Tema 8: La España del siglo XVI

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 1 Tema 8: La España del siglo XVI
8.1. El Imperio de Carlos V. Conflictos internos: Comunidades y
Germanías
Al morir en 1516 su abuelo materno (Fernando), Carlos de Habsburgo, que ya
había heredado los territorios de Borgoña de su abuela paterna, se hizo
coronar Rey de Castilla y Aragón e inició viaje a la Península. El nuevo
monarca no conocía el castellano y vino acompañado de consejeros flamencos
que ocuparon los más importantes puestos en la Corte y la Iglesia. Una vez
coronado, Carlos I convocó Cortes para que votaran nuevos impuestos. La
reacción fue inmediata en Castilla: las protestas le recordaban al rey su
obligación de residir en el reino y de respetar sus leyes. Similares protestas se
dieron en Aragón.
a) Las Comunidades de Castilla El descontento creciente se convirtió en la sublevación de las Comunidades de
Castilla, en la que participaron la mayoría de las ciudades de la zona centro
(Segovia, Toledo, Salamanca…). Las causas de la rebelión son complejas:
La aristocracia castellana veía como una humillación que el rey hubiera
entregado la administración del reino a consejeros flamencos y hubiera dejado
a Adriano de Utrecht como gobernador en su ausencia.
Carlos había empleado el dinero de los nuevos impuestos en conseguir la
elección como Emperador alemán y había rechazado aprender castellano y
respetar las leyes del reino.
La burguesía urbana temía que se volviera a la tradicional política de exportar
la lana en bruto a Flandes, lo que iría en detrimento de la artesanía textil
castellana.
Al salir Carlos de Castilla, la revuelta estalló en Toledo y pronto se extendió a
otras ciudades. Las autoridades reales fueron depuestas y sustituidas por
nuevos regidores comuneros. Tras el incendio de Medina del Campo por las
tropas del rey, la insurrección se generalizó. Los Comuneros crearon la Santa
Junta en Tordesillas, gobierno rebelde, que exigió la retirada de los impuestos
(servicios) aprobados en Cortes, el respeto a las leyes del reino y la marcha de
los consejeros flamencos. Los Comuneros intentaron sin éxito convencer a
doña Juana, recluida en un castillo de Tordesillas, para que se pusiera al frente
de la rebelión y apoyara a las Comunidades.
El conflicto se extendió entre los campesinos, que protagonizaron rebeliones
antiseñoriales en algunas zonas, lo que asustó a la nobleza, que pasó a apoyar
al rey.
Las divisiones internas y la radicalización antiseñorial del movimiento
debilitaron a los Comunidades. Tras la derrota de las tropas comuneras en
Villalar (1521), todas las ciudades abandonaron el movimiento, excepto Toledo
que fue finalmente dominada en 1522. Los dirigentes comuneros Padilla, Bravo
2 y Maldonado fueron ejecutados. La derrota comunera significa el inicio del
absolutismo en Castilla y el reforzamiento del poder del rey.
b) Las Germanías
Las causas del movimiento las encontramos en la crisis económica y las
epidemias que se abatieron sobre el reino de Valencia, a lo que se unió el
descontento social entre los artesanos y los pequeños comerciantes,
enfrentados con la oligarquía urbana (grandes comerciantes) y la nobleza.
La rebelión de las clases populares, la Germanía, se inició en la ciudad de
Valencia en 1520, aprovechando que la nobleza había huido de la ciudad por la
peste. Pronto la revuelta se extendió hacia el sur del reino. Los “agermanats”
atacaron también a los moriscos, por el odio religioso y porque les acusaban de
ser sumisos con la nobleza y la Corona. Aunque Carlos V tardó en reaccionar,
en 1522 ordenó al Virrey que reprimiera el conflicto, que se había convertido en
un enfrentamiento directo entre “agermanats” y nobleza valenciana. Hubo otra
Germanía en Baleares, que fue fácilmente sofocada.
