SOCIOLOGÍA DE LAS ORGANIZACIONES EN LA LICENCIATURA

Anuncio
SOCIOLOGÍA
DE
LAS
ORGANIZACIONES
EN
LA
LICENCIATURA
EN
ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS. Importancia del análisis cultural y aportes de la
Economía de las Convenciones y de la Teoría de la Traducción
Mercedes Caila (UNR)
Verónica Ulla Irigoyen (UNR)
INTRODUCCIÓN
La Sociología de las Organizaciones es actualmente un área específica de la Sociología
que desde sus orígenes se encuentra vinculada a la Sociología del Trabajo. Como
disciplina genera conocimiento sobre los interrogantes que presenta la dinámica de la vida
organizacional, permitiendo además incluir herramientas epistemológicas que brindan una
concepción acabada de su objeto.
De este modo, la Sociología de las Organizaciones se relaciona con otras disciplinas,
entre ellas la Economía, la Psicología Social, la Política, la Administración. En las carreras
de grado relacionadas con las Ciencias Económicas y en especial, para la Licenciatura en
Administración de Empresas consideramos destacable su inclusión curricular, ya que
aporta una visión integral de las interrelaciones sociales. Nuestra actividad docente
privilegia la mirada sobre las organizaciones empresariales privadas y sus singularidades
específicas.
LA SOCIOLOGÍA DE LAS ORGANIZACIONES COMO DISCIPLINA NECESARIA
La producción sociológica actual en esta área, comprueba que en las organizaciones
existe una vida social que tiene relativa autonomía respecto a su medio. Las empresas,
vistas como núcleos del proceso productivo, serán justamente las que demanden esta
capacidad para mantener su competitividad.
Reconocemos que las empresas presentan variadas estructuras, diseños, objetivos, entre
otros factores constitutivos; pero es importante señalar que se convierten en elementos de
relevancia social en el momento de constitución de identidades vinculadas al trabajo. Así,
sus condiciones productivas, estructuras organizacionales e innovaciones tecnológicas
son cruciales cuando se abordan temas referentes al empleo y ordenamiento de la
sociedad.
Uno de los ejes centrales de los contenidos, a partir de lo anteriormente expuesto, es que
en estas organizaciones se adquiere experiencia en la dinámica de las relaciones
sociales. Esto significa visualizar a las empresas como centro de regulación social en lo
que respecta principalmente a lo económico y productivo, pero también pueden ser
consideradas como instrumentos de sociabilidad y entidades articuladoras de identidades
sociales, en el marco de un mundo globalizado, donde las certezas propias de la
modernidad son más difusas.
Para desarrollarse y tener condiciones de permanencia en los distintos mercados y en
contextos de turbulencia, toda empresa debe ser capaz de lograr aunar los esfuerzos del
total de personas de que la integran, en cualquiera de sus niveles. De modo que,
retomando ideas de inicios de la Sociología como ciencia autónoma, la sociedad es
superior a la individualidad aislada. Dicho de otro modo, el postulado que tratamos de
incorporar en los conocimientos es que no se logra una organización eficiente
exclusivamente con un buen diseño, un buen organigrama o tecnología de última
generación, sino que debe existir la integración real de sus miembros. Esta fuerza será la
que pueda tener las actitudes cooperativas necesarias para el desarrollo.
Las identidades colectivas son necesarias en la definición de la sociedad, siendo el
trabajo, o su impacto en la modificación de la cuestión social, una de las inquietudes
centrales que las disciplinas sociales. Por otra parte, la complejidad de la estructura global
en la que encuentra una organización, supone incluir conocimiento del sistema y las
normas internalizadas en ella. La actividad y el cambio no pueden realizarse por
imposición, resultando una necesidad anticiparse a la comprensión de los problemas para
llevar adelante una modernización entendida como aprendizaje cultural, vinculada a
valores y pautas de la comunidad.
La Sociología de las Organizaciones aporta herramientas de análisis para la comprensión
de las actividades en las organizaciones, donde los actores son responsables de sus
tareas y acciones. Por tanto, la empresa resulta de vital importancia dado que en ella
conjugan el reconocimiento laboral de los individuos, su empleo e identidad social.
