orquesta de cámara del conservatorio superior de música de aragón

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XIVTEMPORADA
DEGRANDESCONCIERTOS
2008/2009
lunes, 15 de diciembre de 2008 • 20,15 horas
orquesta de cámara
del conservatorio superior
de música de aragón
«camerata aragón»
Rolando Prusak director/concertino
Stefano Canuti fagot
Wenzel Fuchs clarinete
orquesta de cámara
del conservatorio superior
de música de aragón
«camerata aragón»
El Conservatorio Superior de Música de Aragón (CSMA) es el resultado de la decidida apuesta del Gobierno de Aragón por el Conservatorio
Superior, que en el año 2002 supuso el inicio de un nuevo proyecto realmente ambicioso e innovador.
La orientación del CSMA es, desde entonces, marcadamente instrumental: tiene como objetivo prioritario la formación de instrumentistas y
agrupaciones del mas alto nivel de excelencia, labor que es encomendada a profesores de reconocido prestigio, que son los que actualmente
forman la plantilla del CSMA, aunque es obligado señalar que el Conservatorio cuenta también con el Departamento de Composición más
importante de España.
A pesar de ser un proyecto joven, el CSMA es considerado ya en este
momento un centro de referencia para los estudios musicales superiores en España.
El reconocimiento a la labor del Conservatorio en estos años no solo se
ha producido en los sectores que tienen que ver directamente con la
enseñanza, sino que proviene también del de los profesionales de prestigio que desarrollan su carrera tanto en España como fuera del país. El
CSMA puede considerarse un centro de alto rendimiento, lo que entre
otras cosas garantiza el nivel cualitativo de sus formaciones orquestales
representativas: la Orquesta Sinfónica, la Orquesta de Cámara y la
Banda Sinfónica, mereciendo también especial mención la alta calidad
de las creaciones musicales que surgen de las aulas de Composición.
El CSMA aspiró, desde el principio de su nuevo proyecto, a que sus formaciones fueran consiguiendo un espacio en los ámbitos cultural y
social, contribuyendo activamente a su desarrollo. Desde hace cinco
años ha sido habitual la participación de las tres formaciones orquestales representativas del CSMA en los importantes Ciclos que programa el
Auditorio de Zaragoza en su temporada de conciertos, compartiendo
siempre programación con orquestas de prestigio internacional.
A tenor de esto, puede decirse que a pesar de que la Comunidad de
Aragón, a diferencia del resto de las Comunidades españolas, como
Cataluña, País Vasco, etc, no tiene una joven orquesta representativa,
realmente tiene dos, ya que tanto la Orquesta Sinfónica como la Orquesta de Cámara del CSMA cumplen con creces este papel en Aragón; también lo hace su Banda Sinfónica. Una prueba de esta valoración, en este
caso a nivel nacional, son las invitaciones que tanto la Orquesta Sinfónica como la Orquesta de Cámara han recibido para participar esta temporada en el Auditorio Nacional, en sendos Ciclos donde se van a dar
cita las jóvenes orquestas representativas de las distintas Comunidades
españolas consideradas más importantes. En esta misma línea de valoración, la Orquesta de Cámara va a actuar también en este mes de
diciembre en otra de las salas más relevantes de nuestro país, el Auditorio de Barcelona, en un importante Ciclo de Música de Cámara al que
ha sido también invitada.
Por otro lado, la valoración del CSMA en estos momentos empieza a ser
asimismo equiparable a cualquiera de los centros superiores más reconocidos de Europa. De ahí la invitación recibida en este caso para participar dentro de un Ciclo de Jóvenes Orquestas europeas que tendrá
lugar en la ciudad de Milán, para el que el CSMA ha sido elegido junto
a otros centros superiores tan reconocidos, como son por ejemplo los de
París, Viena y Milán. La representatividad la ostentará en este caso la
Orquesta Sinfónica.
El hecho de que las formaciones representativas del CSMA estén al
nivel de las jóvenes orquestas más reconocidas del país exige una valoración añadida, pues mientras estas orquestas se nutren con jóvenes del
resto del España, el CSMA es en este aspecto autosuficiente, ya que
todos los componentes de sus formaciones son actualmente estudiantes
del propio centro. Incluso el CSMA puede permitirse en estos momentos tener plantillas distintas para formar sus dos Orquestas, la Sinfónica y la de Cámara.
