ANTICUERPOS ANTINEURONALES EN SÍNDROMES NEUROLÓGICOS CURSO DE FORMACIÓN CONTINUADA A DISTANCIA 2010-2011 TALLER DEL LABORATORIO CLÍNICO Nº 3 I.S.S.N.- 1988-7469 Título: Taller del Laboratorio Clínico Editor: Asociación Española de Biopatología Médica Maquetación: AEBM Fecha de Distribución: enero 2011 Anticuerpos antineuronales en síndromes neurológicos Lidia Ruiz García (1), Lucía Quintana Hidalgo (2), Inmaculada Alarcón Torres (3).- (1) Residente de Análisis Clínicos, (2) Especialista en Análisis Clínico, (3) Especialista en Análisis Clínicos. Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín, Las Palmas de Gran Canaria. 1. Introducción Los síndromes neurológicos paraneoplásicos (SNP) son un grupo de diferentes enfermedades del sistema nervioso que se presentan en pacientes con cáncer, no relacionadas con invasión directa del tumor al sistema nervioso, ni con el tratamiento antineoplásico que el paciente esté recibiendo, ni con alguna otra complicación de la enfermedad. Muchas veces estos síndromes preceden en meses e incluso años a la aparición del tumor. De ahí la importancia de hacer un buen diagnóstico de esta enfermedad. Para ello, como veremos más adelante, nos podemos y debemos apoyar en los anticuerpos antineuronales, para posteriormente ir en busca de un posible tumor por lo incapacitante y mortal que puede llegar a ser este síndrome. También hay que señalar que no todo anticuerpo antineuronal debe ser considerado marcador paraneoplásico, ya que puede indicar otra enfermedad, incluso hay casos en la literatura (1) en baja proporción, en los que la presencia de estos anticuerpos no se asocia a ningún tipo de cáncer. En estos pacientes, el organismo reacciona frente a antígenos del sistema nervioso central o periférico, generando una serie de anticuerpos antineuronales. Aún hoy en día este mecanismo inmunopatogénico no está claro; en algunos casos 441 sería la expresión por parte del tumor de proteínas onoconeuronales y en otros casos serían las células neoplásicas las que sintetizarían inmunoglobulinas que dañarían al sistema nervioso. Así, podemos dividir los anticuerpos antineuronales en los primeros de clase I y II, y los segundos de clase III (2).(Tabla 1) Grupo Anticuerpo I Anti – VGCC Anti- receptor de acetilcolina Anti-VGKC II Anti–Hu (o ANNA-I) Anti-Yo (o PCA-1) Anti-Ri (o ANNA-2) Anti-anfifisina Anti-CV2 Anti-Ma Anti-Ma2 Anti-Tr Anti-PCA-2 III Anti-MAG Anti-gangliósidos Tabla 1. Clasificación de los anticuerpos antineuronales. VGCC: canales de calcio dependientes del voltaje; VGKC: canales de potasio dependientes del voltaje; ANNA-1: anticuerpos antinucleares neuronales tipo 1; ANNA-2: anticuerpos antinucleares neuronales tipo 2; PCA-1: anticuerpos anticitoplasma de células de Purkinje tipo 1; PCA-2: anticuerpos anticitoplasma de células de Purkinje tipo 2; MAG: glucoproteína asociada a la mielina 442 Los SNP, en general, son poco frecuentes en los pacientes (3), pero varía ampliamente entre el 0.01% y el 40% de pacientes con timoma que desarrollarán miastenia gravis. La presencia de anticuerpos antineuronales en pacientes con síndromes neurológicos es baja, en torno al 1 – 5%. La primera descripción de este síndrome neurológico fue hecha por Brouwer en 1919, quien describe un caso de degeneración cerebelosa asociado con un sarcoma de pelvis. Posteriormente, Casper en 1929 encuentra una asociación en un paciente con carcinoma de mama y síndrome cerebeloso, dos años después del diagnóstico y sin metástasis evidentes. En 1940, Wyburno – Mason describe tres casos de polineuropatía como primera manifestación de un carcinoma bronquial y se empieza a plantear la importancia del estudio de estos pacientes. Debida a la dificultad diagnóstica de estos síndromes, un panel de expertos describió un grupo de enfermedades neurológicas que se