ORIGINAL Anomalías físicas menores y características clínicas en pacientes con trastornos del espectro de la esquizofrenia José Gabriel Franco, Joaquín Valero, Antonio Labad-Alquézar Hospital Universitari Psiquiàtric Institut Pere Mata. IISPV. Universitat Rovira i Virgili. Reus, Tarragona, España. Correspondencia: Dr. José Gabriel Franco. Hospital Universitari Psiquiàtric Institut Pere Mata. Carretera de l’Institut Pere Mata, s/n. E-43206 Reus (Tarragona). E-mail: [email protected] Financiación: Beca PI 060857 del Fondo de Investigación Sanitaria (FIS). Aceptado tras revisión externa: 24.01.12. Cómo citar este artículo: Franco JG, Valero J, Labad-Alquézar A. Anomalías físicas menores y características clínicas en pacientes con trastornos del espectro de la esquizofrenia. Rev Neurol 2012; 54: 468-74. © 2012 Revista de Neurología Introducción. Las anomalías físicas menores son variantes morfológicas inespecíficas producidas durante la gestación. Son marcadores de eventos (heredados o adquiridos) relacionados con la ‘neuroprogresión’ de los trastornos del espectro de la esquizofrenia y podrían estar implicadas de forma diferencial con sus perfiles sintomáticos. El objetivo del estudio fue explorar la relación de las anomalías físicas menores con el síndrome positivo, el síndrome negativo y la psicopatología general en pacientes con esquizofrenia u otras psicosis funcionales. Pacientes y métodos. Estudio de corte transversal de pacientes con esquizofrenia u otras psicosis funcionales hospitalizados de forma consecutiva por un episodio psicótico agudo. Las anomalías físicas menores se evaluaron mediante la escala Waldrop, y las características clínicas de la psicosis, mediante la Positive and Negative Syndrome Scale (PANSS). Resultados. Se evaluaron 41 pacientes con psicosis funcionales: 32 (78%) con esquizofrenia y 9 (21,9%) con trastorno psicótico no especificado. No hubo relación entre la puntuación en la escala Waldrop y la puntuación en la PANSS, su escala negativa y su escala de psicopatología general. La escala positiva de la PANSS y la escala Waldrop se correlacionaron en toda la muestra (rho de Spearman = 0,356; p = 0,022). En el grupo de pacientes con esquizofrenia la correlación fue aún mayor (rho de Spearman = 0,420; p = 0,017). Conclusiones. La trayectoria desde estadios aparentemente premórbidos hasta presentaciones clínicas específicas en pacientes con trastornos del espectro de la esquizofrenia está determinada por el neurodesarrollo, que es un proceso dinámico influido por la herencia genética y por lesiones ambientales. Palabras clave. Esquizofrenia. Fenotipo. Marcadores biológicos. Morfogénesis. Neurodesarrollo. Trastornos psicóticos. Introducción Las anomalías físicas menores (AFM) son variantes sutiles de los tejidos blandos, cartilaginosos y de las estructuras óseas que se producen durante el primer y el segundo trimestre de gestación; no son específicas de ningún trastorno y carecen de impacto funcional o estético importante (Fig. 1). Pueden servir como marcadores de diversos trastornos del neurodesarrollo como, por ejemplo, las psicosis del espectro de la esquizofrenia o el autismo. Las AFM podrían ser relevantes en la detección de dichos trastornos en individuos en los que confluyan diversos factores de riesgo y varias de ellas [1-3]. Waldrop et al [4] diseñaron una herramienta para evaluar las AFM en adolescentes con alteraciones conductuales. Dicha escala (con o sin modificaciones) es el instrumento más usado para valorar las AFM en los trastornos del espectro de la esquizofrenia [5]. Weinberg et al [5], en un metaanálisis de 11 estudios de alta calidad en los que se comparaba la frecuencia de AFM entre pacientes con