UNIVERSIDAD CENTRAL DE LAS VILLAS FACULTAD DE PSICOLOGIA Trabajo de Diploma Titulo: “Actitud hacia la sexualidad de mujeres en remisión del cáncer cervicouterino Autora: Fauhn C. Minvielle Tutora: Msc. Maira Quintana Ugando Curso 2005-2006 "Everything can be taken away from man but one thing…to choose one's attitude in a given set of circumstances, to choose one's own way." Viktor Frankl El camino hasta este momento especial de mi vida ha sido largo y es producto no solo de mis propios esfuerzos sino el resultado del amor, apoyo, dedicación de muchas personas. Agradezco de modo especial: A mis padres, mi hermana y mi hermano, mis seres más queridos por su amor incondicional y su apoyo durante todos estos años. A mi familia extendida que siempre se preocupaban de mi bienestar y me apoyaron. A mi tutora Msc. Maira Quintana Ugando por haber compartido generosamente conmigo su tiempo libre y su conocimiento. A todas las pacientes que compartieron conmigo, y que sin ellas no pude haber terminado este trabajo. Al personal médico del “Hospital Viejo” y el Policlínico Chiqui Gómez. A todos los profesores de la Facultad de Psicología. A mis amigos y compañeros que han estado a mi lado en los momentos buenos y malos. A Dios por haberme dado la vida y los recursos necesarios para lograr terminar la carrera. RESUMEN La presente investigación fue realizada con 18 pacientes en remisión del cáncer cérvicouterino, quienes acuden a las consultas de gineco-oncología en el Hospital Celestino Hernández Robau y el policlínico Chiqui Gómez, ambas instituciones ubicadas en la ciudad de Santa Clara. El propósito de la misma fue caracterizar la actitud hacia la sexualidad en dichas mujeres. Para cumplir el objetivo propuesto empleamos las siguientes técnicas: revisión de la historia clínica, entrevista al especialista, entrevista inicial a cada paciente, el Test de Completar Frases (Rotter), una variante del TAT, la encuesta SVQ y una entrevista psicológica estructurada. La información obtenida fue valorada de forma cuantitativa y cualitativa. Los resultados principales demuestran que en las mujeres participantes en la investigación predominan estados emocionales como el miedo, la preocupación por la salud física y la inseguridad, lo que repercute en un comportamiento sexual no óptimo y en una nueva valoración acerca de las relaciones coitales; las diferencias individuales en cuanto a la actitud estaban relacionadas con la calidad de la relación de pareja. Los resultados de esta investigación son de gran utilidad para orientar a este tipo de paciente con respecto a su sexualidad. ABSTRACT The present investigation was carried out with 18 patients in remission for cervical cancer, who visited the out-patient clinic of the department of gynaecological oncology at Celestino Hernandez Robau Hospital and Chiqui Gomez Polyclinic in Santa Clara. The objective of the study was to characterize their attitude towards sexuality. The following methods were used: Revision of clinical histories, interview with the specialist, introductory interview with each patient, Sentence completion test (Rotter), modified TAT, the SVQ, and a structured psychological interview. The information obtained was interpreted both quantitatively and qualitatively. The main results demonstrate that emotional states such as fear, preoccupation for their physical health and insecurity are dominant among the women who participated in the study. This in turn gave way to less than optimal sexual behaviour among the women who participated in the study and they also developed a different assessment of coitus. The individual differences with respect to attitudes were directly related to the quality of their relationships. The results of this study could be of value in counselling this type of patient with respect to their sexuality. Introducción…………………………………………………………….………….……….1 Fundamentación Teórica………………………………………….……………………...6 1.1 La salud sexual……………………………………………………………………..…6 1.2 El cáncer cérvicouterino y su repercusión en la sexualidad femenina………...19 1.3 La actitud hacia la sexualidad en la regulación del comportamiento sexual….26 Metodología…………………………….…………………………………………………31 Análisis de los Resultados………………………………………………………………46 Conclusiones…………………………………………………………….……………….66 Recomendaciones……………………………………………….………………………67 Bibliografía………………………………………………………………………………..68 Anexos INTRODUCCION Actualmente, a pesar de los avances tecnológicos que hacen posible una supervivencia mayor del cáncer, todavía constituye una enfermedad que tiene grandes repercusiones psicológicas importantes en la población sobre todo por el sentido de la muerte inminente. Según Roca, Castillo y Ledón (1998), la simple mención de la palabra cáncer se asocia a un sufrimiento prolongado, a un dolor insoportable y a la peor de las muertes. El cáncer cérvicouterino es, en el mundo, el segundo tipo de cáncer más frecuente después del cáncer de mama pero es el primero en América Latina afectando fundamentalmente a las mujeres en edades entre los 25 y 59 años un período que los especialistas califican “de riesgo”. Se estima que más de 30 mil mujeres latinoamericanas mueren anualmente por esta enfermedad. Según la Alianza para la Prevención de Cáncer Cervical, (ACCP), que forma parte de la Organización Panamericana de Salud, se estima que en al año 2020 el cáncer cervico-uterino podría afectar a 750 mil mujeres una cifra que podría aumentar hasta un millón para el año 2050. Esto se debe según las conclusiones de un informe de la OPS a que los programas de detección en la región no han logrado reducir los casos y el tratamiento y seguimiento inadecuados cuando está diagnosticado el cáncer. Sin embargo, en Cuba, desde que el Ministerio de Salud Pública desarrolló en 1968 un Programa Nacional dirigido al diagnóstico precoz de esta enfermedad, se ha logrado notables resultados que ponen a este país en la posición de ser el que en América Latina presenta la más baja tasa de mortalidad por el cáncer cérvicouterino lo que significa que hay una gran cantidad de personas que sobreviven el tratamiento del cáncer cérvicouterino. Normalmente, la preocupación más vigente del individuo diagnosticado con el cáncer es en recibir los tratamientos que supuestamente le van a curar y a prolongar la vida. El individuo después de haber recibido los tratamientos y haber mejorado tiene que necesariamente reinsertarse en la vida normal lo que necesita de la ayuda de un equipo multidisciplinario en el que la atención psicológica es fundamental. Debido al reconocimiento de las repercusiones psicológicas que acompañan al cáncer, se ha desarrollado una rama de trabajo psicológico asociado directamente a la oncología, llamada la psico-oncología la cual parte de la concepción de que los factores psicológicos: cognitivos, emocionales, motivacionales, de comportamiento, influyen en el proceso de enfermar, acompañan toda la evolución de la enfermedad, y participan en el proceso de rehabilitación del paciente (E. Casalod, 2004). No obstante, el fin práctico de la psico-oncología es ofrecer una mejor calidad de vida a los pacientes y a sus allegados que tienen que afrontar el cáncer y los efectos de sus tratamientos. Dentro del ámbito del trabajo psico-oncológico, es el tema de la sexualidad en pacientes con cáncer, un tema que ha sido tradicionalmente poco tratado en la literatura especializada, a pesar de que constituye una preocupación real y vigente en muchos enfermos a consecuencia directa de la enfermedad, de los tratamientos o del impacto emocional que ambos generan, que pueden exacerbar la crisis o problemas preexistentes de la pareja. Los profesionales de la salud reconocen que la sexualidad constituye un problema importante para los pacientes sin embargo, en un estudio realizado en Inglaterra por Stead (2001), se concluyó que aun entre los profesionales de salud existe un gran desconocimiento sobre los efectos del cáncer ginecológico sobre el funcionamiento sexual de la mujer. Además, los profesionales plantean varias razones por las cuales no conversan sobre la sexualidad con las pacientes las cuales incluyen que es penoso hablar de la misma, y que esto no es su responsabilidad, se sienten con temor de ofender entre otras razones. La sexualidad es difícil de discutir bajo condiciones normales y más difícil aún en una situación de tensión emocional dado que está estrechamente vinculada con la autoestima, autoconcepto, autoimagen la personalidad y el estilo de vida de los pacientes además de estar envuelto en los tabúes culturales. La sexualidad de los sobrevivientes de cáncer puede estar afectada de varias maneras que incluyen a la capacidad física de dar y recibir placer sexual, pensamientos negativos acerca del autoimagen, sentimientos como el miedo, la tristeza, la ira y los roles que pueden asumir en la vida y las relaciones interpersonales Según el Dr. Cabezas, (2001), Profesor Titular Consultante de la Universidad Médica de La Habana y Jefe del Grupo Nacional de Ginecología y Obstetricia, se diagnostica alrededor de 20 casos nuevos por 100 000 mujeres del cáncer cérvicouterino cada año en Cuba. Su incidencia constituye un problema de salud pública significativo no solo para Cuba sino la región América Latina y el Caribe en general así como a nivel mundial. Todos los canceres ginecológicos arriesgan al sistema reproductor de la mujer no obstante debido a la instauración más temprana del cáncer cervico-uterino normalmente alrededor de las 25 años y en algunos casos aun más temprano, un periodo de pleno goce sexual y de la formación de la familia, esta enfermedad podría tener repercusiones importantes en la vida de estas mujeres en comparación con otros tipos de cáncer ginecológico. Una histerectomía total o radical es una forma de tratar quirújicamente al cáncer cérvicouterino y además de los riesgos normales del experimento de dolor, infecciones y hemorragia puede afectar el bienestar psicológico y emocional de la mujer (Steginga & Dunn, 1997). Por otro lado, la radioterapia, otro tipo de tratamiento puede provocar afectaciones en la sexualidad de la mujer. En estudios realizados por Bruner, Lanciano, Keegan, Corn, Martin & Hanks, 1993; Keegan & Lanciano, 1992, se concluyó que la radioterapia tanto por haz externo como los implantes provocan cambios en la vagina de la mujer que dañan el epitelio vaginal como la capa basal de la mucosa. Además disminuye el tamaño y la cantidad de pequeños vasos sanguíneos en la vagina. Todos estos factores pueden traer como consecuencia la estenosis vaginal y tejidos más secos. La estenosis vaginal y las cicatrices pueden provocar la disfunción sexual a largo plazo y exámenes pelvianos dolorosos, dispareunia e infecundidad. La estenosis vaginal es prevenible con la adecuada dilatación de la vagina después del tratamiento por radioterapia. Los países desarrollados cuentan con recursos como dilatadores artificiales que se entregan a las pacientes. Sin embargo en nuestro contexto socio-económico de escasos recursos, la comunidad medica enfatizar la necesidad de tener relaciones sexuales a partir de un mes del último tratamiento aunque las pacientes que están activa sexualmente pueden seguir teniendo relaciones sexuales aun durante el periodo del tratamiento. Normalmente se indica el uso de lubricantes artificiales a base de agua para proteger los tejidos secos de la vagina. También se sugiere un cambio en las posiciones sexuales utilizadas para que la mujer se sienta más cómoda. La penetración vaginal con un dilatador, o el coito, cualquiera de las dos, provoca una disminución significativa en la ocurrencia de la estenosis vaginal y la dispareunia. (Bruner et al., 1993), Desde está perspectiva, se puede apreciar la importancia que tiene para las mujeres tratados por canceres ginecológicas tener relaciones sexuales después de su tratamiento. Es innegable que cuando hay pérdida de interés en el sexo por parte de las mujeres tratadas por el cáncer cervico-uterino, tanto de factores psicológicos como físicos pueden provocar tal desinterés. Algunas creen, incorrectamente, que la actividad sexual puede fomentar una recurrencia de su tumor. Esta creencia errónea es común especialmente en las personas cuyos tumores se encuentra en la región pélvica o genital. Entre ellas suelen aparecer sentimientos de culpabilidad sobre la actividad sexual del pasado porque relacionan su patología con el virus del papiloma humano que es de transmisión sexual y constituye un factor de riesgo importante del cáncer cérvicouterino; además se preocupan por el daño que pueden hacer a sus compañeros sexuales. Tomando en consideración lo expuesto anteriormente podemos afirmar que para el bienestar sexual de la mujer tratada por el cáncer cérvicouterino es muy importante una actitud positiva hacia la sexualidad, lo que implica tener un conocimiento adecuado sobre la misma en relación con el cáncer cérvicouterino, mantener sentimientos positivos hacia la misma y en consecuencia mantener relaciones sexuales plenas después del tratamiento. Nuestro interés en el tema de la sexualidad de las mujeres en remisión del cáncer cérvicouterino nos lleva a plantear los siguientes objetivos: OBJETIVO GENERAL: Caracterizar la actitud hacia la sexualidad de mujeres en remisión del cáncer cérvicouterino. OBJETIVOS ESPECIFICOS: Evaluar el nivel de conocimiento sobre la repercusión del cáncer cérvicouterino en la esfera sexual-amorosa de mujeres en remisión del mismo. Caracterizar las vivencias en relación con la sexualidad en estas mujeres. Caracterizar el comportamiento sexual-amoroso de mujeres en remisión del cáncer cérvicouterino. 1.1 La salud sexual La salud es un tema que tiene una larga historia tratado fundamentalmente en la esfera de la medicina, siendo identificada inicialmente con la ausencia de la enfermedad, no obstante en el año 1947 la Organización Mundial de la Salud superó este concepto erróneo definiéndola como “un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solo la ausencia de afecciones o enfermedad.” A pesar de la novedad al incluir en aquel entonces a otros aspectos de la vida que no son fisiológicos, en la evolución del concepto se ha planteado que es un estado difícil de alcanzar. En los años 70 surge la definición de Lalonde quien considera a la salud como el resultado de múltiples factores ambientales, comportamentales, hereditarios, incluyendo también a la calidad de los servicios de salud con que cuenta el individuo. En los años 80 Milton Terris plantea la definición que la buena salud es equivalente a sentirse bien y tener capacidad de funcionamiento en general. Si bien estas definiciones superan las de épocas anteriores que daban prioridad al elemento biológico, mantienen en su conjunto el concepto de la salud como un estado; ya en los años 90 algunos autores como F. González (1994) plantean que la salud debe ser considerada como “un proceso más que un producto.” Al entenderse la salud como una entidad bio-psico-social, es necesario tener en cuenta todo el mundo subjetivo del individuo con todos sus matices: los estilos de afrontamiento ante acontecimientos de la vida, las características sociales y culturales que lo han rodeado y en las que vive, es decir la historia psicosocial así como la situación social de desarrollo. Para acercarnos al concepto de salud en toda su complejidad se deben destacar tres características esenciales: 1. La salud es una entidad esencialmente variable por lo que no se le debe considerar como algo absoluto, completo o permanente. 2. No puede establecerse un límite definido y drástico entre la salud y la enfermedad; existen diversos niveles y grados de salud sobre los cuales tampoco pueden establecerse criterios fijos. 