Swing chez le Major, surprise-party chez Boris Vian

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Swing chez le Major,
surprise-party chez Boris Vian
Adela CORTIJO T ALAVERA
Universitat de València
Real, E.; Jiménez, D.; Pujante, D.; y Cortijo, A. (eds.), Écrire, traduire et représenter la
fête, Universitat de València, 2001, pp. 441-451, I.S.B.N.: 84-370-5141-X.
Para abordar el tema de la fiesta en la literatura del s. XX, pensé enseguida
en un autor injustamente tachado de existencialista, Boris Vian (1920-1959),
digo injustamente porque a pesar de ser coetáneo de ese movimiento filosófico y
literario, su estilo lúdico, sus cambios de registro y sobre todo su manera de
hacer y de entender la literatura no encajan con la literatura seria, comprometida ideológicamente, que tiranizó el panorama intelectual francés, –a raíz de la II
Guerra Mundial–, durante los años 40 y 50. Es cierto que Boris Vian formó
parte de las noches de Saint-Germain-des-Prés, –era uno de los asiduos animadores del club Tabou–, de las «caves», del jazz, de las discusiones sobre la libertad..., que conoció personalmente a Sartre, a Camus y que colaboró en Les
temps Modernes 1 con sus «Crónicas del mentiroso». Pero a pesar de ello, Vian
dejó pronto de comulgar –si es que alguna vez lo hizo– con las angustias de
«Jean-Sol Partre»2 y el feminismo de la «Duchesse de Bovouard». Su lugar como
autor literario estaría siempre al margen, porque él nunca llegó a creerse que la
literatura pudiera ser seria, «engagée», que no es lo mismo que no tomarse la
literatura en serio. De manera que sólo se sintió cómodo en su vida con una
etiqueta, la de «Équarrisseur de première classe», que le otorgaron en el 52,
cuando entró en el Collège de Pataphysique, junto a Ionesco, Queneau, Michel
Leiris y su vecino Jacques Prévert, entre otros. Sólo se sintió a gusto con el jazz y
1
Revista literaria y filosófica fundada en 1946 por Sartre, Merleau-Ponty, Simone de Beauvoir y
otros. Vian publicó en su primera colaboración Les Fourmis, fragmentos de L'Écume des jours y sus
Chroniques du Menteur entre junio de 1946 y octubre de 1947. Bens, J., Boris Vian, Paris, Bordas,
1976, p. 162.
2
Jean-Sol Partre : Contrepèterie de Jean Paul Sartre, célebre desde su aparición en L'Écume des
jours, así como la «Duchesse de Bovouard».
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con ese Colegio que se declaró firmemente de inutilidad pública, que no pretendía salvar al mundo y en donde lo serio y lo no serio se consideraban similares por un principio patafísico de equivalencia.
Ante tal concepto de literatura, ya podríamos hablar de un espíritu, o al menos de una finalidad festiva en la producción de Vian, pero, por ese mismo
principio de equivalencia, vemos cómo su energía vital es inseparable de su
pesimismo, cómo su «langage-univers»3 es onírico y jovial al tiempo que agresivo y violento, y cómo en muchas ocasiones, la fiesta adquiere en él tintes de
batalla campal. Para ejemplificar todo esto he escogido la primera novela que a
Boris Vian le publicaron, en 1947,4 Vercoquin et le plancton que fue escrita,
como el propio autor aseguró, para divertir a sus amigos.
El título completo inicial era: Vercoquin et le plancton, Grand roman poliçon
en quatre parties réunies formant au total un seul roman, par Bison Ravi, chantre
espécial du Major, avec cette épitaphe: Elle avait des goûts d'riche, Colombe... Paix
à ses cendres. Vive le Major. Ainsi soit thill (Marcel).
Dividida en cuatro partes, –la primera titulada «Swing chez le Major»–, la
novela está encuadrada por dos juergas monumentales, de una exageración fantástica, la primera con motivo del cumpleaños del Major y la segunda por la
celebración del compromiso del Major con Zizanie. Entre fiesta y fiesta, un
esbozo de la guerra y la ocupación, y un cuadro kafkiano del trabajo administrativo y burocrático. Un enfrentamiento, en definitiva, entre la libertad y el
placer que proporcionaba a los «zazous»5 el alcohol, el sexo y el jazz, y el aburrimiento y la sin razón de un trabajo de oficina.