No obstante, con respecto a los logros conseguidos hasta la fecha, el
CSMA está todavía en pleno desarrollo. Hace dos cursos, el Centro
empezó a ofertar estudios para postgraduados. Esto ha supuesto la
incorporación en este tiempo de un número importante de profesores
de extraordinario prestigio que, sumándose a los que ya había, ha servido para incrementar todavía más el nivel de calidad del Centro. Son
todos figuras de referencia mundial en sus respectivos instrumentos,
algunos solistas y otros primeros atriles de las más importantes orquestas europeas: London Simphony Orchestra, Orquesta de Cadaqués,
Filarmónica de Berlín, Concertgebouw de Ámsterdam, Sinfónica de la
Radio Baviera… Por otra parte, es necesario resaltar, como una de las
notas diferenciadoras del CSMA, la incidencia de estos profesores en el
nivel de grado, ya que parte de su tiempo lo dedican también a la atención de estudiantes de ese nivel (individual o/y colectivamente), algo
absolutamente inusual en los centros de enseñanza superior. Estos profesores se convierten así en los mejores embajadores del proyecto del
CSMA en Europa, lo que contribuye de manera directa y natural a convertirlo en un Centro de referencia también en el ámbito internacional.
Otra nota diferenciadora es la presentación de estos profesores al públi-
co a través de su participación como solistas con las Orquestas del
CSMA, lo que se ha hecho habitual en sus programaciones y de manera destacada con la Orquesta de Cámara. Actuaron hasta ahora Nicolás
Chumachenco (violín), Franco Petracci (contrabajo), Stefano Canuti
(fagot), Peter-Lukas Graf (flauta), Lucas Macías (oboe) y Eric Terwilliger (trompa). Son todos referentes europeos en sus instrumentos. Hoy
lo hará de nuevo Stefano Canuti y, por primera vez, Wenzel Fuchs.
Una de las aspiraciones importantes de la Orquesta de Cámara, como la
del resto de formaciones orquestales del Conservatorio, fue desde el
principio llegar a convertirse en ese referente de calidad que, como el
Conservatorio, ya ha empezado a ser en su caso en el ámbito de las jóvenes orquestas de España. El siguiente objetivo es, también como el del
CSMA, serlo en el ámbito europeo en un futuro muy próximo.
ORQUESTA PATROCINADA POR
Rolando Prusak
director/concertino
Rolando Prusak realiza su formación en Buenos Aires con el profesor
Ljerko Spiller. Desde muy joven fue galardonado con diferentes premios y fue becado por distintas entidades, entre ellas la Fundación
Wagneriana de Buenos Aires y la Fundación Antorchas. En 1980 recibe
una beca concedida por la International Menuhin Academy en Gstaad
(Suiza), donde estudia Violín, Viola y Música de Cámara con los profesores Alberto Lysy, Sándor Vegh, Yehudi Menuhin, Felix Andreievsky,
Ana Chumachenco y Robert Masters. Asimismo, realiza estudios de
postgrado en la Musikhochschule de Friburgo (Alemania), con el maestro Nicolás Chumachenco.
Rolando Prusak ha tocado como solista con prestigiosas orquestas de
Argentina, Uruguay, Francia, Suiza y Alemania, y como músico de
cámara en las siguientes salas: Kennedy Center de Washington, Rockefeller University de Nueva York, Sala Tchaikovski de Moscú, Queen Elizabeth Hall de Londres, Palacio Wallenstein de Praga, Herkulessaal der
Residenz de Múnich, Teatro Colón de Buenos Aires, Kömische Stadt
Oper de Berlín, Teatro de Kiev, Bratislava Teatras, Auditorio Nacional
de España, etc. También ha participado en numerosos festivales, entre
ellos los de Montreux, Assisi, Gstaad, Engadin, Estoril y Edimburgo. Ha
sido solista de la Camerata Lysy Gstaad y fue miembro de la Camerata
Bariloche, así como del Cuarteto Brahms de Buenos Aires. También
ocupó la plaza de concertino de la Neues Orchester Basel y es integrante de numerosas formaciones dedicadas a la música contemporánea y a
la música de cámara.