3. El concepto de salud implica la consideración de tres componentes fundamentales: El subjetivo; la creencia y percepción de bienestar que tiene el individuo. El objetivo; la funcionalidad a nivel fisiológico. El adaptativo; la integración de los elementos bio-psico-social. Es factible suponer que todos los seres humanos desean mantener un buen nivel de salud y el bienestar experimentado es clave para definir la misma, precisamente por ser la evaluación subjetiva que el individuo realiza de su situación en determinados momentos y bajo determinadas condiciones. Si la salud global del individuo es un fenómeno bio-psico-social, así también lo es la salud sexual. Este término se refiere a la consecución de bienestar físico, psicológico y socio-cultural relacionado con la sexualidad. La salud sexual no es simplemente la ausencia de enfermedad o disfunción, se trata de la libre expresión de las capacidades sexuales; para que esta se logre es necesario el reconocimiento y la garantía de los derechos sexuales del individuo. El conocimiento científico que hoy tenemos con respecto al tema de la sexualidad humana es producto de la discusión abierta que empezó desde hace un siglo con el trabajo psicoanalítico de Sigmund Freud. Sus seguidores en la investigación de la sexualidad humana incluyen a Alfred Kinsey, y la pareja William Masters y Virginia Johnson. El trabajo de Masters y Johnson dio lugar a la publicación en 1966 del libro “Human Sexual Response.” Con anterioridad a estos autores el estudio de la sexualidad se limitaba a aspectos parciales del tema desde un enfoque más bien biológico. A pesar de la historia de interés científico en el estudio de la sexualidad humana, es difícil definirla conceptualmente por su complejidad. No debemos acercarnos a este concepto desde un solo punto de vista; cuando se habla de la sexualidad el tema tiene que ser abordado desde lo biológico, pero tambi’en hay que reconocer que a la misma no le es ajena la influencia de lo sociocultural y lo histórico concreto, dándose entonces en la sexualidad una interacción entre factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos, religiosos y espirituales. Muchos autores combinan todos estos factores en tres dimensiones fundamentales. En primer lugar se habla de una dimensión biológica la cual encierra todos los factores biológicos que incluyen el aparato reproductor y el sistema endocrino y que forman la base del desarrollo sexual. Esta dimensión de la sexualidad afecta también al deseo sexual, e indirectamente la satisfacción derivada de la relación amorosa; por otra parte la excitación sexual trae consigo una serie de efectos biológicos concretos en el individuo. La dimensión psicosocial conjuga factores psicológicos como las emociones, sentimientos, ideas, valores con elementos sociales como las relaciones interpersonales y la comunicación. En tercer lugar se plantea una dimensión cultural que nos permite saber no solo lo que el individuo hace sino comprender como y por qué funciona de una cierta forma tomando como base el sistema de valores y también la época, el lugar y las circunstancias socio-económicos y culturales. Lo biológico, psicosocial y cultural de la sexualidad se construye, se vivencia y se comparte a través de las dimensiones en la que la misma se expresa: El Individuo: La expresión de la sexualidad desde esta dimensión parte de la intersubjetividad, como un proceso retroalimentario entre lo externo y lo interno en el cual la persona interioriza desde afuera y luego exterioriza desde adentro, este es un proceso que dura toda la vida del individuo. La personalización de la sexualidad es lo que hace única e irrepetible la expresión de la misma y lo que permite explicar la diversidad en las formas de vivirla y sentirla así como su flexibilidad. La Pareja: A pesar de que esta dimensión representa una trascendencia de la sexualidad hacia un plano de interacción social, cada miembro conserva su propia identidad. Esta unión de dos personas en su complejidad significa cierto nivel de dar y recibir uno al otro sin renunciar a la identidad propia. Dentro de ella se establecen una comunicación física y espiritual así como vínculos afectivos y eróticos que permiten la satisfacción necesidades de placer, amor y felicidad. Al ser absorbida la identidad de uno por el otro la pareja deja de satisfacer estas necesidades y se pierde la posibilidad de crecimiento y de la autorrealización de la personalidad. La Familia: Es el primer agente de socialización de la personalidad. La familia es el grupo de referencia de mayor estabilidad a lo largo de la vida del individuo y tiene la gran responsabilidad de promover la formación de los valores, convicciones, normas de comportamiento concepciones y actitudes sexuales. A partir de la relaciones intrafamiliares es donde los individuos empiezan a construir su identidad sexual y definir el rol de género, apropiándose de los modelos de conducta en la familia. La Sociedad: Constituye el contexto más amplio de la socialización de los individuos dado que integra una variedad de agentes socializadores como la escuela, el trabajo y la comunidad. En ellos se realiza, a lo largo de la vida, una diversidad de actividades que permiten la interacción y la comunicación con una gran cantidad de personas, lo que promueve aún más la adquisición de los patrones y los valores culturalmente predominantes y tiene como consecuencia el desarrollo de la sexualidad del individuo. Si la sexualidad humana está mediatizada por la socialización, trasciende entonces lo biológico que es la base con la cual nace el individuo para el desarrollo de la sexualidad. Dado que las relaciones interpersonales son dinámicas la sexualidad también termina siendo un elemento dinámico de la personalidad humana cuyos elementos estructurales incluyen la identidad de género, el rol de género y la orientación sexo-erótica. El primero se refiere a la conciencia y el sentimiento de pertenecer a un sexo determinado mientras que el rol de género es la expresión pública de la identidad asumida mediante el desempeño de diversos papeles en la vida cotidiana así como en la vida sexual. La orientación sexo-erótica está determinada por de las preferencias de pareja del individuo sea el heterosexualismo, homosexualismo o el bisexualismo. Estos tres elementos según B. Castellanos y A. González (2003), conforman una configuración psicológica de la personalidad y desempeñan un papel fundamental en toda nuestra vida sexual. Otros autores como W. Masters y V. Johnson (1987), comparten la idea de que la sexualidad constituye un elemento de la personalidad del individuo al postular que “al hablar de la sexualidad nos referimos a una dimensión de la personalidad y no exclusivamente a la aptitud del individuo para generar una respuesta erótica.” Tomando en consideración este criterio es necesario indagar en las funciones de la sexualidad humana. Los autores B. Castellanos, y A. González, (2003), plantean que la sexualidad en toda su complejidad cumple tres funciones fundamentales: 1. Función Reproductiva; Está vinculada a la posibilidad del hombre y la mujer de cumplir con el compromiso de la continuidad de la especie humana, lo que presupone el inter-juego de factores psicosociales como los afectos, actitudes, conocimientos y decisiones. Esta función lleva consigo una gran responsabilidad dado que más allá que el proceso biológico de reproducir, se encuentran los deberes de la atención, la protección, la creación de lazos afectivos y la educación de los hijos durante muchos años. 2. Función Erótica-Afectiva; Tomando en consideración que a lo largo de la vida del ser humano las uniones sexuales se realizan con una frecuencia mucho mayor que lo necesario para fines reproductivos, se puede concluir que se efectúan con el propósito de disfrute de la actividad. 3. Función Comunicativa; La expresión de la sexualidad permite la relación intersubjetiva, la intimidad compartida y el establecimiento de vínculos emocionales y sentimentales. La mujer juega un rol distinto al hombre en todo lo relacionado con la sexualidad desde las diferencias biológicas hasta la propia historia de la socialización de la mujer en cuanto a la sexualidad y su rol de género. Durante toda la historia de la humanidad la mujer ha sido subvalorada en la sociedad y durante muchos años ha estado sumisa al hombre en todas las facetas de la vida incluyendo a la expresión de la sexualidad. Dado esto, el tema de los derechos sexuales de la mujer, ha sido integrado al tema de los derechos humanos lo cual ha sido muy discutido a nivel internacional. Ellos constituyen los derechos que toda persona tiene, sin importar su sexo, color de piel, edad, orientación sexual, religión, partido político, entre muchas otras características, para disfrutar de una vida digna y desarrollarse plenamente. Los derechos sexuales y reproductivos forman parte de los derechos humanos y su finalidad es que todas las personas puedan vivir libres de discriminación, riesgos, amenazas, coerciones y violencia en el campo de la sexualidad y la reproducción. Al hablar de la salud sexual y reproductiva nos referimos al estado de bienestar físico, mental y social de la persona en todo lo relativo al aparato genital y sus funciones. Esta consideración va mucho más allá de la ausencia de enfermedades al incluir la posibilidad de tener una vida sexual satisfactoria. Cada individuo tiene el derecho de controlar su comportamiento sexual según su propia forma de ser, de decidir cuántos hijos o hijas va a tener; cuándo los tendrá y con qué intervalo de tiempo; y estar libre de enfermedades y deficiencias que interfieran con sus funciones sexuales y reproductivas. En varios eventos internacionales se ha dado plataforma al campo de la sexualidad como parte fundamental de los derechos humanos. Entre estos eventos internacionales se incluyen la Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada en Viena en 1993 donde se sostuvo que los derechos sexuales de la mujer son derechos humanos; en la Conferencia Mundial sobre Población y Desarrollo realizada en El Cairo en 1994 incluyó en su Plataforma de Acción estrategias para proteger los derechos reproductivos y en la Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing en 1995 se consolidó los derechos sexuales y reproductivos dentro del discurso de los derechos de las mujeres. Entre los derechos sexuales se encuentran el derecho de cada individuo, desde edad temprana, de ser educado y tener acceso a información explicita sobre temas relacionados con la sexualidad. Además tienen el derecho a decidir si tienen relaciones sexuales o no, con quién y con qué frecuencia, lo que implica que nadie puede ser forzado por otra persona, (ni siquiera por su cónyuge), a tener relaciones sexuales. Los derechos sexuales tienen como finalidad garantizar que cada individuo, hombre o mujer, sea libre para practicar y expresarse sexualmente; todo lo que sienten, lo que piensan. En una entrevista con el BBC en 2002 E. Vargas, sexóloga y asesora de la OMS plantea que la sexualidad femenina, en su conceptualización no es diferente a la sexualidad masculina, sino que se diferencia de la masculina en su especificidad dado que el cuerpo sexuado de la mujer tiene características distintas a las características del hombre. Además, la mujer tiende a tener muy íntimamente mezcladas la sexualidad y la afectividad y dentro del amplio espectro de esta última el amor sexual es el eje central. En cualquiera que sea su cultura, la mujer cumple un rol sexual diferente al hombre en la sociedad desde un punto de vista social, así como biológico-reproductivo. El rol biológico-reproductivo está determinado por el hecho de que la mujer, gesta, da a la luz y lacta. A pesar de las características biológicas de la mujer esta puede responder sexualmente, como los hombres, al mismo estímulo sensorial ya sea táctil, visual, auditivo, olfativo o gustativo los que juegan un papel importante en todo el desarrollo de la excitación sexual humana. Dado esto existe el consenso que la respuesta sexual femenina sigue esencialmente el patrón de la respuesta sexual masculina por lo que se considera que la capacidad sexual de las mujeres es al menos igual a y, en ciertos aspectos, aún mayor que la de los hombres. De la misma manera que la excitación sexual en los varones conduce a la erección, en las mujeres el deseo y la estimulación conllevan cambios en su fisiología genital, es decir, en los labios mayores, los menores, el clítoris, el glande periuretral, la uretra, el punto G, el músculo pubo coxígeo y en algunas ocasiones puede reaccionar también el cuello del útero los cuales son todos puntos del aparato reproductor femenina. La respuesta sexual femenina no se limita a estas áreas del cuerpo y es mucho más compleja que la simple reacción de la genitalidad femenina. La pareja W. Masters, y V. Johnson, (1966) la definen como un proceso que sigue una secuencia predecible de cambios y se mantiene aunque las sensaciones no siempre son iguales en magnitud e intensidad. Plantean además que esta respuesta va a ser igual independientemente del tipo de actividad sexual que se realiza por ejemplo relaciones coitales, masturbación entre otras. Dada la complejidad de la respuesta sexual se ha sido clasificada en varias fases. Por distintos estudiosos de la temática. W. Masters, y V. Johnson, V (1966), plantean cuatro fases de la respuesta sexual a lo que posteriormente añadieron una quinta fase mientras que H. Kaplan (1979), propone un modelo trifásico. Las fases del ciclo de la respuesta sexual basada en la clasificación del DSM IV y los correspondientes cambios fisiológicas son las siguientes: Deseo: Se refiere a la necesidad o apetencia de sentir placer, y consiste en una tensión psicosomática que necesita ser descargada, y de este modo, la persona siente ganas de tener una experiencia sexual, y de relacionarse con estímulos sexuales. Los pensamientos sexuales o fantasías son manifestaciones de deseo y el deseo desencadena las demás fases del ciclo. Tener relaciones sexuales cuando en realidad no se tiene deseo, puede afectar de manera adversa las demás fases de una respuesta sexual normal. Las primeras sensaciones de placer sexual físico, anuncian el comienzo de la siguiente fase: la excitación. Excitación: Como consecuencia de relacionarse con estímulos sexuales, y de tener una estimulación sexual, que puede ser física o psíquica, en el cuerpo ocurren cambios fisiológicos. En la mujer, lo primero que aparece es la lubricación vaginal y las paredes vaginales se congestionan por el mayor aflujo de sangre lo que conduce a la aparición de un flujo lubricante en la vagina y la vulva. La rapidez del comienzo de ésta lubricación varía de una mujer a otra, siendo generalmente entre 10 y 30 segundos después de iniciado el estímulo. Es importante anotar que la lubricación vaginal es esencial para el mantenimiento de un coito confortable, sin embargo, el hecho de alcanzar una adecuada lubricación no es suficiente fundamento para pensar que la mujer ya está en la fase óptima para comenzar el coito, son necesarios otros cambios antes que ella esté "eróticamente preparada". Entre estos cambios figura la congestión del clítoris, hasta casi doblar su tamaño normal. El volumen del clítoris es diferente entre una mujer y otra, no obstante, su tamaño no tiene relación directa con el grado de satisfacción sexual obtenido en las relaciones sexuales. Además del clítoris, tanto los labios mayores como los menores experimentan un aumento del tamaño normal lo que permite que el clítoris expuesto siendo que normalmente los labios vaginales se reúnen ocultándolo. Durante esta fase las paredes de la vagina se tornan lisas y húmedas mientras que el útero se extiende hacia atrás haciendo que se forme un cilindro vaginal en preparación para el ingreso del pene. Otros cambios fisiológicos que ocurren durante esta fase incluyen la erección de los pezones, dada por las contracciones de las fibras musculares alrededor de ellas. Generalmente se produce la erección de un pezón primero que el otro, lo cual ocurre por el mismo mecanismo que se produce la erección del clítoris, es decir, por un mayor aflujo de sangre a ésta zona. Las mamas se hincharán aumentando su tamaño y las areolas, (la zona alrededor de los pezones), también se tornarán turgentes. La excitación en esta fase provoca también el enrojecimiento de la piel en algunas mujeres lo conocido como rubor del sexo. Además en esta fase ocurre el fenómeno del aumento de la frecuencia de la respiración y del ritmo cardiaco; la tensión arterial se eleva levemente y los músculos voluntarios presentarán ciclos de relajación y tensión. excitación continúa hasta llegar al orgasmo. El nivel de