En este sentido Vian no inventa nada, es un tema recurrente el de los adolescentes que rechazan el mundo de los adultos, pero como él mismo decía...
3
Jacques Bens habla del langage-univers vianesque en la advertencia final de L'Écume des jours,
(10/18, 1963).
4
Compuesta tres años antes, entre 1943 y 1944, pudo ver la luz en Gallimard, gracias a la intervención de su ilustre vecino de Ville-d'Avray, Jean Rostand, que le puso en contacto con Queneau, Jean Paulhan y Marcel Arland.
5
Para dar cuenta del término «zazou» he preferido remitirme a la definición que nos da Le Petit
Robert «1937; onomat, p.-ê.d'apr. les onomat. en a et ou de certains chants de jazz. Nom donné
pendant la Seconde Guerre mondiale et dans les années qui suivirent, à des jeunes gens qui se
signalaient par leur passion par le jazz américain et leur élégance tapageuse».
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Tout a été dit cent fois
Et beaucoup mieux que par moi
Aussi quand j'écris des vers
C'est que ça m'amuse
C'est que ça m'amuse
C'est que ça m'amuse et je vous chie au nez.6
Y efectivamente se divertía al presentar este tema, pues en Vercoquin nos da
una intriga disparatada que opone dos mundos y dos estilos, el de la fiesta y el
del trabajo. Los héroes de Vian, como asegura J. Bens, son jóvenes amorales, en
el sentido de que no necesitan seguir ninguna norma ética, pues ellos constituyen la moral consciente y no la adquirida.7 Y su rechazo de unas reglas, generalmente adoptadas por la sociedad, da muestra de una cierta lucidez frente a la
estupidez colectiva. Con la guerra, además, quedó patente que el orden que la
violencia legal protegía era el culpable de todas las injusticias, de todos los
atentados contra el hombre. El orden de cosas es lo que más odió Boris Vian
toda su vida, así que se esforzó en contrariarlo, creando en su mundo su propio
orden.
Existe un verdadero espacio autobiográfico en sus novelas y relatos. En concreto Vercoquin et le plancton recoge sus experiencias personales durante la II
Guerra Mundial, pero en ella no nos habla de la guerra sino de las fiestas en
Ville-d'Avray y de su trabajo como ingeniero en la AFNOR, la Asociación
Francesa de Normalización.8
El protagonista de la novela, Jacques Loustalot, llamado el Major, es un personaje real, un amigo de Vian que conoció en Capbreton, en el verano del 40,
junto a su primera esposa Michelle Léglise, durante una surprise-partie. Cuando
se conocieron, el Major tenía quince años y Boris veinte, sin embargo Vian
quedó fascinado por este personaje, con ojo de cristal, cuya personalidad, parece
ser, y esto lo asegura Noël Arnaud en Les vies parallèles, era idéntica a la de su
transposición novelesca. El Major era un escándalo y un espectáculo viviente y
Vian lo consideraba su alter ego exagerado. El tiempo le daría la razón, porque
6
Vian, B., Je voudrais pas crever, Paris, J. J. Pauvert, 1962, p. 71.
Bens, J., Boris Vian, Paris, Présence Littéraire, Bordas, 1976, p. 132.
8
El 24 de agosto de 1942 Al Bison intravit in AFNOR, donde se creó sólidas enemistades en la
jerarquía al corregir las faltas de francés de sus superiores. Arnaud, N., Les vies parallèles de Boris
Vian, 10/18, 1976, p. 77.
