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ENTRE “MALAS HIERBAS”, CRIPTOCULTIVOS Y PLANTAS
CULTIVADAS: LA COLLEJA (SILENE VULGARIS)
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María Remedios A larcón Villoria
Instituto Madrile ño de Inve stigación y De sarrollo R ural, Agrario y Alim e ntario (IMIDR A)
LA
AGRICULTURA
CAMPESINA
RESERVORIO DE LA AGRODIVERSIDAD
COMO
Para
ase gurar su
supe rvive ncia
las
socie dade s
hum anas han de sarrollado m ultitud de e strate gias bie n
dife re nciadas e n sus m e canism os de apropiación de los
re cursos naturale s.
En e sta continua
tare a de
apropiación,
cabe
re saltar
la
actividad
que
probable m e nte ha ge ne rado la m ayor re volución de uso
de e stos re cursos: la agricultura. La actividad agrícola
ha te nido una re pe rcusión tal sobre los e cosiste m as de l
plane ta que ha dado lugar al de sarrollo de l conce pto de
agrosiste m as y agrodive rsidad. Se ha de finido la
agrodive rsidad com o las múltiples formas por las cuales
los agricultores usan la diversidad natural del ambiente para
la producción agrícola, incluyendo no solamente la selección
de especies y variedades de plantas para el cultivo, sino
también el manejo de las tierras, aguas y de la biota como
un todo (Brook fie ld y Padoch, 1994).
En los últim os años ha ido surgie ndo num e rosa
lite ratura ace rca de la im portancia de la agrodive rsidad
e n su re lación con la se guridad alim e ntaria de las
La colleja tal y como se encuentra en el campo.
dive rsas poblacione s hum anas y se ha visto que la
m ayor parte de los alim e ntos producidos e n e l plane ta
se consigue n e n m ode los de agricultura de pe que ña
e scala. Y e s e n e ste conte x to histórico -e n e l que se cue stiona la capacidad de l plane ta para alim e ntar a los 9000 m illone s de pe rsonas
que se e stim a habrá e n 2050- donde la agroe cología e m e rge com o una solución hacia un de sarrollo soste nible y e quitativo ya que
aporta las base s cie ntíficas, m e todológicas y te cnológicas para una nue va “re volución agraria” (Altie ri et al 2011). No e n vano, la m ayor
parte de la com ida consum ida e n e l m undo se produce bajo e l m ode lo de agricultura cam pe sina. C oncre tam e nte , la agricultura de
pe que ña e scala e n Am é rica Latina e stá re pre se ntada por 16 m illone s de pe que ñas e x plotacione s que contribuye n
con,
aprox im adam e nte , e l 41% de la producción de stinada al consum o dom é stico. Esto significa que produce , a nive l re gional, e l 51% de l
m aíz, e l 77% de judías y e l 61% de patatas (Altie ri, 2004).
Esta agricultura cam pe sina, basada e n los principios de la agroe cología, se caracte riza
por: a) m ante ne r e le vados nive le s de
biodive rsidad e n finca, b) utilizar inge niosos siste m as y te cnologías e n e l m ane jo de l siste m a y la producción de paisaje s, c) contribuir a
la se guridad alim e ntaria local, d) aum e ntar la re silie ncia de los agrosiste m as, e ) utilizar e l conocim ie nto cam pe sino y sus habilidade s
te cnológicas y f) m ante ne r los valore s culturale s de la población (Tole do y Barre da Bassols, 2008). La agricultura de pe que ña e scala
e stá bie n de finida e n los paíse s e n de sarrollo y hay num e rosos trabajos que visibilizan las e x pe rie ncias m ás re le vante s e n cuanto a
m ane jo tradicional, m ane jo de re cursos fitoge né ticos e incluso utilización de plantas silve stre s e n alim e ntación hum ana. Por contra, e n
Europa ape nas hay e spacio de dicado a los e studios cam pe sinos, he cho que e stá e x pe rim e ntando grande s cam bios pue sto que e n la
últim a dé cada se han re alizado trabajos cuyo obje tivo fundam e ntal ha sido visibilizar e l conocim ie nto cam pe sino tradicional (Age le t e t
al. 2000; San Migue l, 2004, R igat e t al. 2009; R e ye s-García e t al. 2010). Incluso se han e studiado e x pe rie ncias protagonizadas por
nue vos cam pe sinos cuyas prácticas agroe cológicas son una re construcción de las ya e x iste nte s, e stim ulando un de sarrollo de
conocim ie nto cam pe sino actual (Gonzále z, 2009); Lópe z y Badal, 2006). Estas nue vas prácticas hace n posible que la actividad agraria
re tom e sus funcione s ge nuinas: por un lado se e je rce una “socialización” de fraccione s de la naturale za y por otro, se produce una
“naturalización” de la socie dad e n e l proce so de producción y re producción de vínculos con e l m undo natural. En e sta situación se
e x plica cóm o la dinám ica e cológica e stá fue rte m e nte asociada a la aparición de e strate gias de supe rvive ncia cam pe sina y de l proce so
de producción de l conocim ie nto, re spe cto al m ane jo de los re cursos naturale s (Be doya y Martíne z, 2000).