Orgasmo: Se refiere a la liberación de la tensión sexual acumulada, y se traduce a nivel psicológico en una sensación de intenso placer lo cual representa el punto culminante del placer físico que proporciona la experiencia. El orgasmo varía de unas situaciones a otras, y en función de las circunstancias físicas y psicológicas, por lo que no todos los orgasmos son iguales. Para que se produzca tiene que haber un alto grado de excitación sexual. En la mujer, ocurre en forma de contracciones rítmicas del músculo en el tercio externo de la vagina, del útero y del ano. Las primeras contracciones del músculo son las más intensas, y ocurren en un índice de poco más de 1 por segundo. A medida que el orgasmo continua, las contracciones llegan a ser menos intensas y ocurren más al azar. Un orgasmo suave puede tener 3-5 contracciones y uno intenso 10-15 contracciones. La contracción muscular provocada por el orgasmo no se limita solo al área pélvica sino que pueden contraerse otros músculos a través del cuerpo. Para las mujeres que experimentan enrojecimiento de la piel en la fase anterior, puede extenderse para cubrir un mayor porcentaje del cuerpo. La vasocongestión puede ser evidente a través del cuerpo, especialmente en la cara, las manos y los pies. La expresión facial de una mujer puede indicar que ella está con dolor cuando tiene un orgasmo agradable y según lo indicado en ondas cerebrales, el orgasmo también se refleja en el cerebro. En el pico del orgasmo el cuerpo entero de la mujer puede llegar a quedar momentáneamente rígido. A diferencia del hombre no existe un período refractario en la mujer, por lo que se da el fenómeno del multiorgasmo que es la capacidad de tener varios orgasmos en un solo encuentro sexual. El orgasmo es un momento muy placentero e importante en la respuesta sexual, pero no la culminación imprescindible de toda relación sexual y no todas las mujeres lo experimentan de la misma manera ni tampoco una misma mujer lo experimenta siempre de la misma forma. Resolución: En esta fase final del ciclo de la respuesta sexual, todos los cambios vuelven a un estado de normalidad o reposo; la vagina y la apertura vaginal, vuelven a su estado relajado normal, los pechos, los labios, el clítoris y el útero vuelven a su tamaño, posición y color normales, el rubor del sexo desaparece y el corazón puede latir rápidamente. Puede haber transpiración y respiración fuerte y el clítoris y los pezones pueden ser tan sensibles que cualquier estímulo podría ser incomodo. Si no ocurre el orgasmo, una mujer experimentará lo que arriba se describe, pero en una forma mucho más lenta. La sangre atrapada en los órganos pélvicos, no siendo disipada por contracciones orgásmicas de los músculos, pueden dar lugar a una sensación de pesadez y malestar pélvico. La duración como la intensidad de cada una de las fases del ciclo de la respuesta sexual es muy variable, y el hecho de pasar de la fase de excitación a la fase de orgasmo dependen de la efectividad de la estimulación sexual, pudiendo quedar interrumpido el proceso en la fase de excitación o pasar de excitación directamente a la de resolución en el caso de que la estimulación no sea suficientemente efectiva o que interfieran variables psicológicas o ambientales. Estas variables influyen en el nivel de satisfacción sexual experimentado por el individuo, lo cual cuenta con muchas definiciones pero de mayor importancia con respecto a ella es la percepción subjetiva de cada cual. Según el DSM IV las disfunciones sexuales se dividen en varios subtipos: 1. Según Naturaleza puede ser: De toda la vida: Este subtipo indica que el trastorno sexual ha existido desde el inicio de la actividad sexual. Adquirido: Este subtipo indica que el trastorno sexual ha aparecido después de actividad sexual normal. 2. Según contexto: General: en este subtipo la disfunción sexual no se limita a ciertas clases de estimulación de situación o de compañeros. Situacional: En este subtipo la disfunción sexual se limita a ciertas clases de estimulación, de situaciones o de compañeros. 3. Según factores etiológicos asociados al trastorno sexual: Debido a factores psicológicos: En este subtipo los factores psicológicos son de gran importancia en el inicio, la gravedad, la exacerbación o la persistencia del trastorno y las enfermedades médicas y las sustancias no desempeñan ningún papel en su etiología. Debido a factores combinados: a) Los factores psicológicos desempeñan un papel en el inicio, la gravedad, la exacerbación o la persistencia del trastorno. b) La enfermedad medica o las sustancias contribuyen a la aparición del trastorno, pero no son suficientes para constituir su causa. Las disfunciones sexuales se caracterizan por una alteración del deseo sexual, por cambios psicofisiológicos en el ciclo de la respuesta sexual y por la aparición de malestar y problemas interpersonales. Según las fases de la respuesta sexual las disfunciones se presentan en la siguiente forma: En la fase del deseo se encuentran el trastorno del deseo sexual hipoactivo y el trastorno por aversión al sexo. Trastorno del deseo sexual hipoactivo: se caracteriza por la deficiencia persistente o recurrente de fantasías sexuales o el deseo de actividad sexual. El deseo sexual disminuido puede ser global y abarcar todas las formas de expresión sexual o situacional y limitado a un compañero, una actividad sexual concreta (por ejemplo el coito o la masturbación). Generalmente estas personas no inician casi nunca la relación sexual y sólo la llevan a cabo a regañadientes, cuando es la pareja quien lo decide. Trastorno por aversión al sexo: Se caracteriza por la reacción negativa persistente con características de fobia ante la actividad sexual o el mero pensamiento de tal actividad. Aunque puede ser situacional, en el caso típico se manifiesta una reacción negativa persistente a todos los aspectos del contacto sexual con otra persona, incluyendo a veces hasta besos y abrazos. Al igual que otros tipos de fobias, el mero pensamiento en la posibilidad de que se produzca contacto sexual suele provocar un estado de ansiedad aun más intenso que la propia situación sexual. Este trastorno se puede asociar con otros trastornos sexuales como la dispareunia (el dolor genital provocado por la penetración), y el vaginismo, (la contracción involuntaria de la musculatura que rodea la abertura y el tercio externo de la vagina, lo que hace imposible la penetración). A pesar de que los dos trastornos son distintos uno del otro, el uno puede condicionar al otro. Ambos pueden tener origen psicológico como físico. En la fase de la excitación se encuentra el trastorno de la excitación sexual en la mujer lo cual se caracteriza por la incapacidad persistente o recurrente de lograr la lubricación vaginal lo cual puede estar asociada a trastornos del deseo sexual y trastornos orgásmicos. El trastorno orgásmico femenino se ubica en la fase orgásmica del ciclo de la respuesta sexual y su característica esencial es una ausencia o un retraso persistente o recurrente del orgasmo en la mujer después de una fase de excitación sexual normal. Este trastorno en la mujer puede alterar la imagen corporal, la autoestima o la satisfacción en las relaciones. Se plantea que la capacidad orgásmica no se correlaciona con el tamaño de la vagina o con la fuerza se la musculatura pelviana. Aunque algunas mujeres han sufrido reconstrucciones vaginales manifiestan tener orgasmos; además las enfermedades crónicas como el cáncer pélvico suelen alterar fundamentalmente la fase de excitación sexual pero mantienen intacto la capacidad para experimentar orgasmo. 1.2 El cáncer cérvicouterino y su repercusión en la sexualidad femenina Las disfunciones sexuales así como otras alteraciones en los reflejos normales de la respuesta sexual pueden ocurrir como consecuencia directa o indirecta de las enfermedades crónicas. A nivel fisiológico, la enfermedad así como su tratamiento puede ser el factor generador de la alteración. Otras veces las disfunciones y alteraciones sexuales se asocian con los factores generales de la enfermedad como la debilidad, la fatiga o el dolor y en la mayoría de los casos, las emociones alteradas están presentes. (A. Díaz 1994). En investigaciones realizadas por Schover (2000), sobre la temática del cáncer y la sexualidad, concluye que entre los problemas sexuales más comunes que afectan a pacientes de cáncer son la pérdida del deseo sexual y la sequedad vaginal. En mujeres con cáncer cérvicouterino otras dificultades pueden incluir disminución de la capacidad elástica de la vagina. Todas estas dificultades, sean psicológicas o fisiológicas pueden provocar afectaciones en las cuatro fases del ciclo de la respuesta sexual, lo que repercute en posibles disfunciones sexuales. El cáncer cérvicouterino se produce en una parte del aparato reproductiva de la mujer denominado el útero, lo cual está conformado por dos partes principales: el cuerpo y el cuello, y en el ultimo es donde asientan con más fuerza los cánceres. Este tipo de cáncer conocido también como el cáncer del cuello uterino o el cáncer de cérvix, es una enfermedad en la cual se encuentran células cancerosas (malignas) en los tejidos del cuello uterino. Es uno de los más comunes, afecta a las mujeres principalmente entre las edades de 25 y 59 años, una etapa que coincide con el período de máxima actividad social y laboral dentro de la adultez, en el que las mujeres tienen una vida familiar y sexual más plena. Generalmente, el desarrollo de un cáncer cérvicouterino está precedido por una displasia, que significa la aparición de células precancerosos en la superficie del cuello. Estas células anormales pueden evolucionar en un cáncer de carácter invasor, un proceso de cambio que normalmente transcurre durante un período de varios años, aunque a veces sucede con mayor rapidez. Para algunas mujeres afortunadas los cambios precancerosos pueden desaparecer sin tratamiento alguno. La etiología del cáncer cérvicouterino es desconocida aun ahora, no obstante hay varios factores de riesgo controlables como no controlables asociados al mismo que aumentan las probabilidades de la aparición de un cáncer cérvicouterino en una mujer. En primer lugar, los factores de riesgo controlables incluyen a la infección viral del cérvix, que suele producirse por el virus del papiloma humano, el herpes simple genital, o el virus del VIH y el hábito de fumar. Los factores no controlables son la edad y la raza de la persona, los cuales no pueden cambiarse. Se considera como factor de riesgo principal del cáncer cérvicouterino, la infección con el virus del papiloma humano. Este virus es transmisible de una persona a otra durante las relaciones sexuales las cuales se realizan sin protección, especialmente comunes en las edades tempranas lo que hace más probable que la mujer se infecta con el virus del papiloma humano. Además, las mujeres que tienen muchas parejas sexuales (o que han tenido relaciones sexuales con hombres que, a su vez, han tenido muchas parejas) tienen un riesgo mayor de contraer este virus. Por otra parte, la infección con el virus del VIH (el virus que causa el SIDA) también puede ser un factor de riesgo del cáncer cérvicouterino. El ser portadora del virus del VIH hace que el sistema inmunológico sea menos capaz de luchar tanto contra el virus como contra el cáncer en sus etapas iniciales. El hábito de fumar es otro factor de riesgo importante para el cáncer cérvicouterino. El humo del tabaco puede producir sustancias químicas que pueden deteriorar el ADN de las células del cuello uterino y hacer que el cáncer tenga más probabilidades de originarse por lo que las mujeres que fuman tienen el doble de riesgo de contraer el cáncer cérvicouterino que las no fumadoras. La dieta constituye otro aspecto que desempeña una función en este sentido, dado que una alimentación baja en alimentos de origen vegetal, como ensaladas, frutas y verduras, se asocia con un aumento en el riesgo del cáncer cérvicouterino. Entre los factores de riesgo no controlables, la edad es de gran importancia. El riesgo de contraer el cáncer cérvicouterino, a diferencia de muchos otros tipos de cáncer que rara vez afectan a las mujeres adultas jóvenes, este cáncer tiene baja incidencia entre las niñas menores de quince años, pero aumenta entre los últimos años de la adolescencia y la mitad de la tercera década de vida. Aunque el riesgo de cáncer cérvicouterino no aumenta mucho después de los 40 años, tampoco disminuye. En cuanto al nivel de mortalidad en distintos grupos raciales y étnicos se presenta mayormente en mujeres de raza negra e hispanas. Este factor no existe por si solo sino que puede vincularse con el nivel económico de mujeres de dichos grupos raciales y étnicos dado que conforman mayor parte de la población de países pobres y la mayoría se encuentra en los niveles socio-económicos más bajos en los países desarrollados. El cáncer cérvicouterino se presenta en dos formas fundamentales: Cáncer de células escamosas (cáncer epidermoide): Este es el tipo más frecuente, que corresponde a entre el 80% y el 85% de los cánceres cérvicouterinos. Este cáncer puede ser causado por enfermedades transmitidas sexualmente, como por ejemplo algunos tipos del virus papiloma humano que causan verrugas genitales. El cáncer de células escamosas en general comienza en la superficie del cuello del útero. Adenocarcinoma: Este tipo de cáncer cérvicouterino se desarrolla en el tejido de las glándulas del canal del cuello del útero. En sus etapas tempranas, el cáncer cérvicouterino no causa dolor y generalmente no se presenta con algún síntoma. Los síntomas generalmente no aparecen hasta que las células cervicales anormales se vuelven cancerosas e invaden el tejido cercano. Cuando esto sucede, el síntoma más común es un sangrado anormal o en momentos inesperados. Lo más frecuente es que la mujer experimente sangrados ligeros fuera de los períodos menstruales regulares, si no es menopaúsica, durante o después de relaciones sexuales y después de lavado vaginal o de un examen pélvico. Además, el sangrado menstrual puede durar más tiempo y ser más abundante que de costumbre. El sangrado después de la menopausia también puede ser un síntoma de cáncer cérvicouterino así como la ocurrencia de una mayor secreción vaginal y en casos avanzados, dolor, sangrado por el ano y molestias urinarias. Normalmente el cáncer cérvicouterino se diagnostica a través de los exámenes pélvicos y las pruebas de Papanicolau que se usan para ver si hay células precancerosas o cancerosas en el cuello del útero. Si la prueba de Papanicolau no da resultados normales, el próximo paso es la realización de una colposcopia que no es más de de una prueba hecho por medio de un tipo especial de microscopio llamado colposcopio para examinar la vagina y el cérvix. A veces pueden haber células anormales en el cuello del útero, pero la prueba de Papanicolau no las detecta. Si la prueba de Papanicolau da resultados normales, pero hay una zona del cuello del útero que no parece normal al realizarse el examen pélvico, normalmente se realiza una biopsia que no es más que tomar una muestra de tejido, cortando una pequeña parte del cuello del útero. Por otro lado se puede realizar también un raspado endocervical que consiste en raspar el revestimiento del canal cervical. Después de haber realizado estos procedimientos, las muestras se analizan en un laboratorio. El cáncer cérvicouterino se clasifica de acuerdo con las etapas que definen el grado de diseminación del mismo: Etapa 0 o carcinoma in situ: El carcinoma in situ es un cáncer en su etapa inicial. Las células anormales se encuentran sólo en la primera capa de células que recubren el cuello uterino y no invaden los tejidos más profundos del cuello uterino. En esta etapa se trata con un procedimiento llamado conización del cuello uterino. Etapa I: El cáncer afecta al cuello uterino, pero no se ha diseminado a los alrededores. Etapa IA: una cantidad muy pequeña de cáncer que sólo es visible a través del microscopio se encuentra en el tejido más profundo del cuello uterino. Etapa IB: una cantidad mayor de cáncer se encuentra en el tejido del cuello uterino. En esta etapa el cáncer se puede tratar con una conización del cuello uterino o una histerectomía abdominal total donde se puede extraer los ovarios, (salpingooforectomía bilateral), pero generalmente no se extraen en mujeres jóvenes. Para tumores con invasión más profunda de 3 a 5 milímetros se realiza una histerectomía radical junto con los ganglios linfáticos en la región pélvica y se administra radioterapia interna. Etapa II: El cáncer se ha diseminado a regiones cercanas, pero aún se encuentra en la región pélvica Etapa IIA: el cáncer se ha diseminado fuera del cuello uterino a los dos tercios superiores de la vagina. Etapa IIB: el cáncer se ha diseminado al tejido alrededor del cuello uterino. Las opciones en el tratamiento del cáncer en la etapa IIA incluyen la radioterapia interna y externa, histerectomía radical y disección de los ganglios linfáticos, histerectomía radical y disección de los ganglios linfáticos, seguida de radioterapia más quimioterapia o radioterapia más quimioterapia. En la etapa IIB se trata con radioterapia interna y externa más quimioterapia. Etapa III: El cáncer se ha diseminado a toda la región pélvica. Las células cancerosas pueden haberse diseminado a la parte inferior de la vagina. Las células también pueden haberse diseminado para bloquear los tubos que conectan los riñones a la vejiga (los uréteres). El tratamiento puede ser radioterapia interna y externa más quimioterapia. Etapa IV: El cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo. Etapa IVA: el cáncer se ha diseminado a la vejiga o al recto (órganos cercanos al cuello uterino) Etapa IVB: el cáncer se ha diseminado a órganos dístales como los pulmones. En la etapa IVA el tratamiento más común es la radioterapia interna y externa más quimioterapia mientras que en la etapa IVB se trata con radioterapia para aliviar síntomas causados por el cáncer o quimioterapia. Recurrente: La enfermedad recurrente significa que el cáncer ha vuelto después de haber sido tratado. Puede volver al cuello uterino o a otro lugar. Si el cáncer ha reaparecido en la pelvis, el tratamiento puede ser de dos modalidades: 1. Radioterapia combinada con quimioterapia. 