«El 75% de los muertos por violencia doméstica nunca denunció

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EDITORIAL PRENSA ASTURIANA
Director: Isidoro Nicieza
ASTURIAS
«El 75% de los muertos por violencia doméstica
nunca denunció malos tratos o amenazas»
«La orden de protección a las víctimas es un paso adelante muy
importante, pero será necesario avanzar más»
Oviedo, Idoya RONZÓN
Monserrat Comas, vocal en el Consejo General del Poder
Judicial (CGPJ) y directora del Observatorio contra la
Violencia Doméstica, participó esta semana en Oviedo en la
jornada sobre la Carta de los Derechos de los Ciudadanos
ante la Justicia, organizada por Jueces para la Democracia.
-¿Qué es el Obervatorio contra la Violencia Doméstica?
-Se trata de un instrumento de coordinación entre varias
administraciones públicas, formado a raíz de un convenio de
septiembre de 2002 por parte del CGPJ, el Ministerio de
Justicia y el de Trabajo y Asuntos Sociales. Posteriormente se
unieron la Fiscalía General del Estado y una comunidad
autónoma, en representación de las que tienen competencias
en Justicia. Luchamos frente a un problema que afecta a
miles de mujeres, menores y ancianos de este país,
principalmente.
Monserrat Comas, el
pasado lunes, en Oviedo.
-¿Cómo desarrollan su labor?
-Hacemos un seguimiento de una muestra muy importante de
las sentencias que se dictan en materia de violencia doméstica en los juzgados de
instrucción, de lo penal, audiencias provinciales, Supremo, el jurado... para que un
grupo de expertos pueda extraer conclusiones que nos permitan dar pautas de
actuación y propuestas de mejoras legislativas. Además, el Observatorio ha permitido
que pudiera constituirse la comisión de seguimiento para la implantación de la orden
de protección de víctimas de violencia doméstica, una ley que se ha aprobado con la
unanimidad del Parlamento el pasado 31 de j ulio.
-¿Qué valoración hace de la orden de protección de víctimas de violencia doméstica?
-Ha supuesto un gran paso adelante, con una importante novedad, como es que el
juez de instrucción pueda adoptar medidas de naturaleza civil (como son decidir, el
mismo día en que interpone la denuncia, el uso y disfrute del domicilio, la guarda y
custodia de los hijos o una pensión provisional). No hay que olvidar que en lo que va
de año han muerto ya 70 personas víctimas de la violencia doméstica (una de ellas en
Asturias). En 2002 fueron 66 los fallecidos y 77 en 2001. De éstos, un 75 por ciento
son mujeres y un 16 por ciento, menores.
-¿Cuál es su balance?
-En los 37 primeros días de funcionamiento de la ley (del 2 agosto al 7 de septiembre)
en España se pidieron 1.573 órdenes de protección, de las que se admitieron 1.202 un 76 por ciento-. En Asturias se pidieron diez, de las que se concedió un 75 por
ciento. Por otro lado, es importante destacar la elaboración en el CGPJ de un protocolo
para coordinar mejor la actuación de los jueces de instrucción con las fuerzas y
cuerpos de Seguridad del Estado, policías locales y autonómicas. Es importante tener
la garantía de poder ofrecer seguridad a las víctimas.
-¿Desaparecerá así la sensación de indefensión tan criticada por las víctimas?
-Sin duda la orden de protección es un paso adelante muy importante, pero no es el
último que habrá que dar, ya que será necesario avanzar en el plano de los medios
materiales, humanos y económicos con los que cuentan Interior y l as administraciones
públicas (central, locales, autonómicas). Todas han de hacer un esfuerzo importante
en cuanto a recursos, pero la ley hay que valorarla muy positivamente.
-¿Cuál es el principal problema al que se enfrentan?
-Sin duda, que hay una parte muy importante que no se conoce, que aún no se
denuncia y que sucede de puertas adentro. Esto lo demuestra un estudio del CGPJ ante la crítica social de que muchas de las muertes se hubieran podido evitar con una
mejor actuación policial y judicial- que demuestra que el 75 por ciento de las muertes
violentas es de personas que previamente no habían interpuesto ninguna denuncia por
malos tratos ni por amenazas.
-¿Qué puede hacerse frente a esto?
-Proteger a las víctimas que han dado el paso y denuncian a sus agresores.
Consiguiendo esto, el Estado debe tener capacidad de garantizar el derecho a su
integridad y estimular a otras personas que no han dado el paso de denunciar.
Transmitirles que van a poder salir de la experiencia humana tan dramática que sufren
y que pueden tener confianza en las administraciones públicas.