asocian más frecuentemente a estos SNP. Así, en el 2004, Graus y cols. (4) definieron los síndromes como clásicos o no clásicos. Los síndromes clásicos serían: encefalitis límbica, encefalomielitis, degeneración cerebelar, opsoclonus – mioclonus, neuropatía sensorial, neuropatía autonómica/pseudobstrucción crónica gastrointestinal, Síndrome de Eaton – Lambert y miopatía inflamatoria. También se definieron los anticuerpos antineuronales según el número de casos encontrados como bien caracterizados; estos son: anti –Hu, -Yo, -CV2, -Ri, -Ma2 y –anfifisina. Así se puede definir un síndrome neurológico como SNP definitivo o posible. (Figura 1) 443 Síndrome Neurológico Clásico Si tumor Anticuerpos Antineurona les Si/No No tumor Anticuerpos Antineurona les No Alto riesgo cáncer Definitivo No Clásico Posible No tumor Anticuerpos Antineuronales Si Anticuerpos Antineuronales bien caracterizados Definitivo Si tumor Anticuerpos Antineuronales No Mejoría del cáncer o Anticuerpos Antineuronales Si Anticuerpos Antineuronales parcialmente caracterizados Posible Posible Definitivo Figura 1. Algoritmo del síndrome neurológico La Federación Europea de Sociedades Neurológicas (EFNS) (5) recomienda repetir los estudios cada 6 meses durante 4 años en los pacientes en los que se detecten anticuerpos antineuronales, ya que el 80% de los pacientes con estos anticuerpos será diagnosticado a raíz de ellos (6). En estos pacientes se deberían hacer pruebas de imagen en búsqueda del tumor, dependiendo del tipo de tumor sospechado. 2. Métodos de detección La detección de anticuerpos antineuronales se puede realizar mediante inmunofluorescencia indirecta (IFI), inmunohistoquímica (IH), inmunotransferencia (IT), enzimoinmunoensayo (EIA) e inmunoprecipitación (IP). Un resultado positivo siempre debe ser confirmado por dos técnicas diferentes, por el impacto en la salud 444 que ello conlleva para el paciente. Estos anticuerpos se pueden determinar en muestras de suero o líquido cefalorraquídeo (LCR). El estudio se hace en muchos laboratorios mediante IFI y se confirma mediante IT. En la IFI utilizamos como sustrato cerebelo de primate fijado en un portaobjetos, que presenta los antígenos nativos frente a Yo, Hu, Ri, Tr, CV2, anfifisina y PNMA2. A continuación, se añade la muestra de suero o LCR del paciente y anticuerpos marcados con compuestos fluorescentes como el Isocianato de fluoresceína (FITC) de clase IgG, IgA e IgM, para posteriormente observar la fluorescencia en el microscopio. Los títulos de dilución que podemos utilizar son 1/10 y 1/100. En el caso de la IT, se realiza una separación y fijación del Ag en una membrana o soporte en base a su peso molecular, y luego se evidencia la presencia de autoanticuerpos mediante la observación de distintas bandas o dots coloreados. 3. Descripción de la corteza cerebelosa Dentro de la corteza se sitúan los cuerpos celulares, dendritas y conexiones sinápticas. Se divide en 3 capas: - Capa molecular: hay prolongaciones celulares y pocos somas neuronales (células estrelladas, pequeñas-células estrelladas y en cesta). - Células de Purkinje con estímulo inhibitorio (GABAérgico); estas células son grandes neuronas de Golgi tipo I, dispuestas en una sola capa. En la base de las células de Purkinje se origina el axón y atraviesa la capa granulosa para entrar en la sustancia blanca. Al ingresar en la sustancia blanca el axón adquiere una vaina de mielina y termina en sinapsis con una de los dos 445 núcleos intracerebelosos. Ramas laterales del axón de Purkinje establecen sinapsis con las dendritas de células en cesta y estrelladas de la capa granulosa, y otros axones terminan directamente en los núcleos vestibulares del tronco encefálico. - Capa granular: hay células granulares, grandes células estrelladas (células de Golgi y de Lugaro) y células monodendríticas o monopolares en penacho. 