La mayoría de las estrategias de management se dirigen a la motivación de individuos en
una organización, la sociología propone mirar la fuerza del colectivo social como entidad,
adquiriendo de este modo la fuerza de una sociedad micro y permite ampliar la mirada a
quienes tienen como responsabilidad su funcionamiento integral.
Pero también es necesario conocer el recorrido teórico de las inquietudes centrales de la
Sociología de las Organizaciones, para poder evaluar contenidos y la producción propia
de cada época, que consideramos influenciado por factores como las cuestiones
epistemológicas, tecnológicas y sociopolíticas de cada momento.
Entendemos que subyacen concepciones que consideran al conocimiento como una
construcción social, como producto de un proceso dialéctico complejo donde interviene
factores culturales, socio – políticos, psicológicos. El conocimiento aquí es una actividad
humana que se despliega en momentos contradictorios; en este sentido no sólo es, sino
que fundamentalmente deviene. En lugar de excluir las contradicciones y de buscar
modelos homogéneos, considera a éstas contradicciones motores del cambio. Desde esta
perspectiva se considera que en la actividad de conocer el sujeto no es pasivo, ni
tampoco una abstracción, sino que se hace a sí mismo y se reconoce partícipe de las
transformaciones.
Las primeras especulaciones en la disciplina, se dirigen a evaluar las formas de organizar
en producción, ya que en esos períodos históricos, se trata con una tecnología
comparativamente rudimentaria. Se considera entonces que puede incrementarse la
producción a partir de una mejor organización racional de la empresa y de las
modalidades aplicadas en el desarrollo de las actividades. Cuando se evidencia la
relevancia de las motivaciones individuales, se introducen formas organizacionales que
consideran este factor como otro elemento más hacia el mismo fin. En la década del ‘60,
las inquietudes se centraron principalmente en los problemas derivados de la alienación
de los trabajadores, y las consecuencias que sobre éstos habían tenido algunas
estrategias de gerenciamiento derivadas de los postulados de la Organización Científica
del Trabajo. De este modo, muchas investigaciones que se apoyan principalmente en las
teorías de raíz marxista, dan cuenta de los conflictos, su génesis y consecuencias,
análisis sobre el sindicalismo y la repercusión sobre el sector de trabajadores afiliados y
no afiliados, poder y motivación, la reducción de desigualdades y negociaciones en la
sociedad en general.
Las corrientes funcionalistas de ése momento, priorizan comprender las transformaciones
del trabajo, dadas por el crecimiento de la empresa, como maximizar la racionalidad de la
producción. En este período se observan trabajos como los de Lawrence y Lorsh y Burns
Stalker sobre el diseño organizacional y las relaciones con el contexto.
En períodos más recientes, a partir de una serie de transformaciones ya conocidas como
la globalización, alto desarrollo tecnológico, las crisis político-ideológicas, etc; Reynaud
Sainsaullieu (1997) y aquellos que destacan el tema cultural en las organizaciones,
consideran que la sociología actualmente se centra en la empresa porque la entienden
como lugar privilegiado de articulación de lo social. Se estudia el modo en que la empresa
puede constituirse un lugar de socialización y de adquisición de cultura, a fin que se unan
las exigencias personales y colectivas de sus miembros, en beneficio de la organización y
de sus integrantes. Los seguidores de la corriente clásica de la sociología de la
organización y de las relaciones profesionales, los ejes problemáticos son el modo en que
los actores de la organización pueden construir la acción colectiva organizada y la
regulación conjunta entre fuerzas sociales autónomas emanadas de las nuevas
tecnologías de producción.
Las relevancia de la Sociología de las Organizaciones en nuestra práctica docente, está
centrada en la adquisición de una comprensión sociológica de los fenómenos
organizacionales a través del dominio de conceptos de las principales corrientes teóricas
de las organizaciones y de los contextos socioeconómicos en que se constituyen,
permitiendo alcanzar una explicación tanto de las variables internas como de las
contextuales, poniendo énfasis en particularidades de las organizaciones empresariales.
