lA PIRA DE i m Las Mtil^españolas Pues señor... i TAL mn HOY

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Ifio UIY.—Quinta éyoei,
lA PIRA DE i m
¡Gran ocasión para los enemigos del
tíobierno! ó, luejor dicho, para sus adversarios, porque enemigos bien pueden jact a r s e de no tenerlos.
Que al fin, no hay enemiga que no venían, ni animosidad que no desarmen tanto acierto como figai an en el activo de la
«tuaoión liberal y que han convertido la
hispana tétrica, moribunda y desespera11°"^ liltimos tiempos conservadores
• n la t s p d ñ a optimista, sonriente y resucitada de estos días en que se ha visto el
fin de una guerra, se columbra el fin de
Mí%, hn rennoido el placer de vivir y nos
• • n t t ^ o a apoyados por las simpatías de
too.oa loa pueblos civilizados.
El acierto, incompatible con la soberoía, porque lo engendra principalmente
i« humildad cristiana, ha acompañado
constantemente ni Gobierno desde su advenimiento al Poder y ha engendrado
P*™ lo porvenir esperanzas que con ratón hubiéramos calificado de locas hase
algunos meses, y que hoy no carecen por
«> «lenoa de verosimilitud.
Healizado así lo bastante para juzgar la
gestión de los actuales ministros y l a innuenoia de las ideas liberales en la crisis
nacional á que llevaron los conservador e s al país, el'Gobierno, sin desmayar un
punto, sin interrumpir por u n instante
su tarea, hace un llamamiento á la opim ó n publica y se entrega al juicio de la
nación, completamente inerme, fiando su
wiunfo sólo de la adhesión desinteresada
de la masa electoral, como si España, en
• e z de salir de la horrible pesadilla de
*Q* situación conservadora qua tenía sepultada la Constitución bajo el peso de la
voluntad del Sr. Cánovas y e l d e las leyes especiales, saliera, por el contrario,
a e una Academia inglesa, donde hubiese
•prendido y se hubiese ejercitado en la
prMtica de todos los derechos.
Y hace bien el Gobierno en esperar su
triunfo de la perspicacia de este pueblo
español, que por instinto salva la distanola q u e establece la falta de buenas y no
interrumpidfts prácticas de libertad.
P a r a ello basta u n estímulo, y ninguno
t a n poderoso, tratándose de españoles,
«orno la nobleza de condición, que hace
iraternizar en nueetra tierra al noble de
c^na y al plebeyo, y en cuyas hermosas
nanifeetaciones no hay español que se
a e i e Vencer por otro, cualesquiera que
saan su extracción social y el ambienta
moral en que viva.
L a conducta del Gobierno no puede ser
m á s noble.
Mil veces nos h a n hablado los Gobiernos de sinceridad electoral y de pureza
en la expresión del voto del país; el mism o Romero Robledo se ha jactado en el
salón de conferencias, haciendo gala de
u n humorismo que á la Guardia civil parecería sangriento, de que él «era una paloma electoral»; pero pocas veces, ó nunoa, se habrá dado el caso de que el Gobierno se despoje del arma que puso en
m a n o s de todo el que mande el art. 22 de
, y Provincial; pocas veces, ó nunca,
se habrá dado el caso de que, estando tan
róximas las elecciones, el Gobierno haya
ejado en el más patriótico abandono los
recursos que aseguran el triunfo, y que
en España son considerados, por desgracia, como moneda corriente que no sólo
no asusta á nadie, sino que son muchos
los infelices ineducados en las prácticas
liberales que salen al encuentro de aquéllos.
Estas no son declamaciones, son h e chos; y si la prensa de oposición, guiada
Sor un espíritu de partido, lo oculta ó lo
esoonoce, no dejará de ser advertido por
la prensa independiente, reflejo de l a s
condiciones de u n pueblo para la civilización y la cultura, prensa que, por fort u n a , adquiere cada día mayor desarrollo
en nuestra nación.
Y advertida la noble conducta del Gobierno por la prensa libre y conocida así
or el pueblo, no dudamos de que éste ha
e corresponder con nobleza igual, j u z jtando imparcialmente al Gobierno y votando con entera independencia de criterio.
Si para la reforma de las costumbres
publicas, tan depravadas en España en
tiempos de reacción, es preciso que el
ejemplo venga de lo alto, nada faltará en
esta ocasión para que el triunfo del Gobierno sea al mismo tiempo el triunfo de
la moralidad electoral, y un g r a n paso
dado en el camino de nuestra regeneración política y de nuestro crédito ante las
demás naciones.
S
S
Las Mtil^españolas
CUBA
Ayer le recibió en el ministerio da Ultramar
nn tele^ama del sreneral Blanco con noticias
optimiftai acerca del estado general de la g^uerra, ail como también de los trabajos de reorga
nlBacíón política y económica de la gran AnttUa.
La,zafra se presenta abundante en mnchog
puntos de la isla, y son ya numerosos los ingenios que están en plena y pacifica fabricación
de azúcar.
Al propio tiempo los reconcentrados son atendidos debidamente, y, según otro despacho particular de New York, por la secretarla de Estado de aquella República se ha publicado ya una
tercera petición de socorros para los necesitades de la isla de Cuba.
I B dlebo documento ae uuncia que el presi'
DIARIO
•lento de la República ha nombrado un Comité
central, con la cooperación de la Sociedad humanitaria de la Cruz Roja y de la Cámara de
Comercio de Nuera York, encargada de Impetrar donatÍTOs, recolectarlos y expedirlos á su
destino.
El documento termina dirigiendo un eficaz
llamamiento al país en general, corporaciones
municipales, centros mercantiles, sociedades benéficas y empresas de transportes, para que auxilien la obra filantrópica.
*
Los periódicos de la gran AntlUa recibidos
ayer dedican atención preferente al asunto del
asesinato del teniente coronel D. Joaquín RUÍE.
Desde los elementos más reaccionarios hasta
los más radicales, todos, con unanimidad absoluta, según vemos en los periódicos de la Habanaf eondemuí el infame asesinato.
Mareos García, el antigtio cabecilla cubano,
miembro importante luego del partido autonomista y hoy gobernador de Santa Clara, ha dirigido al general Blanco el siguiente telegrama:
«No con el carácter oficial que ostento, sino
con mi significación de cubano autonomista,
condeno con todas las energías de mi espíritu la
cruenta villanía perpetrada en la persona del
inerme y caballeroso teniente coronel Ruiz por
un grupo de hombres que se titulan cubanos y
dicen perseguir la independencia, que no la libertad de Cuba.
Es llegado el momento de que la Inmensa mayoría del pueblo cubano, dentro del nuevo régimen legal, que es el régimen de la libertad y
del derecho, proteste como un solo hombre contra los actos de devastación y crueldad, (^ue son
un oprobio á la civilización, un escarnio á las
leyes sociales y la negación de todo respeto á
los sentimientos humanos.
La pasividad de ayer debe convertirse hoy en
constante actividad hasta alcanzar en brevísimo
plazo la pacificación de la tierra encomendada á
los esfuerzos del país en masa, después del
triunfo de los ideales autonomistas, como justa
reparación á la justicia.
La sangre generosa del teniente coronel Ruiz,
inmolado en aras de un sentimiento de conciliación y de amor, precipitará el momento de la
paz en Cuba.»
POLÍTICO
ILUSTRADO
sido nlfíos de esa raza arrojados por la ola de una
pasión á los escarpes de la costa apetecida.
Fórjanse los caracteres de hierro al golpe de
la ciega adversidad, sobre el yunque de la propia desgracia; pero á los trece años no se puede
sufrir mucho; quien á esa edad se mata no es de
estos tiempos. Visión profétlca del porvenir h*
tenido ese muchacho valeroso. Sobrevivir á los
vencedores en el combate por la existencia; pero
estol vencedores son casi siempre los vencidos
en la lucha por la dignidad.
Vivir es morder el polvo. No como lo mordiera Atlla, herido por la lanza de un soldado, sino
como lo muerde el siervo bajo los pies de su
despótico señor. Los hijos deben ser obedientes.
Este precepto implícito en el cuarto mandamiento no ha sido respetado por el suicida. ¿Quién
sabe lo que hubiera sido mejor? Un poeta vienes, que ensangrentó ol látigo de su critica flagelando lo mismo las preocupadoues religiosas
que las domésticas, mostró A su público ol espectáculo triste do una mujer infortunadísima y
de un hombre fusilado, por deferir incondiolonalmente á ese mandato religioso.
NAm. 8.088.-Hartes It Enero 1898.
Muere también Gualtero del Hum; el arzobispo
Turpin, que ensangrentado y herido recorre el
campo, se encuentra por fin solo con Roldan, y,
moribundo, Intenta bendecir «con sus blancas y
bellas manos» llenas de heridas á los muertos
franceses, y cae en tierra al cumplir su cristiana
misión.
Nada más admirable, más solemne y conmovedor que este momento en que Roldan, con el
cuerpo cubierto de sanguinosas brechas y el corazón desconsolado, se queda solo en medio de
aquellos montones de cadáveres, y al entonar el
mea culpa, oye lejos, muy lejos, resonar los clarines del Emperador Cario Magno, que viene á
auxiliar á su buen caballero cuando ya de nada
lo sirve el auxilio... Nada más bello quo los cuidados que en aquellos últimos instantes de su
vida toma por conservar dignamente su espada
maravillosa, la invencible Durandal, ó Durlndaina, que decían nuestros romances.
No hay en éstos nada comparable en vigor
poético ni en grandiosidad con el poema francés; verdad que tampoco son de los mejores del
Romancero.
I
EPISODIO
mSTÓSICQ
El teniente Cristóbal
La campanilla sonó con violencia, como si el
aue llamaba tuviera mucha prisa: el asistenta
acudió presuroso, abrió la puerta, y a encontrarse con un oficial para él desconocido que
llevaba en el cuello los números de sii mismo
regimiento, se cuadró esperando que le Interr»-
^^-fiüi. el eapitán?-le preguntó el oficial.
—No, señor.
—¿Y la señora?
—La señora, si, mi teniente.
- E s lo mismo; déjame pasar.
.
El asistente, entonces, quiso impedir la entra»
da del oficial, y en forma respetuosa le ««P»co.
- M i teniente, le he dicho A usted que no est»
en casa mi amo, y le ruego, »l aulero j o r A ' •
señora, que ante» me deje anunciarla su viMia.
-¡Bah! ¡bah! Déjate de simplezas-interrumpióle el oficial, separando impaciente al soiaaao
Tersites.
y penetrando en la casa.
_j^.>.»
La señora del capitán, sobresaltada, pnmero
por la violencia del campaniUazo, y después
Los infelices habitantes de la citada colonia por la disputa, cuyo rumor diabla llegado 4 ella
francesa se hallan amenazados de una espanto- confusamente, precipitóse al recibimiento.
En el pasillo, un tanto obscuro, se encontró
sa miseria.
(Efeméride$ de Ccüinez,)
Un corresponsal escribe que es un cuadro ver- con el oficial, quien estrechándola entre sus bradaderamente honiblo el que ofrece la muche- zos, exclamó:
dumlaro do hambrientos, pálidos y demacrados,
—Ya me tienes aquí, ¡madre mia»
.
778
medio desnudos, buscando, alrededor de las clu»
—¡Cristóbal! ¿Eres túV ¿Cómo has venido si»
¿Quiere la tradición que fuese en tal día como dades la entrada, en las cuales les está prohibiavisar? ¿To ha sucedido algo?
•
.^,
hoy, día de San Anastasio, San Hlginlo y San da por temor k que les invada la miseria, algo
—Si, Bl me ha sucedido. Vamos al comeflor,
Teodoslo, la jornada sangrienta de Roncesva- con que saciar su hambre devoradora con los donde podrás verme á tu gusto.
lles? Pues sea enhorabuena. Contra el sentir despojos quo se les arrojan desde las murallas.
Abrazados llegaron á la estancia, hasta Cuy»
vulgar, que pinta á la tradición como una vieja
Entre las causas provocadoras de semejante puerta siguióles el asistente, asombrado.
descarnada y carlancona, me parece á mi una situación se cuenta el que hace cuatro años
Una vez en el comedor, como la madre per*
moza gallarda, eternamente joven, eternamente falta la cosecha en absoluto, y que aun en los maneciese absorta buscando en los ojos de su
decidora, poética y alegre. La vieja chismosa y años prósperos no comen los indígenas, en su hijo la explicación de tan inesperado viaje, semaldiciente es la critica, que todo lo pone en mayor parte, ni pan. Aliméntanse de galletas paróse él sonriente, y cuadrándose la dijo:
cuarentena y que no sabe sino difamar á todos elaboradas con el grano de la alcandía, ó ceba—¿Que por qué he venido? Fíjate en mi •anl*
los héroes y derribar los más hermosos castillos da mochada, sin separarla del salvado.
forme y él te lo dirá.
en el aire que los hombres han sabido construir.