esquizofrenia y controles, encontraron una asociación cla- 468 ra entre las anomalías y el trastorno (tamaño del efecto = 1,131; p < 0,001), independiente del año de publicación de los artículos evaluados, de los cri­ terios clínicos para el diagnóstico de esquizofrenia –Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-III o DSM-IV)–, del país en el que se realizaron los estudios o de su heterogeneidad. La frecuencia de AFM fue mayor en los casos que en los controles para las diversas áreas anatómicas estudiadas: cabeza, manos y pies (tamaño del efecto > 1; p < 0,05 para todas). El neurodesarrollo es un proceso dinámico que involucra una secuencia de eventos genéticos y ambientales que determinarían la trayectoria desde un estado aparentemente premórbido hasta otro mórbido en el que las características clínicas de la enfermedad son evidentes. Las AFM podrían ser indicativas de uno o más eventos (heredados-genéticos o adquiridos-teratógenos) relacionados con la ‘neuroprogresión’ hacia perfiles sintomáticos concretos en individuos con trastornos del espectro de la esquizofrenia [6-8]. El conocimiento de la forma en que las AFM se relacionan con los síntomas de los www.neurologia.com Rev Neurol 2012; 54 (8): 468-474 Anomalías físicas menores en pacientes con trastornos del espectro de la esquizofrenia trastornos del espectro de la esquizofrenia podría ser útil tanto en la investigación básica como en la práctica e investigación clínica. McGrath et al [9] evaluaron la relación entre AFM y ciertas características en pacientes con psicosis funcionales. Aunque no valoraron de forma directa los síntomas positivos, encontraron que las personas con más AFM tuvieron ingresos psiquiátricos prolongados y más fallos en pruebas que evaluaban el funcionamiento parietal izquierdo. Estos autores no hallaron relación entre AFM y síntomas negativos. Compton et al [10] no objetivaron relación entre las AFM y el predominio de un tipo de síndrome (positivo o negativo) sobre el otro según la Positive and Negative Syndrome Scale (PANSS); desafortunadamente, la muestra usada por estos autores (pacientes de un servicio externo comunitario de salud mental o en un programa de rehabilitación psicosocial de día) estaba sesgada hacia una menor frecuencia de síntomas positivos. El objetivo de este estudio es explorar la relación de las AFM con el síndrome positivo, el síndrome negativo y la psicopatología general según la PANSS, en una muestra de pacientes con esquizofrenia o diagnósticos del espectro de este trastorno hospitalizados por un episodio psicótico agudo. Pacientes y métodos Estudio de corte transversal realizado según el Código internacional de ética médica de la Asociación Médica Mundial. El protocolo de investigación y el consentimiento informado fueron aprobados por el Comité Ético de Investigación Clínica del Hospital Sant Joan (Reus, España). Los familiares o representantes legales y los pacientes, cuando su condición clínica les permitió hacerlo, dieron su consentimiento informado escrito. Los participantes se seleccionaron de una población de adultos ingresados consecutivamente por un episodio psicótico agudo en el Hospital Psiquià­ tric Universitari Institut Pere Mata de Reus, evaluados mediante la adaptación española del Schedules for Clinical Assessment in Neuropsychiatry (SCAN) por un psiquiatra entrenado [11]. Se incluyó en el estudio a aquéllos con esquizofrenia o con otras psicosis funcionales según los criterios del DSM-IV. Se excluyó a personas con ictus o trauma documentado. Se evaluó a los participantes con los instrumentos del estudio durante su episodio psicótico agudo tan pronto como su condición clínica lo permitió, es decir, una vez controlada