"Everything can be taken away from man but one thing…to choose

Anuncio
UNIVERSIDAD CENTRAL DE LAS VILLAS
FACULTAD DE PSICOLOGIA
Trabajo de Diploma
Titulo: “Actitud hacia la sexualidad de mujeres en remisión del cáncer cervicouterino
Autora: Fauhn C. Minvielle
Tutora: Msc. Maira Quintana Ugando
Curso 2005-2006
"Everything can be taken away from man but one thing…to choose one's
attitude in a given set of circumstances, to choose one's own way."
Viktor Frankl
El camino hasta este momento especial de mi vida ha sido largo y es producto no solo de
mis propios esfuerzos sino el resultado del amor, apoyo, dedicación de muchas personas.
Agradezco de modo especial:
A mis padres, mi hermana y mi hermano, mis seres más queridos por su amor incondicional
y su apoyo durante todos estos años.
A mi familia extendida que siempre se preocupaban de mi bienestar y me apoyaron.
A mi tutora Msc. Maira Quintana Ugando por haber compartido generosamente conmigo
su tiempo libre y su conocimiento.
A todas las pacientes que compartieron conmigo, y que sin ellas no pude haber terminado
este trabajo.
Al personal médico del “Hospital Viejo” y el Policlínico Chiqui Gómez.
A todos los profesores de la Facultad de Psicología.
A mis amigos y compañeros que han estado a mi lado en los momentos buenos y malos.
A Dios por haberme dado la vida y los recursos necesarios para lograr terminar la carrera.
RESUMEN
La presente investigación fue realizada con 18 pacientes en remisión del cáncer
cérvicouterino, quienes acuden a las consultas de gineco-oncología en el Hospital
Celestino Hernández Robau y el policlínico Chiqui Gómez, ambas instituciones
ubicadas en la ciudad de Santa Clara. El propósito de la misma fue caracterizar la
actitud hacia la sexualidad en dichas mujeres.
Para cumplir el objetivo propuesto empleamos las siguientes técnicas: revisión de
la historia clínica, entrevista al especialista, entrevista inicial a cada paciente, el
Test de Completar Frases (Rotter), una variante del TAT, la encuesta SVQ y una
entrevista psicológica estructurada.
La información obtenida fue valorada de forma cuantitativa y cualitativa. Los
resultados principales demuestran que en las mujeres participantes en la
investigación predominan estados emocionales como el miedo, la preocupación
por la salud física y la inseguridad, lo que repercute en un comportamiento sexual
no óptimo y en una nueva valoración acerca de las relaciones coitales; las
diferencias individuales en cuanto a la actitud estaban relacionadas con la calidad
de la relación de pareja. Los resultados de esta investigación son de gran utilidad
para orientar a este tipo de paciente con respecto a su sexualidad.
ABSTRACT
The present investigation was carried out with 18 patients in remission for cervical
cancer, who visited the out-patient clinic of the department of gynaecological
oncology at Celestino Hernandez Robau Hospital and Chiqui Gomez Polyclinic in
Santa Clara. The objective of the study was to characterize their attitude towards
sexuality.
The following methods were used: Revision of clinical histories, interview with the
specialist, introductory interview with each patient, Sentence completion test
(Rotter), modified TAT, the SVQ, and a structured psychological interview.
The information obtained was interpreted both quantitatively and qualitatively. The
main results demonstrate that emotional states such as fear, preoccupation for
their physical health and insecurity are dominant among the women who
participated in the study. This in turn gave way to less than optimal sexual
behaviour among the women who participated in the study and they also
developed a different assessment of coitus. The individual differences with respect
to attitudes were directly related to the quality of their relationships. The results of
this study could be of value in counselling this type of patient with respect to their
sexuality.
Introducción…………………………………………………………….………….……….1
Fundamentación Teórica………………………………………….……………………...6
1.1 La salud sexual……………………………………………………………………..…6
1.2 El cáncer cérvicouterino y su repercusión en la sexualidad femenina………...19
1.3 La actitud hacia la sexualidad en la regulación del comportamiento sexual….26
Metodología…………………………….…………………………………………………31
Análisis de los Resultados………………………………………………………………46
Conclusiones…………………………………………………………….……………….66
Recomendaciones……………………………………………….………………………67
Bibliografía………………………………………………………………………………..68
Anexos
INTRODUCCION
Actualmente, a pesar de los avances tecnológicos que hacen posible una
supervivencia mayor del cáncer, todavía constituye una enfermedad que tiene
grandes repercusiones psicológicas importantes en la población sobre todo por el
sentido de la muerte inminente. Según Roca, Castillo y Ledón (1998), la simple
mención de la palabra cáncer se asocia a un sufrimiento prolongado, a un dolor
insoportable y a la peor de las muertes.
El cáncer cérvicouterino es, en el mundo, el segundo tipo de cáncer más frecuente
después del cáncer de mama pero es el primero en América Latina afectando
fundamentalmente a las mujeres en edades entre los 25 y 59 años un período que
los especialistas califican “de riesgo”. Se estima que más de 30 mil mujeres
latinoamericanas mueren anualmente por esta enfermedad. Según la Alianza para
la Prevención de Cáncer Cervical, (ACCP), que forma parte de la Organización
Panamericana de Salud, se estima que en al año 2020 el cáncer cervico-uterino
podría afectar a 750 mil mujeres una cifra que podría aumentar hasta un millón
para el año 2050. Esto se debe según las conclusiones de un informe de la OPS a
que los programas de detección en la región no han logrado reducir los casos y el
tratamiento y seguimiento inadecuados cuando está diagnosticado el cáncer.
Sin embargo, en Cuba, desde que el Ministerio de Salud Pública desarrolló en
1968 un Programa Nacional dirigido al diagnóstico precoz de esta enfermedad, se
ha logrado notables resultados que ponen a este país en la posición de ser el que
en América Latina presenta la más baja tasa de mortalidad por el cáncer
cérvicouterino lo que significa que hay una gran cantidad de personas que
sobreviven el tratamiento del cáncer cérvicouterino.
Normalmente, la preocupación más vigente del individuo diagnosticado con el
cáncer es en recibir los tratamientos que supuestamente le van a curar y a
prolongar la vida. El individuo después de haber recibido los tratamientos y haber
mejorado tiene que necesariamente reinsertarse en la vida normal lo que necesita
de la ayuda de un equipo multidisciplinario en el que la atención psicológica es
fundamental. Debido al reconocimiento de las repercusiones psicológicas que
acompañan al cáncer, se ha desarrollado una rama de trabajo psicológico
asociado directamente a la oncología, llamada la psico-oncología la cual parte de
la concepción de que los factores psicológicos: cognitivos, emocionales,
motivacionales, de comportamiento, influyen en el proceso de enfermar,
acompañan toda la evolución de la enfermedad, y participan en el proceso de
rehabilitación del paciente (E. Casalod, 2004). No obstante, el fin práctico de la
psico-oncología es ofrecer una mejor calidad de vida a los pacientes y a sus
allegados que tienen que afrontar el cáncer y los efectos de sus tratamientos.
Dentro del ámbito del trabajo psico-oncológico, es el tema de la sexualidad en
pacientes con cáncer, un tema que ha sido tradicionalmente poco tratado en la
literatura especializada, a pesar de que constituye una preocupación real y vigente
en muchos enfermos a consecuencia directa de la enfermedad, de los
tratamientos o del impacto emocional que ambos generan, que pueden exacerbar
la crisis o problemas preexistentes de la pareja. Los profesionales de la salud
reconocen que la sexualidad constituye un problema importante para los pacientes
sin embargo, en un estudio realizado en Inglaterra por Stead (2001), se concluyó
que aun entre los profesionales de salud existe un gran desconocimiento sobre los
efectos del cáncer ginecológico sobre el funcionamiento sexual de la mujer.
Además, los profesionales plantean varias razones por las cuales no conversan
sobre la sexualidad con las pacientes las cuales incluyen que es penoso hablar de
la misma, y que esto no es su responsabilidad, se sienten con temor de ofender
entre otras razones. La sexualidad es difícil de discutir bajo condiciones normales
y más difícil aún en una situación de tensión emocional dado que está
estrechamente vinculada con la autoestima, autoconcepto, autoimagen la
personalidad y el estilo de vida de los pacientes además de estar envuelto en los
tabúes culturales.
La sexualidad de los sobrevivientes de cáncer puede estar afectada de varias
maneras que incluyen a la capacidad física de dar y recibir placer sexual,
pensamientos negativos acerca del autoimagen, sentimientos como el miedo, la
tristeza, la ira y los roles que pueden asumir en la vida y las relaciones
interpersonales
Según el Dr. Cabezas, (2001), Profesor Titular Consultante de la Universidad
Médica de La Habana y Jefe del Grupo Nacional de Ginecología y Obstetricia, se
diagnostica alrededor de 20 casos nuevos por 100 000 mujeres del cáncer
cérvicouterino cada año en Cuba. Su incidencia constituye un problema de salud
pública significativo no solo para Cuba sino la región América Latina y el Caribe en
general así como a nivel mundial.
Todos los canceres ginecológicos arriesgan al sistema reproductor de la mujer no
obstante debido a la instauración más temprana del cáncer cervico-uterino
normalmente alrededor de las 25 años y en algunos casos aun más temprano, un
periodo de pleno goce sexual y de la formación de la familia, esta enfermedad
podría tener repercusiones importantes en la vida de estas mujeres en
comparación con otros tipos de cáncer ginecológico.
Una histerectomía total o radical es una forma de tratar quirújicamente al cáncer
cérvicouterino y además de los riesgos normales del experimento de dolor,
infecciones y hemorragia puede afectar el bienestar psicológico y emocional de la
mujer (Steginga & Dunn, 1997).
Por otro lado, la radioterapia, otro tipo de
tratamiento puede provocar afectaciones en la sexualidad de la mujer. En estudios
realizados por Bruner, Lanciano, Keegan, Corn, Martin & Hanks, 1993; Keegan &
Lanciano, 1992, se concluyó que la radioterapia tanto por haz externo como los
implantes provocan cambios en la vagina de la mujer que dañan el epitelio vaginal
como la capa basal de la mucosa. Además disminuye el tamaño y la cantidad de
pequeños vasos sanguíneos en la vagina. Todos estos factores pueden traer
como consecuencia la estenosis vaginal y tejidos más secos. La estenosis vaginal
y las cicatrices pueden provocar la disfunción sexual a largo plazo y exámenes
pelvianos dolorosos, dispareunia e infecundidad.
La estenosis vaginal es prevenible con la adecuada dilatación de la vagina
después del tratamiento por radioterapia. Los países desarrollados cuentan con
recursos como dilatadores artificiales que se entregan a las pacientes. Sin
embargo en nuestro contexto socio-económico de escasos recursos, la comunidad
medica enfatizar la necesidad de tener relaciones sexuales a partir de un mes del
último tratamiento aunque las pacientes que están activa sexualmente pueden
seguir teniendo relaciones sexuales aun durante el periodo del tratamiento.
Normalmente se indica el uso de lubricantes artificiales a base de agua para
proteger los tejidos secos de la vagina. También se sugiere un cambio en las
posiciones sexuales utilizadas para que la mujer se sienta más cómoda. La
penetración vaginal con un dilatador, o el coito, cualquiera de las dos, provoca una
disminución significativa en la ocurrencia de la estenosis vaginal y la dispareunia.
(Bruner et al., 1993),
Desde está perspectiva, se puede apreciar la importancia que tiene para las
mujeres tratados por canceres ginecológicas tener relaciones sexuales después
de su tratamiento.
Es innegable que cuando hay pérdida de interés en el sexo por parte de las
mujeres tratadas por el cáncer cervico-uterino, tanto de factores psicológicos como
físicos pueden provocar tal desinterés. Algunas creen, incorrectamente, que la
actividad sexual puede fomentar una recurrencia de su tumor. Esta creencia
errónea es común especialmente en las personas cuyos tumores se encuentra en
la región pélvica o genital. Entre ellas suelen aparecer sentimientos de culpabilidad
sobre la actividad sexual del pasado porque relacionan su patología con el virus
del papiloma humano que es de transmisión sexual y constituye un factor de
riesgo importante del cáncer cérvicouterino; además se preocupan por el daño que
pueden hacer a sus compañeros sexuales.
Tomando en consideración lo expuesto anteriormente podemos afirmar que para
el bienestar sexual de la mujer tratada por el cáncer cérvicouterino es muy
importante una actitud positiva hacia la sexualidad, lo que implica tener un
conocimiento adecuado sobre la misma en relación con el cáncer cérvicouterino,
mantener sentimientos positivos hacia la misma y en consecuencia mantener
relaciones sexuales plenas después del tratamiento.
Nuestro interés en el tema de la sexualidad de las mujeres en remisión del cáncer
cérvicouterino nos lleva a plantear los siguientes objetivos:
OBJETIVO GENERAL:
ƒ
Caracterizar la actitud hacia la sexualidad de mujeres en remisión del
cáncer cérvicouterino.
OBJETIVOS ESPECIFICOS:
ƒ
Evaluar el nivel de conocimiento sobre la repercusión del cáncer
cérvicouterino en la esfera sexual-amorosa de mujeres en remisión del
mismo.
ƒ
Caracterizar las vivencias en relación con la sexualidad en estas mujeres.
ƒ
Caracterizar el comportamiento sexual-amoroso de mujeres en remisión del
cáncer cérvicouterino.
1.1 La salud sexual
La salud es un tema que tiene una larga historia tratado fundamentalmente en la
esfera de la medicina, siendo identificada inicialmente con la ausencia de la
enfermedad, no obstante en el año 1947 la Organización Mundial de la Salud
superó este concepto erróneo definiéndola como “un estado de completo bienestar
físico, mental y social y no solo la ausencia de afecciones o enfermedad.” A pesar
de la novedad al incluir en aquel entonces a otros aspectos de la vida que no son
fisiológicos, en la evolución del concepto se ha planteado que es un estado difícil
de alcanzar. En los años 70 surge la definición de Lalonde quien considera a la
salud como el resultado de múltiples factores ambientales, comportamentales,
hereditarios, incluyendo también a la calidad de los servicios de salud con que
cuenta el individuo. En los años 80 Milton Terris plantea la definición que la buena
salud es equivalente a sentirse bien y tener capacidad de funcionamiento en
general. Si bien estas definiciones superan las de épocas anteriores que daban
prioridad al elemento biológico, mantienen en su conjunto el concepto de la salud
como un estado; ya en los años 90 algunos autores como F. González (1994)
plantean que la salud debe ser considerada como “un proceso más que un
producto.”
Al entenderse la salud como una entidad bio-psico-social, es necesario tener en
cuenta todo el mundo subjetivo del individuo con todos sus matices: los estilos de
afrontamiento ante acontecimientos de la vida, las características sociales y
culturales que lo han rodeado y en las que vive, es decir la historia psicosocial así
como la situación social de desarrollo. Para acercarnos al concepto de salud en
toda su complejidad se deben destacar tres características esenciales:
1. La salud es una entidad esencialmente variable por lo que no se le debe
considerar como algo absoluto, completo o permanente.
2. No puede establecerse un límite definido y drástico entre la salud y la
enfermedad; existen diversos niveles y grados de salud sobre los cuales
tampoco pueden establecerse criterios fijos.
3. El concepto de salud implica la consideración de tres componentes
fundamentales:
ƒ
El subjetivo; la creencia y percepción de bienestar que tiene el
individuo.