Un detalle: so considera como objeto de lujo
¡Eh! ¡Qué es eso! ¿Has salido yá de la Aead»'
La tradición es Homero; la critica, Zoilo. Res- un terrón de azúcar, que ni aun los enfermos mia? ¿Eres oficial? ¿Sabo algo tu padre?
petemos á éste sitb conditione, pero admiremos pueden probar.
—No he avisado á nadie, ¡madre mia! Quena
y reverenciemos á aquél sin reserva alguna.
Por otra parte, á los colonos europeos, empo- sorprenderos
„
La tradición de Roncesvalles, como todas las brecidos por la carencia de cosechas, no sólo les
—¡Gracias, Dios mío! exclamó la buena señoes
imposible
el
dar
trabajo,
y
mucho
menos
presgrandes
y
hermosas
tradiciones
épicas,
hay
que
Ayer circuló en los Circuios políticos el rumor
ra. ¡Qué alegría tendrá Pepe!.....
de que se hablan recibido noticias muy impor- buscarla en su más antigua forma, es decir, tarles socorros á los necesitados; no obstante,
**
esta
penuria
es
soportable,
comparada
con
la
como
tradición
francesa
y
no
española.
Averitantes de Cuba, relacionadas con prósperos suEn efe;to, todo era ventura en el hogar dw
cesos, cuya publicación no se haría esperar mu- guada la falsedad del Catito de ÁUabiscar, des- absoluta inopia en que se hallan los indígenas capitán T..., de Cartagena.
\
cho, estando únicamente pendientes de una es- cartada casi por completo la intervención de del Sur, los cuales, después de haberse alimen¡Qué más podía ambicionar aquel matrlmoniof
Bernardo del Carpió en la batalla, conviene aco- tado largo tiempo de raices y yerbas, hoy pere- No tenían más hijo quo Cristóbal; para él fueperada comprobación.
ron siempre todos sus cuidados. Costóles grant Muchos suponían que no era extraña á este gerse al texto primitivo de la Chanson de Ka- cen por completo de inanición.
Es seguro que si no se adoptan por el Gobier- des desvelos, oso si, pero al fin le velan oficial y
rumor la presencia del Sr. Qovin en la provin- land, tal como ha sido expuesto y explicado por
León
Gautier,
el
maestro
incomparable
que
ha
no
francés
medidas
y
disposiciones
encaminaoficial del mismo regimiento da España, á quo el
cia de Santiago de Cuba, suponiéndose que á su
llegada á la Habana para tomar posesión de su sabido poner la vieja chismosa de la critica al das á la conjuración de la crisis, se reproduci- padre pertenecía...
Seis mese» iban transcurridos; la Infame guecargo de ministro, habrá de conocerse la misión servicio de la moza romántica y soñadora de la rán escenas horribles, como las d« otros años.
tradición, aprovechando la experiencia y la maEn los alrededores de Batnos andan errantes rra separatista asolaba los campos de Cuba, y
de aquel viaje.
rrullería de aquélla, no para menoscabar los por las campiñas más de diez mil infelices, cual esta guerra exigió ol sorteo de oficiales y bata^
I
méritos de ésta, sino para ensalzarlos debida- rebaños de carneros, alimentándose de yerbas, llones, correspondiendo al primero dó España j
mente poniéndolos en claro.
cortezas de árboles y raices.
á Cristóbal el ser de los señalados por la suerte
El gobernador general de la colonia ha pedi- para tomar parte en la defensa del territorio na*
Con existir en nuestro inmortal Romancero
bellísimas piezas referentes á la jumada de Ron- do un crédito de 1.200.000 francos, como preli- cional.
cesvalles, ninguna se aproxima en grandiosi- minar, á la Metrópoli.
Desapareció en un momento la alegría da
Los secuaces de Cerralbo,
—
'
ili I *
~
—
dad á la Canción de gesta francesa, ni én ellas
aquel hogar. Sólo Cristóbal se mostraba stttlsfelos apreciables carlistas,
aparecen con tan vigoroso relieve diseñadas
cho y orgulloso. ¡Iba á tomar parte en la camaún no saben á estas horas
las figuras capitales de la acción: Roldan, Olipaña y conquistarla las cruces que envidioso
si son tíos ó son tías:
1
veros, el arzobispo Turpin, el Emperador Cario
contemplaba sobre el pecho de los veteranos!
(POR TELÉGRAFO)
unos dicen que las masas
Magno, el Rey moro Marsilio, el traidor GaneSi la madre vertía lágrimas, sólo contenidas,
irán á votar unidas
lón... La Canción de Roldan en esta parte me
con gran trabajo, cuando pudiera verla su hijo,
y compotas, y otros dicen
El C o n a e j o d e y a e r r a « o u t r a
interesa clon veces más que muchos dramas de
el padre estaba no menos intranquilo. ¡Era tan
que todo eso es guasa viva,
£aterhazy.
Ibsen, y me parece harto más clara y comprenniño Cristóbal!
que lo decidirá el R...
sible que todo cuanto ha escrito é imaginado
P a r i d 10.—A las ocho y cinco de la mañana
Los mismos entusiasmos del muchacho le asussastre de tijera fina,
el amigo Maeterllnck. Tan sólo en algunos frag- fué sacado de la cárcel de Cherchemldi el co- taban. ¡Qué experiencia de la guerra podía tey hombre que conoce el paño
mentos de La Débáde se encuentra algo pare- mandante Esterhazy para comparecer ante el ner un joven que aún no habla cumplido die» f
como á su propia familia
cido en,intensidad descriptiva y en exactitud v Consejo de guerra.
ocho años!
:
(la cual anda por el mundo,
fidelidad para la pintura de una acción tumulViste de grande uniforme, pero sin'armas.
Esta» consideraciones del capitán, después dé
como sabéis, repartida).
tuaria y gigantesca.
Sólo las personas provistas de permisos espe- maduro examen, le obligaron á adoptar la firme'
Sea de esto lo que quiera,
Con mucho acierto equipara León Gautier las ciales pueden entrar en la sala del Consejo.
resolución de ir voluntariamente á la guerra.
lo cierto es que los carlistas
emociones que se sienten leyendo la entrada de
Se ha prohibido la formación de grupos en la
—Ya ves—decía—yendo j'o con Cristóbal, espara tratar del asunto
Roldan en el campo de Roncesvalles y la entra- calle de Cherchemldi.
taró
á su lado, lo serviré de escudo y tú estarAs
se reunirán estos días.
da de la guardia Imperial en Waterlóo.
No ha halado manifestación alguna.
más tranquila.
Dios les depare distritos,
La situación es bollisima. Oliveros sube á una
P a r i a 10.—La sesión del Consejo da copues como no los consigan
¡Qué día aquel en que embarcó en Cartagena
empinada sierra, desde la cual descubre el rei- mienzo á las nueve en punto do la mañana, prepor gracia, no será fácil
no de España y la inmensa muchedumbre de sidiendo el tribunal el general Luxer, y siendo el primor batallón de España!
quo los logren por justicia.
los sarracenos; ve la derrota inevitable para el comisario del Gobierno el Sr. Hervien».
¡Cerca de mil cien hombres pletórlcos de vida
La campaña ofrece ser
pequeño ejército francés en aquel desfiladero
El Tribunal desecha la petición de la señora presentó el batallón en su última revista en la
una campaña magnifica:
que Cario Magno habla pasado ya, siguiendo de Dreyfus y del hermano de éste, Mathien, para Península! ¡Qué entusiasmo el de los expediciode aquí á un mes, el noble Molla,
los pérfidos consejos del traidor Gauelón.
narios! ¡Cuántos discursos patrióticos oyeron da
asistir á las deliberaciones.
¡cuál tendrá la campanilla!
—Haced resonar el cuerno, amigo Roldan,—-le
El Consejo acuerda que los debates sean pú- las autoridades!...
¡cuánto cacharro habrá roto
Y ol vapor zarpó. Y á medida que se alejaba
dice Oliveros.—Sandio seria yo, si tal hiciera,— blicos, en tanto que la publicidad no pueda pade Cerralbo en las vitrinas!
del muelle iban perdiéndose en la Inmensidad
responde Roldan, mirando á sus franceses y re- recer peligrosa para la defensa nacional.
ly cuántas ttibirrabietas
quirrendo su famosa espada Durandal, que henLa acusación contra Esterhazy se funda en ha- los ecos de la marcha de Cddie, que los defensoentre los de última fila!
día bronces y peñas.—Haced resonar el olifan- ber mantenido éste relaciones con las potencias res do la Patria, llorando de emoción, saludaban
¡Bien vamos á divertirnos
te, Roldan amigo, replica Oliveros;—Cario Mag- extranjeras, conspirando contra los intereses de al grito de ¡Viva España!
con la brava grey carlista!
no lo oirá, y con sus barones vendrá en socorro la nación.
* •K *
Lo que las urnas arrojen,
nuestro.—No consienta Dios que yo me deshonLéese el informe del juez militar, Sr. Ravary,
¡Viva España! gritaban catorce meses deshoy por hoy, ¿quién lo adivina?
re de esa manera: todos esos felones paganos en el cual se acusa severamente al coronel Pic- pués,
el día 22 de Enero de 1897, en las Loma*
De todos modos, señores,
perecerán, os lo juró.—De tal manera hablan quart por la comisión de faltas graves y por las del Volcán,
de aquellos soldado» que,
hay que apretar las clavijas.
los dos héroes, y como dice el poema,
indiscreciones cometidas por él mismo. El infor- en las ansiasalgunos
de la muerte, daban sus cartucho*
Para mí que va á haber grandes
me
establece,
como
conclusión,
que
no
existe
Roland est preux; mais Oli^ier est sage;
sus compañeros, los cuales rechazaban las
chascos, sorpresas magnificas,
prueba alguna que permita mantener la acusa- ácargas
ils sont tous deux de merveilleux courage...
de una numerosa partida de caballería
y no será sólo Mella
ción de alta traición lanzada contra el coman- enemiga,
que nunca pudo llegar & seis pasos da
De nada les sirve, al uno su previsión, ni al dante Esterhazy.
quien pierda la campanilla.
los cuchillos de los Maüsers españolo.
otro su temeridad, ni tampoco la magnifica benDespués
de
la
lectura
de
este
Informe
el
Con¡Viva España! gritaba, distinguiéndose entra
+++
dición, que á la tropa arrodillada dirige el arzo- sejo de guerra suspende la audiencia hasta las
todos, un bravo mozo, apoyando su cuerpo en el
Resultado total de la unión conservadora, se- bispo Turpin, á caballo, desde lo alto de una dos de la tarde.
tronco de un árbol y con ambas piornas destrogún la cuenta que tiene la oportunidad de sacar colina.
Comienza la batalla y Roldan, Oliveros, Tur- E l r e l a t o d e l c o m a n d a n t e G a t e r h a x y . zadas á balazos, á tiempo que otro proyectil la
un querido colega nocturno:
D
e
c
l
a
r
a
c
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o
n
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s
d
e
loa
t
e
a
t
i
g
o
a
.
atravesó la «ara en el momento de terminar uno
Por un lado el Sr. Romero, al frente de los se- pin y los doce Pares dan buena cuenta da la
F a r i a 10.—El Consejo de guerra ha conti- de aquellos vivas...
ñores general Weyler, Gálvez Holguln y coro vanguardia de Marsilio. La descripción de la baLos insurrectos repetían con verdadera furia
de pelotaris atados con longanizas extremeñas... talla es grandiosa, como diez libros de caballe- nuado la audiencia después del descanso á que
sus estériles cargas al machete. De los treinté
rías juntos, como diez poemas del Arlosto. Los se refería un despacho anterior.
de Castuera.
hombres de España que formaban aquel intere*
El salón se encuentra lleno de público.
Por otro lado, el Sr. Sllvela, capitaneando á las infieles llegan á oleadas, miles de ellos sucumSe procade al interrogatorio del comandante santo grupo, sólo quedaban en condiciones da
exmasas del Sr. Pidal, y acompañado por un ben y otros miles vienen á reemplazarles. El
lucha, en un pequeño semicírculo, débil baluar*
coro tan heterogéneo como los Sres. Cos-Gayón, número de los franceses va disminuyendo; caen Esterhazy.