la agitación (si había) y cuando eran capaces de tolerar la evalua- www.neurologia.com Rev Neurol 2012; 54 (8): 468-474 Figura 1. Ejemplo de anomalía física menor. Mujer de 55 años, con esquizofrenia y sindactilia parcial bi­ lateral de los dedos del medio. Nótese que los demás dedos están totalmente separados entre sí. ción. Los demás datos demográficos y clínicos se obtuvieron mediante entrevistas con las familias o en entrevistas sucesivas con los pacientes. Instrumentos Adaptación española de la escala Waldrop modificada Evalúa seis zonas anatómicas por medio de 14 ítems que se puntúan de manera ordinal o dicotómica. Se puntúa de forma ascendente (0 a 22) y el punto de corte de más de 3 (mediana de la escala) proporciona el mejor balance entre sensibilidad y especificidad y los mejores valores predictivos en pacientes con esquizofrenia [12,13]. Versión española de la PANSS Entrevista semiestructurada de 30 ítems distribuidos en la escala positiva (7), en la negativa (7) y en la de psicopatología general (16). Se califica sumando las puntuaciones individuales de los ítems (de 1, ausente, a 7, extremo). También se puede obtener una medición compuesta si se resta la puntuación en la escala negativa a la puntuación en la positiva. La valencia (positiva o negativa) de esta medición proporciona información que indica si hay predominio de un síndrome (positivo o negativo) sobre el otro [14]. Análisis de los datos Descripción de las características demográficas y clínicas de la muestra Se usó el programa SPSS v. 15.0. Las variables socio­ demográficas se describen mediante promedios, desviaciones estándares (DE), medianas, rangos o porcentajes, según su naturaleza. Para evaluar si los pa- 469 J.G. Franco, et al Tabla I. Características sociodemográficas de 41 pacientes con trastornos del espectro de la esquizofrenia ingresados por un episodio psicótico agudo a. Puntuación > 3 en la escala Waldrop (n = 21) Puntuación ≤ 3 en la escala Waldrop (n = 20) 32,00 ± 8,50 33,60 ± 5,74 Masculino 17 (80,9%) 16 (80,0%) Femenino 4 (19,1%) 4 (20,0%) Básica 11 (52,4%) 12 (60,0%) Superior 10 (47,6%) 8 (40,0%) Soltero 16 (76,2%) 16 (80,0%) Casado o unión libre 2 (9,5%) 2 (10,0%) Separado o divorciado 3 (14,3%) 2 (10,0%) Empleado 17 (80,9%) 15 (75,0%) Estudiante 0 1 (5,0%) 4 (19,1%) 4 (20,0%) Edad (años) Sexo Educación Estado civil Ocupación Incapacitado o desempleado a Sin diferencias entre grupos para ninguna de las variables (p > 0,05). Porcentajes intragrupos. cientes con una puntuación > 3 en la escala Waldrop eran comparables en cuanto a sus características sociodemográficas con los que obtuvieron una puntuación ≤ 3 se usó la t de Student o la χ2, según correspondiera. Los rangos promedio de los años transcurridos desde el inicio de los primeros síntomas en quienes puntuaban > 3 en la escala Waldrop, en comparación con los que tenían puntuación ≤ 3, se contrastaron mediante la U de Mann-Whitney, y la frecuencia de trastornos relacionados con sustancias se comparó mediante la χ2. Para valorar si la frecuencia de esquizofrenia y la de los otros trastornos psicóticos en los participantes con una puntuación > 3 en la escala Waldrop frente a los que puntuaron ≤ 3 era comparable, se usó la χ2. Las puntuaciones en las diversas zonas anatómicas y en los ítems individuales de la escala Waldrop se recodificaron (presencia o ausencia de AFM) para analizar mediante la χ2 si los pacientes con esquizofrenia y los que tenían otras psicosis funcionales eran comparables en cuanto a esta variable dicotómica. Se registró si los pacientes tenían pautado un tratamiento con antipsicóticos clásicos, de nueva generación o combinado (nueva generación y clási- 470 cos), así como