LAS PLANTAS SILVESTRES EN LOS AGROSISTEMAS
En e ste conte x to cam pe sino e s donde se obse rva cóm o e l m ane jo de la agrodive rsidad se hace de form a m ás cuidadosa y donde se
tie ne n e n cue nta todos los re cursos naturale s disponible s. Entre todos e stos re cursos naturale s jue ga un pape l m uy im portante la
utilización de plantas silve stre s que cre ce n e n los cam pos de cultivo.
Este m ane jo im plica tanto una transform ación de las plantas cultivadas com o de aque llas e spe cie s silve stre s que las acom pañan.
Estas hie rbas han dado lugar a una clasificación cultural de las dife re nte s e spe cie s que cre ce n de ntro de los cultivos, de nom inándose
“m alas hie rbas” y que e n té rm inos botánicos se re fie re a la ve ge tación arve nse , de finida com o aque llas e spe cie s que se de sarrollan e n
los se m brados, sobre todo ce re alistas, por lo ge ne ral de floración prim ave ral y poste rior re cole cción e stival. Se de be te ne r e n cue nta
que e stas hie rbas pose e n los m ism os biotipos, ciclos vitale s y caracte rísticas fe notípicas que las plantas cultivadas. Esto nos indica que
e l conce pto pe yorativo adoptado para nom brar las e spe cie s que cre ce n de ntro de los cultivos tie ne su orige n e n la com pe te ncia que se
e stable ce e ntre las hie rbas y las plantas cultivadas. En la dim e nsión de la agricultura cam pe sina e l conce pto de m ala hie rba pasa a un
se gundo plano y aque llas plantas he rbáce as que se e ncue ntran com pitie ndo con los cultivos tie ne n un uso. Se pue de conside rar que
se e stable ce un proce so de coe volución e ntre las plantas que se han cultivado de sde sie m pre y las plantas favore cidas por e l
cam pe sino que habitan e n convive ncia con los cultivos.
Por otro lado, se ha de m ostrado que la pre se ncia de m alas hie rbas pue de incre m e ntar la e ficacia de los m é todos de control biológico
de plagas, lo que de m ue stra la im portancia de las m ism as para ase gurar un bue n funcionam ie nto de los agrosiste m as (Glie ssm an,
2002). Estas funcione s que e je rce n las plantas silve stre s e n los agrosiste m as e ntran de ntro de la propia de finición de los se rvicios
e cosisté m icos, e nte ndidos é stos com o los be ne ficios que proporcionan los e cosiste m as a los
se re s hum anos (C onstanza et al, 1997). Uno de e stos se rvicios corre sponde al de
aprovisionam ie nto; e n e ste se ntido e l re fe re nte a la producción de alim e ntos e s de
m arcada im portancia.
