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Investigación traslacional y transferencia
del conocimiento en psicología
Francisco Javier Pedroza Cabrera y Kalina Isela Martínez Martínez
Universidad Autónoma de Aguascalientes
Resumen
dissemination. It also shows how translational research and
En este trabajo se presenta una revisión sobre el camino que
knowledge transfer can narrow this gap so basic principles
se sigue entre la generación del conocimiento, desde la in-
may exert influence on the development of empirically va-
vestigación básica hasta su aplicación en escenarios natu-
lidated programs; this in such way that basic principles may
rales, y las brechas existentes para lograr su diseminación.
influence the development of empirically-validated programs
También se muestra cómo la investigación traslacional y la
and may be applied by health professionals to potential users.
transferencia del conocimiento pueden reducir esta brecha
Key words: Basic research, applied research, traslational research,
con el propósito de que los principios básicos puedan incidir
knowledge transfer, applied behavioral analysis.
en el desarrollo de programas validados empíricamente que
puedan ser aplicados por profesionales de la salud en los
usuarios potenciales.
Palabras clave: Investigación básica, investigación aplicada,
investigación traslacional, transferencia del conocimiento, análisis conductual aplicado.
Traslational Research and Knowledge Transfer
in Psychology
Abstract
This paper presents a review of the path taken in the generation of knowledge, from basic research to its application in natural settings and the existing gaps in achieving its
Dirigir toda correspondencia a: Francisco Javier Pedroza Cabrera. Universidad Autónoma de Aguascalientes. Departamento de Psicología. Edificio 212. Av. Universidad 940, C.P. 20131. Col. Ciudad
Universitaria. Aguascalientes, Ags, México.
Correo electrónico: [email protected]
RMIP 2012, vol. 4. núm. 2. pp. 130-135.
ISSN-impresa: 2007-0926
www.revistamexicanadeinvestigacionenpsicologia.com
Derechos reservados ®RMIP
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Revista Mexicana de Investigación en Psicología
Al tratar de escribir reflexiones sobre el artículo de Santoyo (2012) que aclara de manera
muy precisa la existencia de una brecha entre
los conocimientos derivados de la investigación
científica básica y su aplicación en problemas de
relevancia social, además de exponer las principales actividades de la investigación traslacional
y cómo esta ha impactado en diferentes disciplinas como la ciencia del desarrollo, resulta una
tarea en la cual queda poco por decir. Sin embargo, trataremos de aportar algunos elementos
que más que discordar con los puntos de vista
del autor (Santoyo, 2012), pudieran verse como
complementarios.
Es indudable que el conocimiento científico y
las aplicaciones tecnológicas son determinantes
para incrementar los indicadores de bienestar
de una población. Los países que más han invertido en educación y ciencia son los que han
Comentario/Santoyo Velasco: Investigación traslacional
alcanzado los mejores niveles de desarrollo humano, por lo que la generación y diseminación
del conocimiento científico debe ser una tarea
primordial de los gobiernos de países en desarrollo (Domínguez, 2012).
El conocimiento científico debe transmitirse
de manera pronta, sin embargo, el tipo de conocimiento que se genera en un país y su forma de
diseminarlo depende de las políticas científicas
que tenga su gobierno. Al parecer, la investigación científica no es una prioridad en países en
desarrollo; por ejemplo, en México en el año
2010, el presupuesto para ciencia y tecnología
fue del 0.48% del PIB; no obstante, Drucker
(2010) menciona que el apoyo real para ciencia
y tecnología fue del 0.2% del PIB. Respecto a
los proyectos de investigación para el año 2011,
se apoyó un total de 617, de los cuales solo 36
protocolos correspondían al área de Humanidades y Ciencias de la Conducta; además, fue
el área con el monto de apoyo más bajo (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología -CONACYT-, 2011). Es claro que esta situación
muestra el poco apoyo que se da para la generación y la trasmisión del conocimiento. La meta
del CONACYT es dar respuesta y solución a
las demandas prioritarias del país, que contribuya a elevar el nivel de vida y el bienestar de la
población. No todos los proyectos de investigación llegan a ser financiados, no porque sean de
baja calidad, sino porque pudieran no apegarse
a los requerimientos de una política científica
que persigue generar ganancias económicas o
bienestar social de manera inmediata; no toda
investigación tiene aplicabilidad inmediata, por
lo que este tipo de ganancias no serían redituables en el corto tiempo.