4. Descripción de los anticuerpos antineuronales Aunque los SNP se pueden presentar como encefalomieloneuritis difusa o multifocal, hay una serie de presentaciones clínicas que son clásicas. En esta revisión estudiaremos los anticuerpos antineuronales más frecuentemente encontrados, así como el síndrome y el tumor asociado. 4.1 Anticuerpos anti –Yo (PCA–1) El antígeno es una proteína del citoplasma de las células de Purkinje del cerebelo de 34, 52 y 62 kDa, de función desconocida; a estos antígenos CDR-34; CDR-62.1 y CDR-62.2 se les atribuye un papel en la regulación de la expresión génica, debido a su estructura tipo “leucine zipper motifs”. También se le denomina PCA1 y son marcadores de degeneración paraneoplásica cerebelosa. Por IFI se observan marcados con fluorescencia los ribosomas, el retículo endoplásmico rugoso y el aparato de Golgi de las células de Purkinje. Los tumores asociados con este anticuerpo son principalmente de ovario y mama (90%); también se asocia a otros tumores ginecológicos como de las trompas de Falopio o útero y al cáncer de pulmón, por lo que en un 99% de los casos lo encontramos en mujeres (7). 446 Los síntomas más habituales de la degeneración cerebelosa paraneoplásica son mareo, vértigo, visión doble o borrosa a veces asociada con osciloscopia. Puede existir nistagmo, disartria, disfagia, inestabilidad para la marcha y un grado variable de descoordinación en las extremidades. La resonancia magnética cerebral puede mostrar una atrofia cerebelosa global. También podemos encontrarnos otros anticuerpos asociados a este síndrome como: anti–Ri, anti–Tr, anti–Hu, anti–Ma, anti –CV2, antirreceptor de glutamato (mGLuR1alfa) y anti–PCA2. Los estudios no han demostrado que el tumor siga un curso menos agresivo en pacientes con este SNP y anti–Yo (8). 4.2 Anticuerpos anti–Hu (ANNA–1) El antígeno es una familia de proteínas similares de unión al RNA (Hu-D, HuC/ple21, Hel–N1 y Hel–N2), de 35 – 40 kDa que se localizan en los núcleos de neuronas del sistema nervioso central (SNC) y del periférico. Tienen una importante función en el desarrollo y mantenimiento de las neuronas, aunque la función de estos antígenos asociados al tumor es desconocida. Por IFI marcan el núcleo de las neuronas. Se pueden ver interferidos por anticuerpos antinucleares y anti-mitocondriales. Por ello, habría que descartar la presencia de estos anticuerpos en su tejido correspondiente. Para diferenciarlos, los anticuerpos anti – Hu se observan en el núcleo de las neuronas del plexo mientérico de Auerbach en estómago de rata. Son anticuerpos marcadores de encefalomielitis, neuropatía sensitiva y disfunción autónoma. También se han asociado recientemente con encefalitis límbica. El 80% de los pacientes con síndromes asociados a este anticuerpo presentan carcinoma pulmonar de células pequeñas y otros tumores asociados como 447 próstata, mama y sarcoma. Se han descrito hasta un 16% de pacientes con cáncer de pulmón con títulos bajos de anticuerpos que no presentan síndrome paraneoplásico. Estos casos sin manifestaciones neurológicas no desarrollan encefalomielitis ni neuropatía sensitiva y presentan enfermedad limitada que responde mejor al tratamiento. La encefalomielitis paraneoplásica comprende a pacientes con cáncer que desarrollan déficit neurológicos multifocales o signos de inflamación que afectan a dos o más áreas del sistema nervioso. Los síntomas que pueden presentarse en la encefalitis límbica (9) son cambios mentales como ansiedad, depresión, confusión, agitación, alucinaciones, trastornos graves de la memoria reciente y demencia. Cuando hay encefalitis paraneoplásica del tronco se pueden presentar otra serie de síntomas como vértigo, diplopía, osciloscopia, disfagia, diplopía, trastornos de la mirada, hipoventilación, sordera subaguda y adormecimiento facial. El tratamiento antineoplásico es eficaz en estos casos. 