Tam bié n e s ne ce sario re saltar que dichas e spe cie s silve stre s se van adaptando a las form as
de cultivar. Esto ha dado lugar -tras la introducción de arados com o e l de ve rte de ra y
de she rbados quím icos a base de he rbicidas- a que m uchas e spe cie s que han de sapare cido
de los cultivos se hayan trasladado a borde s de cam inos o cune tas; dichas plantas pasan a
conside rarse plantas rude rale s e n lugar de arve nse s. En de finitiva e sto significa un cam bio
de la e structura poblacional, com o conse cue ncia de e sta nove dad e n la ge stión de la
ve ge tación arve nse de cada cultivo. Por otro lado, e n cuanto a la influe ncia de l uso de
dife re nte s varie dade s y e l e fe cto sobre las hie rbas, se ha obse rvado que la pre se ncia de
de te rm inadas arve nse s y su producción de se m illas se ve afe ctada e n función de la varie dad
de l cultivo (Navarre te et al, 2008). La e x plicación podría re sidir e n que de te rm inadas
varie dade s, e n ge ne ral se le ccionadas para m ode los productivos de bajos insum os e incluso
e n m ode los de agricultura cam pe sina, coe x iste n con las hie rbas m e jor que otras varie dade s
de altos re ndim ie ntos, se le ccionadas por su gran adaptación a los paque te s te cnológicos
que se im plantan con la agricultura industrial.
DE PLANTAS SILVESTRES A “CRIPTOCULTIVOS”
Diversidad morfológica en hojas de Silene
vulgaris.
C on e l de sarrollo
de la Agricultura,
e l hom bre ha ido ponie ndo e n cultivo un gran núm e ro de
e spe cie s ve ge tale s, com e nzando por aque llas e spe cie s que ,
por una razón u otra, m ás le gustaban o se adaptaban m ás
fácilm e nte al cultivo com o los ce re ale s y las le gum inosas.
Sin e m bargo, tam bié n se dom e sticaron ve rduras com o la
le chuga o la col, e spe cie s que , a dife re ncia de ce re ale s y
le gum inosas, son plantas aprove chadas por sus hojas y se
re produce n por se m illas, por lo que su dom e sticación fue
pe culiar (Ladizinsk y, 1998). Sin e m bargo, hay num e rosas
e spe cie s que se han consum ido com o ve rdura y nunca han
sido dom e sticadas. Son las que se vie ne n a de nom inar
criptocultivos e n re fe re ncia a que se de sarrollan e n los
cam pos de cultivo o e n su e ntorno y son aprove chadas por
las pe rsonas sin de jar su condición de planta silve stre
(R ive ra y O bon, 2006). Son plantas que se prote ge n y que
nunca lle gan a oste ntar e l título de planta cultivada pe ro la
inte rve nción hum ana afe cta a la dinám ica de sus
poblacione s. Esto sue le ocurrir e n los siste m as cam pe sinos.
C om o ya se ha indicado, la agricultura de pe que ña e scala
Vista general de 4 genotipos de colleja procedentes de reproducción vegetativa.
e s la que re alm e nte alim e nta al plane ta. Pe ro, ade m ás, e s
la que se m ue stra com o una vía posible e n un m undo
donde e l pe tróle o e scase a y los m ode los productivos -e ntre
e llos e l agrario- tie ne n que adaptarse a e sta nue va situación. De sde e ste punto de vista se hace ne ce sario hace r uso de todos y cada
uno de los re cursos naturale s que e stán a disposición de las pe que ñas fincas agrícolas para pode r producir alim e ntos con e l m e nor
coste e ne rgé tico. En e sta búsque da de nue vos re cursos jue gan un pape l re le vante las plantas silve stre s utilizadas com o alim e nto e n
los siste m as tradicionale s.