Este refiere que una dama cubierta con espe- te de los heridos, ocho soldados rodilla en tierri,
conde de Tejada de Valdosera, Vlllaverde, Pa- acribillados los doce Pares, y Roldan, tarde y
blé y D. Alejandro Llórente, este último señor con daño, se decide á pedir auxilio tañendo el so velo, y cuyo nombre ignora, le previno del un oficial en pie y, á caballo, el jefe del batallón, que, herido en una pierna, machete en alhábilmente restaurado pour la circonstance, maravilloso olifante, el cuerno mágico, á cuyo complot tramado contra él.
Añade que desde 1893 sus acusadores dispo- to, pálido, sereno y atento á los movimientos del
todos atados también con embutidos de Badajoz. sonido los valles retumban. A muchas lefguas de
enemigo, decía á sus soldados:
Y finalmente, por otro lado, los caballeros del allá lo escucha el noble Emperador:—¿Habéis nían de muestras de su letra.
—Aniño, hijos míos. Esos cobardes son pocos
Protesta enérgicamente contra la sospecha de
Santo Sepulcro, las almas de Garibay, los de la cldo? Es el olifante de Roldan que pide auxilio;
honesta distancia... en auma., luñrecuncentrados corramos...—Pero Ganelón, el traidor, retarda que pueda haber sido traidor, y acusa al coro- para nosotros. Y cuando con infernal gritería in<
Sres, Eiduayen, duque de Totuán, Linares Rl- con fútiles pretextos la vuelta de los franceses, nel Picquar de haber enviado en 1896 á unos Bistlan en sus cargas, voceando ¡al machetel, ¡al
machete!, antea de que llegaran á diez metros
bandidos á registrar su domicilio.
vas, Sánchez BustlUo, Castellano, Boseh y Fus- que llegan tarde á ayudar á sus compatriotas.
Después de oídos los testigos, Mathleu Drey- de los fusiles oíasele decir pausadamente i^
Sólo quedan ya sesenta de éstos y al frente de
tegueras, Navarrorreverter, etc., etc.; los simellos Roldan, con la boca ensangrentada, la sien fus se esfuerza en demostrar que el borrador ¡Apunten! ¡Fuego! Luego, de manera rftpldaí f
páticos y acreditadísimos camastrones,
L'union fait la forcé, señores conservadores. partida, el corazón lleno de angustia, tañendo que figuró en el proceso de su hermano es de entre los vivas á España de los heridos: ¡Prepa^
ren! Y rodaban caballos y jinetes, cayendo más
Y luego dice La Época que no se le pongan con desesperación el cuerno mágico. «Señores puño y letra de Esterhazy.
A una pregunta del abogado Teeenas, respec- al retirar sus bajas; y en esta forma segUÍA al
barones—dice mirando las piras de muertos;—
dificultades.
Señora, si, por nosotros, ¡malditos sean los in- Dios haya compasión de vosotros y ponga vues- to á quién haya pagado la campaña actual, con- combate, hasta que, despavorido» hombres y cabalgaduras, emprendieron la huida al ver Uegar
testa Dreyfus:
tras almas entre las fiores del Paraíso.»
convenientes!
—Eso no es cuenta mía. (Violentas protesta».) un pequeño refuerzo de infantes.
Terre de France, moult éles doux pays
La declaración del senador Scheurer Kestner
mais au jour d'hui sevré de barons de haut
no aporta ninguna luz al asunto.
* «
. ..
[prix...
Después de recibirse la deposición de otros
¡Glorioso fué para los restoi del batallan da
De un revés mata al hijo de Marsilio, quien
varios testigos, poco interesante, se resuelve España el combate del Volcán! Solo unos dOí»
ü n niño de trece años te ha matado disparán- lanza contra los cincuenta caballeros sesenta por el tribunal que las deliberaciones continúen cientos hombres, convalecientes en su mayoría,
dose un tiro de revólver. La persistencia de la mil Etiopes, que los arrollan y los destrozan á puertas cerradas.
quedaban del que tan nutrido salló de 6artt«
voluntad es una forma del heroísmo. Ese mucha- bárbaramente. Sólo quedan cuatro franceses viEl Consejo ha escuchado ya en sesión secreta gena.
vos:
Roldan,
Oliveros,
el
arzobispo
Turpin
y
cho ha querido morir con una virginidad, mil
al coronel Plcquart.
Loa insurrectos, cotaprendlendo la sltuaclóá
veces en todos profanada, con la hermosa virgi- Gualtero del Hum. Oliveros, que, ciego por la
La audiencia ha terminado á las siete y veinde la reducida columna, no dudarotí
nidad del espíritu. En su cuerpo infantil habla sangro que le escurre cejas abajo, golpea sin sa- te de la tarde, pero continuará á las nueve de lá lastimosa
en atacarla, formando extensa herradara, á I»
un corazón de gigante. Odió la férula del maes- ber cómo con su invencible espada, hiende, sin mañana próxima,
que el teniente coronel de España optiso OÓH
tro y buscó, para no subordinarse al dominio del querer, el yelmo de Roldan; éste acudo y los dos
rapidez tres frentes de ataque. De estos freB*e»,
(Fabra),
se
reconocen,
y
Oliveros^muere
en
los
brazos
de
padre, el refugio último, el eterno refugio de la
dos estaban bien defendidos por los repliegues
ma«rtei Los d*ip9taa,loi héroes y los sabios, han sn hermano de armas, lleno de pena borribleí
i TAL m n HOY
La miseria en irgeiia
Pues señor...
El asunto Dreyfas
*
•
INSTANTÁNEA
dol terreno, ruft que lo efitnvlen «1 Hmw»
fnetisii dé SU mando, á Cristóbal, que ya habla
«on<3|itÍBtiido dos dé aquellas cruces tan ambiciowidfts, una de ellas á costa de una herida aún
•bierta. Cristóbal y sus pocos hombrea fueron
recibidos por el enemigo con descargas cerradas; al mismo tiempo, un numeroso grupo do ca^ l l e i i a mambí acudía con intención do coparles. Tal peligro obligó al jefe del batallón & correr en su auxilio & todo el galopar de los diez
'únicos caballos que tenia dlsponihlew, mientras
negaran otras fuerzas de infantería, cuyo avanea ordenó.
Entre el pequeño pelotón de auxilio iba el padre de Cristóbal; cuando llegaron, vieron á ésto
sentado ea el suelo y & sus soldados aturdidos en
lomo suyo.
—¿Qué es eso, señor oficial?—le interrogó su
fadre.
—Nada, mi capiti^n, que estoy herido...
Casi Inmediatamente, otra descarga derribó
•Igrunos solria,doa y caballos, hiriendo & la vez al
•calente coronel y al capitán T...
•*-¿Esti usted herido, mi teniente coronel?,—
Iiregontó al jefe el valiente capitfin, ñ. la vez
que oprimiendo con una mano su terrible hetida.
•»SI, capitán, pero que no lo sopan,—le contestó el jefe, quien al ver avanzar sobre ellos
los jinetes enemigos cargando al machete, levantó el suyo, y gritó:
—Muchachos; JamAs los soldados cspaBoles
abandonaron & sus heridos; si es necesario, quedemos todos aquí, antes que un machete toque
á cualquiera de nuestros compañeros. Pronto
•erél» morder el polvo Á eso» miserables que llegan aullando para ocultar su cobardía. ResponiSer á sus gritos con éste: ¡Viva España!—¡¡Vivaaaí!—contestaron los soldados, haciendo el
•eiaSclrculo donde tuvo lugar tanto heroísmo y
donde, al poco rato, yacía el capitáu T... al lado
4 e Cristóbal.
*
liOS heridos fueron transportados á un edificio
ruinoso. El niédlCo practicó las primeras curas.
L a herida de Cristóbal era de bala Maüser, que
le habla traspasado el muslo derecho, la de su
adre, de bala explosiva, que, sin salida, le hala penetrado en el vientre, produciéndole dolores horribles.
Cuando, después do batido el enemigo, penetró el teniente coronel en aquellas ruina» & vialtar á los heridos, acercóse cojeando & ia camilla ocupada por el capitán, y al estrechar ésto la
mano de su jefe, antes de que le interrogase, le
preguntó, haciéndose superior á sus propios suIrlmientos:
" «-¿Cómo está usted, mi teniente coronel?
—Lo mío no os nada, sólo un poUiííco; y usted, usted, capitán, ¿dónde está, herido?
—Aquí—le dijo, señalando con su mano libre
el sitio do la herida, mientras con la que estrechaba la del teniente coronel acercósele hacia
9I y bajando la voz añadió:
—Con jefes como usted, mi teniente coronel,
Be Ta á. todas partes y se muere á gusto. Yo me
muero, y le ruego á usted que haga por que se
le oculte mt estado & Cristóbal para que no so
«grave el suyo. Quiero que viva para que ayude * BU pobre madre, ¡A usted le recomiendo
«DI pobre hijo!
—[Animo, capitán! Quizá eso no sea nada;
f or lo demás, esté usted seguro do que se cumj^liráo lua deseos.
—iQracias, gracias, mi teniente coronel!
Este, que difícilmente contenía su visible
emoción, dejándose llevar de ella, estampó un
keso en la mejilla del capitán, y separándose
violentamente de él, 'después de ver herido por
herido, «e dirigió al médico, dicióndole:
—Ordene usted la conducción de los heridos.
fartímoB en seguida para Managua.
*
f
Si glorioso fué el combate del Volcán, ¡cuánto
•alor demostraron los convalecientes y fatigados hijos da Eapaña en su retirada al poblado!
Marchaba el convoy por una cañada cuyas
lomas laterales ocupaban los mambises; las pocas municiones que quedaban llevábanlas los
•OldadoB de la retaguardia, mientras los de vanguardia desalojaban á los Insurrectos de sus po•iciones cargando sobre ellos al cuchillo. ¡Ni una
baja más lo|[ró hacerles el enemigo en esta penosa marcha!...
Cristóbal y su padre fueron alojados en la
misma cái^a, donde se les acogió cariñosamente.
Quiso el capitán presenciar la cura de su hijo,
A Incorporado en la cama contempló la herida
de Cristóbal, A quien dijo después con voz segur a y firme:
—Cristóbal, es preciso que nos separemos; tú
debes partir para la Habana; yo no puedo ir
«hora; es necesario que me quede aquí. 81 ves
antes que yo á tu madre dlla que me acuerdo
Mficbo de ella.
«»•
,
• I día siguiente Cristóbal era conducido á un
hospital de la Habana y BU heroico padre dejaba
de existir. Ya lo dijo él: ¡Jira preciso que se queétua alia Y allí está, en el cementerio de Manaua, donde se le hizo un entierro digno do su
f rarara.
* «
Era el mes do Mayo. Un joven oficial, luoionflo sobre su uniformo del ejirclto de Cuba dos
•rúces rejas, una de ellas barreada de blanco,
«ubla lenta y trabajosamente, apoyado en dos
tou'etas, la escalera de una casa Ido Sevilla, y
deteniéndose ante una puerta cogió el llamador.
áüil permaneció largo rato; su semblante r<>fiejii1>a 1» profunda emoción que sentía. Por fin'su
aaano trémula tiró cobardemente del llamador;
dentro sonó lastimera y perezosamente una caml»anilla.
Abrióse la puerta, apareciendo una criada, la
fue, aun sin conücet al oficial, gritó con omo«lón hondísima*.
—j Señora, señora!
Casi en el acto presentóse la dueña de la casa,
vettlda de negro. Al ver al oficial experimentó
una sensación extraña, algo asi como si estuvier a bajo la presión de una descarga eléctrica, y
lanzó, reconcentrado, salido del fondo de su aijai, e«te grito:
—iCristibalI ¡Hijo mío!...
••iMadrel ¡Madre de mi alma!—Exclamó el
Inválido, dejando caer al suelo las muletas para
estrechar entre sus brazos al ser por él idolatrado, próximo á desplomarse por el exceso de sen•ación dolorosá que sufría.
Sucedió «entonces una escena difícil de descriMrse» Falto el hijo del apoyo de sus muletas, entabló tina verdadera lucha por sostener á su
madre. Esta, al Ter los esfuerzos titánicos de su
hijo por sostenerla, se rehizo de pronto y conv i r t i ó i BU rez en sostén del oficial.
Hubo un momento de silencio sublimo, desfiles del cual, reconviniéndole dulce y doloro•amMite, decíale la madre al hijo:
—¡Tampoco esta yez has avisado!,.,
•-¿Para qué? ¡Madre! ¿Para qué?