8.2. La Monarquía hispánica de Felipe II. La unidad ibérica
Felipe II, que ocupó el trono entre 1556 y1598, era hijo del emperador Carlos V
y de Isabel de Portugal y desde muy joven fue preparado para desempeñar el
cargo de rey. Tras la abdicación de su padre (que cedió a su hermano
Fernando el Imperio Alemán y las posesiones de los Habsburgo en Austria),
gobernó el imperio integrado por los reinos y territorios de Castilla, Aragón,
Navarra, el Franco-Condado, los Países Bajos, Sicilia, Cerdeña, Milán,
Nápoles, Orán, Túnez, toda la América descubierta y Filipinas. A estos vastos
territorios se unió Portugal (con su imperio afroasiático) en 1580. En 1561, se
estableció la capitalidad en Madrid.
Los principales problemas internos del reinado de Felipe II fueron la muerte
en 1568 del príncipe heredero Carlos, que había sido arrestado debido a sus
contactos con los miembros de una presunta conjura sucesoria promovida por
parte de la nobleza contra Felipe y la poderosa figura de su secretario Antonio
Pérez, que finalmente fue destituido y acusado de corrupción, huyó del país y
se convirtió en un activo propagandista contra Felipe II. Apoyado por los
enemigos exteriores del rey, fue un elemento clave en la formación de la
"Leyenda Negra".
Sus sucesivos matrimonios fueron parte importante de su política exterior.
Se casó con María de Portugal en 1543 y, tras su muerte, con María I Tudor,
reina de Inglaterra, en 1554. La pronta muerte de ésta llevó a que Felipe se
casara con la francesa Isabel de Valois en 1559. Al quedarse nuevamente
viudo y sin herederos varones, se casó por cuarta vez, en 1570, con su sobrina
Ana de Austria, madre del sucesor al trono español, Felipe III.
La idea de la unidad religiosa marcó la política de Felipe II. No dudó en
intervenir ante la amenaza de las incursiones berberiscas y turcas en las costas
mediterráneas, frente a las que obtuvo una gran victoria en la batalla de
3 Lepanto (1571). En el interior peninsular, el monarca reprimió duramente las
sublevaciones moriscas en las Alpujarras granadinas.
En Europa se enfrentó con Francia por el control de Italia (Nápoles y el
Milanesado). La paz de Cateau-Cambrésis (1559) fue favorable a los intereses
españoles en la península italiana.
Tras la muerte de su esposa María Tudor, las relaciones se hicieron cada
vez más hostiles con Inglaterra, que apoyaba a los rebeldes protestantes en los
Países Bajos. El intento de invadir la isla en 1588 con la Armada Invencible fue
un gran fracaso, que inició el declive del poder naval español en el Atlántico.
Felipe II no pudo acabar tampoco con el conflicto político (mayor autonomía)
y religioso (revuelta calvinista) generado en los Países Bajos. Ninguno de los
sucesivos gobernadores pudo impedir que la rebelión se asentara y llevara
finalmente en el siglo XVII a la independencia de las Provincias Unidas
(actuales Países Bajos).
La unidad ibérica En 1578 moría sin descendencia el rey Sebastián I de Portugal y varios
candidatos se disputaron la sucesión, entre los cuales Felipe II, tío del fallecido
y descendiente directo de Manuel I de Portugal.
Gran parte de la nobleza y los grandes comerciantes portugueses favorecía
la pretensión española, que podría traer importantes beneficios políticos y
económicos, pero las clases populares no veían con buenos ojos la anexión a
España.
Finalmente, Felipe II decidió la invasión de Portugal, que encargó al Duque
de Alba, y las tropas castellanas llegaron a Lisboa sin encontrar apenas
resistencia. Las Cortes portuguesas reunidas en Tomar proclamaron rey a
Felipe II en 1581.
