TÉCNICAS BÁSICAS DE LA DISCIPLINA "Para la mayoría de los padres disciplina equivale al castigo y eso no es cierto." Hay mucho que enseñar a un niño -valores, creencias y técnicas- y se requiere tiempo. Además, el niño no estará siempre dispuesto a aprender la lección. Por ello se sugiere que: 1. Los padres aprendan a relajarse, de ese modo podrán afrontar acontecimientos imprevistos y esfuerzos baldíos con más calma y más eficacia. 2. Hay que examinar metas y necesidades del niño para saber lo que se puede esperar. 3. Se debe hacer lo posible por ser constante y consecuente, diciendo lo que se piensa y pensando lo que se dice, y mantenerse firme en ello. Y finalmente, 4. Se debe mantener una actitud positiva ante el oficio de padre, reteniendo en la mente una imagen de cómo se quiere que el niño actúe y acordando indicarle los comportamientos que se consideran inaceptables. LA TÉCNICA DEL ELOGIO CÓMO ELOGIAR o Elogiar el comportamiento personalidad o Usar elogios concretos o Elogiar los adelantos o Elogiar inmediatamente y no la Elogiar adecuadamente Hay que recordar que todo el mundo se cansa de las cosas buenas si se tienen demasiadas. Para realzarlo más, se pueden acompañar los elogios de un premio, sólo de vez en cuando. Los niños se vuelven locos por conseguir elogios .Cuando se trabaja para establecer un nuevo comportamiento, es necesario elogiar constantemente al principio, y luego reducir los elogios gradualmente. Cuando el niño lo ha aprendido, se debe elogiar sólo de vez en cuando LA TÉCNICA DE IGNORAR LAS CONDUCTAS La ignorancia sistemática es el arte de ignorar los comportamientos que desagradan y prestar atención positiva a los que agradan. Nunca se debe hacer una cosa sin la otra. Decidir lo que se puede y lo que no se puede ignorar La ignorancia funciona bien normalmente para detener un comportamiento que siempre ha provocado la atención y ha permitido al niño salirse con la suya con anterioridad. No prestar atención al comportamiento No se debe mirar al niño cuando esté actuando. No hay que mostrar ninguna expresión facial o hacer gestos como reacción a ello. Se debe mirar a otro sitio, hacer como si se estuviera ocupado en otra cosa, salir de la habitación. Esperar que los comportamientos empeoren antes de mejorar Reforzar las conductas deseables Se puede activar la extinción de las conductas indeseables reforzando las buenas conductas con elogios y recompensas. Centrarse en una asociadas) cada vez sola conducta (o conductas Ser muy firme hasta que la conducta haya quedado establecida LA TÉCNICA DE MANDAR A UN NIÑO AL RINCON La mayoría de las técnicas para hacer de padre no son nuevas. La del rincón lleva mucho tiempo utilizándose. Se utiliza también con otros nombres, como la de poner de cara a la pared o la de fuera de juego. En términos prácticos, significa apartar al niño de una actividad o situación para que no pueda tomar parte en esa actividad o recibir elogios y atención. Como técnica de castigo, puede ser muy eficaz si se utiliza correctamente. Se deben incorporar los siguientes pasos en el plan: Elegir cuidadosamente el rincón o fuera de juego Explicarle al niño las reglas de estar en el rincón o de cara a la pared Asignar un tiempo máximo para el rincón según la edad del niño. Añada minutos si hay resistencia Añadir consecuencias de apoyo para la resistencia excesiva Si se llega a un punto en el que es necesario un apoyo para las palabras y acciones paternas, se puede informar al niño de que, si no cumple su tiempo en el rincón, perderá su juguete favorito o un privilegio durante unos días. Sea consecuente con ello. A menudo, la resistencia se hará menor al saber que existe una consecuencia de apoyo. Utilice el reloj de cocina Se deben controlar los minutos que pasan, con un reloj de cocina, mejor. Dígale al niño cuánto tiempo debe quedarse en el rincón y que cuando suene el timbre puede regresar si se ha tranquilizado. No permitir que el tiempo fuera de juego (en el rincón) se convierta en una manera de evitar responsabilidades