Cbmo epilogo de este interesante drama, y en
eamplimiénto de un sagrado deber, réstanos
•onsiürnár la decepción que produjo en nuestro
inlm<i l a noticia del ascenso de Cristóbal á prílaer teáiente por el AecAo de Volcán... ¿cuando
le eorrespondia
reglamentariamente!
légtó, ©so si, lo que en sus ensueños de mufhacho deseara; batióle muchas veces con bizarría; figuró como distinguido en varias propuestas, .iian^no QO «n todas fué recompensado; obttsro » l | t l p B cruces, tudas dentro del empleo da
aegnndo teniente; mas al considerar que para
l a imilla^ del capitán T,.., tan dichosa al comieuisd de nüestrü relato, el trágico suceso del
Folíifííí la acarreó tanta dosdieba; cuando vejóos á Cristóbal en unión de sus compañeros de
womííción y primeros tenientes como él, sin haMt MtadO en ninguna de las campafias; cuando
Escuela Superior de Guerra sus camaradas, nos
hacemos inconscientemente estas preguntas:
¿En qué se conoce que Cristóbal estuvo veinte meses en campaña, regando con su sangre la manigua, y que su buen padre, modelo
Sí» abnegación, muriera gloriosamente en holo
causto do la Patria?
¿Qué boneflcio disfruta por el heroísmo de
los dos?
Y la muleta del inválido, al golpear las losas
de la calla, parece que nos contesta irónicamente con BU lafí, tac, acompasado y trio.
—¡Qué! ¿No lo sabes? ¿Te parece flojo beneficio el que yo le presto?...
J. J. de Diez Vicario.
La euesíión de China
(POK TELÉGRAFO)
ICcfuerzo».
F a v Í H í).—Un despacho de Tolón anuncia
que ha salido de nquw puerto j)ara rol'or/ar la
estación naval francesa en el Extremo Uiieuto
el crucero Pascal.
H u m o r de inteligoncia.
liOndp*.^» ÍO.-~Thc Daily Mail inserta un
despacho de llong Koiig-diciendo que corrn allí
muy acreditado el rumor do que Inglaterra, liuwia y olJapón han llegado A una inteligencia
acerca de los asuntos do Corea.
Añado que la escuadra inglesa ha fondeado
en el puerto de líoug-líong.
luo, u e b a l o a a d e l J a p ó n .
P a r í » 10.—Continúa siendo uu misterio la
.ictitUil del Japón en el complicado problema del
Celeste Imperio.
So desmiente el rumor de que el Gobierno japonés haya dirigido nota alguna conminatoria á
China ni á las potencias europeas; poro 4 la vez
que 80 tiCTio por indudable una alianza de dicho Imperio con la Gran IJrotaña, llama la atención que los periódicos rusos señalen un nuevo
convenio entro líusia y el J<apón.
Con estos datos no es fácil seguramente conocer la verdadera actitud del Gobierno do
Tokio.
T r a t a d o firmado.
B e r l í n l O . - L a Gaceía de la Alemania del
JVoríc manifiesta haber sido firmado el tratado
referente al puerto de Kiao Tcheu entre Alemania y China.
El convenio tendrá una duración de noventa
y nueve años.
(Fabra).
TUlBIJJiVA
LlBIilü
El Jiiraflo y la Denocracia
Los constantes daHaciertos del Jurado lo tienen puesto perpetuamente en tola de juicio, y
si su existencia so va prolongando de una manera artificiosa es debido, do una parte, á la falta do estudios desapasionados sobro la cuestión,
y de otra á que ha logrado aliarse con una idea
todopoderosa: con la idea de ia Democracia.
Ni aun las personas de más recto seiitido se
atreven á atacar al Jurado, sino a l o sumo á pedir su reforma, por miedo á incurrir en ia nota
do reU-ügrados y reaccionarios.
Y, sin embargo, esa príitourlidí'. identidad del
Jurado con la Democracia no puedo ser más
errónea. Tal es ia proposición que intentaré demostrar en estas lincas.
Bajo tres aspectos ó maneras podría ser democrático el Jurado: por su origen, por su naturaleza ó por sus efectos. Examinemos con la
debida separación cada uno do estos puntos.
Sobre el origen idetórico-juridico del Jurado
ha habido en otros tiempos grandes disensiones;
pero lioy dia la hiz se ha hecho, y la opinión generalmente admitida es la siguiente: conocido
es sobradamente el apego que el pueblo inglés
ha conservado y conserva á sus tradiciones, y
muy especialmente á sus tradiciones jurídicas;
una do éstas ora el considerar la prueba de testigos como el eje de todo su sistema probatorio;
las demás naciones, eomo Francia y España, á
medida que iban advlrtiendo las funestas consecuencias que en la administración de justicia
producíala cada'vex más corrompida prueba
testilical, la fueron limitando poco apoco y quitándola importancia, hasta el punto de no admitirla nuestro novísimo Código civil en los contratosl cuya cuantía exceda de 1.500 pesetas; el
pueblo Inglés, por el contrario, dejándose llevar
de su legendaria terquedad jurídica, no la restringió un sólo ápice, la dejó subsistir entera,
tal cOmo 80 la hablan transmitido las generaciones pasadas; pero al mismo tiempo, y para atenuar sus desastrosos efectos, dióla nueva forma,
nueva vida, la sometió á la apreciación de uno»
cuantos ciudadanos extraños al organismq judicial, la hizo pasar por el tamiz del Jurado, el
cual, como decía acertadamente Mr. Boucenne,
no vino á ser más que una espiritualización de
la prueba testifical. Como se puede apreciar por
la breve reseña que precede, el origen democrático del Jurado no aparece por ninguna parte;
es de índole completamente procesal, y si alguna tendencia extraña quisiera verse, no será
ciertamente la democrática, sino más bien lu
excesivamente tradicional y conservadora.
¿Será entonces que la naturaleza, que la esencia del Jurado está dentro dal credo democrático?
Ante todo nos ataja el paso una cuestión, á
mi juicio gravísima, y que, sin embargo, pocos
se paran A reflexionar. ¿Tiene derecho un Estado, no ya democrático, sino el más absorbente y
despótico que imaginarse pueda, á torturar la
conciencia, de los ciudadano», obligándolos á
declarar la culpabilidad, á decretar los castigos
de los delincuentes? Creo que la cuestión morece la pona de discutirse; mas dejándola por re
solver, ¿qué representa y qué es el Jurado en
España, y lo mismo pudiéramos decir en,las demás naciones latinas? Consisto simplemente en
poner el Código penal, el más difícil de los Código?, en manos de una docenajrenovable de individuos, que en la mayor parte de los casos ni
siquiera le han hojeado.
El Jurado es un tribunal que no tiene ciencia,
porque ninguna prueba do ejlo se le exige,
aparte de la irrisoria de saber leer y escribir:
no tiene responsabilidad, porque la ley le declar a solemnemente irresponsable; no tiene inamovilidad, porq e sus miembros se suceden unos
á otros, á modo de fatídica Rota: carece, para
decirlo de una vez, do todas las condiciones que
la más eletnpntal prudencia so ha encargado do
exigir sieuipro á loa jueces.
¿No parece, por lo tanto, un triste caso de enfermedad social el encomendar á un tribunal,
cuya incapacidad parece quese ha buscsdo con
diligencia, la admini tración de la justicia penal, la más terrible y delicada de las justicias?
Ciertamente que el que esto pida en nombre
déla Democí acia, más parece querer calumniarla que defenderla.
¿Será, en fin, que & posar de todo lo dicho, los
resultados que el Jurado produce coinciden con
el Ideal democrático? Preguntad á los magistrado?, á los jurisconsultos, á los curiales, á todos
los que por necesidad ó por afición hayan seguido el movimiento funcional del Jurado en España, y todos os contestarán lo mismo; la result a n t e , el sentido general del Jurado, ha sido
constantemente emplar suma lenidad en los delitos contra las personas: un rigor igualmente
exagerado en IO'Í dfdilos contva !a propiedad.
(¿uedamos, puos, en <,U
| <> s;:i piii-le sor adversario del Jurado, sin dejar de ser por eso perfecto demícirat»} el Jurado eu España ba íraca«ado,
Ahora sólo falta que los que & estas cosas pueden poner remedio no so contenten con estériles laDáéntos ó con Intimas convicciones, sino
que las traduzcan en provechosas obras; que la
finalidad de su conducta sea ¡o mejor, para no
incurrir en el vicio que el gran satírico romano
fustigaba en su tiomprc
Vídeor meliora pi aboque: deteriora .scquor.
Benigno Q. de Soiogaistúa.
^»^ ILJ Jes
Mayan'.
Telegrafían al Heraldo:
' ^ H a b a n a 10.—Por confidencias dignas de
tenerse en cuenta, se sabe que Calixto García
tiene puestos sus ojos en Mayari, y para evitar
la contingencia de un asedio se han enviado á
dicho pueblo 100 hombres para reforzar la guarnición é impedir que se repitan los espectáculos
do Victoria de las Tunas y Guisa.»
No era cierto.
l l u e v a Y o r k 1 0 (1 tarde).—So ha desmentido oficialmente la noticia do que el general
Lee y Estrada Palma acompañefa ai general
Blanco en su viaje á Oriente para emprender las
operaciones.
'
Estrada Palma pronunció el sábado en Filadolüa un violento discurso rechazando todo espíritu de transacción y abogando por la absoluta
independencia de la isla.
La Junta de filibusteros y los clubs redoblan
con gran actividad .sus trabajos para contener
l^s deserciones de cuantos vacilan en estos momentos.
El New York Herald publica un notable y
fundamental artículo en favor de España, y dice
que no hay ahora razón alguna para alentar ni
sostener la rebeldía.
->
La autonomía concedida á la Antilla la da
toda la libertad necesaria para fundar la paz,
y la paz daría á su vez los medios de trabajo
necesarios para su prosperidad.
La nu»va circular de Sherman sobro los socorros á los cubanos dice que se legalizarán bajo
la advocación de la Cruz líoja y la garantía de
la Cámara de Comercio de Nueva York y representantes de todas las comuniones religiosas,
añadiendo que España agradecerá y facilitará
este trabajo de la caridad.
El contingente de Ultramar.
Hoy publicará el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra la Keal orden disponiendo la
concentración de los G.ÜOU hombres del cupo de
Ultramar.
La concentración se hará en las respectivas
zonas, y de ellas marcharán á los puntos que se
designen para el embarque.
El vapor extraordinario que ha de llevar parte de estas fuerzas saldrá el día 30.
Los refuerzos que so enviarán á Cuba saldrán
en tres expediciones: una de Santander, el día
20 del actual, en el ^•apor ltei.na María Cristina; la segunda de Cádiz, en el vapor Colón, el
dia 10 de l<'ebrero, y la tercera, también de Cádiz, el día último de Febrero, en el vapor Montevideo.
Barcos hospitales.
Para este servicio han sido destinados el Alicante y el Monserrat, el iiltimo do los cuales
saldrá mañana do la Habana.
Dinero para la guerra.
El Gobierno se propone enviar á la Habana
en el primer vapor correo ocho millones de pesos, primera remesa mensual de las que ha pedido el general Blanco.
Cañón de los inrrectos.
Se ha recibido en Madrid, con destino al Museo de Artillería, un cañón de montaña cogido á
los rebeldes, cuyo tamaño es algo mayor que el
tipo que usa nuestra artillería.
El cañón ha sido remitido con su montaje de
transporte y con las placas que dan noticia de
su procedencia.
Al mismo tiempo ha recibido dicho Museo u n
proyectil explosivo y otro seccionado vertiualmeñte, para que pueda ser examinado el sistema de esta clase de proyectiles de cañón.
EN ITALIA
(POR TEIÉGRAFO)
lia e m b a j a d a de E s p a ñ a e n el
Vaticano.
B o n k a 9.—A pesar de la noticia publicada
por varios periódicos italianos, en las altas regiones del Vaticano se asegura que carece en
absoluto de fundamento que el Gobierno del señor Sagasta haya tenido jamás el propósito de
suprimir la embajada de España cerca de lá
Santa Sede ni reemplazar al Sr. Merry del Val,
que desempeña dicho cargo.
Añaden que, por lo tanto, carece en absoluto
de fundamento que el Papa haya escrito carta
algtina sobre el particular á la Reina Regente
de España.
(Fabra.)
mm
"5UEEN VICTORIA,,
Recicntomente ha publicado en Londres míster Richard Holmes, bibliotecario del palacio de
Windsor, un libro com'puí'Bto de 200 páginas con
magniflciíis grabados, que lleva por título el que
encabeza estas lineas.
Qaecn Victoria es la historia de la vida de la
Reina de Inglaíerra, narrada por Victoria I á
Mr. Holmes; es, por lo tapto, una obra de Inapreciable valor para los hi.storiadores del porvenir, y su publicación tiene por objeto desvanecer ciertas leyendas referentes á la niñez y
jxivantud de la Reina. Mr. Holmes ha cumplido
su misión con un tacto extraordinario, sin dejar
de consignar cuanto puede ser interesante de
la vida de aquella Soberana.
