GENDARMERIA DE CHILE MODELO DE INTERVENCIÓN EN PERSONAS CON CONSUMO PROBLEMÁTICO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS, RECLUIDAS EN LOS ESTABLECIMIENTOS PENITENCIARIOS CHILENOS Elementos Teóricos del Programa de Tratamiento, rehabilitación y reinserción social, para internos/as con consumo problemático de sustancias psicoactivas 1 I Introducción 3 II Capitulo I Antecedentes 8 III Capítulo II Marco Teórico 19 IV Capítulo III Aproximación a los modelos de tratamiento 36 V Capítulo IV Aproximación a un modelo de tratamiento en el sistema penitenciario 52 VI 63 Bibliografía Anexos 66 Anexo N° 1: Conceptos básicos sobre drogas Anexo N° 2:¿Cuáles son las principales drogas y sus efectos? Anexo N° 3: Modelo Transteórico del Cambio 2 A medida que ha pasado el tiempo, nuestro mundo social y cultural ha ido complejizándose de tal manera que hoy en día es dificultosa su comprensión, los fenómenos sociales son altamente diversos y multicausales, demostrándose casi inoperante una única explicación y resolución. Dentro de los grandes problemas que enfrenta hoy nuestra sociedad están aquellos generados por el consumo de drogas y la comisión de actos delictivos. Cotidianamente la sociedad chilena es impactada por hechos vinculados al tráfico y consumo de drogas. La gravedad de este hecho radica en que la droga no sólo produce daños a la salud de quienes la consumen, sino que genera consecuencias que exceden al ámbito de la salud pública; deteriora la familia y puede ser fuente de conflictos sociales de diversa naturaleza que se expresan en violencia, corrupción y multiplicación de delitos contra las personas y la propiedad, todo lo cual genera inevitablemente, una sensación de inseguridad en la población y puede llegar – en el extremo- a poner en riesgo a las propias instituciones democráticas del país (CONACE 2003: 8). El problema de las drogas presenta para nuestro país un alto costo en recursos humanos y financieros. Existen “costos directos en prevención, tratamiento y rehabilitación, investigación y estudios, servicios policiales, sistema judicial y penitenciario, sistema de salud y otros. Además, hay costos indirectos tales como baja de la producción en el sistema laboral, pérdidas económicas por morbilidad y mortalidad asociadas al consumo de drogas, y por daños a los bienes o pérdidas de ellos” (CONACE 2003:12). Frente a esta realidad, aparece inmediatamente la pregunta: ¿por qué invertir en tratamiento cuando ya el Estado y la ciudadanía está gastando suficiente dinero y recursos en resolver los problemas de los consumidores de drogas y sus consecuencias? Para responder a esta pregunta, es considerar tres perspectivas, que son complementarias y sinérgicas entre sí. necesario La primera es una perspectiva ética. Reconociendo que la drogodependencia es una enfermedad crónica tratable, es un imperativo ético el brindar la posibilidad de tratamiento de manera oportuna y de calidad a la población que lo requiere. 3 La segunda, es una perspectiva económica. Considerar el aspecto económico implica reconocer que a la larga, el costo en tratamiento siempre es significativamente menor que el no tratar a las personas con este tipo de enfermedades, dado el alto gasto social y sanitario que implica para sí mismo como para su entorno inmediato y la sociedad en general. Por lo tanto, invertir en tratamiento, se convierte en definitiva en ahorro para el país. La tercera y última perspectiva a considerar dice relación con la seguridad ciudadana. Diversa literatura internacional respalda que invertir en tratamiento y rehabilitación disminuye considerablemente las probabilidades de recaída, tanto en consumo de drogas como en la comisión de nuevos delitos, en aquellas personas consumidoras problemáticas de drogas que han tenido problemas con la justicia. En este sentido la Oficina Contra la Droga y el Delito de las Naciones Unidas 1 , es enfática en plantear que los profesionales y técnicos encargados de proporcionar el tratamiento de la dependencia deben ampliar sus responsabilidades y centrarse también en los siguientes fines, importantes desde el punto de vista social: • Trabajar con los empresarios y los organismos de bienestar social para que los afectados recuperen sus puestos de trabajo o encuentren trabajo • Trabajar con los organismos de justicia penal y los agentes de libertad condicional y de libertad vigilada para conseguir que la persona no vuelva a cometer delitos relacionados con drogas y vuelva a ser encarcelado; • Trabajar con los organismos de bienestar familiar y con las familias para que las personas vuelvan a desempeñar su función familiar en forma responsable, o la asuman, especialmente la de padre o madre, cuando no se ha ejercido anteriormente. 1 Porque Invertir en el Tratamiento del Abuso de Drogas. Oficina Contra la Droga y el delito Naciones Unidas 2003. 4 Estos son los problemas relacionados con la dependencia que más afectan a la sociedad, y su reducción o eliminación es lo que la sociedad espera de toda intervención “eficaz". Tampoco podemos dejar de señalar que los resultados del tratamiento son sustancialmente mejores si, además de tratarlos en el sistema privativo de libertad, se realiza un seguimiento y/o una continuidad del tratamiento en el medio libre. En vista de las consideraciones anteriores es que el Estado chileno desde 1990 hasta la fecha, ha impulsado una estrategia de abordaje del problema de las drogas 2 , creando el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (CONACE) y su Secretaría Ejecutiva; la Política y Plan Nacional de Prevención y Control de Drogas (1993), la ley de Drogas N° 19.366 (1995) y sus respectivas modificaciones, Ley Nº 20.000 y la implementación de un sistema de coordinación y ejecución de programas e información y sensibilización ciudadana que se plasma en la Estrategia Nacional sobre drogas 2003 – 2008 cuyo objetivo es reducir el consumo de drogas hacia el año 2008. (2003) La inserción de Chile en el dinámico mundo globalizado, ha impulsado readecuar las “Políticas y Planes en materia de drogas, diseñando una Estrategia más moderna y acorde a los nuevos desafíos. Se trata de conciliar el proceso de globalización y liberalización comercial con regulaciones y políticas que permitan prevenir el consumo, rehabilitar a los adictos y controlar el tráfico ilícito de estupefacientes, sustancias psicotrópicas y delitos conexos” (CONACE. 2003:5). En cuanto al vínculo entre el problema social del consumo de drogas y la comisión de delitos, y sin querer establecer un criterio de causalidad, se ha evidenciado que mantienen un alto nexo adquiriendo esta nueva problemática una doble y triple complejidad. En el “Estudio acerca del Consumo de Alcohol y otras drogas en reclusos condenados por el delito de robo con violencia e intimidación”, 2 “El problema de las drogas se define como “el cultivo, producción, fabricación, venta, demanda, tráfico y distribución ilícita de estupefacientes, sustancias psicotrópicas, incluyendo los estimulantes de tipo anfetamínicos, el desvío de precursores y delitos conexos” (Declaración Política del XX Período Extraordinario de Sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas, Junio de 1998)” en Estrategia Nacional sobre Drogas 2003-2008. Gobierno de Chile. 2003. 5 realizado por CONACE (año 2001), se observa que el 26% de las personas entrevistadas, declara haber cometido el primer delito bajo la influencia de alguna droga, y el 41% declara lo mismo respecto al delito por el cual están actualmente condenados/as, mientras el 40% declara haber delinquido única y exclusivamente para comprar droga. Es decir, nos encontramos con un alto porcentaje de personas que incurre en actos delictivos bajo la influencia de sustancias psicotrópicas y en un considerable porcentaje, se ven motivados /as a cometer tales actos por la necesidad de financiamiento para su consumo. Por otro lado, si agregamos su inserción en la dinámica del círculo de la pobreza nos encontramos con una situación de marginalidad y exclusión social. Es decir, estamos en presencia, de sujetos /as que consumen drogas, que cometen algún delito y que se encuentran en situación de pobreza. Por lo tanto, es fundamental tener en consideración la variabilidad y multiplicidad de factores intervinientes en la problemática planteada y en los modos de actuar en términos de tratamiento, rehabilitación e integración social. En este sentido, se ha constituido en una imperiosa necesidad en el ámbito nacional, el establecimiento de una estrategia gubernamental, interministerial que aborde el problema bio-psico-socio-cultural de dependencias a drogas y comisión de delitos, que ha tenido una evolución y desarrollo a través de la creación e implementación de diversas iniciativas y Programas de Asistencia en Tratamiento y Rehabilitación para esta población. A partir del proceso de evaluación realizado por Gendarmería de Chile y CONACE respecto al abordaje terapéutico a internos/as que presentan problemas de drogas a través del Programa de Asistencia en Tratamiento y Rehabilitación, se ha podido constatar la necesidad de desarrollar un plan de intervención terapéutico estandarizado y específico para esta población, que permita resguardar la calidad de la atención. En este sentido, se constituye en el año 2003 una mesa de trabajo con el objetivo de elaborar un programa de intervención en drogodependencias para personas privadas de libertad, que permita orientar a los equipos profesionales de los centros de tratamiento de los establecimientos penitenciarios sobre los procedimientos a considerar al momento de abordar la problemática del consumo de drogas. Esto es, definir el marco teórico a la base de la intervención, la definición de las prestaciones a brindar de acuerdo a los niveles de complejidad referido al consumo de sustancias v/s magnitud del delito cometido, los criterios diagnósticos a utilizar, el perfil de los beneficiarios, criterios de ingreso y egreso, la definición de roles y funciones de los técnicos y profesionales del sistema. Es decir, establecer el modelo de programa terapéutico propiamente tal a utilizar en el sistema penitenciario chileno. 6 El presente documento, Tomo I : constituye el resultado del trabajo realizado y corresponde al marco teórico que sustenta la intervención terapéutica detallada en el Tomo II y tiene por objetivo aportar al desarrollo de esta temática compleja y emergente. 7 1. El contexto nacional y el tratamiento de la drogodependencia. En nuestro país, hace ya algunas décadas el consumo de alcohol y drogas, se constituye en una problemática necesaria de atender, surgiendo desde el Estado y desde las organizaciones no gubernamentales (ONGs) respuestas a las urgentes necesidades de la población. Las primeras iniciativas surgen desde el Ministerio de Salud, en la década de los 50´ y 60´, con la creación de los primeros centros o unidades de desintoxicación (postas antialcohólicas) para personas con problemas de consumo de alcohol. Paralelamente surgen grupos de autoayuda, tales como alcohólicos anónimos (AA) y la Unión de rehabilitados y alcohólicos de Chile (URACH). Con posterioridad, en la década de los 80’, y por efecto del aumento del consumo de drogas ilícitas, surgen diversas iniciativas desde el ámbito no gubernamental y privado solidario para dar respuesta a la emergente demanda por programas de tratamiento. Tienen especial relevancia las iniciativas de las iglesias evangélicas y católicas, quienes utilizan el Modelo Comunidad Terapéutica a partir de experiencias extranjeras (España y Colombia principalmente). Es a partir de la década de los noventa, cuando la temática del consumo de alcohol y drogas se constituye en ámbito de prioridad en la salud pública. Se elabora la Política y Plan Nacional de Salud Mental del Ministerio de Salud, donde se define como área prioritaria el “Beber Problema y Consumo de Drogas” (CONACE, 2003), otorgando tratamiento en la Atención Primaria de Salud, servicios de psiquiatría en hospitales generales y Centros Comunitarios de Salud Mental familiar, entre otros. En 1995, con la promulgación de la ley 19.366 que sanciona el tráfico ilícito de estupefacientes y de sustancias psicotrópicas, el Ministerio de Salud (MINSAL) crea el “Programa de rehabilitación de personas con problemas de drogas y alcohol”. Un año después, se diseña y da a conocer el Reglamento para los Establecimientos de Rehabilitación de Personas dependientes de Sustancias Psicoactivas, a través de la modalidad Comunidad terapéutica (DFL 2298). Paralelamente el Ministerio de Salud elabora el “Manual de Orientaciones Técnicas para el Tratamiento y Rehabilitación de Personas con problemas de drogas” y publica un catastro de lugares de atención. 8 Por otra parte, el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (CONACE), otorga apoyo financiero a organizaciones que brindan tratamiento a través de la modalidad de proyectos concursables desde 1996 hasta 1998. En 1999 se establece una alianza estratégica entre CONACE-MINSAL para la instauración del Subprograma de Tratamiento y Rehabilitación, otorgando financiamiento a centros de tratamiento a través de la modalidad de compra de cupos ambulatorios y residenciales (CONACE, 2000). Hacia fines del año 2000 y principios del 2001, CONACE en conjunto con el MINSAL, elaboran el “Programa de Apoyo a Planes de Tratamiento y Rehabilitación para personas con problemas derivados del consumo de sustancias estupefacientes y/o psicotrópicos”, el cual administrado por el Fondo Nacional de Salud (FONASA), viene a apoyar el programa matriz del Ministerio de Salud respecto a la problemática del uso y consumo de drogas. CONACE apoya técnica y financieramente los siguientes planes de tratamiento: ambulatorio básico, ambulatorio intensivo y residencial, quedando a disposición del Ministerio de Salud, el plan de primera respuesta, el plan de desintoxicación, manejo del síndrome de deprivación y el de compensación de patología dual. En términos generales, la ayuda se sitúa en el ámbito público en Hospitales generales, Hospitales Psiquiátricos, Hospitales y centros de día, Servicios de Psiquiatría, Centro de Salud Mental Familiar (COSAM) y Consultorios de Atención Primaria. Y en el ámbito privado se sitúa principalmente en Comunidades Terapéuticas (MINSAL, 2000). Como se puede observar dentro del proceso de instalación de los programas de tratamiento y rehabilitación, las iniciativas tendientes a la atención de la población del sistema penitenciario, inicialmente no formaban parte del diseño técnico de los programas gubernamentales, sino sólo hasta comienzos de la presente década. 2. Estrategia Nacional sobre el Consumo de Drogas. Dado el hecho innegable de que la drogodependencia puede acarrear problemas individuales y sociales de gran envergadura, relacionándose muchas veces esta conducta con una no menos grave como es la comisión de algún acto delictivo generando una espiral de cada vez mayor complejidad – droga – delito – violencia - seguridad, es que el Estado se hace cargo de esta situación. A partir de la evolución que ha tenido el fenómeno de las drogas y del desarrollo de las diversas iniciativas impulsadas por el gobierno a través 9 del Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes – CONACE; programas de prevención comunitaria, laboral y educacional; programas de tratamiento y rehabilitación, desarticulación de bandas y organizaciones criminales, incautaciones de drogas, entre otras, es que surge en la presente década la necesidad de reformular la Política y Plan Nacional de Drogas vigentes desde 1993, para ajustarla a las exigencias y cambios acontecidos con el problema de drogas a escala nacional e internacional. Es así como a la luz de los resultados obtenidos, la experiencia acumulada y los nuevos conocimientos se construye la nueva Estrategia Nacional sobre Drogas 2003-2008, que se plantea como una política sostenida en el tiempo que va más allá de la contingencia inmediata y es capaz de ofrecer al país una línea consistente y proyectada en el horizonte del largo plazo y cuyo fin es reducir el consumo y tráfico de drogas hacia el año 2008. La Estrategia Nacional sobre Drogas se ha estructurado a partir de ciertos principios que expresan la forma de abordar el problema de las sustancias ilícitas en Chile y que debieran estar presentes en los programas que las instituciones del Estado y la sociedad civil lleven a cabo en la búsqueda del logro de los objetivos estratégicos que la componen. Estos principios son: 1.- Integralidad de la respuesta. Implica una mirada amplia y multidimensional, capaz de comprender que los problemas asociados tienen motivaciones culturales, sociales y económicas; de entender que este fenómeno ejerce impacto sobre la salud de las personas y grupos, sobre la dinámica social y económica de la sociedad, sobre las normas que rigen el tejido social, y sobre la seguridad nacional e internacional. Por tanto, sus soluciones requieren considerar la conexión entre estas distintas dimensiones. Este principio implica también la necesidad de realizar abordajes y acciones multisectoriales. 2.- Corresponsabilidad. En el ámbito público se refiere a la necesidad de considerar la participación activa de todos los sectores y organismos públicos para aunar esfuerzos en el cumplimiento de la Estrategia y también adecuando ésta a los propios fines, propósitos y políticas de cada ministerio y servicio en una relación sinérgica. 3.- Equilibrio entre las acciones destinadas a la reducción de la demanda y las dirigidas al control de la oferta. A mayores logros en reducir la demanda y el abuso de drogas, menos posibilidades tendrá el narcotráfico de expandir sus mercados y menores serán los delitos y situaciones de violencia derivados del abuso de sustancias. Por otra parte el impacto de las acciones destinadas a perseguir y sancionar el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias 10 psicotrópicas, en la reducción de la oferta, se traduce en una menor disponibilidad y acceso a las drogas de miles de consumidores. 4.- Participación social. Un mayor impacto en la reducción de la demanda y de los costos asociados al consumo de drogas, resulta más eficaz y eficiente si la comunidad se moviliza, aprovechando y reforzando sus redes e iniciativas en el espacio local y potenciando los recursos de la propia sociedad civil para enfrentar el problema. Dentro de los principales objetivos planteados por la Estrategia Nacional de Drogas están el “Rehabilitar y reinsertar socialmente a personas afectadas por el consumo de drogas, mediante oportunidades de tratamiento y programas de reinserción” y “Disminuir el consumo de drogas en grupos vulnerables o en riesgo social” (Objetivos estratégicos Nº3 y Nº6 respectivamente - CONACE. 2003: 18), situándose dentro de estos, el tratamiento y rehabilitación de personas con problemas de drogas que están privadas de libertad. En el marco de esta misión y de estos objetivos, es que se sitúa el trabajo conjunto entre CONACE y Gendarmería de Chile. 11 3.