si tenían prescrito tratamiento con biperideno, benzodiacepinas, eutimizantes o antidepresivos; la χ2 se usó para comparar las frecuencias de estas variables entre el grupo con puntuación > 3 y el de los que puntuaron ≤ 3 en la escala Waldrop. La dosis diaria de antipsicóticos se convirtió en unidades equivalentes de clorpromacina y se comparó entre los mencionados grupos mediante la prueba t de Student. Para comunicar las puntuaciones de la PANSS se usaron promedios ± DE, previa verificación de su normalidad con la prueba de Kolmogorov-Smirnov. Para valorar si los promedios en las puntuaciones de la PANSS de los pacientes con esquizofrenia eran comparables con los de los demás se usó la prueba t de Student. La χ2 se usó para examinar si las frecuencias de los síndromes negativo y positivo en los que tenían esquizofrenia y en los demás eran similares. Se empleó la corrección por continuidad para las pruebas de χ2 cuando al menos una casilla de las tablas de 2 × 2 tenía una frecuencia esperada < 5. Relación entre anomalías físicas menores y características clínicas evaluadas con la PANSS Ya que se sabe que la escala Waldrop no tiene una distribución normal. El estudio de las posibles correlaciones de la entrevista PANSS, sus escalas e ítems con dicha herramienta se hicieron mediante el coeficiente ρ de Spearman. El posible predominio del síndrome positivo o del negativo entre quienes tenían puntuación > 3 en la escala Waldrop en comparación con los que puntuaron ≤ 3 en la muestra total y en quienes tenían esquizofrenia se evaluó mediante χ2 con sus correspondientes odds ratios (OR) e intervalos de confianza del 95% (IC 95%). Se decidió evaluar la relación entre AFM y la entrevista PANSS, sus escalas e ítems en el grupo de pacientes con esquizofrenia, además de hacerlo en toda la muestra, ya que este diagnóstico es el más representativo de este espectro [1,5,8,10]. Resultados Características demográficas y clínicas de la muestra En la tabla I se señalan las características demográficas de los 41 pacientes incluidos, 32 de los cuales (78%) tenían esquizofrenia, y 9 (21,9%), trastorno psicótico no especificado. Veintiún pacientes (51,2%) tenían una puntuación > 3 en la escala Waldrop y 20 (48,8%) puntuaron ≤ 3. La edad promedio de la muestra fue de 32,8 ± 7,25 años (rango: 20-47 años). www.neurologia.com Rev Neurol 2012; 54 (8): 468-474 Anomalías físicas menores en pacientes con trastornos del espectro de la esquizofrenia La mediana del tiempo desde el inicio de los primeros síntomas entre quienes puntuaron > 3 en la escala Waldrop fue de cinco años (rango: 1-24; rango promedio: 18,8) y de ocho (rango: 1-24; rango promedio: 23,3) para los que tenían puntuación ≤ 3; ambos grupos fueron comparables (U = 163,0; p = 0,218). Diecisiete pacientes (80,9%) de los que tenían más de tres AFM según la escala Waldrop y 15 (75%) de los que tenían tres o menos presentaban algún trastorno relacionado con consumo de sustancias (χ2 corregida = 0,007; p = 0,934). Quince personas (71,4%) del grupo con escala Waldrop > 3 tenían esquizofrenia. Seis personas de este grupo (28,6%) padecían un trastorno psicótico no especificado. Entre aquellos con puntuación ≤ 3 en la escala Waldrop, 17 (85%) tenían esquizofrenia. Tres personas de este grupo (15%) sufrían un trastorno psicótico no especificado. La frecuencia de diagnósticos (esquizofrenia frente a psicosis no especificada) entre los que puntuaron > 3 en la escala Waldrop y entre los que tenían puntuación ≤ 3 fueron comparables (χ2 corregida = 0,452; p = 0,502). El número de pacientes con esquizofrenia y al menos una AFM en cualquier zona anatómica o ítem de la escala Waldrop fue similar al de los que tenían un trastorno