ƒ
El objetivo; la funcionalidad a nivel fisiológico.
ƒ
El adaptativo; la integración de los elementos bio-psico-social.
Es factible suponer que todos los seres humanos desean mantener un buen nivel
de salud y el bienestar experimentado es clave para definir la misma,
precisamente por ser la evaluación subjetiva que el individuo realiza de su
situación en determinados momentos y bajo determinadas condiciones. Si la salud
global del individuo es un fenómeno bio-psico-social, así también lo es la salud
sexual. Este término se refiere a la consecución de bienestar físico, psicológico y
socio-cultural relacionado con la sexualidad. La salud sexual no es simplemente la
ausencia de enfermedad o disfunción, se trata de la libre expresión de las
capacidades sexuales; para que esta se logre es necesario el reconocimiento y la
garantía de los derechos sexuales del individuo.
El conocimiento científico que hoy tenemos con respecto al tema de la sexualidad
humana es producto de la discusión abierta que empezó desde hace un siglo con
el trabajo psicoanalítico de Sigmund Freud. Sus seguidores en la investigación de
la sexualidad humana incluyen a Alfred Kinsey, y la pareja William Masters y
Virginia Johnson. El trabajo de Masters y Johnson dio lugar a la publicación en
1966 del libro “Human Sexual Response.” Con anterioridad a estos autores el
estudio de la sexualidad se limitaba a aspectos parciales del tema desde un
enfoque más bien biológico.
A pesar de la historia de interés científico en el estudio de la sexualidad humana,
es difícil definirla conceptualmente por su complejidad. No debemos acercarnos a
este concepto desde un solo punto de vista; cuando se habla de la sexualidad el
tema tiene que ser abordado desde lo biológico, pero tambi’en hay que reconocer
que a la misma no le es ajena la influencia de lo sociocultural y lo histórico
concreto, dándose entonces en la sexualidad una interacción entre factores
biológicos,
psicológicos,
socioeconómicos,
culturales,
éticos,
religiosos
y
espirituales.
Muchos
autores
combinan
todos
estos
factores
en
tres
dimensiones
fundamentales. En primer lugar se habla de una dimensión biológica la cual
encierra todos los factores biológicos que incluyen el aparato reproductor y el
sistema endocrino y que forman la base del desarrollo sexual. Esta dimensión de
la sexualidad afecta también al deseo sexual, e indirectamente la satisfacción
derivada de la relación amorosa; por otra parte la excitación sexual trae consigo
una serie de efectos biológicos concretos en el individuo. La dimensión psicosocial
conjuga factores psicológicos como las emociones, sentimientos, ideas, valores
con elementos sociales como las relaciones interpersonales y la comunicación. En
tercer lugar se plantea una dimensión cultural que nos permite saber no solo lo
que el individuo hace sino comprender como y por qué funciona de una cierta
forma tomando como base el sistema de valores y también la época, el lugar y las
circunstancias socio-económicos y culturales.
Lo biológico, psicosocial y cultural de la sexualidad se construye, se vivencia y se
comparte a través de las dimensiones en la que la misma se expresa:
El Individuo: La expresión de la sexualidad desde esta dimensión parte de la
intersubjetividad, como un proceso retroalimentario entre lo externo y lo interno en
el cual la persona interioriza desde afuera y luego exterioriza desde adentro, este
es un proceso que dura toda la vida del individuo. La personalización de la
sexualidad es lo que hace única e irrepetible la expresión de la misma y lo que
permite explicar la diversidad en las formas de vivirla y sentirla así como su
flexibilidad.
La Pareja: A pesar de que esta dimensión representa una trascendencia de la
sexualidad hacia un plano de interacción social, cada miembro conserva su propia
identidad. Esta unión de dos personas en su complejidad significa cierto nivel de
dar y recibir uno al otro sin renunciar a la identidad propia. Dentro de ella se
establecen una comunicación física y espiritual así como vínculos afectivos y
eróticos que permiten la satisfacción necesidades de placer, amor y felicidad. Al
ser absorbida la identidad de uno por el otro la pareja deja de satisfacer estas
necesidades y se pierde la posibilidad de crecimiento y de la autorrealización de la
personalidad.
La Familia: Es el primer agente de socialización de la personalidad. La familia es
el grupo de referencia de mayor estabilidad a lo largo de la vida del individuo y
tiene la gran responsabilidad de promover la formación de los valores,
convicciones, normas de comportamiento concepciones y actitudes sexuales. A
partir de la relaciones intrafamiliares es donde los individuos empiezan a construir
su identidad sexual y definir el rol de género, apropiándose de los modelos de
conducta en la familia.
La Sociedad: Constituye el contexto más amplio de la socialización de los
individuos dado que integra una variedad de agentes socializadores como la
escuela, el trabajo y la comunidad. En ellos se realiza, a lo largo de la vida, una
diversidad de actividades que permiten la interacción y la comunicación con una
gran cantidad de personas, lo que promueve aún más la adquisición de los
patrones y los valores culturalmente predominantes y tiene como consecuencia el
desarrollo de la sexualidad del individuo.
Si la sexualidad humana está mediatizada por la socialización, trasciende
entonces lo biológico que es la base con la cual nace el individuo para el
desarrollo de la sexualidad.
Dado que las relaciones interpersonales son
dinámicas la sexualidad también termina siendo un elemento dinámico de la
personalidad humana cuyos elementos estructurales incluyen la identidad de
género, el rol de género y la orientación sexo-erótica. El primero se refiere a la
conciencia y el sentimiento de pertenecer a un sexo determinado mientras que el
rol de género es la expresión pública de la identidad asumida mediante el
desempeño de diversos papeles en la vida cotidiana así como en la vida sexual.
La orientación sexo-erótica está determinada por de las preferencias de pareja del
individuo sea el heterosexualismo, homosexualismo o el bisexualismo.
Estos tres elementos según B. Castellanos y A. González (2003), conforman una
configuración psicológica de la personalidad y desempeñan un papel fundamental
en toda nuestra vida sexual. Otros autores como W. Masters y V. Johnson (1987),
comparten la idea de que la sexualidad constituye un elemento de la personalidad
del individuo al postular que “al hablar de la sexualidad nos referimos a una
dimensión de la personalidad y no exclusivamente a la aptitud del individuo para
generar una respuesta erótica.” Tomando en consideración este criterio es
necesario indagar en las funciones de la sexualidad humana.
Los autores B. Castellanos, y A. González, (2003), plantean que la sexualidad en
toda su complejidad cumple tres funciones fundamentales:
1. Función Reproductiva; Está vinculada a la posibilidad del hombre y la
mujer de cumplir con el compromiso de la continuidad de la especie
humana, lo que presupone el inter-juego de factores psicosociales como los
afectos, actitudes, conocimientos y decisiones. Esta función lleva consigo
una gran responsabilidad dado que más allá que el proceso biológico de
reproducir, se encuentran los deberes de la atención, la protección, la
creación de lazos afectivos y la educación de los hijos durante muchos
años.
2. Función Erótica-Afectiva; Tomando en consideración que a lo largo de la
vida del ser humano las uniones sexuales se realizan con una frecuencia
mucho mayor que lo necesario para fines reproductivos, se puede concluir
que se efectúan con el propósito de disfrute de la actividad.
3. Función Comunicativa; La expresión de la sexualidad permite la relación
intersubjetiva, la intimidad compartida y el establecimiento de vínculos
emocionales y sentimentales.
La mujer juega un rol distinto al hombre en todo lo relacionado con la sexualidad
desde las diferencias biológicas hasta la propia historia de la socialización de la
mujer en cuanto a la sexualidad y su rol de género. Durante toda la historia de la
humanidad la mujer ha sido subvalorada en la sociedad y durante muchos años ha
estado sumisa al hombre en todas las facetas de la vida incluyendo a la expresión
de la sexualidad. Dado esto, el tema de los derechos sexuales de la mujer, ha
sido integrado al tema de los derechos humanos lo cual ha sido muy discutido a
nivel internacional. Ellos constituyen los derechos que toda persona tiene, sin
importar su sexo, color de piel, edad, orientación sexual, religión, partido político,
entre muchas otras características, para disfrutar
de una vida digna y
desarrollarse plenamente.
Los derechos sexuales y reproductivos forman parte de los derechos humanos y
su finalidad es que todas las personas puedan vivir libres de discriminación,
riesgos, amenazas, coerciones y violencia en el campo de la sexualidad y la
reproducción. Al hablar de la salud sexual y reproductiva nos referimos al estado
de bienestar físico, mental y social de la persona en todo lo relativo al aparato
genital y sus funciones. Esta consideración va mucho más allá de la ausencia de
enfermedades al incluir la posibilidad de tener una vida sexual satisfactoria. Cada
individuo tiene el derecho de controlar su comportamiento sexual según su propia
forma de ser, de decidir cuántos hijos o hijas va a tener; cuándo los tendrá y con
qué intervalo de tiempo; y estar libre de enfermedades y deficiencias que
interfieran con sus funciones sexuales y reproductivas.
En varios eventos internacionales se ha dado plataforma al campo de la
sexualidad como parte fundamental de los derechos humanos. Entre estos
eventos internacionales se incluyen la Conferencia Mundial de Derechos Humanos
celebrada en Viena en 1993 donde se sostuvo que los derechos sexuales de la
mujer son derechos humanos; en la Conferencia Mundial sobre Población y
Desarrollo realizada en El Cairo en 1994 incluyó en su Plataforma de Acción
estrategias para proteger los derechos reproductivos y en la Conferencia Mundial
sobre la Mujer celebrada en Beijing en 1995 se consolidó los derechos sexuales y
reproductivos dentro del discurso de los derechos de las mujeres. Entre los
derechos sexuales se encuentran el derecho de cada individuo, desde edad
temprana, de ser educado y tener acceso a información explicita sobre temas
relacionados con la sexualidad. Además tienen el derecho a decidir si tienen
relaciones sexuales o no, con quién y con qué frecuencia, lo que implica que nadie
puede ser forzado por otra persona, (ni siquiera por su cónyuge), a tener
relaciones sexuales.
Los derechos sexuales tienen como finalidad garantizar que cada individuo,
hombre o mujer, sea libre para practicar y expresarse sexualmente; todo lo que
sienten, lo que piensan.
En una entrevista con el BBC en 2002 E. Vargas, sexóloga y asesora de la OMS
plantea que la sexualidad femenina, en su conceptualización no es diferente a la
sexualidad masculina, sino que se diferencia de la masculina en su especificidad
dado que el cuerpo sexuado de la mujer tiene características distintas a las
características del hombre. Además, la mujer tiende a tener muy íntimamente
mezcladas la sexualidad y la afectividad y dentro del amplio espectro de esta
última el amor sexual es el eje central. En cualquiera que sea su cultura, la mujer
cumple un rol sexual diferente al hombre en la sociedad desde un punto de vista
social, así como biológico-reproductivo. El rol biológico-reproductivo está
determinado por el hecho de que la mujer, gesta, da a la luz y lacta.
A pesar de las características biológicas de la mujer esta puede responder
sexualmente, como los hombres, al mismo estímulo sensorial ya sea táctil, visual,
auditivo, olfativo o gustativo los que juegan un papel importante en todo el
desarrollo de la excitación sexual humana. Dado esto existe el consenso que la
respuesta sexual femenina sigue esencialmente el patrón de la respuesta sexual
masculina por lo que se considera que la capacidad sexual de las mujeres es al
menos igual a y, en ciertos aspectos, aún mayor que la de los hombres. De la
misma manera que la excitación sexual en los varones conduce a la erección, en
las mujeres el deseo y la estimulación conllevan cambios en su fisiología genital,
es decir, en los labios mayores, los menores, el clítoris, el glande periuretral, la
uretra, el punto G, el músculo pubo coxígeo y en algunas ocasiones puede
reaccionar también el cuello del útero los cuales son todos puntos del aparato
reproductor femenina.
La respuesta sexual femenina no se limita a estas áreas del cuerpo y es mucho
más compleja que la simple reacción de la genitalidad femenina. La pareja W.
Masters, y V. Johnson, (1966) la definen como un proceso que sigue una
secuencia predecible de cambios y se mantiene aunque las sensaciones no
siempre son iguales en magnitud e intensidad. Plantean además que esta
respuesta va a ser igual independientemente del tipo de actividad sexual que se
realiza por ejemplo relaciones coitales, masturbación entre otras. Dada la
complejidad de la respuesta sexual se ha sido clasificada en varias fases. Por
distintos estudiosos de la temática. W. Masters, y V. Johnson, V (1966), plantean
cuatro fases de la respuesta sexual a lo que posteriormente añadieron una quinta
fase mientras que H. Kaplan (1979), propone un modelo trifásico. Las fases del
ciclo de la respuesta sexual basada en la clasificación del DSM IV y los
correspondientes cambios fisiológicas son las siguientes:
Deseo:
Se refiere a la necesidad o apetencia de sentir placer, y consiste en una tensión
psicosomática que necesita ser descargada, y de este modo, la persona siente
ganas de tener una experiencia sexual, y de relacionarse con estímulos sexuales.
Los pensamientos sexuales o fantasías son manifestaciones de deseo y el deseo
desencadena las demás fases del ciclo. Tener relaciones sexuales cuando en
realidad no se tiene deseo, puede afectar de manera adversa las demás fases de
una respuesta sexual normal. Las primeras sensaciones de placer sexual físico,
anuncian
el
comienzo
de
la
siguiente
fase:
la
excitación.
Excitación:
Como consecuencia de relacionarse con estímulos sexuales, y de tener una
estimulación sexual, que puede ser física o psíquica, en el cuerpo ocurren cambios
fisiológicos. En la mujer, lo primero que aparece es la lubricación vaginal y las
paredes vaginales se congestionan por el mayor aflujo de sangre lo que conduce a
la aparición de un flujo lubricante en la vagina y la vulva. La rapidez del comienzo
de ésta lubricación varía de una mujer a otra, siendo generalmente entre 10 y 30
segundos después de iniciado el estímulo. Es importante anotar que la lubricación
vaginal es esencial para el mantenimiento de un coito confortable, sin embargo, el
hecho de alcanzar una adecuada lubricación no es suficiente fundamento para
pensar que la mujer ya está en la fase óptima para comenzar el coito, son
necesarios otros cambios antes que ella esté "eróticamente preparada". Entre
estos cambios figura la congestión del clítoris, hasta casi doblar su tamaño normal.
El volumen del clítoris es diferente entre una mujer y otra, no obstante, su tamaño
no tiene relación directa con el grado de satisfacción sexual obtenido en las
relaciones sexuales. Además del clítoris, tanto los labios mayores como los
menores experimentan un aumento del tamaño normal lo que permite que el
clítoris expuesto siendo que normalmente los labios vaginales se reúnen
ocultándolo. Durante esta fase las paredes de la vagina se tornan lisas y húmedas
mientras que el útero se extiende hacia atrás haciendo que se forme un cilindro
vaginal en preparación para el ingreso del pene.
Otros cambios fisiológicos que ocurren durante esta fase incluyen la erección de
los pezones, dada por las contracciones de las fibras musculares alrededor de
ellas. Generalmente se produce la erección de un pezón primero que el otro, lo
cual ocurre por el mismo mecanismo que se produce la erección del clítoris, es
decir, por un mayor aflujo de sangre a ésta zona. Las mamas se hincharán
aumentando su tamaño y las areolas, (la zona alrededor de los pezones), también
se tornarán turgentes. La excitación en esta fase provoca también el
enrojecimiento de la piel en algunas mujeres lo conocido como rubor del sexo.