El que sería conocido como Felipe I de Portugal permaneció tres años en
Lisboa. Para conseguir la anexión, Felipe se comprometió a mantener y
respetar los fueros, costumbres y privilegios de los portugueses, a mantener en
sus cargos a todos los funcionarios de la administración central y local, así
como a todos los efectivos de las guarniciones y armadas que controlaban el
imperio portugués.
Se creó un Consejo de Portugal y se suprimieron las aduanas con Castilla. La
anexión significó la unión de dos enormes imperios.
8.3. El modelo político de los Austrias. La unión de reinos
Los Austrias continuaron y desarrollaron la organización política heredada de
los Reyes Católicos. Procuraron rodearse de letrados, funcionarios expertos en
leyes que no pertenecían a la alta nobleza. De esta manera, apartaron a la
aristocracia del poder de la Corte, permitiendo que el poder político quedara
centralizado en las manos de los monarcas.
4 La alta nobleza siguió jugando un papel muy importante: detentaba los altos
cargos del ejército, de la marina y de la diplomacia, pero siempre subordinada
a la corona.
Con Felipe II, Castilla se convirtió en el centro del Imperio. En los demás reinos
y posesiones se establecieron Virreyes (Aragón, Indias, Italia) o Gobernadores
(Países Bajos, Milán). Estos cargos fueron ejercidos por altos nobles o
miembros de la familia real.
El Rey estaba asesorado por los Consejos (sistema polisinodial). Estos
podían ser sectoriales (Hacienda…) o territoriales (Castilla, Aragón, Indias,
Italia…). Estaban formados por letrados, nobles y alto clero y tenían un
carácter meramente consultivo. El Rey tenía la última palabra.
Carlos V y Felipe II despacharon los asuntos cotidianamente con consejeros
de su máxima confianza, los Secretarios, que hacían de intermediarios entre el
rey y los Consejos. Algunos, como Antonio Pérez con Felipe II, alcanzaron una
gran influencia.
La administración territorial mantuvo la estructura heredada de los Reyes
Católicos. Los Corregidores, designados por la corona, tenían el control de las
ciudades. Otros cargos de la burocracia eran los Contadores y recaudadores
de impuestos, y los Alguaciles, que hacían funciones de policía. Las
Chancillerías y las Audiencias se encargaron de la administración de justicia.
En 1561, Felipe II fijó la capital en Madrid. Diversos factores explican esta
decisión: la situación central de la ciudad en la península o las ventajas
ambientales (agua, caza…). Esta decisión provocó el rápido crecimiento de la
Villa y Corte, a la vez que la decadencia de ciudades como Valladolid o Toledo,
que habían sido con frecuencia sedes de la Corte itinerante.
8.4. Economía y sociedad en la España del siglo XVI
a) evolución demográfica La población pasó de 4,7 millones en 1530 a 6,6 en 1591. En Castilla, hay que
destacar la emigración (espontánea a las Indias; forzosa a todas las zonas del
Imperio como soldados y funcionarios) y las pérdidas militares en las guerras.
En la Corona de Aragón, por el contrario, hubo una inmigración francesa, sobre
todo de jornaleros agrícolas.
b) economía Se practicó una política mercantilista basada en:
Ø La explotación de las minas de oro y plata.
Ø La práctica del corso (autorización a particulares para atacar los barcos
de otros países), la piratería, el robo o la guerra para aumentar la
riqueza del país.
Ø Tener una balanza comercial favorable basada en prohibición o
aranceles a las importaciones, a la vez que fomento de las
exportaciones.
5 La llegada de metales preciosos americanos provocó un aumento del
dinero en circulación y la consiguiente inflación, lo que se conoce como la
“revolución de los precios”. No obstante, se puede afirmar que hubo un fracaso
económico español por los siguientes factores:
Ø Gastos bélicos de la política imperial, que provocaron la ruina de la
Hacienda, el endeudamiento de la Corona y el aumento de los
impuestos, con la consiguiente ruina de los sectores productivos
españoles.