Sin embargo, no deben buscarse en esta obra
detalles Íntimos de esos que la curiosidad pública quiere descubrir en toda biografía, ávida
siempre de a'go que se preste á su critica.
Aparte de esto, no se ha omitido hecho ó incidente alguno que pueda esclarecer, en día más
ó mono» lejano, lo que ha sido la vida de la veneral)le anciana que desde hace sesenta y dos
años rige los destinos do la Gran Bretaña.
Un detalle poco conocido y muy interesante
se encuentra en las primeras páginas de la obra
de Mr. Holmes; éste es que la Reina Victoria tenia en su juventud el mismo perfil que CarlosEduardo Stuart y los rasgos propios de la familia
Stuarc, heredados de la princesa Ana, hija de
Federico 11 de Dinamarca y de Sofía de Mackdemhurgo, mujer de Jacobo I de Inglaterra.
La leyenda del viejo soldado Maloney, al que
se atribula haber salvado á la princesa Victori'a
de ser arrollada por su coche en el momento de
volcar éste en el parque de Kensington, es la
primera que destruyo Mr. Holmes. La Reina no
r W e r d a ese accidente, ui haberse caido nunca
de su carruaje; además, consta que Maloney no
fué llamado al palacio de la duquesa de Kent,
que no se le dieron las gracias por su comportamiento, como se hubiese hecho de haber sido
cierto el hecho, y que no recibió, como se decía,
una guinea en recompensa de aquel acto, último detalle que se juzga suficiente para declarar
absurda la especie.
Otra leyenda, más seria ésta que la anterior,
es la que tuvo su origen en una carta de la baronesa do Lchzeii, institutriz por entonce» d é l a
princesa Victoria, con la CUÜI enviaba ú ésta un
árbol gcneaiógico, en ci que «•«' indicaba cuan
próxima so híUlaba del trono; la princesa,que en
^.uuiioiaiiai* «OVIO uuuu»^,..'"';;''";':''''-'".
••-•"•••
Mr. Holmes hace constar qué la Belna dice que
sólo poco á poco se hizo cargo de su probable
sucesión en el trono, idea que la hizo siempre
muy desgraciada, y no recuerda haber proferido la frase que Se le atribuye de «Seré buena»;
Lo cierto es que si no pronunció aquellas palabra», cumplió su significado desde los primeros
momentos de su advenimiento al trono.
Tan pronto como supo la princesa Victoria la
muerte do su tío el Rey, escribió una carta de
pésame á la viuda del Soberano, dirigiéndola á
«S. M. la Reina:»; y como alguien la hiciese observar que su carta debía llevar otro encabezamiento, se negó á variar su escrito, diciendo:
«No quiero ser la primera en recordarla mi nueva condición».
Antes de ser Reina, la joven princesa habla
demostrado tener un espíritu de oportunidad
muy notable y no exento do cortesanía inocente.
En efecto; hallándose un día en Windsor,
hubo de preguntarla el Roy, acompañándola al
gran salón de Edilo: «Dime, Victoria, ¿quieres
que toque la orquesta?» «Good save the king,
tio», contestó con vivacidad.
Cuando la Reina casó con el príncipe Alborto,
le costó no poco trabajo arreglar las cuestiones
de la lista civil y do primacía de su marido. La
manera conque la Cámara de los Comunes regateó las 30.000 libras que recibió el príncipe
anualmente, en lugar de las 50.000 que se hablan pedido, mortificó mucho á la Reina, quien
resolvió por sí misma la cuestión de primacía
por medio do un decreto real que so la otorgaba sobre todos sus subditos, excepción hecha
de la Rei(ia.
Esa pequeña prescripción, impuesta por la Soberana 4 su marido, fué la úniíta sombra que
obscureció los primeros momentos do la felicidad, que durante veinte años gozaron aquellos
Reyes de Inglaterra.
Finalmente, á parto de cuanto se refiere á la
juventud de la Reina Victoria, la obra de mlster Holmes no contiene datos que sean totalmente desconocidos, pues muchos do ellos han
sido publicados en el Diario de la licina y en
otras publicaciones; pero la parte inédita hasta
la fecha, y verdaderamente curiosa del libro,
son las reproducciones de los cuadros, miniaturas y retratos que forman la colección de la Soberana, y que no habían sido publicados todavía; bajo este punto de vista, Queen Victoria es
una obra del mayor interés y un documento histórico de mérito innegable.
Eledecé.
EN FRANCIA
(POK TELÉGRAFO)
XoM aHuntos de Espafia.
P a r í » 10.—El periódico Los Derechos del
Ilomhrñ se ocupa hoy en los asuntos de España.
Creo que el Sr. Sagasta logrará sobreponerse A
sus adversarios políticos.
Añade que la era de los pronunciamientos ha
pasudo, sin temor de que vuelva, y aconseja al
Gobierno que complete con rapidez la organización do la autonomía en Cuba, á fin de desarmar
á los Estados Unidos.
J|ia o c u p a c i ó n d e F a c h o d a .
P a r í s 10.—La ocupación do Fachoda por
los franceses, estableciendo la e.sfera de la influencia de Francia á través de toda el África,
desde ia Senegambia hasta Obok, utilizando sus
buenas relaciones con Abisinia,' hace preguntarse A la prensa alemana si la conferencia franco-inglesa, respecto al Nigor, no había sido seguida en algún otro convenio acerca de la cuestión del alto Egipto.
{Fabra),
Tribunales
Los estafadores elegantes. — Charada
jurídica.
Ayer se reanudó anta el tribunal de derecho,
constituido en la sección cuarta de lo criminal,
la vista de esta curiosa causa, que fué suspendida en los últimos días del mes pasado.
1
Harí vuelto á ocupar el banquillo todos los individuos de la familia Urdiain, que purgan
ahora las fastuosidades de aquellos días que,
con tarjetas blasonadas y en lujoso coche recorrían las principales tiendas do la corte, dejando eu ellas innumerables deudas.
Sin comenzar la prueba testifical se dio lectura por el secretario del tribunal á los escritos
presentados por los Sres. Urdiain, según los
cuales renunciaban & los defensores que tenían
nombrados.
A consecuencia de esta manifestación ha recaído un auto, del que también se dio lectura,
y en su virtud la Sala, en uno de sus considerandos, juzga que, con el nombramiento de abogado, se pacta entre éste y las partes un cuasi
contrato Irrevocable.
Por lo tanto, los defensores están obligados á
seguir el juicio comenzado.
En vista de esta decisión, los Sres. Parra y
SuArez manifestaron que, por razones de moral
y de justicia, «e velan en la imposibilidad de
defender á la famlllan Urdiain.
El presidente, Sr. García Brlz, creyendo, sin
dudaí, que la manifestación de los abogados obedecía á la insolvencia de loa procesados, volvió
á interpelarlos para que Continuaran la mlslóx»
que Se les habla encomendado.
El Sr. Suárez negó tal suposición.
Motivó este incidiinte la determinación de la
Sala, que después de eítar deliberando un cuarto d^ hora, resolvió que el juicio se suspendiera, señalándolo de nuevo para los días 21 y siguientes de este mes, y mandando que en este
tiempo se proceda al nombramiento de abogados de oficio.
Con este motivo, el día 24: defenderán A la fami'la de Urdiain ciiairo abogados, y... seguirá el
lío (Jue la Sala cuarta do lo criminal se está armando cou este sencillísimo proceso.
...Y si lio, á las pruebas:
Dos abogados nombrados por los Urdiain, y
cuva situación está legalizada Jpor el auto de
la Sala; otros dos abogados de oficio.
Jérogliíico: ¿Quién es el defensor?
Licenciado Torraiba.
U reeepeián en Palaeio
La que por indisposición de S. M. la Reina no
se pudo celebrar el día de Reyes, se celebró
ayer.
El acto fué solemnísimo. La Reina vestía rico
traje de terciopelo gris, y lucia preciosas joyas
de oro y brillantes; el Rey llevaba uniforme de
alumno de la Academia general Militar y las Insignias del Toisón de Oro.
La familia real recibió al Gobierno y á los capitanes generales en las habitaciones de la
Reina.
Los generales del Consejo Supremo de Guerra
y Marina, Junta Consultiva de Guerra y Centró
CJusultlvo de la Armada, juntamente con el
alto personal de las secretarlas dé ambos ministerios j ' de las direcciones generales que aún
subsisten, fueron recibidos en la antecámara.
En el mismo lugar recibieron SS. MM. ^ los
generales de cuartel y de reserva qne residen
en Madrid y á los generales, jefes y oficiales de
k guarnición de Madrid, A las tres de la tarde.
A la recepción concurrieron, entro otros muchos mPltsreB, los generales Martínez Campos,
.li>'ij,;íia DomíngiUM, aimirante Chacón, Butier,
Ciriza, Oapdcpóu, Villar v V'iliato, Sánchez Gómez) Áziftar, Moneada, Mozo, Casteliani, Gutié-
relie. Mella, Ürdangarín, Ü'onoso "dila'Cffiliíps;——
Blanco, Piquer, Navarro, Castro, Cubas, March,
Arderlúa, Eohaluce, Zapplno, Rodríguez Rivera,
Muñoz vargas, Sánchez Campomanes, Warleta,
Berro, Cámara, Terry, marqués de Ahumada,
Lachambre, marqués de Casa Pacheco, Lasso,
Manglano, Cerero, Campos Ordovas, Azcárraga,
Ochando, marqués de Fuentefiel, Daban, Sevilla, Torreblanca, Sáenz de Tejada, López Pinto, de Eugenio, Candías, Salas, Suero, Pavía,
duque de Ahumada, Visa y Cincunegui.
Los Sres. I^achambre y marqués de Ahumada
ostentaban las bandas de María Cristina, obtenidas por su recientes campañas.
Los Sres. Sagasta y ministro de la Guerra no
asistieron al acto por encontrarse ligeramente
indispuestos.
En la plaza de la Armería, donde tocaron piezas musicales las bandas de la guarnición, hubo
público numeroso.
* *
Dice La Correípondencia de Eápaña:
tEn el acto palatino se ha suscitado una ligera cuestión de etiqueta por la colocación de loa
cuerpos allí representados.
Quedó resuelta al Instante y sin ulterior t«anscondénela.»
Centro Instructivo del Obrero
El onceno aniversario de la fundación del
Círculo Instructivo del Obrero fué celebrado
anoche con un banquete de más de 200cubierto8,
muy bien servido por los Srea. Pacón y López,
propietarios del café Nacional y coneesionaucios
del restaurant del Buen Retiro.
La fiesta fué amenísima. Por ocupaciones urgentes no pudo asistir al banquete el insustituible presidente del Centro, D. Alberto AguileraAsí lo dijo en elocuentes frases nuestro querida
amigo el diputado provincial Sr. Villanova, vicepresidente del expresado Centro.
Hubo brindis. í'uó el primero el del Sr. Villanova, que habló muy bien. Le siguió nuestro
compañero Calixto Ballesteros, en nombre y por
delegación de los periodistas asistentes al acto.
Después pronunció un fogoso discurso el señor
Fernández Victorio, y resumió los brindis, pronunciando uno de forma Irreprochable y admirablemente pensado, nuestro distinguido correr
ligionario el Sr. Oda de Rueda.
Fué muy felicitada la comisión organizadora^
del banquete, formada por los activos é Inteligentes Roclos del Centro Instructivo del Obrero
Sres. Raboso, Falces, Baraja, Burell, Rinaud,
Mollns y Gaseo.
En todos los discursos mencionados, y en otros,
que no so podían oir completarnente á causa del
ruido que reinaba en la sala, y que pronunciaron, entre otros, los Sres. Armas y Ducazcal,
hubo frases de entusiástica admiración para el
Sr. Aguilera, á quien fué enviado el raAo qu»
adornaba la mesa, A propuesta de uno do los
comensales.
La fiesta de anoche, digna «compañera» de
las que en años anteriores se han celebrado, resultó muy alegre y ordenada, y por ello felicitamos no sólo á la comisión precitada, sino á
todos los cultos socios del Centro Instructivo del
Obrero.
_
li U n , Bi aoM
Gaudeaux, es decir, el que ha pasado por
Gaudeaux, por militar francés y por andarín,
que estuvo en Madrid hace tres meses y fué
agasajarlo y atendido y consiguió fijar por algunos días la atención de la gente, y que los periódicos publicasen su retrato, ha terminado su
excursión andariega de un modo original y desastroso,
En estos pasados días habrán leído nuestros
abonados que en Pamplona se despertaron sospechas respecto A la Identidad del que daba al
mundo la -melta A pie, dudándose de que fuese artillero. Se preguntó A Francia y se supo
que no existía en el regimiento citado por el
viajero ningún oficial de su apellido.