- La preocupación Institucional: Gendarmería de Chile. La misión de Gendarmería de Chile es vigilar, atender, asistir y contribuir a la reinserción social de las personas que por disposición de la ley son recluidas en los recintos penitenciarios del país. Para dar cumplimiento a esta misión se ha establecido el Modelo Básico de Tratamiento Penitenciario, el cual ha dado lugar a la presencia de un ideal resocializador como filosofía movilizadora de la ejecución de las penas, conectada también, a una mayor humanización de las instituciones carcelarias. Es en este marco en el cual se instala el Programa de Intervención en personas con consumo problemático de sustancias psicoactivas, recluidas en los establecimientos penitenciarios, que se puede llevar a cabo gracias al desarrollo social de los sistemas penitenciarios Cabe señalar que el año 1996 Gendarmería inicia actividades orientadas a intervenir en la población penal mediante acciones de prevención, en un primer momento, y de tratamiento en una etapa posterior, desde un enfoque socio-sanitario. El énfasis de las actividades ha estado en la prevención, luego en la investigación y desde 1998 en el tratamiento de internos con consumo problemático de drogas, que se expresa en la creación de la Comunidad Terapéutica Monseñor Carlos Oviedo Cavada en el Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de Colina I (desde el año 2002 denominada “Nueva Vida”), con una capacidad de 20 internos con sistema residencial. Desde esta primera iniciativa hasta la actualidad se han creado 11 centros de tratamiento para personas con consumo problemático de drogas en 9 recintos penitenciarios a lo largo del país. (ver cuadro Nº 1) y se ha estipulado para los próximos años y en el marco de la política de creación de cárceles concesionadas, que éstas deberán incorporar, tanto en el proyecto arquitectónico como en el programa de reinserción social, el tratamiento de adicciones en población recluida. Es necesario destacar el programa de Asistencia Sistemática de Tratamiento y Rehabilitación (ASISTYR) que ha brindado tratamiento biopsicosocial a reclusos dependientes de las drogas y alcohol a través de un modelo de intervención, de tipo personalizado y multidisciplinario, estructurado en etapas y fases, con intervención de la familia y la red de apoyo externo. El tratamiento se ha desarrollado a través de un modelo de comunidad terapéutica, en el cual los internos viven durante, más o menos, un año calendario en un sistema residencial o ambulatorio. Este programa se complementa con el desarrollo de intervenciones de prevención universal, selectiva e indicada, dirigidas al resto de la 12 población penal y ejecutadas por los mismos equipos de los centros de tratamiento y rehabilitación de drogas de los recintos penitenciarios, o internos/as que se encuentran en etapas avanzadas del tratamiento, complementándose con seminarios de capacitación en prevención y rehabilitación para los equipos de profesionales. Si bien, las comunidades terapéuticas intrapenitenciarias se han constituido en una iniciativa implementada desde hace muy poco tiempo (específicamente en 1999), su importancia en otorgar mejores condiciones de vida a los internos/as con problemas de drogas se ha hecho fundamental. Durante el año 2000, el Ministerio del Interior y Gendarmería de Chile suscriben un convenio de colaboración, técnico-financiero, denominado “Plan de Intervención integral en drogas dirigido a personas privadas de libertad” (decreto exento Nª 1365 del 6/12/2000) que tiene como objetivo estratégico el “crear condiciones institucionales para favorecer un estilo de vida saludable dentro de los recintos penitenciarios, promocionando los beneficios de una vida comunitaria saludable, limpia y libre del consumo de drogas en aquellos internos que presentan un mayor nivel de vulnerabilidad, de tal modo de responder satisfactoriamente tanto a las políticas nacionales de prevención secundaria del delito como a las políticas de prevención y rehabilitación de personas adictas a sustancias ilícitas.....” y mediante la firma de reiterados convenios de colaboración (anuales) se traduce en la instalación, implementación y desarrollo de Centros de Tratamiento y Rehabilitación para personas privadas de libertad. La Secretaría Ejecutiva de CONACE, a través de su área de tratamiento y área de capacitación y proyectos, y el departamento de readaptación de Gendarmería de Chile, son los responsables de operacionalizar e implementar estos convenios. 13 Cuadro Nº 1- Centros de Tratamiento en los establecimientos penitenciarios Región Región Metropolitana I Región II Región V Región VII Región VIII Región Nombre del Establecimiento Centro de Penitenciario. Tratamiento y Rehabilitación “Nueva Vida” Centro de Cumplimiento Penitenciario de Colina “Trascender” Centro Penitenciario femenino de Santiago “Volver a nacer” Centro de Cumplimiento Penitenciario de Arica Población Atendida. “En busca de un Centro nuevo camino” Penitenciario Femenino de Arica “Nuevo Centro de Amanecer” Cumplimiento Penitenciario (C.C.P.) de Iquique. “Tamarugal” Centro de Cumplimiento Penitenciario (C.C.P.) de Antofagasta. “Hacia un nuevo Centro camino” Penitenciario Femenino (C.P.F.) de Antofagasta. “Suricata” Centro de Cumplimiento Penitenciario (C.C.P.) de Valparaíso. “Amor por el Centro de cambio Cumplimiento presente” Penitenciario (C.C.P.) de Talca. “Alwe” Centro de Cumplimiento Mujeres, 14 internas mayores de 18 años Mujeres, 20 internos mayores de 18 años Capacidad Hombres, 20 internos mayores de 18 años Mujeres, 20 internas mayores de 18 años Hombres, 12 internos mayores de 18 años Hombres, 25 internos mayores de 18 años Mujeres, 25 internas mayores de 18 años Hombres, 20 internos mayores de 18 años Hombres, 25 internos mayores de 18 años Hombres, 12 internos mayores de 18 14 IX Región “Renacer” Penitenciario (C.C.P.) de Concepción. Centro de Detención Preventiva (C.D.P) de Angol años Hombres, 16 internos mayores de 18 años 4. El contexto nacional y la relación entre el problema de la delincuencia y el consumo de drogas. Los estudios sobre prevalencia de consumo de drogas en la población general, realizados cada dos años, desde 1994, por CONACE, han permitido visibilizar la magnitud de la problemática del consumo de drogas en Chile, y su evolución a lo largo del tiempo. De acuerdo con el estudio 2002 y en términos generales, se observa un aumento moderado en el consumo de drogas respecto al informe anterior (2000), y se rescatan los siguientes datos específicos: La tasa de consumo reciente (de acuerdo a prevalenciade consumo último año: proporción de personas que ha probado alguna droga en los últimos 12 meses) de drogas ilícitas (marihuana, pasta base, clorhidrato de cocaína, crack, heroína, éxtasis y/o alucinógenos , LSD u otros ácidos, Fenilciclidina, PCP o polvo de ángel, Peyote o San Pedro y Mescalina), alcanzó un 5,68 %, esto es, alrededor de 476 mil personas. • La droga ilícita más consumida en Chile es la marihuana (tasa de consumo:5,17%), le sigue el clorhidrato de cocaína (tasa de consumo:1,57) y luego la pasta base (tasa de consumo:0,51). • El uso de drogas se encuentra altamente concentrado en los jóvenes (entre 19 y 25 años), le sigue el segmento de la población adulta joven entre 26 y 34 años y posteriormente los menores entre 12 y 18 años. • Los hombres tienen prevalencias de consumo de drogas considerablemente más altas que las mujeres, con relaciones que van de 4:1 en el caso de la marihuana, 5:1 en la cocaína y 10:1 en el caso de la pasta base. • Entre los menores estas diferencias de consumo entre hombres y mujeres son más estrechas, especialmente en la marihuana con razón 2:1, manteniéndose 15 inalterable respecto al consumo de cocaína y su razón 5:1, siendo levemente mayor en las mujeres respecto al consumo de pasta base. • El uso de drogas está presente en todos los niveles socioeconómicos, aunque con ciertas diferencias. El consumo de marihuana oscila en alrededor del 5% en los NSE (Nivel socio económico) Alto y Medio, y se acerca al 6% en los NSE Bajo. La cocaína se intensifica en los NSE Medio y Bajo alcanzando diferencias de 2:1 respecto al NSE Alto, y prevaleciendo el consumo de pasta base en el NSE Bajo con diferencias de 10:1 respecto al NSE Alto. Respecto a los estudios existentes que interconectan el consumo de drogas y la comisión de actos delictivos en Chile, se debe mencionar la investigación realizada por CONACE (2001) y la realizada por la Unidad Nacional de Investigación Criminológica de Gendarmería de Chile (UNICRIM - 2002). El primero consiste en una investigación centrada principalmente en el consumo de drogas ilícitas, (prevalencia de vida) antes de su reclusión en condenados/as, entre 18-35 años de edad, por robo con intimidación y violencia. La población estudiada correspondió a 9 establecimientos penales de todo el país (1.217 internos), y sus principales hallazgos son: • 89% de los entrevistados declara haber consumido marihuana, el 59% pasta base, 43% cocaína, el 33% anfetaminas y 27% chicota. • 39.5% declara haber consumido drogas ilícitas por más de 5 años y el 45,2% declara haber consumido diariamente. • 74% de las mujeres declara haber consumido pasta base de cocaína y el 50% de haberlo realizado diariamente. • El 44% declara consumir drogas habitualmente antes de los 14 años. • 80% declara haber usado más de una droga en su vida y el 32% declara haber usado 5 o más drogas. • 26% declara haber cometido el primer delito bajo la influencia de alguna droga, mientras que el 41% declara lo mismo respecto del delito por el cual están actualmente condenados. • 40 % declara haber delinquido única y exclusivamente para comprar droga. 16 • El 60% de los que han abusado de la droga reconoce haber cometido delitos bajo la influencia de las drogas y el 68% haber delinquido alguna vez sólo con el propósito de conseguir drogas. • Se observa que los reincidentes consumen una mayor cantidad de droga que los primarios. • 28% de los reclusos ha participado en algún programa de prevención y el 26% declara haber participado de algún programa de rehabilitación dentro o fuera del recinto penal. El segundo estudio realizado durante el año 2002, tuvo por finalidad investigar sobre el consumo de alcohol y drogas pre-carcelario e intracarcelario en la población penal de la quinta región, con un tamaño muestral total de 681 personas, estratificada según subsistema y sexo, y distribuidos según establecimiento penitenciario. Del presente estudio se rescatan los siguientes datos: • Entre los reclusos de la V región, las tasas de prevalencias de último año son de 14 por 100 para marihuana, 2 por 100 para pasta base, 5 por 100 para cocaína y 2 por 100 para anfetaminas. • Respecto al consumo de drogas por subsistemas penitenciarios, del medio cerrado, y respecto a los varones, las mayores tasas de consumo de marihuana se observan en los subsistemas menores (94,1), cerrado (77,2) y CET 3 (76,3%). • En el caso de las mujeres, aquellas que se encuentran en el subsistema Cerrado Adultos han consumido más que aquellas que se encuentran en el subsistema de Libertad Vigilada (50,6% y 25,9 % respectivamente). • Un 20,2% de los hombres y un 15% de las mujeres ingería alcohol o drogas ilícitas con la intención de delinquir. 3 CET: Centro de Estudio y Trabajo. Establecimiento que contempla tratamiento de reinserción social, basado principalmente en la capacitación y el trabajo. 17 • Un 19% de los delitos cometidos por varones y un 15% de los delitos de las mujeres se realizan con la intención de conseguir alcohol y/o drogas ilícitas. • En el caso de los reclusos del subsistema menores el porcentaje de delitos realizados para conseguir drogas asciende al 29% y a casi el 25% en los reclusos del subsistema cerrado adultos. En las mujeres de este último subsistema el porcentaje es de 19%. (UNICRIM. Universidad de Chile: 2002) Son estos los antecedentes que justifican la creación de un Modelo de Intervención en personas con consumo problemático de sustancias psicoactivas recluidas en los establecimientos penitenciarios, adecuado a las características y particularidades de los internos/as con problemas de abuso y dependencia a drogas dentro de los sistemas penitenciarios. Siendo los principales focos de atención de este programa la prevención, el tratamiento, rehabilitación e integración social, definiendo áreas de intervención que permitan cumplir con las temáticas planteadas. 18 El objetivo de construir un Modelo de Intervención en personas con consumo problemático de sustancias psicoactivas, que unifique criterios para todos los Centros de Tratamiento y Rehabilitación penitenciario y que contemple la realidad carcelaria y el perfil del usuario del programa, se constituye en una ardua labor. En este marco de trabajo es necesario revisar ciertos aspectos teórico-conceptuales que permitan orientar de mejor modo el acercamiento, comprensión y resolución de esta compleja problemática. 1. Respecto a la etiología del consumo de drogas: algunos elementos conceptuales. A medida que los modelos teóricos explicativos de la drogodependencia basados en la influencia de un único factor o dimensión interviniente han comenzado a evidenciar su limitación comprensiva frente a la problemática, se ha ido configurando un amplio consenso respecto al carácter multifactorial de la drogodependencia. De acuerdo con esto, surgen diversos modelos teóricosmultidimensionales, entre los cuales se destaca el Modelo Biopsicosocial 4 y el Modelo de Competencia social. Estos explican la etiología de la drogodependencia en relación con la intervención de tres dimensiones básicas como lo son las sustancias (drogas) que poseen determinadas propiedades farmacodinámicas (relativo a la dinámica y efectos que un fármaco tiene en el organismo), un sujeto con particulares características personales que las ingiere; y la naturaleza del contexto sociocultural en el que ese consumo se produce, que se traduce en ciertas normas, valoraciones, significados y representaciones sociales que se dan en torno al consumo. Lo importante a considerar es la dinámica en la interrelación de estos diversos factores, la cual varía según el espacio y tiempo histórico-cultural en la cual se da. De acuerdo con diversas explicaciones del uso, abuso y dependencia de drogas, lo importante a tener en consideración es que “no existe ni un 4 El modelo Bio-psico social implica reconocer la naturaleza biológica, psicológica y social de la drogodependencia, confluyendo variables propias de la sustancia, del consumidor y del contexto social de la persona y la interacción entre los diferentes factores. Para una comprensión más detallada de este modo de intervención, ver acápite respecto al Modelo de intervención Bio-psico-social. 19 único motivo para iniciar y mantener el consumo de drogas, ni una manera exclusiva de volverse drogodependiente (...), sólo a partir de la consideración de los tres vértices del mismo triángulo “sujeto, sustancia y contexto”, se puede alcanzar una visión más objetiva de la realidad” (CONACE.2002: 3) tríada, se debe señalar que: Respecto a las dimensiones interdependientes de la a) la sustancia: refiere a los diversos tipos existentes, la cantidad y frecuencia de consumo, las vías de administración en el suministro y a la existencia posible de consumos asociados (policonsumo). b) el sujeto: interacción de las dimensiones psicológicas y sociales (características de la personalidad, habilidades sociales, introyección de pautas culturales, aprendizajes y experiencias de vida, etc.) y físicas (sexo, edad, contextura física, predisposición genética, etc.) con las distintas sustancias; c) el contexto: refiere a las características socioculturales del ambiente en el que se desarrolla el consumo, tales como la familia, grupo de pares, instituciones de pertenencia, medio macrosocial geográfico y cultural (pertenencia a culturas de consumo de sustancia, valoración cultural del consumo dentro de grupos sociales, etc.), aceptación o sanción social, leyes, disponibilidad de la droga. En relación con la multifactorialidad y multidimensionalidad del consumo de drogas, se pueden considerar una serie de factores de riesgo, que favorecen en mayor o menor medida las probabilidades de desarrollar un consumo problemático de drogas. Factores de riesgo y protección Hemos señalado anteriormente que el consumo de drogas es un problema de gran complejidad, generado por diversos factores asociados de índole individual, familiar, escolar, comunitaria y laboral. En este contexto, ha resultado de gran utilidad la aplicación del enfoque de riesgo en la planificación y desarrollo de intervenciones dirigidas a los diferentes escenarios donde se presenta el consumo de drogas. El enfoque de riesgo se basa en la observación del hecho que todas las personas, familias o comunidades no tienen la misma probabilidad 20 o riesgo de sufrir un daño (en este caso, verse afectados por el consumo de drogas), sino que para algunos esta probabilidad es mayor que para otros. La posibilidad de medir el grado de riesgo se relaciona con la identificación, selección y análisis de factores de riesgo. Estos últimos son definidos como características o circunstancias de naturaleza biológica, psicológica o social cuya presencia aumenta la probabilidad de que se presente un problema de drogas. Los factores de riesgo se entremezclan de forma muy dinámica. Su fuerza puede cambiar de un grupo a otro o de un individuo a otro. Los factores de protección se definen como cualquier circunstancia o evento de naturaleza biológica, psicológica o social, cuya presencia disminuye la probabilidad de que se presente un problema de drogas. Al igual de lo que sucede con los factores de riesgo, tienen un carácter dinámico y varían de persona a persona, familia o comunidad a otra. Tanto los factores de riesgo como los de protección poseen otra característica: son complementarios. Esto significa que la presencia de un factor de riesgo por sí solo no determina la aparición de un problema social. Lo que sí lo determina es la conjunción de factores de tipo psicológico, social, económico, cultural, político, entre otros. La presencia de factores de riesgo aumenta la probabilidad de que una persona consuma drogas, mientras que los factores de protección actúan de forma contraria, ya que contribuyen a disminuir el riesgo. La identificación y fortalecimiento de los factores de protección en los individuos, familias y comunidades, permite el desarrollo de potencialidades que sirven como verdaderos “escudos” que los resguardan frente al riesgo de consumir drogas. Como ejemplo de los principales factores de riesgo y protección asociados a la aparición del consumo de drogas podemos citar: Cuadro Nº 2 : Factores de riesgo y de protección. 21 FACTORES DE RIESGO FACTORES DE PROTECCIÓN En lo personal: - Dificultad para el manejo de las emociones. - Impulsividad. - Problemas con la autoestima y autoconcepto. - Dificultad para postergar la satisfacción. - Intolerancia a la frustración. - Curiosidad y búsqueda de nuevas sensaciones. - Predisposición genética hacia el consumo de alcohol u otras drogas. - Poca claridad en el proyecto de vida. En lo personal: - Autoconcepto sano. - Capacidad para comunicarse. - Capacidad para manejar las emociones e impulsos. - Capacidad para postergar la satisfacción inmediata de necesidades. - Capacidad para manejar la presión del grupo. - Habilidad para la toma de decisiones. - Presencia de un proyecto de vida. - Habilidad para resolver problemas. - Pensamiento autónomo y crítico. - Claridad en el sistema de valores. - Sentido de trascendencia. - Valoración de la salud. En lo familiar: - Abandono, - Poco reconocimiento y expresión de afecto. - Ausencia de normas y límites claros. - Ausencia de respeto y disciplina. - Poca claridad en los valores. - Modelos paternos autoritarios o muy rígidos. - Maltrato y violencia intrafamiliar. - Problemas de comunicación. - Conflictos familiares frecuentes. - Patrones familiares de consumo de drogas. - Patrones familiares de conductas delictivas En lo familiar: - Apego y vínculo - Familia integrada. - Límites claros y explícitos. - Disciplina. - Comunicación abierta. - Ambiente de armonía y afecto. - Claridad en los valores familiares. - Reconocimientos de los logros. - Necesidades básicas cubiertas. - Participación en actividades y responsabilidades del hogar. En lo comunitario: - Escasa organización En lo comunitario: y participación 22 FACTORES DE RIESGO - comunitaria. Actitud permisiva frente al consumo de drogas. Disponibilidad de drogas y presencia de tráfico. Ausencia de solidaridad y espíritu de trabajo. Desarraigo cultural. Carencia de líderes comunitarios. Ambiente de violencia y maltrato. - En lo social: - Crisis de valores. Pocas oportunidades educativas. Empobrecimiento creciente de la población. Exclusión social. Desempleo. Programas de prevención insuficientes. Presencia de redes de distribución de drogas. Nuevas modalidades de penetración de las drogas. En el recinto penitenciario: - FACTORES DE PROTECCIÓN Elevados niveles de organización y participación comunitaria. Actitud crítica frente al consumo de drogas. Solidaridad. Espíritu de trabajo comunitario. Escasa disponibilidad de las drogas. Jóvenes incorporados al sistema escolar. Presencia de líderes positivos. Promoción de valores culturales. Ambiente de seguridad. Área de recreación, cultura y deporte. Red de apoyo local. En lo social: - - - Políticas y programas efectivos de prevención del tráfico y consumo de drogas. Red de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales de apoyo. Existencia de oportunidades de estudio y empleo. Promoción del desarrollo humano y social. - . - . En el recinto penitenciario: Subcultura carcelaria. Internalización de pautas de la subcultura carcelaria Presencia de redes de distribución de Participación en actividades de tratamiento. Vinculación con las redes familiares o de apoyo 23 FACTORES DE RIESGO - - drogas al interior del recinto. Presión de líderes negativos al interior de la cárcel. Conductas que llevan consigo la medida aplicación de alguna disciplinaria. No incorporarse a programas de intervención. Carencia de redes familiares de apoyo. FACTORES DE PROTECCIÓN - Bajo compromiso delictivo Escaso nivel de internalización normas de la cultura carcelaria. Escolarización Beneficios intrapenitenciarios. de La manera como operan los factores de protección y los de riesgo no es estable ni constante; su interacción es dinámica y se modifica de manera interactiva durante el curso de la vida. Este hecho permite la posibilidad de diseñar intervenciones dirigidas a potenciar y fortalecer los factores de protección y minimizar los factores de riesgo. 