4.3 Anticuerpos anti–Ri (ANNA–2) Estos anticuerpos reaccionan frente a varias proteínas de 55 y 80 kDa, que están expresadas fundamentalmente en neuronas del SNC pero no en neuronas del sistema nervioso periférico. Por lo tanto, en este caso no se teñirá por IFI el núcleo de las neuronas del plexo mientérico de Auerbach en estómago de rata, aunque se tiñe, al igual que con el anti–Hu, el núcleo de las neuronas. Estos anticuerpos aparecen en encefalopatía cerebelosa, caracterizada por opsoclonus y otras anomalías de la motilidad ocular. El tumor asociado más frecuentemente es el de mama, pero también se puede asociar al de pulmón de células pequeñas y al cáncer de vejiga. Los pacientes con opsoclonus mioclonus 448 desarrollan un trastorno de la estabilidad ocular con sacudidas conjugadas de gran amplitud, involuntarias, arrítmicas y multidireccionales. El opsoclonus les hace presentar inestabilidad troncal. En estos casos, el tratamiento del tumor es la principal estrategia para mejorar los síntomas neurológicos. 4.4 Anticuerpos anti–anfifisina Son anticuerpos que reaccionan frente a una proteína de 128 kDa, presente en las terminaciones axónicas, que está involucrada en la endocitosis de las vesículas sinápticas. También se encuentra en otras células endocrinas, en la retina y en los espermatocitos. Por IFI tiñen el neuropilo de la capa molecular y presentan intensa tinción en la capa granular. El neuropilo es la porción del tejido nervioso que contiene una trama de procesos entremezclados e interconectados de células neuronales y gliales. En el neuropilo ocurren la mayoría de las interacciones sinápticas. Incluye las prolongaciones de las neuronas (axones y dendritas), las prolongaciones de las células gliales (prolongaciones de los astrocitos, oligodendrocitos y microglía) y los vasos sanguíneos. En otras palabras, el neuropilo es todo el tejido nervioso de la sustancia gris que no incluye a los somas neuronales. Se asocian a cáncer de mama y cáncer de pulmón de células pequeñas (10). Los síndromes neurológicos asociados son el síndrome de la persona rígida o stiff–man, el de Eaton–Lambert y la polineuropatía moto–sensorial. El síndrome de la persona rígida, como su nombre indica, se caracteriza por rigidez en la musculatura paraespinal y abdominal que conduce a posturas anormales, además de espasmos musculares y sobresaltos. En pacientes sin cáncer, este síndrome se asocia a otro autoantígeno que es la glutamato decarboxilasa (anti449 GAD) que en un alto porcentaje se asocia a diabetes mellitus tipo I. Estos anticuerpos reaccionan con neuronas GABA–érgicas y células beta pancreáticas. Los pacientes con síndrome miasténico de Eaton–Lambert presentan debilidad y fatigabilidad en la musculatura proximal de los miembros del tronco. Tras el reposo la fuerza muscular está disminuida, pero mejora después de las primeras contracciones voluntarias, aunque, si continúa el esfuerzo, vuelve a disminuir. Estos pacientes también suelen tener asociados anticuerpos anticanales de calcio dependientes del voltaje (VGCC) en la terminal presináptica. 4.5 Anticuerpos anti–CV2/CRMP - 5 El antígeno diana tiene un peso molecular de 66 kDa y se expresa en neuronas y oligodendrocitos de cerebro adulto. Por IFI se tiñe el citoplasma de los oligodendrocitos. La presencia de este anticuerpo se asocia a encefalomielitis paraneoplásica, degeneración cerebelar y neuropatía motosensorial. Los tumores más frecuentemente encontrados son el carcinoma pulmonar de células pequeñas y el timoma (11). Los pacientes con neuronopatía sensitiva paraneoplásica presentan dolor y adormecimiento progresivo que afecta a las extremidades superiores e inferiores, tronco y cara. El déficit sensitivo causa desorganización del movimiento y ataxia, lo que lleva a movimientos seudoatetoides e incapacidad para caminar. Es una enfermedad muy incapacitante. La sintomatología de este tipo de pacientes es similar a la presentada por pacientes con anticuerpos anti–Hu, e incluso en ocasiones se ha descrito una respuesta conjunta de ambos. 