En la tabla 1 se re pre se ntan algunas e spe cie s conside radas m alas hie rbas de olivar, vid o ce re ale s y cuyo uso com o ve rduras silve stre s
ha sido re copilado e n los distintos e studios e tnobotánicos re alizados e n España. De e ntre todas e stas e spe cie s de staca Silene vulgaris
porque su uso e s re conocido e n gran parte de las provincias e spañolas. Así lo indican Tardío et al (2006) e n la re visión que hace n de
46 trabajos e tnobotánicos e n España donde la colle ja se cita e n 36. En e ste conte x to se pre te nde pre se ntar la colle ja com o una
e spe cie utilizada com o alim e nto que sirve de m ode lo para com pre nde r la inte racción e x iste nte e ntre e l conocim ie nto cam pe sino
tradicional, e l conocim ie nto cam pe sino m ode rno y e l conocim ie nto cie ntífico.
Se trata, por tanto, de una e spe cie arve nse que se ha com portado com o m ala hie rba y que se ha re cole ctado com o ve rdura silve stre .
Incluso se ha lle gado a com e rcializar e n algunas e conom ías locale s. Por últim o, se han iniciado e studios sobre su biología, e cología y
variabilidad ge né tica que pe rm ite n conoce r, de sde un punto de vista cie ntífico, las posibilidade s agronóm icas que e sta e spe cie tie ne .
Por todo e sto, e s posible afirm ar que nos e ncontram os ante un criptocultivo que pre se nta grande s posibilidade s para conve rtirse e n un
cultivo.
Tabla 1. Listado de "m alas hie rbas e n cultivos de se cano utilzadas com o ve rdura, e n guisos o e n e nsalada. Elaboración propia a partir
de Tardío et al(2006); C iruje da et al(2011), R ive ra et al (2007)
Nombre científico
Nombre común
Ciclo
biológico
Provincias *
Anacyclus clavatus (Des f.)
Pers .
moji no
anual
Ab, Al , Hu, Mu
Capsella busa-pastoris L.
Deva nera s , chorrontel a s
anual
Ab, J, M, Na
Chenopodium álbum, L.
Ceni zos
anual
Ab, Cu
Eruca vesicaria Ca v.
Oruga s
anual
A, Ab, Al , Co, J
Lactuca serriola L.
Lechugui l l a pi nchos a , herba pl a na ,
l echera
anual
A, Ab, B, Co, CR-To, Cu, Hu, J, M, V
Papaver rhoeas L.
Ama pol a , ba ba ol , ros el l a , ruel l es
anual
A, Ab, Al , Ba , Co, Cs , Cu, Hu, J, M, Mu, Sa , Se
Roemeria hybrida (L.) DC.
Ba ba ol es dul ces
anual
Ab
Scandix pectin veneris L.
Aguja s de pa s tor
anual
A, Ab
Scorzonera laciniata L.S.
Arruca s , teta s de va ca , pocha s ,
chi chi ri ma ma s
anualbianual
Ab, Al , Co, CR-To, Hu, J, M, Sa , V
A, Ab, Al , Av, B, Ba , Ca , Co, CR, Cr-To, Cs , Cu, Gi , Gr, Gu, Hu, J, M, Mu,
S, Se, Sg, To, V
Silene vulgaris (Moench.)
Ga rcke
Col l eja , col eta s , col i s s os , coni l l ets
pe re nne
Sisymbrium irio L.
ja ra ma go
anual
Cerra ja , cerra jon, l echera s , l l ets ó,
anualSonchus oleraceus L.
A, Ab, Al , B, Co, CR-To, Cs , Cu, Hu, J, M, Mu, V
bianual
Il i cs o
*A: Alicante, Ab: Albacete, Al: Almería, Av: Ávila, B: Barcelona, Ba:Badajoz, Ca: Cádiz, Co: Córdoba, CR: Ciudad Real, Cs: Castellón, Cu: Cuenca, Ge:
Girona, Gr: Granada, Gu: Gudalajara, Hu: Huesca, J: Jaén, M: Madrid, Mu: Murcia, S: Cantabria, Sa: Salamanca, Se: Sevilla, Sg: Segovia, To,: Toledo, V:
Valencia
CARACTERÍSTICAS BOTÁNICAS DE LA COLLEJA
La colle ja e s una planta pe re nne , de orige n e uroasiático, am pliam e nte distribuida e n Europa, aunque e n la actualidad se e ncue ntra
introducida e n gran parte de l m undo. Mie ntras que e n e l Norte y C e ntro de Europa se e ncue ntra e x clusivam e nte e n hábitats alte rados
(borde s de cam inos, cultivos de se cano), e n e l Sur de Europa y la re gión m e dite rráne a apare ce n ade m ás otras “razas ge ográficas” e n
hábitats m ontañosos naturale s o se m i-naturale s. Probable m e nte e sas poblacione s m ás se pte ntrionale s se hayan e x te ndido siguie ndo
la e x pansión de la agricultura.