Además en esta fase ocurre el fenómeno del aumento de la frecuencia de la
respiración y del ritmo cardiaco; la tensión arterial se eleva levemente y los
músculos voluntarios presentarán ciclos de relajación y tensión.
excitación continúa hasta llegar al orgasmo.
El nivel de
Orgasmo:
Se refiere a la liberación de la tensión sexual acumulada, y se traduce a nivel
psicológico en una sensación de intenso placer lo cual representa el punto
culminante del placer físico que proporciona la experiencia. El orgasmo varía de
unas situaciones a otras, y en función de las circunstancias físicas y psicológicas,
por lo que no todos los orgasmos son iguales. Para que se produzca tiene que
haber un alto grado de excitación sexual.
En la mujer, ocurre en forma de
contracciones rítmicas del músculo en el tercio externo de la vagina, del útero y del
ano. Las primeras contracciones del músculo son las más intensas, y ocurren en
un índice de poco más de 1 por segundo. A medida que el orgasmo continua, las
contracciones llegan a ser menos intensas y ocurren más al azar. Un orgasmo
suave puede tener 3-5 contracciones y uno intenso 10-15 contracciones.
La
contracción muscular provocada por el orgasmo no se limita solo al área pélvica
sino que pueden contraerse otros músculos a través del cuerpo. Para las mujeres
que experimentan enrojecimiento de la piel en la fase anterior, puede extenderse
para cubrir un mayor porcentaje del cuerpo. La vasocongestión puede ser evidente
a través del cuerpo, especialmente en la cara, las manos y los pies. La expresión
facial de una mujer puede indicar que ella está con dolor cuando tiene un orgasmo
agradable y según lo indicado en ondas cerebrales, el orgasmo también se refleja
en el cerebro. En el pico del orgasmo el cuerpo entero de la mujer puede llegar a
quedar momentáneamente rígido. A diferencia del hombre no existe un período
refractario en la mujer, por lo que se da el fenómeno del multiorgasmo que es la
capacidad de tener varios orgasmos en un solo encuentro sexual. El orgasmo es
un momento muy placentero e importante en la respuesta sexual, pero no la
culminación imprescindible de toda relación sexual y no todas las mujeres lo
experimentan de la misma manera ni tampoco una misma mujer lo experimenta
siempre de la misma forma.
Resolución:
En esta fase final del ciclo de la respuesta sexual, todos los cambios vuelven a un
estado de normalidad o reposo; la vagina y la apertura vaginal, vuelven a su
estado relajado normal, los pechos, los labios, el clítoris y el útero vuelven a su
tamaño, posición y color normales, el rubor del sexo desaparece y el corazón
puede latir rápidamente. Puede haber transpiración y respiración fuerte y el clítoris
y los pezones pueden ser tan sensibles que cualquier estímulo podría ser
incomodo. Si no ocurre el orgasmo, una mujer experimentará lo que arriba se
describe, pero en una forma mucho más lenta. La sangre atrapada en los órganos
pélvicos, no siendo disipada por contracciones orgásmicas de los músculos,
pueden dar lugar a una sensación de pesadez y malestar pélvico.
La duración como la intensidad de cada una de las fases del ciclo de la respuesta
sexual es muy variable, y el hecho de pasar de la fase de excitación a la fase de
orgasmo dependen de la efectividad de la estimulación sexual, pudiendo quedar
interrumpido el proceso en la fase de excitación o pasar de excitación
directamente a la de resolución en el caso de que la estimulación no sea
suficientemente efectiva o que interfieran variables psicológicas o ambientales.
Estas variables influyen en el nivel de satisfacción sexual experimentado por el
individuo, lo cual cuenta con muchas definiciones pero de mayor importancia con
respecto a ella es la percepción subjetiva de cada cual.
Según el DSM IV las disfunciones sexuales se dividen en varios subtipos:
1. Según Naturaleza puede ser:
ƒ
De toda la vida: Este subtipo indica que el trastorno sexual ha
existido desde el inicio de la actividad sexual.
ƒ
Adquirido: Este subtipo indica que el trastorno sexual ha aparecido
después de actividad sexual normal.
2. Según contexto:
ƒ
General: en este subtipo la disfunción sexual no se limita a ciertas
clases de estimulación de situación o de compañeros.
ƒ
Situacional: En este subtipo la disfunción sexual se limita a ciertas
clases de estimulación, de situaciones o de compañeros.
3. Según factores etiológicos asociados al trastorno sexual:
ƒ
Debido a factores psicológicos: En este subtipo los factores
psicológicos son de gran importancia en el inicio, la gravedad, la
exacerbación o la persistencia del trastorno y las enfermedades
médicas y las sustancias no desempeñan ningún papel en su
etiología.
ƒ
Debido a factores combinados:
a) Los factores psicológicos desempeñan un papel en el inicio, la
gravedad, la exacerbación o la persistencia del trastorno.
b) La enfermedad medica o las sustancias contribuyen a la aparición
del trastorno, pero no son suficientes para constituir su causa.
Las disfunciones sexuales se caracterizan por una alteración del deseo sexual, por
cambios psicofisiológicos en el ciclo de la respuesta sexual y por la aparición de
malestar y problemas interpersonales. Según las fases de la respuesta sexual las
disfunciones se presentan en la siguiente forma:
En la fase del deseo se encuentran el trastorno del deseo sexual hipoactivo y el
trastorno por aversión al sexo.
ƒ
Trastorno del deseo sexual hipoactivo: se caracteriza por la deficiencia
persistente o recurrente de fantasías sexuales o el deseo de actividad
sexual. El deseo sexual disminuido puede ser global y abarcar todas las
formas de expresión sexual o situacional y limitado a un compañero, una
actividad sexual concreta (por ejemplo el coito o la masturbación).
Generalmente estas personas no inician casi nunca la relación sexual y sólo
la llevan a cabo a regañadientes, cuando es la pareja quien lo decide.
ƒ
Trastorno por aversión al sexo: Se caracteriza por la reacción negativa
persistente con características de fobia ante la actividad sexual o el mero
pensamiento de tal actividad. Aunque puede ser situacional, en el caso
típico se manifiesta una reacción negativa persistente a todos los aspectos
del contacto sexual con otra persona, incluyendo a veces hasta besos y
abrazos. Al igual que otros tipos de fobias, el mero pensamiento en la
posibilidad de que se produzca contacto sexual suele provocar un estado
de ansiedad aun más intenso que la propia situación sexual. Este trastorno
se puede asociar con otros trastornos sexuales como la dispareunia (el
dolor genital provocado por la penetración), y el vaginismo, (la contracción
involuntaria de la musculatura que rodea la abertura y el tercio externo de la
vagina, lo que hace imposible la penetración). A pesar de que los dos
trastornos son distintos uno del otro, el uno puede condicionar al otro.
Ambos pueden tener origen psicológico como físico.
En la fase de la excitación se encuentra el trastorno de la excitación sexual en la
mujer lo cual se caracteriza por la incapacidad persistente o recurrente de lograr la
lubricación vaginal lo cual puede estar asociada a trastornos del deseo sexual y
trastornos orgásmicos.
El trastorno orgásmico femenino se ubica en la fase orgásmica del ciclo de la
respuesta sexual y su característica esencial es una ausencia o un retraso
persistente o recurrente del orgasmo en la mujer después de una fase de
excitación sexual normal. Este trastorno en la mujer puede alterar la imagen
corporal, la autoestima o la satisfacción en las relaciones. Se plantea que la
capacidad orgásmica no se correlaciona con el tamaño de la vagina o con la
fuerza se la musculatura pelviana. Aunque algunas mujeres han sufrido
reconstrucciones
vaginales
manifiestan
tener
orgasmos;
además
las
enfermedades crónicas como el cáncer pélvico suelen alterar fundamentalmente la
fase de excitación sexual pero mantienen intacto la capacidad para experimentar
orgasmo.
1.2 El cáncer cérvicouterino y su repercusión en la sexualidad femenina
Las disfunciones sexuales así como otras alteraciones en los reflejos normales de
la respuesta sexual pueden ocurrir como consecuencia directa o indirecta de las
enfermedades crónicas. A nivel fisiológico, la enfermedad así como su tratamiento
puede ser el factor generador de la alteración. Otras veces las disfunciones y
alteraciones sexuales se asocian con los factores generales de la enfermedad
como la debilidad, la fatiga o el dolor y en la mayoría de los casos, las emociones
alteradas están presentes. (A. Díaz 1994).
En investigaciones realizadas por Schover (2000), sobre la temática del cáncer y
la sexualidad, concluye que entre los problemas sexuales más comunes que
afectan a pacientes de cáncer son la pérdida del deseo sexual y la sequedad
vaginal. En mujeres con cáncer cérvicouterino otras dificultades pueden incluir
disminución de la capacidad elástica de la vagina. Todas estas dificultades, sean
psicológicas o fisiológicas pueden provocar afectaciones en las cuatro fases del
ciclo de la respuesta sexual, lo que repercute en posibles disfunciones sexuales.
El cáncer cérvicouterino se produce en una parte del aparato reproductiva de la
mujer denominado el útero, lo cual está conformado por dos partes principales: el
cuerpo y el cuello, y en el ultimo es donde asientan con más fuerza los cánceres.
Este tipo de cáncer conocido también como el cáncer del cuello uterino o el cáncer
de cérvix, es una enfermedad en la cual se encuentran células cancerosas
(malignas) en los tejidos del cuello uterino. Es uno de los más comunes, afecta a
las mujeres principalmente entre las edades de 25 y 59 años, una etapa que
coincide con el período de máxima actividad social y laboral dentro de la adultez,
en el que las mujeres tienen una vida familiar y sexual más plena.
Generalmente, el desarrollo de un cáncer cérvicouterino está precedido por una
displasia, que significa la aparición de células precancerosos en la superficie del
cuello. Estas células anormales pueden evolucionar en un cáncer de carácter
invasor, un proceso de cambio que normalmente transcurre durante un período de
varios años, aunque a veces sucede con mayor rapidez. Para algunas mujeres
afortunadas los cambios precancerosos pueden desaparecer sin tratamiento
alguno.
La etiología del cáncer cérvicouterino es desconocida aun ahora, no obstante hay
varios factores de riesgo controlables como no controlables asociados al mismo
que aumentan las probabilidades de la aparición de un cáncer cérvicouterino en
una mujer. En primer lugar, los factores de riesgo controlables incluyen a la
infección viral del cérvix, que suele producirse por el virus del papiloma humano, el
herpes simple genital, o el virus del VIH y el hábito de fumar. Los factores no
controlables son la edad y la raza de la persona, los cuales no pueden cambiarse.
Se considera como factor de riesgo principal del cáncer cérvicouterino, la infección
con el virus del papiloma humano. Este virus es transmisible de una persona a otra
durante las relaciones sexuales las cuales se realizan sin protección,
especialmente comunes en las edades tempranas lo que hace más probable que
la mujer se infecta con el virus del papiloma humano. Además, las mujeres que
tienen muchas parejas sexuales (o que han tenido relaciones sexuales con
hombres que, a su vez, han tenido muchas parejas) tienen un riesgo mayor de
contraer este virus.
Por otra parte, la infección con el virus del VIH (el virus que causa el SIDA)
también puede ser un factor de riesgo del cáncer cérvicouterino. El ser portadora
del virus del VIH hace que el sistema inmunológico sea menos capaz de luchar
tanto contra el virus como contra el cáncer en sus etapas iniciales.
El hábito de fumar es otro factor de riesgo importante para el cáncer
cérvicouterino. El humo del tabaco puede producir sustancias químicas que
pueden deteriorar el ADN de las células del cuello uterino y hacer que el cáncer
tenga más probabilidades de originarse por lo que las mujeres que fuman tienen el
doble de riesgo de contraer el cáncer cérvicouterino que las no fumadoras.
La dieta constituye otro aspecto que desempeña una función en este sentido, dado
que una alimentación baja en alimentos de origen vegetal, como ensaladas, frutas
y verduras, se asocia con un aumento en el riesgo del cáncer cérvicouterino.
Entre los factores de riesgo no controlables, la edad es de gran importancia. El
riesgo de contraer el cáncer cérvicouterino, a diferencia de muchos otros tipos de
cáncer que rara vez afectan a las mujeres adultas jóvenes, este cáncer tiene baja
incidencia entre las niñas menores de quince años, pero aumenta entre los últimos
años de la adolescencia y la mitad de la tercera década de vida. Aunque el riesgo
de cáncer cérvicouterino no aumenta mucho después de los 40 años, tampoco
disminuye.
En cuanto al nivel de mortalidad en distintos grupos raciales y étnicos se presenta
mayormente en mujeres de raza negra e hispanas. Este factor no existe por si solo
sino que puede vincularse con el nivel económico de mujeres de dichos grupos
raciales y étnicos dado que conforman mayor parte de la población de países
pobres y la mayoría se encuentra en los niveles socio-económicos más bajos en
los países desarrollados.
El cáncer cérvicouterino se presenta en dos formas fundamentales:
ƒ
Cáncer de células escamosas (cáncer epidermoide): Este es el tipo más
frecuente, que corresponde a entre el 80% y el 85% de los cánceres
cérvicouterinos. Este cáncer puede ser causado por enfermedades
transmitidas sexualmente, como por ejemplo algunos tipos del virus
papiloma humano que causan verrugas genitales. El cáncer de células
escamosas en general comienza en la superficie del cuello del útero.
ƒ
Adenocarcinoma: Este tipo de cáncer cérvicouterino se desarrolla en el
tejido de las glándulas del canal del cuello del útero.
En sus etapas tempranas, el cáncer cérvicouterino no causa dolor y generalmente
no se presenta con algún síntoma. Los síntomas generalmente no aparecen hasta
que las células cervicales anormales se vuelven cancerosas e invaden el tejido
cercano. Cuando esto sucede, el síntoma más común es un sangrado anormal o
en momentos inesperados. Lo más frecuente es que la mujer experimente
sangrados ligeros fuera de los períodos menstruales regulares, si no es
menopaúsica, durante o después de relaciones sexuales y después de lavado
vaginal o de un examen pélvico. Además, el sangrado menstrual puede durar más
tiempo y ser más abundante que de costumbre. El sangrado después de la
menopausia también puede ser un síntoma de cáncer cérvicouterino así como la
ocurrencia de una mayor secreción vaginal y en casos avanzados, dolor, sangrado
por el ano y molestias urinarias.
Normalmente el cáncer cérvicouterino se diagnostica a través de los exámenes
pélvicos y las pruebas de Papanicolau que se usan para ver si hay células
precancerosas o cancerosas en el cuello del útero. Si la prueba de Papanicolau no
da resultados normales, el próximo paso es la realización de una colposcopia que
no es más de de una prueba hecho por medio de un tipo especial de microscopio
llamado colposcopio para examinar la vagina y el cérvix.
A veces pueden haber
células anormales en el cuello del útero, pero la prueba de Papanicolau no las
detecta. Si la prueba de Papanicolau da resultados normales, pero hay una zona
del cuello del útero que no parece normal al realizarse el examen pélvico,
normalmente se realiza una biopsia que no es más que tomar una muestra de
tejido, cortando una pequeña parte del cuello del útero. Por otro lado se puede
realizar también un raspado endocervical que consiste en raspar el revestimiento
del canal cervical. Después de haber realizado estos procedimientos, las muestras
se analizan en un laboratorio.
