Capítulo 156 Síndrome de Sjögren & e156-1 EPIDEMIOLOGÍA El síndrome de Sjögren se suele manifestar a los 35-45 años de edad y el 90% de los casos son mujeres. Es infrecuente en el grupo de edad pediátrica. La edad media en la que se diagnostica en los niños es 9-10 años; el 75% son niñas. La enfermedad puede aparecer como un trastorno aislado, al que nos referimos como síndrome de Sjögren primario (complejo seco), o como una forma secundaria asociada a otros trastornos reumáticos. Con mayor frecuencia, acompaña al lupus eritematoso sistémico, la esclerodermia o la enfermedad mixta del tejido conjuntivo, y generalmente precede durante varios años a la enfermedad autoinmunitaria asociada. ETIOLOGÍA Y PATOGENIA La etiología del síndrome de Sjögren es compleja e incluye la predisposición génica y posiblemente un desencadenante infeccioso. Los linfocitos y las células plasmáticas infiltran las glándulas salivales y así forman focos periductales y periacinares claros que llegan a confluir y pueden reemplazar la estructura epitelial. Esta exocrinopatía autoinmunitaria da lugar a una xeroftalmía (ojos secos o queratoconjuntivitis seca) y una xerostomía (boca seca). Varios genes que regulan la apoptosis influyen en la cronicidad de la infiltración linfocítica. MANIFESTACIONES CLÍNICAS Se han establecido criterios de clasificación internacionales para el diagnóstico del síndrome de Sjögren en los pacientes adultos (tabla 156-1) y se han propuesto criterios diagnósticos en los niños. Las manifestaciones clínicas están relacionadas con la enfermedad exocrina de las superficies epiteliales de ojos, boca, nariz, laringe y tráquea, vagina y piel, lo que lleva a síntomas frecuentes de fotofobia, quemazón y prurito ocular, visión borrosa, aumento de tamaño indoloro unilateral o bilateral de las glándulas parótidas, pérdida del gusto, caries dentales, disfagia, fisuración de la lengua y queilitis angular. Al inicio de la enfermedad, el aumento recurrente de las glándulas parótidas y la parotiditis son las manifestaciones más frecuentes en los niños, mientras que las manifestaciones secas son más habituales en los adultos. Los síntomas subjetivos de la xerostomía son relativamente infrecuentes en los casos juveniles y © ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito. Tabla 156-1 CRITERIOS INTERNACIONALES CONSENSUADOS PARA EL SÍNDROME DE SJÖGREN SÍNTOMAS OCULARES (AL MENOS 1 PRESENTE) Sequedad ocular molesta y persistente todos los días durante >3 meses Sensación recurrente de arenilla o gravilla en los ojos Uso de lágrimas artificiales más de 3 veces al día SÍNTOMAS ORALES (AL MENOS 1 PRESENTE) Sensación de sequedad oral todos los días durante al menos 3 meses Sensación recurrente de tumefacción de las glándulas salivales en adulto Necesidad de beber líquidos para tragar alimentos secos SIGNOS OBJETIVOS DE SEQUEDAD OCULAR (AL MENOS 1 PRESENTE) Resultado positivo en la prueba de Schirmer I Respuesta positiva en la prueba del Rosa de Bengala Muestra de biopsia de la glándula lagrimal con puntuación focal >1 SIGNO OBJETIVO DE AFECTACIÓN DE LA GLÁNDULA SALIVAL (AL MENOS 1 PRESENTE) Gammagrafía de glándula salival positiva Sialografía parotídea positiva Sialometría completa sin estimular (1,5 ml/15 min) ANOMALÍAS DE LABORATORIO (AL MENOS 1 PRESENTE) Anticuerpos anti-SSA o anti-SSB Anticuerpos antinucleares (ANA) Factor reumatoide del tipo inmunoglobulina (Ig) M (anti-Fc de IgG) De Fox RI: Sjögren’s syndrome, Lancet 366:321–331, 2005. tienen lugar en <45% del total de pacientes; quizás esto indique que el síndrome de Sjögren es una enfermedad que progresa lentamente. Los marcadores serológicos (anticuerpos antinucleares [ANA] y anticuerpos frente a Ro [SSA] y La [SSB]) y las manifestaciones articulares son significativamente más frecuentes en los adultos. Se ha publicado que las cifras de los anticuerpos ANA, anti-SSA y anti-SSB en los niños son del 78%, 75% y 65%, respectivamente. El factor reumatoide se detecta en dos tercios de los pacientes pediátricos con el síndrome de Sjögren. Hay otras manifestaciones clínicas debidas a diversos patrones de afectación orgánica como disminución del