Es una planta de 35 a 80 cm , glabra, a ve ce s e stolonífe ra con raíz grue sa, tube rosa. Los tallos florífe ros son e re ctos, fue rte s,
blanque cinos o ve rdosos e n la m itad infe rior. La parte basal de la planta pre se nta un hábito de cre cim ie nto e re cto o lige ram e nte
postrado. Pre se nta hojas coriáce as, agudas; las infe riore s, pe cioladas, o lance oladas. La inflore sce ncia, e n ge ne ral, e s m ultiflora y las
se m illas son tube rculadas. Para e sta e spe cie se de scribe n form as diploide s y te traploide s (2n=24, 48). Es pe re nne y se m ultiplica
ve ge tativa y se x ualm e nte . En la re producción se x ual e s pre dom inante m e nte alógam a, con polinización por distintas e spe cie s de
hym e nópte ros y le pidópte ros. Tam bié n e s im portante e n su re producción la autogam ia Ade m ás, e s una e spe cie ginodioica, que
pre se nta individuos con flore s fe m e ninas o he rm afroditas.
UTILIZACIÓN DE LAS COLLEJAS COMO ALIMENTO
C om o ya se ha indicado, Silene vulgaris e s una e spe cie silve stre com e stible m uy apre ciada e n num e rosos pue blos de la ge ografía
e spañola. Tam bié n e s una planta utilizada e n otros paíse s e urope os com o, Francia, Turquía, Austria, Italia (Hadjicham bis e t al, 2008).
Se re cole cta e n prim ave ra y se utiliza com o una ve rdura se m e jante a la e spinaca a la que sustituye e n num e rosas re ce tas
gastronóm icas com o e s e l popular potaje de Se m ana Santa, pe ro tam bié n se pue de pre parar e n tortilla o con hue vos re vue ltos.
Asim ism o, se consum e cruda e n algunos puntos de la re gión de Murcia, donde se pre para una e m panada típica. Se trata de una planta
que e n e l pasado lle gó a com e rcializarse , tras su re cogida silve stre , e n lugare s com o Albace te .
POTENCIALIDAD AGRONÓMICA DE LA ESPECIE
La pote ncialidad agronóm ica de una e spe cie , e ntre otros factore s, se de be a que su
grado de dive rsidad pe rm ite que se produzca un proce so de se le cción tanto natural
com o artificial que da lugar a un producto de se ado por e l cam pe sino, cuando nos
e ncontram os e n siste m as tradicionale s de cultivo. En e l m ane jo de e spe cie s silve stre s
e s pre ciso dife re nciar e ntre e l e fe cto que sobre la e structura de las poblacione s ha
te nido su re cole cción para uso dom é stico y la se le cción e je rcida por los propios cam bios
de té cnicas de cultivo que se han ido suce die ndo a lo largo de los 10 000 años de
historia de la agricultura. Esto se re fle ja e n lo que se ha se ñalado sobre la distribución
ge ográfica actual de Silene vulgaris.
Se trata de una e spe cie que ha inspirado num e rosos trabajos. En re lación al e studio de
su gran variabilidad y por su e spe cial inte ré s botánico o tax onóm ico se habla de l
com ple jo “Silene vulgaris”, lo que ha dado lugar a e studios isoe nzim áticos. Tam bié n se
Figura 1. Datos de biomasa (peso seco) de 10
han re alizado e valuacione s agronóm icas de la e spe cie de sde un punto de vista de su
poblaciones de S. vulgaris.
com portam ie nto com o m ala hie rba. En cuanto a la e structura poblacional re lacionada
con su dive rsidad ge né tica se han re alizado num e rosos e studios sobre su ginodie oe cia
(flore s he rm afroditas y fe m e ninas e n la m ism a población) com o fe nóm e no capaz de e x plicar dicha variabilidad.
