40 LATERCERA Miércoles 3 de agosto de 2016 Sociedad Cultura RR Michael Caine interpreta al director de orquesta Fred Balinger en Juventud, de Paolo Sorrentino. FOTO: ARCHIVO. Juventud: el director de La Gran Belleza va en busca del tiempo perdido Rodrigo González M. El realizador Paolo Sorrentino (1970) acostumbra a crear sus películas a partir de pequeñas anécdotas y momentos definitivos. Su forma de acercarse al cine es intuitiva, sensorial y poco intelectual. No le importa parecerse flagrantemente a Federico Fellini, su máxima influencia, ni homenajear en sus películas y en sus discursos a Maradona, héroe del Napoli, el club de su ciudad. Cuando en 2014 ganó el Oscar a la Mejor Película Extranjera por La gran belleza, mencionó una a una sus inspiraciones: Fellini, Scorsese, Talking Heads y Diego Armando Maradona. Ahora, como salido de la nada y con un aspecto imperial, un gigantesco gordo con un gran tatuaje de Carlos Marx a sus espaldas, aparece una y otra vez en su película Juventud. Lleva gorro, aro, lentes oscuros y pequeña barba. No se lo identifica nunca, pero todo el mundo sabe quién es. El temperamento meridional de Sorrentino es algo supersticioso y tal vez la referencia fílmica al ex capitán de la Selección Argentina tenga que ver con eso. Después de todo, el cineasta ha dicho más de una vez que le debe su vida al delantero trasandino. Sus padres murieron en un incendio durante un fin de semana de vacaciones en las montañas: él no los acompañaba, porque prefirió quedarse a ver un partido de Napoli versus Empoli. No es extraño entonces que en las montañas (aunque suizas) acontezcan los hechos de Juventud, su segunda película hablada en inglés tras This must be the place (2011) con Sean Penn. Entre ambas, por supuesto, llegó La gran belleza (2013), su suntuoso tributo a Roma. Juventud, que el año pasado debutó en Cannes, otra vez divaga sobre la vejez, la vocación artística y el inexorable paso del tiempo. Su título es irónico y optimista al mismo tiempo, pues los protagonistas son dos veteranos amigos que se reencuentran en un hotel spa en los Alpes suizos. Están en el penúltimo o último recodo de sus vidas y ven las huellas que dejaron bajo diferentes prismas. El director de orquesta Fred Ballinger (Michael Caine) se ha retirado, se niega a dirigir una obra PAOLO SORRENTINO Director italiano Nació en Nápoles en 1970. Llamó la atención con Le conseguenze dell’amore (2004) y en 2006 ganó el Premio del Jurado de Cannes por Il divo. En 2014 obtuvo el Oscar a Mejor Película Extranjera por La gran belleza. que la propia reina Isabel le pide y respira pesimismo. El cineasta Mick Boyle (Harvey Keitel) está en el mismo hotel cinco estrellas, pero sólo para ultimar los detalles del guión de su nueva película. Fred y Mick conversan, beben y recuerdan a la misma mujer que en su juventud les hizo experimentar la vida de otra forma. En esta historia el casting es generoso y entran a escena personajes como Lena (Rachel Weisz), la hija de Fred, quien acaba de ser abandonada por su esposo; o Jimmy Tree (Paul Dano), un actor que se queja porque nadie le reconoce el talento y su rol más exitoso es el de un robot. Hacia la mitad de la historia, el personaje que se roba literalmente la película es Brenda Morel (Jane Fonda), una actriz de alto perfil algo olvidada. Además es fetiche de Mick, quien la ha incluido en nueve de sus largometrajes. Otra vez, dado a los tributos, Sorrentino rinde un homenaje a Fonda en un personaje que en rigor es la caricatura de ella misma. La película también entra en un territorio nostálgico cuando Fred y Mick recuerdan a una chica que ambos conocieron y quisieron en su juventud. Estilo barroco Al momento de su estreno en Cannes, Juventud recibió una respuesta efusiva, pero dividida. Fue más bien un festín donde se mezclaron aplausos y bravos con abucheos y pifias, lo que da cuenta de que este director tiene fanáticos y detractores serios. Su estilo visual barroco y muy virtuoso siempre deslumbra, pero en esta ocasión hay mucho más ver- R Michael Caine y Harvey Keitel protagonizan la nueva cinta de Paolo Sorrentino. R Este jueves llega a salas chilenas el filme, que su realizador define como “una película optimista”. bo y diálogos que en La gran belleza. Tal vez eso incomodó a algunos. Enfrentado en la ocasión a la prensa acreditada, bastante fan por lo demás, el cineasta se aventuró a clarificar que las ambiciones de su vigorosa puesta en escena sólo responden a su fascinación con el tiempo. “Es en realidad la única cuestión que realmente me interesa a la hora de hacer una película. Cuánto tiempo llevamos en el mundo, cuántos días nos quedan. Quizás cuando sea viejo intente dirigir un filme sobre un joven. Será una forma de prolongar mi carrera”, comentaba acerca de la opción por dos personaje centrales ya en retirada. “Al hablar del paso del tiempo, también me refiero al futuro y eso, a su vez, nos permite sentirnos jóvenes. Por eso creo que Juventud es una película optimista, diseñada para calmar nuestros temores”, agregaba Sorrentino, que en los créditos dedica la película al destacado cineasta Francesco Rosi (Salvatore Giuliano, 1961). Aquellas palabras no son antojadizas y otra vez se refieren al poder de una pe- queña anécdota: en el año 2014 Sorrentino visitó a Rosi en su hogar y le escuchó hablar con sus amigos sobre una muchacha que habían conocido en su juventud. La discusión fue larga. A los pocos meses Rosi, también napolitano, murió. “La chica de la que hablaba Francesco Rosi, quien haya sido, es la inspiración para la cinta”, explica el realizador, refiriéndose al personaje que Fred y Mick recuerdan en sus días de spa geriátrico. Pródiga en tomas panorámicas de los verdes prados de las laderas suizas, Juventud también tiene una fascinación con la voluptuosidad femenina. El recurrente personaje de Miss Universo (Madalina Diana Ghenea) es la expresión diáfana de ello. En una escena Mick y Fred la observan en éxtasis, entrando o saliendo de las cálidas aguas termales. ¿Es ésta la “juventud” que pregona el título del filme? Michael Caine, con 83 años, lo expresó mejor que nadie en la presentación de la película: “La juventud es cuando nosotros dos vemos a esta bella chica bañarse sin ropa. Vemos lo que perdimos y lo que nunca volveremos a tener”.b