cartografía - Instituto Panamericano de Geografía e Historia

CARTOGRAFÍA
Primera imagen cartográfica del Perú:
mapas de los siglos XVI y XVII
DR.TEODORO HAMPE MARTÍNEZ
En este artículo describiremos una serie
de mapas del Perú de los siglos XVI y XVII,
donde mencionaremos la existencia de una
serie de ciudades, geografía y sus pulsantes
extensiones, de acuerdo a la visión de los
geógrafos y cartógrafos de aquella época.
Hay que tener en cuenta que el virreinato
del Perú fue creado en 1542, tomando
como base las gobernaciones de Nueva
Castilla (Pizarro) y Nueva Toledo (Almagro).
Su extensión original abarcó casi todo
el frente occidental y sur de la América
meridional, desde Panamá hasta el
estrecho de Magallanes. Estos límites se
montaron sobre los confines del Imperio
Incaico, cuyo territorio llegó a comprender
unos tres millones de kilómetros
cuadrados. Durante el reinado del inca
Huayna Cápac, el Tahuantinsuyo abarcó
gran parte de los actuales territorios de
Ecuador, Perú, Bolivia y Chile, y también
comprendía algunas zonas de Colombia y
Argentina. Sobre esta área se organizaron
los virreinatos, gobernaciones y capitanías,
colonias de España.
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1. Las descripciones cartográficas
más antiguas
Al ser descubierto el Perú, la ciencia geográfica
había dado un enorme avance sobre la
nebulosa concepción de la tierra de la época
medieval. El Mediterráneo empleó la lección
de la brújula, los portulanos y las cartas de
marear, que desterraron las leyendas de
países fabulosos, animales monstruosos y
seres fantásticos y aseguraron los derroteros
de futuros viajes oceánicos. En este contexto,
el primer mapa americano conocido es el de
Juan de la Cosa (1500), piloto vizcaíno, en que
aparece el contorno oriental del continente
americano entre el golfo de México y las
Antillas, un trazo ya seguro de la tierra firme y
la costa brasileña hasta el golfo de San Agustín.
A partir de entonces se desarrollan una serie de
mapamundis, planisferios y esferas.
El primer mapa que dibuja ya las costas
peruanas y recoge nombres geográficos
quechuas es el del portugués Diego Ribero,
de 1529, piloto y maestro en la elaboración de
cartas, fue por esos años cosmógrafo de la Casa
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de Contratación de Sevilla. Su mapa lleva como
título «Carta universal en que se contiene todo
el mundo que se ha descubierto hasta agora».
En la parte correspondiente al Perú recoge
los datos enviados por Pizarro y sus pilotos y
consigna varios nombres de islas, ríos, cabos
y otros accidentes en el litoral. Una leyenda
enclavada en el mapa señala que en «esta
tierra de Perú» se halló oro y plata para rescatar,
gente bastante razonable, grandes ciudades
con muros y templos donde se adoraban los
ídolos primitivos y unas «ovejas» de cuya lana
se hacían paños.
La organización administrativa de las Indias
contemplaba la presencia, entre otros
funcionarios, de un Cartógrafo Mayor, que era el
encargado de llevar los registros cartográficos
de los dominios españoles en el continente
americano, los cuales eran actualizados cada
vez que la Corona creaba nuevos virreinatos,
audiencias o capitanías generales. Durante
la época imperial, España llevó un registro
gráfico minucioso de sus colonias en América.
Esto fue así con los propósitos de fijar sus
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posiciones ultramarinas frente a los demás
países colonialistas de Europa y repartir las
tierras entre los conquistadores, sobre todo en
la primera etapa de la colonización.
La capital del virreinato del Perú quedó ubicada en
el territorio donde se había desarrollado la cultura
Ychma, en la costa central del país. Allí se erigió la
ciudad de Los Reyes por su cercanía con las orillas
del océano Pacífico, donde se hizo el puerto del
Callao, de ubicación estratégica para el embarque
y desembarque de personas y animales, de
bienes europeos y de metales preciosos y algunos
elementos del contorno local.