La enseñanza es una actividad compleja, que se desarrolla en escenarios singulares,
claramente determinados por el contexto; y es una actividad crítica, una práctica social
saturada de opciones de carácter ético. La dinámica de las profesiones y el perfil buscado
del egresado, suponen no exclusivamente el dominio de herramientas que orienten hacia
el diagnóstico de los problemas organizacionales, sino adquirir conocimientos que
permitan realizar operaciones de cambio adecuadas tanto a lo interno de la organización
como a lo contextual.
LA ECONOMÍA DE LAS CONVENCIONES
La economía de las Convenciones desarrolladas por Boltanski y Thévenot, se origina en
una serie de investigaciones realizadas sobre la justificación de la grandeza o formas en
que se dimensionan las cosas y las personas. Según estos autores las personas, por
proceder de diferentes espacios tienen diferentes formas de calificarse o calificar a otros.
Por lo mismo, se mensuran los objetos de diferentes maneras, y estas formas
antagónicas significan al interior de una empresa miradas contradictorias e imposibilidad
de resolución de conflictos en lo inmediato.
La aplicación de esta teoría, intenta sustituir interpretaciones distorsionadas, para lograr
consenso sobre lo buscado por una organización. Esto significa que, llegando a un
principio de acuerdo, es posible que se instale en una empresa, una lógica resulte
adecuada y fundamentalmente propia. Se logra tal resultado, a partir de dispositivos que
orientan hacia principios sobre los cuales los actores llegan a un acuerdo y son propios de
cada convención.
Dicho de otro modo, estos estudios muestran que las personas no realizan
exclusivamente su clasificación de las categorías socio-profesionales, ni priorizan los
hechos que enfrentan siempre con la misma mirada. Pero la adquisición de esta lógica es
posible a partir de llegar a acuerdos intencionales entre los actores, que se derivan de
principios de “justicia” reconocidos. Estos principios de acuerdos, se logran instalar a
través de la aplicación correcta de una serie de dispositivos que orientan y que finalmente
señalan la posibilidad de un cambio cultural.
Estos dispositivos consiguen que desde determinados principios axiomáticos que
estructuran exigencias fundamentales, se puedan adquirir identidades compartidas y
formas de actuar en determinado orden compartido. Cuando esto se logra, afirman
Boltanski y Thévenot se conforma una ciudad, como concepto extraído de la Filosofía
Política,
permite a una comunidad darse una forma de organización y una lógica
acordada que revestirán de un modo unívoco de priorizar y dimensionar. El
reconocimiento de estos dispositivos y las lógicas del acuerdo permiten a los
administradores condiciones para diagnosticar sobre una empresa, pero también para
llegar a acuerdos sobre problemas de difícil modificación como los hábitos de las
personas.
TEORÍA DEL ACTOR - RED
Otro de los ejes que es importante, como aporte de las ciencias Sociales es la Teoría del
Actor – Red, o de la traducción. Su introducción en los contenidos curriculares brinda
herramientas pertinentes a la consideración global de un cambio técnico o social.
Para Bruno Latour y Michell Callon la innovación que se realice en una organización
resultará un experimento colectivo. Lo distintivo del aporte científico que realizan estos
autores es la consideración que proponen a los objetos que se encuentran relacionados a
la innovación, ya que finalmente todos estarán en una misma red.
Partiendo del principio de simetría generalizada, Latour1 entiende que no establecemos
solamente vínculos sociales, sino que nuestras relaciones son sociotécnicas. Siguiendo al
autor, la sociedad no existe sólo por interrelaciones entre individuos, sino que existen
entidades no humanas que participan en la relación.
No pretende otorgar una categoría de humano a los objetos materiales, sino considerar la
posibilidad de asociación entre entidades de distinta naturaleza. Los actores interactúan
1
El principio de simetría es de David Bloor de la Escuela de Edimburgo. Lo utiliza para explicar tanto el
conocimiento falso o el verdadero por el mismo tipo de causas, siendo lo social explicativo y lo natural lo que
demanda intervención; la simetría generalizada de Callon y Latour es ampliación del mismo, optando por
abandonar la explicación basada en nociones duales, sociedad y naturaleza, para reemplazarlas por
socionaturaleza, que une lo humano y no humano en la explicación. La explicación de Bloor se encuentra en
Conocimiento e Imaginario social. Gedisa(1976)
coordinando actividades, pero en esa red incluye actores humanos y no humanos, a los
que los define como actantes.