Durante muchos años ha sido preparador y responsable musical del
grupo de cuerdas de la Orquesta de las Tres Naciones (Francia, Alemania y Suiza) y Director de la Orquesta Juvenil de Südliche Breisgau
(Alemania). Asimismo, es invitado habitualmente a dictar cursos de
Violín y Música de Cámara en diversos marcos y ciudades de Europa y
Latinoamérica.
Rolando Prusak fue catedrático de Violín en el Conservatorio Nacional
de Música de Buenos Aires antes de que entre los años 1996 y 2002 lo
fuera de la Musikhochschule de Friburgo (Alemania).
Desde el curso 2002/2003, y paralelamente a su actividad artística, ejerce como profesor ocupando una de las cátedras de Violín en el Conservatorio Superior de Música de Aragón, siendo el Director/concertino
de su Orquesta de Cámara («Camerata Aragón»).
Stefano Canuti
fagot
Nació en Parma (Italia), en 1961, y se familiarizó con la música a la edad
de 9 años, gracias al estudio de la Guitarra Clásica. No fue hasta los 16
cuando empezó a estudiar Fagot.
Después de cinco años de estudios se graduó con la más alta calificación
gracias a las inestimables enseñanzas de O. Danzi. Stefano inmediatamente comenzó a colaborar como primer fagot con la Orquesta Maggio
Musicale Fiorentino, y poco después con la Orquesta de la RAI de
Turín.
Su incansable energía y el rechazo de la rutina lo han llevado a emprender nuevas y estimulantes experiencias en la música de cámara y tocando como solista, y pronto se convirtieron en las causas que lo llevaban
a la música. Estas experiencias lo han llevado a tocar en las más importantes salas de conciertos del mundo: en Europa (Fráncfort, Milán,
Viena, Londres, Manchester, Ámsterdam…), en EE. UU. (Chicago, Minneápolis, Bloomington, Phoenix…), en Sudamérica (Buenos Aires y
Caracas), Canadá (Banff), y también en la República Popular de China
(Pekín y Shanghái).
Como solista, Stefano tiene varias grabaciones en su haber, algunas de
las cuales («Fantasie di Bravura» y «Bassoon Images») han recibido
grandes críticas y premios.
Para el 25º aniversario de la International Double Reed Society (IDRS)
fue invitado, junto con S. Azzolini y como únicos artistas europeos, a
participar en la realización de la grabación del cedé conmemorativo con
los duetos de Gebauer sobre «El Barbero de Sevilla».
Su deseo de tocar música sinfónica y su madurez artística lo han llevado a las secciones de grandes orquestas. Stefano colaboró como fagot
solista con la Orquesta de Cámara Mahler, dirigida por Claudio Abbado, y con la Symphonica Toscanini, de la que es director Lorin Maazel.
También ofrece su enseñanza en toda Europa, EE. UU., Sudamérica y en
la República Popular de China, impartiendo actualmente clases magistrales con el título de «Presidente de Fagot» en el Conservatorio de
Música «Campiani» di Mantova.
Además, varios de sus estudiantes procedentes de diversos países (EE.
UU., Australia, Inglaterra, Finlandia, Portugal y Sudamérica) tienen
ahora puestos importantes en conocidas orquestas. En junio de 2003 fue
invitado por José Antonio Abreu, como profesor de Fagot avanzado
para la «Fundación del Estado para el Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela», y en 2006 fue nombrado profesor en el Royal Northern College of Music en Manchester.
En la actualidad es profesor del Conservatorio Superior de Música de
Aragón, donde imparte clases de Fagot en los niveles de Grado y Postgrado.
Cuando la enseñanza y sus conciertos se lo permiten, Stefano se sienta
sobre su amada moto para darse una vuelta por sus preciosas colinas.
Wenzel Fuchs
clarinete
Wenzel Fuchs nació en Innsbruck (Austria). Proviene de una familia y
entorno de gran tradición musical, y desde pequeño participó con el clarinete en diversas agrupaciones musicales.