2.- Drogas Clasificación 5 : La droga debe ser entendida como toda sustancia que, introducida en el organismo produce cambios en la percepción, en las emociones, el juicio o el comportamiento, siendo susceptible de generar en el usuario/a una necesidad de seguir consumiéndola 6 . 5 Ver anexo 2 Bajo la definición recién expuesta, el alcohol vendría a ser considerada una droga. En este documento se hablara indistintamente de drogas incluyendo en ello el alcohol, sólo en situaciones especificas se realizara la diferencia, justificando su utilización. 6 24 Un criterio para la clasificación de las drogas es el que considera sus efectos sobre la actividad del Sistema Nervioso Central (SNC). Sobre esa base se describen tres grupos: (para mayor información ver anexo 1, ) Cuadro Nº 3: Clasificación de las drogas Grupo Estimulantes Sustancias Efectos Cocaína, pasta base, Se llaman drogas anfetaminas, cafeína, tabaco. estimulantes, las drogas que excitan las funciones del SNC provocando sensación de euforia y bienestar, reduciendo el apetito y el sueño. Depresoras Alcohol, solventes volátiles, (Tolueno, benceno, Kerosene, Gases anestésicos) tranquilizantes, Barbitúricos, opiáceos. Se llaman depresoras del SNC a las drogas que disminuyen la actividad de éste. En dosis pequeñas pueden ayudar a disminuir la ansiedad, inducir el sueño y calmar el dolor. En dosis mayores hacen dormir; y en dosis muy altas pueden provocar coma y muerte. Distorsionadoras Marihuana, alucinógenos En esta tercera categoría se agrupan las drogas que desorganizan el funcionamiento de los mecanismos cerebrales, provocando un desorden en la interpretación de las percepciones sensoriales y en la actividad intelectual (ilusiones, alucinaciones, despersonalización, etc.) 25 Tipos o formas de consumo: El uso de cualquier sustancia o droga supone necesariamente un riesgo para la salud de la persona. Este uso puede ser meramente circunstancial, con un objetivo experimental o circunscrito a un momento determinado de la historia del individuo, y no acarrear modificación alguna en su personalidad, y en su estilo de vida. Es la repetición de estos usos experimentales o circunstanciales lo que puede conducir a una dependencia, lo que supone una tendencia a la autoadministración continuada más allá de las consecuencias negativas que ello acarrea a la persona. Según la organización Mundial de la Salud (OMS), en su informe técnico 516, se pueden distinguir las siguientes formas de consumo: • Experimental: cuando una persona prueba una o más drogas, una o varias veces, sin continuar posteriormente su consumo. • Ocasional: cuando el consumo continúa intermitente, pero no se desarrolla dependencia. • Episódico: cuando el consumo se hace asociado a actividades sociales, recreativas y puede durar desde una hora a varios días. • Sistemático: cuando su consumo es frecuente y se ha desarrollado tolerancia y dependencia. Es el empleo que caracteriza a las drogodependencias 3. Respecto a la interrelación e interacción entre consumo de drogas y delincuencia. Como se señaló anteriormente, existen diferentes tipos de consumo que implican patrones de comportamientos y daños distintos. En términos generales, el patrón de consumo puede ir desde un consumo experimental hasta la dependencia 7 , y los pasos de un tipo a otro “son sinuosos y están determinados 7 Ver glosario de conceptos claves. 26 por variados factores de tipo químico, personales, ambientales y socio-culturales, entre otros” (Martín A. 1999: 29). En este sentido, es difícil establecer una relación causal entre consumo de drogas y comisión de delito o acto delictivo; ello, debido a que ambas conductas dependen de diversos factores, variando su incidencia de acuerdo a cada persona. En este caso e hipotéticamente, nos encontramos con personas que han participado tanto de la vida delictual como del consumo de drogas; primeramente en bandas delincuenciales juveniles, como medio de subsistencia u otro motivo, teniendo acceso al consumo de drogas, como así también, dentro de otras posibilidades, están aquellos que insertándose primero en el consumo de drogas luego cometen un delito para su abastecimiento. Si bien, se ha realizado numerosa investigación que intenta explicar la relación entre el consumo de drogas y la comisión del acto delictivo o la relación inversa, existe una tercera línea investigativa que afirma que tanto el consumo de drogas y la delincuencia forman parte del mismo conjunto de conductas problemáticas del adolescente (teniendo alta explicabilidad sólo en este grupo etario). Tratar de explicar un tipo de conducta apelando a la otra parece insuficiente, constituyéndose relevante recurrir a otras variables intervinientes, tales como sus entornos primarios (familia, escuela, grupo de iguales) y personales (búsqueda de sensaciones, autoestima, impulsividad) siendo a su vez necesario examinarla en otros grupos etarios (UNICRIM / Univ. de Chile: 2003), como en otros contextos étnicos, de género, etc. El consumo de drogas y la comisión de actos delictivos bajo su consumo o para su consumo, puede ser comprendido a partir de diversas teorías que nos permiten acercarnos a la problemática planteada. En la interrelación e interconexión entre ambos casos, nos encontramos con sujetos que se han desviado de las reglas y/o normativas sociales. La desviación es entendida como “la no- conformidad a una norma o a una serie de normas dadas que son aceptadas por un número significativo de personas de una comunidad o sociedad” (Giddens A. 1989:151-152). La desviación social puede constituirse tanto en un acto individual como grupal (subcultura desviada: segmento de la cultura global que posee algunas características no-normativas que le son propias y que le hacen distinguible o particularizable del resto de la cultura). Cabe señalar que las normas sociales van acompañadas de sanciones que protegen el orden social, una 27 sanción puede ser positiva (recompensas a la conformidad) o negativa (castigo por un comportamiento distinto a la norma), así como también formales (sanción acometida por un cuerpo o agencia que tiene por función asegurar una serie de normas) e informales (tipo de reacción social menos organizada). Por lo tanto, nos referimos a personas que han cometido un acto delictual complementariamente o paralelamente a su consumo de drogas, es decir estamos en presencia de individuos que se han desviado de las normas y reglas establecidas formal y racionalmente en nuestra cultura (leyes), por lo cual han sido sancionados por los tribunales de justicia, siendo encarcelados por su comisión de delito. Por otro lado, Sutherland en su Teoría de la Asociación Diferencial, señala que la conducta desviada y la delictual son aprehendidas, es decir, los actores sociales se convierten en delincuentes o desviados por asociación con otros que son la expresión de las normas delictivas. El comportamiento delictivo es aprehendido en gran parte de los grupos primarios, y particularmente de los grupos de pares, en desmedro del aprendizaje de patrones anticriminales. (Sutherland E. 1949). El autor no considera que estas personas presenten ciertas diferencias psicológicas que los distinguen del resto de la sociedad, sino más bien, considera que los actos delictivos se encuentran en general orientados por las mismas necesidades y valores que aquellos que respetan la ley, la diferencia radica en que estos sujetos eligen modos ilegales para lograr sus objetivos. R. Merton señala que en la sociedad moderna los valores socialmente aceptados enfatizan el éxito económico, siendo el trabajo y el esfuerzo personal, el medio para alcanzar estos logros, independientemente del espacio o contexto social en que las personas nacieron. Sin embargo, la mayor parte de los sujetos que se encuentran en desventaja social tienen posibilidades muy limitadas para progresar, por lo cual aquellos que no consiguen triunfar se sienten condenados por su incapacidad de conseguir bienes económicos, situación que los presiona a obtenerlos ya sea por recursos legales o ilegales. Esta sería la situación de la mayoría de las personas que han cometido delitos. Cloward R y Ohlin L (siguiendo a Sutherland y a Merton) en el estudio de las bandas de jóvenes delincuentes, señalan que estas bandas surgen en comunidades subculturales, donde las posibilidades de triunfar de un modo legítimo son escasas, lo que genera que ellos/as acepten algunos de los valores dominantes, sin embargo, estos se ven filtrados por la subcultura comunitaria local. En el caso de la existencia de redes delincuenciales organizadas, los valores existentes se 28 ven atravesados por los patrones conductuales dominantes de la subcultura, lo que genera el paso de los pequeños actos de robo a una vida adulta de delincuencia. A su vez, en áreas donde no existen tales redes, la delincuencia de las bandas tiende a adoptar la forma de peleas y vandalismo. Así también, aquellos que no encuentran su lugar ni en el orden social legítimo ni en la subcultura de las bandas tienden a resguardarse en la categoría de refugiado o en la dependencia a las drogas. Las aproximaciones teóricas, anteriormente señaladas, enfatizan el peso o influencia del contexto y de los valores imperantes en una cultura o subcultura determinada, al momento de intentar explicar la conducta delictiva. En este sentido, la necesidad de aproximarse al fenómeno desde una mirada integral es fundamental así como también el generar estrategias de intervención que consideren el mayor número de actores sociales posible (salud, educación, capacitación, trabajo, justicia, etc.) 4.- Mujeres y consumo de drogas. El consumo problemático de drogas en las mujeres se constituye en un problema de especial y diferencial atención, respecto a sus pares varones. Las diferencias entre los sexos tienen estrecha relación con las relaciones de género que se han construido social y simbólicamente a lo largo de la historia de occidente, y a partir de las cuales las mujeres, generalmente, se han visto desprovistas de iguales condiciones económicas, políticas, sociales y culturales, relegándolas a un papel subordinado, subvalorado y dependiente. La sanción y crítica por parte de la sociedad, frente a una desviación social de las mujeres respecto a lo normalmente estatuido a su rol de género, presenta un peso diferencial en ellas. Generalmente son estigmatizadas y acusadas de transgresoras, lo que las lleva muchas veces a ocultar su problemática con el consumo de drogas y/o alcohol, no encontrando incluso igual comprensión, oferta de ayuda y acompañamiento familiar que los varones. Incluso frecuentemente “una mujer que consume drogas (...) es abandonada por su pareja y los hijos quedan al cuidado de terceros” (CONACE: 6). Según planteamientos de García D., “la importancia de las relaciones para la identidad femenina, la necesidad de conexión y el miedo a la desconexión (en especial respecto a la pareja) es un factor de riesgo para el uso de sustancias. La tendencia a sostener y cuidar los vínculos (extensión del rol materno) persiste en las mujeres adictas, mientras que los varones en esa situación en general 29 “se van” o delegan el cuidado y acompañamiento en otros familiares (en general otras mujeres)” (García. D. en CONACE. 2003: 6). Estudios orientados a revelar factores asociados al consumo de drogas en las mujeres, han permitido evidenciar la distinción de la problemática. En el Manual de Atención con Perspectiva de Género “Las Mujeres y las drogas”, publicado por la Unidad de Tabaco, Alcohol y Drogas del Ministerio de salud en el año 2000, se han señalado los siguientes factores de riesgo: • Desintegración de la familia • Constantes conflictos de pareja, percepción de no ser apreciada por éste. • Sentimiento de sobre exigencia frente al desempeño de una doble jornada laboral, sin contar con apoyo suficiente. • Sentimiento de que su trabajo en el hogar no es reconocido. • Crisis de identidad que aparece cuando los hijos se independizan. • Insatisfacción de sus relaciones sexuales y afectivas. • Aislamiento de actividades sociales y recreativas sanas, utilización inadecuada del tiempo libre. • Falta de oportunidades para capacitarse y desarrollarse. • Realización de actividades frustrantes y de escaso prestigio. • Sensación de soledad y vacío. • Presión del hombre hacia la mujer, para hacerla compañera de fiestas o para seducirla. • Temor a ser rechazada por compañeros de trabajo o amigos que consumen y abusan frecuentemente de otras drogas. • Amistades con personas que trafican drogas. 30 • Desconocimiento acerca de los daños que el licor y otras drogas producen en el organismo. • Modelos de identificación superficiales, deseos de adelgazar. Y entre las motivaciones personales de las mujeres al consumo, se señalan: • Estar a gusto, sentir placer. • Aumentar la capacidad de trabajo. • Disminuir el estrés. • Aumentar la sociabilidad y disminuir la timidez. • Evitar el sentimiento de soledad y vacío. • Evitar sentir tristeza, dolor o frustración. • Evitar la ansiedad o el nerviosismo. • Disminuir el sentimiento de minusvalía. • Ser aceptada o valorada por la pareja. • Acompañar a la pareja. (MINSAL. 2000 en CONACE. 2003:7). De acuerdo con lo anteriormente señalado es que se revelan ciertas particularidades que hacen de las mujeres y el consumo de drogas y/o alcohol una problemática de especial atención, con un abordaje en su tratamiento y rehabilitación diferencial. Aún cuando las mujeres se distinguen respecto a la situación de los varones y el consumo de alcohol y drogas, no se debe olvidar que este segmento de la sociedad presenta sus diferencias internas, de acuerdo a variables intervinientes tales como la edad, la clase, la etnia, etc. necesarios de considerar, pues estamos frente a un mundo que su riqueza es producto de su heterogeneidad. 31 5.- Delincuencia y consumo drogas en mujeres desde una perspectiva de género. El tipo de delito comúnmente imputado a la mujer tiene estrecha relación con el rol de género atribuido a ella, como son el infanticidio, aborto y delitos pasionales (Min. de Justicia, Sernam y Unicrim, 2000). Sin embargo, se observa que los delitos cometidos por las mujeres han ido cambiando a lo largo del tiempo, más bien hoy nos encontramos que éstos presentan alto grado de violencia en su ejecución, situación opuesta a las atribuciones de género femeninas. No cabe duda que las mujeres que cometen estos tipos de delitos se alejan de los patrones ideales impuestos a su género, pasando a constituir parte del universo masculino delincuencial, o han tendido a masculinizar sus comportamientos delictuales, rompiendo con lo atribuido a su género. Explicaciones posibles a este hecho se relacionan con la paulatina inserción de la mujer en el mundo delictual y la cultura del hampa, quien en un deseo de posicionarse de mejor modo en esta cultura, masculiniza sus comportamientos. De hecho, una de las atribuciones de ser una buena delincuente refiere a “tener una mente rápida como hombre”, perdiendo paulatinamente el temor a la muerte, arriesgándose más pero con astucia e inteligencia. Sin embargo, tampoco debe dejarse de lado el consumo de drogas que está detrás de muchos de estos delitos violentos, pues el alto consumo entre estas mujeres, muchas veces las llevan a aventurarse innecesariamente. El consumo de drogas paulatinamente se ha ido constituyendo en un factor altamente influyente en la comisión de delitos y el tipo de delito en el que incurren por sobre todo las jóvenes mujeres. De acuerdo con los discursos de algunas de ellas 8 , el consumo de drogas y/o alcohol se constituyó en el principal motivo por el cual incidieron en actos delictuales. La dependencia a estas sustancias y la inexistencia de medios legales para su obtención, las motivan a 8 Esta información fue extraída del material discursivo recopilado a través de una investigación realizada por Paula Silva J., durante el año 2002 sobre “lo femenino y lo masculino en los lesbianismos intrapenitenciarios”. Si bien la temática se centró en la experiencia lésbica penitenciaria, la riqueza discursiva nos permitió revelar empíricamente cambios en los tipos de actos delictuales por parte de mujeres y la incidencia y/o relación del consumo de drogas en sus vidas. 