El cáncer cérvicouterino se clasifica de acuerdo con las etapas que definen el
grado de diseminación del mismo:
Etapa 0 o carcinoma in situ: El carcinoma in situ es un cáncer en su etapa inicial.
Las células anormales se encuentran sólo en la primera capa de células que
recubren el cuello uterino y no invaden los tejidos más profundos del cuello
uterino. En esta etapa se trata con un procedimiento llamado conización del cuello
uterino.
Etapa I: El cáncer afecta al cuello uterino, pero no se ha diseminado a los
alrededores.
ƒ
Etapa IA: una cantidad muy pequeña de cáncer que sólo es visible a través
del microscopio se encuentra en el tejido más profundo del cuello uterino.
ƒ
Etapa IB: una cantidad mayor de cáncer se encuentra en el tejido del cuello
uterino.
En esta etapa el cáncer se puede tratar con una conización del cuello uterino o
una
histerectomía
abdominal
total
donde
se
puede
extraer
los
ovarios, (salpingooforectomía bilateral), pero generalmente no se extraen en
mujeres jóvenes. Para tumores con invasión más profunda de 3 a 5 milímetros se
realiza una histerectomía radical junto con los ganglios linfáticos en la región
pélvica y se administra radioterapia interna.
Etapa II: El cáncer se ha diseminado a regiones cercanas, pero aún se encuentra
en la región pélvica
ƒ
Etapa IIA: el cáncer se ha diseminado fuera del cuello uterino a los dos
tercios superiores de la vagina.
ƒ
Etapa IIB: el cáncer se ha diseminado al tejido alrededor del cuello uterino.
Las opciones en el tratamiento del cáncer en la etapa IIA incluyen la radioterapia
interna y externa, histerectomía radical y disección de los ganglios linfáticos,
histerectomía radical y disección de los ganglios linfáticos, seguida de radioterapia
más quimioterapia o radioterapia más quimioterapia. En la etapa IIB se trata con
radioterapia interna y externa más quimioterapia.
Etapa III: El cáncer se ha diseminado a toda la región pélvica. Las células
cancerosas pueden haberse diseminado a la parte inferior de la vagina. Las
células también pueden haberse diseminado para bloquear los tubos que conectan
los riñones a la vejiga (los uréteres). El tratamiento puede ser radioterapia interna
y externa más quimioterapia.
Etapa IV: El cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo.
ƒ
Etapa IVA: el cáncer se ha diseminado a la vejiga o al recto (órganos
cercanos al cuello uterino)
ƒ
Etapa IVB: el cáncer se ha diseminado a órganos dístales como los
pulmones.
En la etapa IVA el tratamiento más común es la radioterapia interna y externa más
quimioterapia mientras que en la etapa IVB se trata con radioterapia para aliviar
síntomas causados por el cáncer o quimioterapia.
Recurrente: La enfermedad recurrente significa que el cáncer ha vuelto después
de haber sido tratado. Puede volver al cuello uterino o a otro lugar. Si el cáncer ha
reaparecido en la pelvis, el tratamiento puede ser de dos modalidades:
1. Radioterapia combinada con quimioterapia.
2. Quimioterapia para aliviar los síntomas ocasionados por el cáncer.
Cuánto más se haya diseminado el cáncer, más amplio será, probablemente, el
tratamiento. Los tratamientos para el cáncer cérvicouterino dependen de la etapa
en que se encuentra la enfermedad, del tamaño del tumor, de la edad de la
paciente, su estado de salud general y su deseo de tener hijos.
Las tres formas principales de tratar el cáncer del cuello uterino son cirugía,
radiación y quimioterapia.
Cirugía
Hay varios tipos de cirugía que se emplean contra el cáncer cérvicouterino. En
algunos se hace una histerectomía que no es más que la extirpación del útero,
mientras que en otros no. Si el cáncer se ha diseminado fuera del útero, puede
que sea necesario extirpar otros órganos, tales como el colon o el recto. Los tipos
de cirugía más comunes contra el cáncer cérvicouterino son: cirugía por láser,
conización, histerectomía simple, histerectomía radical y resección de los ganglios
linfáticos pélvicos y evisceración pélvica.
Radioterapia
La radioterapia es un tratamiento que emplea rayos de alta potencia (como los
rayos X) para destruir o reducir las células cancerosas. Esta radiación puede
provenir de fuera del cuerpo lo cual se denomina radiación externa, o de
materiales radiactivos que se colocan directamente en el tumor la llamada
radiación interna o de implante. La radioterapia puede emplearse sola o además
de la cirugía.
La radiación puede producir efectos secundarios. La mayoría de estos efectos
desaparecen en poco tiempo. La piel en el área tratada puede parecer como
quemada por el sol, y más tarde bronceada. La piel vuelve a la normalidad en un
plazo de entre 6 y 12 meses. El tratamiento en el área de la pelvis puede hacer
que la vagina se vuelva más estrecha, debido a la formación de tejido cicatricial.
Esto puede producir dolor durante las relaciones sexuales. La radioterapia también
puede provocar el comienzo de una menopausia y dificultades para orinar.
Quimioterapia
La quimioterapia se refiere al empleo de medicamentos para destruir las células
cancerosas. Casi siempre, los medicamentos se administran por la boca o se
inyectan en una vena. Una vez que los medicamentos entran al torrente sanguíneo
se divulgan por todo el organismo. A veces, se administran varios medicamentos
al mismo tiempo.
La quimioterapia puede ocasionar algunos efectos secundarios que dependen del
tipo de medicamento, de las cantidades que se administren y de la duración del
tratamiento entre los cuales se incluyen la infertilidad y la menopausia.
Los tratamientos utilizados en la lucha contra el cáncer cérvicouterino son
efectivos, no obstante terminar el curso del tratamiento no significa que la paciente
estará siempre libre del cáncer por lo que es necesario acudir a las consultas de
oncología cada 3-4 meses en los primeros años después del tratamiento. Al
extender el periodo de la remisión, se disminuye la cantidad de consultas anuales.
1.3 La actitud hacia la sexualidad en la regulación del comportamiento
sexual
Las mujeres tratadas por el cáncer cérvicouterino pueden experimentar problemas
sexuales debido al tratamiento como las dispareunias derivadas de factores
mecánicos, sin embargo, según la asociación Norteamérica “Gynecological Cancer
Foundation” no todas las mujeres experimentan los efectos secundarios del
tratamiento y si los experimentan normalmente son transitorios y solo se
mantienen unos meses. Además de problemas mecánicos de lubricación y
cortedad de la vagina, los problemas sexuales pueden ser consecuencia de
consideraciones estéticas o psicológicas. A pesar de tales dificultades, el regreso
a actividades sexuales en tales circunstancias debe realizarse con gran cuidado,
pero un retraso postoperatorio indebido solo tendrá como efecto un incremento de
la fibrosis, la cual es mejor prevenir que tratar.
El temor puede constituir también un factor de importancia en las dificultades
coitales que siguen a la radiación o a la cirugía en el tratamiento del cáncer
cérvicouterino. En ciertos casos se observa un temor a la recurrencia de la
enfermedad o una prevención del esposo ante el posible daño que pueda causar a
la mujer, o con menor frecuencia, el temor del hombre a contraer él mismo un
cáncer. Existen además otras razones psicológicas que pueden limitar el interés y
la respuesta sexual de la mujer (R. Kolodny, W. Masters, & V. Johnson, 1985), que
trascienden más que los efectos temporales del tratamiento mismo del cáncer.
Por otra parte, como en cualquier enfermedad orgánica como lo es el cáncer, los
procesos psicológicos tienen una gran influencia en el curso y recuperación de la
enfermedad, por ello se reconoce que el proceso de salud tiene una naturaleza
psicosomática (F. González, 1997); así por ejemplo varios autores han tratado de
establecer perfiles de personalidad o patrones de comportamiento asociados a la
progresión del cáncer (E. Knapp, 2005). Independientemente de las críticas
metodológicas que se le pueden hacer a cualquiera de estos modelos, la
personalidad del individuo enfermo determina la posición del mismo en relación
con su proceso patológico, y a su vez la subjetivación de dicho proceso por parte
del
paciente
promueve
cambios
en
sus
estructuras
y
funcionamiento
personológicos.
Es por ello que el desempeño sexual de la mujer en remisión del cáncer
cérvicouterino suele ser muy variable en el que los efectos psicológicos
secundarios al tratamiento tienen mayor peso en la sexualidad que los efectos
secundarios fisiológicos dada la naturaleza transitoria de los mismos. De este
modo destacamos que la actitud que asume la mujer en relación con la sexualidad
tiene repercusión en su salud sexual.
La actitud es un concepto que comienza a desarrollarse a mediados del siglo XIX.
Es un concepto que tiene un rol de eje en lo relacionado con la salud porque
influye en el estilo de vida lo cual a su vez es un factor importante en la etiología
de muchas enfermedades. Desde la aparición del concepto de la actitud en la
literatura científica, este se ha transformado en dependencia de la elaboración
teórica de cada uno de los autores y de las diferentes posiciones de las escuelas
psicológicas.
La actitud es la vivencia psicológica que el individuo experimenta hacia el valor, la
importancia el sentido del objeto social” o “el estado de la conciencia del individuo
respecto a cierto valor social.” (Thomas & Zanetski 1918)
También se definió a la actitud como “un estado mental y neutral organizado sobre
la base de la expresión del sujeto que ejerce una influencia directriz y dinámica en
su conducta con respecto a aquellos objetos y situaciones con las cuales se
relaciona.” (G.Allport 1935)
Otros autores como Newcomb (1965), plantea que las actitudes crean un estado
de predisposición a la acción,
por lo que al relacionarse con una situación
activadora resulta una acción. Luego en 1972, Insko y Schopler plantean que las
actitudes son las “predisposiciones a valorar favorable o desfavorablemente los
objetos.”
Cada una de las definiciones planteadas anteriormente hace referencia a tres
componentes fundamentales. En la actualidad la mayoría de los autores que
trabajan la temática están de acuerdo que estos tres componentes conforman la
base de cualquier concepto de la actitud. Dichos componentes, a
pesar del
análisis individual que los hacen guardan una relación estrecha uno con otro.
Componente Afectivo; se refiere a los sentimientos concomitantes del individuo
ante un objeto.
Componente Cognitivo; se refiere a las opiniones o creencias que no son más
que el conjunto de datos, información e ideas que posee un individuo sobre un
tema y no tienen que sustentarse necesariamente en una información objetiva.
Este componente varía de una actitud a otra por lo que algunas actitudes poseen
muy poco de este componente en tanto otras lo poseen en grado variable.
Componente Conductual; refiere a la tendencia de actuar según opiniones y/o
sentimientos propios. Se corresponde con la interacción de los componentes antes
descritos.
Los tres componentes se refuerzan mutuamente formando una estructura de
conjunto que tiende a ser estable, sin embargo, la actitud puede estar conformada
en algunas ocasiones por una mayor cantidad de un componente que de otro.
Algunas actitudes están cargadas de componentes afectivos y no requieren más
acción que la expresión de los sentimientos. Por otro lado, en algunas ocasiones
los componentes de la actitud no están en armonía, lo que resulta en
contradicciones entre ellos. En estos casos las actitudes tienden a estar en un
proceso de cambio, buscando una nueva reestructuración hasta que opiniones,
sentimientos y tendencias a actuar acaben estando en armonía.
A pesar de las diferencias de opiniones que existen entre los autores con respecto
a como definir las actitudes, existe cierto acuerdo entre una gran cantidad de ellos
referido a que las actitudes se van conformando a lo largo de la vida, siendo un
producto del largo proceso de socialización por el que atraviesa cada individuo y
además son resultado de experiencias y conductas aprendidas de los demás
durante el constante intercambio social. Ellas integran las opiniones o creencias,
los sentimientos y las conductas, pero no se las observan de simple vista sino que
se infieren por la manera de comportarse las personas.
La interrelación de los tres componentes de la actitud es muy compleja y muchas
veces no se puede definir donde termina uno y empieza el otro. Autores como
Petkova Ajzen y Driver (citado en Pelechano 1996), plantean que las actitudes
más fuertes son las que mayor impacto tiene en el comportamiento lo que indica
que se considera que los componentes afectivos y cognitivos son los que rigen al
componente conductual. Teniendo en cuenta este criterio, habría que analizar el
término de la intensidad de las actitudes lo que en la rama de la Psicología Social
se refiere a la fuerza de la reacción emocional provocada por el objeto de una
actitud. De igual valor es la importancia que el individuo da al objeto o la situación,
es decir la medida en la que el individuo se preocupa mucho y está personalmente
afectada por ello. Para (Kraus 1995 citado en Pelechano 1996), no solo las
actitudes
intensas
son
capaces
de
ejercer
mayor
impacto
sobre
el
comportamiento, sino que la intensidad de la actitud es ciertamente un factor
importante en el vinculo actitud-comportamiento. Si se toma en consideración que
las actitudes basadas en la experiencia tienden a tener mayor intensidad, pues se
justifica el planteamiento de Pelechano, (1996), que las actitudes basadas en la
experiencia directa tienen una asociación más fuerte con la conducta.
Todos estos planteamientos de una forma u otra reconocen que cualquier cambio
en uno de los tres componentes puede provocar un estado de desequilibrio y unas
nuevas reestructuraciones. Si se introduce un elemento nuevo en cuanto a
conocimientos, experiencias afectivas o conductuales se puede dar lugar al
restablecimiento del equilibrio original por rechazo del elemento nuevo con el
cambio parcial en uno de los componentes, el cambio en uno o dos de los
componentes pero no en los otros o la nueva reestructuración de todos los
componentes de la actitud (F. López; A. Fuertes 1994).
El estado de desequilibrio entre los componentes de la actitud es un fenómeno
que ocurre frecuentemente en la sexualidad por estar sujeta a influencias que
muchas veces son contradictorias. (F. López; A. Fuertes 1994).
Atendiendo a lo expuesto anteriormente nos planteamos el siguiente problema en
nuestra investigación:
¿Cuál es la actitud hacia la sexualidad de mujeres en remisión del cáncer
cérvicouterino?
Selección de la muestra
La muestra de nuestra investigación está conformada por 18 mujeres, las cuales
fueron tratados por el cáncer cérvicouterino; y provienen del Hospital Celestino
Hernández Robau, y el policlínico Chiqui Gómez. La investigación fue realizada en
dichas instituciones, ambas ubicadas en la ciudad de Santa Clara en la provincia
de Villa Clara, durante el periodo comprendido entre enero y mayo del año 2006.
Para la selección de la muestra tuvimos en cuenta los siguientes criterios de
inclusión:
ƒ
Mujeres que han sido tratados por el cáncer cérvicouterino y están
actualmente en un estado de remisión del cáncer y acuden a las consultas
de oncologia.
ƒ
Edad entre los 20-45 años.
ƒ
Mujeres que tienen una pareja actualmente o lo tuvieron en la etapa en que
fueron diagnosticadas con el cáncer cervicouterino.
ƒ
Un nivel de escolaridad mínimo de 9no grado, para facilitar la comprensión
de los instrumentos.
ƒ
Mujeres que después de conocer las características de la investigación
hayan emitido su consentimiento explícito de participar en la misma.
ƒ
Que el periodo de tiempo desde el último tratamiento sea entre 1 año-4
años.
Además observamos una serie de criterios de exclusión en la selección de la
muestra:
ƒ
Personas portadoras de patologías psiquiátricas.