2. Quimioterapia para aliviar los síntomas ocasionados por el cáncer. Cuánto más se haya diseminado el cáncer, más amplio será, probablemente, el tratamiento. Los tratamientos para el cáncer cérvicouterino dependen de la etapa en que se encuentra la enfermedad, del tamaño del tumor, de la edad de la paciente, su estado de salud general y su deseo de tener hijos. Las tres formas principales de tratar el cáncer del cuello uterino son cirugía, radiación y quimioterapia. Cirugía Hay varios tipos de cirugía que se emplean contra el cáncer cérvicouterino. En algunos se hace una histerectomía que no es más que la extirpación del útero, mientras que en otros no. Si el cáncer se ha diseminado fuera del útero, puede que sea necesario extirpar otros órganos, tales como el colon o el recto. Los tipos de cirugía más comunes contra el cáncer cérvicouterino son: cirugía por láser, conización, histerectomía simple, histerectomía radical y resección de los ganglios linfáticos pélvicos y evisceración pélvica. Radioterapia La radioterapia es un tratamiento que emplea rayos de alta potencia (como los rayos X) para destruir o reducir las células cancerosas. Esta radiación puede provenir de fuera del cuerpo lo cual se denomina radiación externa, o de materiales radiactivos que se colocan directamente en el tumor la llamada radiación interna o de implante. La radioterapia puede emplearse sola o además de la cirugía. La radiación puede producir efectos secundarios. La mayoría de estos efectos desaparecen en poco tiempo. La piel en el área tratada puede parecer como quemada por el sol, y más tarde bronceada. La piel vuelve a la normalidad en un plazo de entre 6 y 12 meses. El tratamiento en el área de la pelvis puede hacer que la vagina se vuelva más estrecha, debido a la formación de tejido cicatricial. Esto puede producir dolor durante las relaciones sexuales. La radioterapia también puede provocar el comienzo de una menopausia y dificultades para orinar. Quimioterapia La quimioterapia se refiere al empleo de medicamentos para destruir las células cancerosas. Casi siempre, los medicamentos se administran por la boca o se inyectan en una vena. Una vez que los medicamentos entran al torrente sanguíneo se divulgan por todo el organismo. A veces, se administran varios medicamentos al mismo tiempo. La quimioterapia puede ocasionar algunos efectos secundarios que dependen del tipo de medicamento, de las cantidades que se administren y de la duración del tratamiento entre los cuales se incluyen la infertilidad y la menopausia. Los tratamientos utilizados en la lucha contra el cáncer cérvicouterino son efectivos, no obstante terminar el curso del tratamiento no significa que la paciente estará siempre libre del cáncer por lo que es necesario acudir a las consultas de oncología cada 3-4 meses en los primeros años después del tratamiento. Al extender el periodo de la remisión, se disminuye la cantidad de consultas anuales. 1.3 La actitud hacia la sexualidad en la regulación del comportamiento sexual Las mujeres tratadas por el cáncer cérvicouterino pueden experimentar problemas sexuales debido al tratamiento como las dispareunias derivadas de factores mecánicos, sin embargo, según la asociación Norteamérica “Gynecological Cancer Foundation” no todas las mujeres experimentan los efectos secundarios del tratamiento y si los experimentan normalmente son transitorios y solo se mantienen unos meses. Además de problemas mecánicos de lubricación y cortedad de la vagina, los problemas sexuales pueden ser consecuencia de consideraciones estéticas o psicológicas. A pesar de tales dificultades, el regreso a actividades sexuales en tales circunstancias debe realizarse con gran cuidado, pero un retraso postoperatorio indebido solo tendrá como efecto un incremento de la fibrosis, la cual es mejor prevenir que tratar. El temor puede constituir también un factor de importancia en las dificultades coitales que siguen a la radiación o a la cirugía en el tratamiento del cáncer cérvicouterino. En ciertos casos se observa un temor a la recurrencia de la enfermedad o una prevención del esposo ante el posible daño que pueda causar a la mujer, o con menor frecuencia, el temor del hombre a contraer él mismo un cáncer. Existen además otras razones psicológicas que pueden limitar el interés y la respuesta sexual de la mujer (R. Kolodny, W. Masters, & V. Johnson, 1985), que trascienden más que los efectos temporales del tratamiento mismo del cáncer. Por otra parte, como en cualquier enfermedad orgánica como lo es el cáncer, los procesos psicológicos tienen una gran influencia en el curso y recuperación de la enfermedad, por ello se reconoce que el proceso de salud tiene una naturaleza psicosomática (F. González, 1997); así por ejemplo varios autores han tratado de establecer perfiles de personalidad o patrones de comportamiento asociados a la progresión del cáncer (E. Knapp, 2005). Independientemente de las críticas metodológicas que se le pueden hacer a cualquiera de estos modelos, la personalidad del individuo enfermo determina la posición del mismo en relación con su proceso patológico, y a su vez la subjetivación de dicho proceso por parte del paciente promueve cambios en sus estructuras y funcionamiento personológicos. Es por ello que el desempeño sexual de la mujer en remisión del cáncer cérvicouterino suele ser muy variable en el que los efectos psicológicos secundarios al tratamiento tienen mayor peso en la sexualidad que los efectos secundarios fisiológicos dada la naturaleza transitoria de los mismos. De este modo destacamos que la actitud que asume la mujer en relación con la sexualidad tiene repercusión en su salud sexual. La actitud es un concepto que comienza a desarrollarse a mediados del siglo XIX. Es un concepto que tiene un rol de eje en lo relacionado con la salud porque influye en el estilo de vida lo cual a su vez es un factor importante en la etiología de muchas enfermedades. Desde la aparición del concepto de la actitud en la literatura científica, este se ha transformado en dependencia de la elaboración teórica de cada uno de los autores y de las diferentes posiciones de las escuelas psicológicas. La actitud es la vivencia psicológica que el individuo experimenta hacia el valor, la importancia el sentido del objeto social” o “el estado de la conciencia del individuo respecto a cierto valor social.” (Thomas & Zanetski 1918) También se definió a la actitud como “un estado mental y neutral organizado sobre la base de la expresión del sujeto que ejerce una influencia directriz y dinámica en su conducta con respecto a aquellos objetos y situaciones con las cuales se relaciona.” (G.Allport 1935) Otros autores como Newcomb (1965), plantea que las actitudes crean un estado de predisposición a la acción, por lo que al relacionarse con una situación activadora resulta una acción. Luego en 1972, Insko y Schopler plantean que las actitudes son las “predisposiciones a valorar favorable o desfavorablemente los objetos.” Cada una de las definiciones planteadas anteriormente hace referencia a tres componentes fundamentales. En la actualidad la mayoría de los autores que trabajan la temática están de acuerdo que estos tres componentes conforman la base de cualquier concepto de la actitud. Dichos componentes, a pesar del análisis individual que los hacen guardan una relación estrecha uno con otro. Componente Afectivo; se refiere a los sentimientos concomitantes del individuo ante un objeto. Componente Cognitivo; se refiere a las opiniones o creencias que no son más que el conjunto de datos, información e ideas que posee un individuo sobre un tema y no tienen que sustentarse necesariamente en una información objetiva. Este componente varía de una actitud a otra por lo que algunas actitudes poseen muy poco de este componente en tanto otras lo poseen en grado variable. Componente Conductual; refiere a la tendencia de actuar según opiniones y/o sentimientos propios. Se corresponde con la interacción de los componentes antes descritos. Los tres componentes se refuerzan mutuamente formando una estructura de conjunto que tiende a ser estable, sin embargo, la actitud puede estar conformada en algunas ocasiones por una mayor cantidad de un componente que de otro. Algunas actitudes están cargadas de componentes afectivos y no requieren más acción que la expresión de los sentimientos. Por otro lado, en algunas ocasiones los componentes de la actitud no están en armonía, lo que resulta en contradicciones entre ellos. En estos casos las actitudes tienden a estar en un proceso de cambio, buscando una nueva reestructuración hasta que opiniones, sentimientos y tendencias a actuar acaben estando en armonía. A pesar de las diferencias de opiniones que existen entre los autores con respecto a como definir las actitudes, existe cierto acuerdo entre una gran cantidad de ellos referido a que las actitudes se van conformando a lo largo de la vida, siendo un producto del largo proceso de socialización por el que atraviesa cada individuo y además son resultado de experiencias y conductas aprendidas de los demás durante el constante intercambio social. Ellas integran las opiniones o creencias, los sentimientos y las conductas, pero no se las observan de simple vista sino que se infieren por la manera de comportarse las personas. La interrelación de los tres componentes de la actitud es muy compleja y muchas veces no se puede definir donde termina uno y empieza el otro. Autores como Petkova Ajzen y Driver (citado en Pelechano 1996), plantean que las actitudes más fuertes son las que mayor impacto tiene en el comportamiento lo que indica que se considera que los componentes afectivos y cognitivos son los que rigen al componente conductual. Teniendo en cuenta este criterio, habría que analizar el término de la intensidad de las actitudes lo que en la rama de la Psicología Social se refiere a la fuerza de la reacción emocional provocada por el objeto de una actitud. De igual valor es la importancia que el individuo da al objeto o la situación, es decir la medida en la que el individuo se preocupa mucho y está personalmente afectada por ello. Para (Kraus 1995 citado en Pelechano 1996), no solo las actitudes intensas son capaces de ejercer mayor impacto sobre el comportamiento, sino que la intensidad de la actitud es ciertamente un factor importante en el vinculo actitud-comportamiento. Si se toma en consideración que las actitudes basadas en la experiencia tienden a tener mayor intensidad, pues se justifica el planteamiento de Pelechano, (1996), que las actitudes basadas en la experiencia directa tienen una asociación más fuerte con la conducta. Todos estos planteamientos de una forma u otra reconocen que cualquier cambio en uno de los tres componentes puede provocar un estado de desequilibrio y unas nuevas reestructuraciones. Si se introduce un elemento nuevo en cuanto a conocimientos, experiencias afectivas o conductuales se puede dar lugar al restablecimiento del equilibrio original por rechazo del elemento nuevo con el cambio parcial en uno de los componentes, el cambio en uno o dos de los componentes pero no en los otros o la nueva reestructuración de todos los componentes de la actitud (F. López; A. Fuertes 1994). El estado de desequilibrio entre los componentes de la actitud es un fenómeno que ocurre frecuentemente en la sexualidad por estar sujeta a influencias que muchas veces son contradictorias. (F. López; A. Fuertes 1994). Atendiendo a lo expuesto anteriormente nos planteamos el siguiente problema en nuestra investigación: ¿Cuál es la actitud hacia la sexualidad de mujeres en remisión del cáncer cérvicouterino? Selección de la muestra La muestra de nuestra investigación está conformada por 18 mujeres, las cuales fueron tratados por el cáncer cérvicouterino; y provienen del Hospital Celestino Hernández Robau, y el policlínico Chiqui Gómez. La investigación fue realizada en dichas instituciones, ambas ubicadas en la ciudad de Santa Clara en la provincia de Villa Clara, durante el periodo comprendido entre enero y mayo del año 2006. Para la selección de la muestra tuvimos en cuenta los siguientes criterios de inclusión: Mujeres que han sido tratados por el cáncer cérvicouterino y están actualmente en un estado de remisión del cáncer y acuden a las consultas de oncologia. Edad entre los 20-45 años. Mujeres que tienen una pareja actualmente o lo tuvieron en la etapa en que fueron diagnosticadas con el cáncer cervicouterino. Un nivel de escolaridad mínimo de 9no grado, para facilitar la comprensión de los instrumentos. Mujeres que después de conocer las características de la investigación hayan emitido su consentimiento explícito de participar en la misma. Que el periodo de tiempo desde el último tratamiento sea entre 1 año-4 años. Además observamos una serie de criterios de exclusión en la selección de la muestra: Personas portadoras de patologías psiquiátricas. Personas portadoras de otras enfermedades que pudieran interferir en la obtención de información de acuerdo con los objetivos investigativos nuestros, o que de algún modo perturbaran la respuesta sexual. Los criterios se evaluaron para cada paciente a través de la revisión de la Historia Clínica, entrevista estructurada a cada una de las mujeres y entrevista estructurada al ginecólogo-oncólogo. Partiendo de estos criterios la muestra quedó conformada de la siguiente manera: Paciente AS NP CF MH RD Edad Estadio Tipo de tratamiento 29 33 26 43 29 O O IA O IA C C C C C Tiempo de remisión Años Meses 1 2 1 5 1 5 1 4 - MR YR GP DV RA AP LR RP PA CR BH NS GB 40 29 40 30 40 41 23 40 34 45 39 33 45 O O IA IB IIB IIIB IIB IIB IIB IB IIB IIIB IB C C C C+RT+/-BT C+RT+/-BT C+RT+/-BT C+RT+/-BT C+RT+/-BT C+RT+/-BT C+RT+/-BT RT RT RT 3 1 3 1 3 3 1 3 1 1 4 3 3 2 10 5 2 1 3 3 1 10 Leyenda: C: Cirugía sola C+RT+/-BT: Cirugía + Radioterapia +/- Braquiterapia RT: Radioterapia sola Procedimiento Nuestra investigación es un estudio descriptivo que tiene como propósito caracterizar la actitud hacia la sexualidad en las mujeres integrantes de la muestra. Este tipo de investigación permite la medición o la evaluación