Es importante aclarar que se acepta una división entre ciencia básica y ciencia aplicada, al
menos así se refleja en los tipos de estudios y
sus alcances. La primera estaría encaminada a
conocer un fenómeno de manera detallada sin
esperar una utilidad práctica; la segunda tendría como meta la aplicación del conocimiento
para la solución de problemas (Pérez-Tamayo,
2001). La ciencia aplicada trata de encontrar la
forma en que el conocimiento derivado de una
teoría, fortalecida por la investigación en ciencia básica, tenga su aplicación en problemas de
relevancia pública. En esta división de la ciencia
cobra valor la investigación traslacional, que como lo menciona Santoyo (2012), se caracteriza
por la construcción de puentes entre las teorías
científicas y los hallazgos de investigación experimental con las aplicaciones y soluciones de
demandas específicas de una sociedad.
En psicología, los hallazgos de principios básicos del comportamiento, derivados del análisis
experimental de la conducta, son retomados por
los analistas conductuales aplicados para realizar
investigación centrada en la solución de problemas de relevancia social. Es por lo anterior que el
análisis conductual aplicado podría considerarse
como ciencia traslacional por excelencia, dado
que a partir de hallazgos básicos se desarrollan
aplicaciones clínicas, las cuales en Estados Unidos de América son publicadas en la Revista
de Análisis Conductual Aplicado ( JABA por sus
siglas en inglés), que en su mayoría se pueden
considerar como investigaciones traslacionales
(Lerman, 2003). En México no existe una revista específica para las investigaciones derivadas
del análisis conductual aplicado, sin embargo, la
Revista Mexicana de Análisis de la Conducta acepta tanto trabajos básicos como aplicados, y es ahí
donde podemos encontrar algunas investigaciones que pudieran considerarse traslacionales.
La investigación traslacional se refiere a la
aplicación de los hallazgos de investigación básica a escenarios naturales, sin embargo, para su
aplicación exitosa aún se requiere realizar un
trabajo preciso de transferencia, con el propósito
de que los conocimientos se adapten a requerimientos sociales concretos (Ribes, 2009). En el
ámbito de los tratamientos psicológicos existen
los programas validados empíricamente, cuya
principal característica estriba en que en escenarios controlados han demostrado su utilidad
Vol. 4, número 2, 2012
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Pedroza y Martínez: Transferencia del conocimiento en psicología
y éxito en la modificación de la conducta. No
obstante, el hecho de que se cuente con este tipo
de programas no garantiza que su aplicación en
escenarios clínicos lleve a los mismos resultados,
por lo que se propone que la aplicación de una
nueva tecnología en escenarios naturales debe
iniciar con una investigación sobre el conocimiento de las variables contextuales que pueden
afectar el resultado.
La investigación traslacional generalmente
inicia cuando los hallazgos de la investigación en
escenarios en donde se tiene un control estricto
de las variables, se aplica a poblaciones clínicas
(Lerman, 2003); esto es, cuando los principios
básicos derivados de la investigación básica se
emplean para el desarrollo de intervenciones
en el que se prueban sus resultados a partir de
diferentes diseños de investigación, en los cuales
se sistematizan los procedimientos de evaluación y de cambio conductual. En este sentido,
los analistas conductuales aplicados desarrollan
intervenciones para solucionar problemas de relevancia social a partir de la aplicación sistemática de los principios de la conducta, para la
cual, la experimentación es determinante para
identificar las variables responsables del cambio (Cooper, Heron, & Heward, 2007). Estos
programas reciben el estatus de intervenciones
validadas empíricamente.
De acuerdo con la American Psychological Association, un programa validado empíricamente
es aquel que ha mostrado experimentalmente
su utilidad y control de variables (Chambless
& Ollendick, 2001). Estos programas deben
cubrir ciertos requisitos, como haber mostrado
su efectividad en al menos dos experimentos
con un diseño intergrupo o en una gran cantidad de experimentos con diseño de caso único;
los experimentos deben realizarse a partir de
manuales de tratamiento, se deben especificar
las características de las muestras, y sus efectos
deben ser demostrados por un mínimo de dos
investigadores o equipos diferentes.