32 adquirirlos por medios ilegales, comúnmente más rápidos para su necesidad y consumo inmediato. Complementariamente, las mujeres consumidoras habituales, cometen delitos altamente violentos bajo los efectos de estas sustancias o como consecuencia de la abstinencia y necesidad de su consumo, situaciones que les permiten un grado de desinhibición, valentía, osadía e incremento de la agresividad que en ausencia de los efectos de su consumo carecerían. El que se trate de mujeres jóvenes, tiene estrecha relación con la alta exposición que presentan frente a los cambios poblacionales, comunales o societales respecto al consumo de alcohol y/o drogas. Generalmente la mujer joven de estrato socioeconómico bajo que no presenta un arraigo familiar fuerte o donde los problemas familiares son comunes y altamente violentos, se aventura a la calle de su barrio y/o población, la cual presenta una dinámica altamente caracterizada por la pobreza, marginalidad y exclusión social de sus integrantes, insertándose en grupos de pares que le permiten obtener un grado de pertenencia psicológica y territorial. Tanto el consumo de drogas como la comisión de actos delictuales, se constituyen en medios que permiten la inserción de las mujeres jóvenes en los grupos de pares que se estructuran, a su vez, en concordancia con el consumo, la comisión de delitos o ambos factores. Es bastante común en la actualidad, la interrelación entre el consumo de drogas y la comisión de algún acto delictual, no siendo posible causalizar tal hecho social, pues muchas veces un acto de consumo lleva a comportamientos delictuales pero también se puede producir la relación contraria. Ahora bien, sea por su paulatina inserción en la cultura delictual, sea por el alto consumo de drogas o ambas situaciones, actualmente se observa que las mujeres presentan un alto grado de violencia en la comisión de actos delictuales, con un cambio en las relaciones de género. Las mujeres que cometen delitos caracterizados por contener alto grado de violencia, rompen con los roles de género atribuidos a su sexo, con alta tendencia a masculinizar sus acciones y comportamientos. La mujer se atreve y sale a la calle, se inserta en un espacio altamente dominado por los varones, y en su intento de inserción y pertenencia a este espacio, se apropia de los comportamientos propiamente masculinos de este mundo, incursionando en delitos que estando altamente valorados, le permiten un mejor posicionamiento, prestigio social y poder. El segundo ámbito significativo lo constituye el delito de tráfico de drogas, el que ha pasado a constituir un acto practicado por las mujeres de todos los grupos etarios Aún cuando el delito de tráfico de drogas es un tipo de delito encontrado en todas las edades, su mayor concentración se encuentra entre los grupos etarios más adultos, sobre los 35 años de edad, “... aumentando su importancia 33 relativa en los tramos de mayor edad (86,4% en el tramo de 46 a 60 años)” (Min. De Justicia, SERNAM y UNICRIM, 2000:45). Según la perspectiva de Doris Cooper “... el tráfico de drogas de pasta base, marihuana y de fármacos, se ha convertido definitivamente en una opción de sobrevivencia para muchas mujeres mayores que sólo tienen acceso a trabajos informales autosuficientes, que pueden ser realizados en “casa” y en este caso, “ilegales” (Cooper D, 1996:389). Si nos atenemos a las características que asume el delito del tráfico de drogas, podemos observar que este tipo de delito generalmente se acomoda a los roles domésticos tradicionales que muchas de estas mujeres asumen y mantienen. Este tipo de delito es generalmente practicado en la casa o en las inmediaciones del hogar, lo que permite a estas mujeres no descuidar los roles atribuidos a su sexo, como son el cuidado de su hogar, familia e hijos/as. El carácter ilegal de este tipo de comportamiento generalmente no rompe con los patrones dominantes de género. Tal situación se encuentra altamente influenciada por el grupo etario, pues son mujeres de mayor edad las que proporcionalmente incursionan en este tipo de acciones ilegales, siendo comúnmente este grupo de mujeres quienes presentan mayor internalización de los patrones hegemónicos dominantes que relacionan la mujer al espacio de la casa y/o de lo privado. Estamos en presencia de mujeres que pese a cometer un acto ilícito, éste se constituye en prolongación de sus roles tradicionales en el mundo delictual. Intervenir en drogodependencia en un sistema penitenciario, implica tener en consideración que las identidades sociales se ven atravesadas y construidas a partir de la incidencia de diversos factores. Una persona es distinta a otra en función de su historia personal, cultural, social, económica, ciclo de vida, etc, por lo cual un modelo de intervención para rehabilitar a personas con problemas de abuso y dependencia de drogas no es una tarea fácil, y por lo mismo requiere a lo menos tener en consideración cierto conjunto de variables para así abordar de modo integral el problema. Apelando a no caer en procesos discriminatorios, es que este programa de intervención intenta visibilizar ciertas diferenciaciones y considerarlas a la hora de construir un Modelo Nacional de Intervención para personas con consumo problemático de drogas que están recluidas en el Sistema Penitenciario, es decir para personas privadas de libertad y con consumo (abuso o dependencia) a drogas. El trabajo interinstitucional e interdisciplinar de este documento, se adhiere a los fundamentos de los derechos universales “que poseen, en igualdad de condiciones, todos los individuos en virtud de su humanidad y por ninguna otra razón”, y a los 34 principios que guían la intervención estatal en cuanto al Plan Nacional para superar la Discriminación en Chile. 35 1.- En el marco del tratamiento penitenciario Si bien los marcos teóricos expuestos, respecto a la etiología de la conducta del consumo de drogas y la comisión de un acto delictivo, nos aclaran ciertas áreas temáticas relevantes, la particularidad del hecho social requiere la complementariedad de otros marcos teóricos y/o paradigmas que nos permitan su comprensión. Se contextualiza el hecho social en estudio con respecto a un marco institucional y un modelo general de tratamiento. En cuanto al marco institucional, podemos señalar que Gendarmería de Chile, como institución pública inserta en el proceso de modernización del estado y partícipe del Sistema de Administración de Justicia y de Seguridad Ciudadana, se plantea la misión de “Contribuir a una sociedad más segura, garantizando el cumplimiento eficaz de la detención preventiva y de las penas privativas o restrictivas de libertad a quienes los tribunales determinen, proporcionando a los afectados un trato digno, acorde a su calidad de persona humana y desarrollando programas de reinserción social que tiendan a disminuir las probabilidades de reincidencia delictual.. Y es en este contexto que se plantean los siguientes objetivos estratégicos: - Contar con sistemas de seguridad de las diversas áreas del servicio, previniendo conductas y situaciones que puedan atentar contra el cumplimiento de la misión institucional y restaurar la normalidad en el más breve plazo, cuando ésta haya sido alterada. - Proporcionar una atención y un trato digno a la población penal puesta a su disposición, basados en el reconocimiento y respeto a los derechos inalienables de las personas. - Asistir a la población penal, fomentando conductas, habilidades y capacidades que incrementen sus probabilidades de reinserción social e involucrar en este proceso a sus familias y a las instituciones, empresas y comunidad. - Contar con una Administración eficiente y eficaz, apoyada en sistemas de información confiables y oportunos, que permitan optimizar la gestión y el proceso de toma de decisiones. 36 En relación con el tratamiento que se realiza al interior de los establecimientos penitenciarios y la necesidad de que se lleve a cabo, éste responde a un imperativo legal que encuentra su fuente en distintos cuerpos legales: Ley Orgánica de Gendarmeria, en sus artículos 1°: “Gendarmería de Chile, es un Servicio Público dependiente del Ministerio de Justicia, que tiene por finalidad atender, vigilar y rehabilitar a las personas que por resolución de autoridades competentes, fueron detenidas o privadas de libertad y cumplir las demás funciones que le señala la ley” Tiene su continuación en el artículo N°3 letra e) que señala: “Corresponde a Gendarmería de Chile: e) Readaptar a las personas privadas de libertad en orden a eliminar su peligrosidad y lograr su reintegración al grupo social” Culminan las referencias en este cuerpo legal, con el articulo N°8 letra b) que define las funciones del Departamento de Readaptación y en su N°2 señala que le corresponde: “Orientar y proponer técnicamente actividades de educación, trabajo, deportes, recreación y asistencia social, psicológica, sanitaria, moral, religiosa y demás conducentes a la rehabilitación de las personas antes señaladas”. Por su parte el Reglamento de Establecimientos Penitenciarios señala en su artículo 1° que: “la actividad penitenciaria se regirá por las normas establecidas en el presente reglamento y tendrá como fin primordial la atención, custodia y asistencia de detenidos, sujetos a prisión preventiva y condenados, así como la acción educativa necesaria para la reinserción social de los sentenciados a penas privativas de libertad o sustitutivas de ellas”. Este mismo cuerpo legal contempla un Titulo V dedicado por completo a las actividades y acciones para la reinserción social. Por lo tanto, el tratamiento y la rehabilitación en drogas al interior de los recintos penitenciarios está sustentado, no solamente en aspectos sociosanitarios sino también en lineamientos legales, que reflejan una concepción moderna de la pena, que apuesta por la rehabilitación y reinserción social de las personas y que reconoce como fundamental la intervención, aún en aquellas personas que llegan a la cárcel y que evidencia el fracaso de otras instituciones en la tarea de adaptación social. 37 Gendarmería ha desarrollado el denominado “Modelo Básico de Tratamiento Penitenciario Intramuros”, el cual tiene como sustento el siguiente marco de referencia: La capacidad de anticiparse a los acontecimientos, como atributo humano, nos impone el deber como sociedad de actuar antes que se produzcan situaciones contrarias al desarrollo y crecimiento de las personas. Una de las situaciones más difíciles de enfrentar en este sentido es la criminalidad. Como una forma de anticiparse a ella se ha desarrollado el concepto de “Prevención General”. Prevención referida a la generación de políticas y programas en salud, educación, empleo, vivienda, familia y cultura coherentes y eficientes para el propósito de permitir la inserción de los individuos en la sociedad utilizando vías y recursos social y legalmente aceptados. Junto con este conglomerado de condiciones sociales y como parte integrante del sistema de prevención general, el derecho penal actúa emitiendo una serie de señales que pretenden que el individuo se abstenga de desarrollar ciertas conductas socialmente reprobadas. Este conjunto de condiciones y señales está dirigido, de un modo general, a todos los individuos que componen el grupo social. Cuando este nivel de acción no ha cumplido el objetivo y se comete un delito grave surge la necesidad de anticiparse a la reincidencia dando lugar al despliegue de la “Prevención Especial”. En este caso se trata, de actuar sobre el individuo que ha cometido el hecho delictivo, imponiendo la sanción penal que previamente existió como simple amenaza y ejecutando dicha pena, no como un mero castigo, sino como una forma útil de conseguir beneficios tanto para el penado como para la sociedad que lo sanciona. Por tanto, para una efectiva prevención especial en necesario aumentar las posibilidades de lograr la reinserción social de las personas que han delinquido y disminuir la probabilidad de reincidencia en conductas delictivas a través del tratamiento penitenciario cuyo objetivo inmediato consiste en lograr que el individuo egrese en condiciones de decidir personalmente, si ajusta o no su conducta a los parámetros sociales impulsando el desarrollo de capacidades de autodeterminación y competencia socio-laboral de las personas durante su reclusión. 38 2.- Definición del concepto de Tratamiento Penitenciario. Tratamiento Penitenciario es el conjunto de acciones referidas a la vigilancia, atención y asistencia de las personas que se encuentran recluidas, con el propósito de contribuir a su reinserción social. Así se entiende por tratamiento el conjunto de intervenciones que se realizan en las áreas: laboral, educativa, sociocultural, personal y social. Estas intervenciones deben ser concebidas y ejecutadas de manera tal que impulsen el desarrollo y ejercicio de habilidades personales, que incrementen las competencias de los internos/as para integrarse a la vida en comunidad compatibilizando, sus propios intereses y necesidades con las de los otros. Estas competencias se sustentan en la capacidad de reconocer limitaciones y fortalezas propias, la capacidad de autocontrol de los impulsos, la capacidad de asumir consecuencias de los propios actos, habilidades para establecer relaciones interpersonales y resolver conflictos, iniciativa y capacidad de tomar decisiones, capacidad para desempeñar un trabajo u ocupación, etc. a.- Objetivos del Tratamiento Penitenciario. Siendo el objetivo final del tratamiento penitenciario el contribuir a la reinserción social de los internos/as, a través del promover condiciones que permitan a las personas manifestar y desarrollar capacidades y habilidades que aumenten su competencia social, es posible distinguir propósitos específicos de este tratamiento de acuerdo a la calidad procesal en que se encuentren las personas bajo la custodia de Gendarmería. En el caso de los internos en calidad de “detenidos”, el propósito básico del tratamiento penitenciario será: evitar el daño físico y/o psicológico como consecuencia de su estadía en reclusión. En el caso de las personas sometidas a “proceso” los objetivos del tratamiento se orientarán tanto a evitar el daño físico y/o psicológico como consecuencia de su estadía en reclusión, como a, por lo menos, mantener destrezas y habilidades personales para vivir en comunidad. 39 Respecto de las personas que se encuentran recluidas en calidad de “condenados” los objetivos del tratamiento serán: evitar un daño físico y/o psicológico como consecuencia de su estadía en reclusión, mantener y facilitar el desarrollo de sus capacidades y habilidades para integrarse a la vida en comunidad. b.- Tratamiento penitenciario como un proceso. En el marco del concepto y objetivos enunciados para el Tratamiento Penitenciario, éste debe entenderse, planificarse y desarrollarse como un proceso que se indica desde el primer ingreso del interno/a a un Establecimiento Penitenciario y se mantiene y desarrolla durante su estadía, perseverando aún cuando cambie su calidad procesal o el establecimiento en el cual se encuentre recluido. Desde el punto de vista de la administración y organización del establecimiento penitenciario, es factible distinguir, durante este proceso, dos niveles de tratamiento; el nivel general y el nivel específico. El nivel general apunta a las condiciones básicas en que se ejercen la atención y vigilancia de los internos/as, de modo de cumplir esencialmente con los objetivos de evitar un daño físico o psicológico como consecuencia de la estadía en reclusión y de mantener destrezas y habilidades personales para la vida en comunidad. El nivel específico se orienta al objetivo de facilitar el desarrollo de capacidades y habilidades que incrementen la competencia social del individuo. De esta forma, este nivel se caracteriza por responder a necesidades individuales de grupos de internos/as. Por otra parte, desde el punto de vista del interno/a, el proceso de tratamiento debe distinguir etapas tales como: • Diagnóstico social, psicológico y criminológico que nos permita identificar las áreas deficitarias que el interno/a debe superar para aumentar sus probabilidades de reinserción social. • Formulación de un programa de Intervención que contemple las actividades a desarrollar durante su estadía en el establecimiento penitenciario, identificando objetivos a lograr. 40 • Evaluación periódica del interno/a respecto al cumplimiento de los objetivos propuestos, retroalimentación y reformulación del programa de intervención. Es en este contexto institucional donde se sitúan los Centros de Tratamiento y Rehabilitación para personas dependientes a drogas que surgen y se desarrollan al interior de un recinto penitenciario. Aun cuando su objetivo primordial es tratar y rehabilitar personas que han consumido drogas y delinquido, ésta no olvida las reglas y normas sobre las que se basa la Institución en su totalidad. En este sentido nos parece que existen ciertos elementos conceptuales de la Teoría de Goffman E. respecto a las Instituciones Totales, que nos permiten comprender teóricamente los Centros de Tratamiento y Rehabilitación para personas privadas de libertad y dependientes a drogas que se desarrollan al interior del sistema penitenciario. Los Centros de Tratamiento y Rehabilitación para personas privadas de libertad y consumidores problemáticos de drogas pueden ser comprendidos como una Institución total, es decir, como un “lugar de residencia y trabajo, donde un gran número de individuos en igual situación aislados de la sociedad por un período apreciable de tiempo, comparten en su encierro una rutina diaria, administrada formalmente” (Goffman E, 1992:13). Siguiendo los planteamientos de Goffman, básicamente en la sociedad moderna existe un ordenamiento social en que "el individuo tiende a dormir, jugar y trabajar en distintos lugares, con diferentes co-participantes, bajo autoridades diferentes, y sin un plan racional amplio" (Goffman, 1992:19). La institución total, esencialmente, rompe las barreras de estos tres ámbitos (descanso, recreación y trabajo) de la vida social común. Podemos establecer ciertas características genéricas de las instituciones totales, las que son aplicables al funcionamiento y estructuración de los Centros Penitenciarios de Tratamiento y Rehabilitación para personas privadas de libertad y dependientes a drogas. Estas se refieren a que: Todos los aspectos de la vida se desarrollan en el mismo lugar y bajo la misma autoridad única. Toda actividad diaria se lleva a cabo en la compañía inmediata de un gran número de otros, a quienes se da el mismo trato. 41 Todas las etapas de las actividades diarias están estrictamente programadas, mediante un sistema de normas formales y un cuerpo de funcionarios (organización burocrática). • Las diversas actividades obligatorias se integran en un solo plan racional, deliberadamente concebido para el logro de los objetivos propios de la institución. Siempre una institución total presenta una estructura binaria entre dos mundos: del interno/a y del personal. Los primeros vendrían a representarse en los sujetos extraídos de su mundo habitual, y puestos en una institución de esa índole ya sea para trabajar, sanarse, aprender, rehabilitar, etc. Es el caso de la población penal que según sea detenido, procesado/imputado o condenado 9 , se le priva de libertad y se le encierra y segrega de la sociedad, todo bajo pena de la coacción física. Con respecto al Centro de Tratamiento y Rehabilitación para personas privadas de libertad y dependientes a drogas, aún cuando presenta características de funcionamiento diferentes a las que vive el resto de los internos/as, éste guía las actividades de rehabilitación en un sistema absolutamente cerrado y organizado bajo los patrones normativos y reglamentarios de la institución carcelaria. El mundo del personal está constituido por aquellos sujetos que participan de la institución total ya sea en calidad de gendarmes, profesional, personal técnico y administrativo, etc., quienes desempeñan los roles previamente definidos por la institución. Es característico que los internos lleguen a la institución total con una "cultura de presentación" derivada de un mundo habitual, un estilo de vida y una rutina de actividades que se daban por supuesto en la sociedad civil. Las instituciones totales, para el logro de sus objetivos, "crean y sostienen un tipo particular de tensión entre el mundo habitual y el institucional, y usan esta tensión 9 Se comprenderá por Procesado/a, imputado/a a la persona recluida bajo la custodia de Gendarmería de Chile, a la cual el tribunal correspondiente ha abierto proceso y sometido a prisión preventiva por un determinado delito; y como Condenado/a a la persona recluida bajo la custodia de Gendarmería de Chile, la cual cumple la condena que ha dispuesto el tribunal por sentencia firme y ejecutoriada. 42 persistente como palanca estratégica para el manejo de los hombres" (Goffman, 1992: 30). A este proceso se verían expuestos los internos cuando ingresan al sistema carcelario, y cuando voluntariamente ingresan a los Centros de Tratamiento y Rehabilitación del recinto penal. Nuevamente se ven envueltos en una tensión entre su mundo habitual intracarcelario y las nuevas disposiciones que presentan los centros, pues no se debe desconocer que la cárcel se representa como un submundo o cultura particular para los internos. Creemos que la ayuda terapéutica que realizan los centros de tratamiento y rehabilitación penitenciarios, tiene por finalidad, entre otras, cambiar la concepción del sí mismo como desviado, a partir de la convivencia con el otro, desestigmatizando y motivando a la persona a cambiar su autoconcepto, autoevaluación, autovaloración y autoestima. Sólo en la medida que se realiza un trabajo arduo en esta materia será posible cambiar las circunstancias de su drogadicción y conducta delictiva. 3.