de los componentes que son de interés a nuestra investigación. Los estudios descriptivos buscan especificar las propiedades importantes o cualquier otro fenómeno en personas, grupos, comunidades que sean sometidos a análisis (Dankhe 1986). Teniendo en cuenta el objetivo de la investigación que implica la evaluación de las variables en estudio, esta investigación asume una metodología cuantitativa. No obstante tomando en cuenta y el objeto de estudio de la psicología no debemos ignorar la individualidad en la investigación psicológica (F. González 1997); por tal razón, se utiliza de forma complementaria el análisis cuantitativo y cualitativo. Además la interpretación que se hace de la información recogida busca la comprensión del fenómeno a estudiar no solo a nivel de grupo sino también a nivel individual, desde la propia perspectiva de la persona como máxima garantía de fidelidad de los datos que obtenemos, porque no podemos pretender acercarnos a la comprensión de un fenómeno, de una realidad que es eminentemente subjetiva sin interactuar con el universo conceptual de los individuos que forman parte de la muestra. Desde esta posición, haciendo uso de la complementariedad de las técnicas así como de los análisis cuantitativo y cualitativo, se puede abarcar en toda su dimensión la riqueza de una investigación como la nuestra. Es tomando en consideración las características personales así como el nivel de motivación de las participantes de la investigación que las técnicas fueron aplicadas de 4-6 sesiones de trabajo, en dependencia de cada caso. Dichas sesiones fueron realizadas en una consulta de las instituciones de salud donde investigamos, estas consultas brindaban el nivel de privacidad óptima necesario en una investigación psicológica específicamente tomando en consideración la naturaleza sensible de la temática a tratar. Iniciamos la investigación con la revisión de la historia clínica, una entrevista estructurada al ginecólogo-oncólogo y una entrevista estructurada a las pacientes, todo ello con el objetivo de definir los parámetros de inclusión y exclusión en la muestra. Después de la selección y llegar a un compromiso con cada una de las participantes, procedimos a la aplicación de las técnicas. Las primeras que empleamos fueron las técnicas proyectivas: el completamiento de frases y el TAT. Luego, continuamos con la aplicación de la encuesta SVQ. Es importante aclarar que después de la aplicación de cada una de estas técnicas realizamos entrevistas retest para aclarar dudas respecto a las respuestas dadas por las pacientes y de esta forma los resultados obtenidos en cada sesión fueron utilizados en la siguiente para profundizar en la obtención de datos en la técnica correspondiente a esta sesión. Finalmente, realizamos una entrevista estructurada con cada una de las mujeres de la muestra. Las técnicas utilizadas fueron las siguientes: Revisión de la Historia Clínica. Entrevista estructurada al ginecólogo-oncólogo. Entrevista estructurada a cada paciente. El test de completamiento de frases. El test de apercepción temática (TAT). Sexual function vaginal changes Questionnaire (SVQ). Entrevista psicológica estructurada. Revisión de la Historia Clínica La revisión de la Historia Clínica se realizó como parte del proceso de la selección de la muestra con el objetivo de conocer el grado de la enfermedad, el tratamiento recibido, la fecha del último tratamiento y los antecedentes patológicos de la paciente. La revisión de este documento nos permitió familiarizarnos con las particularidades de la enfermedad en cada caso. Entrevista estructurada al ginecólogo-oncólogo Esta entrevista con un especialista fue dirigida a conocer el estado de salud actual de la paciente. Toda esta información proveniente del especialista nos ayudó a confeccionar la muestra así como a orientarnos mejor la comprensión de las pacientes. Entrevista estructurada a cada paciente En aras de nuestra investigación, este primer contacto cara a cara con la paciente tuvo el objetivo de comprobar que la misma tuviera los requisitos para formar parte de la muestra. Los indicadores para esta entrevista fueron los siguientes: la edad, nivel de escolaridad, y relaciones de pareja. Además, como plantea F, González, (1996), una entrevista inicial tiene un papel muy importante, pues mediante ella logramos crear un relación afectiva adecuada, que permite la implicación del sujeto en la realización de las tareas así como su colaboración motivada con el proceso investigativo. Test de Completar Frases (Rotter) (Ver Anexo 1) El test de completamiento de frases como todas las técnicas proyectivas tiene como propósito penetrar la personalidad del sujeto, su individualidad. De modo que la técnica actúa como agente catalizante, para provocar una reacción que exterioriza y expresa la personalidad del individuo justamente porque no anticipa las intenciones del investigador, no exige ni requiere de una respuesta correcta. Esta característica de las técnicas proyectivas permite que se refleje la propia individualidad del sujeto. Según F. González (1996), el completamiento de frases nos revela una seria de particularidades de la personalidad del sujeto que nos permite configurar con la interpretación del investigador distintas dinámicas subjetivas. No obstante, los contenidos revelados por la prueba constituyen solo un eslabón en el proceso diagnóstico. El test, desarrollado por Payne en 1928, consiste en presentarle al sujeto palabras iniciales, pidiéndose al sujeto que termine la frase prontamente para formar frases integras. La técnica es sumamente efectiva en la búsqueda de conflictos en la personalidad del individuo y permite a su vez, inferir algunas características del sujeto, de su personalidad, intereses, fantasías, sueños, frustraciones, aspiraciones, temores, preocupaciones, etc. Tiene la ventaja de que al ser respuestas libres, pueden expresar verdaderamente la complejidad del mundo interno del sujeto, sin estar influenciadas por restricciones del investigador. El análisis psicológico de esta prueba es puramente cualitativo y permite sacar a la luz sentimientos y actitudes, sus contenidos y características. Además, se observa la presencia de información referente a otros procesos psíquicos que también se ponen de manifiesto. Esta técnica tiene como objetivo explorar la esfera afectivo-emocional, necesidades, aspiraciones, frustraciones y la jerarquía motivacional del sujeto. Además permite conocer si el sujeto presentó conflictos y en que áreas específicamente se localizan estos (I. Mena y M. Hernández 1999). En nuestra investigación, la técnica fue aplicada integrando todos estos elementos, con el fin de conocer las vivencias asociadas con la esfera sexual-amorosa de los sujetos y explorar el componente afectivo de la actitud. Esta técnica ha sido muy trabajada y hay varias formas de clasificar las respuestas del sujeto, no obstante en nuestra investigación utilizamos las categorías clásicas de la misma: Respuestas de omisión. Las respuestas de omisión son aquellas en las que no se da una respuesta o el pensamiento que las constituye está incompleto. Omisiones y fragmentos no se califican individualmente. Respuestas de conflictos. De acuerdo a la severidad del conflicto las respuestas oscilan entre C1 y C3. Respuestas C1: son respuestas en las que expresa preocupación por cosas tales como problemas financieros, dificultades escolares especificas, malestares físicos, identificación con grupos minoritarios y otros por el estilo. Se puede decir que incluido dentro del C1 se hallan los problemas menores que no están profundamente arraigados o que no incapacitan al sujeto y dificultades más o menos específicas. Respuestas C2: Incluyen respuestas de desajustes más serios; en general las respuestas están referidas a dificultades más amplias y generalizadas que las C1. Están aquí las expresiones de sentimientos de inferioridad, quejas psicosomáticas, preocupaciones por posibles fracasos, sentimientos de inadecuación, falta de metas, dificultades en las relaciones interpersonales, problemas generalizados y bastante incapacitantes, así como dificultades sociales generalizadas. Respuestas C3: son expresiones de conflictos severos o indicaciones de desajustes graves. Incluye los deseos suicidas, conflictos sexuales, problemas familiares más severos, miedo a la locura, actitudes fuertemente negativas hacia la gente en general, sentimientos de confusión mental y expresiones de actitudes bastantes bizarras. Respuestas Positivas. Aquellas que indican una conformación mental saludable y optimista. Las respuestas oscilan de P1 a P3 de acuerdo con el buen ajuste expresado. Respuestas P1: Aquí se incluyen respuestas que indican un sentimiento positivo generalizado hacia la gente, buen ajuste social, vida familiar sana, optimismo y buen humor. Respuestas P2: Son respuestas que se hayan en un nivel medio; no llegan al extremo positivo. Respuestas P3: Aquí se hallan las respuestas que indican un humor afable y definido más expreso que el anterior, el optimismo real y la calidad de aceptación, conjuntamente con expresiones de extrema felicidad. Respuestas Neutrales: Generalmente están carentes de tono emocional o referencias personales. Son generalmente de un simple valor descriptivo. Tienden a evadir el propósito del test y a ser estereotipadas, frases de canciones, expresiones de clichés culturales, Aquí también se incluyen los completamientos sin significados explícitos. Para analizar esta técnica se han dividido las frases en 7 áreas fundamentales y luego las respuestas brindadas se clasifican en correspondencia con el tipo de respuesta: positiva, negativa, de omisión o neutral según la explicación anterior. Las siete áreas de análisis son las siguientes: Área familiar: Aparecen ítems que pretenden registrar fundamentalmente las relaciones familiares del sujeto: En el hogar Una madre Mi padre Cuando era niña Área escolar: Enfocada fundamentalmente a determinar la actitud del sujeto hacia la escuela y la actividad intelectual. En la escuela La lectura Área social: Aquí se incluyen los ítems que indican el grado de socialización del sujeto: Los hombres La gente Las otras personas Las diversiones La mayoría de las mujeres Área personal: Bajo el aspecto personal consideramos aquellos ítems que tratan de registrar la posición del sujeto hacia si mismo, hacia su estado mental y en general su autoconcepto: Mis nervios Mi futuro Yo secretamente Mi mente Yo Estoy muy Amo Creo que mis mejores aptitudes son La felicidad Mi personalidad Quisiera ser Área sexual: Determina las actitudes del sujeto respecto al propio sexo y al sexo contrario, las relaciones intersexuales: El impulso sexual El matrimonio Área de los conflictos: en esta área se enmarcan todos los ítems que por su estructura son adecuados para la proyección de los problemas del sujeto. Pretende registrar las inadecuaciones, problemas, temores y preocupaciones que originan los conflictos del sujeto: Lamento Me molesta Mi mayor temor No puedo Sufro Fracasé Algunas veces Me duele Odio Mi mayor problema La preocupación principal Área motivacional: Los ítems de esta área tratan de registrar las motivaciones, los valores y actitudes generales del individuo. Me gusta El tiempo más feliz Quisiera saber A la hora de acostarme El mejor Los deportes Siento Yo necesito Estoy mejor cuando Este lugar Deseo El trabajo Mi principal ambición Yo prefiero Mi problema principal en la elección de carrera, profesión o trabajo La recta evaluación de estos ítems es tarea difícil, unas veces porque el ítem podría ubicarse en otra área y otras porque el ítem es tan inestructurado que no se puede llegar a un criterio firme de inclusión y de evaluación. Para esto nos ayuda la entrevista retest. Al emplear el completamiento de frases en la investigación se podían expresar en cualquier ítem las vivencias en relación con la esfera sexualamorosa; por tal razón el análisis de la técnica no solo se limitó al área sexual. Adecuación del Test de Apercepción Temática (TAT) (Ver Anexo 2) Se utilizo una variante de la técnica desarrollada por Morgan y Murray (1935), la cual en su forma original consta de 20 láminas para las mujeres. Esta técnica consiste en presentar estímulos a la imaginación, registrarla y analizarla. Está basada en la teoría de que expresa que en la composición de relatos en torno a un cuadro estimulo, el individuo hace operar material de sus propias experiencias, en parte por las percepciones inmediatas del estímulo y en parte por la asociación con las percepciones seleccionadas de la imaginación consciente y preconsciente. En el logro de estas imágenes se ponen en juego, y por tanto se expresan, impulsos conscientes o inconscientes, las defensas y conflictos del individuo, permitiendo al experimentador perspicaz poner de manifiesto el contenido de tales características de la personalidad y hacer ciertas conjeturas acerca de su desarrollo y estructura (J. Bell 1956). Se considera como lo más importante la interpretación del contenido de los relatos que pueden revelar ocultos complejos de la personalidad del sujeto, sus tendencias agresivas, sexuales etc. Los argumentos presentados en los relatos reflejan la personalidad del sujeto. A pesar del gran valor de esta técnica, la validez y verdadero diagnóstico de la misma se obtiene a partir de la integración de los resultados al contexto histórico-social del sujeto así como la integración de toda la información obtenida a través de otros métodos complementarios. Tomando como antecedente una investigación realizada en 2003 por D. Alfonso en la cual utilizó un número reducido de 10 láminas del TAT, con el fin de indagar en los niveles de ansiedad, nosotros seleccionamos 13 de las 20 láminas propuestas originalmente para mujeres pues consideramos que estas contienen por lo menos una figura femenina. En estas 13 láminas incluimos la lámina en blanco con la que puede identificarse las pacientes que participaron en nuestra investigación. Las categorías originales para analizar la técnica citado en J. Bell (1956) son las siguientes: 1. El héroe: Se supone que esta figura representa las actitudes, motivos y emociones del sujeto tanto como su manera habitual de actuar. Aunque no todos los relatos presentan un héroe, esto revela que el sujeto se ha identificado en las láminas con más de un personaje. 2. Las necesidades del héroe: De acuerdo con su concepto de personalidad Murray preparó una lista de necesidades. Dentro del contenido de la imaginación se expresan diversas necesidades del héroe o héroes y se cataloga las necesidades de la figura o figuras centrales. Se supone que las necesidades reveladas son exteriorizaciones de las necesidades presentes de la personalidad del sujeto. 3. La presión: Se refiere a las fuerzas que pueden favorecer o perjudicar al individuo. Los autores del método suponen que estas fuerzas son proyecciones de la presión que afecta, ha afectado o puede afectar al individuo. 4. El tema: Se define como la estructura dinámica de un episodio simple, una interacción peculiar individuo-ambiente. 5. El desenlace: En el estudio original del TAT, se elaboró una escala -2 (final muy desagradable: frustración, fracaso, muerte) a +2 (final agradable: éxito y felicidad). En aras de nuestra investigación la interpretación de la técnica se realizó tomando en cuenta las seis categorías establecidas en el estudio sobre los estados de ansiedad en un grupo de pacientes portadores de patología benigna de mama y otro grupo sometido a tratamiento quirúrgico de radical de mama.” (Báez, E 1988) Las categorías utilizadas son las siguientes: 1. Repetición de un determinado contenido o tema de una narración a otra: consiste en el predominio de un tema que puede tener una implicación personal para el sujeto. 2. Identificación a través de las historias con los personajes de la lámina: Pueden representarse así mismo en su narración u a otras personas significativas como padres, hermanos, amigos etc. Generalmente el protagonista o héroe es el personaje con el cual el sujeto estuvo más identificado y cuyos sentimientos e ideas expresó más detalladamente. 