*
na de estar en el primer pueblo de I4
nación que aproveche esta feliz circun&f
Rancia para ilustrarse. Te ruego encarecí*
•damcnte que antes de hacerme estos ^n*
cargos procures no ser tan ligero ea tus
juicios, porque aquí no hay semejantes
cátedras; lo que hay es una Academia de
ia Historia, y Un despacho de mapas en
4a calle del Príncipe. Puede ser que seaá
estas las noticias que tengas, y como eret
tan torpe, todo lo liayas confundido.
Soy de opinión que no aprenda T*-'
quigrafía, en atención á que aqui no hay
palabra que seguir.
.••
Lo que sí debe aprender es el arre
ác tener siempre razón, e« deúir , ia es»
grima, porque andan muy> en voga Ipt
desafíos de algún tiempo á esta parte; de
íuerte que ya en el dia es ana vergüenaa no haber estropeado á> alg-un amigaAea
icl campo del iionor. Otra cosa no menos
imporunte. £s de primera. necesid]id^C|t^(
16
•e.Vista de majo y eche un cuarto á espadas en cualquier funcioncilla de toros
^traorciinaria que entre señoritos afício->
nados se celebre, que si se celebrará; coa
estas dos cusas será una columna de U
patria, y un modelo del buen tono, se-^
gun los usos del dia. Y aun si pudiera
ser tener pantalón colan y sombrero c/acj
si pudiera ser ademas que pasase la ma«
m n a haciendo visitas, y dejando cartón"
citos de puerta en puerta, la tarde habiendo ganas de comer y atrepellando a>
migos en un caballo cuelli-largo y sin rab o , condición ;jne quá non, la primano^
che silvando alguua comedia buena, y U
madrugada de raout en raout, perdiendo al ecarte su dinerillo y el de sus aeree»
4ores f seria doblemente considerado de
las gentes del gran mundo, y atendido
¿ e las personas sensatas del siglo
.. Alguna obra de la biblioteca de las
(|ue me indicas está en lo reservado, y
«ksi te devuelvo tu encargo
Tampoco he encontrado una colección de trages' españoles de todas las
iépocas , porque no la hay. Me han
priBguatada si estás tá seguro de qvb
17
anáuviesen vestidos nuestros antepasados.
No se ha encontrado quien compusiera tu relox ; sabe mas que tú y que
todos nosotros; por mas que ha querido
el relojero gobernarlo, él no se h^ dejado gobernar.
La laminita que quieres, no he halla.4o en Madrid quien la haga; dicen que
€s preciso hacerla sobre acero, y para obtener buen resultado me han asegurado
que debes encargarla á París.
No he dado á encuadernar el libro
consabido, porque como lo quieres lujoso
y preciosamente encuadernado, y aquí
no hay mas que uno que lo sepa hacer,
está muy atareado, sobre llevar muy caro, y asi es cosa larga. Si te corre prisa
lo enviaré á Londres
No he podido confíar tus comisiones
á Domingo , ni á Pedro, ni á la Nicolasa: hánles sucedido á todos desgracias
impensadas
Ya te puedes poner en camino, porque en esta semana pasada no ha habido
imas que dos robos de diligencias
Pero si vienes á pretender no vengas,
que por ahora no tengo empeños que
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prestarte,-y para traerte solo contigo' tus
méritos te puedes quedar con ellos por
allá, que aquí nadie los ha menester......
Vengas ó na vengas, loque debes liar
cer es callar; supuesto que el mundo ha
de ir siempre como va, haz lo que todos,
y de lo que sabes saca partido, si es que
no quieres olvidarlo, lo cual seria mas
seguro. Cuando las cosas no tienen remedio la habilidad consiste en convertidas
como son en provecho de uno. Déjatp,
pues, ya de habladurías, que te han de
costar la vida, ó la lengua; imítame á
m í , y escribe solo de aquí, en adelante
cartas simples y serias de familia, como
esta, donde cuentes hechos , sin reflexiones , comentarios ni moralejas, y en las
cuales nadie pueda encontrar una palabra maliciosa, ni un reproche que echarte en cara , sino la sencilla relación de
Jas cosas que natural y diariamente en
las Batuecas acontecen; ó lo que seria
mejor, ni aun eso escribas, que para que
.esta habilidad no se te olvide, bastará
que pongas semanalmente la cuenta de la
lavandera.
Andrés Niporesas.
i9
Nota. De aqui para adelante el Editor no sabe inas qué ha sido de los escritos
del Bachiller ni de su correspondencia con
Andrés Niporesas: solo se sabe que, como
de los fragmentos de esta carta se puede
barruntar, se habia puesto el Pobrecito en
camino para la Corte de las Batuecas, y,
como se inliere, Andrés seguía en Madrid. Que á poco el Bachiller ,murió, lo
cual se supo por los últimos partes telegráficos. £l Editor aguarda los mas recientes pormenores para darlos al público, como lo espera hacer en el número < 4 de esta colección, que será la
muerte del Pobrecito Hablador. Solo se
han hallado entre papeles viejos algunos
fragmentos , como en dicho número se
dirá, los cuales no se sabe si con el tiempo podrán ver la luz pública.
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