Adoptar el procedimiento para niños más mayores Aunque el tiempo fuera de juego o en el rincón funciona mejor con niños de edades entre dos y doce años aproximadamente, los mismos principios se aplican para el encierro en casa u otras formas de tiempo fuera de juego más apropiadas para niños mayores. Breves períodos de encierro o apartamiento son mejores semanas o meses y siempre pueden ser reactivados si el niño cae en sus antiguos hábitos. Por ejemplo, si bajan las notas de un chico, se le puede tener castigado en casa durante unos días hasta que muestre que está estudiando más y más constantemente. Si flojea una vez se haya levantado el castigo, se puede volver a aplicar. LA TÉCNICA DEL CASTIGO Aunque el castigo es en lo primero que piensan los padres para imponer la disciplina, lo cierto es que debería emplearse muy esporádicamente. Los padres tienden a castigar cuando su ira o la de sus niños está al rojo vivo. En este estado emocional las posibilidades de que el conflicto vaya en aumento son muchas. Si te ves obligado a imponer un castigo, hazlo antes de que la rabia suba de tono ¡y avísalo antes! Di a tu niño que, si no empieza a comportarse como es debido en un tiempo dado, le castigarás. No te descontroles jamás al imponer un castigo. Espera a calmarte para decidir lo que debes hacer. Los castigos pueden ser de dos tipos según: Presentemos una consecuencia desagradable para el niño: azote, hacer copias, limpiar el cuarto, pelar verduras, barrer, estar 10 minutos en el cuarto de baño, etc. Retiremos un privilegio o algo agradable: quedar sin ver la tele, quedarse sin un postre que le guste, no darle un día la paga, no ir al cine, etc. Debemos evitar, por otro lado, que sea siempre uno de los padres el que castiga. Muchas veces resulta mucho más eficaz el acuerdo total entre los dos padres que la calidad del castigo. Más importante que premiar, ignorar y castigar siempre adecuadamente es que los dos padres actúen como uno. PRINCIPALES INCONVENIENTES DEL CASTIGO (1). Con el castigo no se logra que el niño aprenda una nueva conducta más adecuada, sino que sólo se logra en parte evitar o reducir una conducta problema. Básicamente se logra un éxito pasajero, puesto que el niño no aprende a través de ser castigado una conducta nueva; lo que aprende es, fundamentalmente, a evitar el castigo. (2). El castigo no da como resultado cambios duraderos en las conductas. Estos sólo se mantienen cuando está presente la persona que castiga. (3). El castigo frecuente y excesivo da lugar a que la persona que lo recibe evite a quien se lo aplique, fundamentalmente por incomodidad o temor. (4). Puede generar desprecio a quien lo aplica. (5). El castigo puede resultar penoso para quien lo impone, llevando a la inconsistencia. (6). Otro de los efectos típicos del castigo y del aprendizaje por evitación es que el niño aprende a engañar, a huir o a “escurrir el bulto” para escapar del castigo. (7). El niño, además, aprende a comportarse agresivamente imitando el modo como se le trata. De padres que gritan, pegan o castigan es normal encontrar hijos que acaban haciendo lo mismo. OCASIONES PARTICULARES PUEDE SER ACONSEJABLE CASTIGO EN EL LAS QUE USO DEL 1.- Cuando el problema de conducta que queremos modificar sucede tan a menudo que apenas existe una buena conducta alternativa para recompensar. Por ejemplo. Antonio siempre se está peleando con los demás, y sólo sabe jugar a pelearse. 2.- Cuando la conducta del niño pone el peligro la seguridad del propio niño o la de los demás. 3.- Cuando las recompensas que acompañan a la conducta problema del niño son más fuertes que las que se emplean para hacer que esta conducta sea sustituida por otra. Por ejemplo. Elena quita los dulces a su hermano pequeño. NORMAS PARA UTILIZAR EL CASTIGO DE MANERA EFICAZ Y EVITAR LOS RIESGOS QUE SU USO COMPORTA. 1. Antes de aplicar un castigo se debe informar al niño con unas palabras de aviso, y sólo si a pesar de la advertencia persiste la realización de la conducta inadecuada, aplicar el castigo. Ejemplo: Si no subes del patio cuando te llame mamá entonces esta tarde no podrás bajar. 