3. Destino de los héroes: Comprende sus motivos, orientaciones, aspiraciones, tendencias dinámicas que se definen de acuerdo a la caracterización de los personajes con los cuales se identifica. 4. Relaciones del héroe con su medio: Destaca las relaciones propias de su vida con los sujetos que le rodean, con las demás personas y consigo mismo. 5. Nivel de elaboración personal y organización de los contenidos: Expresa la riqueza del contenido, la complejidad y organización de la historia, la fundamentación lógica y el lenguaje fluido. 6. Fuerza e intensidad emocional durante la narración y reacciones más sobresalientes: Destaca la intensidad de la expresión de las emociones, el matiz dramático al hacer la narración (si lo hace con un tono normal, decaída, exagerado etc.) Estas ultimas dos categorías garantizan la confiabilidad de la información, sobre todo indican identificación personal de la paciente con el relato. El análisis de estas categorías tiene como objetivo en nuestra investigación determinar las situaciones vinculadas a la sexualidad vividas por las pacientes y las emociones y afectos experimentados ante las mismas. Sexual function Vaginal changes Questionnaire (SVQ) (Ver Anexo 3) Esta técnica constituye una variante de la creada por P. Jensen, M. Klee & I. Thranov (2003) que tiene el objetivo de investigar los problemas sexuales y vaginales de mujeres tratadas por cánceres ginecológicos. La técnica consta de 27 ítems que indagan por el interés sexual, la lubricación, el orgasmo, dispareunia, dimensiones de la vagina, intimidad, problemas sexuales de la pareja, satisfacción sexual y autoimagen. El cuestionario en su forma original no pretende evaluar ninguna variable, solo permite el conocimiento de los elementos antes mencionados. La variante ajustada a nuestra investigación, consta de 20 ítems. El propósito de esta variante es explorar los componentes de la actitud; afectivo y conductual de la actitud hacia la sexualidad. La agrupación de ítems de acuerdo con estos componentes quedó conformada en la siguiente manera: Componente afectivo: 1, 3, 5, 8, 9, 10,17. Componente conductual: 2, 6, 7, 11, 11a, 12, 12a, 13, 13a, 14, 15, 16. Entrevista psicológica estructurada (Ver Anexo 4) La entrevista es una de las técnicas más valiosas con que cuenta la investigación psicológica. Según F. González (1996), la entrevista es “un recurso metodológico insustituible para completar los indicadores reportados por los instrumentos aplicados.” Su importancia viene dada por la riqueza de datos que ofrece, por su flexibilidad par acomodarse al propósito de la interacción y su eficiencia en una interacción natural. Esta técnica puede presentarse en múltiples formas, como puede ser la entrevista estructurada. La entrevista estructurada requiere de un orden estricto, de una guía y entre otras exigencias presupone el uso de preguntas específicas y se debe disponer de un aparato categorial previamente elaborado que permite al investigador ubicar lo que la persona dice o hace en una de estas categorías, (F. Ibarra et. al 1988). A pesar de su estructura, este tipo de entrevista no deja de ser una técnica que permite que el entrevistado tenga libertad y flexibilidad en sus expresiones. Además, la naturaleza de la entrevista como técnica en cualquiera que sea su forma no impide la flexibilidad en llevar a cabo este proceso de comunicación. En nuestra investigación, los objetivos principales que perseguimos con esta técnica fueron indagar en la historia sexual-amorosa de las pacientes y profundizar en su actitud hacia la sexualidad tomando en cuenta la información obtenida mediante los otros métodos. Las categorías de análisis se corresponden con los tres componentes de la actitud. Las preguntas de la entrevista se orientaron hacia los aspectos siguientes: Para el componente cognitivo; Educación sexual Orientación médica con respecto a la sexualidad después del tratamiento. Para el componente conductual y afectivo; Comportamiento sexual antes y después del diagnóstico. Vivencias afectivas vinculadas con la sexualidad. El análisis de los resultados lo presentaremos a través de técnicas utilizadas para la obtención de información de acuerdo con los propósitos de nuestra investigación. COMPLETAMIENTO DE FRASES El análisis de este instrumento se realizo a través de las esferas: familiar, escolar, social, personal, sexual, motivacional, y de los conflictos. Los ítems correspondientes a cada esfera fueron evaluados con estas categorías, y los resultados se presentan en la siguiente tabla: ESFERAS P1(%) P2(%) P3(%) C1(%) C2(%) C3(%) O(%) RN(%) FAMILIAR 56,9 23,6 2,8 4,2 4,9 0 1,4 4,2 ESCOLAR 72,2 5,6 0 13,9 0 0 5,6 2,8 SOCIAL 60 1,1 0 3,3 27,8 0 0 7,8 PERSONAL 51 14,1 2,5 11,6 12,6 1,5 2,5 4,0 SEXUAL 30,6 2,8 0 11,1 16,7 2,8 0 36,1 CONFLICTOS 16,2 0,9 0,9 34,7 41,1 4,2 0,5 0,5 MOTIVACIONAL 52,6 10,4 2,2 12,6 14,8 0,4 3,0 4,1 En la esfera familiar la mayor cantidad de las respuestas brindadas por las pacientes, (83.3%), son respuestas positivas. Este dato y la calidad de las respuestas expresadas nos indican que, las pacientes se sienten apoyadas, amadas, y aceptadas por sus familias, lo que constituye un elemento importante en el bienestar psicológico de las personas con enfermedades crónicas como lo son las participantes en nuestra investigación. A continuación presentamos los siguientes ejemplos: “En el hogar disfruto de paz y armonía” (CR 45 años) “En el hogar me siento en paz” (AS 29 años) Todas las participantes en el momento de realizar el estudio tenían parejas. Dos de ellas habían cambiado de pareja desde su diagnosis y de las dos, una no tiene pareja estable. Sin embargo ninguna de ellas destaca a su pareja o la relación de pareja en sus referencias a la familia. Entre las pocas respuestas negativas, la mayoría refieren a una relación conflictiva con el padre, un hecho que puede o no influir en su opinión sobre los hombres. “Mi padre no me interesa” (RP 40 años) “Mi padre es malo” (DV 30 años) La esfera escolar también se caracteriza por respuestas positivas, (77.8%). Ninguna de las pacientes son estudiantes en la actualidad, no obstante, expresaron haber tenido de modo general vivencias positivas durante sus estancias como estudiantes y aun hoy en día expresan sentimientos positivos hacia la lectura. “La lectura me gusta mucho” (AS 29 años) “En la escuela fui muy feliz” (DV 30 años) En la esfera social, la que está relacionada de modo más amplia con la socialización general de las pacientes y sus relaciones interpersonales, predominan las respuestas positivas (61.1%), lo que indica que de modo general las integrantes de la investigación disfruten de relaciones armónicas con las demás personas y refleja también que cuentan con el apoyo de personas fuera de sus propias familias. “Las otras personas, mis compañeros son adorables conmigo.” (MR 40 años) “Las otras personas, todos los que me rodean son amables.” (DV 30 años) “Las otras personas me han ayudado.” (AP 41 años) “La gente de mi cuadra me ayudan mucho.” (LR 23 años) Como se puede apreciar hacen referencia a vecinos, y otros compañeros pero todavía no expresan sentimientos u opiniones específicas hacia sus parejas y 50% de las respuestas relacionadas con la frase “los hombres…” son plenamente negativas o carentes de una implicación personal. En este ítem encontramos expresiones como: “Los hombres quisiera que fueran sinceros” (RA 40 años) “Los hombres son cobardes” (CF 26 años) “Los hombres son incomprensibles y egoístas” (YR 29 años) Las respuestas conflictivas en esta esfera constituyen 31.3%; están concentradas en la frase 41: “La mayoría de las mujeres…” Al analizar detenidamente las respuestas a esta frase se nota que las mujeres tienden a la generalización de su situación de salud, además nos percatamos que la enfermedad tiene un lugar de prioridad en la vida de las pacientes lo que se hace evidente en las siguientes respuestas: “La mayoría de las mujeres viven con enfermedad como la mía.” (CR 45 años) “La mayoría de las mujeres tienen problemas de ginecología.” (AS 29 años) “La mayoría de las mujeres tiene problemas de cervix.” (NS 33 años) A pesar del conocimiento que tienen las mujeres del grado del cáncer que padecieron y las implicaciones de la reaparición de la enfermedad, las expresiones en torno a la misma no están relacionadas con el grado del cáncer. Esto significa que su preocupación por la enfermedad se centra no en su severidad sino en el hecho de padecerla. Tomando en consideración la importancia de tener relaciones sexuales después de tratamiento por el cáncer cervico-uterino, son muy interesantes algunas de las respuestas brindadas en la frase referida a los hombres. “Los hombres son necesarios para la vida” (NS 33 años). “Los hombres son necesarios” (RP 40 años) “Los hombres son necesarios pero no imprescindibles” (RD 29 años) A pesar de que expresan una necesidad de tener los hombres como parte de su vida, se nota una carencia de tono emocional. Al considerar que sus esposos son los hombres que más estrecha relación tienen con ellas, las expresiones hechas en torno a los hombres reflejan de modo indirecta una valoración de ellos. Además, frases como las siguientes reflejan conflicto interno de las mujeres así como conflicto en sus relaciones de pareja. “La mayoría de las mujeres somos hipócritas.” (RP 40 años) “La mayoría de las mujeres tienen que ser infiel al esposo.” (DV 31 años) ”La mayoría de las mujeres no se dan valor ante los hombres.” (AP 41 años) La esfera personal se caracteriza por respuestas positivas (67.6%), mientras que 25.7% de las respuestas fueron conflictivas. Las respuestas positivas en esta como en otras esferas analizadas en esta técnica se relacionan mucho con la familia de las mujeres; son muy frecuentes las referencias a los hijos, los cuales se convierten en el centro de la familia. “Amo a mis hijos.” (MH 43 años) “Amo a mi hija y madre.” (BK 39 años) “Mi futuro criar a mis hijas.” (GB 45 años) Al analizar las respuestas de conflicto en esta área se nota las expresiones de las mujeres están mediatizadas por la enfermedad, la cual provoca estados emocionales negativas como frustración, preocupación e inseguridad. “Yo quisiera tener muchos hijos” (RP 40 años) (a que a consecuencia de los tratamientos recibidos por la enfermedad es imposible satisfacer este anhelo). “Mi futuro es incierto.” (YR 29 años) “Mi futuro lo sabrá la ciencia y en especial mi medico.” (NS 33 años) “Estoy muy preocupada.” (PA 34 años) En esta esfera a diferencia de las otras esferas, hubo referencia a las parejas de las mujeres, en dos casos de la muestra, las cuales reflejan sentimientos muy distintos: “Yo no amo a mi esposo.” (DV 30 años) “Amo a mi esposo.” (AS 29 años) La esfera sexual, representada por solo dos frases se caracteriza por el puntaje más alto de respuestas neutrales (36%), en comparación con las otras esferas analizadas, lo que pone en énfasis un alto nivel de evasión de la temática así como una carencia de identificación e implicación personal en la expresión de las respuestas o un adecuado tono emocional. Tomando en consideración la cantidad de respuestas neutrales (36%) y las respuestas conflictivas (31%), en comparación con 33% de respuestas positivas, nos percatamos de la existencia de conflictos en esta esfera. Entre las respuestas neutrales y conflictivas se encuentran: “El impulso sexual no es frecuente.” (NS 33 años) “El impulso sexual es relativo.” (MH 43 años) “El matrimonio es como una balanza.” (AS 29 años.) “El impulso sexual está limitado.” (AP 40 años) “El impulso sexual, no siento placer constantemente.” (MR 40 años) Estas frases evidencian una carencia de deseo sexual y también vivencias placenteras limitadas. En las frases que conforman la esfera de los conflictos, 80% de las respuestas son negativas y se refleja alto nivel de preocupación por el estado de salud y las consecuencias de la enfermedad en otras áreas de su vida específicamente con respecto a la crianza de sus hijos. A pesar de estar libres del cáncer durante el periodo de la investigación uno de los temas que se repite con frecuencia es la muerte. Estas preocupaciones repercuten en estados emocionales negativo como la tristeza. “Mi mayor problema es, mis hijas verlas ser unas profesionales.” (GB 45 años) “Lamento estar enferma.” (GB 45 años) “Sufro cuando algo no tiene solución.” (AS 29 años) “Mi mayor temor es morir.” (RP 40 años) “La preocupación principal es el seguimiento de la enfermedad.” (CR 45 años) En la esfera motivacional predominan las respuestas positivas (65%), siendo entre los temas más comunes la familia, sin referencias específicas a la pareja. Esto refuerza lo encontrado en la esfera de la familia y en la esfera de los conflictos con respecto a la importancia que atribuyen a sus familias, el apoyo que sienten y el valor que tiene la familia, específicamente los hijos para ellas y su sentimiento de bienestar psicológico. Las expresiones de las pacientes reflejan y comprueban lo que se ha visto en otras esferas: sus hijos se han convertido en la razón principal en la lucha contra la enfermedad, y por la vida. Sienten una alta responsabilidad por sus hijos, lo cual está reflejado en la esfera de los conflictos también. Entre las frases de corte positivo se incluyen: “El mejor regalo de la vida ha sido mi hija.” (AS 29 años) “El tiempo más feliz cuando estoy en mi casa con mi familia.” (NP 33 años) “A la hora de acostarme le pido a Dios durar unos años para ver crecer a mis hijas” (GB 45 años) “Me gusta estar con mi familia y disfrutar de ella.” (CR 45 años) Es esta esfera como en otras, la salud sigue apareciendo como un área de conflicto. Las siguientes frases ilustran lo anteriormente dicho: “Yo prefiero ser pobre y tener salud.” (RD 29 años) “Este lugar puede ser mi salvación.” (AS 29 años) “Deseo tener salud, seguir mejorando.” (NS 33 años) El caso de NS (33 años) tipifica la información brindada de forma general en el completamiento de frases. A partir de esta técnica se nota que el área de la salud tiene un lugar de prioridad en la vida de los sujetos, lo que repercute en estados emocionales negativos como la tristeza, el miedo y la inseguridad. En el caso de NS como en la mayoría de los casos los hijos se han convertido en el centro de la familia y hay pocas referencias a la relación de pareja. En este sentido el afecto de las mujeres se ve dirigido a los hijos mucho más que a la pareja. La evasión de la temática de las relaciones de pareja indica también que es un área conflictiva que lleva profundización mediante otras técnicas indirectas y directas. ADECUACION DEL TEST DE APERCEPCION TEMATICA El análisis de esta técnica se realiza en base de las categorías mencionadas en el capitulo de la metodología: 7. Repetición de un determinado contenido o tema de una narración a otra. 8. Identificación a través de las historias con los personajes de la lámina. 9. Destino de los héroes. 10. Relaciones del héroe con su medio. 11. Nivel de elaboración personal y organización de los contenidos. 