psicótico no especificado y al menos una de dichas anomalías (Tabla II). Los sujetos con puntuación > 3 en la escala Waldrop tomaban en promedio 374,8 ± 158,7 mg de antipsicótico (dosis diaria, en unidades equivalentes de clorpromacina) y los que puntuaron ≤ 3 tomaban 300,7 ± 210,5 mg (t = 1,275; p = 0,210). El antipsicótico más pautado fue la risperidona –lo tomaban 18 pacientes (43,9% de la muestra)–, seguido por la olanzapina y el haloperidol, suministrados a 6 personas cada uno (14,6% de la muestra). Tres de los 21 pacientes con puntuación > 3 en la escala Waldrop (14,3%) y 2 de los 20 (10,0%) con puntuación ≤ 3 estaban siendo tratados con antipsicóticos clásicos; 5 sujetos con puntuación > 3 (23,8%) y 4 con puntuación ≤ 3 (20,0%) recibían tratamiento combinado de antipsicóticos clásicos y de nueva generación; por último, 13 pacientes del primer grupo (61,9%) y 14 del segundo (70%) recibían antipsicóticos de nueva generación (p > 0,05 para todas las χ2 correspondientes a comparaciones 2 × 2). Siete pacientes del grupo con una puntuación > 3 (33,3%) y 3 (15,0%) de los que puntuaron ≤ 3 en la escala Waldrop recibían biperideno; 19 sujetos del primer grupo (90,5%) y 14 del segundo (70,0%) estaban con benzodiacepinas; 9 de los que puntuaron > 3 (42,9%) y 8 (40,0%) de entre los que obtuvieron puntuación ≤ 3 tenían algún eutimizante; finalmente, a 6 personas en cada grupo (28,6% y 30,0%, res- www.neurologia.com Rev Neurol 2012; 54 (8): 468-474 pectivamente) se les había incluido algún antidepre­ sivo (p > 0,05 para todas las χ2). Las puntuaciones de la entrevista PANSS, sus escalas e ítems se distribuyeron de forma normal (p ≥ 0,05 para todos los estadísticos de Kolmogorov-Smirnov). El promedio de la PANSS en toda la muestra fue 81,9 ± 13,3; el de la escala positiva fue 23,4 ± 6,2; el de la negativa fue 18,9 ± 8,0, y el promedio de la puntuación de la escala de psicopatología general fue 39,6 ± 7,9. Los promedios de la PANSS y sus escalas de los pacientes con esquizofrenia y de quienes tenían psicosis no especificada fueron comparables (p ≥ 0,05 para todas las t). Por último, 19 pacientes (59,4%) del total de 32 con esquizofrenia tenían predominio del síndrome positivo, así como 2 (22,2%) de 9 con psicosis no especificada (χ2 corregida = 0,386; p = 0,535). Relación entre anomalías físicas menores y características clínicas evaluadas con la PANSS La puntuación de la escala Waldrop no se corre­ lacionó con la puntuación total de la PANSS ni con sus escalas negativa y de psicopatología general (ρ = 0,057, p = 0,726; ρ = –0,183, p = 0,251; ρ = 0,210, p = 0,528; respectivamente). Dichas puntuaciones tampoco se correlacionaron en los pacientes con esquizofrenia (ρ = 0,188, p = 0,302; ρ = –0,133, p = 0,468; ρ = 0,210, p = 0,250; respectivamente). La puntuación en la escala positiva de la PANSS y en la escala Waldrop se correlacionó en la muestra total (ρ = 0,356, p = 0,022) y en los pacientes con esquizofrenia (Fig. 2). No hubo diferencia en cuanto al predominio del síndrome positivo o del negativo entre quienes tenían puntuación > 3 en la escala Waldrop en comparación con los que puntuaron ≤ 3, tanto en la muestra total (χ2 = 3,029; p = 0,082; OR = 3,2; IC 95% = 0,8-12,1) como en quienes tenían esquizofrenia (χ2 = 2,281; p = 0,131; OR = 3,0; IC 95% = 0,6-13,7). Los ítems individuales de la escala positiva de la PANSS que se correlacionaron con la puntuación de la escala Waldrop en toda la muestra fueron excitación (ρ = 0,379; p = 0,015), suspicacia/perjuicio (ρ = 0,347; p = 0,026) y hostilidad (ρ = 0,403; p = 0,009). Las mismas variables se correlacionaron de forma más intensa con la puntuación en la escala Waldrop en los pacientes con esquizofrenia (ρ = 0,416, p = 0,018; ρ = 0,385, p = 0,029; ρ = 0,450, p = 0,010; respectivamente). Los otros ítems de la PANSS no se correlacionaron con la escala Waldrop, ni en toda la muestra ni en los pacientes con esquizofrenia (p > 0,05 para todas las ρ). 