7
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ambos murieron jóvenes, Vian antes de los cuarenta 9 y el Major a los 23 años10
cuando intentaba trepar por un balcón a las 3.00h de la madrugada, porque
parece ser que solía entrar y salir por las ventanas y el tejado cuando era invitado
a una casa. Fue tal el impacto que causó en él el Major que aparece en tres novelas de Vian: Trouble dans les andains,11 Vercoquin y Mort trop tôt,12 en un
poemario inacabado: Un seul major dans un sol majeur que pretendía cantar la
gesta del Major, en cuatro relatos cortos recogidos en Les fourmis y en dos relatos recogidos por N. Arnaud en Le loup-garou.13
Salvando las distancias, los personajes de Boris Vian, como los de Proust, se
pasean de una obra a otra, se relacionan, –por ej. el profesor Mangemanche, el
doctor que cuida de Chloé en L'Écume des jours, aparecerá también más tarde
en el desierto de Exopotamie en L'Automne à Pékin– y como en el caso de
Proust, es corriente que los personajes de ficción aludan en clave a personajes
reales del entorno del autor, –por ej. en las fiestas de Vercoquin, el vecino del
Major, Corneille Leprince, es el vecino de Vian, François Rostand –nieto de
Edmond–, o bien D'Haudyt, en otras novelas llamado Doddy, es su amigo y
batería de la orquesta Abadie, Claude Léon, o el alocado «arroja-objetos» Peter
Gna no es otro que su cuñado Claude Léglise. El propio Boris Vian aparece en
sus obras disfrazado,14 en Vercoquin se desdobla en Antioche Tambrétambre,
brazo derecho del Major y en René Vidal.
Según Arnaud15 el hecho de que algunos personajes de las novelas –y sobre
todo de los relatos– de Vian existan realmente no conlleva o no nos lleva a na-
9
Boris Vian murió a los 39 años de un ataque al corazón, el 23 de junio de 1959, a las 11 de la
mañana, mientras veía la proyección privada de una adaptación –con la que él no estaba de
acuerdo– de su polémica novela Vernon Sullivan J'irai cracher sur vos tombes.
10
El 7 de enero de 1948. Bens, J., Boris Vian, Paris, Bordas. p.10.
11
Primera novela de Vian, escrita entre 1942 y 1943. Edición póstuma aux Éditions de la Jeune
Parque, 1966; 10/18, 1970; Christian Bourgois, 1976.
12
Novela inacabada e inédita.
13
Relatos en los que aparece el Major: Les fourmis (1949): «La route déserte», «L'oie bleue», «Le
figurant», y «Le brouillard» y en Le Loup-garou colección póstuma (1970): «Les Remparts du Sud»
y « Surprise-partie chez Léobille».
14
«On est toujours déguisé, alors autant se déguiser. De cette façon on n'est plus déguisé.» disait
Vian avec son art du paradoxe. Baudin, H., Boris Vian. La poursuite de la vie totale, Paris, Éditions
du Centurion, p. 176.
15
Op. cit., p. 49.
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da, es simplemente divertido. Pero hay que tener en cuenta que la autocitación
sirve para crear un vínculo en su producción y es algo que responde a la función
lúdica de su literatura. El hecho de que los personajes y el propio autor se enmascaren es un rasgo carnavalesco, entra dentro del juego, forma parte de su
idea de literatura que como convención él no se tomaba en serio.
En la primera parte: «Swing chez le Major», el Major cumple 21 años y
junto a su amigo Antioche organiza una «party» en su casa de Ville d'Avrille.16
Durante los cuatro primeros capítulos, Bison Ravi –pseudónimo y anagrama de
Boris Vian– describe la casa, la llegada de los invitados en tren... pero la intriga
no comenzará hasta el encuentro del Major y Zizanie,17 así que después de cuatro capítulos se vuelve al capítulo II, que es donde la chica en cuestión llega a
casa del Major acompañada de Fromental de Vercoquin. 18 Los capítulos IV, V y
VI son una digresión sobre la naturaleza y utilidad de las fiestas, una especie de
manual para iniciados y profanos, con diversos apartados, sobre lo que se debe
hacer en este tipo de reuniones, sobre todo con vistas a ligar con chicas acompañadas, dando toda una serie de normas o consejos a seguir, con múltiples
variantes, para deshacerse de tipos inoportunos que dificulten la cacería (cito el
índice o los puntos clave): «A) Il n'y a pas une seule jolie fille: [...] A.1. La surprise-party est bien organisée. [...] A.2. La surprise-party est mal organisée. [...]
B) Il y a des jolies filles, mais elles sont en mains. [...] B.1. Vous travaillez en
isolé (ou en franc-tireur). [...] B.2. Vous travaillez en équipe» el primer apartado, B.1., se subdivide en dos: « B.1.1. Chez vous, [...] B.1.2. Chez les autres,
[...] B.1.2.1.Chez l'individu dont vous convoitez la partenaire.[...] B.1.2.2.