Después de los primeros estudios en Kitzbühel e Innsbruck ingresó en
la Universidad de Música de Viena. Su carrera como solista se inició
en la Wiener Volksoper, siendo luego solista de la ORF-Sinfonieorchester y desde 1993 es solista de clarinete de la Orquesta Filarmónica de Berlín.
Paralelamente a su trabajo en la Orquesta, Wenzel Fuchs desarrolla
una intensa actividad como solista y músico de cámara en distintas formaciones: Philharmonischen Bläserensemble, Philharmonischen Bläsersolisten, Philharmonischen Oktett y Philharmonischen Freunden
Wien-Berlin.
Asimismo, es profesor en la Academia de la Orquesta Filarmónica de
Berlín, profesor del Conservatorio Superior de Música «Hans Eisler» de
Berlín, profesor invitado de la Sakuyou-Univerity de Okayama (Japón),
así como profesor honorífico en el Conservatorio de Shanghái.
Desde el curso 2007/2008 es profesor de postgrado de Clarinete del
Conservatorio Superior de Música de Aragón en Zaragoza, donde
atiende también a los estudiantes del nivel de Grado.
Componentes
PRIMEROS VIOLINES
Víctor Martínez
Nora María Lastre
Elisa Martínez
Elisa Ferrer
Ana Albero
SEGUNDOS VIOLINES
Roldán Bernabé
César Sánchez
Susana Gallego
Rita Perandrés
Elena Nuño
Cristina Armada
VIOLAS
David Tejeda
Lara Fernández
Germán de Eván
Marta Pérez
VIOLONCELLOS
David Barona
Aymara López
Eva Otero
Marta Mulero
CONTRABAJOS
Héctor Sapiña
Antonio Ibáñez
FLAUTAS
Francisco López
Ana Naranjo
FAGOTES
María José García
Ana Herrero
TROMPAS
Francisco Gómez
Jonatan Fernández
e
CLAVICÉMBALO
Gorka Gómez
Rolando Prusak director/concertino
Stefano Canuti fagot
Wenzel Fuchs clarinete
Comentarios al programa
A. Vivaldi: Concierto en la mayor F. XI n.º 4 para cuerdas y clave
Creador prolífico como pocos, Antonio Vivaldi compuso casi medio centenar
de concerti ripieni, es decir, conciertos para orquesta de cuerdas sin instrumentos solistas; un género que había sido muy solicitado en Italia, sobre todo a
finales del siglo XVII, cuando el músico veneciano se disponía a iniciar su
andadura creadora. Según Heller, los concerti ripieni vivaldianos corresponden
a una etapa tardía en la historia, relativamente corta, del género. El concerto a
quattro o concerto ripieno, como el propio Vivaldi denomina los autógrafos de
sus conciertos RV 115, RV 152 o RV 158 (el que hoy escuchamos, catalogado
por Antonio Fanna como F. XI n.º 4) continúa una tradición que en la Italia
barroca contaba con colecciones tan estimables como las Opus V (1698) y VI
(1700) de Torelli, las Opus II (1700) y VII (1715) de Albinoni o la Opus II de
Dall’Abaco (1712), todas ellas probablemente conocidas por el Prete Rosso.
El concerto ripieno vivaldiano –basado en el equilibrio de las cuatro partes
orquestales (violines I y II, violas y bajo continuo)– constituyó un campo idóneo para la experimentación. Su perfil sinfónico, en contraposición al concierto con solista, supone en muchos casos un verdadero antecedente de la sinfonía clásica. El ritornello, la fuga, la variación, la forma unitaria (frecuente en los
movimientos lentos intermedios) y la forma bipartita (usual en los movimientos rápidos finales) son las fórmulas constructivas habituales adoptadas por
Vivaldi en sus sinfonías y conciertos sin solista.
El Concierto en La mayor, RV 158 es una página de escritura brillante cuya
estructura ternaria tradicional combina detalles contrapuntísticos con desarrollos motívicos que prefiguran la forma sonata clásica, como es el caso de su
finale bipartito.