12. Fuerza e intensidad emocional durante la narración y reacciones más sobresalientes Repetición de un determinado contenido o tema de una narración a otra. Las narraciones de los sujetos fueron pobladas principalmente por temas como la tristeza, enfermedad, problemas, preocupación, temor, sufrimiento, rechazo, abandono conyugal, amor y muerte. Entre ellos se encuentran los temas que predominaban en el completamiento de frases, los cuales se expresan de forma interrelacionada en las narraciones; no aparecieron independientemente uno del otro. Ilustramos este punto con unos fragmentos de las narraciones de los sujetos: Lamina # 3 “…está llorando y muy preocupada…seguro que es un problema de ella de tener alguna enfermedad.” (NS 33 años) Lamina # 13 “…una pareja que se encuentra la esposa enferma con limitaciones de salud,…muy mal.” (NS 33 años) Lamina # 12 “Parece que es la muerte, como si la estuviera amenazando a ella y ella no sabe, porque tiene la cara muy relajada. Como si la muerte tuviera atenta así esperando por ella.” (AS 29 años) Lamina # 8 “…hay una mujer que parece tener algún problema, pensando en que va a hacer, como resolver el problema que tiene.” (MH 43 años) Identificación a través de las historias con los personajes de la lámina. Los principales temas expresados por los sujetos demuestran un alto grado de identificación con los personajes de las láminas. En algunos casos el nivel de identificación no fue comprobado hasta la realización de la entrevista posterior a la aplicación de la técnica en la cual se corroboró que los temas y las narraciones fueron extraídos, de modo general, de la experiencia personal de las mujeres. En otros casos fue muy obvia la identificación con los personajes de las láminas desde las propias narraciones. Ilustramos la identificación con algunos fragmentos de las narraciones de los sujetos: Lamina # 2 “…es un problema grande que tiene…puede haberse detectado alguna enfermedad puede ser mi problema y ella tiene el mundo perdido, su vida perdida,…está como vacía.” (AP 41 años) Lamina # 2 “…la muchacha y el hombre están en una relación, y basándome en mi, ella puede ser una paciente de oncología y habla con él y él decide marcharse.” (RA 40 años) Lamina # 3 “…muy triste,…puede ser cuando ella descubre su diagnostico, o puede caber la posibilidad que sea cuando ella y el esposo se separaron. Yo me baso en mi problema particular. Viví 18 años con un hombre y pensé que lo conocía pero solo lo conocí después que nos separamos. Conviví 18 años con el y cuando me enfermé nos separamos.” (RA 40 años) Estos fragmentos ejemplifican el alto nivel de identificación con los personajes de las láminas, estando fuertemente mediatizada la narración por las vivencias de los pacientes en relación con su enfermedad, las que han sido primordialmente negativas y dolorosas generando estados emocionales negativos como la tristeza. Tomando en consideración los temas repetidos, como el rechazo y el abandono conyugal, y el nivel de identificación con los personajes que vivencian estas emociones, reflejan conflictos en las relaciones de pareja. Lamina # 4 “…es un amor que ella siente por él y él la rechaza…un amor que por él no puede ser…por él no puede existir…se ve que le rechaza a ella.” (DV 30 años) Lamina # 4 “…una joven enamorada, su pareja no está comprendido el amor que ella exprese.” (GB 45 años) Lamina # 4 “…una pareja que aparentemente están enamorados…tuvieron algún conflicto amoroso, ella trata de retenerlo…” (CR 45 años) En las situaciones expresadas se nota que la mujer está siendo rechazada por su pareja, lo que en realidad ha vivenciado mujeres de la muestra, de las cuales se puede destacar a RA de 40 años quien al recibir la noticia del diagnostico del cáncer cérvicouterino fue abandonado por su esposo después de 18 años de matrimonio y a pesar de tener tres hijos. Destino de los héroes La mayoría de los héroes de las narraciones de los sujetos tienen un fin pesimista, en el cual predominan la tristeza, el abandono conyugal, el temor la violencia, la muerte y la infelicidad como se nota en los múltiples ejemplos expuestos en otras categorías de análisis anterior a esta. En ellos podemos ver que los personajes principales con quienes se identifican las mujeres de la muestra vivencian situaciones negativas. No obstante en algunos pocos casos se destacan fines positivos. Relaciones del héroe con su medio Las relaciones entre los personajes en las narraciones son predominantemente conflictivas. Los conflictos son de menor a mayor intensidad y los más intensos terminan en la violencia contra la mujer. Los conflictos en las relaciones de pareja reflejan que hay un nivel de comunicación inadecuado. La comunicación es un elemento muy importante en el marco de las relaciones de pareja y dificultades la misma tienen repercusiones negativas en la relación. Según P. Ares, (2004), la comunicación es el vehículo que dos personalidades tienen de acercarse, atraerse, conocerse, amarse, dialogar, entrar en contradicción, resolver los conflictos y en la medida que una persona tenga una mayor capacidad comunicativa, potencialmente puede establecer una relación interpersonal más satisfactoria. La comunicación inadecuada, provoca conflictos que van desde la mera discusión hasta llegar a la agresión física del hombre hacia la mujer, esta situación se reveló fundamentalmente en la lámina 13: “Ella no ha querido tener relaciones con su esposo y él lo ha hecho brutalmente.” (YR 29 años) “…él mato a la mujer. No se ve sangre pero él parece que está muerta y él como si tiene culpa…” (AS 29 años) En el primer fragmento ilustrativo, se refleja que la paciente considera que las relaciones sexuales son un deber matrimonial y la mujer está obligada a entregarse al hombre cuando él siente deseo de tener relaciones a pesar de que ella no quiere. Esto demuestra no solo el menosprecio de la mujer en la relación de pareja sino también que las mujeres desconocen sus derechos sexuales y aceptan con resignación la violación de los mismos. Nivel de elaboración y organización de los contenidos A pesar de que la elaboración de las historias era generalmente descriptiva, hubo buena organización de los contenidos además de brindar información muy útil para realizar el análisis de la técnica. El lenguaje utilizado y la forma de elaboración estaban de acuerdo con el nivel cultural de los sujetos. Fuerza e intensidad emocional durante la narración y reacciones más sobresalientes De modo general las narraciones fueron realizadas con un tono emocional equilibrado excepto en una paciente que tuvo llanto y manifestaciones de ansiedad como el movimiento constante de su posición en la silla y la expresión del deseo de fumar varias veces durante la aplicación de la técnica. Estas manifestaciones fueron generalizadas durante todo el proceso de la aplicación de la técnica. El tono equilibrado de la mayoría así como las manifestaciones extraverbales de cada sujeto tuvieron un sentido de autenticidad que hacían confiables y valiosos las narraciones. En esta técnica a diferencia del completamiento de frases hubo referencia a las relaciones de pareja. Las situaciones expresadas, reflexiones de las vivencias propias manifestadas a través de las narraciones, demuestran conflictos en la esfera de la sexualidad; dificultades en la comunicación con la pareja, abandono conyugal, agresión sexual, violación de sus derechos sexuales, carencia de afecto. SEXUAL FUNCTION VAGINAL CHANGES QUESTIONNAIRE (SVQ) El análisis de esta técnica se realizara en base de las categorías establecidas en el capitulo metodológico. A continuación se presentan los resultados del componente afectivo: Componente Afectivo Número 1-interés contacto físico NO (%) UN POCO (%) BASTANTE (%) MUCHO (%) 0 33,3 16,7 50 3-interés en relaciones sexuales 5-interés del pareja en relaciones sexuales 8-preocupación por las relaciones sexuales 17-siente relajada después de relaciones sexuales Número 9-satisfacción con vida sexual 10-satisfacción con apariencia física 0 66,7 16,7 16,7 0 22,2 22,2 50 44,4 44,4 5,6 5,6 0 11,1 38,9 50 1 (%) 2(%) 3(%) 4(%) 5(%) 6(%) 7(%) 5,6 0 0 5,6 11,1 22,2 55,6 11,1 5,6 5,6 0 16,7 22,2 38,9 Todas las mujeres de la muestra informaron que han tenido interés en demostrar su afecto hacia sus amigos y los miembros de la familia de forma física, a través de abrazos etc. Con respecto al interés de las mujeres en tener relaciones sexuales, 100% de ellas informaron que tienen interés. No obstante es interesante notar que la mayoría de las mujeres 67% tienen solo un poco interés en tener relaciones sexuales mientras que 50% de sus parejas tienen mucho interés en tener relaciones sexuales, lo que diferencias en el nivel de interés que tienen en la actividad sexual ambos miembros de la pareja. Esto corrobora los datos analizados del TAT acerca de las vivencias de las mujeres en la relación sexual. La mayor parte de la muestra, 89% de las mujeres informaron que experimentan un alto nivel de satisfacción con la vida sexual, ubicándose entre 5 y 7 en la escala. Sin embargo, al comparar este resultado con la cantidad de mujeres, 56%, que expresan preocupación por la vida sexual y el nivel de interés que tengan esto es indicativo de una sobrevaloración intencional, o sea es un intento a disfrazar conflictos en la vida sexual. No se ve muy afectado el nivel de satisfacción de las mujeres de la muestra con su imagen corporal ya que 78% de ellas informaron alto nivel de satisfacción (entre 5 y 7) en esta categoría. Esto significa que el autoimagen corporal no tiene un efecto negativo sobre sus relaciones sexuales. Se presentan en las siguientes tablas los resultados correspondientes a las preguntas en la categoría conductual: Componente Conductual Número NO (%) UN POCO BASTANTE MUCHO (%) (%) (%) 2-contacto físico con familia 22,2 22,2 27,8 27,8 7-pareja dificultad eréctil 94,4 5,6 0 0 11-sequedad vaginal 55,6 44,4 0 0 11a-molestia sequedad vaginal 12-dolor durante relaciones sexuales 25 75 0 0 55,6 38,9 0 5,6 12a- molestia dolor 12,5 87,5 0 0 13-sangramiento 72,2 22,2 5,6 0 13a-molestia sangramiento 20 80 0 0 14-molestia vagina pequeña 55,6 38,9 5,6 0 Número NUNCA (%) A VECES (%) FRECUENTEMENTE (%) SIEMPRE(%) 15-terminar coito 0 22,2 16,7 61,1 16-orgasmo 0 22,2 27,8 50 6-Frecuencia de relaciones sexuales (%) 1-2 veces mensual 11,1 3-4 veces mensual 22,2 1-2 veces semanal 38,9 Más de 2 veces semanal 27,8 La mayor parte de las mujeres, (56%), informaron que no habían experimentado sequedad vaginal desde su tratamiento por el cáncer cérvicouterino mientras que las demás (44%) informaron que habían experimentado un poco de sequedad. De las mujeres que habían experimentado sequedad vaginal, 75% sentían un mínimo nivel de molestia a causa de la misma mientras que las demás 25% no sentían molestia. El dolor durante las relaciones sexuales se presenta en 44% de las mujeres de las cuales solo 6% experimentan mucho dolor mientras que 39% de ellas experimentan solo un poco de dolor. Entre las mujeres que experimentan dolor durante las relaciones sexuales, 87,5% experimentan un nivel mínimo de molestia a consecuencia del mismo mientras que las otras (12.5%) no experimentan molestia ninguna. Entre las mujeres de la muestra existe baja incidencia del sangramiento durante las relaciones sexuales, dado que 28% de ellas han experimentado lo mismo y según aclararon ellas que no es un problema que las afecta en el período de la investigación. El nivel de molestia causado por el sangramiento se ubica en el nivel más bajo dado que el 80% de las que han experimentado sangramiento informaron que la molestia es poca. El sangramiento no ocasiona molestia al otro 20%. Estas manifestaciones fisiológicas como se pudo corroborar en la entrevista retest las experimentaron en los primeros encuentros sexuales después del tratamiento. Al analizar los datos referidos al elemento fisiológico se nota que no hay grandes dificultades en esta área que perjudican la capacidad de tener relaciones sexuales. Todas las mujeres de la muestra han sido sexualmente activas desde su tratamiento por el cáncer cérvicouterino y la mayoría, 94%, de sus parejas no han tenido ninguna dificultad en lograr la erección. El único caso de dificultad eréctil tuvo lugar en las primeras veces después de terminar el tratamiento, una situación que se ha superado. A pesar que la mayoría de las mujeres expresen poco interés en tener relaciones sexuales, 67% de ellas tienen relaciones sexuales por lo menos 1-2 veces semanal. Esta frecuencia de tener relaciones sexuales contraste con el nivel de interés de las mujeres lo que refuerza la idea de que siente obligación con sus parejas en cuanto a las relaciones sexuales. Con respecto a la capacidad que tienen las mujeres para terminar el coito, solo 61% lo logran siempre, mientras que solo el 50% de las mujeres de la muestra siempre llegan al orgasmo. Teniendo en cuenta que no hay razones fisiológicas que inciden en su capacidad para gozar plenamente de las relaciones sexuales, habría que considerar que la preocupación y otras emociones negativas, (expresadas en el completamiento de frases y el TAT), relacionadas con la enfermedad influyen en el logro de sentimientos placenteros en las relaciones sexuales. Los datos aquí referidos se diferencian del comportamiento anterior a la enfermedad dado que en la entrevista 83% de las mujeres informaron que tomaban la iniciativa en las relaciones sexuales y 89% de ellas siempre experimentaron el orgasmo. ENTREVISTA ESTRUCTURADA La entrevista aunque fue utilizada en múltiples ocasiones a lo largo de toda la investigación fue utilizada también de modo especial y autónomo para indagar directamente en los aspectos de la actitud hacia la sexualidad. Su aplicación de forma estructurada permite que sea valiosa de modo independiente así como técnica de apoyo y de corroboración a la información obtenida mediante las otras técnicas aplicadas. Componente Cognitivo La familia es el grupo de referencia de mayor estabilidad a lo largo de la vida del individuo y tiene la gran responsabilidad de promover la formación de los valores, convicciones, normas de comportamiento concepciones y actitudes sexuales. A partir de la relaciones intrafamiliar es donde los individuos empiezan a construir su identidad sexual B. Castellanos y A. González (2003). Las mujeres de la muestra se criaron en la mayoría (72%) en un hogar donde vivían junto con los dos padres mientras 22% de la muestra provienen de hogares donde los padres están divorciados y en todos los casos se separaron antes de que los sujetos llegaran a la adolescencia. Al indagar en la educación sexual de los sujetos. Se pudo conocer que 72% de la muestra nunca hablaron de la temática de la sexualidad con sus padres y no recibieron ninguna orientación, ni consejo con respecto a la misma. Encontramos al respecto tales como: “No, no, no, no. Yo creo que yo tenia 8 o 9 años y yo no sabia todavía que era un novio.” (PA 34 años). “No me hablaron del sexo. Debe ser que no pensaron que esa era una forma de ayudar a los hijos.” (LR 23 años) “Nunca, jamás. De eso no se podía hablar en mi casa. De sexo no se podía hablar porque era un tabú hablar del sexo en ese tiempo.” (CR 45 años) Dado la falta de información proveniente de sus hogares la mayoría de las mujeres tuvieron que aprender de fuentes informales como las amigas de la escuela y de sus propias experiencias. “Aprendí por la vida, porque luego vas a estudiar en la secundaria y entonces todas las familias no son iguales entonces ahí hay niñas que saben más y las que saben menos, siempre hay algunas que saben esto y saben aquello. Esto fue una cosa que nunca oía en mi casa entonces quería saber. Si aquella amiguita tenia novio que hacia con el novio, y que sentía. Así empezaba a aprender que es el sexo y sobre las relaciones sexuales.” (CR 45 años) “Yo supe de esto de mi prima. Lo que me dijo fue que yo lo que tenia que hacer era acostarme con él y él me decía que quitara la ropa, que abría los pies y estas cosas. Escondido de mis padres por supuesto, yo supe lo que era tener relaciones sexuales después de que yo me case.” (MR 40 años). En unos pocos casos recibieron información desde un punto de vista puramente biológica de profesores de la escuela. Después de conocer su diagnostico de cáncer cérvicouterino y pasar por el proceso de tratamiento de la enfermedad, el 100% de las mujeres que recibieron tratamiento de radioterapia recibieron una explicación fisiológica breve con respecto a la necesidad de seguir teniendo un vida sexual activa. “El me dijo que debía tener relaciones sexuales producto de que la vagina se pegaba.” (GB 45 años) “Lo principal que me dijo fue que debo tener vida sexual para que no cierre la vagina.” (RA 40 años) Los resultados aquí son similares a los de la investigación de Jensen et al realizado en Dinamarca en 2003 con 118 pacientes en remisión del cáncer cérvicouterino en la cual concluyeron que este tipo de paciente tiene un problema que es subvalorado. Se refiere al alto riesgo de padecer de un problema sexual y la carencia de información proveniente de los gineco-oncólogos que les atienden. El 100% de las mujeres después de esta orientación se quedaron con dudas y preocupaciones sobre el tema de la vida sexual no obstante, ninguna de ellas preguntaron directamente al medico sino que preguntaron a otros profesionales de la medicina, a otras pacientes, y se apoyaron en sus familiares que las acompañan a los turnos médicos para preguntar sus dudas al médico. “Yo siempre