ƒ
Personas portadoras de otras enfermedades que pudieran interferir en la
obtención de información de acuerdo con los objetivos investigativos
nuestros, o que de algún modo perturbaran la respuesta sexual.
Los criterios se evaluaron para cada paciente a través de la revisión de la Historia
Clínica, entrevista estructurada a cada una de las mujeres y entrevista
estructurada al ginecólogo-oncólogo.
Partiendo de estos criterios la muestra quedó conformada de la siguiente manera:
Paciente
AS
NP
CF
MH
RD
Edad
Estadio
Tipo de
tratamiento
29
33
26
43
29
O
O
IA
O
IA
C
C
C
C
C
Tiempo de
remisión
Años
Meses
1
2
1
5
1
5
1
4
-
MR
YR
GP
DV
RA
AP
LR
RP
PA
CR
BH
NS
GB
40
29
40
30
40
41
23
40
34
45
39
33
45
O
O
IA
IB
IIB
IIIB
IIB
IIB
IIB
IB
IIB
IIIB
IB
C
C
C
C+RT+/-BT
C+RT+/-BT
C+RT+/-BT
C+RT+/-BT
C+RT+/-BT
C+RT+/-BT
C+RT+/-BT
RT
RT
RT
3
1
3
1
3
3
1
3
1
1
4
3
3
2
10
5
2
1
3
3
1
10
Leyenda:
C: Cirugía sola
C+RT+/-BT: Cirugía + Radioterapia +/- Braquiterapia
RT: Radioterapia sola
Procedimiento
Nuestra investigación es un estudio descriptivo que tiene como propósito
caracterizar la actitud hacia la sexualidad en las mujeres integrantes de la
muestra. Este tipo de investigación permite la medición o la evaluación de los
componentes que son de interés a nuestra investigación. Los estudios descriptivos
buscan especificar las propiedades importantes o cualquier otro fenómeno en
personas, grupos, comunidades que sean sometidos a análisis (Dankhe 1986).
Teniendo en cuenta el objetivo de la investigación que implica la evaluación de las
variables en estudio, esta investigación asume una metodología cuantitativa. No
obstante tomando en cuenta y el objeto de estudio de la psicología no debemos
ignorar la individualidad en la investigación psicológica (F. González 1997); por tal
razón, se utiliza de forma complementaria el análisis cuantitativo y cualitativo.
Además la interpretación que se hace de la información recogida
busca la
comprensión del fenómeno a estudiar no solo a nivel de grupo sino también a nivel
individual, desde la propia perspectiva de la persona como máxima garantía de
fidelidad de los datos que obtenemos, porque no podemos pretender acercarnos a
la comprensión de un fenómeno, de una realidad que es eminentemente subjetiva
sin interactuar con el universo conceptual de los individuos que forman parte de la
muestra. Desde esta posición, haciendo uso de la complementariedad de las
técnicas así como de los análisis cuantitativo y cualitativo, se puede abarcar en
toda su dimensión la riqueza de una investigación como la nuestra.
Es tomando en consideración las características personales así como el nivel de
motivación de las participantes de la investigación que las técnicas fueron
aplicadas de 4-6 sesiones de trabajo, en dependencia de cada caso. Dichas
sesiones fueron realizadas en una consulta de las instituciones de salud donde
investigamos, estas consultas brindaban el nivel de privacidad óptima necesario
en una investigación psicológica específicamente tomando en consideración la
naturaleza sensible de la temática a tratar.
Iniciamos la investigación con la revisión de la historia clínica, una entrevista
estructurada al ginecólogo-oncólogo y una entrevista estructurada a las pacientes,
todo ello con el objetivo de definir los parámetros de inclusión y exclusión en la
muestra. Después de la selección y llegar a un compromiso con cada una de las
participantes, procedimos a la aplicación de las técnicas. Las primeras que
empleamos fueron las técnicas proyectivas: el completamiento de frases y el TAT.
Luego, continuamos con la aplicación de la encuesta SVQ. Es importante aclarar
que después de la aplicación de cada una de estas técnicas realizamos
entrevistas retest para aclarar dudas respecto a las respuestas dadas por las
pacientes y de esta forma los resultados obtenidos en cada sesión fueron
utilizados en la siguiente para profundizar en la obtención de datos en la técnica
correspondiente a esta sesión. Finalmente, realizamos una entrevista estructurada
con cada una de las mujeres de la muestra.
Las técnicas utilizadas fueron las siguientes:
ƒ
Revisión de la Historia Clínica.
ƒ
Entrevista estructurada al ginecólogo-oncólogo.
ƒ
Entrevista estructurada a cada paciente.
ƒ
El test de completamiento de frases.
ƒ
El test de apercepción temática (TAT).
ƒ
Sexual function vaginal changes Questionnaire (SVQ).
ƒ
Entrevista psicológica estructurada.
Revisión de la Historia Clínica
La revisión de la Historia Clínica se realizó como parte del proceso de la selección
de la muestra con el objetivo de conocer el grado de la enfermedad, el tratamiento
recibido, la fecha del último tratamiento y los antecedentes patológicos de la
paciente. La revisión de este documento nos permitió familiarizarnos con las
particularidades de la enfermedad en cada caso.
Entrevista estructurada al ginecólogo-oncólogo
Esta entrevista con un especialista fue dirigida a conocer el estado de salud actual
de la paciente. Toda esta información proveniente del especialista nos ayudó a
confeccionar la muestra así como a orientarnos mejor la comprensión de las
pacientes.
Entrevista estructurada a cada paciente
En aras de nuestra investigación, este primer contacto cara a cara con la paciente
tuvo el objetivo de comprobar que la misma tuviera los requisitos para formar parte
de la muestra. Los indicadores para esta entrevista fueron los siguientes: la edad,
nivel de escolaridad, y relaciones de pareja. Además, como plantea F, González,
(1996), una entrevista inicial tiene un papel muy importante, pues mediante ella
logramos crear un relación afectiva adecuada, que permite la implicación del
sujeto en la realización de las tareas así como su colaboración motivada con el
proceso investigativo.
Test de Completar Frases (Rotter) (Ver Anexo 1)
El test de completamiento de frases como todas las técnicas proyectivas tiene
como propósito penetrar la personalidad del sujeto, su individualidad. De modo
que la técnica actúa como agente catalizante, para provocar una reacción que
exterioriza y expresa la personalidad del individuo justamente porque no anticipa
las intenciones del investigador, no exige ni requiere de una respuesta correcta.
Esta característica de las técnicas proyectivas permite que se refleje la propia
individualidad del sujeto. Según F. González (1996), el completamiento de frases
nos revela una seria de particularidades de la personalidad del sujeto que nos
permite configurar con la interpretación del investigador distintas dinámicas
subjetivas. No obstante, los contenidos revelados por la prueba constituyen solo
un eslabón en el proceso diagnóstico.
El test, desarrollado por Payne en 1928, consiste en presentarle al sujeto palabras
iniciales, pidiéndose al sujeto que termine la frase prontamente para formar frases
integras. La técnica es sumamente efectiva en la búsqueda de conflictos en la
personalidad del individuo y permite a su vez, inferir algunas características del
sujeto,
de
su
personalidad,
intereses,
fantasías,
sueños,
frustraciones,
aspiraciones, temores, preocupaciones, etc. Tiene la ventaja de que al ser
respuestas libres, pueden expresar verdaderamente la complejidad del mundo
interno del sujeto, sin estar influenciadas por restricciones del investigador.
El análisis psicológico de esta prueba es puramente cualitativo y permite sacar a la
luz
sentimientos y actitudes, sus contenidos y características. Además, se
observa la presencia de información referente a otros procesos psíquicos que
también se ponen de manifiesto.
Esta técnica tiene como objetivo explorar la esfera afectivo-emocional,
necesidades, aspiraciones, frustraciones y la jerarquía motivacional del sujeto.
Además permite conocer si el sujeto presentó conflictos y en que áreas
específicamente se localizan estos (I. Mena y M. Hernández 1999). En nuestra
investigación, la técnica fue aplicada integrando todos estos elementos, con el fin
de conocer las vivencias asociadas con la esfera sexual-amorosa de los sujetos y
explorar el componente afectivo de la actitud.
Esta técnica ha sido muy trabajada y hay varias formas de clasificar las respuestas
del sujeto, no obstante en nuestra investigación utilizamos las categorías clásicas
de la misma:
Respuestas de omisión.
Las respuestas de omisión son aquellas en las que no se da una respuesta o el
pensamiento que las constituye está incompleto. Omisiones y fragmentos no se
califican individualmente.
Respuestas de conflictos.
De acuerdo a la severidad del conflicto las respuestas oscilan entre C1 y C3.
Respuestas C1: son respuestas en las que expresa preocupación por cosas tales
como problemas financieros, dificultades escolares especificas, malestares físicos,
identificación con grupos minoritarios y otros por el estilo. Se puede decir que
incluido dentro del C1 se hallan los problemas menores que no están
profundamente arraigados o que no incapacitan al sujeto y dificultades más o
menos específicas.
Respuestas C2: Incluyen respuestas de desajustes más serios; en general las
respuestas están referidas a dificultades más amplias y generalizadas que las C1.
Están aquí las expresiones de sentimientos de inferioridad, quejas psicosomáticas,
preocupaciones por posibles fracasos, sentimientos de inadecuación, falta de
metas, dificultades en las relaciones interpersonales, problemas generalizados y
bastante incapacitantes, así como dificultades sociales generalizadas.
Respuestas C3: son expresiones de conflictos severos o indicaciones de
desajustes graves. Incluye los deseos suicidas, conflictos sexuales, problemas
familiares más severos, miedo a la locura, actitudes fuertemente negativas hacia la
gente en general, sentimientos de confusión mental y expresiones de actitudes
bastantes bizarras.
Respuestas Positivas.
Aquellas que indican una conformación mental saludable y optimista. Las
respuestas oscilan de P1 a P3 de acuerdo con el buen ajuste expresado.
Respuestas P1: Aquí se incluyen respuestas que indican un sentimiento positivo
generalizado hacia la gente, buen ajuste social, vida familiar sana, optimismo y
buen humor.
Respuestas P2: Son respuestas que se hayan en un nivel medio; no llegan al
extremo positivo.
Respuestas P3: Aquí se hallan las respuestas que indican un humor afable y
definido más expreso que el anterior, el optimismo real y la calidad de aceptación,
conjuntamente con expresiones de extrema felicidad.
Respuestas Neutrales: Generalmente están carentes de tono emocional o
referencias personales. Son generalmente de un simple valor descriptivo. Tienden
a evadir el propósito del test y a ser estereotipadas, frases de canciones,
expresiones de clichés culturales, Aquí también se incluyen los completamientos
sin significados explícitos.
Para analizar esta técnica se han dividido las frases en 7 áreas fundamentales y
luego las respuestas brindadas se clasifican en correspondencia con el tipo de
respuesta: positiva, negativa, de omisión o neutral según la explicación anterior.
Las siete áreas de análisis son las siguientes:
Área familiar: Aparecen ítems que pretenden registrar fundamentalmente las
relaciones familiares del sujeto:
ƒ
En el hogar
ƒ
Una madre
ƒ
Mi padre
ƒ
Cuando era niña
Área escolar: Enfocada fundamentalmente a determinar la actitud del sujeto hacia
la escuela y la actividad intelectual.
ƒ
En la escuela
ƒ
La lectura
Área social: Aquí se incluyen los ítems que indican el grado de socialización del
sujeto:
ƒ
Los hombres
ƒ
La gente
ƒ
Las otras personas
ƒ
Las diversiones
ƒ
La mayoría de las mujeres
Área personal: Bajo el aspecto personal consideramos aquellos ítems que tratan
de registrar la posición del sujeto hacia si mismo, hacia su estado mental y en
general su autoconcepto:
ƒ
Mis nervios
ƒ
Mi futuro
ƒ
Yo secretamente
ƒ
Mi mente
ƒ
Yo
ƒ
Estoy muy
ƒ
Amo
ƒ
Creo que mis mejores aptitudes son
ƒ
La felicidad
ƒ
Mi personalidad
ƒ
Quisiera ser
Área sexual: Determina las actitudes del sujeto respecto al propio sexo y al sexo
contrario, las relaciones intersexuales:
ƒ
El impulso sexual
ƒ
El matrimonio
Área de los conflictos: en esta área se enmarcan todos los ítems que por su
estructura son adecuados para la proyección de los problemas del sujeto.
Pretende registrar las inadecuaciones, problemas, temores y preocupaciones que
originan los conflictos del sujeto:
ƒ
Lamento
ƒ
Me molesta
ƒ
Mi mayor temor
ƒ
No puedo
ƒ
Sufro
ƒ
Fracasé
ƒ
Algunas veces
ƒ
Me duele
ƒ
Odio
ƒ
Mi mayor problema
ƒ
La preocupación principal
Área motivacional: Los ítems de esta área tratan de registrar las motivaciones,
los valores y actitudes generales del individuo.
ƒ
Me gusta
ƒ
El tiempo más feliz
ƒ
Quisiera saber
ƒ
A la hora de acostarme
ƒ
El mejor
ƒ
Los deportes
ƒ
Siento
ƒ
Yo necesito
ƒ
Estoy mejor cuando
ƒ
Este lugar
ƒ
Deseo
ƒ
El trabajo
ƒ
Mi principal ambición
ƒ
Yo prefiero
ƒ
Mi problema principal en la elección de carrera, profesión o trabajo
La recta evaluación de estos ítems es tarea difícil, unas veces porque el ítem
podría ubicarse en otra área y otras porque el ítem es tan inestructurado que no se
puede llegar a un criterio firme de inclusión y de evaluación. Para esto nos ayuda
la entrevista retest. Al emplear el completamiento de frases en la investigación se
podían expresar en cualquier ítem las vivencias en relación con la esfera sexualamorosa; por tal razón el análisis de la técnica no solo se limitó al área sexual.
Adecuación del Test de Apercepción Temática (TAT) (Ver Anexo 2)
Se utilizo una variante de la técnica desarrollada por Morgan y Murray (1935), la
cual en su forma original consta de 20 láminas para las mujeres. Esta técnica
consiste en presentar estímulos a la imaginación, registrarla y analizarla. Está
basada en la teoría de que expresa que en la composición de relatos en torno a un
cuadro estimulo, el individuo hace operar material de sus propias experiencias, en
parte por las percepciones inmediatas del estímulo y en parte por la asociación
con las percepciones seleccionadas de la imaginación consciente y preconsciente.
En el logro de estas imágenes se ponen en juego, y por tanto se expresan,
impulsos conscientes o inconscientes, las defensas y conflictos del individuo,
permitiendo al experimentador perspicaz poner de manifiesto el contenido de tales
características de la personalidad y hacer ciertas conjeturas acerca de su
desarrollo y estructura (J. Bell 1956).
Se considera como lo más importante la interpretación del contenido de los relatos
que pueden revelar ocultos complejos de la personalidad del sujeto, sus
tendencias agresivas, sexuales etc. Los argumentos presentados en los relatos
reflejan la personalidad del sujeto. A pesar del gran valor de esta técnica, la
validez y verdadero diagnóstico de la misma se obtiene a partir de la integración
de los resultados al contexto histórico-social del sujeto así como la integración de
toda la información obtenida a través de otros métodos complementarios.