- Intervención Terapéutica para el Tratamiento del consumo problemático de drogas Reconocer la drogodependencia como un fenómeno complejo (multideterminado), dinámico y cambiante, permite el surgimiento de ciertos principios en el ámbito de la intervención, donde las variables biológicas, psicológicas y sociales, juegan un papel importante: • La constatación de que la intervención en el uso, abuso y dependencia de drogas va a exigir de actuaciones en una serie de áreas o dimensiones básicas (educativa, psicológica, social y orgánica). • El trabajo interdisciplinar se convierte en un requisito imprescindible para asegurar el éxito de las actuaciones a promover en este ámbito. • Las diferenciaciones en el consumo de las drogodependencias (la distinción entre uso, abuso y dependencia) requerirá de políticas amplias, que incluyan tanto acciones de tipo preventivo como de carácter asistencial y favorecedoras de los procesos de intervención social. Las intervenciones en drogas, tanto desde una perspectiva preventiva como asistencial, exige de actuaciones no sólo sobre los 43 individuos, sino sobre los contextos microsociales en que se desenvuelven éstos (familia, grupo de iguales, etc.) y macrosociales (la comunidad) a).- Ámbito de intervención preventiva. Las intervenciones preventivas en el consumo de drogas, se agrupan desde dos ámbitos generales, desde la reducción del consumo y desde su disponibilidad, llamado reducción de la demanda y reducción de la oferta de drogas y otras sustancias de abuso, respectivamente. La primera se orienta a evitar y prevenir el consumo de drogas, así como abordar las negativas consecuencias de su ingesta, tanto para la salud personal como para la sociedad, utilizando para ello medidas preventivas (implementadas en la escuela, medios de comunicación, familia, trabajo, organizaciones comunitarias, etc.), programas de tratamiento, rehabilitación y reinserción o integración social. La segunda, refiere a los modos de hacer frente por parte de los distintos países, a los problemas ocasionados por la disponibilidad de drogas, la producción, tráfico, y distribución ilícita de drogas y está asociada a medidas de control (policiales, jurídicas, etc). En el caso de la reducción de la demanda, su principal objetivo es prevenir el consumo de drogas que pueda ocasionar daños al individuo a corto, mediano y largo plazo. Se deben destacar tres aspectos fundamentales en el concepto de prevención, cuyo objetivo es evitar, retardar y disminuir el consumo de drogas en la población: • Anticipar los problemas asociados al consumo de drogas, a través de la realización de acciones que tienden a reducir la probabilidad de aparición de éstos, fortaleciendo los factores protectores y minimizando los de riesgo; • Fortalecer capacidades o herramientas tanto personales (como el desarrollo de habilidades para la toma de decisiones responsables) como del contexto, que permitan; • Gestionar los riesgos a que toda persona se ve sometida a lo largo de su vida. Promocionando en los individuos capacidades de resolución de los conflictos, que les permitan enfrentar y abordar en forma sana y creativa los problemas, entre ellos el consumo de drogas. (CONACE. 2002:6-7). 44 El objetivo o meta de la prevención refiere al desarrollo integral de la persona, que le permita estar preparada para enfrentar cualquier situación de riesgo en la vida, es decir, utilizar sus recursos protectores. b).- Ámbito de intervención en tratamiento y rehabilitación. La intervención terapéutica para personas con consumo problemático de drogas ha estado sujeta a un largo proceso histórico de desarrollo, lo cual ha sido producto de la visión explicativa que en un determinado momento se ha construido sobre la problemática y/o fenómeno en estudio. En este sentido se ha transitado por diferentes enfoques, ético –jurídico (su referente es la sustancia, enfatizando el problema en términos legales y penales), médico-sanitario (su referente es la persona, la cual es considerada enferma que requiere curación, es decir, se trata como un problema de salud mental con repercusiones sociales), psicosocial (su centralidad es la persona y sus necesidades, es decir, es un problema de personalidad frente a un medio adverso), a través de los cuales se ha intentado responder a la etiología del uso, abuso y dependencia de sustancias psicoactivas y su consecuente modo de asistencia (CONACE. 2003). En respuesta a este fenómeno, se ha llegado en la actualidad a cierto acuerdo en la naturaleza multidimensional del consumo de drogas. Abordando la problemática desde un enfoque de intervención bio-psico-social, con una integración interdisciplinaria y multiparadigmática, reconociéndose las siguientes características: • Confluencia de variables a la base de la utilización o consumo de las drogas, unas propias de las sustancias (propiedades químicas, mecanismos de acción, formas de administración, etc.), otras referidas a los propios consumidores (edad, sexo, historia personal, configuración de la personalidad, etc.) y otras referidas al contexto en un sentido amplio (aspectos familiares,sociales, culturales, legales, estereotipos, etc.); • Interacciones entre los diferentes factores (biológico, psicológico y social); • Diferencias individuales, basadas en las diferentes respuestas de un individuo frente a situaciones similares, o las diferentes respuestas de distintas personas frente a la misma situación, ya que normalmente se producen modificaciones de carácter temporal, por lo que no existe una situación estática; 45 • Transferencia del problema del consumo de drogas de un plano meramente individual, a un plano social. (CONACE. 2003:3-4). El objetivo de la intervención terapéutica desde un enfoque biopsicosocial es mejorar la calidad de vida de la persona con problemas asociados al consumo de drogas, apoyándola en su integración social, familiar y laboral y en la construcción de un estilo de vida alternativo. La multidisciplinaridad del enfoque de intervención bio-psico-social, responde a un “conjunto de acciones que a partir de diversas áreas profesionales, pretenden solucionar o, por lo menos, reducir los problemas de las personas que consumen drogas de una forma abusiva” (CONACE. 2002:18). En este tipo de intervención, o “actividad dirigida a superar una deficiencia o suprimir un obstáculo, impulsando el cambio, el mantenimiento y la superación de la conducta problemática” (CONACE, 2002:18), coexisten los planos: biológico, psicológico y social. La intervención en el plano biológico coincide, en la práctica, con la intervención que realiza el médico (área sanitaria), con procedimientos y técnicas que generan las variables relativas a esta área, por ejemplo la realización de la desintoxicación y otras terapias biológicas, el seguimiento y control de las patologías, la prevención y la educación de comportamientos y hábitos relacionados con la salud, higiene, alimentación, sueño, conducta sexual, y el uso terapéutico de psicofármacos. La intervención en el ámbito psicológico es aplicada por el psicólogo o médico con formación psicoterapéutica (médico psiquiatra, médico familiar con formación en terapia), mediante la utilización de procedimientos y técnicas relativas a su campo y asumiendo con ello, la responsabilidad de la rehabilitación. En el plano social, la intervención es aplicada por trabajadores sociales y otros profesionales afines, educadores, terapeutas ocupacionales y técnicos en rehabilitación quienes deben utilizar técnicas que apoyen la integración familiar, social, educacional y laboral de la persona. En este plano se trabaja, el desempeño ocupacional (roles, productividad y autocuidado) el cambio de hábitos relacionados con el ocio, el tiempo libre y la adquisición de una red de apoyo social que no esté relacionada con el anterior estilo de vida de la persona en tratamiento. (CONACE. 2003: 5). 46 • Etapas en el tratamiento Entendiendo el tratamiento de la drogodependencia como “un proceso cuyo objetivo final ideal sería el de la recuperación personal y social del drogodependiente” (CONACE. 2002:21), se han descrito 3 etapas, por las cuales debe pasar la persona con consumo problemático de drogas desde el momento en que entra en contacto con el dispositivo de apoyo o asistencial hasta su recuperación. Estas son: desintoxicación, tratamiento/rehabilitación e integración social. Si la finalidad del tratamiento es la abstinencia, la primera fase es la de desintoxicación. Dependiendo de las condiciones físicas, sociales, psicológicas y motivacionales, ésta tendrá una intensidad y duración variable y podrá realizarse en diversos lugares, tales como hospitales, establecimientos con planes ambulatorios o con planes residenciales. Luego comienza la segunda etapa del proceso que refiere a la rehabilitación bio-psico-social o tratamiento propiamente tal. En esta fase el equipo de profesionales y técnicos realiza un diagnóstico del consumo y una evaluación de las áreas o ejes (psicopatología concomitante, redes de apoyo, integración socio ocupacional) afectados por las consecuencias del consumo problemático de la persona. Realizada esta primera evaluación, se procede a diseñar los objetivos terapéuticos necesarios para apoyar a la persona en el proceso de construcción de un estilo de vida, apartado del consumo de drogas y/o en la disminución de su consumo. En esta finalidad, profesionales y técnicos elaboran un plan de tratamiento específico de acuerdo a las necesidades y características de cada persona, como parte de un tratamiento que integra todos aquellos ámbitos relacionados con su consumo. Una tercera parte del proceso, se refiere a la reinserción o integración social, la cual es transversal a todas las etapas del tratamiento. La integración social implica el “cumplimiento de objetivos a largo plazo, con una mayor repercusión en el desarrollo futuro de la vida personal y social del drogodependiente que inicia un proceso de tratamiento, en la medida en que se trata de reajustar tanto los aspectos relacionados con la dependencia física y psicológica, como las dificultades que esta dependencia produce en la capacidad del individuo para desenvolverse en condiciones de normalidad en su medio social” (CONACE. 2003:7). La dificultad, duración y objetivos del proceso de tratamiento varían de acuerdo a las características de cada persona, el tipo de droga consumida, el tiempo de consumo el grado de disfuncionalidad que presenta en 47 distintos ámbitos de la vida, familiar, laboral, educacional, etc . Variabilidad que también es considerada a la hora de evaluar los logros del proceso de rehabilitación e integración social. Sin embargo, en términos generales, se establecen los siguientes aspectos a tener en consideración en un proceso de rehabilitación-integración: • Mantenimiento de la abstinencia, y si no es posible, adoptar patrones de acompañamiento terapéutico con el objeto de reducir riesgos de mayores daños, • Readaptación de las relaciones sociales, familiares y laborales, de tal manera que se reduzca o elimine el condicionamiento provocado por la drogodependencia, • Reajuste de los patrones y estilos de ocupación del tiempo libre y participación en la vida social, • Mejora en la capacidad para buscar y conservar el empleo, en condiciones equiparables a los otros ciudadanos, • Preparación para el control de las respuestas emocionales cuando éstas puedan ser problemáticas, • Mejora de las condiciones sociales mínimas y mantenimiento de hábitos de salud e higiene adecuados, • Reducción o eliminación de los comportamientos de riesgo higiénico-sanitarios. (CONACE. 2003:7). • Principios de los programas de tratamiento eficaces. En la actualidad, la mayoría de los países adscriben a una serie de principios orientadores para el tratamiento y rehabilitación de personas con problemas de drogas que el National Institute Drugs Abuse (NIDA) plantea, a partir de una serie de investigaciones orientadas a promover el uso de tratamientos con base científica. Estos principios son: • No existe un tratamiento apropiado para todo los individuos. • Los programas de tratamiento deben estar disponibles y ser de fácil acceso. 48 • Un tratamiento es efectivo cuando responde a todas las necesidades de la persona y no sólo al uso de drogas. • Los programas de tratamiento deben ser evaluados constantemente y modificados para que respondan a las necesidades cambiantes de los individuos. • La consejería individual y grupal además de las técnicas terapéuticas deben ser parte importante de los programas de tratamiento. • Para muchas personas drogodependientes el uso de medicamentos es útil pero siempre combinado con tratamiento psicoterapéutico. • Las patologías duales 10 deben ser tratadas en forma integral. • El proceso de desintoxicación es sólo la primera etapa de un tratamiento para la dependencia de droga. • Los programas de tratamiento deben evaluar a personas para detectar VIH. Hepatitis, TBC y otras enfermedades infecciosas y a la vez ayudarlos a cambiar conductas de riesgo. • Los procesos de rehabilitación deben considerar las recaídas y/o lapsus como parte del proceso de lograr abstinencia. Se debe incentivar la participación en grupos de autoayuda (CONACE. 2003:8). Programa de Apoyo a Planes de Tratamiento y Rehabilitación para personas con problemas derivados del consumo de sustancias estupefacientes y/o psicotrópicas Como una forma de dar respuesta a las necesidades de atención de calidad, en el tratamiento de los problemas derivados del consumo de drogas, el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes, en conjunto con el 10 Patología dual, se refiere a personas que presentan trastornos psiquiátricos severos asociados a consumo abusivo y/o dependiente a drogas 49 Ministerio de Salud pone en marcha el denominado “Programa de Apoyo al tratamiento...”, que consiste en un programa que, administrado por el Fondo Nacional de Salud (FONASA) y en coordinación con la Unidad de Salud Mental del Ministerio de Salud, entrega apoyo técnico y financiero a centros de tratamiento públicos y privados acreditados e incorporados a una red asistencial de la jurisdicción correspondiente a los 28 servicios de salud del país, para la atención de personas con problemas derivados del consumo de sustancias ilícitas, a través de planes de tratamiento por niveles de complejidad. En el diseño del programa, cuyo objetivo es ampliar la cobertura y mejorar la calidad de la atención de las personas y sus familias, se proponen planes diferenciados de acuerdo al nivel de complejidad de la problemática de las personas consultantes 11 y su entorno socio – familiar. Cada plan considera una descripción del equipo técnico y profesional que debe estar a cargo del mismo, así como objetivos, actividades y prestaciones las cuales deben implementar centros públicos o privados, acreditados por los servicios de salud del país. Cuadro Nª 4 Planes de tratamiento por niveles de complejidad Plan de Breve descripción Tratamiento Ambulatorio Básico Ambulatorio Intensivo 11 Personas abusadoras o dependientes con compromiso biopsicosocial moderado, es de mediana contención. Personas abusadoras o dependiente con Duración Tipo de Centro aproximada del con convenio Tratamiento Consultorios Hospitales COSAM 6 meses ONG Comunidades terapéuticas Consultorios 8 meses Hospitales Se refiere a la severidad del compromiso biopsicosocial asociado al consumo de sustancias 50 Residencial compromiso biopsicosocial moderado a severo, es de alta contención. Personas abusadoras o dependientes con 12 meses compromiso biopsicosocial severo, es de alta contención. COSAM Comunidades terapéuticas Comunidades terapéuticas Clínicas privadas 51 1.- Modelos de Intervenciones Terapéuticas Intrapenitenciarias: La problemática del abuso y dependencia de drogas por parte de las personas que han cometido delito y que se encuentran en período de reclusión carcelaria, no es sólo un tema de preocupación nacional, sino más bien, éste ha sido foco de atención de distintos gobiernos y países en el ámbito mundial. En este sentido, se revisaron experiencias de lo acontecido en el sistema penitenciario español y del modelo de intervención terapéutica llevado a cabo en Colombia, como ejemplos de intervenciones aplicables a nuestro país. En el caso de España, la preocupación por personas con problemas delictuales y de consumo de drogas comienza a gestarse a partir de 1993, con la creación de un Programa de Motivación y Derivación, destinado a la población reclusa con problemas de drogas. Este proyecto fue impulsado con la intención de evitar que personas en rehabilitación por consumo de drogas, tuviesen que interrumpir su tratamiento por cumplimiento de una condena en un sistema penitenciario. Es así como se forma un equipo de intervención destinado a apoyar a los afectados, con pautas y estrategias para mantener la abstinencia y mejorar su modo de vida en el interior de los centros penitenciarios. A partir de esta experiencia, en el año 1997, el Plan Nacional de Drogas de España y la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, se proponen diseñar e implementar un Programa de Intervención Global, lo que significó organizar una Comunidad Terapéutica Intrapenitenciaria, específicamente en el centro Penitenciario Madrid V, ubicado en Soto del Real. La base metodológica y estructural de esta iniciativa está basada en el Programa Tradicional de Proyecto Hombre, institución no gubernamental de amplia experiencia en el tratamiento de las drogodependencias en España, que considera la intervención como un proceso con tres diferentes etapas: Acogida-motivación Comunidad terapéutica con régimen de internado, aislado del resto de los internos sin tratamiento Reinserción socio-laboral, en régimen ambulatorio-externado, coincidente con la participación en programas extrapenitenciarios. 52 El equipo de intervención lo constituyen profesionales de instituciones penitenciarias y profesionales de Proyecto Hombre, en colaboración de todos aquellos que interactúan con los usuarios en el ámbito penitenciario. En términos globales el objetivo general del programa es “alcanzar la autonomía personal, que le permita al sujeto tomar sus propias decisiones sobre la base de una escala de valores como contrapunto a la dependencia de sustancias y vida de delincuencia” . (Pérez L. 2001:5). En el caso colombiano, se puede observar una gran preocupación estatal por disminuir el tráfico y consumo de drogas. Si bien, desde mediados del siglo pasado, Colombia ha ido implementando diversas medidas para intervenir en la problemática, el Ministerio de Justicia, a través de la Dirección General de Prisiones (hoy, Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario- INPEC), asume que a pesar del esfuerzo hecho hasta ese entonces, existe una población de alto riesgo que por sus condiciones de internamiento no se beneficia adecuadamente de las estrategias que se han estado implementando en la población general. Se observa que la población carcelaria presenta serios problemas de consumo y tráfico al interior de estos establecimientos, lo que lleva a incrementar la violencia y conductas ilícitas, reduciéndose las posibilidades de rehabilitación para las personas confinadas (INPEC. 1999). En este contexto, en 1989 y con apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Fiscalización del uso indebido de Drogas y al Consejo Nacional de Estupefacientes se implementa el “Proyecto de Prevención Integral de la Drogadicción en el Sistema Penitenciario Colombiano”, que pretende cubrir a la población de internos, la población de guardia penitenciaria y al personal administrativo del Sistema Penitenciario Colombiano y aborda tres niveles de prevención, de acuerdo al Plan para la Superación del Uso de drogas: prevención primaria, prevención secundaria y prevención terciaria. Ésta última se implementa a través de la metodología para comunidades terapéuticas de Centro Italiano de Solidaridad (CEIS), pues no solo está orientada a disminuir el consumo de drogas sino también a abordar otros comportamientos que impiden una adecuada rehabilitación. La filosofía, “se centra en el hombre como ser humano capaz de cambiar, capaz de volver a nacer, responsable, honesto y sobre todo reconocido por la sociedad, logrando una reinserción adaptativa” (INPEC. 1999:30) 2.