Capurganá llora la muerte de su párroco

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11-09-13
Capurganá llora la muerte de su
párroco
EN EXTRAÑAS CIRCUNSTANCIAS fue asesinado el sacerdote Gualberto
Antonio Oviedo. Feligreses lo encontraron ayer en la casa cural con una
herida abierta en la cabeza causada al parecer con un machete. Policía de
Urabá asumió las investigaciones del homicidio.
Javier Alexander Macías | Medellín | Publicado el 13 de septiembre de 2011
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Cortesía | La muerte del padre Gualberto tiene conmocionada a la comunidad de
Capurganá, quien manifestó que el sacerdote era una persona dedicada a su labor pastoral.
El sacerdote influyó para que la gente volviera a misa.
En la casa cural, despojado de sus vestiduras y envuelto en sábanas,
con una herida de arma blanca en la cabeza, fue encontrado ayer
asesinado Gualberto Oviedo Arrieta, sacerdote de la parroquia
Nuestra Señora del Carmen en Capurganá, corregimiento de Acandí
(Chocó).
Versiones de los habitantes indican que el presbítero celebró la misa
el domingo, como de costumbre, y luego se dirigió a la casa cural. "A
las 9:00 de la noche pasó a comer y después se devolvió a la
vivienda. Nosotros lo vimos pasar".
Pero en la mañana de ayer, el padre Gualberto no asistió a ninguno
de los cursos impartidos por el Sena en la región, y ante su ausencia,
feligreses fueron a buscarlo hasta la vivienda.
Un residente aseguró que una de las personas que buscó al sacerdote
sintió la ducha abierta y tocó la puerta, pero no le abrían. "Entonces
se cansó de tocar y se asomó por una ventanita y vio al padre ahí
tirado. Esta persona fue y avisó a las autoridades. El Ejército y la
Policía derribaron la puerta y encontraron al sacerdote muerto,
envuelto entre sábanas y almohadas".
La tristeza invadió Capurganá
El homicidio del padre Gualberto conmocionó a los habitantes de
Capurganá, tanto que, según sus residentes, "la tristeza se siente en
el aire del corregimiento".
"A padre todo el mundo lo quería. Era un ser maravilloso. Lo mejor
de todo, es que había logrado que todo el mundo volviera a misa,
que se acercara a Dios. Es una gran pérdida", expresó un feligrés.
Con la muerte del padre Gualberto, ya son 11 los sacerdotes
asesinados este año en Colombia. En el informe Sotanas de Luto,
presentado por EL COLOMBIANO el pasado viernes, se reseñó que en
los últimos diez años 50 religiosos murieron por diferentes causas a
manos de actores armados ilegales. Con el sacerdote Gualberto, la
cifra asciende a 51 víctimas. El Arzobispo de Medellín, monseñor
Ricardo Tobón Restrepo, y los obispos de las Provincias eclesiásticas
de Medellín y Santa fe de Antioquia, que incluyen a Chocó,
manifestaron su repudio al asesinato del padre.
El obispo de la Diócesis de Apartadó, moseñor Luis Adriano
Piedrahíta, manifestó un profundo pesar por la muerte del sacerdote
y expresó que "no sabía de alguna dificultad o amenaza que haya
tenido. Él era muy entregado".
Las investigaciones del homicidio del padre Gualberto las asumió la
Policía Urabá, por su jurisdicción sobre esa región de Chocó. El
coronel Jaime Ávila, comandante de Policía Urabá, informó que no se
hurtaron nada de la casa cural, que no hay signos de violencia ni en
el lugar ni con el padre, "pero ya tenemos personal de Policía Judicial,
de inteligencia e información de la ciudadanía para esclarecer este
hecho repudiable".