450 4.6 Anticuerpos anti–Ma Hay tres antígenos Ma descritos (Ma1/Ma, Ma2/Ta y Ma3). Se expresan en el nucleolo de células neuronales. Todos muestran similitudes significativas, aunque sólo el antígeno Ma2 ha sido reconocido en todos los sueros positivos para Ma. Por IFI se tiñe el nucleolo neuronal (anti–Ma2) o células germinales testiculares (anti–Ma1). El anti - Ma3 se expresa en varios tejidos sistémicos incluyendo testículos, tráquea y riñones. Aproximadamente el 78% de pacientes con anticuerpos anti-Ma2 tienen tumores asociados de testículo y hasta un 40% de pacientes con ataxia cerebelosa y tumores pulmonares tienen este anticuerpo. Los pacientes suelen ser jóvenes, de entre 22 y 45 años. 4.7 Anticuerpos anti–PCA–Tr Tanto la identidad del antígeno como la función de este anticuerpo son desconocidas. Por IFI se tiñen el citoplasma de las células de Purkinje y sus dendritas. Hay que diferenciarlo con el anti–Yo, pero este no tiñe las dendritas. Ninguna banda ha sido identificada por IT, por lo que la identificación de los anticuerpos anti–Tr debe basarse estrictamente en la IFI. Se asocia a degeneración cerebelosa paraneoplásica en pacientes con enfermedad de Hodgkin. La degeneración cerebelar es normalmente irreversible. 4.8 Anticuerpos anti-MAG Este anticuerpo frente a mielina asociado a glicoproteína, está presente en la mielina de los nervios a nivel periaxonal y paranodal, así como en las incisuras de Schmidt – Lantermann. 451 Por IFI se puede ver teñido el nervio ciático y el nervio óptico en tejido de primate. Los pacientes con este tipo de anticuerpo pueden presentar neuropatía sensorial progresiva por desmielinización de los nervios periféricos. También se han descrito asociadas algunas formas de Síndrome de Guillain – Barré. Algunas veces aparece asociado a esclerosis múltiple, pero esta asociación no está todavía clara. Las gammapatías monoclonales benignas pueden estar asociadas, en raras ocasiones, con polineuropatías y anti–MAG (12). 4.9 Anticuerpo anti NMO–IgG El antígeno en este caso es la aquaporina–4, una proteína del canal acuoso que se localiza fundamentalmente en las interfases entre el cerebro y los espacios líquidos asociados (vasos, espacio subaracnoideo y ventrículos) (13). Estos anticuerpos son marcadores altamente específicos de neuromielitis óptica (NMO), también conocida como síndrome de Devic (14), que es una enfermedad inflamatoria desmielinizante que afecta de forma exclusiva al nervio óptico y a la médula espinal. Estos anticuerpos permiten, en un principio, la discriminación entre NMO y esclerosis múltiple. La no detección de estos anticuerpos no descarta la NMO, ya que estos se encuentran sólo en el 76 % de pacientes que cumplen todos los criterios de la enfermedad. Por IFI veríamos un marcaje en cerebelo e hipocampo de rata de las paredes de los capilares de la sustancia blanca. El tratamiento de la enfermedad consiste en inmunosupresión y plasmaféresis. 