2. El castigo para se eficaz tiene que aplicarse inmediatamente. Nunca se debe aplazar la administración del castigo, dejando su aplicación para más tarde o para “cuando venga su padre”. 3. Antes de imponer un castigo debe pensarse que éste es proporcionado al acto realizado, y que por tanto lo vamos a cumplir (muchas veces con el castigo que ponemos, los castigados somos los padres, y en otro casos las 3 semanas sin salir o sin televisión se terminan convirtiendo en 3 días en el mejor de los casos). 4. Siempre que utilicemos el castigo debemos dar al niño la oportunidad de realizar la conducta correcta. Es decir, el niño debe tener una conducta alternativa a la conducta que se castiga, y esa conducta alternativa tiene que reforzarse cada vez que el niño la realice. Así, por ejemplo, en el caso de Ángel que suele pegar a su hermana, se puede alabar su conducta cuando estén los dos jugando tranquilamente. 5. No se debe recompensar nunca la conducta que se castiga. Por ejemplo, cada vez que Elena habla mal de alguien, su madre la reprende o la castiga. Sin embargo, cuando habla mal de la vecina, su madre apenas puede contener una sonrisa. 6. Nunca se debe castigar al niño privándole o reduciéndole los beneficios y recompensas que haya podido adquirir por su buena conducta. Con ello no sólo castigaremos la conducta inadecuada, sino que lo haremos también sobre la conducta adecuada, contribuyendo con ello a eliminarla. Así, por ejemplo, si Ana ha recibido un juego como premio por sus buenas notas, su madre no puede retirárselo a la primera trastada que haga, impidiéndole jugar con él. 7. No debemos sentirnos culpables si recurrimos al castigo de forma ocasional. 8. Si el castigo es proporcionado y se ha meditado, no lo levantemos nunca. 9. Actuar de acuerdo con la pareja. 10. El castigo debe tener relación con la infracción. Ejemplo: Si el niño llega tarde a casa media hora, los padres le harán reflexionar sobre lo que ha hecho y le harán venir al anochecer media hora antes. 11. Los castigos deben ser hechos aislados. Ejemplo: cada vez que hagas A encontrarás B, después somos tan amigos y cundo llegue papá sólo hablaremos de lo positivo. RECUERDE El castigo debe ser firme, corto, intenso, inmediato y sin amenazas.Sí con avisos informativos. Que el castigo sea firme quiere decir que, si decimos que vamos a castigar, debemos cumplir nuestra palabra siempre. Debemos tener firmeza flexible, y sobre todo coherente. No podemos levantar un castigo un día por una razón y a la semana siguiente no levantarlo por la misma razón, o imponer un castigo con todas su consecuencias y a la semana siguiente levantarlo “porque estamos de buenas” o “porque no me apetece castigarte, estoy demasiado cansado”. No debemos aceptar excusas o promesas. El castigo debe ser corto. No valen los castigos que duran un día entero, ni los que son “un mes entero sin salir al patio”, “3 meses sin paga”. El castigo debe ser corto, porque la eficacia del castigo reside en sus primeros momentos. Cuando castigamos a nuestro hijo media hora en el cuarto baño, lo que más duele son los primeros diez minutos. La intensidad es otra característica que debe cumplir otro castigo para que sea realmente eficaz, es decir, tiene que doler. No vale castigar sin comer esta tarta especial cuando a ese niño no le gusta el dulce. Que sea intenso no quiere decir que sea cruel y despiadado; puede dolerle sin que nos ensañemos con él. Los castigos también han de cumplir otra característica: debe ser inmediatos. Cuanto antes se presente un castigo más eficaz será. Los castigos demorados en el tiempo del estilo de “pasado mañana te quedarás sin tu programa de TV favorito” pierden valor, porque cuando realmente llega el castigo, el niño ya no tiene tan presente el motivo del castigo como cuando se comportó de esa manera. Los castigos, en contra de lo que pueden pensar muchos padres, han de producirse sin malas caras, sin enfados