Roto el primer nudo de la falsa historia, el
andarín ha tenido que concluir por confesar la
verdad á un redactor do La Unión 7«sconyada. Véase lo que ha dicho:
fMé hallaba enfermo en el hospital de Argel,
nos dijo, y en la cama inmediata agonizaba un
pobre compatriota, que en su delirio gritaba habar dado la vuelta al mundo A pie; en sus crisis
sacaba de debajo de su almohada un cuaderno,
en cuyas páginas las autoridades locales de los
diversos países que recorrió atestiguaban la
veracidad de sa viaje, verificado en tan extrafias condiciones.
>Al pobre enfermo no se le creyó; los sanitarios no dieron credulidad A sus delirios; murió,
y me apoderé del cuaderno; las certiflcaoiones
se referían A M. Gaudeaux; entonces concebí la
Idea de terminar su viaje, halagado por la consideración de que sólo le restaba para finalizar»
lo Argel, que yo conocía ya, y España.»
Después hallábase en un café de Argel. Probó
contar su odisea A un grupo de franceses. Se le
creyó, y se dio en un periódico la noticia de su
llegada.
La noticia rodó por la prensa.
Cufcndo una I'ustración publicó BU retrato, el
falso Gaudeaux acabó de animarse.
Las ovaciones populares le seducían, y su
Imaginación trabajaba en forjar luchas con fieras, anécdotas do apuestas cuantiosa» A su costa, relatos de expollaxslones de que habla sido
vlctiina. ,'
Copio llevaba documentos expedidos en regla
para el verdadero Gaudeaux, nada hubo de raro
en que fi^era creído.
Y asi oorrió hasta Pamplona, viviendo A costa
de los crédulos, y quizás dispuesto A seguir
mientras encontrase gentes que le recibiesen
con aplauso», le vistieran y le tratasen A cuerpo
de rey.
Ahora veremos cómo termina la aventura de
ese Impostor, del que no se sabe n i e l nombre
verdadero.
La
mt »
jota
Ayer tarde estuvieron en Palacio, y fueron recibidos por la familia real, los artistas aragone»
ses Sres. Sola y Lapuente, José Moreno, el chico de ¡a jota, y la preciosa niña Martina Tena.
Con gran complacencia por parte de SS. MM.
y AA. RR., los Sres. Sola y Lapuente ejecutaron aires aragoneses con mucha maestMa y
acierto; el cftico de lajotd cantó admirablemente algunas copias alusivas á la familia real, cuyas coplas oyó muy complacida S. M. la Reina.
La niña Martina Tena bailó con mucha gracia la jota.
*
Mañana, miércoleB, A las onatro y media d a
la tarde, se verificará en el teatro de la Princesa un gran concierto y festival arag()|iós,;«)!>fi
arreglo al programa siguienfa:
; ^ !
P r i m e r a pái^c.
Fantasía de Cavalleria rusticana, valses (rozo» y peno* y una P«üailo, per Ib» concertistas
Ferrer.
desanda parto.
(a) Rapsodia en do, lAttz.—En la Mham6ra (serenata), Bretón, por loa profesores del
Real que componen n n doble sexteto, y dirigidos por dicho Sr. Bretón,
(b) Variaciones y coplas de jotas aragonesas,
por el bandurrista Sr. sola y el cantador Moreno, acompañados A la guitarra por Lapuente.
Tercera parte.
Marcha tarca, yLQ-¿s.vt,--Potpourri tic airo«
BftCioaale», Mora, por la ufijuesta de bandurrias
ygxüttnu
qtie (lirige ei Sr. Benlloch, termlaando con la
Jota
aragottegá
bailada por la preciosa y notable niña Tena y
su señor padre.
Dice qne no ha recibldti llamámlmito «i^oHó
para ir á Madrid.
Eslía tarde cumplimentará al Sr. Despujols, y
es probable que mañana marche & esa corte.
itttctó n n taego;;An wg^a casa de la calle de Blasco de Garay.
El fuego, que comenzó en una chimenea, careció de importancia.
Disposiciones oficiales
La Gaceta de hoy contiene las siguientes diapoBiclones:
Hacienda.—Reales decretos sobre concesión
da un suplemento de crédito y un crédito extraordinario.
Gwerra.—Real orden concediendo la cruz del
Mérito Militar de tercera y primera clase, respectivamente, al coronel de Ingenieros D. José
Suárez de la Vega y capitán del mismo cuerpo
D. Francisco Rojas y Rubio.
Tapores correos
(DE LA AGENCIA FABRA)
E l '*HespéPÍde»n c o n r u m b o & C á d i z ,
ha» o b r a s d e l p u e r t o .
S a n t a C r u z d e T e n e r i f e 10.—Ha zarpado par» CAdiz el vapor correo Ilespérides.
Aumenta notablemente el movimiento marítimo en este puerto.
Durante el año último entraron en el mismo
2.308 buques, de los cuales 533 veleros y 1.375
vapores, representando 3,034.068 toneladas,
67.600 tripulantes y 75.431 pasajeros.
Las obras del puerto adelantan rápidamente.
(DE LA AGENCIA MENCHETA)
«¡1 " A l f o n s o X I I „ .
C á d l B 1 0 (3 tarde).—Ha zarpado é\. Alfonto XII, correo de Cuba.
Lleva tres jefes, ocho oficiales, cuatro sargentos y 66 soldados; una caja con palanquines, 78
bultos con medicamentos y 201 sacas de correspondencia.
Para Puerto Rico, siete de tropa, 500.000 cartuchos Maüser, 63 cajas de granadas vacias y
otros materiales.
— — — — ^
-••^»>»«i»i
SPORT
'••'
VASCO
Frontón de Euskal-Jai
La misma pareja de Egula y Olascoaga, que
y a jugó el día 7, luchó ayer tarde contra Arana
y Orio, y con parecido resultado para los primeros, que volvieron á vencer con idéntica facilidad y por la misma diferencia.
Mientras Orio pudo ir resistiendo el empuje
desús dos contrarios, y esto fué en las dos primeras decenas, el partido marchó con mucha
igualdad; pero después del tanto 20, ante el formidable jvtego de Daniel y de Olascoaga, que
no se quedaba atrás, éstos comenzaron á marchar tan de p i ^ a , que cuando el marcador tenia
por Arana y Orlo 32 tantos, llegaban al 50 sus
eontrinlantes.
De Afana no podemos decir nada ni en pro ni
en conti^á, porque estiÜvo todo el partido de com(tarsa. ';:'
E g u l 4 si continúa jugando como en estos últimos p a n d o s , llegará á ser el delantero más temible # Eylial-Jaí..
Ya piúgifiíaíitto c ^ dfa más.
Tele^amas nacionales
(DE LA AGENCIA FABRA)
Despedida & u n Kobernador.
S a n t a f > r a z d© T e n e r i f e 10.—Anoche
se embircó con dirección á Cádiz, desde donde
marchara & Madrid, el gobernador civil de esta
provinMa, Sr. ManzanoLe «ppidieron en el muelle el capitán genoral, o t ^ autoridades y numeroso público, en el
cual e^iiban representados todos los partidos.
La allsencia de dicha autoridad es muy sentitida a^ui poi^ sus condiciones especíales de
manden;
(DlslíLA A G E N C I A M E N C H E T A )
K:?
ici¡j|eil^r«l W e r i e v . ^
B a t t B e l o n a lOi (12,56 mañana).—El general Wt^ler llegó ayer de San Quintín, de riguroso I n c ^ n i t o .
656
liemos recibido el cuaderno de Enero del Resumen de Agricultura, que ha entrado ya en el
décimo año do su publicación.
Gontiene los siguientes artículos:
Año nuevo.—Feria-Concurso AgTloola en Barcelona.—Metamorfosis destructivas de los vegetales.—La viña y los abonos minerales.—Una
batería patógena para la filoxera y para algunos acáridos.—Buenas peras.
La redacción do esta revista, formada en su
mayoría por propietarios agricultores que viven
en sus fincas, contesta gratuitamente las consultas agrícolas de los suscriptores.
Se suscribe al Resumen de Agricultura en la
administración, Pino, 5, Barcelona.
S. A. la infanta floña Isabel, deseosa de unir
su nombre á toda empresa de cultura, se dignó
examinar las pruebas litográflcas
delMapamural del cielo, que en breve publicará D. Antonio
Torres, distinguido catedrático del Instituto de
Logroño.
La augU8t?i dama quedó muy complacida de
esta pbra de Astronomía popular, que no tardará eft ser un ornamento de las escuelas, cátedras
y bibliotecas.
Se encuentra enferma de algún cuidado la
distinguida esposa de nuestro querido amigo
el subsecretario de Ultramar, Sr. Quiroga Bailes; eros.
Hacemos votos por el completo y breve restablecimiento de la enferma.
Han sido designados en servicio especial para
investigar el impuesto de carruajes, así como
también el de viajeros y mercancías, en Madrid
y BU provincia, los inspectores de Hacienda don
Victoriano Sánchez de Tpledo y D. José Gutiérrez Mayo.
Escuela de estudios superiores.
El martes 11, de cinco á seis de la tarde, explicfirá el Sr, D. José Fernández Jiménez acerca de <La pintura italiana :>.
El sábado se verificó en la iglesia del Carmen
el enlace de la hermosa y distinguida señorita
doña Julia García, hija de nuestro querido amigo y conocido industrial D. Ángel García, con
el reputado escultor D. Joaquín Galindo.
A la ceremonia asistió numerosa y distinguida
concurrencia, que fué obsequiada con una flosta
en el campo, que no pudo resultar más deliciosa.
Pocas veces puede -decirse con tanta propiedad como en ésta que se han unido la belleza y
el talento.
Deseamos á los cónyuges una eterna dicha. '
Noveno Congreso Internacional de Higiene.
La Junta de organización y propaganda acordó, en su última sesión, prorrogar hasta 15 de
Marzo próximo el plazo para la admisión de comunicaciones científicas, y que la Exposición
de Higiene permanezca abierta desde 10 de
4.bril hasta el 10 de Julio.
Aun cuando se han remitido ya programas
detallados de cuanto se refiere al Cungreso y
Exposición á todos los médicos, farmacéuticos,
arquitectos, ingenieros, dentistas y veterinarios, la Junta espera qiia, si alguno de esos señores ú otros no hubieran recibido dichos documentos, se servirán pedirlo á la Secretaría general de aquélla, que funciona de manera per
manente en el ministerio de la Gobernación, y
lo remitirá én seguida.
Fueron las de ayer variadísimas y, en general,
muy satisfactorias.
Sobre dónde se encuentro y lo que haga el
Sr. Govln, ministro electo de Gobernación y
Justicia del Gobierno antillano, se habló muchísimo, y la abundancia de infundios
hizo, tal
vez, que ninguno prosperase. Conviene, pues,
advertir que cuando todas las noticias tienen lo
que hemos dado en llamar ccarácter optimista»,
lo tendrán por algo.
La confianza en la pronta pacificación de Cuba aumenta, pues, por momentos. Xhigún éxito
más grande que éste puedo obtener el partido
liberal, y no son flojos los que ha obtenido hasta
ahora.
Cuando el Gobierno confirme oficialmente las
buenas impresiones que de Cuba tiene, se apresurará á hacerlas públicas, para satisfacción do
ios españoles no partidarios de la guerra por la
guerra, que son la mayoría de aquéllos.
Ayer por la mañana regresó á Madrid el señor Silvola. A los numerosos amigos que le han
esperado en los andenes do la estación, les dijo
que viene muy satisfecho de su viaje á la capital de Extremadura.
Los silvelistas que han regresado también con
su jefe, se lian hecho lenguas de los discursos
por ésto pronunciados en el teatro Ayala y en el
banquete.
Anoche visitó el Sr. Süvela al Sr. Pidal, y
ambos se felicitaron por sus respectivos discursos, en previsión do que á ninguno do ambos les
feliciten los amigos del Sr. Romero Robledo.
Ayer se ha recibido un cablegrama del general Blanco en qne dice que va mejorando bastante la situación de los concentrados; que la
zafra será más abundante de lo que so esperaba,
y que la recaudación de Aduanas ha ascendido
á 280.000 pesos, y que se atiendo á los reconcentrados.
*
* *
Ayer tarde ha celebrado una detenida conferencia con el Sr. Moret, en su despacho oficial,
al ministro de los Estados Unidos.