Chez un hôte absolument quelconque».
El trabajo se simplifica sobremanera si se hace en equipo, pero nunca ha de
fiarse uno porque «Le risque essentiel consiste à voir l'un de vos trois coéqui-
16
31 rue Pradier à Ville d'Avrille, se trata de la villa de los Vian «les Fauvettes» rue Pradier en
Ville-d'Avray.
17
En una clara parodia del «coup de foudre», de hecho toda la novela no dejará de parodiar el
amor sentimental, presentando sólo el amor sexual.
18
Su nombre es nutritivo y su apellido Ver coquin, –larva parasitaria de la uva– es parasitario.
Hace también referencia al largo poema del Major sobre el «ver» en la tercera parte, (pp. 147151). En cuanto al «plancton», con el que se completa el título, en el preludio, (p. 9) habla de un
escritor que para ser un buen escritor tiene que haber vivido del aire. «s'est nourri du plancton»,
–cosa que él no ha hecho–. El enigmático título es pues bastante marginal.
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piers s'adjuger l'enjeu de l'opération».19 Una de las técnicas infalibles para que
desaparezca la pareja indeseada de la presa escogida, es la de hacer que os acompañe en el coche de un amigo, o en el propio, o en el de el indeseado, haciéndole beber mucha cerveza en el bar de al lado y dejándole orinar al pie de un
árbol a 11 kilómetros de allí. Existen numerosas variantes. Pues bien, eso es lo
que el Major hace con Vercoquin, el acompañante de Zizanie, en el capítulo V,
de manera que en el VI ya tiene el campo libre para actuar, pero antes deja que
sea su amigo Antioche el que lo haga y le informe de los resultados. Zizanie pasa
favorablemente la prueba y al final de la fiesta y de esta primera parte, el Major
solicita a su amigo, que en su nombre, pida la mano de la ex-doncella a su tío,
Léon-Charles Miqueut, Sub-ingeniero principal de la C.N.U. –Consorcio Nacional de la Unificación– y así se enlaza con la segunda parte «Dans l'ombre des
ronéos» que rompe tan radicalmente con la primera que parece tratarse de
fragmentos de dos novelas distintas.
En el 42, a los 22 años, Vian ya estaba casado y tuvo a su primer hijo, Patrick. Se instaló en París y con su diploma de ingeniero se puso a trabajar en la
AFNOR, pero los domingos se reunían en Ville-d'Avray, en la casa familiar y
allí organizaban fiestas, –De hecho la novela está dedicada a su vecino Jean
Rostand, con sus excusas, y no como pensaba Michel Rybalka, por emplear
indebidamente el término plancton (recordemos que su vecino además de tener
un padre famoso era un conocido biólogo) sino que las excusas se debían a las
molestias que tantas noches le habían causado por el ruido de las juergas–. Los
Vian 20 y sus amigos formaban una pequeña sociedad que se divertía jugando,
hacían campeonatos de ajedrez 21 o concursos de rimas, Vian heredó de su padre
el gusto por los «bouts-rimés», creando el Cercle Legâteux y una Sociedad de
Construcción de Modelos Reducidos, –que a veces lograban hacer funcionar–.
La fiesta que se describe en «Swing chez le Major» es una exageración deseada,
digna de los cartoons que tanto gustaban a Boris, de lo que realmente eran las
fiestas de la tribu Vian. Y es que durante la ocupación alemana, las diversiones
eran raras y estaban mal vistas, nada tenían que ver con las fiestas desenfrenadas
que Vian describe en Vercoquin.
19
Vian, Boris, Vercoquin et le plancton, Paris, Gallimard, 1967, p. 32.
Boris tenía tres hermanos: Lélio, Alain y Ninon.
21
Crearon el Club de ajedrecistas Monprince, apodo de su camarada y vecino François Rostand.