El e studio de e sta planta com o re curso alim e ntario se inicia al com probar que se trata de una e spe cie m uy apre ciada. Esto ha dado
lugar a que e n e l IMIDR A se cue nte con una cole cción de se m illas de Silene vulgaris que e ngloba 74 e ntradas de poblacione s de
dife re nte s localidade s e spañolas. C on parte de e stas poblacione s se han re alizado dive rsos e studios de variabilidad ge né tica y se ha
visto que se trata de una e spe cie con gran variabilidad (Alarcón y García, 2006). Tam bié n se han re alizado e valuacione s agronóm icas
de la e spe cie e n las que se concluye que la dife re ncia e ntre las distintas poblacione s e studiadas pe rm ite e stable ce r un proce so de
se le cción e n función de la form a de la hoja, de los re ndim ie ntos e n hoja o de l porte de la planta (García e t al, 2002). (Tabla 2 y Figura
1)
Tabla 2. Valore s m e dios de caracte re s re lativosa hojas e n 10 poblacione s e spañolas de S. Vulgaris
VALORES
ÁREA (mm 2)
LONGITUD (mm)
ANCHURA (mm)
ALTURA PLANTA (cm)
DÍAS A FLORACIÓN
Me dia
330
48
11
49
232
C V(%)
14,2
7,1
5,9
12,4
0,9
R ango
266-455
43-54
9,4-13.0
39,8-55,5
230-236
Por otro lado, se trata de una e spe cie que pre se nta re producción se x ual y ve ge tativa. Esto significa que la re producción ve ge tativa
pue de se r e l punto de partida para pode r introducir e n cultivo de te rm inados ge notipos de inte ré s agronóm ico. La re producción
ve ge tativa de la e spe cie e s se ncilla: se tie ne n que coge r tallos que no hayan de sarrollado ningún e ntre nudo y se pue de n pone r a
e nraizar bie n e n agua o e n un sustrato dire ctam e nte . Esta pue sta e n cultivo pue de lle varse a cabo de form a dire cta, e s de cir, utilizando
e l propio m ate rial silve stre m e diante una se le cción re alizada por los propios cam pe sinos. No obstante la re producción se x ual tam bié n
e s una opción. En e ste caso, e l proce so de se le cción se dificulta un poco m ás de bido a que e l e le vado grado de alogam ia de la e spe cie
le confie re gran variabilidad ge né tica intrapoblacional com o se ha de m ostrado e n los dife re nte s trabajos re alizados hasta la fe cha.
C om o ya se ha visto se trata de una de las plantas silve stre s com e stible s m ás apre ciadas com o ve rdura lle gando a sustituir a plantas
de gran im portancia culinaria com o la e spinaca o la ace lga. Esta e spe cie , a su ve z, se adapta pe rfe ctam e nte a dife re nte s condicione s
clim áticas y e dáficas sie ndo prácticam e nte una e spe cie cosm opolita. En cuanto a su calidad nutritiva, ya hay varios trabajos que la
de m ue stran (Alarcón et al, 2006; Morale s, et al, 2007; Sánche z-Mata, M.C . et al, 2012; Ege a-Gilabe rt, C ., 2013). En e ste caso
e staríam os hablando de la im portancia de una planta e ntre silve stre y se m i-cultivada (criptocultivo) que pe rm ite lle var a cabo un
proce so de se le cción y m e jora in situ e n un m ode lo de agricultura cam pe sina o de pe que ña e scala. En la actualidad e sta práctica se
vie ne re alizando e n pe que ños hue rtos donde se prote ge cuando apare ce para se r utilizada e n autoconsum o. De spué s de e sto la
cue stión e s: ¿por qué e sta e spe cie sigue sie ndo silve stre cuando pue de se r una alte rnativa a los dife re nte s productos hortícolas
actuale s?
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