vengo con mi mama y mi hermana a la consulta y ellas siempre han tomado ese poquito trabajo y le han hecho estas preguntas. Las inquietudes mías, las preguntan ellas porque he sentido pena preguntarle estas cosas.” (RA 40 años) “No le preguntaba nada al medico. Yo tengo una prima que es enfermera y ella es la que me habla de esas cosas, todas las dudas que pudiera tener yo preguntaba a ella.” (AP 41 años). A diferencia de las mujeres que fueron tratados con radioterapia, 75% de las mujeres tratados solamente con cirugía informaron que recibieron información suficiente de su médico para aclararse las dudas que tenían con respecto a su patología, tratamiento y su vida sexual. El tratamiento de radioterapia tiene mayor implicación fisiológica que la cirugía lo que hace necesario una orientación explícita para evitar vivencias negativas desde esta área. No obstante, el padecer del cáncer como hemos visto en las técnicas anteriores tiene repercusiones psicológicas que inciden en su sexualidad, por lo que se necesita de una atención especial a esta esfera de la vida de las pacientes. Además teniendo en cuenta la edad en que el cáncer tiende a aparecer en la mayoría de las mujeres el grupo que sentía menos satisfacción con la información recibida del médico en cuanto a las relaciones sexuales, corroboramos que la información fue brindada a modo de “receta”. Según una de las mujeres de la muestra, “él siempre te dice; esta vagina está cerrando, tiene que hacer más vida sexual.”; sobre esta forma de brindar información acerca de la sexualidad la paciente termina diciendo: “Es como una terapia” Componente Conductual y Afectivo La edad media de la primera relación sexual entre las mujeres de la muestra es de 17 años a pesar del poco conocimiento que tuvieron sobre la temática de la sexualidad. Antes de presentarse el problema de salud, 83% de las mujeres de la muestra tomaban la iniciativa en las relaciones sexuales con sus parejas y la mayoría, (80%), siempre llegaron al orgasmo. No obstante al terminar el proceso de diagnostico y tratamiento por dicha patología, solo 44% de los sujetos inician las relaciones sexuales. Esta disminución marcada se debe según expresaron las mujeres a motivos que incluyen una falta de deseo en las relaciones sexuales y miedo. Esto ha sido un factor importante también en la disminución de la frecuencia de tener relaciones sexuales. “…si yo lo puedo evitar, lo evito porque tengo miedo...” (AP 41 años) “En la actualidad con el que fue mi primer marido y yo no he sentido ni con él y cuando lo veo me da algo, me siento un temblor. Él me ha tocado y me ha besado pero no he sentido nada. Con mi esposo…él dice que él no es un viejo, que necesita tener relaciones sexuales, que a él le hace mucha falta y él siempre está discutiendo conmigo por eso pero yo le digo que yo no puedo. Él está conmigo a veces en momentos de que yo no siento nada.” (MR 40 años) “Hacíamos el amor más frecuentemente antes. No es que siento dolor porque cierra la vagina, no s eso. El deseo de hacer el amor ha cambiado.” (PA 34 años) “…mientras yo puedo mantenerse, sentaditos pasando la manito es mejor para mi. No quisiera que llega este momento de tener relaciones sexuales.” (RA 40 años) “Yo me siento sin deseos de tener relaciones sexuales.” (GP 40 años) Antes del diagnóstico y tratamiento por el cáncer cérvicouterino la mayoría de las mujeres gozaban plenamente de las relaciones sexuales. A pesar de la carencia del deseo y los estados emocionales negativos que tienen las mujeres con respecto a las relaciones sexuales en la actualidad, siguen teniendo relaciones sexuales con sus parejas por motivos de obligación matrimonial y cumpliendo orientaciones del médico lo que corrobora la información brindada en otras técnicas. Ninguna de las mujeres tratados con radioterapia pueden tener hijos, y sólo una paciente expresó frustración en relación con su maternidad. Dada esta situación, la sexualidad deja de cumplir su función reproductiva, no obstante las relaciones sexuales de las mujeres deben estar relacionadas más que nada con la función erótica-afectiva, la cual se ve afectada por las emociones negativas que interfieren en el placer que sienten las mujeres al tener relaciones sexuales. Teniendo en cuenta que en las otras técnicas hemos descubierto la existencia de una comunicación inadecuada en la pareja, es cuestionable el cumplimiento de la función comunicativa de la sexualidad. Las siguientes expresiones lo demuestran: “Es importante porque cuando uno tiene marido debe tener relaciones sexuales o él va a buscar en la calle otra cosa y es muy importante hacerlo con él para evitar todo eso.” (MH 43 años) “No es una cosa imprescindible pero ya cuando uno tiene una relación de pareja es una necesidad. Si yo que estoy enferma, llega un momento que no puedo tener relaciones sexuales con mi marido ya eso iba a andar mal y él sigue funcionando igual entonces tendría que buscarse otra relación.” (AP 41 años) “Ya hoy para mi el sexo es necesario. Después del tratamiento me dijeron que si no hago vida sexual activa la vagina puede cerrar, y esto es mi mayor preocupación. De no ser esta preocupación no tuviera relaciones sexuales con nadie.” (RA 40 años). Estas expresiones como otras nos indican el sentido que las relaciones sexuales tienen para estas mujeres: son una obligación que tienen que cumplir por motivos de salud, y para tener armónicas relaciones de pareja. Según la sexóloga E, Vargas (2000) la mujer tiende a tener muy íntimamente mezcladas la sexualidad y la afectividad y el eje central de la última es el amor sexual. Dado que en estas pacientes hay emociones negativas mediatizando las relaciones sexuales, y un sentido de obligación con la pareja, un sentido terapéutico que atribuyen al sexo es que podemos explicarnos que: sólo 61,1 % de la muestra siempre terminan al coito, y aun menos, (50%) siempre llegan al orgasmo. CONCLUSIONES La preocupación por la recurrencia del cáncer y el peligro que constituye esto para la vida de las pacientes es una vivencia determinante en la jerarquía motivacional de las mujeres participantes en la investigación. Los motivos orientados hacia el logro de una salud física con la ausencia del cáncer están mediatizando la actitud que asumen estas mujeres hacia la sexualidad. La comunicación interpersonal y el apoyo afectivo son necesidades priorizadas en la vida sexual-amorosa de estas pacientes. Las informaciones recibidas por estas mujeres sobre la sexualidad posteriormente al tratamiento estuvieron orientadas principalmente a la necesidad del coito en la recuperación de los órganos afectados, determinando esto que la relación coital adquiriera un sentido terapéutico para las mismas, disminuyendo así su función erótico-placentera. La ausencia de información precisa sobre diferentes aspectos relacionados con la aparición del cáncer cérvicouterino hizo que en estas mujeres, motivadas a mantener su salud física, experimentaran vivencias como la preocupación, miedo e inseguridad. El nuevo sentido que ha adquirido el coito junto a las vivencias negativas experimentadas determinaron cambios en la frecuencia de las relaciones sexuales y en el placer experimentado en las mismas. Las diferencias en las vivencias y comportamiento sexual entre las mujeres participantes en la investigación estuvieron relacionadas con la calidad de la relación de pareja. RECOMENDACIONES Divulgar los resultados de esta investigación a los departamentos que atienden a las mujeres en fase de seguimiento por el cáncer cérvicouterino. Seguir esta línea de investigación y desarrollar un modelo para brindar una orientación adecuada acerca de la sexualidad en mujeres post tratamiento del cáncer cérvicouterino. ANEXO 1 TEST DE COMPLETAMIENTO DE FRASES Nombre y apellidos: ____________________________________ Edad:_______ Escolaridad:_____ Estado Civil:____________ Ocupación:_____________ Instrucciones: Complete o termine estas frases para que expresen sus verdaderos sentimientos, ideas, y opiniones. Trate de completar todas las frases. 1. Me gusta_______________________________________________________ 2. El tiempo más feliz_______________________________________________ 3. Quisiera saber___________________________________________________ 4. En el Hogar_____________________________________________________ 5. Lamento_______________________________________________________ 6. A la hora de acostarme__________________________________________ 7. Los hombres____________________________________________________ 8. El mejor________________________________________________________ 9. Me molesta_____________________________________________________ 10. La gente _____________________________________________________ 11. Una madre____________________________________________________ 12. Siento________________________________________________________ 13. Mi mayor temor_________________________________________________ 14. En la escuela__________________________________________________ 15. No puedo_____________________________________________________ 16. Los deportes___________________________________________________ 17. Cuando yo era niña______________________________________________ 18. Mis nervios____________________________________________________ 19. Las otras personas______________________________________________ 20. Sufro_________________________________________________________ 21. Fracasé_______________________________________________________ 22. La lectura_____________________________________________________ 23. Mi mente______________________________________________________ 24. El impulso sexual_______________________________________________ 25. Mi futuro______________________________________________________ 26. Yo necesito____________________________________________________ 27. El matrimonio__________________________________________________ 28. Estoy mejor cuando_____________________________________________ 29. Algunas veces__________________________________________________ 30. Me duele______________________________________________________ 31. Odio_________________________________________________________ 32. Este lugar_____________________________________________________ 33. Estoy muy ____________________________________________________ 34. La preocupación fundamental _____________________________________ 35. Deseo________________________________________________________ 36. Mi padre______________________________________________________ 37. Yo secretamente________________________________________________ 38. Yo ___________________________________________________________ 39. Las diversiones_________________________________________________ 40. Mi mayor problema es___________________________________________ 41. La mayoría de las mujeres________________________________________ 42. El trabajo _____________________________________________________ 43. Amo__________________________________________________________ 44. Me pone nervioso_______________________________________________ 45. Mi principal ambición____________________________________________ 46. Yo prefiero____________________________________________________ 47. Mi problema principal en la elección de carrera, profesión trabajo___________________________________________________________ 48. Quisiera ser____________________________________________________ 49. Creo que mis mejores actitudes son_________________________________ 50. Mi personalidad_________________________________________________ 51. La felicidad____________________________________________________ ANEXO 2 (TAT) y ANEXO 3 Sexual function Vaginal changes Questionnaire (SVQ) El contacto físico y las relaciones sexuales forman una parte importante en la vida de los seres humanos. Las personas que sufren enfermedades que involucran a la región pélvica pueden experimentar cambios en su vida sexual. Las siguientes preguntas refieren al mismo. La información que usted brinda, quedara estrictamente confidencial. Por favor conteste a cada pregunta poniendo un círculo en el número que es aplicable a usted. Primera parte. Desde su tratamiento: 1. ¿Usted ha sentido interés en tener contacto físico (un beso, un abrazo)? No Un poco Bastante Mucho 1 2 3 4 2. ¿Usted ha tenido contacto físico con su familia y sus amigos de confianza/íntimos? No Un poco Bastante Mucho 1 2 3 4 3. ¿Usted ha tenido interés en tener relaciones sexuales? No Un poco Bastante 1 2 3 Mucho 4 4. ¿Usted tiene pareja? (si usted contesta no sigue con la pregunta 8) Si No 5. ¿Su pareja ha querido tener relaciones sexuales con usted? No Un poco Bastante Mucho 1 2 3 4 6. ¿Usted ha tenido relaciones sexuales? (si usted contesta no a esta pregunta por favor pase a la pregunta 8). No Si (1-2 veces al mes) Si, (3-4 veces al mes) Si, (1-2 veces semanal) Si, (más de 2 veces semanal.) 1 2 3 4 5 7. ¿Su pareja experimento dificultades en lograr la erección? No Un poco Bastante Mucho 1 2 3 4 8. ¿Usted ha estado preocupada por su vida sexual o la falta de relaciones sexuales? No Un poco Bastante Mucho 1 2 3 4 En las siguientes preguntas ponga un círculo en el número entre 1 y 7 que se aplique mejor a usted. Desde su tratamiento: 9. Cuan satisfecha o insatisfecha usted ha sentido con su vida sexual/ carencia de vida sexual. 1 2 3 4 5 6 7 Muy Muy Insatisfecha satisfecha 10. ¿Cuan satisfecha o insatisfecha ha estado con su apariencia/aspecto físico? 1 2 3 4 5 6 7 Muy Muy Insatisfecha satisfecha Por favor, pase a la segunda parte solamente si usted ha estado activa sexualmente en el mes pasado Si usted no ha estado activa sexualmente en el pasado mes usted no tiene que contestar a las siguientes preguntas. Las siguientes preguntas son aplicables a usted solamente si usted ha estado activa sexualmente en el pasado mes. Por favor conteste a las siguientes preguntas por si solo poniendo un círculo en el número que es más aplicable a usted. Segunda Parte. Desde su tratamiento: 1. ¿Usted experimento sequedad en su vagina durante el coito? No Un poco Bastante Mucho 1 2 3 4 11a. Si usted contesto “si” ¿se lo ha molestado? No Un poco Bastante 1 2 3 Mucho 4 12. ¿Usted ha experimentado dolor durante el coito? No 1 Un poco 2 Bastante 3 12a. Si usted contesto “si” ¿se lo ha molestado? No Un poco Bastante 1 2 3 Mucho 4 Mucho 4 13 ¿Usted ha experimentado sangramiento durante el coito? No Un poco Bastante Mucho 1 2 3 4 13a. Si usted contesto “si” ¿se lo ha molestado? No Un poco Bastante 1 2 3 Mucho 4 14. ¿Usted se sintió que el coito le molesto porque su vagina sentía demasiado pequeña? No Un poco Bastante Mucho 1 2 3 4 15. ¿Usted pudo completar/terminar el coito? Nunca A veces Frecuentemente 1 2 3 Siempre 4 16. ¿Usted ha llegado/ha experimentado el orgasmo? Nunca A veces Frecuentemente 1 2 3 Siempre 4 17. ¿Usted sentía relajado después de hacer sexo? No Un poco Bastante 1 2 3 Mucho 4 ANEXO 5 Preguntas de la entrevista estructurada: 1. ¿Con quienes vivía cuando era niña? 2. ¿Usted me puede describir la relación entre sus padres? 3. ¿Cómo le hablaron sus padres acerca de la sexualidad? 4. ¿Dónde aprendió usted lo que sabe de la sexualidad? 5. ¿Cuándo tuvo la primera relación sexual? 6. ¿Cuántas parejas ha tenido? 7. ¿Cuánto tiempo lleva con su pareja actual? 8. ¿Usted tiene hijos? 9. ¿Quisiera tener más hijos? 10. ¿Con quienes convive actualmente? 11. ¿En sus relaciones sexuales quien toma generalmente la iniciativa? ¿Y antes de su enfermedad? 12. ¿Como eran las relaciones de pareja antes del diagnostico? 13. ¿Con qué frecuencia hacían el amor? ¿Y ahora? 14. ¿Se han cambiado sus relaciones sexuales desde su diagnostico? 15. ¿Con que frecuencia experimentaba el orgasmo antes de su enfermedad? Siempre/ A veces/ frecuentemente/nunca 16. ¿Considera usted que existe condiciones adecuadas en su hogar para hacer el amor sin interrupciones? 17. ¿Cuan importante eran las relaciones sexuales para usted antes de presentarse su enfermedad? ¿Y ahora después del tratamiento? 18. ¿Alguno de ustedes han experimentado dificultad en las relaciones sexuales? ¿Cuáles? 19. ¿Qué le dijo el medico con respecto a su tratamiento y tener relaciones sexuales? 20. ¿Cómo se siente usted cuando vas a hacer el amor? 21. ¿Cómo ha sido el actitud de su pareja hacia usted desde su diagnostico?