2nd Sunday of Advent C Homily Who is this man? John the Baptist is one of the most important persons in salvation history. We know his name, something about the clothes he wore, some of the foods he ate, what he did for God and Jesus, the name of his parents (Zechariah and Elizabeth), the name of his aunt and uncle and cousin (Mary, Joseph and Jesus), how he died and the circumstances of his martyrdom. He is a man who was on a mission for God, knew who he was and knew his role for the sake of the Kingdom of God. He carried out his mission and because of him countless souls have been saved for God. Isaiah prophesied about him some 700 years earlier: “A voice cries out: In the desert prepare the way of the Lord.” John the Baptist placed a condition on those who came to him for baptism: they had to repent of their sins. Did John ask each person to state their sins to him or did he ask a question such as: “Are you sorry for your sins?” We don’t know. Scripture doesn’t reveal the formula. Nonetheless, one had to satisfy John the Baptist’s requirement to repent of one’s sins prior to being baptized. The word “repentance” is translated from the Greek word metanoia; defined as: “to have compunction to reverse thinking and behavior.” Therefore, those coming to John the Baptist to receive baptism for the forgiveness of their sins had to make a conscious commitment to change and to reverse the sinful thoughts which led to their sinful behaviors. John the Baptist humbled himself before the Lord and his disciples when he testified: “One mightier than I is coming after me. I am not worthy to stoop and loosen the thongs of his sandals.” In John’s time it was the role of the lowest-ranking slave of the household to remove the sandals from the master’s feet at the end of the day and then wash the master’s feet. On hearing this, John’s disciples and the others must have bowed their heads, in awesome wonder, and, lifting their hearts and minds to Heaven, asked God, “Who is this man!?” Segundo domingo de Adviento Homilía C ¿Quién es este hombre? Juan el Bautista es una de las personas más importantes en la historia de la salvación. Sabemos su nombre, algo acerca de la ropa que llevaba, Opiniones de algunos de los alimentos que comió, lo que acerca hizo por Dios y Jesús, el nombre de son padres (Zacarías y Elizabeth), el hijo tía nombre de y su tío y su primo (María, José y Jesús), cómo murió y las circunstancias de hijo martirio. Él es un hombre que estaba en una misión de Dios, que sabía sabía que era su papel y por el bien del Reino de Dios. Él y el llevado a cabo su misión debido el_ almas Innumerables han sido salvados por Dios. Isaías profetizó acerca el Unos 700 años antes: "Una voz grita: En el desierto preparad el camino del Señor" Juan el Bautista Puesto en condición de leva es para quien sabe el para el bautismo: tenían que arrepentirse de sus pecados. ¿Acaso John Pida a cada persona a expresar sus pecados a él Sobre qué le pidió una pregunta como: "¿Eres tú lástima de vuestros pecados" No sabemos. ¿No Escrituras revelan la fórmula. No obstante, uno debía satisfacer los requerimientos de Juan el Bautista a arrepentirse de sus pecados bautizados antes de ser blanco. La palabra "arrepentimiento" es la traducción de la palabra griega metanoia; definido como: ". tener escrúpulos para revertir el pensamiento y el comportamiento" El Por lo tanto, los que vienen a Juan el bautismo recevoir Bautista para el perdón de sus pecados tuvo que hacer un compromiso consciente para cambiar y para revertir el pensamiento pecaminoso qui llevó a Su pecaminosa comportamientos. Juan el Bautista se humilló ante el Señor y sus discípulos cuando declaró: " Uno más poderoso que yo viene de tras de mi. Yo no soy digno de agacharme para desatarle las correas de las sandalias hijo". En el tiempo de Juan era el papel del esclavo de rango más bajo de la casa para eliminar las sandalias de los pies del maestro al final del día y luego lavar los pies del maestro. Al oír esto , los discípulos de Juan y los demás deben haber inclinaron la cabeza , en la increíble maravilla , y , levantando Sus corazones y mentes al cielo , Dios le preguntó : "¿Quién es este hombre ! ? "