20
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La segunda parte de la novela enfrenta al relativo desorden de la fiesta un
mundo de previsión y normalización. Reproduce el ambiente de la AFNOR
transpuesta en la CNU. Es una parodia de los organismos y comisiones paraadministrativos, improductivos, que retardan las decisiones definitivas e inventan pretextos para continuar en procesos inacabables, a fin de asegurarse la
existencia. En la época en la que escribió Vercoquin, un empleo era lo que impedía a Boris Vian, ocho horas al día, escribir, tocar la «trompinette» o inventar
una rueda elástica...22 En definitiva, trabajar era lo que le impedía vivir, para él
seguía vigente la maldición divina de «ganarás el pan con el sudor de tu frente».
El 15 de febrero de 1946 Vian se despidió de la AFNOR para trabajar como
ingeniero en la Oficina del Papel, lo hizo, entre otras razones, porque allí trabajaba su amigo Claude Léon, porque le pagaban más y porque tenía mejores
relaciones con el director, M. Delcroix, pues según él el de la AFNOR, M.E.
Lhoste –M. Miqueut en la ficción– era «un sinistre emmerdeur», curiosamente
en la novela Antioche dirá a Vidal23 «En d'autres termes [...] le Sous-ingénieur
Miqueut est un emmerdeur. –De la pire espèce, dit Vidal». 24
En 1947, Vian dio por terminada su carrera de ingeniero, –que sólo había
durado cinco años–, después de descubrir que el cajón inferior derecho de la
mesa de trabajo siempre debía quedar vacío, a fin de poder apoyar cómodamente el pié. 25
De manera que «Dans l'ombre des ronéos» es claramente una sátira, con
ambiente de ciencia ficción, del mundo laboral. En la CNU sólo existe una
jerarquía, unas reuniones periódicas que deberían durar minutos y duran horas,
un galimatías de términos inocuos, una preocupación formal irracional y una
falta de eficacia que se observa en un personal inoperante, pues los ingenieros
subordinados aprovechan cualquier ocasión para irse al bar y se dedican en
horas de oficina a cualquier actividad: por ej. Victor Léger a estudiar inglés,
Levadoux a preparar oposiciones y René Vidal a copiar partituras porque toca la
trompeta en una orquesta de jazz. Hacen de todo menos aquello por lo que se
22
Bens, J., Op. cit., p. 46.
Las dos transposiciones novelescas de Vian.
24
Vian, Boris, Op. cit., p. 78.
25
Arnaud, Noël, Op. cit., pp. 82-83.
23
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les paga, preparar y redactar «nothons»,26 informes inútiles sobre cuestiones
idiotas, que reflejan el absurdo del sistema burocrático.
Si en la primera parte Boris Vian es Antioche, en esta segunda parte aparece
también como René Vidal. Como vemos Vian es el hombre de las mil caras, 27
como lo demuestra Arnaud o H Baudin en Boris Vian et la poursuite de la vie
totale. Y al ser tan polifacético tiene tendencia a presentar parejas de héroes, y el
tema del doble y del hermano es muy frecuente. Él mismo suele aparecer por
partida doble, incluso triple, porque en sus primeras novelas: Trouble dans les
andains y Vercoquin et le plancton, forma una trinidad, en la primera compuesta
por el Major, Antioche y el Baron Visi, y en la segunda por el Major, Antioche
y René Vidal. Según J. Bens28 en Vian hay dos tipos de hermanos, los idénticos
y los complementarios, en Vercoquin, se trataría de dos parejas de falsos hermanos idénticos: el Major y Antioche, por un lado y Antioche y René Vidal, por
otro. Y ésta es la pareja que aquí nos interesa, porque se trata de un Vian dividido en..., –como las dos caras de la Luna, una diurna y otra nocturna– el juerguista que organiza fiestas, compañero inseparable del Major, y en el ingeniero
que dedica el tiempo libre a tocar la trompeta.
Curiosamente en la CNU, en la segunda y tercera parte de la novela, Vian se
divierte al hacer coincidir a los dos personajes en los que se introduce, y por ej.
en la primera entrevista «Les deux hommes se regardèrent quelques instants et
constatèrent qu'ils se ressemblaient d'une façon curieuse, ce qui les mit fort à
l'aise».29 El encuentro de Antioche y René Vidal es un guiño que demuestra el
placer que sentía Vian al escribir. Pero además, esta escisión que practica en su
transposición novelesca sirve para remarcar la separación que observamos al
principio de dos mundos, el de la fiesta y el del trabajo, y de dos estilos, pues al
torrente de imágenes, a la fantasía desbordada de su delirio verbal en la fiesta, se
26
Los nothons –de «note» y «nothing»?– de la CNU están inspirados en las fichas de l'AFNOR,
que tratan de «Extinctores en polvo» o la famosa «Norme des injures», de marzo de 1944, modelo
del nothon del Major sobre las surprise-parties. Arnaud, N., Op. cit., pp. 80-81.