Debido a la sistematización de los procesos
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Revista Mexicana de Investigación en Psicología
de evaluación y del empleo del conocimiento
derivado de los principios del comportamiento para lograr un cambio en la conducta, los
programas basados en evidencia científica suponen un resultado benéfico para el sujeto que
pueda ser atendido con dicho procedimiento.
Sin embargo, estos mismos procedimientos, al
replicarse en escenarios clínicos no obtienen los
mismos resultados. En este punto nos encontramos con otra fase del proceso para hacer que el
conocimiento derivado de la investigación básica
llegue a los usuarios, en quienes se resuelva un
problema de relevancia social.
Entre la investigación básica y la investigación
aplicada podemos ubicar a la investigación traslacional, en la que se puede mencionar el análisis
conductual de la conducta como un claro ejemplo de este tipo de investigación, y la psicología
aplicada del desarrollo, como menciona Santoyo
(2012). Sin embargo, se puede identificar otra
brecha entre los resultados de la investigación
aplicada y su utilidad en escenarios naturales,
según la cual, el problema radica en lograr la
transferencia del conocimiento a fin de que profesionales del área puedan utilizarlo, y de esta
manera beneficiar a sus usuarios e instituciones
meta (véase Figura 1).
El fin último de la generación y de la diseminación del conocimiento debe ser su aplicación
en los escenarios naturales en los que presentan
problemas de relevancia social; sin embargo, la
responsabilidad de realizar esta aplicación no
recae en los investigadores (ni básicos ni aplicados), sino en los profesionales de la salud, que
en muchas ocasiones no son entrenados en procedimientos estandarizados, y en otros muchos
casos no se preocupan por si las intervenciones
son derivadas de procedimientos validados empíricamente o han mostrado su efectividad en
escenarios controlados.
El reto estriba en que los profesionales de la
salud puedan aplicar los procedimientos que han
probado efectividad y que se derivan de investigaciones de tipo básico. Para lograr este objetivo,
Comentario/Santoyo Velasco: Investigación traslacional
Investigación
aplicada
Investigación
básica
Investigación
traslacional
Beneficiarios del
conocimiento
Transferencia
del conocimiento
Figura 1. Se muestra el camino que generalmente se sigue desde la investigación básica hasta que
el conocimiento llega a los beneficiarios, se pueden observar dos brechas una entre la investigación
básica y la investigación aplicada y la otra entre la investigación aplicada y su llegada a los
beneficiarios.
la transferencia del conocimiento cobra un papel
determinante (Doheny-Farina, 1992; Rogers,
1995; Williams & Gibson, 1990).
Existen diferentes modelos para explicar el
proceso de transferencia del conocimiento, por
ejemplo, Doheny-Farina (1992) sostiene que la
transferencia del conocimiento debe concebirse
como un proceso de creación de conocimiento
contextual por medio del aprendizaje colaborativo, cuyos participantes adaptan la intervención
para adecuarla a las limitaciones institucionales, así como también a sus propios objetivos y
prácticas. La transferencia eficaz no se limita
a la trasmisión de información o la utilización
del conocimiento, ya que requiere la creación
de nuevos conocimientos mediante un proceso
denominado reinvención (Martínez & MedinaMora, 2012).
El proceso de transferencia involucra diferentes actores; cabe destacar la figura del investigador, pero también es necesario estudiar el
papel de los profesionales de la salud y el de los
usuarios que se verán beneficiados con el conocimiento, lo que implica un estudio detallado de
las variables contextuales en las se realizará la
diseminación. En este proceso de transferencia
tecnológica, las políticas científicas juegan un
papel preponderante, ya que estas pueden facilitar u obstaculizar la transferencia.
