Nuestros Joseph Fouché de cada día

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22 NAVARRO_42-43 LEGUINA.qxd 06/10/16 18:39 Página 22
TRIBUNA
Por Pere Navarro*
Nuestros Joseph Fouché de cada día
A
unque estemos en
pleno otoño hay lecturas del verano que
permanecen frescas
en nuestras conciencias por su
profundidad y vigencia. Una de
ellas es la magnífica biografía de
Joseph Fouché de la cual es autor
Stefan Zweig, uno de mis escritores favoritos.
Zweig, filósofo de formación y
autor de novelas, biografías y otras
obras relacionadas con la historia,
nació en 1881 en Viena y murió
en 1942 en Petrópolis, Brasil. Su
muerte por suicidio es el último acto de una vida dedicada al pensamiento y al respeto entre todos los
seres humanos. Enfrentado a los
movimientos nazis que habían crecido en Europa y que tenían sumido a medio mundo en una cruel
guerra mundial, no pudo soportar
la idea de un mundo gobernado
por ellos.
El libro retrata a un personaje,
Fouché, carente de escrúpulos y
que siempre estuvo al servicio del
“partido de la mayoría” sin importar qué ideología tenía o qué actos
amparaba ese “partido”. Revolucionario entusiasta en los tiempos
de la Revolución Francesa no tuvo problemas para pasar a ser ministro y nombrado noble con Napoleón y, a la caída de éste, servir
con el mismo entusiasmo al rey
Luis XVIII. Todo desde la conspiración, desde las sombras y los
pactos con unos y otros, siempre
secretos, nunca transparentes, en
los que su principal objetivo era él
y sólo él sin importarle en absoluto el reguero de traiciones y desmanes que dejaba a su paso.
Fouché es el paradigma del político sin escrúpulos, corrupto y sin
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EUROPA PRESS
la vocación de, en expresión anglosajona, public servant, servidor
público. A lo largo de la lectura y
de la descripción del personaje que
hace magistralmente Zweig me fue
embargando una rara sensación de
intranquilidad, de desazón. De
pronto comprendí por qué. Empezaba a reconocer situaciones y actitudes escritas a principios del siglo pasado que explicaban tanto
hechos ocurridos hacía cien años
como circunstancias de plena actualidad. Lo peor de todo fue cuando empecé a pensar en caras y
nombres que me recordaban al
personaje descrito.
Creo que la crisis de la política
que estamos viviendo en España y
en muchos lugares de Europa y del
resto del mundo está causada por
una crisis económica que ha sido
cruel con la mayoría de la población y ha hecho que aumenten
dramáticamente las desigualdades,
pero también tengo el convencimiento de que el espectáculo de
la política que nos muestran diariamente los medios de comunicación hace que el sistema y sus
actores pierdan credibilidad a pasos agigantados. Ya no es sólo “la
vieja política“, sino que los nuevos han copiado, desde el punto
10–16 de octubre de 2016. nº 1171
Los cuatro
partidos con
más votos, PP,
PSOE,
Podemos y
C’s, deben
ponerse las
pilas y hablar
del qué antes
que del quién
de vista de las actitudes y el discurso, todo aquello malo que había que cambiar.
Hoy, en España, conviene una
actitud menos fouchés y elevar la
mirada más allá del tacticismo
electoralista y de las dinámicas de
luchas fratricidas que miran más
al interior de los partidos que hacia el exterior. Los cuatro partidos
con más votos, PP, PSOE, Podemos
y C’s, deben ponerse las pilas y hablar del qué antes que del quién.
Urge un acuerdo de todos, aunque
sea de mínimos, sobre cómo superar la crisis económica; sobre
cómo abordar la reforma que necesita nuestra Constitución; sobre
qué proponemos, desde España, a
una Europa que se ha quedado sin
rumbo; sobre cómo mejoramos
nuestra democracia haciéndola
más útil; y, finalmente, sobre qué
salida le damos a la cuestión catalana que pasa, desde mi punto
de vista, por un modelo federal
construido desde la lealtad de las
partes.
Zweig, en el prólogo del libro,
escribe: “Y diariamente volvemos
a ver que en el discutible y a menudo sacrílego juego de la política, al que los pueblos siguen confiando de buena fe sus hijos y su
futuro, no se abren paso los hombres de amplia visión moral, de inconmovibles convicciones, sino
que siempre se ven desbordados
por esos tahúres profesionales, esos
artistas de las manos ágiles, las palabras vacías y los nervios fríos”.
A pesar de todo soy optimista, creo
que finalmente aflorarán los “servidores públicos” y perderán su
batalla los conspiradores de las
sombras. ¡Ojalá! l
*Exmiembro de la Ejecutiva Federal del PSOE
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