-¿Jueces y magistrados están realmente concienciados de este problema?
-Creo que el poder judicial de este país, en lo que dependa de ellos, está preparado y
concienciado para responder a este fenómeno y ordenar aquellas resoluciones que
protejan a las víctimas. Los jueces son personas que proceden de esta sociedad y, por
lo tanto, evolucionan. No obstante, es misión del CGPJ detectar allí donde hay fisuras,
jueces que no respondan a estos parámetros.
-¿Cómo es posible que una persona pueda acumular una docena de denuncias?
-La revisión de la prisión provisional aprobada ya en el Senado favorecerá en el tema
de la violencia doméstica. En el caso de que haya un incumplimiento de las medidas
cautelares (alejamiento, por ejemplo), si éstas se incumplen, el juez podrá pedir el
ingreso en prisión provisional.
-¿Los juicios rápidos mejorarán la situación?
-Ése era precisamente uno de los objetivos de la ley, aprobada el 27 de abril: acelerar
los procedimientos para enjuiciarlos en 15 días si es delito y en 72 horas si es falta. Sin
embargo, he de decir que los delitos relacionados con la violencia doméstica son los
que proporcionalmente menos se han tramitado por esta vía. Seguramente hay una
razón que lo explica y estamos pidiendo informes a todos los jueces decanos para
saber con qué problemática se están encontrando para aplicar esta ley. Por otro lado,
hay un delito que el legislador previó como juicio rápido, como es el maltrato habitual
físico y psíquico, y que es muy difícil llevarlo por este procedimiento porque es difícil
conseguir que el mismo día se recopilen todas las denuncias anteriores que acumule
una persona y que acrediten este maltrato. En el caso del maltrato psíquico, q ue se da
mucho en este país, al no haber evidencias físicas, se necesitan informes médicos,
psicológicos y psiquiátricos y es difícil disponer de ellos el mismo día de la detención
del acusado. Esto implica que si el juez no puede concentrar rápidamente las pruebas
no es bueno que el caso se tramite como juicio rápido, porque podría desembocar en
muchas absoluciones y en que los delitos quedaran impunes.
-¿Qué queda por hacer desde el punto de vista legislativo?
-Se han dado ya pasos importantes. La modificación del Código Penal, por ejemplo,
que desde la primera agresión física o psíquica califica estas conductas como delito.
Ya no se protege sólo el derecho a la integridad, sino a la dignidad. Otra modificación
importante afecta a las amenazas de muerte . Ahora, cuando se exhiba un arma (un 70
por ciento de todas las denuncias por amenazas se calificaban como falta) supondrá
un delito y, por tanto, una agravación de la pena.
-¿La ruptura del pacto de Estado para la reforma de la justicia afectará al cam po de la
violencia doméstica?
-No, en este campo se está trabajando con un gran consenso político, lo cual hay que
valorarlo como muy positivo. La violencia doméstica precisa de gran consenso, no sólo
social, sino también político, y es un tema en el que creo que no es bueno que los
partidos políticos se confronten. Es bueno que no se haga partidismo con las muertes y
valoro que los grupos parlamentarios hayan sabido, incluso en una etapa electoral, ser
capaces de sentarse, dialogar y construir juntos la l ey de Orden de Protección. Hay
voluntad política de no hacer de este tema un tema de confrontación política.
-¿La alarma social que hay puede afectar a las garantías de un acusado frente a un
jurado?
-Las garantías de los acusados son idénticas frente a un tribunal profesional que frente
a un jurado. Tras los cinco primeros años de vigencia de la ley, de 1995 a 2000, se
hizo un estudio después de examinar 430 sentencias y una de las conclusiones que se
extrajeron fue que en el jurado no se produce una proporción de errores superior a la
de los tribunales profesionales. Después de siete años de vigencia de la ley se puede
afirmar que los juicios con jurado se han enraizado ya con normalidad en la sociedad y
los errores que se hayan cometido y hayan sido criticados por la opinión pública en
ningún momento han de desmerecer la valoración positiva hacia esta institución.
-Frente a los últimos casos de homicidios como los de Mijas o Coín, ¿cree necesaria
una regularización legal de la forma de obtención del ADN?
-Por supuesto. Por un lado, es bueno para los jueces de instrucción y, por otro, hay
que regular la necesaria coordinación entre policías y guardias civiles para aunar las
investigaciones policiales. Veo necesario que exista un banco único al que poder
acudir porque hasta ahora cada Policía tiene sus propios archivos, en los que no se
cruzan los datos, y esto es lo que hace que en el terreno de la eficacia no podamos
hablar de resultados óptimos
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