471 J.G. Franco, et al Figura 2. Relación entre las puntuaciones de la escala positiva de la Po­ sitive and Negative Syndrome Scale (PANSS) y de la escala Waldrop en 32 pacientes con esquizofrenia ingresados de forma consecutiva por un episodio psicótico agudo. Discusión En este estudio se examinó la relación entre AFM, los síndromes positivo y negativo y la psicopatología general en un grupo de pacientes con esquizofrenia o psicosis no especificada, cuyas características clínicas y demográficas relevantes según la frecuencia de AFM y dichos diagnósticos fueron comparables. Todos estaban hospitalizados y fueron evaluados cuando su estado clínico lo permitió durante su descompensación psicótica aguda. Describimos una relación entre las AFM y la escala positiva de la PANSS en toda la muestra que fue más intensa en los pacientes con esquizofrenia. Más aún, los ítems individuales de la escala positiva de la PANSS que se correlacionan con la puntuación de la escala Waldrop son los mismos en toda la muestra y en los sujetos con esquizofrenia (con correlaciones mayores para este trastorno), mientras que ningún ítem de la escala negativa o de la de psicopatología general se relacionó con las AFM. La puntuación en la escala Waldrop no se relacionó con el síndrome negativo, la psicopatología general o con el predominio de un síndrome (positivo o negativo) sobre el otro, según la PANSS. Damos cuenta de AFM en todas las zonas anatómicas, con frecuencias comparables entre quienes tenían esquizofrenia y los que tenían trastorno psicótico no especificado para prácticamente todas las áreas del cuerpo estudiadas. Según la bibliografía, muchos pacientes con esquizofrenia tienen al menos una AFM en casi todas las áreas del cuerpo [5]. 472 Lo anterior es congruente con la idea de que las AFM en los pacientes con psicosis funcionales no corresponden a una zona concreta del cuerpo (y no son específicas de una enfermedad), sino que más bien son heraldos de alteraciones en el desarrollo embrionario ocurridas en un momento específico (‘fósiles del desarrollo’) [1,4], que, según nuestros hallazgos en el contexto de la esquizofrenia, se relacionarían con un tipo específico de síntomas. El neurodesarrollo es dinámico e implica una secuencia de eventos desde la gestación hasta la vida adulta (determinados por factores genéticos, teratógenos y socioambientales). Dichos eventos serían determinantes, en el caso de la esquizofrenia, de la evolución desde estados aparentemente premórbidos hasta el trastorno plenamente establecido [7,8]. Nuestro informe sobre la falta de relación entre las AFM y la escala negativa de la PANSS coincide con el de McGrath et al [9], quienes encontraron que los pacientes esquizofrénicos con más AFM tenían mayores estancias hospitalarias. Otros han asociado las hospitalizaciones más largas con los síntomas positivos [15], por lo que es plausible pensar que la asociación de las AFM con mayores tiempos de hospitalización podría tener que ver con la correlación entre AFM y síntomas positivos que comunicamos. McGrath et al [9] también asociaron las AFM con alteración funcional del lóbulo parietal izquierdo. Los síntomas positivos se relacionan con alteraciones metabólicas en esa región cerebral [16,17]. El aumento del volumen del sistema ventricular lateral en pacientes con trastornos del espectro de la esquizofrenia se asocia con los síntomas negativos, mientras que los síntomas positivos tienen más que ver