La concepción de actor-red permite interpretar la capacidad relacional que posee
cualquier entidad, ya sea humana o no-humana. Según esta teoría, las relaciones entre
los integrantes de una red traducen los intereses de unos a los otros, refiriéndose así a los
esfuerzos de los actores por brindarse sentido recíprocamente, y darle sentido a los
objetos. De este modo conforma una estabilización de la red, en la cual los objetos no
deben considerarse sólo como materia inerte, sino que impactan en lo social. Aunque es
lógico plantear que las intenciones pertenecen exclusivamente a los seres humanos, un
objeto puede participar en una relación si está vinculado a propósitos de las personas.
A partir de esta teoría, todas las modificaciones que se realicen en una organización
empresarial, deberán considerar la totalidad de elementos involucrados, por tanto lo que
anteriormente correspondía a expertos y técnicos, se convierte en problema de todos los
relacionados en la red.
UNA NOTA FINAL
Aprender significativamente supone la posibilidad de atribuir significado a lo que se debe
aprender a partir de lo que ya se conoce; es decir que el aprendizaje significativo
establece semejanzas y diferencias desde los propios conocimientos previos. Este
proceso desembocaría en la realización de aprendizajes que podrían ser efectivamente
integrados en la estructura cognitiva del sujeto que aprende. Para superar los obstáculos
pedagógicos que son las teorías vulgares que los alumnos tienen y que se apropiaron en
su biografía escolar, que se resisten al cambio y a la construcción de teorías científicas,
debería emplearse “el diálogo en la enseñanza” (Burbules, 1999), recuperando sus
concepciones previas y así aprender significativamente y no mecánicamente.
Pero para todo ello se necesita tiempo. El tiempo didáctico está en relación con la
programabilidad de la adquisición del saber, programación del docente, extensión del
saber en la planificación según los tiempos del plan (secuencia, verificación y evaluación
de aprendizaje). Es decir, que el tiempo de enseñanza (en relación directa con el tiempo
legal establecido por los programas y por la institución) y el tiempo de aprendizaje, que a
veces desmiente al tiempo didáctico (porque no coinciden, y tiene que ver con el de los
alumnos, es decir, con el tiempo real), son los tiempos del docente y del alumno, que han
de tenerse en cuenta.
Estamos convencidas que incorporación de teorías orientadoras de la descripción,
análisis y en algunos casos diagnóstico de la vida organizacional posibilitará a los futuros
egresados una visión más compleja de los fenómenos sociales de los que formarán parte
y les permitirá entonces ser operadores de un cambio superador.
BIBLIOGRAFÍA:
BURBULES, Nicholas. “El diálogo en educación”. Ed. Amorrortu. Buenos Aires. 1999
CASTELLS, Manuel. “La era de la información: economía, sociedad y cultura”. Alianza
Madrid,1996
LÓPEZ PINTOR Rafael, “Sociologia Industrial”Alianza, Madrid, 1990
GIDDENS, Anthony. “Sociología”., Alianza. Madrid 1998
KRIEGER, Mario; “Sociologia de las organizaciones” Prentice Hall, BS As, 2001
MAYNTZ, Renate, “Sociología de las organizaciones”, Paidos, Bs As 1998
PERROW; Charles, “Sociologia de las organizaciones” McGrawHill, España,1992
SAINSAULLIEU, Renaud, Sociologie des entreprises, Armand Collin, Francia,1997
SANJURJO, Liliana. “La formación práctica de los docentes. Reflexión y acción en el
aula”. Ed. Homo Sapiens. Rosario. 2002
SANJURJO, Liliana y Rodríguez, Xulio. “Volver a pensar la clase”. Ed. Homo Sapiens.
Rosario. 2003
Descargar