H. Villa-Lobos: Ciranda das sete notas para fagot y cuerdas
El oceánico legado compositivo del brasileño Heitor Villa-Lobos es particularmente rico en páginas concertantes. A los cinco conciertos para piano, dos para
violoncello y los dedicados a instrumentos como la guitarra, el arpa o la armónica, han de añadirse tres Fantasías para violín, violoncello y saxofón e Introduçao aos chôros para guitarra, así como numerosas páginas para piano y
orquesta, entre las que se cuentan la juvenil Suite, Chôros n.º 11, Momoprecoce y
Bachianas brasileiras n.º 3, además de Chôros n.º 11 para dos pianos.
Ciranda das sete notas, fantasía para fagot y cuerdas, es página fruto del gusto
por la experimentación tímbrica de que siempre hizo gala el incansable músico carioca. La partitura, fechada en 1933, se estructura en un único bloque de
duración relativamente breve (apenas una decena de minutos), dividido en
varias secciones encadenadas y su título alude a las siete notas de la escala diatónica. La tonalidad triunfante, en diversos pasajes, de do mayor permite considerar la obra, según Breier, como «una broma a cuenta de los estudios para
piano universalmente conocidos de Carl Czerny en esta tonalidad».
Los trazos irónicos o la alusión velada a los ritmos del folklore brasileño asoman en una obra que, si bien pone a prueba las capacidades técnicas o meramente virtuosísticas del solista, tampoco desdeña episodios de singular melancolía como el lamento del fagot en su registro agudo poco antes de la
conclusión. Con Ciranda das sete notas Villa-Lobos contribuye, en todo caso, a
nutrir de modo significativo un repertorio (el de las páginas concertantes para
fagot) particularmente exiguo.
W. A. Mozart: Concierto para clarinete en La mayor, KV 622
En 1789, Mozart esboza un concierto en Sol mayor para corno di bassetto
–pariente próximo, y pronto olvidado, del clarinete actual– del que solo se
conserva el manuscrito del incompleto primer movimiento (catalogado como
KV 621b). Dos años más tarde, el 7 de octubre de 1791 –el mismo de su temprana muerte– concluye Mozart el concierto que muchos consideran como el
primero y, a la vez, mejor de todos los escritos para clarinete, además del más
popular.
Tras el paréntesis estival de Praga, a donde el compositor había viajado junto
a su esposa Constanze y su alumno Süssmayer para la primera representación
de La clemencia de Tito con motivo de la coronación del emperador Leopoldo II,
Mozart compone en Viena la que será no solo su última partitura concertante
sino también su última obra de gran formato enteramente concluida.
Destinado a su amigo y compañero de logia masónica Anton Stadler, a quien
ya había dedicado el Trío «de los bolos», KV 498 y el Quinteto con clarinete,
KV 581, el Concierto para clarinete en La mayor explota al máximo las posibilidades tímbricas del instrumento, un clarinete bassetto, de afinación y sonoridad
a medio camino entre el corno di bassetto y el clarinete actual. La versión definitiva para este último instrumento ha de atribuirse al editor Sieber que, en
1801, publicó la partitura en París. «Bastaría cotejar esta obra con composiciones afines de otro gran apasionado y maestro del clarinete, Carl Maria von
Weber, –recuerda Einstein– para percibir la diferencia entre la suprema eficacia de la sencillez y el lucimiento puramente virtuosístico».
La delicadeza expresiva y asombrosa variedad del material melódico encauzan
el fluido discurso del Allegro inicial, el movimiento más extenso de la obra,
cuya pátina nostálgica le otorga una personalidad inconfundible. Emparentado con el Larghetto del Quinteto para clarinete, el Adagio central constituye el
corazón de la partitura; un instante de sublime serenidad en el que la soberana invención melódica mozartiana alcanza una de sus más altas cotas. El carácter danzante y sensual del Rondó-Allegro conclusivo aporta una nota de optimismo tras las frecuentes sombras insinuadas por las incursiones del solista en
su registro grave. Como apunta Dal Fabbro, esta obra «demuestra a la perfección que, en vísperas de la muerte, la fantasía creadora de Mozart se estaba
aprestando para emprender quién sabe qué caminos inimaginables».