27
Como lo muestra su gusto por los pseudónimos: Brisavion, Baron Visi, Bison Ravi –Chantre
espécial du Major–, Vernon Sullivan, su «alter negro», –según Michel Rybalka–, Doublezon –en
el Livre d'or (1940)–, Boris Giono –en Notre terre ici bas (1942)– Hugo Hachebuisson –en Jazz
Hot–. Etc...
28
Bens, J., Op. cit., p. 44.
29
Vian, Boris, Op. cit., p. 77.
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SWING CHEZ LE MAJOR, SURPRISE-PARTY CHEZ BORIS VIAN
opone la esclerosis formalista del lenguaje, la rigidez de una «langue de bois» en
el trabajo.
En la 3ª parte de la novela: «Le Major dans l'hypoïd», el Major entra a trabajar en la CNU, y Miqueut le encarga un proyecto de «nothon» para normalizar30 las surprise-parties, proponiéndole como secretaria a su sobrina Zizanie.
Mientras tanto Fromental de Vercoquin, que no ha olvidado la afrenta, entra a
formar parte de la Delegación que supervisa los «nothons» de la CNU. De manera que tanto el Major como Vercoquin pasan del ámbito de la fiesta al del
trabajo como contexto para conseguir su objetivo y los medios también cambian, si antes se trataba de emborrachar al contrario, ahora se trata de zancadillas profesionales. Por supuesto la victoria es de nuevo para el Major,31 y los dos
contrincantes se reúnen en un milk-bar donde, tras una especie de duelo de
versos o «jeu-parti», hacen las paces y deciden ser hermanos en vez de rivales.
La fiesta de compromiso tiene lugar en el apartamento de Zizanie, con padres y otros aburridos familiares, que no permiten bailar a sus hijas ritmos obscenos, que no dejan probar el champán a los «zazous» y ni tan siquiera consolarse con el buffet. Ante un espectáculo tan deprimente el Major ayudado por
Antioche y René Vidal, se decide a atacar con estrategia militar. Y provoca una
rebelión juvenil, en la que liquidan a todo aquel que se pone por delante, requisan la comida, la bebida y la música y se trasladan a casa del tío de una
«zazoute», que ha acabado junto con otros muertos en el cubo de la basura.
Así llegamos a la 4ª y última parte: «La passion des Jitterbugs».32 Y comprobamos que la novela tiene una estructura en quiasmo, fiesta-AFNOR-AFNORfiesta, se empieza con una fiesta y se acaba con otra, pero esta vez mucho más
bestial. Si en la primera se nos daba un manual para conocer la dinámica a seguir, en esta segunda y última fiesta zazoue se nos introduce de lleno. El final
apoteósico, el sacrificio ceremonial, se produce de madrugada, cuando un accidente hace que todo vuele por los aires, pero nadie se percata porque en esos
momentos París estaba siendo bombardeado. Los únicos supervivientes son
30
Normalizar las surprise-parties es preconizar lo que hará más tarde los CRS para controlar a la
juventud. Arnaud, N., Op. cit., p.77.
31
El Major nunca mordió el polvo, salvo con Folubert Sansonnet en Surprise-partie chez Léobille
publicada en Samedi-Soir en 1947, y más tarde recogida por N. Arnaud en Le Loup-garou (1970).
32
El «jitterbug » es un baile que deriva de un ritmo swing, y es ancestro del boogie-woogie.
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Antioche y el Major, que se pregunta irónicamente si al fin y al cabo estaba
hecho para el matrimonio.
El final catastrófico es recurrente en Vian. J. Bens33 señala que no hay una
obra suya en la que no haya destrucción, ya sea ésta lenta o fulminante y Vercoquin no es una excepción.