Tomando como antecedente una investigación realizada en 2003 por D. Alfonso
en la cual utilizó un número reducido de 10 láminas del TAT, con el fin de indagar
en los niveles de ansiedad, nosotros seleccionamos 13 de las 20 láminas
propuestas originalmente para mujeres pues consideramos que estas contienen
por lo menos una figura femenina. En estas 13 láminas incluimos la lámina en
blanco con la que puede identificarse las pacientes que participaron en nuestra
investigación.
Las categorías originales para analizar la técnica citado en J. Bell (1956) son las
siguientes:
1. El héroe: Se supone que esta figura representa las actitudes, motivos y
emociones del sujeto tanto como su manera habitual de actuar. Aunque no
todos los relatos presentan un héroe, esto revela que el sujeto se ha
identificado en las láminas con más de un personaje.
2. Las necesidades del héroe: De acuerdo con su concepto de personalidad
Murray preparó una lista de necesidades. Dentro del contenido de la
imaginación se expresan diversas necesidades del héroe o héroes y se
cataloga las necesidades de la figura o figuras centrales. Se supone que las
necesidades reveladas son exteriorizaciones de las necesidades presentes
de la personalidad del sujeto.
3. La presión: Se refiere a las fuerzas que pueden favorecer o perjudicar al
individuo. Los autores del método suponen que estas fuerzas son
proyecciones de la presión que afecta, ha afectado o puede afectar al
individuo.
4. El tema: Se define como la estructura dinámica de un episodio simple, una
interacción peculiar individuo-ambiente.
5. El desenlace: En el estudio original del TAT, se elaboró una escala -2 (final
muy desagradable: frustración, fracaso, muerte) a +2 (final agradable: éxito
y felicidad).
En aras de nuestra investigación la interpretación de la técnica se realizó tomando
en cuenta las seis categorías establecidas en el estudio sobre los estados de
ansiedad en un grupo de pacientes portadores de patología benigna de mama y
otro grupo sometido a tratamiento quirúrgico de radical de mama.” (Báez, E 1988)
Las categorías utilizadas son las siguientes:
1. Repetición de un determinado contenido o tema de una narración a otra:
consiste en el predominio de un tema que puede tener una implicación
personal para el sujeto.
2. Identificación a través de las historias con los personajes de la lámina:
Pueden representarse así mismo en su narración u a otras personas
significativas como padres, hermanos, amigos etc. Generalmente el
protagonista o héroe es el personaje con el cual el sujeto estuvo más
identificado y cuyos sentimientos e ideas expresó más detalladamente.
3. Destino
de
los
héroes:
Comprende
sus
motivos,
orientaciones,
aspiraciones, tendencias dinámicas que se definen de acuerdo a la
caracterización de los personajes con los cuales se identifica.
4. Relaciones del héroe con su medio: Destaca las relaciones propias de su
vida con los sujetos que le rodean, con las demás personas y consigo
mismo.
5. Nivel de elaboración personal y organización de los contenidos: Expresa la
riqueza del contenido, la complejidad y organización de la historia, la
fundamentación lógica y el lenguaje fluido.
6. Fuerza e intensidad emocional durante la narración y reacciones más
sobresalientes: Destaca la intensidad de la expresión de las emociones, el
matiz dramático al hacer la narración (si lo hace con un tono normal,
decaída, exagerado etc.)
Estas ultimas dos categorías garantizan la confiabilidad de la información, sobre
todo indican identificación personal de la paciente con el relato. El análisis de
estas categorías tiene como objetivo en nuestra investigación determinar las
situaciones vinculadas a la sexualidad vividas por las pacientes y las emociones y
afectos experimentados ante las mismas.
Sexual function Vaginal changes Questionnaire (SVQ) (Ver Anexo 3)
Esta técnica constituye una variante de la creada por P. Jensen, M. Klee & I.
Thranov (2003) que tiene el objetivo de investigar los problemas sexuales y
vaginales de mujeres tratadas por cánceres ginecológicos. La técnica consta de
27 ítems que indagan por el interés sexual, la lubricación, el orgasmo, dispareunia,
dimensiones de la vagina, intimidad, problemas sexuales de la pareja, satisfacción
sexual y autoimagen. El cuestionario en su forma original no pretende evaluar
ninguna variable, solo permite el conocimiento de los elementos antes
mencionados.
La variante ajustada a nuestra investigación, consta de 20 ítems. El propósito de
esta variante es explorar los componentes de la actitud; afectivo y conductual de la
actitud hacia la sexualidad. La agrupación de ítems de acuerdo con estos
componentes quedó conformada en la siguiente manera:
ƒ
Componente afectivo: 1, 3, 5, 8, 9, 10,17.
ƒ
Componente conductual: 2, 6, 7, 11, 11a, 12, 12a, 13, 13a, 14, 15, 16.
Entrevista psicológica estructurada (Ver Anexo 4)
La entrevista es una de las técnicas más valiosas con que cuenta la investigación
psicológica. Según F. González (1996), la entrevista es “un recurso metodológico
insustituible para completar los indicadores reportados por los instrumentos
aplicados.” Su importancia viene dada por la riqueza de datos que ofrece, por su
flexibilidad par acomodarse al propósito de la interacción y su eficiencia en una
interacción natural.
Esta técnica puede presentarse en múltiples formas, como puede ser la entrevista
estructurada. La entrevista estructurada requiere de un orden estricto, de una guía
y entre otras exigencias presupone el uso de preguntas específicas y se debe
disponer de un aparato categorial previamente elaborado que permite al
investigador ubicar lo que la persona dice o hace en una de estas categorías, (F.
Ibarra et. al 1988). A pesar de su estructura, este tipo de entrevista no deja de ser
una técnica que permite que el entrevistado tenga libertad y flexibilidad en sus
expresiones. Además, la naturaleza de la entrevista como técnica en cualquiera
que sea su forma no impide la flexibilidad en llevar a cabo este proceso de
comunicación.
En nuestra investigación, los objetivos principales que perseguimos con esta
técnica fueron indagar en la historia sexual-amorosa de las pacientes y profundizar
en su actitud hacia la sexualidad tomando en cuenta la información obtenida
mediante los otros métodos. Las categorías de análisis se corresponden con los
tres componentes de la actitud. Las preguntas de la entrevista se orientaron hacia
los aspectos siguientes:
Para el componente cognitivo;
ƒ
Educación sexual
ƒ
Orientación médica con respecto a la sexualidad después del tratamiento.
Para el componente conductual y afectivo;
ƒ
Comportamiento sexual antes y después del diagnóstico.
ƒ
Vivencias afectivas vinculadas con la sexualidad.
El análisis de los resultados lo presentaremos a través de técnicas utilizadas para
la obtención de información de acuerdo con los propósitos de nuestra
investigación.
COMPLETAMIENTO DE FRASES
El análisis de este instrumento se realizo a través de las esferas: familiar, escolar,
social,
personal,
sexual,
motivacional,
y
de
los
conflictos.
Los
ítems
correspondientes a cada esfera fueron evaluados con estas categorías, y los
resultados se presentan en la siguiente tabla:
ESFERAS
P1(%)
P2(%)
P3(%)
C1(%)
C2(%)
C3(%)
O(%)
RN(%)
FAMILIAR
56,9
23,6
2,8
4,2
4,9
0
1,4
4,2
ESCOLAR
72,2
5,6
0
13,9
0
0
5,6
2,8
SOCIAL
60
1,1
0
3,3
27,8
0
0
7,8
PERSONAL
51
14,1
2,5
11,6
12,6
1,5
2,5
4,0
SEXUAL
30,6
2,8
0
11,1
16,7
2,8
0
36,1
CONFLICTOS
16,2
0,9
0,9
34,7
41,1
4,2
0,5
0,5
MOTIVACIONAL
52,6
10,4
2,2
12,6
14,8
0,4
3,0
4,1
En la esfera familiar la mayor cantidad de las respuestas brindadas por las
pacientes, (83.3%), son respuestas positivas. Este dato y la calidad de las
respuestas expresadas nos indican que, las pacientes se sienten apoyadas,
amadas, y aceptadas por sus familias, lo que constituye un elemento importante
en el bienestar psicológico de las personas con enfermedades crónicas como lo
son las participantes en nuestra investigación. A continuación presentamos los
siguientes ejemplos:
“En el hogar disfruto de paz y armonía” (CR 45 años)
“En el hogar me siento en paz” (AS 29 años)
Todas las participantes en el momento de realizar el estudio tenían parejas. Dos
de ellas habían cambiado de pareja desde su diagnosis y de las dos, una no tiene
pareja estable. Sin embargo ninguna de ellas destaca a su pareja o la relación de
pareja en sus referencias a la familia. Entre las pocas respuestas negativas, la
mayoría refieren a una relación conflictiva con el padre, un hecho que puede o no
influir en su opinión sobre los hombres.
“Mi padre no me interesa” (RP 40 años)
“Mi padre es malo” (DV 30 años)
La esfera escolar también se caracteriza por respuestas positivas, (77.8%).
Ninguna de las pacientes son estudiantes en la actualidad, no obstante,
expresaron haber tenido de modo general vivencias positivas durante sus
estancias como estudiantes y aun hoy en día expresan sentimientos positivos
hacia la lectura.
“La lectura me gusta mucho” (AS 29 años)
“En la escuela fui muy feliz” (DV 30 años)
En la esfera social, la que está relacionada de modo más amplia con la
socialización general de las pacientes y sus relaciones interpersonales,
predominan las respuestas positivas (61.1%), lo que indica que de modo general
las integrantes de la investigación disfruten de relaciones armónicas con las
demás personas y refleja también que cuentan con el apoyo de personas fuera de
sus propias familias.
“Las otras personas, mis compañeros son adorables conmigo.” (MR 40 años)
“Las otras personas, todos los que me rodean son amables.” (DV 30 años)
“Las otras personas me han ayudado.” (AP 41 años)
“La gente de mi cuadra me ayudan mucho.” (LR 23 años)
Como se puede apreciar hacen referencia a vecinos, y otros compañeros pero
todavía no expresan sentimientos u opiniones específicas hacia sus parejas y 50%
de las respuestas relacionadas con la frase “los hombres…” son plenamente
negativas o carentes de una implicación personal. En este ítem encontramos
expresiones como:
“Los hombres quisiera que fueran sinceros” (RA 40 años)
“Los hombres son cobardes” (CF 26 años)
“Los hombres son incomprensibles y egoístas” (YR 29 años)
Las respuestas conflictivas en esta esfera constituyen 31.3%; están concentradas
en la frase 41: “La mayoría de las mujeres…” Al analizar detenidamente las
respuestas a esta frase se nota que las mujeres tienden a la generalización de su
situación de salud, además nos percatamos que la enfermedad tiene un lugar de
prioridad en la vida de las pacientes lo que se hace evidente en las siguientes
respuestas:
“La mayoría de las mujeres viven con enfermedad como la mía.” (CR 45 años)
“La mayoría de las mujeres tienen problemas de ginecología.” (AS 29 años)
“La mayoría de las mujeres tiene problemas de cervix.” (NS 33 años)
A pesar del conocimiento que tienen las mujeres del grado del cáncer que
padecieron y las implicaciones de la reaparición de la enfermedad, las expresiones
en torno a la misma no están relacionadas con el grado del cáncer. Esto significa
que su preocupación por la enfermedad se centra no en su severidad sino en el
hecho de padecerla. Tomando en consideración la importancia de tener relaciones
sexuales después de tratamiento por el cáncer cervico-uterino, son muy
interesantes algunas de las respuestas brindadas en la frase referida a los
hombres.
“Los hombres son necesarios para la vida” (NS 33 años).
“Los hombres son necesarios” (RP 40 años)
“Los hombres son necesarios pero no imprescindibles” (RD 29 años)
A pesar de que expresan una necesidad de tener los hombres como parte de su
vida, se nota una carencia de tono emocional. Al considerar que sus esposos son
los hombres que más estrecha relación tienen con ellas, las expresiones hechas
en torno a los hombres reflejan de modo indirecta una valoración de ellos.
Además, frases como las siguientes reflejan conflicto interno de las mujeres así
como conflicto en sus relaciones de pareja.
“La mayoría de las mujeres somos hipócritas.” (RP 40 años)
“La mayoría de las mujeres tienen que ser infiel al esposo.” (DV 31 años)
”La mayoría de las mujeres no se dan valor ante los hombres.” (AP 41 años)
La esfera personal se caracteriza por respuestas positivas (67.6%), mientras que
25.7% de las respuestas fueron conflictivas. Las respuestas positivas en esta
como en otras esferas analizadas en esta técnica se relacionan mucho con la
familia de las mujeres; son muy frecuentes las referencias a los hijos, los cuales se
convierten en el centro de la familia.
“Amo a mis hijos.” (MH 43 años)
“Amo a mi hija y madre.” (BK 39 años)
“Mi futuro criar a mis hijas.” (GB 45 años)
Al analizar las respuestas de conflicto en esta área se nota las expresiones de las
mujeres están mediatizadas por la enfermedad, la cual provoca estados
emocionales negativas como frustración, preocupación e inseguridad.
“Yo quisiera tener muchos hijos” (RP 40 años) (a que a consecuencia de los
tratamientos recibidos por la enfermedad es imposible satisfacer este anhelo).
“Mi futuro es incierto.” (YR 29 años)
“Mi futuro lo sabrá la ciencia y en especial mi medico.” (NS 33 años)
“Estoy muy preocupada.” (PA 34 años)
En esta esfera a diferencia de las otras esferas, hubo referencia a las parejas de
las mujeres, en dos casos de la muestra, las cuales reflejan sentimientos muy
distintos:
“Yo no amo a mi esposo.” (DV 30 años)
“Amo a mi esposo.” (AS 29 años)
La esfera sexual, representada por solo dos frases se caracteriza por el puntaje
más alto de respuestas neutrales (36%), en comparación con las otras esferas
analizadas, lo que pone en énfasis un alto nivel de evasión de la temática así
como una carencia de identificación e implicación personal en la expresión de las
respuestas o un adecuado tono emocional. Tomando en consideración la cantidad
de respuestas neutrales (36%) y las respuestas conflictivas (31%), en
comparación con 33% de respuestas positivas, nos percatamos de la existencia de
conflictos en esta esfera. Entre las respuestas neutrales y conflictivas se
encuentran:
“El impulso sexual no es frecuente.” (NS 33 años)
“El impulso sexual es relativo.” (MH 43 años)
“El matrimonio es como una balanza.” (AS 29 años.)
“El impulso sexual está limitado.” (AP 40 años)
“El impulso sexual, no siento placer constantemente.” (MR 40 años)
Estas frases evidencian una carencia de deseo sexual y también vivencias
placenteras limitadas.
En las frases que conforman la esfera de los conflictos, 80% de las respuestas
son negativas y se refleja alto nivel de preocupación por el estado de salud y las
consecuencias de la enfermedad en otras áreas de su vida específicamente con
respecto a la crianza de sus hijos. A pesar de estar libres del cáncer durante el
periodo de la investigación uno de los temas que se repite con frecuencia es la
muerte. Estas preocupaciones repercuten en estados emocionales negativo como
la tristeza.
“Mi mayor problema es, mis hijas verlas ser unas profesionales.” (GB 45 años)
“Lamento estar enferma.” (GB 45 años)
“Sufro cuando algo no tiene solución.” (AS 29 años)
“Mi mayor temor es morir.” (RP 40 años)
“La preocupación principal es el seguimiento de la enfermedad.” (CR 45 años)
En la esfera motivacional predominan las respuestas positivas (65%), siendo
entre los temas más comunes la familia, sin referencias específicas a la pareja.