F. Mendelssohn: Sinfonía para cuerdas n.º 10 en Si menor
Instigado por su maestro Carl Friedrich Zelter, Mendelssohn comenzó a componer en marzo de 1820. Tenía solo 11 años y en menos de 5 asimilará, como
recuerda Köhler, «toda la diversidad de formas y géneros de su época, el estilo clásico (entendido en el sentido del último Mozart), las estructuras polifónicas heredadas de Bach y las bases esenciales de la instrumentación contemporánea». Las trece sinfonías para cuerdas (1821-23), anteriores al ciclo oficial de
cinco en el que se enmarcan las famosas «Escocesa» e «Italiana», fueron interpretadas en los conciertos privados dominicales (Sonntagsmusiken) que el banquero Abraham Mendelssohn organizaba para su hijo en colaboración con la élite
musical berlinesa.
El modelo sobre el que trabaja el joven músico en estas pequeñas sinfonías no
es el de Beethoven, ni tan siquiera el de Mozart o Haydn, sino el más antiguo
en el que se inscriben las obras análogas de Graun, Georg Benda y, sobre todo,
Carl Philipp Emanuel Bach. No es extraño que Zelter, gran estudioso y encendido admirador del segundo hijo de Bach, escogiera las obras de éste como
modelo a seguir en las clases de composición impartidas a su alumno. Por si
fuera poco, la tía abuela de Mendelssohn, Sara Levy, había comprado a la
viuda de Bach una parte de sus archivos musicales que más tarde regaló a su
sobrino nieto.
Compuesta entre el 13 y el 18 de mayo de 1823, la Sinfonía n.º 10 en Si menor
consta de un único movimiento; acaso el primero de una obra interrumpida
aquí o de la que, simplemente, se han extraviado los posteriores. La breve
introducción lenta, marcada Adagio, hace alusión a la obertura de Ifigenia en
Aulide de Gluck, autor querido por Mendelssohn. En el agitado Allegro subsiguiente, cuyo modelo temático, según Ménétrier, podría ser Dussek, por entonces muy célebre en Berlín, el músico renuncia a los elementos contrapuntísticos presentes en otras páginas similares para tratar el material melódico a la
manera de Schubert en sus primeros ensayos sinfónicos.
E. Bloch: Nigun (Suite «Baal Shem») para violín y cuerdas
Las obras de inspiración judía constituyen una parte de trascendental importancia dentro del amplio catálogo del músico suizo nacionalizado norteamericano Ernst Bloch. Destacan, entre ellas, páginas de configuración instrumental y ambiciones muy diversas como los Tres poemas judíos para orquesta
(1913), los Tres Salmos para voz y orquesta (1912-14), la Sinfonía n.º 2 «Israel»
(1912-16), la famosa rapsodia para violoncello y orquesta Schelomo (1915-16),
la Meditación hebraica (1924) para violoncello y piano, el monumental Servicio
sagrado (1930-33) para barítono, coro y orquesta, el poema sinfónico para violoncello y orquesta Voz en el desierto (1936) o la Suite hebraica (1951) para violín
y orquesta.
A estas partituras debe sumarse Baal Shem, suite para violín y piano fechada en
1923, de la que Bloch realizaría en 1939 una versión orquestal. Escrita en
memoria de su madre, la obra fue compuesta en Estados Unidos durante la
etapa en que el ginebrino ejerció como director del Instituto de Cleveland.
André de Ribaupierre, amigo suizo del músico y violinista en la cátedra del
Instituto, fue el destinatario de esta obra de gran celebridad en su momento
cuyo título hace referencia al rabino polaco, activo en Ucrania y fundador de la
secta de los Chassidim (o Hassidim), Rabbi Israel ben Eliezer (1700-1760), conocido como «Baal Shem Tov», que propugnaba el acercamiento a Dios a través
de la alegría del canto y de la danza.
De estas tres escenas de la vida espiritual judía ha alcanzado enorme popularidad –hasta el extremo de eclipsar a las secciones extremas– su movimiento
central y más amplio, Nigun (Improvisación), página virtuosística que, como
alude su nombre, evoca una improvisación cantada a través de los acentos
amplios y enérgicos del violín, explorado especialmente en su registro grave.