Ø Mentalidad anticapitalista predominante.
Ø Superioridad industrial de los Países Bajos, Inglaterra y Francia.
Por todo ello, el oro y la plata americanos se destinaron al pago de las deudas
de la Corona y de las mercancías enviadas a América.
c) cambios sociales Sobre la base de una sociedad estamental, se pueden destacar los siguientes
cambios:
Ø Diferenciación de la élite de Grandes de España como grupo dominante
dentro de la nobleza.
Ø Consolidación de los gremios artesanos en las ciudades.
Ø Generalización de los estatutos de limpieza de sangre para acceder a
determinados cargos e instituciones.
8.5. Cultura y mentalidades. La Inquisición
a) orígenes de la Inquisición Nace en la Corona de Aragón (siglo XIII) como una institución creada por el
Papado para reprimir la herejía (cátaro-albigense), a cargo de jueces
dominicos. Ya desde el inicio, presenta los rasgos que la definirán en el futuro
en cuanto a los métodos (delación, tortura, auto de fe) y condenas (pena de
muerte, cadena perpetua, confiscación de bienes, prisión temporal, cruces y
otros signos de infamia, peregrinajes y flagelaciones, penas pecuniarias,
destrucción de casas…).
En 1478, Sixto IV autorizó a los RR.CC. para que nombrasen inquisidores en
sus reinos con el fin de perseguir a los “falsos conversos”, minoría hacia la que
existía una gran hostilidad por parte de los cristianos viejos y que ocupaba
importantes cargos en el gobierno de las ciudades, la Iglesia y la Monarquía.
En 1480, los RR.CC. nombraron a los primeros inquisidores dominicos para el
arzobispado de Sevilla, primero, y luego para toda Andalucía.
Hay que destacar que la Inquisición fue un instrumento utilizado al servicio de
la lucha entre dos facciones políticas: la “isabelina” (conversos que defendían
la religiosidad franciscana) y la “fernandina” (conversos que defendían los
valores sociales de los cristianos viejos y la religiosidad de los dominicos). Los
“fernandinos” dominaron la institución después del primer inquisidor general
(Torquemada) e iniciaron la destrucción de los “isabelinos”.
6 b) organización e instituciones: Ø Inquisidor General, elegido y destituido por la Corona, aunque
formalmente nombrado por el Papa.
Ø Consejo (inicialmente, uno; después de la muerte de Isabel, dos: uno
para la Corona de Aragón; otro para la de Castilla).
La Inquisición fue, desde luego, un instrumento decisivo en manos de la
Monarquía a la hora de afianzar su poder. Se implantó primero en la Corona de
Castilla, más tarde (no sin oposición) en la de Aragón (territorios italianos,
incluidos) y durante el siglo XVI en las colonias americanas.
c) siglo XVI En los inicios del siglo se dio un cierto florecimiento de la cultura humanística y
los movimientos reformadores dentro del cristianismo (Cisneros, los Valdés,
etc.), pero el inicio de la Reforma protestante provocó la persecución de
“alumbrados”, erasmistas y luteranos. Paralelamente, se fue estableciendo el
“Índice” de libros prohibidos.
Con Felipe II se inicia el proceso de “confesionalización”: imposición de un
sistema de ideas y creencias a toda la sociedad utilizando la Inquisición como
medio represivo para los transgresores; la Compañía de Jesús, fundada por
Ignacio de Loyola, fue el brazo ejecutor de la defensa cerrada del catolicismo
(Contrarreforma) que se lleva a cabo a partir del Concilio de Trento. Al mismo
tiempo, se puso en práctica una centralización política basada en el gobierno
de los letrados. La Inquisición amplió el número de tribunales e intensificó la
vigilancia territorial a manos de “comisarios” y “familiares”. En 1559, una
pragmática establecía la prohibición de estudiar y enseñar en universidades
extranjeras.
Todo ello contribuyó de manera decisiva al atraso cultural y científico español
en relación con Europa.
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