olfato, epistaxis, ronquera, otitis media crónica y afectación exocrina de órganos internos que afecta a pulmones, sistema hepatobiliar, páncreas, aparato digestivo, riñones, sistema osteomuscular, hematológico y sistema nervioso central (SNC). Las manifestaciones no exocrinas del síndrome de Sjögren pueden estar relacionadas con la inflamación vascular inflamatoria (en piel, músculo y articulaciones, superficies serosas y sistemas nerviosos periférico y central), la enfermedad vascular no inflamatoria (fenómeno de Raynaud), la enfermedad inducida por mediadores (citopenias sanguíneas, astenia y fiebre) y la endocrinopatía autoinmunitaria (tiroiditis). DIAGNÓSTICO El diagnóstico se basa en las manifestaciones clínicas, apoyado por la biopsia del labio o las glándulas que muestra focos de infiltración linfocítica, crioglobulinemia, elevación de la velocidad de sedimentación globular (VSG), hipergammaglobulinemia, factor reumatoide positivo y detección de anticuerpos frente a SSA y SSB. Los autoanticuerpos frente a b-fodrina, dirigidos contra un producto de escisión apoptósica de la a-fodrina, son un marcador diagnóstico útil del síndrome de Sjögren juvenil. La prueba de Schirmer detecta una producción anormal de lágrimas (5 mm de humedad en la tira de papel de filtro en 5 min). Los estudios de imagen, entre ellos la RM, la gammagrafía con tecnecio Tc 99m y la sialografía, son útiles para la evaluación diagnóstica. La presentación clínica de la parotiditis recidivante y el edema recidivante de la glándula parótida en un niño o un adolescente es característica y debería hacer sospechar este trastorno. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL En el diagnóstico diferencial del síndrome de Sjögren en los niños se encuentra la parotiditis recidivante crónica, una enfermedad inflamatoria de etiología desconocida que se caracteriza por un edema parotídeo intermitente unilateral/bilateral que con frecuencia se asocia a la fiebre y puede experimentar una remisión en la pubertad. A diferencia del síndrome de Sjögren, existe predominio masculino y no hay infiltrados linfocíticos focales en la biopsia tisular de la parotiditis recidivante crónica. Otras enfermedades presentes en el diagnóstico diferencial son la parotiditis infecciosa, la enfermedad parotídea poliquística, los tumores y la sarcoidosis. En estas enfermedades no suele haber síndrome seco, exantema, artralgia ni anticuerpos antinucleares. TRATAMIENTO El tratamiento sintomático del síndrome de Sjögren consta del uso de lágrimas artificiales, colutorios y líquidos para limitar el efecto lesivo de la disminución de secreciones. Los corticoides, los fármacos antiinflamatorios no esteroideos y la hidroxicloroquina se encuentran entre los fármacos más usados en el tratamiento. Las sustancias inmunosupresoras de mayor potencia, como la ciclosporina y la ciclofosfamida, se reservan para los trastornos funcionales graves y las complicaciones que pongan en peligro la vida. COMPLICACIONES Y PRONÓSTICO Los síntomas de la enfermedad de Sjögren aparecen y progresan lentamente. La disminución del flujo salival permanece típicamente constante durante años. Debido a que la enfermedad provocada e156-2 & Parte XVI Enfermedades reumáticas de la infancia por linfocitos B monoclonales se origina principalmente de los focos linfocitarios en el interior de las glándulas salivales o de los órganos internos parenquimatosos, existe un mayor riesgo de linfoma del tejido linfático asociado a mucosas (MALT). El síndrome de Sjögren materno puede ser un antecedente del síndrome lupus neonatal (cap. 152.1). BIBLIOGRAFÍA Bartunkova J, Sediva A, Vencovsky J, et al: Primary Sjögren syndrome in children and adolescents: Proposal for diagnostic criteria, Clin Exp Rheumatol 17:381-386, 1999. Cimaz R, Casadei A, Rose C, et al: Primary Sjögren’s syndrome in paediatric age: a multicentre survey, Eur J Pediatr 162:661-665, 2003. Civilibal M, Canpolat N, Yurt A, et al: A child with primary Sjögren syndrome and a review of the literature, Clin Pediatr 46:738-742, 2007. Fox RI: Sjögren’s syndrome, Lancet 366:321-331, 2005. 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