con alteraciones en procesos neuroquímicoscualitativos [18-21]. Las AFM que se correlacionan con el síndrome positivo podrían ayudar a delimitar períodos concretos de la gestación relacionados con el desarrollo de dichos procesos neuroquímicos, en concreto las AFM son indicativas y se asocian con anomalías funcionales de los lóbulos parietales producidas durante la fase final del desarrollo embrionario y la fetal temprana [1,2,7]. Ello no significa que los síntomas positivos y negativos indiquen trastornos diferentes, los pacientes con trastornos del espectro de la esquizofrenia tienen ambos tipos de síntomas y, de hecho, en nuestro estudio las AFM no se relacionaron con el predominio de un síndrome sobre el otro. No se ha evidenciado relación entre el aumento del tamaño de los ventrículos laterales y las AFM, pero éstas sí se han asociado con aumento en el tamaño del tercer ventrículo [1,7]. Lohr y Flynn señalaron más discinesia tardía en pacientes con esquizofrenia y AFM [22]. Este hecho www.neurologia.com Rev Neurol 2012; 54 (8): 468-474 Anomalías físicas menores en pacientes con trastornos del espectro de la esquizofrenia podría estar mediado por la relación entre AFM y características clínicas como la excitación, hostilidad y suspicacia/perjuicio (síndrome positivo), para los que podría ser necesario el uso de dosis mayores de antipsicóticos, más dosis de rescate, cambio o combinación de medicamentos. A pesar de que en este estudio no valoramos los efectos secundarios de la medicación (extrapiramidales o de otro tipo), y aunque en la caracterización de la muestra informamos de que no hubo diferencias estadísticas en cuanto al tratamiento según la puntuación de la escala Waldrop, algunos datos apuntan a que aquéllos con más de tres AFM podrían necesitar más frecuentemente tratamiento combinado (antipsicóticos clásicos y de nueva generación) y tratamiento para los síntomas extrapiramidales (biperideno), así como dosis más altas de antipsicóticos (véanse las frecuencias relativas y los promedios correspondientes, en el apartado sobre caracterización de los pacientes). Todas estas consideraciones ponen de manifiesto la necesidad de plantear estudios con el diseño y poder adecuados para evaluar la relación entre AFM, tratamiento farmacológico y efectos secundarios. Los resultados de este estudio transversal sobre la relación de características estables y constantes a lo largo de la vida (AFM) con aspectos clínicos como los síntomas positivos en las psicosis funcionales, que varían a lo largo del tiempo, deben interpretarse con precaución, ya que las puntuaciones de la PANSS pueden variar debido a múltiples factores. Buscando reducir esta variabilidad, se usó una muestra consecutiva de pacientes hospitalizados en la que todos –independientemente del número de AFM que presentaran– fueron evaluados lo más pronto posible durante su descompensación psicótica aguda, por lo que es razonable pensar que los resultados que se ofrecen son válidos y no se deben a un sesgo de selección hacia valores mayores de la escala positiva de la PANSS en quienes tuvieran más AFM. Por otra parte, aunque habría sido ideal obtener una muestra de pacientes sin trastornos asociados al consumo de sustancias, controlamos dicha variable y no encontramos diferencias en ella entre los grupos de interés. Los pacientes fueron comparables respecto a las demás variables demográficas y clínicas de interés estudiadas. Para estudios futuros sobre la relación entre los síntomas positivos y las AFM sería recomendable plantear diseños longitudinales y obtener muestras de pacientes que no consuman sustancias. Estudios sobre correlatos fisiológicos de los síntomas de la esquizofrenia, como