Boris Vian era un experto en irrealizar lo intolerable, tanto la guerra como la
esclavitud del trabajo. La novela puede dar la impresión de no tomarse en serio
la guerra, que es apenas esbozada, pues aparte del bombardeo, la única alusión
explícita que se hace es en la 2ª parte, cuando Antioche cuenta a René Vidal
cómo durante el conflicto el Major y él habían defendido durante ocho días, un
Café que nunca había sido atacado y que tras agotar las existencias, fueron condecorados. No se trata de una falta de sensibilización, vivir los veinte años en un
París ocupado no debía ser fácil de obviar, pero él lo minimiza al máximo, rechazando lo trágico. Vian afirmó que era maravillosamente inconsciente del
epifenómemo de la guerra.34 No tanto si pensamos que su amigo judío Alfredo
Jabès escapó a la deportación gracias a los Vian. O si recordamos su teatro L'Équarrissage pour tous, 35 Le Goûter des généraux,36 o su relato «Les fourmis»,37 o su
canción Le déserteur.38 Ni si tenemos en cuenta su pasión por el jazz,39 música
triplemente tabú por ser música de negros, judíos y americanos.
Si en Vercoquin el belicismo no aparece explícitamente, sí lo hace en un sistema administrativo donde impera la disciplina y la jerarquía, en una CNU
33
Bens, J., Op. cit., p. 145.
Boris sentía «la plus complète indifférence aux problèmes de l'heure», Bens, J., Op. cit., p. 9
35
«Vaudeville paramilitaire en un acte long», versión de los Cahiers de la Pléiade, primavera de
1948, Gallimard.
36
«Tragédie lyrique et militaire» en tres actos escrita en 1951. Publicación póstuma: Collège de
Pataphysique, 1962; recogida en Dossier 18-19 du Collège de Pataphysique (29 de marzo de
1962). Reedición en Théâtre de Boris Vian, Jean Jacques Pauvert, 1965, Paris théâtre nº 224,
1965; y en Théâtre I, 10/18, 1971.
37
Relato inspirado en el desembarco de Normandía, del 6 de junio de 1944. Publicado en Les
Temps modernes en junio de 1946, y que dio título a la colección de once relatos Les fourmis que
se publicó en 1949 en las Éditions du Scorpion.
38
U otras canciones como: Les Joyeux Bouchers, Le Petit Commerce ou Le java des bombes atomiques.
39
« [...] peu de temps après la mort de Boris, Henri Salvador me disait: il était amoureux du jazz,
il ne vivait que par le jazz, il entendait jazz, il s'exprimait en jazz », Arnaud, N., Op. cit., p. 108.
34
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situada detrás de la Escuela militar, y en unas fiestas que surgen como transgresión, como alteración del orden cotidiano, que persiguen la evasión de una
realidad hostil y que sin embargo, no consiguen evitar, con su caos artificial,
seguir un cierto orden y ritual establecido.
De manera que el orden de la vida cotidiana, del trabajo, y el pseudo-orden
de la fiesta, tienen quizás un punto en común, un cierto ritmo de aire marcial:
pues Vian también caricaturiza los ritos de los jóvenes «zazous», sus trajes extravagantes –con chaquetas anchas y largas hasta la rodilla, pantalones ajustados y
tobilleros, corbatas a rayas, calcetines mostaza, que contrastaban con la sobriedad de los trajes de los años 40, y las chicas... (simplemente ligeras de ropa)–, su
manera de «swinguer», su comportamiento repetitivo en las surprise-parties, que
permitía incluso ser codificado en un manual..., es decir, parodia todo aquello
que les uniformiza.
Pero a pesar de esta parodia, el ámbito cruelmente atacado sigue siendo el
del trabajo, definido por Vian como «[...] lo que no puede dejar de hacerse
cuando se tiene ganas de dejar de hacerlo»40 lo cual es lógico si tenemos en
cuenta su necesidad de tiempo, a causa de su enfermedad, que crecía como el
nenúfar en el pecho de Chloé, y su amor por la inmediatez y la eficacia. El trabajo se convertía así en un obstáculo, en una actividad improductiva que le
robaba vida y la fiesta, en contrapartida, reunía para él, y en aquellos momentos, dos estímulos vitales: el sexo y el swing.
40
Baudin, H., Op. cit., p. 121.
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