- Proyecto de Comunidad Terapéutica del Sistema Penitenciario Chileno. En Chile, la preocupación por personas con problemas delictuales y de consumo de drogas comienza a partir del año 1998, con la creación de una Comunidad Terapéutica al interior del Centro de Cumplimiento Penitenciario de 53 Colina I. A partir del año 2000, a través de un convenio entre el Ministerio del Interior CONACE y Gendarmería de Chile, se inicia un programa que considera la capacitación de los equipos técnicos y profesionales, la creación de Centros de tratamiento y la contratación de profesionales de dedicación exclusiva para abordar este tema, al interior de los establecimientos penitenciarios del país, que presentan una mayor incidencia de consumo de drogas. Este programa tiene como objetivo estratégico “otorgar a los reclusos la posibilidad de incorporarse a un programa que brinde tratamiento biopsicosocial del consumo de drogas, a fin de adquirir las destrezas necesarias que permitan un cambio de estilo de vida y contribuyan a su reinserción social”. Se establece que profesionales y técnicos, que forman parte de las áreas técnicas, las cuales tienen por función realizar el tratamiento al interior de los establecimientos penitenciarios, sean capacitados en contenidos y destrezas específicas para realizar intervención en drogodependencias a usuarios que, además, se encuentran asociados a conductas delictivas y con un alto nivel de internalización de conductas de la subcultura carcelaria. El programa consiste en brindar tratamiento a través de un modelo integral a los reclusos dependientes a las drogas, abordando en forma global la problemática del consumo y la delincuencia, de tipo personalizado y multidisciplinario, estructurado en etapas o fases, con intervención de la familia y redes de apoyo externo. Este trabajo se complementa con el desarrollo de estrategias de prevención primaria y secundaria, y grupos motivacionales o de conversación dirigidos tanto a los posibles candidatos para el ingreso al centro de tratamiento como al resto de la población penal, y ejecutados por los mismos profesionales de los equipos de los Centros de Tratamiento. Los Centros de Tratamiento están dirigidos a internos con consumo problemático de drogas , quienes viven durante dos años en un sistema residencial y/o ambulatorio. Ofrece a los usuarios terapias individuales, grupales y familiares, talleres ocupacionales y de crecimiento personal y la exigencia de abstenerse de consumir cualquier sustancia que altere el estado normal del organismo. Se promueve una vida sana, libre de drogas. Las principales actividades que se llevan acabo son: • • Evaluación bio-psico-social en 5 ejes (consumo, psicopatología concomitante, criminológico, redes de apoyo e integración social) Elaboración de un plan de tratamiento 54 • • • • • • • Desarrollo de la rutina diaria. Sesiones de psicoterapia individual. Sesiones de intervención psicosocial de grupo. Sesiones de intervención familiar grupal e individual. Sesiones de educación y recreación. Actividades para promover la integración social Seguimiento El perfil de los individuos que participan de este programa es: • • • • • • • • • Hombres y mujeres adultos, mayores de 18 años. Que presentan consumo problemático de drogas Compromiso biopsicosocial moderado a severo Sin presencia de trastorno psiquiátrico severo (esquizofrenia, trastornos bipolares graves, estados psicóticos crónicos). Calidad procesal: condenados. Que se encuentren a un año del tiempo mínimo para postular a beneficios. No presentan comisión de delitos sexuales. Con participación en la etapa de pre-tratamiento o grupos motivacionales 12 Que accedan voluntariamente, de acuerdo a uno de los principios que inspira el tratamiento penitenciario, toda actividad que se desarrolla con los internos tiene el carácter de voluntaria. La intervención está basada en el tratamiento integral de la persona, abordando en forma global la problemática a través de un enfoque biopsicosocial, centrado en la persona, sus relaciones y las necesidades que lo llevan al abuso de sustancias y comisión de delitos, Previo al ingreso al centro de tratamiento, el interno/a ha sido pesquisado a través de un mecanismo de detección diseñado para ello, a cargo de la dupla psicosocial y/o el equipo de salud de la unidad penal, se ha confirmado su diagnóstico a cargo del equipo especializado del centro de tratamiento y se ha incorporado a grupos motivacionales o de conversación con el objetivo de trabajar la motivación al cambio 13 12 13 Se refiere a la etapa previa al ingreso al centro de tratamiento la que se describe detalladamente en el Tomo II Modelo transteórico del Cambio de Proschaska y Di Clemente, ver anexo 3 55 Los centros de tratamiento presentan modalidades, dependiendo de los recursos y espacio físico con que se cuenta: dos • Modalidad residencial Los internos/as viven y permanecen durante todo el tratamiento en un espacio determinado, construido especialmente para ese fin, segregado del resto de la población penal. Su egreso es al medio libre en el caso que los internos cumplan su condena, sean indultados o se beneficien de la Libertad Condicional o a sistemas de semilibertad, a través de beneficios intrapenitenciarios, derivación a CET, etc. • Modalidad ambulatoria En esta Modalidad los internos/as son reunidos en un Módulo que alberga a internos que presentan ciertas características favorables a la intervención, sea por el bajo compromiso delictual, por la condición de trabajadores, o por estar beneficiados con permisos de salida. Los internos en esta modalidad se trasladan y permanecen durante el día a un espacio determinado, acondicionado para realizar tratamiento, pero durante la noche se trasladan al módulo que alberga internos con características favorables a la intervención, segregados del resto de la población penal. Lo anterior representa la experiencia y el aprendizaje para enfrentar el problema del consumo de sustancias psicoactivas y el delito en internos privados de libertad en los establecimientos penitenciarios y sienta las bases para el desarrollo del modelo de intervención. Fundamentos para implementar un programa de intervención en los establecimientos penitenciarios. La mayoría de las sociedades están preocupadas por la delincuencia. Las estadísticas actuales de los Estados Unidos indican que hasta un 60% de los presos de las cárceles federales presentan trastornos que se pueden diagnosticar como dependencia de sustancias. De las estadísticas callejeras de ese país se desprende que hasta un 50% de los delitos contra la propiedad se cometen bajo la influencia del alcohol y/o drogas, o con la intención de obtener alcohol y/o drogas con el producto del delito. La preocupación por la seguridad pública y el conocimiento de la relación que existe entre la delincuencia y el abuso de sustancias han obligado al sistema de justicia penal a considerar la posibilidad de recurrir a alternativas de tratamiento que no sean el encarcelamiento en el caso de delitos relacionados con las drogas. Así pues, la policía, los agentes de libertad condicional y libertad vigilada, los 56 jueces y otros agentes del sistema de justicia penal han pasado a ser fuentes importantes de remisión de casos a los servicios de tratamiento del abuso de sustancias. Para ellos, la eficacia de los tratamientos se mide en función de la reducción de la delincuencia, de las violaciones de la libertad condicional y la libertad vigilada y del índice de encarcelamiento de los individuos afectado. Es necesario considerar tres aspectos de los resultados que son pertinentes tanto para el objetivo de la rehabilitación de la persona como para los objetivos de salud y seguridad públicas de la sociedad: • Eliminación o reducción del alcoholismo y del consumo de drogas ilícitas • Mejoramiento de la salud personal (física y psíquica) y de la función social de las personas, lo cual no sólo es importante desde una perspectiva social sino también guarda relación con la prevención de recaídas. • Reducción de los riesgos para la salud y la seguridad públicas. Los riesgos que puede plantear el abuso de drogas para la salud y la seguridad públicas se derivan de comportamientos que dan lugar a la propagación de enfermedades infecciosas y comportamientos relacionados con delitos contra la persona y la propiedad. La comisión de delitos contra la persona y la propiedad con objeto de conseguir drogas y el uso imprudente de automóviles o equipos bajo la influencia del alcohol son ejemplos de riesgos graves para la seguridad pública. “La disponibilidad generalizada de tratamiento y el fácil acceso a éste generan amplios beneficios sociales. Cada dólar invertido en tratamiento genera una reducción de 4 a 7 dólares del costo de la delincuencia relacionada con las drogas, la justicia penal y los hurtos. Cuando se añaden las economías en materias de atención de la salud, el total de economías estimadas puede superar los costos en una proporción de 12 a 1”. Departamento de salud y servicios humanos, centros de control profilácticos. Estados Unidos de América. Policy Issues and Challenges in Substance Abuse Treatment, 2002. En Estados Unidos se han realizado una serie de evaluaciones de reclusos, que después de haber cumplido su condena, han vuelto a la cárcel por delitos relacionados con drogas. Del 70 al 98% de las personas encarceladas por delitos relacionados con drogas que no fueron sometidas a tratamiento recayeron durante el año siguiente a su excarcelación. Más de la mitad de los reclusos farmacodependientes regresaron a la cárcel por delitos relacionados con drogas durante el año siguiente a su excarcelación. 57 Aunque el encarcelamiento en sí mismo resulte eficaz para reducir el consumo de alcohol y drogas, no es necesariamente una alternativa rentable en comparación con el tratamiento, dado el costo que significa el construir una celda de seguridad y su posterior mantención versus el costo de un programa de asistencia. Costos del tratamiento del abuso de drogas en los Estados Unidos de América por persona por año. En US$ Tratamiento ambulatorio (cocaína) 2.700 Suministro de metadona (heroína) 3.500 Tratamiento residencial (cocaína) 12.500 Libertad vigilada 16.690 Encarcelamiento 39.600 Adicción no tratada 43.200 Consideraciones al momento de implementar un programa de intervención para internos/as con consumo problemático de drogas en los establecimientos penitenciarios Chilenos Las consideraciones que creemos se deben tener en cuenta al momento de implementar un programa de intervención en alcohol y drogas en establecimientos penitenciarios, son a lo menos los siguientes: Análisis de las condiciones de infraestructura y equipamiento necesarios para realizar la intervención en un espacio que cuente con condiciones dignas de atención. Esto se traduce en un espacio independiente de otras áreas del establecimiento penitenciario, donde permanezcan los internos/as durante todo el proceso de tratamiento, aislados del resto de la población penal. Las instalaciones en las que se desarrollan las actividades del programa de tratamiento deben satisfacer las exigencias de higiene y seguridad para todas las personas insertas en el programa y para el personal que realiza la intervención. Espacios donde los internos/as puedan cumplir el programa de intervención aislados del resto de la población penal, a lo menos en las primeras etapas del tratamiento. Esto es necesario debido que al inicio del proceso se requiere que el 58 interno/a se adapte a una nueva estructura, cuyo centro es el tratamiento, y que esta conformado por un conjunto de normas y códigos distintos a los presentes en la subcultura carcelaria, los cuales le permiten acomodarse y sobrevivir en el sistema carcelario. Desarrollar mecanismos y estrategias que permitan detectar y llegar a la población penal que presenta el problema real de consumo, es decir el consumidor problemático, marginal al interior del establecimiento penitenciario, (sospecha diagnóstica, confirmación diagnóstica e incorporación a grupos motivacionales o pre. tratamiento ) . Interrelación y armonización de la intervención con drogodelincuentes, con los demás programas que se desarrollan dentro del marco del tratamiento penitenciario. Equipos mixtos, especializados en tratamiento de adicciones y formación criminológica, que permita abordar las dos variables de intervención relevantes: drogas y delito. No obstante, en algunos casos se requieren conocimientos especiales que se relacionan con las características propias de determinados internos/as. Integración y socialización del programa de intervención con las distintas instancias y personas que se desempeñan en el interior de un establecimiento penitenciario: profesionales, técnicos, administrativos, oficiales, gendarmes y vigilantes. Compatibilizar y adaptar el programa de intervención con la idiosincrasia, estilo, códigos internos, y valores utilizados en la relación interpersonal con los privados de libertad 14 . Esto reconociendo las características particulares de cada establecimiento penitenciario y los perfiles específicos que reúnen determinada población de reclusos, por ejemplo mujeres, extranjeros, portadores de VIH, homosexuales, etc. Realizar una evaluación diagnostica bio-psico-socio-criminológica y de motivación que oriente y determine la especificidad de la intervención. 14 Lic. J.C. Mancilla, “Adictos en Prisión”, Programa Cambio, Córdova-Argentina 59 Realizar un programa de tratamiento especializado individual, ajustando la intervención a la integralidad de las distintas áreas que contempla el enfoque biopsicosocial. Participar de los mecanismos existentes en el sistema penitenciario que constituyen refuerzos a la conducta positiva de los internos, de tal forma de canalizar por esos medios el proceso de egreso-seguimiento y disminuir la generación de falsas expectativas o frustraciones. El Centro de Tratamiento debe estar abierto a la comunidad, así como también los establecimientos penitenciarios, es decir potenciar la colaboración intersectorial con el fin de romper con la marginalidad en que se encuentran muchas veces los reclusos, y que constituyen un importante apoyo cuando se produce la excarcelación o la reinserción social en el medio externo. Contar con dispositivos y/o redes del medio libre que constituyan un apoyo, orientación, inclusión y contención al momento que los internos inicien la etapa de integración social. Finalizar el proceso de intervención otorgando permisos de salida a los internos, de tal forma que ellos puedan poner en práctica y enfrentar los desafíos de la vida cotidiana con las herramientas que se les han entregado durante el tratamiento. 60 BIBLIOGRAFIA Bourdieu, Pierre. (1998). “La Dominación Masculina”. Ed. ANAGRAMA, Barcelona. Blumer Herbert. (1969). “The methodological Position interactionism”. University of California Press, Berkeley. 1969. of Symbolic CIEG. (2002). Módulo de especialización Género y Etnicidad. Universidad de Chile. Connell, W. R. (1997). “La organización social de la Masculinidad” en “Masculinidad/es. Poder y Crisis”. Valdés, Teresa y Olavaria, José. ISIS Internacional, Santiago. Cloward R y Ohlin L.(1960). Delinquency and Opportunity “. Nueva York: Free Press. 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USO DE DROGAS Es aquella modalidad de consumo que no tiene consecuencias graves para la persona, ya sea porque la cantidad de droga es mínima, o por realizarse con escasa frecuencia, o bajo un estricto control médico. Todo uso de drogas no prescrito por un médico reviste más riesgo. ABUSO El abuso es cualquier consumo de droga que dañe o amenace con dañar la salud física, mental o el bienestar social de un individuo, de un grupo social o de la sociedad en general. La persona que consume abusivamente se disfuncionaliza (no realiza las tareas que se propone en distintas áreas) en forma personal (física y psíquicamente), familiar, social, judicial, etc. por el consumo de drogas. 64 DEPENDENCIA La dependencia podría llegar a ser el final de un proceso que comienza cuando se consume por primera vez drogas o alcohol, y se ahonda a través de la experimentación y el abuso. Los aspectos que la caracterizan son la pérdida del control de sí mismo y de sus actos, la preocupación compulsiva por tener acceso a la droga y uso continuo de ésta a pesar de sus consecuencias negativas. Generalmente va acompañado de tolerancia, y síndrome de abstinencia. CO-DEPENDENCIA Es el conjunto de conductas y actitudes de las personas que rodea (familia, pareja, grupo de iguales, etc) al individuo que presenta una dependencia o abuso de droga. Estos generalmente pueden mantener o perjudicar aún más su problema de dependencia incluso llegando a compartirlo. FORMAS DE CONSUMO De acuerdo a las diversas relaciones que una persona puede establecer con las drogas, se distinguen diversos tipos de consumo: experimentales, ocasionales, consumos habituales, abusivos y dependencia o adicción. PATRÓN DE CONSUMO Son los hábitos generales de la población respecto del consumo de drogas: cuáles son las drogas de las que más se abusa, cómo se suelen consumir, en qué contextos se consumen, cuál es la distribución geográfica de ese consumo, etc. 65 SOBREDOSIS Supone la administración de una droga en un breve espacio de tiempo, en una dosis que supera toda capacidad de asimilación por parte del organismo, generando una intoxicación de distintas severidades que pueden llegar incluso a la muerte. INTOXICACIÓN Es un trastorno inducido por el consumo de drogas que cumple con los siguientes criterios: a) presencia de un síndrome reversible específico de una sustancia debido a una ingestión reciente; b) cambios psicológicos o comportamentales desadaptativos clínicamente significativos debido al efecto de la sustancia sobre el sistema nervioso central, estos cambios se presentan durante el consumo o poco tiempo después de consumirla; c) los síntomas no se deben a enfermedad médica y no se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental. Dentro de la intoxicación hay distintas intensidades que van desde leve, moderada, severa y aguda. La intoxicación aguda es aquella que aparece cuando un organismo recibe en un corto lapso de tiempo una cantidad de droga que altera sus funciones psíquicas y su comportamiento. Si es intensa, puede provocar reacciones graves y exigir una atención médica de urgencia. DESINTOXICACIÓN Proceso por el que pasa una persona desde que deja de consumir la/s droga/s de la/s que depende o abusa hasta que supera las manifestaciones propias del síndrome de abstinencia inducidos por ella. POTENCIAL ADICTIVO Es la capacidad de determinada sustancia para generar dependencia en la 66 persona consumidora. Esta se da no sólo por la naturaleza de la droga utilizada (tipo, dosis, frecuencia, vía de administración) sino también por las propias características de la persona consumidora, sus hábitos, la utilización simultánea de más de una droga, el contexto que le rodea, etc. SÍNDROME DE ABSTINENCIA Es aquel síndrome que debe cumplir con los siguientes criterios: a) es específico de una sustancia debido al cese o reducción de su consumo prolongado y en grandes cantidades; b) causa malestar clínicamente significativo (irritabilidad, sudoración, angustia, temblores, dolores abdominales, insomnio, y otros dependiendo del tipo de droga) y/o un deterioro de la actividad laboral y social o en otra áreas importantes de la actividad del individuo; c) los síntomas no se deben a una enfermedad médica y no se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental. Los síntomas se alivian al volver a consumir la sustancia en la dosis que se suspendió. TOLERANCIA Proceso mediante el cual el organismo se va adaptando a la presencia regular de la droga, por lo que para obtener el efecto deseado es necesario incrementar progresivamente la dosis. POLICONSUMO Consumo combinado de distintas drogas durante un mismo período de tiempo. Esta pauta de consumo multiplica los riesgos asociados al consumo de diversas sustancias. 