Esto refuerza lo encontrado en la esfera de la familia y en la esfera de los
conflictos con respecto a la importancia que atribuyen a sus familias, el apoyo que
sienten y el valor que tiene la familia, específicamente los hijos para ellas y su
sentimiento de bienestar psicológico. Las expresiones de las pacientes reflejan y
comprueban lo que se ha visto en otras esferas: sus hijos se han convertido en la
razón principal en la lucha contra la enfermedad, y por la vida. Sienten una alta
responsabilidad por sus hijos, lo cual está reflejado en la esfera de los conflictos
también. Entre las frases de corte positivo se incluyen:
“El mejor regalo de la vida ha sido mi hija.” (AS 29 años)
“El tiempo más feliz cuando estoy en mi casa con mi familia.” (NP 33 años)
“A la hora de acostarme le pido a Dios durar unos años para ver crecer a mis hijas”
(GB 45 años)
“Me gusta estar con mi familia y disfrutar de ella.” (CR 45 años)
Es esta esfera como en otras, la salud sigue apareciendo como un área de
conflicto. Las siguientes frases ilustran lo anteriormente dicho:
“Yo prefiero ser pobre y tener salud.” (RD 29 años)
“Este lugar puede ser mi salvación.” (AS 29 años)
“Deseo tener salud, seguir mejorando.” (NS 33 años)
El caso de NS (33 años) tipifica la información brindada de forma general en el
completamiento de frases. A partir de esta técnica se nota que el área de la salud
tiene un lugar de prioridad en la vida de los sujetos, lo que repercute en estados
emocionales negativos como la tristeza, el miedo y la inseguridad. En el caso de
NS como en la mayoría de los casos los hijos se han convertido en el centro de la
familia y hay pocas referencias a la relación de pareja. En este sentido el afecto de
las mujeres se ve dirigido a los hijos mucho más que a la pareja. La evasión de la
temática de las relaciones de pareja indica también que es un área conflictiva que
lleva profundización mediante otras técnicas indirectas y directas.
ADECUACION DEL TEST DE APERCEPCION TEMATICA
El análisis de esta técnica se realiza en base de las categorías mencionadas en el
capitulo de la metodología:
7. Repetición de un determinado contenido o tema de una narración a otra.
8. Identificación a través de las historias con los personajes de la lámina.
9. Destino de los héroes.
10. Relaciones del héroe con su medio.
11. Nivel de elaboración personal y organización de los contenidos.
12. Fuerza e intensidad emocional durante la narración y reacciones más
sobresalientes
Repetición de un determinado contenido o tema de una narración a otra.
Las narraciones de los sujetos fueron pobladas principalmente por temas como la
tristeza, enfermedad, problemas, preocupación, temor, sufrimiento, rechazo,
abandono conyugal, amor y muerte. Entre ellos se encuentran los temas que
predominaban en el completamiento de frases, los cuales se expresan de forma
interrelacionada en las narraciones; no aparecieron independientemente uno del
otro. Ilustramos este punto con unos fragmentos de las narraciones de los sujetos:
Lamina # 3
“…está llorando y muy preocupada…seguro que es un problema de ella de tener
alguna enfermedad.” (NS 33 años)
Lamina # 13
“…una pareja que se encuentra la esposa enferma con limitaciones de
salud,…muy mal.” (NS 33 años)
Lamina # 12
“Parece que es la muerte, como si la estuviera amenazando a ella y ella no sabe,
porque tiene la cara muy relajada. Como si la muerte tuviera atenta así esperando
por ella.” (AS 29 años)
Lamina # 8
“…hay una mujer que parece tener algún problema, pensando en que va a hacer,
como resolver el problema que tiene.” (MH 43 años)
Identificación a través de las historias con los personajes de la lámina.
Los principales temas expresados por los sujetos demuestran un alto grado de
identificación con los personajes de las láminas. En algunos casos el nivel de
identificación no fue comprobado hasta la realización de la entrevista posterior a la
aplicación de la técnica en la cual se corroboró que los temas y las narraciones
fueron extraídos, de modo general, de la experiencia personal de las mujeres. En
otros casos fue muy obvia la identificación con los personajes de las láminas
desde las propias narraciones. Ilustramos la identificación con algunos fragmentos
de las narraciones de los sujetos:
Lamina # 2
“…es un problema grande que tiene…puede haberse detectado alguna
enfermedad puede ser mi problema y ella tiene el mundo perdido, su vida
perdida,…está como vacía.” (AP 41 años)
Lamina # 2
“…la muchacha y el hombre están en una relación, y basándome en mi, ella
puede ser una paciente de oncología y habla con él y él decide marcharse.” (RA
40 años)
Lamina # 3
“…muy triste,…puede ser cuando ella descubre su diagnostico, o puede caber la
posibilidad que sea cuando ella y el esposo se separaron. Yo me baso en mi
problema particular. Viví 18 años con un hombre y pensé que lo conocía pero solo
lo conocí después que nos separamos. Conviví 18 años con el y cuando me
enfermé nos separamos.” (RA 40 años)
Estos fragmentos ejemplifican el alto nivel de identificación con los personajes de
las láminas, estando fuertemente mediatizada la narración por las vivencias de los
pacientes en relación con su enfermedad, las que han sido primordialmente
negativas y dolorosas generando estados emocionales negativos como la tristeza.
Tomando en consideración los temas repetidos, como el rechazo y el abandono
conyugal, y el nivel de identificación con los personajes que vivencian estas
emociones, reflejan conflictos en las relaciones de pareja.
Lamina # 4
“…es un amor que ella siente por él y él la rechaza…un amor que por él no puede
ser…por él no puede existir…se ve que le rechaza a ella.” (DV 30 años)
Lamina # 4
“…una joven enamorada, su pareja no está comprendido el amor que ella
exprese.” (GB 45 años)
Lamina # 4
“…una pareja que aparentemente están enamorados…tuvieron algún conflicto
amoroso, ella trata de retenerlo…” (CR 45 años)
En las situaciones expresadas se nota que la mujer está siendo rechazada por su
pareja, lo que en realidad ha vivenciado mujeres de la muestra, de las cuales se
puede destacar a RA de 40 años quien al recibir la noticia del diagnostico del
cáncer cérvicouterino fue abandonado por su esposo después de 18 años de
matrimonio y a pesar de tener tres hijos.
Destino de los héroes
La mayoría de los héroes de las narraciones de los sujetos tienen un fin pesimista,
en el cual predominan la tristeza, el abandono conyugal, el temor la violencia, la
muerte y la infelicidad como se nota en los múltiples ejemplos expuestos en otras
categorías de análisis anterior a esta. En ellos podemos ver que los personajes
principales con quienes se identifican las mujeres de la muestra vivencian
situaciones negativas. No obstante en algunos pocos casos se destacan fines
positivos.
Relaciones del héroe con su medio
Las relaciones entre los personajes en las narraciones son predominantemente
conflictivas. Los conflictos son de menor a mayor intensidad y los más intensos
terminan en la violencia contra la mujer. Los conflictos en las relaciones de pareja
reflejan que hay un nivel de comunicación inadecuado. La comunicación es un
elemento muy importante en el marco de las relaciones de pareja y dificultades la
misma tienen repercusiones negativas en la relación. Según P. Ares, (2004), la
comunicación es el vehículo que dos personalidades tienen de acercarse,
atraerse, conocerse, amarse, dialogar, entrar en contradicción, resolver los
conflictos y en la medida que una persona tenga una mayor capacidad
comunicativa, potencialmente puede establecer una relación interpersonal más
satisfactoria. La comunicación inadecuada, provoca conflictos que van desde la
mera discusión hasta llegar a la agresión física del hombre hacia la mujer, esta
situación se reveló fundamentalmente en la lámina 13:
“Ella no ha querido tener relaciones con su esposo y él lo ha hecho brutalmente.”
(YR 29 años)
“…él mato a la mujer. No se ve sangre pero él parece que está muerta y él como si
tiene culpa…” (AS 29 años)
En el primer fragmento ilustrativo, se refleja que la paciente considera que las
relaciones sexuales son un deber matrimonial y la mujer está obligada a
entregarse al hombre cuando él siente deseo de tener relaciones a pesar de que
ella no quiere. Esto demuestra no solo el menosprecio de la mujer en la relación
de pareja sino también que las mujeres desconocen sus derechos sexuales y
aceptan con resignación la violación de los mismos.
Nivel de elaboración y organización de los contenidos
A pesar de que la elaboración de las historias era generalmente descriptiva, hubo
buena organización de los contenidos además de brindar información muy útil para
realizar el análisis de la técnica. El lenguaje utilizado y la forma de elaboración
estaban de acuerdo con el nivel cultural de los sujetos.
Fuerza e intensidad emocional durante la narración y reacciones más
sobresalientes
De modo general las narraciones fueron realizadas con un tono emocional
equilibrado excepto en una paciente que tuvo llanto y manifestaciones de ansiedad
como el movimiento constante de su posición en la silla y la expresión del deseo
de fumar varias veces durante la aplicación de la técnica. Estas manifestaciones
fueron generalizadas durante todo el proceso de la aplicación de la técnica. El tono
equilibrado de la mayoría así como las manifestaciones extraverbales de cada
sujeto tuvieron un sentido de autenticidad que hacían confiables y valiosos las
narraciones.
En esta técnica a diferencia del completamiento de frases hubo referencia a las
relaciones de pareja. Las situaciones expresadas, reflexiones de las vivencias
propias manifestadas a través de las narraciones, demuestran conflictos en la
esfera de la sexualidad; dificultades en la comunicación con la pareja, abandono
conyugal, agresión sexual, violación de sus derechos sexuales, carencia de afecto.
SEXUAL FUNCTION VAGINAL CHANGES QUESTIONNAIRE (SVQ)
El análisis de esta técnica se realizara en base de las categorías establecidas en
el capitulo metodológico. A continuación se presentan los resultados del
componente afectivo:
Componente Afectivo
Número
1-interés contacto físico
NO (%)
UN
POCO
(%)
BASTANTE
(%)
MUCHO
(%)
0
33,3
16,7
50
3-interés en relaciones sexuales
5-interés del pareja en relaciones
sexuales
8-preocupación por las relaciones
sexuales
17-siente relajada después de
relaciones sexuales
Número
9-satisfacción con vida
sexual
10-satisfacción con
apariencia física
0
66,7
16,7
16,7
0
22,2
22,2
50
44,4
44,4
5,6
5,6
0
11,1
38,9
50
1 (%)
2(%)
3(%)
4(%)
5(%)
6(%)
7(%)
5,6
0
0
5,6
11,1
22,2
55,6
11,1
5,6
5,6
0
16,7
22,2
38,9
Todas las mujeres de la muestra informaron que han tenido interés en demostrar
su afecto hacia sus amigos y los miembros de la familia de forma física, a través
de abrazos etc. Con respecto al interés de las mujeres en tener relaciones
sexuales, 100% de ellas informaron que tienen interés. No obstante es interesante
notar que la mayoría de las mujeres 67% tienen solo un poco interés en tener
relaciones sexuales mientras que 50% de sus parejas tienen mucho interés en
tener relaciones sexuales, lo que diferencias en el nivel de interés que tienen en la
actividad sexual ambos miembros de la pareja. Esto corrobora los datos
analizados del TAT acerca de las vivencias de las mujeres en la relación sexual.
La mayor parte de la muestra, 89% de las mujeres informaron que experimentan
un alto nivel de satisfacción con la vida sexual, ubicándose entre 5 y 7 en la
escala. Sin embargo, al comparar este resultado con la cantidad de mujeres, 56%,
que expresan preocupación por la vida sexual y el nivel de interés que tengan esto
es indicativo de una sobrevaloración intencional, o sea es un intento a disfrazar
conflictos en la vida sexual. No se ve muy afectado el nivel de satisfacción de las
mujeres de la muestra con su imagen corporal ya que 78% de ellas informaron alto
nivel de satisfacción (entre 5 y 7) en esta categoría. Esto significa que el
autoimagen corporal no tiene un efecto negativo sobre sus relaciones sexuales.
Se presentan en las siguientes tablas los resultados correspondientes a las
preguntas en la categoría conductual:
Componente Conductual
Número
NO (%)
UN POCO
BASTANTE
MUCHO
(%)
(%)
(%)
2-contacto físico con familia
22,2
22,2
27,8
27,8
7-pareja dificultad eréctil
94,4
5,6
0
0
11-sequedad vaginal
55,6
44,4
0
0
11a-molestia sequedad vaginal
12-dolor durante relaciones
sexuales
25
75
0
0
55,6
38,9
0
5,6
12a- molestia dolor
12,5
87,5
0
0
13-sangramiento
72,2
22,2
5,6
0
13a-molestia sangramiento
20
80
0
0
14-molestia vagina pequeña
55,6
38,9
5,6
0
Número
NUNCA (%)
A VECES (%)
FRECUENTEMENTE (%)
SIEMPRE(%)
15-terminar coito
0
22,2
16,7
61,1
16-orgasmo
0
22,2
27,8
50
6-Frecuencia de relaciones sexuales
(%)
1-2 veces mensual
11,1
3-4 veces mensual
22,2
1-2 veces semanal
38,9
Más de 2 veces semanal
27,8
La mayor parte de las mujeres, (56%), informaron que no habían experimentado
sequedad vaginal desde su tratamiento por el cáncer cérvicouterino mientras que
las demás (44%) informaron que habían experimentado un poco de sequedad. De
las mujeres que habían experimentado sequedad vaginal, 75% sentían un mínimo
nivel de molestia a causa de la misma mientras que las demás 25% no sentían
molestia. El dolor durante las relaciones sexuales se presenta en 44% de las
mujeres de las cuales solo 6% experimentan mucho dolor mientras que 39% de
ellas experimentan solo un poco de dolor. Entre las mujeres que experimentan
dolor durante las relaciones sexuales, 87,5% experimentan un nivel mínimo de
molestia a consecuencia del mismo mientras que las otras (12.5%) no
experimentan molestia ninguna. Entre las mujeres de la muestra existe baja
incidencia del sangramiento durante las relaciones sexuales, dado que 28% de
ellas han experimentado lo mismo y según aclararon ellas que no es un problema
que las afecta en el período de la investigación. El nivel de molestia causado por el
sangramiento se ubica en el nivel más bajo dado que el 80% de las que han
experimentado sangramiento informaron que la molestia es poca. El sangramiento
no ocasiona molestia al otro 20%. Estas manifestaciones fisiológicas como se
pudo corroborar en la entrevista retest las experimentaron en los primeros
encuentros sexuales después del tratamiento. Al analizar los datos referidos al
elemento fisiológico se nota que no hay grandes dificultades en esta área que
perjudican la capacidad de tener relaciones sexuales.
Todas las mujeres de la muestra han sido sexualmente activas desde su
tratamiento por el cáncer cérvicouterino y la mayoría, 94%, de sus parejas no han
tenido ninguna dificultad en lograr la erección. El único caso de dificultad eréctil
tuvo lugar en las primeras veces después de terminar el tratamiento, una situación
que se ha superado. A pesar que la mayoría de las mujeres expresen poco interés
en tener relaciones sexuales, 67% de ellas tienen relaciones sexuales por lo
menos 1-2 veces semanal. Esta frecuencia de tener relaciones sexuales contraste
con el nivel de interés de las mujeres lo que refuerza la idea de que siente
obligación con sus parejas en cuanto a las relaciones sexuales.
