Menores en el centro del debate. Hoy día Cordoba. 7 de febrero de 2011. Por Ernesto Kaplan. El debate por la edad de imputabilidad de los menores, que se acrecentó en los últimos tiempos en la Argentina, abrió las puertas a la necesidad de impulsar reformas de fondo, que permitan dejar atrás el aún vigente Régimen Penal de la Minoridad, aprobado por la última dictadura militar en el año 1980. En la actualidad se está analizando en la Cámara de Diputados un proyecto de ley, con media sanción del Senado, que contempla como penalmente responsables a las personas de 14 ó 15 años que cometan un delito doloso con pena mínima de tres años, y a las de 16 ó 17 años que cometan delitos con pena mínima de dos años. El proyecto de reforma de la ley penal juvenil logró media sanción en septiembre de 2009 y debe ser debatido dentro de los dos años, lo que da poco margen al debate. Pese al apremio de algunos legisladores por sancionar cuanto antes una norma en ese sentido, el juez Alberto Crucella, integrante de la Cámara Sexta del Crimen de Córdoba, sostiene que no es momento para discutir dicha problemática. En coincidencia con lo planteado recientemente por el miembro de la Corte Suprema de Justicia Raúl Zaffaroni, el magistrado cordobés consideró que "sería mucho más prudente esperar a que pase este año electoral", y "priorizar el acceso a la educación de los jóvenes para mejorar su entorno". "A veces por necesidades políticas se aprueban muchas leyes insensatas que después no se pueden aplicar. Por eso considero que sería más conveniente hacer cumplir las leyes vigentes. Cada vez que ocurre un hecho conmocionante se comienza a pedir la famosa baja en la edad de imputabilidad, pero para estos asuntos no hay soluciones mágicas", señaló Crucella en una entrevista con Hoy Día Córdoba. El camarista, quien durante 18 años ejerció el cargo de juez de Menores de Primera Nominación de Córdoba, reconoció sentir "una gran impotencia y preocupación cada vez que tengo que ver los mismos rostros ya no tan infantiles de chicos que se vuelven a sentar en el banquillo de los acusados. Eso nos muestra el fracaso nuestro como sociedad en todo lo que es la política de minoridad". "Esto de bajar la edad de imputabilidad ya se probó en el año 1980, en plena dictadura militar, y no funcionó. La pedagoga chilena Gabriela Mistral decía que los adultos estamos llenos de errores y contradicciones, pero el peor delito que podemos cometer es el olvido de la infancia. Evidentemente, en este país nos hemos olvidado de los chicos. Porque no puede ser que hayan pasado más de 30 años y a nadie le preocupe que nos sigamos valiendo de una ley de minoridad de la dictadura, vetusta y en algunos aspectos hasta inconstitucional", advirtió. El juez de cámara en lo criminal insistió en destacar que "el tema de la imputabilidad a los menores no puede tratarse en forma aislada". "El mismo problema que se presenta con los menores a los 16 años se tendría a los 14 o a los 12 porque esa es una cuestión exclusivamente etárea. Sería mucho más conveniente que el Congreso discutiera cuestiones prioritarias, como pueden ser la profundización de políticas sociales y educativas y la recuperación de los valores familiares y la cultura por el trabajo, que apunten a mejorar el entorno en que viven los adolescentes", resaltó. Finalmente, Crucella afirmó, a modo de conclusión: "el subdesarrollo no se improvisa, se va construyendo a través del tiempo. Y en la Argentina nos hemos especializado en esa materia durante años. En esto todos tenemos cierto grado de responsabilidad. Nosotros desde el Poder Judicial; el Congreso, que se la pasa discutiendo temas siguiendo la agenda mediática; los padres que en muchos casos han perdido la autoridad sobre sus hijos; y, por sobre todas las cosas, el Estado, que durante muchos años ha estado ausente". El recuerdo de Blumberg. El camarista realizó un repaso histórico de las dos corrientes que se impusieron en torno a la discusión sobre la imputabilidad de los menores. "En la Argentina, el problema de la delincuencia juvenil ha tenido dos corrientes. Por un lado, existe un retribucionismo hipócrita, que lo único que plantea es dar respuestas cada vez que aparece un hecho violento, como ocurre ahora con el pedido para bajar la edad de imputabilidad. Con ese criterio, cada vez que un menor cometa un homicidio calificado, ¿vamos a salir a reclamar que se lo linche en una plaza pública, como ocurrió años atrás con los descabellados planteos de (Juan Carlos) Blumberg?", se preguntó. En relación a la otra postura, Crucella dijo que "se trata de un paternalismo ingenuo, que plantea que con los menores está todo bien". "Los dos extremos son malísimos porque los menores no son ángeles ni demonios", aseveró. Jóvenes con menos garantías que un adulto. Cuando se le consultó a Alberto Crucella si en la Argentina existe un serio problema de criminalidad violenta entre los adolescentes de entre 14 y 16 años, respondió de manera tajante: "no es verdad". "Lógicamente, un menor de 15 años que comete un crimen es un hecho conmocionante que vende en los diarios. Pero si uno examina las estadísticas de la criminalidad en la Argentina, se puede comprobar que los delitos cometidos por menores representan un porcentaje menor dentro del contexto general", informó el juez en otro tramo de la entrevista con este diario. Asimismo, aclaró que "tampoco es cierto que los menores entran por una puerta y salen por otra, como se suele decir en los medios". Sobre el particular, indicó que "hoy en día un menor tiene menos garantías que un mayor porque su suerte está atada al capricho del juez que le toque con esta ley de minoridad tan ambigua que tenemos. Muchas veces un menor es detenido por un homicidio y al otro día es liberado, pero en otros casos es apresado por una contravención menor y se lo mantiene detenido durante 35 días en alguna seccional". Frente a las alternativas que se evalúan para darles una mayor contención a los jóvenes, consideró necesario "avanzar en la creación de un sistema de responsabilidad jurídica juvenil que trate a los niños por un lado y a los adolescentes por el otro, e incluso haciendo la distinción si hay mujeres involucradas". "No se puede generalizar y plantear que a partir de los 14 años los menores van a ser imputables para todo tipo de delitos. Hay delitos que no se le pueden imputar a un menor de 14 años porque, de acuerdo a nuestro Código Penal, la madurez mental rige desde los 16", remarcó. Por último, advirtió que "el peligro reside en creer que el ser humano reacciona de la misma manera, cualquiera sea el contexto económico, social o cultural en el que se mueva. Vos no podés plantear que un chico de una villa miseria va a reaccionar de la misma manera que un chico de otro estrato social. Mientras en las villas cada familia siga teniendo más de diez hijos, muchos de los cuales no tendrán acceso a la educación, vamos a seguir teniendo un problema de criminalidad espantoso. A no confundirse, la inseguridad se resuelve con más educación, salud y educación".