La traducción de la investigación científica
a la comunidad depende, en gran medida, de la
claridad que tengan los diversos actores en el
proceso de diseminación y en la utilidad de la
aplicación del conocimiento. El proceso por el
cual el conocimiento --como resultado de investigación básica--, hasta su aplicación por profesionales de la piscología clínica (que es el caso
que nos atañe), se traduzca en los beneficiarios
para la solución de problemas de relevancia social, es un proceso muy largo y que requiere de
un esfuerzo por los diferentes actores para su
diseminación. Como primer punto, es necesario
traducir los hallazgos de la investigación básica
en intervenciones validadas empíricamente, tarea de la cual se encarga la investigación traslacional, y posteriormente traducir los hallazgos
de la investigación aplicada en los escenarios naturales, tarea que debe ser encargada a los investigadores sobre transferencia del conocimiento.
Ante lo señalado es importante analizar las
estrategias que emplean los investigadores para
diseminar sus resultados. Es claro que la estrategia más empleada y más valorada entre los
investigadores se refiere a la publicación de ma-
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Pedroza y Martínez: Transferencia del conocimiento en psicología
nuscritos en revistas especializadas, preferentemente de alto impacto. La publicación de los
hallazgos de una investigación, sea básica o aplicada, desde que se envía el manuscrito para su
dictamen hasta su aceptación, tarda un tiempo
que oscila entre seis y ocho meses; por ejemplo,
en la Revista Mexicana de Psicología, el tiempo
promedio para los manuscritos publicados entre
los años 2009 y 2011 fue de seis meses, y en
algunos casos fue mayor al año. Sin embargo,
existen otras revistas que tienen largas listas de
artículos para su publicación, aunque la aceptación de manuscritos sea relativamente pronta,
incluso puede pasar más de un año para que se
haga efectiva su publicación.
También es importante mencionar que el
tiempo que transcurre entre el momento en
que el investigador obtiene sus datos y elabora
el manuscrito para su diseminación no es corto;
de manera muy general se puede concluir que
los resultados de una investigación como mínimo demoran dos años para que lleguen a la
audiencia interesada.
En este sentido, valdría la pena valorar la pertinencia de contar con otras estrategias para la
diseminación de los resultados. Una de esas estrategias podría consistir en los congresos especializados, sin embargo, sería pertinente preguntarse si el formato como se presentan en la
actualidad funciona como espacio fructífero de
diseminación y comunicación entre los investigadores. Es importante mencionar que una tarea
pendiente para lograr que el conocimiento llegue a los beneficiarios es desarrollar estrategias
para facilitar la trasmisión del conocimiento, esto es, una vez que se cuenta con una metodología
de cambio conductual validada empíricamente
es importante revisar cómo se debe diseminar
entre los profesionales de la salud y entre los
psicólogos dedicados al área clínica, ya que estos
se interesan poco en consultar revistas especializadas o en asistir a foros y congresos en los que
se difunden los resultados. Los investigadores
deben trabajar para desarrollar una transferencia
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Revista Mexicana de Investigación en Psicología
del conocimiento exitosa, que evite la comunicación unidireccional, sino, por el contrario,
propiciar un acercamiento con los profesionales de la salud y el personal que implementará
el programa, permitiendo la «reinvención» del
programa de intervención de manera colaborativa y, finalmente, reportar sistemáticamente
las adaptaciones realizadas por los clínicos al
evaluar su impacto en la eficacia del tratamiento
(Martínez & Medina-Mora, 2012).
Nos falta mucho por hacer para lograr que
los hallazgos de la investigación básica verdaderamente encuentren una aplicación sistemática
por profesionales de la salud en los usuarios últimos del proceso de generación y diseminación
del conocimiento. Sin embargo, existen muchos
trabajos exitosos de investigación traslacional y
de transferencia del conocimiento. Una de las
estrategias centrales, como lo menciona Santoyo
(2012) de manera certera, consiste en la formación de recursos humanos capaces de valorar
los resultados de hallazgos de la investigación
básica, capaces de usar estos hallazgos para el
desarrollo de tecnologías basadas en evidencia
científica y, finalmente, en la formación de investigadores capaces de poder comunicarse con los
profesionales que harán uso de esta tecnología
para poder transferirla de manera efectiva.
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Recibido el 14 de octubre de 2012
Revisión final 13 de noviembre de 2012
Aceptado el 29 de noviembre de 2012
Vol. 4, número 2, 2012
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