N. Skalkottas: Cinco danzas griegas para cuerdas
Nikos Skalkottas es una de las figuras mayores de la música griega contemporánea y de las primeras que, en su país, adoptaron la atonalidad y el dodecafonismo. Nacido en 1904, Skalkottas se traslada de niño a Atenas, en donde pronto muestra un talento musical excepcional. Violinista de formación, tras
graduarse en el Conservatorio obtiene una beca para trasladarse a Berlín en
1921. Dos años después abandona la carrera de violinista para dedicarse por
entero a la composición, estudiando con Juon, Weill y Jarnach y, a partir de
1927, con Schönberg.
De naturaleza solitaria e introvertida, Skalkottas regresa a Atenas en 1933.
Como compositor es, en esos años, un autor aislado, casi secreto. Durante la
ocupación alemana cae prisionero y es recluido en el campo de Haidari durante dos meses. En 1946 contrae matrimonio con la pianista Maria Pagali. Antes
de que nazca su segundo hijo, Skalkottas muere súbitamente en 1949. Pese a lo
breve de su existencia, el músico griego tuvo tiempo de elaborar un nutrido
catálogo integrado por más de un centenar de composiciones que solo en los
últimos veinte años han comenzado a recuperarse. Aunque hoy se conozcan,
sobre todo, sus obras atonales y dodecafónicas, Skalkottas es, como escribe
Dimitriades, «un ejemplo bastante raro de compositor que trabaja simultanea
y alternativamente con un lenguaje tonal y atonal, utilizando y explorando las
principales corrientes estilísticas de la primera mitad del siglo XX: atonalidad
(no serial), método dodecafónico, así como una tonalidad avanzada con elementos folklóricos y una tonalidad neoclásica».
Distribuidas en tres series de doce danzas cada una, Skalkottas escribió sus
treinta y seis Danzas griegas, una de sus obras más conocidas, entre 1931 y 1936,
si bien hasta el último año de su vida revisó la orquestación, modificó en ocasiones el material temático y realizó transcripciones para diferentes combinaciones instrumentales (cuarteto de cuerda, conjunto de vientos, violín y piano
o piano solo). En su versión para cuerdas, publicada póstumamente, las Danzas griegas alcanzaron inmediata popularidad.
Los títulos de estas piezas hacen referencia a regiones griegas (Kretikos) o a un
tipo de danza folklórica (Tsamikos) o de canción popular (Kleftikos). Como Bartók, Skalkottas elabora asimismo en numerosas ocasiones melodías originales
«en estilo popular», permaneciendo fiel a la esencia del material folklórico griego, modal y monofónico, construido sobre ritmos enérgicos –aunque casi
nunca rápidos– a los que añade un humor agridulce, reflejo indudable de su
carácter melancólico y sombrío.
Juan Manuel Viana
Programa
I
A. VIVALDI
Concierto en La F. XI n.º 1, RV 158
para clavicémbalo y orquesta de cuerdas
Allegro
Andante
Presto
Duración media de la ejecución 10'
H. VILLA-LOBOS
Ciranda das sete notas
para fagot y orquesta de cuerdas
Stefano Canuti fagot
Duración media de la ejecución 9'
W. A. MOZART
Concierto en La, KV 622
para clarinete y orquesta de cuerdas
Allegro
Adagio
Rondó-Allegro
Wenzel Fuchs clarinete
Duración media de la ejecución 18'
II
F. MENDELSSOHN-BARTHOLDY
Sinfonía n.º 10 en Si m
Adagio-Allegro
Duración media de la ejecución 10'
E. BLOCH
Nigun (Suite «Baal Shem»)
para violín y orquesta de cuerdas
Rolando Prusak violín
Duración media de la ejecución 7'
N. SKALKOTTAS
Cinco danzas griegas para orquesta de cuerdas
Epirotikos
Kretikos
Tsamikos
Arkadikos
Kleftikos
Duración media de la ejecución 15'
ORQUESTA DE CÁMARA DEL CONSERVATORIO SUPERIOR
DE MÚSICA DE ARAGÓN «CAMERATA ARAGÓN»
Rolando Prusak director/concertino
PATROCINA
Diseño: Strader. Estudio Camaleón • Imprime: Navarro & Navarro Impresores, Zaragoza • D. L.: Z-4549/2008 • La organización se reserva el derecho de variaciones de días y sustituciones de orquestas, solistas y programas por causas obligadas de fuerza mayor
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