el componente P300 de los potenciales evocados, han mostrado diferencias neurobiológicas entre los síndromes posi- www.neurologia.com Rev Neurol 2012; 54 (8): 468-474 Tabla II. Frecuencia de puntuaciones de al menos 1 para los ítems y zonas anatómicas evaluados por la escala Waldrop en 41 pacientes con trastornos del espectro de la esquizofrenia ingresados por un episodio psicótico agudo (porcentajes intragrupos). Cabeza Esquizofrenia (n = 32) Trastorno psicótico no especificado (n = 9) 0-3 19 (59,4%) 5 (55,6%) Pelo fino y eléctrico 0-2 15 (46,9%) 4 (44,4%) Circunferencia ≥ 1,5 DE 0-1 7 (21,9%) 3 (33,3%) 0-3 10 (31,3%) 5 (55,6%) Epicantus 0-2 7 (21,9%) 3 (33,3%) Hipertelorismo 0-1 3 (9,4%) 5 (55,6%) a Ojos Oídos 0-6 25 (78,1%) 7 (77,8%) Implantación baja de las orejas 0-2 10 (31,3%) 3 (33,3%) Lóbulos de las orejas adherentes 0-2 12 (37,5%) 2 (22,2%) Orejas malformadas 0-1 14 (43,8%) 4 (44,4%) Orejas asimétricas 0-1 9 (28,1%) 3 (33,3%) Boca 0-3 16 (50,0%) 3 (33,3%) Paladar alto ojival 0-2 12 (37,5%) 3 (33,3%) Lengua surcada 0-1 7 (21,9%) 0 0-3 11 (34,4%) 4 (44,4%) Manos Quinto dedo curvado 0-2 9 (28,1%) 2 (22,2%) Surco transverso palmar simple 0-1 4 (12,5%) 2 (22,2%) 0-3 7 (21,9%) 2 (22,2%) 3 (9,4%) 2 (22,2%) Pies a Rango de la puntuación 3.er dedo igual o más largo que el 2.º 0-2 Sindactilia parcial de los dedos del medio 0-1 2 (6,3%) 0 Gran espacio entre el 1.er y el 2.º dedo 0-1 6 (18,8%) 0 p < 0,05 para χ2 con corrección de continuidad. DE: desviación estándar. tivo y negativo [23]. Hacen falta estudios sobre la relación entre la onda P300, las AFM y los síntomas de la esquizofrenia. En resumen, las AFM (marcadores inespecíficos de trastornos relacionados con el neurodesarrollo) se correlacionan con los síntomas positivos, pero no con los negativos ni con el predominio de un síndrome sobre el otro. Esto podría relacionarse con la hipótesis de que la esquizofrenia es un trastorno del neurodesarrollo, entendido como un proceso dinámico en el que diversos eventos desde la gestación hasta la vida adulta determinan la trayectoria desde 473 J.G. Franco, et al estadios aparentemente libres de la enfermedad hasta el cuadro clínico plenamente establecido. Bibliografía 1. Franco JG, Valero J, Labad A. Anomalías físicas menores y esquizofrenia: revisión de la literatura. Actas Esp Psiquiatr 2010; 38: 365-71. 2. Compton MT, Chan RC, Walker EF, Buckley PF. 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Cross-sectional study of patients with schizophrenia or other functional psychoses consecutively hospitalized with an acute psychotic episode. Minor physical anomalies were evaluated with the Waldrop scale and clinical characteristics of psychosis were measured with the Positive and Negative Syndrome Scale (PANSS). Results. 41 patients with functional psychoses were evaluated: 32 (78%) with schizophrenia, 9 (21.9%) with psychotic disorder not otherwise specified. There was no relationship between the Waldrop scale score and score on the PANSS, its negative scale and its general psychopathology scale. The positive scale of the PANSS and the Waldrop scale were correlated in the whole sample (Spearman rho = 0.356; p = 0.022). In the group of patients with schizophrenia, the correlation was even greater (Spearman rho = 0.420; p = 0.017). Conclusions. The path from apparently premorbid stages to specific clinical pictures in patients with schizophrenia spectrum disorders is determined by the neurodevelopment, a dynamic process influenced by genetic inheritance and environmental injuries. Key words. Biological markers. Morphogenesis. Neurodevelopment. Phenotype. Psychotic disorders. Schizophrenia. 474 www.neurologia.com Rev Neurol 2012; 54 (8): 468-474