67 REHABILITACIÓN/TRATAMIENTO Proceso que busca la superación de los problemas de abuso y/o dependencia de las drogas. Incluye el desarrollo de acciones de carácter sanitario, psicológico, social, ocupacional y educativo, tanto a nivel individual como grupal. Los procesos de rehabilitación de las dependencias se realizan a través de una variada gama de opciones terapéuticas y de recursos asistenciales y sociales. INTEGRACIÓN SOCIAL Proceso en el cual se busca promover una situación de estabilidad emocional, personal y de relaciones, que permita al individuo una participación activa y adecuada en su contexto social tras haber superado su problema de drogadicción. REFERENCIA EFICAZ Acciones que se implementan para que la persona y/o familiar con consumo problemático de drogas (abuso o dependencia) se vincule efectivamente con un plan o programa de tratamiento para tratar su situación de consumo y sus consecuencias. Se utilizan instrumentos, herramientas, actitudes y conductas que logren el resultado esperado. COMPROMISO BIOPSICOSOCIAL Se refiere a la cantidad y severidad de los problemas asociados al consumo de drogas. La severidad del compromiso está directamente relacionado con el nivel de disfuncionalidad que su forma de consumo produce en algunas áreas de la vida de la persona. Cuando la persona "deja de funcionar” en lo biológico, lo psicológico y lo social, se habla que presente un compromiso biopsicosocial desde leve, moderado a severo. 68 Anexo N° 2. ¿ CUÁLES SON LAS PRINCIPALES DROGAS Y SUS EFECTOS? La clasificación de las drogas puede realizarse de acuerdo a distintos puntos de vista: farmacológico, conductual, clínico, social, epidemiológico o legal, entre otros. El cuadro que se expone a continuación corresponde a la clasificación que agrupa las drogas por sus efectos predominantes, es decir, que no son los únicos efectos, en el Sistema Nervioso Central, es decir: depresoras, estimulantes y distorsionadoras: Definición Drogas Clasificación de las Drogas Depresoras Estimulantes Distorsionadoras Disminuyen y/o Aceleran la actividad - Actúan sobre el enlentecen el del Sistema Sistema Nervioso funcionamiento del Nervioso Central Central, Sistema Nervioso produciendo Central alucinaciones o ensueño, alteran la senso-percepción. - Efectos - - Alcohol Opio y sus derivados: morfina, codeína, heroína, metadona. Barbitúricos. Tranquilizantes . Alteración de la concentración y en ocasiones del juicio. Disminución de la apreciación de los - - - Marihuana y Hachís. Ácido Lisérgico Dietilamídico (L.S.D.). Peyote y Mezcalina. Hongos. Inhalantes. Euforia. Desinhibición. Menor control emocional. Irritabilidad y agresividad. Menor fatiga. Modificación del estado de vigilia. Modificación de la noción de tiempo y espacio. Exageración de las percepciones Tabaco Cocaína: Pasta Base, Crack. Anfetaminas. Cafeína. de Drogas diseño: éxtasis. - 69 - estímulos externos. Relajación. Sensación de bienestar. Apatía. Disminución de la tensión. Desaparición de la angustia Disminución sueño. Excitación motora. Inquietud. del sensoriales, en especial de los sentidos de vista y oído. Tras esta clasificación de las drogas, que aporta una mirada general respecto de sus efectos en el ser humano, se requiere profundizar en las propiedades o características particulares de algunas drogas lícitas o ilícitas, que ayudarán en la mejor comprensión del fenómeno. Drogas más consumidas nuestro país Alcohol El alcohol es un depresor que reduce la actividad del sistema nervioso central (SNC). Su elemento químico activo es el alcohol etílico o etanol. El alcohol es un elemento embriagante de las bebidas alcohólicas. La cerveza contiene entre un 4% y 7% de alcohol; el vino entre un 9% y un 21%; y los licores como (como el ron, el whisky o el pisco) entre un 35% y un 50%. El consumo de alcohol puede generar dependencia. Cuando se consume habitualmente, produce el síndrome de abstinencia. El delirium tremens es una forma intensa y severa del síndrome de abstinencia, causada por la suspensión brusca del consumo en las personas que consumen grandes cantidades. Algunos síntomas son: temblores, sudor, náuseas, insomnio, convulsiones, ideas delirantes y alucinaciones. Las bebidas alcohólicas más consumidas en Chile son el vino, la cerveza, el pisco y la chicha. Influirán en las características de la embriaguez: la tolerancia, el tipo de alcohol y la cantidad de bebida ingerida, el consumo o no de alimentos, circunstancias ambientales, personalidad y el consumo en paralelo de algún medicamento entre otros factores. El proceso de metabolización del alcohol está dividido en 4 etapas: 70 - La absorción del alcohol está caracterizada por ser un proceso rápido, a través de la mucosa del estómago y del intestino delgado. La velocidad de absorción depende principalmente de la cantidad de alimentos que se encuentra en el estómago al momento del consumo de alcohol. - La distribución del alcohol por el organismo es a través del torrente sanguíneo, actuando como depresor del SNC. - La metabolización del alcohol se hace en el hígado, el que lo transforma gracias a la acción de enzimas en compuestos menos activos e inactivos. Se estima que el hígado de un adulto hombre, sano, de 70 kilos de peso, puede metabolizar aproximadamente 15 ml de alcohol absoluto por hora. - La eliminación se efectúa a través de la orina, transpiración y respiración. Existen métodos bastante eficaces de detección del nivel de alcohol en la sangre, como la alcoholemia. Efectos del alcohol en el organismo: - Sistema Cardiovascular: puede producir alteraciones en el ritmo cardíaco, hipertensión arterial, elevación de la presión sanguínea. La intoxicación de la sangre con alcohol puede producir anemia y dificultades para la coagulación sanguínea. Su uso frecuente y prolongado puede producir enfermedades en las arterias coronarias e insuficiencia cardíaca, llegando a producir cardiopatía alcohólica. - Sistema Nervioso Central: puede producir pérdida de la memoria a corto plazo, baja concentración, pérdida de las funciones de control y coordinación motora. Su uso frecuente y prolongado puede producir deterioro psico-orgánico, depresión y trastornos de la conciencia como alucinaciones y psicosis. - Sistema Respiratorio: Un consumo frecuente y prolongado puede facilitar infecciones respiratorias, neumonías y tuberculosis. - Sistema Digestivo: El consumo puede producir inflamación de esófago, gastritis. Su uso prolongado y frecuente lleva a una deficiencia de minerales (hierro, calcio, etc.); deficiencias de vitaminas (A,B,D, etc.), alteración del nivel de azúcar en la sangre, aumento del colesterol, inapetencia y desnutrición. - Páncreas: puede producir inflamación. 71 - Hígado: puede producir disfunción, hepatitis alcohólica, pudiendo llegar a la cirrosis (paulatina insuficiencia hepática y fibrosis). - Sistema Reproductor: podría provocar impotencia masculina. - Músculos: Su uso crónico podría producir aflojamiento y pérdida de la tonicidad muscular. Alteraciones psicológicas: Puede provocar o facilitar a que se presente: Insomnio, angustia, amnesia, alucinaciones, Delirium Tremens, abuso de otras drogas, depresión, intentos de suicidio, disminución de la autoestima, demencia. El consumo prolongado y crónico de alcohol puede producir una serie de alteraciones cerebrales asociadas a las emociones y el razonamiento, provocando un estado depresivo, alteración del juicio de realidad, acompañado de psicosis y delirio. Alteraciones sociales: El abuso de alcohol o dependencia puede producir una serie de conflictos con las personas cercanas, como por ejemplo violencia intrafamiliar con la pareja o hijos; problemas laborales que se expresan en ausentismo laboral, accidentes de trabajo, cesantía; conflictos con la ley, accidentes y violencia callejera; problemas económicos, etc. Efectos del alcohol en el feto El consumir alcohol durante el embarazo, especialmente durante los primeros tres meses, pone en alto riesgo el desarrollo fetal. El alcohol pasa directamente del torrente sanguíneo de la madre al feto, a través de la placenta. Las mujeres embarazadas que beben tres o más veces al día pueden causar daños permanentes al feto, tales como: bajo peso al nacer, crecimiento insuficiente de la cabeza y el cerebro, desarrollo incompleto del corazón, fisura del paladar, retraso mental, crecimiento lento y defectos cardíacos y genitales. Asimismo, investigaciones recientes muestran una predisposición de los hijos de padres alcohólicos a desarrollar problemas con el alcohol en el futuro. Tabaco El tabaco es una planta de la familia de las solanáceas, originaria de América. El que se usa comercialmente proviene casi en su totalidad de la especie Nicotiana Tabacum, cuyo cultivo está extendido por todo el mundo. 72 La forma más extendida de consumo de tabaco es el cigarrillo, en cuyo humo se han identificado más de 4.000 componentes tóxicos. Entre los más importantes destacan los siguientes: nicotina: sustancia estimulante del sistema nervioso central, responsable de los efectos psicoactivos y de la intensa dependencia física que el tabaco provoca. alquitranes: sustancias probadamente cancerígenas que son inhaladas por el fumador y quienes respiran el humo tóxico que éste devuelve al ambiente. irritantes: tóxicos responsables de la irritación del sistema respiratorio (faringitis, tos, mucosidad, etc.), ocasionada por el consumo de tabaco. monóxido de carbono: irritante que se adhiere a la hemoglobina, dificultando la distribución de oxígeno a través de la sangre. Los efectos del cigarrillo sobre el organismo son: - Sistema Cardiovascular: El consumo puede contraer venas y arterias haciendo que el corazón trabaje más y puede provocar arritmia. - Sistema Nervioso Central: Puede disminuir la capacidad de concentración. - Sistema Respiratorio: El anhídrido carbónico entra a los pulmones, dificultando la oxigenación normal, dificultando muchas veces la actividad física. Su consumo frecuente puede producir bronquitis, enfisema y cáncer al pulmón en forma progresiva. - Nariz: El uso frecuente disminuye el olfato. - Boca: El uso frecuente daña la piel que cubre los labios, la lengua y garganta, alterando el sentido del gusto. También puede provocar infecciones bucales y aumenta la probabilidad de cáncer en esta zona. - Ojos: Produce irritación. Entre los riesgos psicológicos del consumo de esta sustancia, se encuentra la dependencia psicológica, así como reacciones de ansiedad y depresión relacionadas con 73 la dificultad para dejar el tabaco. El consumo de tabaco provoca una dependencia tanto física como psicológica difícil de superar. El síndrome de abstinencia que aparece cuando se deja de consumir esta droga, (a pocas horas de terminar el último cigarrillo) está caracterizado por insomnio, dolor de cabeza, fatiga, aumento del apetito, dificultad de concentración, entre otros síntomas, etc. Marihuana Se extrae de la planta llamada Cannabis Sativa, que contiene más de 400 químicos, entre los cuales se encuentra un compuesto alucinógeno llamado tetrahidrocannabidol (THC). Actualmente el THC contenido en la marihuana que se comercia, que es de producción industrial y no artesanal, es mucho más poderoso y concentrado que en las décadas anteriores. A eso se suma que en la actualidad, la mayor parte de la marihuana que venden los traficantes viene con aditivos químicos solventes como kerosene y benzeno, para lograr prensarla, lo que produce daños anexos y más graves en el cerebro (este es el caso de la marihuana prensada o paraguaya). La marihuana actúa como depresor y desorganizador (alucinógeno) del Sistema Nervioso Central. Dado que el THC no es soluble en agua, las únicas formas de consumo de la marihuana son la ingestión o la inhalación. Normalmente se fuma en cigarrillos hechos a mano o mezclada con tabaco. Los principales efectos son de rápida aparición y varían según el estado de ánimo de individuo, las dosis, el tipo de Cannabis, etc. Inicialmente en dosis bajas puede producir sensaciones placenteras de calma y bienestar, aumento del apetito, locuacidad e hilaridad, taquicardia, enrojecimiento de los ojos, dificultades en los procesos mentales complejos, como pérdida de la memoria a corto plazo, de la capacidad de concentración y reacción motora, alteración de la percepción del tiempo, del tacto, olfato y gusto. Esto prosigue en una segunda fase caracterizada por la depresión y somnolencia. En dosis altas, el consumo de marihuana puede provocar confusión, letargo, estados de pánico, percepción alterada de la realidad. El consumo frecuente de marihuana puede producir alteraciones en la memoria a corto plazo, la capacidad de razonamiento, atención y aprendizaje, y provocando un adormecimiento de los sentidos y la capacidad de reacción. Llega a producir lo que se llama el “Síndrome amotivacional”, caracterizado por una falta de interés y motivación en los proyectos y relaciones personales. Existen evidencias que el uso crónico de la marihuana puede altera la producción de espermatozoides en el hombre, producto de la baja en la testosterona. En las mujeres 74 puede producir alteración en el ciclo menstrual, afectando así la fertilidad de ambos sexos. Sin embargo, el riesgo más importante que presenta esta sustancia es su clasificación como droga de inicio entre los niños y jóvenes que comienzan su consumo de drogas. Es decir, muchos de los consumidores de Cannabis Sativa parten con la marihuana para después experimentar con otras drogas o sustancias con un poder más adictivo y más perjudiciales para la salud. Si bien no todo usuario experimentará necesariamente con otras sustancias más peligrosas, sí existe un riesgo derivado de ingresar en el circuito de consumos ilícitos. Casi el 100 % de los consumidores de otras drogas ilegales iniciaron su consumo primero con alcohol, tabaco y marihuana. Los Efectos sobre el organismo son: • Sistema Nervioso Central: Estado inicial de excitación y euforia, luego produce relajación (sueño, laxitud). En dosis altas: se puede afectar la memoria a corto plazo. Provoca alteraciones en la percepción, alteración del juicio, la coordinación motora, razonamiento y pensamiento lógico, alucinaciones (especialmente en lo que se refiere a tiempo y espacio), ansiedad, sentimientos persecutorios. Puede provocar trastornos mentales. Su consumo crónico deriva en dependencia y en el “síndrome amotivacional” (depresión, desinterés generalizado). • Sistema Reproductor: Su uso crónico puede provocar alteración de las hormonas sexuales: disminuye la cantidad de espermatozoides en el hombre y altera el ciclo menstrual en la mujer. • Sistema Respiratorio: Produce la aceleración del ritmo respiratorio. Al ser fumada, provoca los mismos efectos que el cigarrillo sobre los pulmones, es decir, irritación, y mayor probabilidad de infecciones respiratorias (neumonía, bronquitis crónica, etc.) El fumador la inhala y retiene en sus pulmones el humo el mayor tiempo posible. Esto inflama los pulmones y produce efectos dañinos en otros órganos, como la garganta. • Sistema Cardiovascular: Aumenta el ritmo cardíaco. Algunos de los efectos psicológicos (además de los efectos en el Sistema Nervioso Central) que puede producir son: desinhibición de la conducta, dificultad para expresarse con claridad, episodios de pánico. Además, se distorsiona la capacidad para percibir con claridad los peligros potenciales, como por ejemplo, cruzar la calle con 75 autos en contra. La dependencia psicológica de la marihuana puede presentar dificultad para disfrutar de la vida y hacer frente a sus exigencias, a menos que se esté bajo los efectos de las drogas. La persona empieza a creer que si no consume, no puede rendir ni funcionar en sus actividades cotidianas. La marihuana es una droga ilegal y su consumo está sancionado. Si la persona es sorprendida consumiendo marihuana en un espacio público, o si se ha reunido especialmente con un grupo para consumirla, corre el peligro de ser detenido. También es falta portarla. Además, está penalizada su elaboración y comercialización como delito. Clorhidrato de Cocaína La cocaína es un alcaloide extraído de la hoja de un arbusto llamado coca, oriundo de la región de los Andes, en América del Sur. El consumo de hojas de coca ha existido desde hace miles de años en grupos indígenas, con fines rituales o como complemento alimenticio. Su consumo tradicional consiste en mascar la hoja de coca para provocar su acción sobre el organismo. Las cantidades absorbidas de este modo son muy reducidas, por lo que apenas se registran consecuencias adversas. El procesamiento químico de las hojas de coca, da lugar a distintos derivados: - El clorhidrato de cocaína, conocida popularmente como cocaína. El sulfato de cocaína, conocida como pasta base. La cocaína base, conocida como crack. La cocaína es una droga estimulante consumida generalmente por inhalación. Su fácil absorción hace que llegue rápidamente al cerebro, provocando efectos a los pocos minutos. Su consumo provoca una sensación de energía, vigor, alerta y rendimiento físico, pérdida de apetito, aceleración del corazón y aumento de la presión sanguínea, sin embargo esta sensación de potencia va acompañada de nerviosismo, aumento de la ansiedad, palpitaciones y aumento de la presión arterial, donde las irregularidades del funcionamiento cardíaco pueden causar un infarto. Produce tolerancia, es decir, la persona requiere de dosis cada vez más altas para provocar los efectos deseados y síndrome de abstinencia, es decir, la persona experimenta una serie de alteraciones físicas y sicológicas al dejar de consumir en forma abrupta (fatiga, depresión, ansiedad, alteraciones del apetito, irritabilidad, deseo incontrolable de consumir) Por todo esto se ha llegado a la conclusión de que la cocaína es adictiva. Se consume habitualmente por vía nasal; unos pocos consumidores se la inyectan, ya sea sola o mezclada con otras drogas. 76 Los efectos inmediatos de dosis moderadas de cocaína son principalmente los siguientes: • • • • • • • Ausencia de fatiga, hambre y sueño Exaltación del estado de ánimo Mayor seguridad en sí mismo Disminuyen las inhibiciones y el individuo suele percibirse a sí mismo más capaz y competente Aumento de la temperatura corporal y la sudoración Sensación general de euforia y bienestar Anestésico local Los efectos de altas dosis son: • • • • Ansiedad intensa y agresividad Alucinaciones Temblores y movimientos convulsiones Paranoia Los efectos de la cocaína en el organismo son: • Sistema Cardiovascular: Aumento del ritmo cardíaco y presión sanguínea. En dosis altas puede producir arritmias e infarto. • Sistema Nervioso Central: Euforia, estado de ánimo expansivo. Alteraciones en el sueño y apetito. Impulsividad, ansiedad y agresividad. Su uso crónico puede producir alucinaciones, paranoia, ansiedad, psicosis ( alteración del juicio), insomnio, violencia, conducta errática. • Mucosa Nasal: Perforación del tabique nasal (por infarto de la mucosa nasal) • Hígado: Se puede contagiar la hepatitis (B y/o C) por intercambio de jeringas usadas en los consumidores de cocaína por vía inyectable (en Chile es todavía es poco frecuente). • Sistema Respiratorio: Puede facilitar infecciones respiratorias (como sinusitis y otras, y puede aumentar la irritación de las vías respiratorias). 