El inmenso desarrollo de la cartografía europea
en el siglo XVI nos impide formar un inventario
completo de todos los mapas en que apareció
la imagen del Perú a partir de la «carta universal»
de Ribero de 1529. Abundan en aquella época los
mapamundis, los globos terrestres en metal y en
madera y los tratados de cosmografía, muchos
de ellos con nombres antiguos y simbólicos.
Las características generales de esos mapas son su
aspecto decorativo de libro iluminado y miniado y
su falta de precisión en la graduación de longitudes y
latitudes, guiada por la descripción costera de pilotos
prácticos.
Posteriormente aparecerá una crucial fuente
para las tareas cartográficas de Occidente;
el mapamundi realizado el año 1569 por
Gerardus Mercator (1512-1594). Este fue
quien el que aplicó la palabra «atlas» para
identificar a los libros de mapas y se ufanó de
confeccionar cartas y atlantes de exactitud
e influencia incomparables. La idea original
de adecuar los mapas a un tamaño uniforme
y de encuadernarlos conjuntamente podría
también haber sido suya. Cuando el Theatrum
Orbis Terrarum de Abraham Ortelius apareció,
en 1570, la producción cartográfica europea
experimentaba un cambio en el centro de
actividades: de Italia a Flandes. Amberes, el
gran puerto flamenco sobre el río Escalda,
se convirtió en foco de la nueva actividad
empresarial y tipográfica europea, según ha
puesto de relieve el investigador y diplomático
Iván Pinto Román («Abraham Ortelius y el
mayor atlas del siglo XVI», La Lámpara Azul, Nº
8, 2009).
científico del universo conocido hasta entonces,
en donde figura el primer mapa específico del
Perú. Nos referimos al Theatrum Orbis Terrarum,
revolucionario libro que hiciera Abraham Ortelius
(1527-1598), erudito y geógrafo flamenco, y que
tuviera su edición príncipe en Amberes en 1570.
El Theatrum Orbis Terrarum es juzgado como el
primer atlas verdadero, en el moderno sentido
del término: una colección de hojas cartográficas
uniformes anexas a textos que las sustentan, y que
conforman un libro para el cual fueron grabadas
artísticas y muy exactas planchas xilográficas. La
obra de Ortelius es considerada como el sumario
cartográfico del siglo XVI.
El autor del mapa peruano que hemos referido,
titulado Peruviae auriferae regionis typus,
fue el P. Diego Méndez, un sacerdote secular,
capellán del monasterio de la Encarnación
de Lima y cosmógrafo del virreinato hasta su
muerte a inicios del siglo XVII. Este se habría
basado, para el trazo de su perfil geográfico
y la pertinente nomenclatura, en la Crónica
del Perú de Pedro Cieza de León. Opina el
maestro Raúl Porras Barrenechea que «el mapa
es de mayor fidelidad y precisión geográfica
en la nomenclatura que las cartas europeas
de la época y descubre que debió ser hecho
a base de fuentes locales» (Fuentes históricas
peruanas, Lima, 1963, p. 388).
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2. Diego Méndez, Ortelius
y su importante legado
Treinta y cinco años después de la fundación
de la ciudad de Lima, se edita el primer atlas
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Así pues, Diego Méndez (Didaco Mendezio,
como era su nombre latinizado) resulta ser
el autor del primer mapa del Perú levantado
in situ como fruto de una experiencia local.
Es en verdad un pionero, casi desconocido,
en la historia de la cartografía peruana, que
nos presenta la más exacta imagen del Perú
de aquella época. Méndez vivió largo tiempo
en el país, fue consultor geográfico de los
virreyes y autor de varias obras cartográficas.
Corresponde a la figura típica del humanista
renacentista, con una preocupación similar a las
de Pinelo, Calancha, Cobo, Dávalos y Figueroa
o Cabello Balboa, todos ellos partícipes del
espléndido horizonte cultural de la etapa
madura del coloniaje. La edición más conocida
es la de 1574 con el «mapa de la región aurífera
del Perú» (Peruviae auriferae regionis typus).