452 4.10 Anticuerpos antigangliósidos Los gangliósidos son una clase de glucoesfingolípidos que contienen ácido siálico (ácido N-acetilneuramínico), con una cabeza hidrófila de dos o más azúcares expuesta al exterior y una cola que es hidrófoba lipídica (ceramida) y se sitúa en la parte interna de la membrana celular. Parece ser que participan en la función de la comunicación interneuronal. De las diversas especificidades reconocidas, las mejor caracterizadas son GM1, asialo-GM1 y GD1b. Existen muchos estudios que relacionan determinados anticuerpos policlonales antigangliósidos subtipo específicos con el síndrome de Guillain Barré (SGB) (15). Al parecer, por un mecanismo de mimetismo molecular, determinantes antigénicos de un determinado microorganismo con similitud en sus proteínas y las del paciente desencadenarían la respuesta inmune de éste. En la actualidad, este síndrome es la polirraduculoneuropatía inflamatoria desmielinizante aguda como causa más frecuente de parálisis fláccida aguda en población infantil y la polineuropatía adquirida aguda más frecuente en nuestro medio. Su incidencia es de 0.4–2 casos/100000 habitantes/año. En algunos casos se produce una desmielinización, en otros una degeneración axonal y en algunos los hallazgos patológicos pueden ser inespecíficos. Por ello, se pueden diferenciar varios subtipos con características diferentes: 1. Neuropatía inflamatoria aguda desmielinizante. 2. Neuropatía motora axonal aguda. 3. Neuropatía sensitivo–motora axonal aguda. 4. Síndrome de Miller Fischer. 453 La clínica del SGB se caracteriza por una parálisis fláccida, con distribución comúnmente ascendente, afectando en primer lugar a los miembros inferiores; la enfermedad progresa a brazos o musculatura facial en horas o días. También está presente la arreflexia o hiporreflexia, pudiendo haber disfunción esfinteriana leve. Pueden presentarse síntomas meníngeos, por lo que habría que hacer el diagnóstico diferencial. En el análisis del LCR nos podemos encontrar con elevación de la concentración de proteína. Una variante de este síndrome sería el síndrome de Miller Fischer (SMF) que se caracteriza por oftalmoplejía, ataxia y arreflexia, que representa un 5–10% del total de los casos (16). Se encuentra una sensibilidad de hasta un 97% y especificidad del 98% de este síndrome con el anticuerpo IgG anti – GQ1b (17). También hay una alta especificidad del anticuerpo IgM anti–GM1 en la neuropatía motora multifocal. Dos tercios de los casos están precedidos por una infección aguda. Entre los patógenos implicados podemos encontrar: Campylobacter jejuni, Citomegalovirus, virus de Epstein–Barr, Haemophilus influenzae, virus varicela–zoster, Mycoplasma pneumoniae y VIH. También se encuentra asociación con diferentes vacunas, cirugía, anestesia, embarazo, picadura de insectos o enfermedades sistémicas. 5. Tratamiento Para realizar el tratamiento en estos pacientes debemos tener la sospecha de un SNP, con anticuerpos antineuronales o no. El tratamiento de estos pacientes debe ser cuidadoso, monitorizando sus constantes vitales y aplicando las medidas necesarias en cada caso. La plasmaféresis y la terapia con inmunoglobulinas deben ser individualizadas en cada paciente. Las inmunoglobulinas están contraindicadas en caso de déficit de IgA por riesgo de anafilaxia. Otros tratamientos como 454 corticosteroides y terapias inmunosupresoras se deben valorar teniendo en cuenta la localización y fisiología del tumor. Cuando hay pérdida de células neuronales la terapia inmunosupresora no suele ser eficaz. En cualquier caso, el tratamiento precoz del tumor es lo que mejor predice la estabilización o la mejoría del síndrome neurológico. 6. Conclusiones En pacientes que padecen o no cáncer, determinados síndromes neurológicos deberían hacernos sospechar un SNP. En muchos de estos síndromes, los anticuerpos antineuronales son útiles para sospechar la presencia de un posible tumor e instaurar un tratamiento precoz, con el beneficio que ello conlleva para el paciente. Debemos conocer y buscar estos anticuerpos en pacientes con enfermedad neurológica, además de orientar al clínico en la búsqueda del tumor. 455 BIBLIOGRAFÍA 1. Didelot A. Honnorat J. Update on paraneoplastic síndromes. Curr Opin Oncol 2009 Nov;21(6):566-72. Review. 2. Bataller L, Dalmau J. 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