77 Efectos psicológicos: El consumo de cocaína puede provocar importantes trastornos psíquicos, tales como crisis de ansiedad, insomnio, desazón, irritabilidad; desinterés por su familia, trabajo y relaciones en general; ruptura de conductas éticas habituales; psicosis (ideas persecutorias, alucinaciones visuales y auditivas, reacciones agresivas) y depresión. La dependencia psíquica a esta droga es una de las más intensas. Debido a las características toxicológicas de la cocaína, se pueden producir muertes por sobredosis. Durante el embarazo el consumo de esta droga afecta seriamente al desarrollo fetal. Pasta base de cocaína (Sulfato de cocaína) La pasta base de cocaína es extraída de las hojas de coca a través de un proceso de maceración y mezcla con solventes tales como la parafina, bencina, éter, ácido sulfúrico, etc. Tiene apariencia de polvo blancuzco o amarillento, dependiendo de la sustancia con que ha sido mezclada. El sulfato de cocaína o pasta base se puede fumar y el calor no desnaturaliza o inactiva el alcaloide esto si ocurre con el clorhidrato de cocaína si se expone al calor intenso. La pasta base se fuma mezclada con tabaco (se conoce como “mono”) o marihuana ( llamado “marciano”), o directamente en pipas o antenas de TV. Contiene importantes residuos altamente tóxicos como ácido sulfúrico, kerosene, plomo, metanol, entre otros, lo que la hace altamente adictiva. El hecho de que la Pasta Base contenga el alcaloide más los solventes, y sea altamente adictiva, la hace mucho más peligrosa para el organismo que otras drogas. Es una droga que produce fuerte adicción, porque la sensación inicial de excitación y bienestar dura muy poco y es seguida rápidamente por angustia. Esta angustia es lo que empuja a seguir consumiéndola, por eso popularmente el período tras la sensación inicial se conoce con el nombre de “angustia”, y los que la consumen se denominan “angustiados”. Dado el carácter extremadamente adictivo de la cocaína y las particularidades químicas de la pasta base, un consumidor de fin de semana puede fácilmente pasar a ser una persona adicta. Se calcula que el tiempo promedio para que una persona que aspira cocaína se convierta en adicta es de dos años, mientras que el tiempo promedio para los consumidores de pasta base es de tres meses. Los efectos de la Pasta Base dependen de muchas variables como el tipo de preparación, la dosis, la frecuencia del consumo, las impurezas, etc. Sin embargo, 78 cuando se fuma tiene un efecto muy rápido, intenso y de corta duración. Las vías más rápidas de llegar al sistema nervioso central y cerebro es por vía inyectada y fumada. Los efectos de la Pasta Base en el organismo son: • • Sistema Cardiovascular: Produce taquicardia, hipertensión arterial. Sistema Nervioso Central: Provoca euforia y rigidez muscular inicial. Luego disforia, depresión, inseguridad y ansiedad. En dosis altas se ha observado una falta de coordinación, alucinaciones y psicosis. Las conductas son agresivas y antisociales. Su uso crónico lleva a un déficit en la memoria, alteración del juicio, paranoia, dependencia, desgano, agotamiento, deterioro psicológico y orgánico, desinterés laboral y académico. También provoca una fuerte inhibición del apetito. Físicamente, los consumidores de Pasta Base suelen perder peso en forma rápida, presentar palidez y taquicardia y otros efectos físicos tales como vómitos, temblores, agitación y mareos. Efectos Psicológicos: Sus efectos suelen dividirse en 4 etapas: la primera es de euforia, observándose una disminución de las inhibiciones, sensación de placer e intensificación del estado de ánimo. En algunas personas puede provocar cambios en los niveles de atención, hipervigilancia, hiperexitabilidad, impresión de ser competente y capaz, aceleración de los procesos del pensamiento. En la siguiente etapa, llamada de disforia o angustia, el sujeto bruscamente empieza a sentirse angustiado, deprimido e inseguro. Se produce un deseo incontenible de consumir buscando los efectos de la primera etapa. Se produce tristeza, apatía e indiferencia sexual. En la tercera etapa, el sujeto empieza a consumir ininterrumpidamente para evitar los efectos de la segunda etapa angustiosa. Finalmente se cae en la etapa de psicosis o pérdida del contacto con la realidad. Las alucinaciones pueden ser visuales, cutáneas, auditivas u olfatorias. Las psicosis se presentan con agitación motora, ideas paranoides (sensación de persecución) y agresividad. Los episodios de psicosis pueden durar semanas o meses. Efectos sociales: La pasta base es una droga sumamente adictiva, y producto de las alteraciones y efectos psicológicos inmediatos al consumo, las relaciones interpersonales se ven sumamente alteradas. Los altos niveles de angustia en los que se sume la persona producto del consumo compulsivo, lo llevan a realizar acciones desesperadas para conseguir la droga, involucrándose en problemas de orden familiar, social, laboral y judicial. 79 Otras drogas consumidas en Chile Inhalantes Bajo este nombre se agrupa a una serie de sustancias químicas que tienen en común el ser solventes volátiles que se inhalan (barnices, acetona, tolueno, lacas, esmaltes, etc). Los vapores inhalados llegan rápidamente al torrente sanguíneo, como si fuesen inyectados. Los efectos de estas sustancias son náuseas, estornudos, tos, hemorragias nasales, sensación y aspecto de cansancio, mal aliento, falta de coordinación y perdida de apetito. A nivel del corazón puede producir insuficiencia cardiaca por daño directo de las células músculo cardíaco, pudiendo producir la muerte por paro cardíaco. A nivel pulmonar, se reduce el ritmo respiratorio, y la cantidad de oxígeno en el cuerpo, y se facilitan las infecciones de la vía respiratoria (faringitis, bronquitis, y otras). La menor cantidad de energía y la mayor cantidad de sustancias químicas (normalmente en bajas concentraciones en el cuerpo de un no consumidor), provoca una más rápida fatiga muscular. Existen evidencias que los inhalantes podrían dañar la médula de los huesos, disminuir la cantidad y movilidad de los espermios en los hombres y alterar el ciclo menstrual en las mujeres. Efectos en el organismo Los inhalantes pasan rápidamente a la sangre y se adhieren a los tejidos grasos del cerebro, sintiéndose casi de inmediato sus efectos. La intoxicación producida tiende a ser de breve duración, pero puede prolongarse por varias horas si el producto se consume repetidas veces. Aunque son diferentes en su constitución, casi todos los inhalantes que son objeto de abuso producen efectos análogos a los anestésicos y el retardo de las funciones corporales. En dosis bajas, las personas pueden sentirse ligeramente estimuladas. A medida que se aumenta la cantidad se produce desinhibición, con perdida de control, y llegando incluso a perder la conciencia cuando las dosis son muy elevadas. Entre los efectos iniciales pueden citarse los de náuseas, tos, estornudos, sangramiento de la nariz, sentimiento y aspecto de cansancio, mal aliento, falta de coordinación y pérdida de apetito. Además los disolventes y aerosoles reducen el ritmo cardíaco y pulmonar y afectan la capacidad de juicio de la persona. 80 A corto plazo Se observan efectos más graves al respirar profundamente estos vapores, o utilizar una gran cantidad en un breve espacio de tiempo. En estos casos puede producirse la pérdida de contacto con el ambiente que rodea a la persona, una pérdida de control, comportamiento violento, pérdida del conocimiento e incluso la muerte. Esta última se puede producir por depresión del sistema nervioso y parálisis de la respiración, por insuficiencia cardiaca aguda o por aspiración de vómitos. Peligros a largo plazo - Pérdida de peso. Fatiga. Desequilibrio electrolítico (sales). Fatiga muscular. Daño permanente al sistema nervioso con la consiguiente reducción de las capacidades físicas, mentales. Daños al hígado, riñones y a la médula ósea. Disminución de la producción de espermios en los hombres, y alteración del ciclo menstrual en las mujeres. Daño a las células del músculo cardíaco provocando eventual insuficiencia y paro cardíaco. Barbitúricos Son medicamentos que disminuyen la actividad funcional. Son recetados por los médicos como sedantes, para inducir el sueño, o como tranquilizantes, en dosis pequeñas para calmar al paciente (pre-anestésicos). Generalmente, las personas se automedican ante el menor insomnio o situación de ansiedad, sin tomar en cuenta los riesgos físicos y psicológicos que conlleva el consumo de estas sustancias sin el debido control médico. Los efectos de estas sustancias a corto plazo son la disminución de la ansiedad y de la agitación, de las respuestas emocionales y del dolor, el nivel de atención baja, se produce relajación muscular y se facilita el dormir (que no es lo mismo que descansar). Con dosis elevadas disminuye la presión arterial y se presentan vértigos y desmayos, puede haber depresión respiratoria. 81 El consumo de barbitúricos en dosis elevadas produce efectos como euforia inicial, incapacidad de coordinar las ideas y de articular el lenguaje, y pérdida del equilibrio. Con dosis mayores hay pérdida de conciencia y posteriormente la muerte, que es provocada por paro respiratorio. Anfetaminas Las anfetaminas son estimulantes ampliamente conocidos y su consumo es muy frecuente. Incrementan la actividad física y psicológica, el estado de alerta y la excitación. Sus efectos ocultan la fatiga y las personas que la consumen indebidamente exceden los límites de su resistencia física sin darse cuenta. Las anfetaminas, la dextroanfetamina y la metanfetamina, fueron utilizadas como medicamentos en el tratamiento de enfermedades como la narcolepsia (raro desorden que causa una tendencia incontrolable al sueño), la depresión, la obesidad (por ser un potente inhibidor del apetito) y la hiperactividad de la niñez. El reconocimiento por parte de los médicos de los efectos dañinos y el limitado valor terapéutico de estas drogas, ha llevado a una marcada reducción de su uso. Actualmente en Chile sólo se autoriza para el tratamiento del déficit atencional con hiperkinesia en los niños. El consumo de anfetaminas produce una sensación temporal de exaltación de ánimo, hiperactividad, pérdida de apetito, insomnio, vigor intenso y locuacidad. Los síntomas físicos que produce esta droga son dilatación de las pupilas, sudor excesivo, temblores, mareos, sequedad en la boca y labios, entre otros. Los efectos a nivel del comportamiento son aceleración, irritabilidad, ansiedad, agresividad, pánico y alucinaciones. Sin embargo, cuando los efectos desaparecen, sigue un periodo de depresión (de rebote). Drogas de Síntesis - Éxtasis Son sustancias producidas por una síntesis química (es una droga artificial y no natural) en laboratorios clandestinos. Generalmente se trata de derivados anfetamínicos, a los que muchas veces se añade un componente de efectos alucinógenos. Estas drogas se comercializan en forma de pastillas o comprimidos y sobre su superficie se graban diversos dibujos o iniciales que sirven como elementos de identificación. Existen varias sustancias que entran en la denominación de “drogas de síntesis”, sin embargo nos referimos a la más conocida y consumida de ellas: el metilendioximetanfetamina (MDMA) o comúnmente llamada “Extasis”. El consumo de 82 esta droga tiene como efecto una experiencia mixta de estimulación de la percepción, euforia, empatía social y muchas veces efecto alucinógeno visual similar al efecto de la mezcalina. Los análisis farmacológicos de las sustancias decomisadas por la policía en Europa han demostrado que muchas de ellas son objeto de una importante adulteración, lo que las hace más peligrosas, pues son mezcladas con otros productos, constituyendo lo que algunos han denominado «basura química». Su aspecto es el de comprimidos, tabletas o cápsulas de diversas formas y colores, ilustrados con dibujos y logotipos variados. Entre sus principales efectos psicológicos podemos nombrar a la sociabilidad, empatía, euforia, sensación de omnipotencia, desinhibición, locuacidad, inquietud, confusión y agobio. Los efectos fisiológicos del éxtasis son: taquicardia, arritmia e hipertensión; sequedad de boca, sudoración, contracción de la mandíbula, temblores, deshidratación y aumento de la temperatura corporal (hipertermia). Mientras no existían investigaciones sobre las consecuencias del uso del éxtasis en el organismo, se trató de presentar esta droga como inofensiva e inocua. Sin embargo, los daños producidos en algunos consumidores revelan graves riesgos para la salud y específicamente sobre el sistema nervioso central, tales como crisis de ansiedad, trastornos depresivos y alteraciones psicóticas. Cabe señalar que el consumo de éxtasis en los ambientes congestionados en los que a menudo tiene lugar y bajo las condiciones de baile intenso a las que se asocia, conlleva una serie de riesgos que pueden ocasionar: aumento severo de la temperatura corporal (hipertermia severa), arritmia, convulsiones, radomiólisis (acumulación de proteínas musculares en la sangre), insuficiencia renal, coagulopatía, hemorragias, trombosis, infartos cerebrales e insuficiencia hepática, y deshidratación. 83 Anexo N°3. MODELO TRANSTEÓRICO PARA EL CAMBIO El modelo de Prochaska y Di Clemente, denominado Transteórico Para el Cambio nos explica cómo la motivación cambia a lo largo del tiempo y cómo esto es importante para evaluar la disposición para el cambio de parte de las personas. Prochaska y DiClemente han esbozado un modelo para describir este proceso de motivación creciente para el cambio, que hemos encontrado sumamente útil para evaluar la disposición hacia el cambio de cada persona, como una forma de comprender mejor la recuperación e identificar las diversas acciones que se pueden realizar con las personas para motivar el cambio de conducta. En este modelo transicional del cambio se proponen diversas etapas o fases de la motivación: 1.- Precontemplación: En esta etapa la persona no se da cuenta de que existe un problema pues, realmente no ha hecho conciencia de ello. Por esta razón el adicto no estará motivado a buscar ayuda pues ni siquiera acepta que hay problemas. Lo que 84 ocurrirá es que la adicción seguirá evolucionando y se acumularán las consecuencias negativas. Orientaciones para la acción: La persona necesita información y feedback a fin de que pueda aumentar su conciencia del problema y la posibilidad de cambiar. La escucha activa es fundamental. Aumento de la duda. Aumento de la percepción de los riesgos y problemas de su conducta actual. Cambiar los mitos y creencias en torno así mismo y a la droga. Los consejos muy eventualmente le pueden ayudar. 2.- Contemplación: En esta etapa ya las evidencias del daño se hacen obvias para el adicto, desarrollando una conciencia del problema que va de menor a mayor. La persona en contemplación, comienza a invertir energía psicológica en pensar acerca del cambio, pero esto no se traduce en acciones concretas. Orientaciones para la acción: La persona toma conciencia del problema, pero es ambivalente: considera y rechaza el cambio a la vez. Es necesario ayudarle a inclinar la balanza hacia las razones para cambiar y los riesgos de no cambiar. Aumentar la autoeficacia para el cambio de la conducta actual. Buscar excepciones de experiencias placenteras sin consumo. 3.- Preparación: En esta etapa las personas se motivan a buscar ayuda porque saben que deben hacer algo para resolver el problema. La persona acude a consulta, pide consejo y planifica. Aún así, no se ha llegado al punto donde se está dispuesto a invertir mucha energía en los cambios, por lo tanto el problema sigue evolucionando. Orientaciones para la acción: Frente a la afirmación: ¡Tengo que hacer algo con este problema¡, ayudar a encontrar soluciones, convirtiendo el problema en una posibilidad para el bienestar. Frente a las afirmaciones: ¿Qué es lo que puedo hacer? ¿Cómo puedo cambiar?, reflejar que ya esta cambiando, que el cambio es lento y paulatino que cada dia es un avance hacia el logro de su proyectos. La persona da pasos hacia el cambio evidentes y necesarios Ayudar a la persona a determinar el mejor curso de acción que hay que seguir para conseguir el cambio Aconsejarle el recurso terapéutico más adecuado, accesible, apropiado y efectivo. La Influencia social positiva es fundamental. Apoyo de la familia, el grupo de pares, la empresa. 85 4.- Acción: En esta etapa ya se ha pasado el punto de tolerancia, por lo que el adicto está listo para hacer los cambios necesarios. Una vez llegado a este punto la persona sabe que no quiere seguir viviendo en su actual situación y estará dispuesto a invertir energía en los cambios. Sin embargo si no se canaliza adecuadamente puede no avanzarse en la dirección correcta. Orientaciones para la acción: Ayudar a la persona a dar los pasos al cambio y a mantenerse en ellos con firmeza. Orientación efectiva o inicio de la terapia. Producir el cambio para resolver el problema, encontrando soluciones eficaces Valorar la capacidad que tienen las personas para cambiar. Disminución del consumo y cambio de hábitos 5.- Mantenimiento: Una vez realizados los cambios hay que mantenerlos lo suficiente para que se hagan permanentes. Es muy usual que las personas en recuperación, se descuiden en esta fase porque a veces, no hay adecuada conciencia de la tendencia a la recaída, que posee la adicción. Si la persona invierte tiempo en mantener los cambios logrados todo irá bien, pero si se descuida o aminora la marcha, puede presentarse una recaída. Orientaciones para la acción: Mantenerse en abstinencia Ayudar a la persona a identificar y utilizar las estrategias aprendidas para evitar la recaída. Ayudar a la persona aprender otras habilidades y estrategias diferentes a las iniciales, que le permiten mantener el cambio. Ayuda al fortalecimiento de redes formales e informales de apoyo. 6.- Recaídas: La adicción tiene una tendencia natural a la recaída debido a la gran cantidad de elementos aprendidos y estructurales, que están activos a pesar de que se hayan hechos nuevos hábitos de comportamiento. A esto se suma el hecho de que los cambios por realizar, pueden ser abrumadores. Si el adicto toma conciencia de estos hechos, y se hace responsable de mantener su recuperación en marcha, no habrá recaídas. Las recaídas son partes de un ciclo de aprendizaje hacia el mejoramiento de la recuperación. En esto la adicción se comporta como otras enfermedades crónicas. Entrenamiento exhaustivo en prevención de recaída. 7.- Terminación: Una vez que los cambios son mantenidos a lo largo del tiempo, los disparadores y conductas de búsqueda, así como los deseos de uso, dejan de poseer la fuerza que hubieran tenido sobre el adicto; se hacen menos intensos 86 progresivamente, hasta que cesan. Aún así la tendencia a la recaída se mantiene, por lo que la recuperación en el adicto, es un proceso que dura de por vida. Este modelo transteórico del cambio hace notar que la motivación no es una cualidad estática, sino más bien un recurso psicológico dinámico, que puede incrementarse a medida que la persona toma conciencia de su problema. PRINCIPIOS PARA LA MOTIVACIÓN Expresar empatía La aceptación facilita el cambio. Una escucha reflexiva adecuada es fundamental. La ambivalencia es normal. Crear la discrepancia Tomar conciencia de las consecuencias es importante. Usar discrepancia entre la conducta actual y los objetivos más importantes que se quieren conseguir, motivará el cambio. La persona debe presentar sus propias razones para cambiar. Evitar la discusión Las discusiones son contraproducentes. Defender un argumento provoca defensividad. La resistencia es una señal que indica que se deben cambiar las estrategias que se han estado utilizando. No es necesario usar etiquetas. Darle un giro a la resistencia Se debe aprovechar el momento actual con el fin de obtener el mayor beneficio posible. Las percepciones se pueden cambiar. Los nuevos puntos de vista se sugieren, no se imponen. La persona es una fuente valiosa a la hora de encontrar soluciones a los problemas. Fomentar la autoeficacia La creencia en la posibilidad de cambiar es un factor motivacional importante. La persona es responsable de escoger y llevar a cabo un cambio personal. Existe un cierto grado de esperanza en la amplia variedad de diferentes tratamientos de los que se dispone. 87 Estrategias Motivacionales Efectivas - Ofreciendo ayuda; identificar el problema, explicar por qué el cambio es importante, recomendar un cambio específico - Eliminando Obstáculos: resolver los problemas prácticos. - Ofreciendo alternativas: la posibilidad de elegir entre distintas alternativas, disminuye la resistencia y el abandono y mejora tanto el cumplimiento como los resultados. - Disminuyendo la deseabilidad: identificar los incentivos que la persona tiene para continuar con su conducta o modificarla. - Practicando la empatía. - Ofreciendo un Feedback: información sobre la situación actual a través de relatos de familiares o cercanos, resultado de pruebas. - Aclarando Objetivos: aclarar lo que es normal y aceptable (subcultura). - Ofreciendo ayuda activa: interés genuino, activo y proactivo. 88