La hermosa carta, de fino y elegante dibujo,
muestra una airosa carabela en el sur y un
singular velero de cabotaje en el norte.
Abraham Ortelius, considerado como el
Ptolomeo del siglo XVI, se apartó del modelo
tradicional italiano, colocando mucho más
énfasis en la calidad explicativa de los textos.
De hecho, su crédito estuvo basado en la
consulta de libros y mapas de los mejores
cartógrafos. En lo que respecta al Perú, indica
haber consultado a Pedro Cieza de León,
Gonzalo Fernández de Oviedo, Fr. Marcos de
Niza, Francisco López de Gómara, Girolamo
Benzoni, el francés André Thevet y el alemán
Hans Staden.
ENTE RECTOR DE LA CARTOGRAFÍA EN EL PERÚ
Los mapas del Theatrum Orbis Terrarum fueron
una cuidadosa selección de lo mejor en materia
cartográfica. Estaban lógicamente organizados
para representar los continentes, regiones y
estados, con un texto al reverso de los mapas,
lo que proporcionaba información relevante y
referencias ulteriores. Cortadas cada una de sus
páginas de modo que uniformaba las medidas
de las cartas geográficas que contenían
impresas como una compilación de mapas de
iguales dimensiones, el Theatrum fue desde el
comienzo una descripción enciclopédica del
mundo.
Ortelius será siempre recordado por su
habilidad para reunir el inmenso cuerpo de
conocimientos geográficos entonces existente
y publicarlo en un formato consistente y de
alta calidad; crucial para el eventual éxito
de su empresa no sólo su conexión con la
casa tipográfica de Christopher Plantin, el
prototipógrafo del reino, sino también la
acogida que recibió entre la emergente clase
media acomodada de los Países Bajos, que
mostraba un vivo interés por la educación
y las cuestiones científicas. Sólo después de
1610 fue puesta en tela de juicio la exactitud
del Theatrum Orbis Terrarum por la ocurrencia
de hallazgos más recientes, que obligaron
a la confección de piezas cartográficas más
ajustadas a los nuevos datos, tales como los
trabajos de la familia Blaeuw y de Jodocus
Hondius (1563-1612), cartógrafo flamenco
afincado en Amsterdam.
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3. Mapas holandeses y franceses
del siglo XVII
Puede decirse que en el siglo XVI los artistas
y cartógrafos italianos recogen y divulgan,
mayoritariamente,
los
descubrimientos
geográficos realizados por los audaces hombres
salidos de España y Portugal. Sin embarog, el
siglo XVII traerá la decadencia de la ciencia
geográfica en la Península ibérica y la iniciativa
pasará a manos foráneas, llevando inclusive a la
clausura de la Academia de Ciencias de Madrid.
Cabe afirmar que en medio de la «somnolencia
española» la inventiva se traslada a las potencias
rivales en Europa: Inglaterra, Holanda y Francia,
cuyos cartógrafos aguzan el conocimiento de
los derroteros marinos.
Algunos navegantes españoles que regresaron
al viejo mundo después de haber estado
las Indias trabajaron, de hecho, con los
cartógrafos amberinos del Renacimiento y
posteriormente en Amsterdam. Para inicios del
siglo XVII, Porras Barrenechea señala todavía
como suceso digno de nota la aparición de
la descripción de las Indias occidentales de
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Antonio de Herrera (1601), que sintetiza
todo el saber geográfico de los tempranos
descubrimientos. Es una descripción física y
política del continente que va acompañada de
14 mapas, en que se consignan, sumariamente,
los principales puntos y ciudades de cada
sección administrativa.
Presentamos a continuación (bloque superior)
una serie de mapas que sobre el Perú se
elaboraron durante el siglo XVII y en los
cuales se menciona en detalle la existencia
de diversas ciudades y puertos, desde donde
fueron embarcados una variedad de productos
de intercambio y el quinto real.