*
* *
El marqués de la Vega de Armijo ba conferenciado ayer tarde con el miniatro de la Gobernación, y también le han visitado varios gobernadores.
Los organizadores del banquete con que será
obsequiado el presidente del Congreso, Sr. Pldal, han recibido de Madrid v provincias gran
número de adhesiones.
Croen aquéllos que concurrirán al banquete
90 senadores y diputados de las actuales mayorías.
*
**
El exdiputado provincial y distinguido letrado D. Remigio Jimé^eJ! Corral, personalidad la
más Importante hasta ahora del partido conservador en el distrito de Castuera (Badajoz), ha
ingresado en el partido liberal con sus valiosos
elementos, prestando Incondicional adhesión al
candidato liberal y director general de Administración, Sr. Fernández Blanco, el cual lo presentará un día do estos al Sr. Sagasta y aljefo
del partido en aquella provincia, D. Alejandro
Groizard.
* *
Sucesos
En el piso principal de la casa núm. 4 de la
calle de la Paloma se cometió un robo coasistente eti alhajas y gran cantidad de ropas.
Los ladrones dejaron en el cuarto algunos
útiles del ofici<f,
—La portera de la casa núm. 22 de la calle de
la Encomienda, Sebastiana Montero, de sesenta
años de edad. Be intoxicó tomando equivocadamlnte ácido sl^lfúrico.
Fué asistida .en la Casa de Socorro del distrito.
—A las doce y media de la noche de ayer se
Parece que en el seno del partido republicano
hay alguna agitación, que se supone precursora
de nuevas transformaciones y cambios.
Dlcese que el Directorio se disolverá pronto,
y que se trabaja mucho para la organización de
dos partidos, uno más radical y otro menos, figurando en el primero los federales y lo» socialistas, y en el segundo los amigos del- Sr. Salmerón y los elementos más decididamente parlamentarios.
También se dice que estas dtta tendencia» se
dibujarán en las declaraciones quo hagan los
candidatos ante el c^erpo eiactorai primero, v
después en sus campaña» de las Cortes.
LA SEÑORITA DEL CASTILLO
Con «1 oído pegado á la puerta que co- do el honor, más alto que el interés y el
ma&icaba con el pasillo donde estaba amor al oro y que, con un sentimiento de
oculto, Musset, al acecho para no dejarse justicia y de integridad, ha encontrado
sorprender, no perdía una palabra de la en su conciencia la fuerza de ese heroico
conversación de Gerard coa el notario.
sacrificio!... ¡Le deberé la felicidad de mi
JÉste continuiá:
vida!
—En este c»so, y yo lo celebro, los que
Mientras Gerard se dejaba llevar por
restituyen, ptiQstp qu^ el hermano y la sus pensamientos y la visión de su próxihermana se han presentado, tienen ese ma felicidad despertaba en él un profunmérito, «s necesario confesarlo, porque se do ^agradecimiento por aquel incógnito y
tratft de una suma bastante crecida. Yo virtuoso deudor arrepentido tan á tiemsoy depositfirio para entregárosla, señor po, el señor Duvemet explicó á su clienduque, de quinientos mil trancos.
te cómo tenía que hacerse la restitución.
AunqjAP ya conocía la cifra depositada
-^Lfis formalidades no son muy compor Magdalena en casa del notario, por plicadas, señor duque, y según la volunhaberlo oído del mismo sdfior Davernet, tad del que restituye, quedarán pocas
Musset se estremeció con alegría ava- huellas de la operación. Un simple recirienta ante esta nueva comprobación. Su bo firnlíido por usted, servirá para justimaíllo fie crispó sobre el bolaiUo eii que ficar la entrega.
guardaba el cuchillo.
Después, tomando una hoja de papel
—íiflíitro da íilgunoa mp,U)tqs ej dpg)^ titibrado, el notario se ocupó de redactar
ae habrá njarohado—murinur»^ ijo^pacie^-^ dicho recibo, que presentó á la firma del
te por obrar.
L joven, después de habérsele leído.
La sorpresa hizo saltar á Gerard.
Estaba redactado así:
—¡Quinientos mil francos!...—exclamó
«Él abajo firmante, Gerard, duque de
estupefacto.
Soisy, reconoce haber recibido de manos
—Sí, seflor duque, la cifra es. exacta,— del notario Duvernet, de París, calle de
dijo el notario encantado del efecto que Saint-Honoré, la suma de quinientos mil
le produjo.
francos, procedentes de una restitución
-r.¡Q;ui,i>ientQ9 n^l francos!—se repetía anónima que el dicho Duvernet ha sido
por lo Bajo el jov€¡n duque, invadido por encargado de realizar á título de internnoi sensación áe felicidad.
mediario, y le da el presente recibo, para
•TriCpiji qi^^ eaverdA,d!—pensaba.—¡Pue- justificación buena y valedera para su
do Q^8a];me oon Magdalena! ¡La insensata descargo, sin perjuicio para mí, heredero
esperanza qne se ol^stlnaba en encerrarse de riii padre y de todos los derechos y acen mi.corazón á pesar de los esfuerzos que (íiones por todas las demás deudas de las
h^oí» yo para arrancarla, va, pues, á rea- cuales pueda yo ser el beneficiado.>
l i i ^ l a L . ¡Soy rico!-.. Si esta fortuna no
Desde el escondite donde estaba oculto
es.uada al lado de la antigua fortuna de para poner sus negros proyectos en aclos Soisy, me hace al menos independien- ción, Musset había escuchado esta lectute ;}f es suficiente para quitar á mi matri- ra con interés.
lODiuo con la hija del señor Duhamel las
—¡Perfectamente!... —pensó.-^ ¡He ahí
apariencias de una vil especulación. ¡Soy un papel que no me estorbará!,..
libre pai;íj,di3Jar hablar .i ini corazda!...
Y mientras Grerard, vivamente emoóio¡Ah, bendito Jifia el misterio.?o restitoyen
Eiido
el rrecibo
4«.wr'Jc*4,Hii-u ^ u . wi.mistorio.'iortísi.iT.oyen- ; n a a o fechaba
lecnaoa y
y ufirmaba
r m a b a ei
e c i b o qque
u e ei
ei
%i«*liiW^^9nía<ioenqtti^nhftiiábla-l ^
delante de él, el
¡
Dice anoche La Correspondencia dt España:
«Personas que presumen de bien enteradas
nos aseguraban anoche quo en principio el Gobierno tiene ya acordados cinco do los seis candidatos quo han de luchar en Madrid como ministerialos, que son los Sres. D. Ramón Sáioü,
presidente del Circulo de la tJnión Mercantil;
I). José do la Presilla, el marqnós de Tovar, el
conde do Garay y D. Valentín Céspedes,»
A lo cual agregamos nosotros quo aún no
está acordada la candidatura por Madrid; poro
nos parece que de los cinco nombres citados por
el colega, dos no figurarán en la lista que ha do
aprobarse.
***
Anoche se dijo que hoy llegaría á Madrid el
general Woylor. Nosotros no sabemos á punto
lijo cuándo llegará á Madrid; sabemos, si, quo
ha sido llamado para responder de lo quo con
cierno á la publicación do la protesta, y que de
lo reforonte al fondo de la misma so sigue instruyendo ol oportuno proceso.
Desgraefadamento, ofrece alguna gravedad
la dolencia quo padece el director general do
los Registros, Sr. Cepeda.
También sifruo enfermo, aunque no de gravedad alguna, afortunadamente, nuestro querido
amigo el alcalde de Madrid, señor conde do Romanónos.
PROTI'H'CIAS
En Vigo so lia inaugurado una línea férrea
que recorro ol trayecto desdo la estación del ferrocarril al puerto do dicha población.
So ha suicidado en Campanet (Baleares) un
niño do trece años, hijo del alcalde do aquella
población, dejando una carta escrita en la quo
decía que no quería volver al colegio de Palma,
donde estudiaba.
Un periódico del Ferrol pido al ministro de
Marina la reorganización de la Caja do inválidos, porque la Maestranza no satisface á los operarios inscritos *lo8 derechos quo les correspondan.
——
— ^ • « • • • ^
Notieías telegráOeas
(DE LA AGENCIA FABRA)
l i o n d r e s 10.—El almirantazgo, deseoso de
activar el aumento d é l a Armada inglesa,'ha
encargado á la industria privada la construcción
do otros cinco torpederos,
A d e n lO.—Con rumbo á Suez ha salido de
esto puerto el vapor correo León XIII, de la
Compañía Trasatlántica.
F r a g a 1 0 , - - l i a sido levantado el estado de
sitio de esta población.
B e r l í n 10.—Mañana 11 reanudará sus tareas el Landtng prusiano.
l í o i i i a 10.—El comandante getierai de las
fuerzas italianas en la Eritrea, coronel Froid,
saldrá pasado mañana para Massuah, á fin de
hacerse cargo do su mando on aquella tegíón.
¡ S a n t o s d e hoy.—Santos Higinio, Papa, y
Alejandro y Anastasio, mártires.
C n a r e n t a h o r a » . — E n la iglesia Asilo de
Jesús y San Martin (.Luchana), donde por la
mañana habrá Misa mayor á las diez, y por la
tarde ejercicios con sermón, quo predicará un
padro do la Compañía do Jesús.
Siguen los cultos á Nuestra Señora del Milagro en la iglosia do las Descalzas Reales; por la
mañana so colebrará Misa mayor á las diez, y
por la tardo cjorcicios con sermón, quo predicará un padre Franciscano.
T i s l t a d e l a € o r t e d e Marfa.—Nuestra Señora del Milagro on las Descalzas, ó del
Amparo on San José.
M a f t a n a . — S a n Bonito, abad.
Utm lie teatros
MADICID
Pasado mañan.T, jueves, so verificará en el
teatro de Apolo el segundó boueficio do ios autores del popular pasillo lírico veraniego Agua,
azucarillos y aguardiente, Sres. Ramos Carrión
y Chueca, con la 2ü5 representación de dich»
obra.
Muy en breve se vériflcatá'fáínb!6_ . .
de la zarzuela cómica, en vn acto, titulada M
re'oj de cuco, do coya obra teaemot i«Ui>iÉMtl«Mft ' « W M
referencias.
Contra sus deseos de volver á presentar al
público de ^Madrid la eminente soprano áfeñorita
Darclóe, la empresa del teatro Real ha tenido
quo prescindir del concurso de tan célebre ai:;tiii|ta, cuyo contrato estaba hecho ya, á reservas do
obtener una prórroga del Gran teatro do Búcaros t.
He aquí el telegrama recibido ayer por la em«
presa del teatro Real, y que, por ahora, nos priva del placer do escuchar á la Darclóe:
«De Bucarost me responden imposible retardar techa inauguración, suplicándome no oc*siouo pérdida 15.000 francos asegurados do abono, además del ingreso diario; lo siento infinito.
Gracias por todo; devuelvo anticipo. Saludos.—Darclée.*
GOTIZAOIÓir
DÍA 8
OFICIAZi
DlA 11
4 por 100 perpetuo interiori
S4.S0
Fin corriente
í d e m fin próximo
Sfiíie ¥, de so.oüo poaetoa nomisales..
— S, deSS.OUO
—
—..
— D, de 1S.5(H)
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— O, da 5.0OU
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lu0.7(l
I d a m i d . (serie B)..
í d e m de Adn&nas intoria 6 p » ! 100 «noftl,!
9/.15
míimercia 1 si l.üuu.ooo
97.10
Idtim liaat» lO.oou pesetas nominales
«3,00
BiOeí«sd«Cuba(18s«)
is.tio
ídem hast» 10.000 {leaetas uominaleí
7Í.«»
Silletas deOuVja(lsSO)
77.10
Id(>m hasta lO.ooo pesetas nommaloa
Obligaeioiieo Filipina»6porlOO
nao
í d e m ha«tn 10.000 pesetas uominslts.,..,
VtM
CAdnlas hipotocanas t por 100
í d e m al 4 jior loo
Accionas del Bauoo d» Kspaila
iu.oo
Compañía Arrendataria de Tabacos
«lí.ftO
SooiedAd de Blentrioldad de Oliambail..
OAHBIOa
Londres, vista
....i
>j|.«6
Paris, vista
77.85-
7r.si
77.«9
7ai»
100 SA
loo.w
17.40
«7.40
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8U85
7V.8S'
77.10
06.4S
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108,1»
»
415.0» ,
fí,7»
DEi3pectáuC"cU.o©
Real.
A las oolio y media. —
Función 40 ile a b o n o . —
Turno íi."~ La Oiooonda.
X Punción SS da abono.—I4í
piel del diabloj—lUjMm»,.»
bor da a;r»nBderoB,-t-i/a ;íi»l- j
ña Se ViUaBorá».^-»«(tb*. i:¿
primero.