o amenazas, sin recordatorios de lo que hizo la semana pasada, sin sacar trapos sucios, y sin discutir. OTRAS ESTRATEGIAS DE CASTIGO: LA PRÁCTICA POSITIVA Esta estrategia supone que para ponerla en práctica el niño debe ser capaz de controlarse: consiste en hacer que, tras un estallido de rabia, debe practicar y practicar lo que sea muchas veces, hasta que se aburra. Esa acción debe ser una acción positiva que sustituya a otra que sea inadecuada, objeto del castigo. Debe imponerse de inmediato. Si no lo acepta de mano, dar un aviso: contar hasta 10 después del aviso para que empiece a ejecutar la “práctica positiva”. Por ejemplo. Si Maria da un portazo cada vez que le pides que tire la basura, puedes castigarle a que cierre suavemente la puerta veinte veces. Si Paco grita a su madre mientras habla por teléfono, que repita en voz baja “perdón” veinte veces y que escriba en una nota lo que quiere. PROHIBICIONES Y MULTAS Las prohibiciones y las multas son, realmente, los dos castigos más habituales (“Si no ordenas tu habitación, no vas a casa de tu amigo”; “Si no dejas de gritar, no sales al patio hoy”; “Si sigues con esa rabieta, 3 días sin nada de tele”). Para que sean efectivas deben reunir ciertas condiciones: A. Cumplir con lo que se dice. Amenazar por amanerar es inútil, además de que favorece la intensidad del mal comportamiento del niño (de ese modo comprueba que lo que hace no tiene consecuencias). B. La multa o prohibición tiene que recaer sobre algo que le importe al niño. C. Avisar previamente sobre el tipo de prohibición o multa que se va a imponer. Con tranquilidad, dar una señal o un último aviso antes de imponer el castigo. Se debe conservar la tranquilidad y el control antes de imponerlo. D. A medida que el niño crezca, acordar con antelación el tipo de prohibición o multa. Que sepa a qué atenerse; participar en la elección, aunque sea sobre algo que nos puede perjudicar, ayuda a asumir con mayor conformidad el castigo (lista de posibles castigos). REPARACIONES Cuando ha causado daño o consecuencias negativas para otra persona, lo mejor es recurrir a la reparación: hay que compensar a la víctima por el daño sufrido, además de pedir disculpas. La reparación debe ser una acción o tarea que haga más fácil la vida de la otra persona, como hacer sus tareas domésticas, prestarle la bici u otro juguete, etc. La reparación debe ser acorde con la falta. Ejemplo. Si un niño de 6 años tira la comida por no querer tomarla, en un estallido de rabia, hacer que lo recoja. Si un niño de 10 años tiene una rabieta por tener que bajar la basura, hacer que limpie el cubo además. No debe plantearse como castigo, sino como rectificación de un error, o una forma de asumir las responsabilidades de sus actos frente a los demás. ANTE LOS ESTALLIDOS DE RABIA O RABIETAS: PAUTA PARA QUE SE CALME. Mandar al niño a un rincón, a la habitación, a estar en silencio en la silla durante un rato es lo que está más a nuestro alcance para hacer que controle su rabia: separarle de la situación y dejarle solo le permite relajarse y pensar con calma en su reacción. ¿Cómo hacerlo? 1. Como en cualquier castigo, avisar antes de imponérselo (“Si no te calmas, te vas a la habitación”). A partir de dar el aviso, no volverse atrás. 2. No mandarlo a un rincón, en donde pueda verte: tu presencia le descontrolará más. 3. El aislamiento dura un minuto por cada año de edad del niño. 4. No hacer caso de los gritos o reclamos. Si sale antes de tiempo, hacerle volver a empezar sin decir palabra. 5. Si pasado el tiempo, sigue sin controlarse, se le hace saber que el tiempo ya ha llegado a su fin, y que puede salir cuando se haya calmado definitivamente. 6. Cuando se haya calmado, preguntarle si está en condiciones de salir y comportarse como es debido: (a). Si dice que SI, debes elogiar cualquier avance en la dirección deseada. (b). Si dice que NO, se resiste o no contesta, se repite el proceso de nuevo. Llegado al punto anterior, no hables mucho. Tu hijo debe decir que sí sin mayores problemas