En el año 1635 data el mapa titulado Perv.
Mar del Zvr, publicado por Guiljemus
Blaeuw (1571-1638), cartógrafo e impresor
holandés, se considera una de las lumbreras
de la cartografía del seiscientos. En este
mapa, se introduce una curiosa posición
de los puntos cardinales, destacando los
dominios españoles sobre la costa y la sierra,
dejando a la Amazonía como «territorios no
descubiertos».
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LEYENDA
•Mapa 1: 1529 - Cartógrafo: Diego Ribero.
Título: Carta universal en que se contiene todo el mundo
que se ha descubierto hasta agora---América.
•Mapa 2: 1529 - Cartógrafo: Diego Ribero.
Título: Carta universal en que se contiene todo el mundo
que se ha descubierto hasta agora---Mar Índico.
•Mapa 3: 1574 - Cartógrafo: Diego Méndez.
Título: Peruviae auriferae regionis typus (Perú).
•Mapa 4: 1635 - Cartógrafo: Guiljemus Blaeuw.
Título: Perv. Mar del Zur.
•Mapa 5: 1647 - Cartógrafo: Jan Jansson.
Título: Perv. Mar del Zur.
•Mapa 6: 1647 - Cartógrafo: Nicolas Sanson d’Abbeville.
Título: Le Pérou et le cours de la Rivière Amazone.
•Mapa 7: 1669 - Cartógrafo: Nicolas Sanson d’Abbeville.
Título: Amérique Méridionale (revisado y editado por
Guillaume Sanson).
•Mapa 8: 1683 - Cartógrafo: Allain Manesson Mallet.
Título: Pérou (versión alemana).
Perv. Mar del Zvr (Amsterdam, ca. 1647);
decorativo mapa realizado por el cartógrafo
holandés Jan Jansson (1588-1664), muestra
una expansión del virreinato hacia el suroeste
comprendiendo territorios al oriente del
lago Titicaca. Como elementos decorativos
incluyendo una cartela ornamentada, una
rosa náutica, cuatro navíos en travesía y tres
monstruos marinos. Registrando más de un
centenar de topónimos, así como numerosos
pormenores en toda su extensión. La mayoría
de ejemplares de este mapa, parte del Atlas
Major, publicado en sucesivas ediciones desde
1640, los cuales poseen una reseña histórica
en el reverso, tanto en su tamaño como en su
contenido, guardando notable similitud con el
mapa de Blaeuw, publicado doce años antes.
Le Pérou et le cours de la Rivière Amazone.
Mapa del cartógrafo Nicolas Sanson
d’Abbeville (1600-1667), editado alrededor
de 1645 en un solo tono y en 1647 a
colores, exhibe el curso del río Amazonas,
demostrando entonces que ya se conocía bien
el territorio amazónico y se había incorporado
al virreinato del Perú. Debemos señalar que el
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primer atlas mundial francés se le atribuye a
Sanson d’Abbeville, geógrafo del rey Luis XIV;
publicado bajo el título de Cartes générales
de toutes les parties du monde. Este fue
realizado con el mayor acopio de documentos
cartográficos e históricos disponibles en su
tiempo y enriquecido con las observaciones
de los misioneros jesuitas en diversas partes
del mundo.
El mapa titulado Pérou del francés Allain
Manesson Mallet (1630-1706), cartógrafo
oficial del rey, fue preparado a solicitud de
Luis XIV. Se publicó en 1683 en la colección
Description de l’Univers, extensa obra en
cinco volúmenes en su versión original. No
aporta mucha novedad sobre el tema de los
límites del virreinato.
Hay que agregar finalmente que durante
el siglo XVII, surgirán los primeros mapas
de la Amazonía, gracias al empeño de los
misioneros, funcionarios españoles y de
los bandeirantes portugueses. Queda así
terminada la época de los utópicos «Dorados
florestales», al decir de Porras Barrenechea.
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