L*n. '
EspaRoL
A las ocho y media.—
(Boneflcio da D. Pablo i^arellad» J. — Rl regimiento
do Lupion.—Las oíivaa.
Princesa.
A las ocho y media.—
T u m o «."—lia dama dalas
camelias.
Zarzuela.
A las onho y meain.—
( M o d a ) . ~ La viejscita.^
Loa camarone-i.—Kl augal
O!tldo.~ La guardia amarilla.
Contedla.
A las ocho y media.—
A laa nabo j mcdi^t-r
Función S3 da abono. -f.
Turno *.• impar-—E!ft»HifJ
t a . - K l o r l m e n d a l « » Vistillas.— Las travesuras da
'mgt<T0.-(.tielianÍ9m*0fiÍI»u. •''»« "íi
la misma).
Apolo.
A las odtíO y mwñimí^
li'atograflas animadas. —
Agu», ttíncirillos y aguiurdíeute.—Kl printBt ia|ac- -.
V».—Jja ruyoltos».
Parlth.
A las ocho y m«dii«,«i^r
Fauoion 101 de abono, II
de la 4.* seris.—Turna M^par.—Jugar son fuago.'
BOMSBO Imcxaiocd»BI.«I<«ao<~Tad»s«<». M
BIBLIOTECA DE «EL GLOBO.
rMutroHo 875
6B3
El pasante no se hizo repetir dos veces
ra, como sus colegas, de la hora de marcharse, y se levantó para recibir al visi- la orden.
Y, en efecto, después de introducir a
tante.
Gerard en el despacho del notario, él paGerard le renovó la pregunta.
—Desearía hablar al señor Duvernet. sante tomó sus papeles, aa puso el sotiiY como el pasante le interrogase con brero y se marchó bien pronto á la calle •
El amante de Leonor, Siempre áh acela mirada:
cho, le vio alejarse Cómo á los otros.
—He sido citado por una carta de su
Reconoció al «primer pasante» por au ^ í
jefe... dígale usted que soy él señor Gerard
visita al señor Duveínet, y pensó que y»
— añadió el joven duque, no pudiendo deno quedaba nadie en la oficina más que
cidirse á dar su verdadero nombre, y
Gerard y el notario.
seguro, además, de qu© el notario lo en—Ahora es preciso obrar.
tendería.
Musset pagó su gasto sin apresurarse
El pasante, recordando, en efecto, ha- y después salió del café, átraVesó la calla
ber oído á éste pronunciar su nombre, se y entró sin afectación en la casa eSbtidiainclinó con apresuramiento.
da por él.
—Voy á avisar á el señor Duvernet;
El vestíbulo no estaba todavía alum¿quiere usted tomar asiento entretanto, brado; pasó rápidamente poí 1» pudr*
caballero? —le dijo colocando una silla ta del conserje y subió derecho á la ofici*
delante.
nai sin tener necesidad de preguntar naUna doble mampara separaba esto des- da. Su memoria le recordaba fielmente :
pacho del del notario. Entró dejando ce- la topografía de los lugares.
rrar la puerta tras él.
A,l llegar á la puerta, Musset dio vuelUn instante después volvió.
ta muy despacio al picaporte y entreablió
Muy satisfecho de la visita del joven, con precaución para que no sonase el timvisita que esperaba desde hacía días y bre. Después se perfiló cuanto pudo para
que le extrañaba no haber recibido, el se- entrar por la abertura y penetró sin ruiñor Duvernet dio la orden de introducir do en la primera habitación.
inmediatamente al visitante.
Como había previsto, la oficina estaba '
Antes de dejar á su jefe, ol pasante pi- sola.
dió autorización para retirarse, y el noEl espía de Armanda Mouyal atrave»
tario se la concedió sin dificultad,
só en puntillas la pieza de los esoíibien- .
—No olvide usted que tiene que ir á
tes, vio una puerta abierta en el pasillo
Vincennes mañana temprano, para la reunión de los herederos Vincent—le re- y se dirigió á paso de lobd pdr a<ja.flíla
cordó antes de dejarle marchar.—¿Están parte.
Aun cuando no había tenida ooáaidn, :
todas las piezas dispuestas?
durante su visita al notario, de ver aquel
—Todo está listo. Acabo de completar
el legajo, que me llevo á mi casa para po- palillo, el instinto del mal guiaba á Mttsset. Allí era donde los escnbiéñtea ¿ol»
der partir mañana á primera hora.
gabán sus abrigos al entrar en la éfitíina,
—¿Le han entregado los poderes?
I
En el fondo, una escalera de caracol
-Todos.
comunicaba la oficina con las habitacio—Está bien. Introduzca usted al señor nes del notario, situadas en el piso dé en« '
llcrard, y tieapuó» pueda usted mar- Í cima; en uii, lado había un» pnerta oott'- >
ehartie.
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aieveranque la Zarzaparrilla del l)r. Aj'er les curó.
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tenido que guardar cama, acongojadas por una
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de enfermedades propias do su sexo, escriben
•gradecidas, do haber sido perfectamente curadas.
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LA SEÑOEITA DEL CASTILLO
precaria situación no me permitía por
mucho tiempo—mi buen sentido me lo
demostraba claramente—figurar honrosamente.
Tenía loa compromisos que en mi edad
arrastran fácilmente. Aun cuando se me
tenía en una situación de fortuna relativamente mediana, no se ignoraba mi absoluta ruina. Sabía que encontraría, para
continuar una vida que no debía ser la
mía, todas las facilidades, todas las tentaciones ofrecidas á los hijos de familia.
Había visto á compañeros sucumbir desgraciadamente.
No quería contraer deudas, porque no
ignoraba que no tenía con (juó responder,
y decidí no traficar oon mi nombre.
Entonces fué cuando me decidí á presentar mi dimisión y á renunciar á un
título que juzgo incompatible oon mi
situación de fortuna, y resolví llamarme
desde entonces Q-erard.
El notario hizo un signo de aprobación
con la cabeza.
—Es un escrúpulo muy honroso nacido
de un gran corazón, seftor duque—dijo
inclinándose con deferencia ante el joven
oliente;—quizás, sin embargo—permita á
mi experiencia que ae loJdiga,-un poco
excesivo, porque, al fin, ese ilustre nombre al cual renunciáis tan honradamente, podía allanarle muchas dificultades
en la vida.
—¿Lo cree usted así, caballero?—preguntó Gerard.
—Me parece...
—Desengáñese usted. Mi nombre, por
lo mismo de ser tan ilustre, tenía que sermie un obstáculo en el nuevo camino que
tenía que recorrer.
—Sin embargo...—objetó el notario poco convencido.
—Vea usted—interrumpió el joven duque,—al abandonar el ejército he obtenido una colocación en las fábricas de VaEWgeyiUe.
tOiUrcMliAclo en nn clccolo en que mi J
S«t cerraba por la noche, al retirarse. Esta puerta daba direotameute al' despacho
del notario y le permitía subir á su oasa
lin pasar por la oficina.
Musaet percibió un rumor de vocea y
M puso i escuchar.
A la menor alarma estabaprontoá ocultarse detrás de una cortina de reps verdeque tapábalos le{;ajos, alineados en una
•stantería del pasillo, alo largo de la
pare4El amante de Leonor so ceroioró, después de un rápido examen, de las dispo»
sioiones generales del lugar en que se enoontíraba, y pniiado por el ruido de las voces aplicó el oído & la puerta.
—Están ahí,detr&sdeesa puerta,—murmuró oon feross alegría, reconociendo la
T02 d© Gerard y la de Duvernet.
Adem&s, no podía tener duda alguna,
graoiatii & las palabras que oía.
COMO esta puerta no era doble, como
la que oomunicaba el despacho del primer pasante con la de su jefe, permitía,
con un poco de atención, no perder ni una
palabra de la conversación que se tuviele al otro lado de ella.
Musset escuchaba ávidamente.
Al notario, Gerard se había presentado con BU verdadero nombre.
Era el hijo del duque deSoisy. Elsellor Oerard y él eran una misma persona.
Oficial, había presentado su dimisión,
y al dejir el ejército había renunciado al
nombre de Soisy.
Oon sencillez, el joven duque explicó
al notario las rizones que le habían impuUado á obrar asi.
Bu absoluta falta de fortuna.
-*"yono podía, en el regimiento, sin
otTí» r(»ttrsos que mi sueldo, llevar digdamente un nombre y un título que me
obligaban, por razonable que yo fuese, á
relaciones de compafierismo costosas. He
•uoontrália, á pesar mío, por minaoimien-
IBARRA Y GOMPASIA
hielos.
TRES PKSETAS
N
lEURALGUS
IJaqiitaa,Bolor«i ii tUtaif»;
t(4u lu toitfmttia HenlMU
M etir*a al IniMBU <oa l»i
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6117
P'SOBIQUET, II, t.ltUIoiii4ii,rUIl
hlWUnUna «HMitMtlcharSirgii
* n uf MuKWuja ttlüiiim.
BlBLIOTBOA DE «EL GLOBOY bien: ¿oree usted que el señor Duhamel, que ha consentido en aceptar como empleado al señor Gerard, ingeniero,
habría aceptado lo mismo al duque de
Soisy?
—Bajo ese punto de vista, en efecto,dijo el señor Duvernet.
—Ya ve usted cómo...
—Ha tenido usted una fuerza de voluntad muy superior á sus años, señor
duque, para tomar una resolución tan
enérgica—dijo el notario.
Y admiraba, en su interior, herido, de
oficial ministerial, discreto depositario
de tantas confesiones, de rapacidades y
villanías, 1^ conducta inflexible de honradez de aquel joven que, por su educación, podía predisponerle á preferir una
existencia fácil, prefiriendo la vida austera del trabajo que había escogido por
•u voluntad.
—Debo añadir—continuó el seftor Duvernet oon convicción—que ahora, señor
duque, que he tañido el honor de conocerle, me felicito tanto más de la misión
que estoy encargado. La casualidad, que
sin duda ha conducido á mi casa la persona que desea entregar en sus manos esta
restitución, y quo me proporciona asimismo participar de una buena acción,
me haoe muy dichoso.
Gerard se inclinó.
—Aunque esa persona ha deseado guardar el anónimo—repuso el notario,—debe usted indudablemente saber...
—¿De dónde puede venir esa restitución?... A fe mía que no, caballero,—respondió vivamente el joven duque.—Su
carta, lo confieso, me ha sorprendido por
completo. Ignoro en absoluto todas las
relaciones de amistad y de negocios de
mi padre; sé solamente que en las incesantes necesidades de dinero en que le
ponían sus prodigalidades, quizás excesivas, pereque yo me creo con derecho 4
jnzgarihaa sido una fuente inagotable pa<
6B5
ra los estafadores y farsantes. La mitád¿
por lo nienos, de nuestra fortuna, según
me han dicho ha pasado á esas manos. Pero esto es todo lo que sé y espero que usted me diga algo.
—A fe mía que no sé yo apenas más, y
lo que yo pueda decirle no le enseñará
gran cosa, señor duque. Una joven ha
venido á traerme los fondos que os deben
ser restituidos, explicándome lo que yo
debía hacer. Ella obraba, segdu me dijo,
como mandataria de otra persona que
deseaba guardar el incógnito y ha rehusado ella misma darse á conocer. Algunos días después el hermano de esa señorita ha venido igualmente para asegu«
rarse de que el asunto se había hecho.
Despnfí^ no he vuelto á saber nadd. Vea
usterl & lo que se reduce la cosa.
—lEi si igula-l—dijo Gerard, á quien
e la dibíma relación debía despistar comiletanen^e eu el caso en que sus refi«XLoaes le llevaran á suponer que Mig-»
dalona era lá autora. Tin hermano, la joven seguramente no le tenía. Esto sólo
debía impedir al duque concebir este pensamiento.
¡Es singularl — repetía.—Es una manera extraña de obrar, un procedimieu"
to verdaderamente anormal
—¡Anormal! No tanto como usted oree,
señor duque,—afirmó el señor Duvernet.
—El caso se presenta con bastante fra>
ouenoia. Niñas, latf más de laa Veoei, c(aé,
como en esta ocasión, no quieren at>téveoharse de exacciones ó málversaoioáéÉ
cometidas por sus padres, ¿qué médiC
tienen para salvar «1 honor de su nombre, si no es la restitución anónima?
Por ejemplo -^ añadió filosóficamente
el notario—esrarala restitución hecha directamente, es decir por el mismo ladrón^
Ordinariamente, el que ha burlado á su
prójimo,; goza en paz del bien mal. adquirido. Los remordimientoa tieo»» * 1»
generación siguiente...
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