Con respecto a la capacidad que tienen las mujeres para terminar el coito, solo
61% lo logran siempre, mientras que solo el 50% de las mujeres de la muestra
siempre llegan al orgasmo. Teniendo en cuenta que no hay razones fisiológicas
que inciden en su capacidad para gozar plenamente de las relaciones sexuales,
habría que considerar que la preocupación y otras emociones negativas,
(expresadas en el completamiento de frases y el TAT), relacionadas con la
enfermedad influyen en el logro de sentimientos placenteros en las relaciones
sexuales. Los datos aquí referidos se diferencian del comportamiento anterior a la
enfermedad dado que en la entrevista 83% de las mujeres informaron que
tomaban la iniciativa en las relaciones sexuales y 89% de ellas siempre
experimentaron el orgasmo.
ENTREVISTA ESTRUCTURADA
La entrevista aunque fue utilizada en múltiples ocasiones a lo largo de toda la
investigación fue utilizada también de modo especial y autónomo para indagar
directamente en los aspectos de la actitud hacia la sexualidad. Su aplicación de
forma estructurada permite que sea valiosa de modo independiente así como
técnica de apoyo y de corroboración a la información obtenida mediante las otras
técnicas aplicadas.
Componente Cognitivo
La familia es el grupo de referencia de mayor estabilidad a lo largo de la vida del
individuo y tiene la gran responsabilidad de promover la formación de los valores,
convicciones, normas de comportamiento concepciones y actitudes sexuales. A
partir de la relaciones intrafamiliar es donde los individuos empiezan a construir su
identidad sexual B. Castellanos y A. González (2003). Las mujeres de la muestra
se criaron en la mayoría (72%) en un hogar donde vivían junto con los dos padres
mientras 22% de la muestra provienen de hogares donde los padres
están
divorciados y en todos los casos se separaron antes de que los sujetos llegaran a
la adolescencia.
Al indagar en la educación sexual de los sujetos. Se pudo
conocer que 72% de la muestra nunca hablaron de la temática de la sexualidad
con sus padres y no recibieron ninguna orientación, ni consejo con respecto a la
misma. Encontramos al respecto tales como:
“No, no, no, no. Yo creo que yo tenia 8 o 9 años y yo no sabia todavía que era un
novio.” (PA 34 años).
“No me hablaron del sexo. Debe ser que no pensaron que esa era una forma de
ayudar a los hijos.” (LR 23 años)
“Nunca, jamás. De eso no se podía hablar en mi casa. De sexo no se podía hablar
porque era un tabú hablar del sexo en ese tiempo.” (CR 45 años)
Dado la falta de información proveniente de sus hogares la mayoría de las mujeres
tuvieron que aprender de fuentes informales como las amigas de la escuela y de
sus propias experiencias.
“Aprendí por la vida, porque luego vas a estudiar en la secundaria y entonces
todas las familias no son iguales entonces ahí hay niñas que saben más y las que
saben menos, siempre hay algunas que saben esto y saben aquello. Esto fue una
cosa que nunca oía en mi casa entonces quería saber. Si aquella amiguita tenia
novio que hacia con el novio, y que sentía. Así empezaba a aprender que es el
sexo y sobre las relaciones sexuales.” (CR 45 años)
“Yo supe de esto de mi prima. Lo que me dijo fue que yo lo que tenia que hacer
era acostarme con él y él me decía que quitara la ropa, que abría los pies y estas
cosas. Escondido de mis padres por supuesto, yo supe lo que era tener relaciones
sexuales después de que yo me case.” (MR 40 años).
En unos pocos casos recibieron información desde un punto de vista puramente
biológica de profesores de la escuela. Después de conocer su diagnostico de
cáncer cérvicouterino y pasar por el proceso de tratamiento de la enfermedad, el
100% de las mujeres que recibieron tratamiento de radioterapia recibieron una
explicación fisiológica breve con respecto a la necesidad de seguir teniendo un
vida sexual activa.
“El me dijo que debía tener relaciones sexuales producto de que la vagina se
pegaba.” (GB 45 años)
“Lo principal que me dijo fue que debo tener vida sexual para que no cierre la
vagina.” (RA 40 años)
Los resultados aquí son similares a los de la investigación de Jensen et al
realizado en Dinamarca en 2003 con 118 pacientes en remisión del cáncer
cérvicouterino en la cual concluyeron que este tipo de paciente tiene un problema
que es subvalorado. Se refiere al alto riesgo de padecer de un problema sexual y
la carencia de información proveniente de los gineco-oncólogos que les atienden.
El 100% de las mujeres después de esta orientación se quedaron con dudas y
preocupaciones sobre el tema de la vida sexual no obstante, ninguna de ellas
preguntaron directamente al medico sino que preguntaron a otros profesionales de
la medicina, a otras pacientes, y se apoyaron en sus familiares que las acompañan
a los turnos médicos para preguntar sus dudas al médico.
“Yo siempre vengo con mi mama y mi hermana a la consulta y ellas siempre han
tomado ese poquito trabajo y le han hecho estas preguntas. Las inquietudes mías,
las preguntan ellas porque he sentido pena preguntarle estas cosas.”
(RA 40 años)
“No le preguntaba nada al medico. Yo tengo una prima que es enfermera y ella es
la que me habla de esas cosas, todas las dudas que pudiera tener yo preguntaba
a ella.” (AP 41 años).
A diferencia de las mujeres que fueron tratados con radioterapia, 75% de las
mujeres tratados solamente con cirugía informaron que recibieron información
suficiente de su médico para aclararse las dudas que tenían con respecto a su
patología, tratamiento y su vida sexual. El tratamiento de radioterapia tiene mayor
implicación fisiológica que la cirugía lo que hace necesario una orientación
explícita para evitar vivencias negativas desde esta área. No obstante, el padecer
del cáncer como hemos visto en las técnicas anteriores tiene repercusiones
psicológicas que inciden en su sexualidad, por lo que se necesita de una atención
especial a esta esfera de la vida de las pacientes. Además teniendo en cuenta la
edad en que el cáncer tiende a aparecer en la mayoría de las mujeres el grupo
que sentía menos satisfacción con la información recibida del médico en cuanto a
las relaciones sexuales, corroboramos que la información fue brindada a modo de
“receta”. Según una de las mujeres de la muestra, “él siempre te dice; esta vagina
está cerrando, tiene que hacer más vida sexual.”; sobre esta forma de brindar
información acerca de la sexualidad la paciente termina diciendo: “Es como una
terapia”
Componente Conductual y Afectivo
La edad media de la primera relación sexual entre las mujeres de la muestra es de
17 años a pesar del poco conocimiento que tuvieron sobre la temática de la
sexualidad.
Antes de presentarse el problema de salud, 83% de las mujeres de la muestra
tomaban la iniciativa en las relaciones sexuales con sus parejas y la mayoría,
(80%), siempre llegaron al orgasmo. No obstante al terminar el proceso de
diagnostico y tratamiento por dicha patología, solo 44% de los sujetos inician las
relaciones sexuales. Esta disminución marcada se debe según expresaron las
mujeres a motivos que incluyen una falta de deseo en las relaciones sexuales y
miedo. Esto ha sido un factor importante también en la disminución de la
frecuencia de tener relaciones sexuales.
“…si yo lo puedo evitar, lo evito porque tengo miedo...” (AP 41 años)
“En la actualidad con el que fue mi primer marido y yo no he sentido ni con él y
cuando lo veo me da algo, me siento un temblor. Él me ha tocado y me ha besado
pero no he sentido nada. Con mi esposo…él dice que él no es un viejo, que
necesita tener relaciones sexuales, que a él le hace mucha falta y él siempre está
discutiendo conmigo por eso pero yo le digo que yo no puedo. Él está conmigo a
veces en momentos de que yo no siento nada.” (MR 40 años)
“Hacíamos el amor más frecuentemente antes. No es que siento dolor porque
cierra la vagina, no s eso. El deseo de hacer el amor ha cambiado.”
(PA 34 años)
“…mientras yo puedo mantenerse, sentaditos pasando la manito es mejor para mi.
No quisiera que llega este momento de tener relaciones sexuales.”
(RA 40 años)
“Yo me siento sin deseos de tener relaciones sexuales.” (GP 40 años)
Antes del diagnóstico y tratamiento por el cáncer cérvicouterino la mayoría de las
mujeres gozaban plenamente de las relaciones sexuales. A pesar de la carencia
del deseo y los estados emocionales negativos que tienen las mujeres con
respecto a las relaciones sexuales en la actualidad, siguen teniendo relaciones
sexuales con sus parejas por motivos de obligación matrimonial y cumpliendo
orientaciones del médico lo que corrobora la información brindada en otras
técnicas. Ninguna de las mujeres tratados con radioterapia pueden tener hijos, y
sólo una paciente expresó frustración en relación con su maternidad. Dada esta
situación, la sexualidad deja de cumplir su función reproductiva, no obstante las
relaciones sexuales de las mujeres deben estar relacionadas más que nada con la
función erótica-afectiva, la cual se ve afectada por las emociones negativas que
interfieren en el placer que sienten las mujeres al tener relaciones sexuales.
Teniendo en cuenta que en las otras técnicas hemos descubierto la existencia de
una comunicación inadecuada en la pareja, es cuestionable el cumplimiento de la
función comunicativa de la sexualidad. Las siguientes expresiones lo demuestran:
“Es importante porque cuando uno tiene marido debe tener relaciones sexuales o
él va a buscar en la calle otra cosa y es muy importante hacerlo con él para evitar
todo eso.” (MH 43 años)
“No es una cosa imprescindible pero ya cuando uno tiene una relación de pareja
es una necesidad. Si yo que estoy enferma, llega un momento que no puedo tener
relaciones sexuales con mi marido ya eso iba a andar mal y él sigue funcionando
igual entonces tendría que buscarse otra relación.” (AP 41 años)
“Ya hoy para mi el sexo es necesario. Después del tratamiento me dijeron que si
no hago vida sexual activa la vagina puede cerrar, y esto es mi mayor
preocupación. De no ser esta preocupación no tuviera relaciones sexuales con
nadie.” (RA 40 años).
Estas expresiones como otras nos indican el sentido que las relaciones sexuales
tienen para estas mujeres: son una obligación que tienen que cumplir por motivos
de salud, y para tener armónicas relaciones de pareja. Según la sexóloga E,
Vargas (2000) la mujer tiende a tener muy íntimamente mezcladas la sexualidad y
la afectividad y el eje central de la última es el amor sexual. Dado que en estas
pacientes hay emociones negativas mediatizando las relaciones sexuales, y un
sentido de obligación con la pareja, un sentido terapéutico que atribuyen al sexo
es que podemos explicarnos que: sólo 61,1 % de la muestra siempre terminan al
coito, y aun menos, (50%) siempre llegan al orgasmo.
CONCLUSIONES
ƒ
La preocupación por la recurrencia del cáncer y el peligro que constituye
esto para la vida de las pacientes es una vivencia determinante en la
jerarquía motivacional de las mujeres participantes en la investigación.
ƒ
Los motivos orientados hacia el logro de una salud física con la ausencia
del cáncer están mediatizando la actitud que asumen estas mujeres hacia la
sexualidad.
ƒ
La comunicación interpersonal y el apoyo afectivo son necesidades
priorizadas en la vida sexual-amorosa de estas pacientes.
ƒ
Las informaciones recibidas por estas mujeres sobre la sexualidad
posteriormente al tratamiento estuvieron orientadas principalmente a la
necesidad del coito en la recuperación de los órganos afectados,
determinando esto que la relación coital adquiriera un sentido terapéutico
para las mismas, disminuyendo así su función erótico-placentera.
ƒ
La ausencia de información precisa sobre diferentes aspectos relacionados
con la aparición del cáncer cérvicouterino hizo que en estas mujeres,
motivadas a mantener su salud física, experimentaran vivencias como la
preocupación, miedo e inseguridad.
ƒ
El nuevo sentido que ha adquirido el coito junto a las vivencias negativas
experimentadas determinaron cambios en la frecuencia de las relaciones
sexuales y en el placer experimentado en las mismas.
ƒ
Las diferencias en las vivencias y comportamiento sexual entre las mujeres
participantes en la investigación estuvieron relacionadas con la calidad de la
relación de pareja.
RECOMENDACIONES
ƒ
Divulgar los resultados de esta investigación a los departamentos que
atienden a las mujeres en fase de seguimiento por el cáncer cérvicouterino.
ƒ
Seguir esta línea de investigación y desarrollar un modelo para brindar una
orientación adecuada acerca de la sexualidad en mujeres post tratamiento
del cáncer cérvicouterino.
ANEXO 1
TEST DE COMPLETAMIENTO DE FRASES
Nombre y apellidos: ____________________________________ Edad:_______
Escolaridad:_____ Estado Civil:____________ Ocupación:_____________
Instrucciones: Complete o termine estas frases para que expresen sus
verdaderos sentimientos, ideas, y opiniones. Trate de completar todas las
frases.
1. Me gusta_______________________________________________________
2. El tiempo más feliz_______________________________________________
3. Quisiera saber___________________________________________________
4. En el Hogar_____________________________________________________
5. Lamento_______________________________________________________
6. A la hora de acostarme__________________________________________
7. Los hombres____________________________________________________
8. El mejor________________________________________________________
9. Me molesta_____________________________________________________
10. La gente _____________________________________________________
11. Una madre____________________________________________________
12. Siento________________________________________________________
13. Mi mayor temor_________________________________________________
14. En la escuela__________________________________________________
15. No puedo_____________________________________________________
16. Los deportes___________________________________________________
17. Cuando yo era niña______________________________________________
18. Mis nervios____________________________________________________
19. Las otras personas______________________________________________
20. Sufro_________________________________________________________
21. Fracasé_______________________________________________________
22. La lectura_____________________________________________________
23. Mi mente______________________________________________________
24. El impulso sexual_______________________________________________
25. Mi futuro______________________________________________________
26. Yo necesito____________________________________________________
27. El matrimonio__________________________________________________
28. Estoy mejor cuando_____________________________________________
29. Algunas veces__________________________________________________
30. Me duele______________________________________________________
31. Odio_________________________________________________________
32. Este lugar_____________________________________________________
33. Estoy muy ____________________________________________________
34. La preocupación fundamental _____________________________________
35. Deseo________________________________________________________
36. Mi padre______________________________________________________
37. Yo secretamente________________________________________________
38. Yo ___________________________________________________________
39. Las diversiones_________________________________________________
40. Mi mayor problema es___________________________________________
41. La mayoría de las mujeres________________________________________
42. El trabajo _____________________________________________________
43. Amo__________________________________________________________
44. Me pone nervioso_______________________________________________
45. Mi principal ambición____________________________________________
46. Yo prefiero____________________________________________________
47.
Mi
problema
principal
en
la
elección
de
carrera,
profesión
trabajo___________________________________________________________
48. Quisiera ser____________________________________________________
49. Creo que mis mejores actitudes son_________________________________
50. Mi personalidad_________________________________________________
51. La felicidad____________________________________________________
ANEXO 2
(TAT)
y
ANEXO 3
Sexual function Vaginal changes Questionnaire (SVQ)
El contacto físico y las relaciones sexuales forman una parte importante en la vida
de los seres humanos. Las personas que sufren enfermedades que involucran a la
región pélvica pueden experimentar cambios en su vida sexual.
Las siguientes preguntas refieren al mismo. La información que usted brinda,
quedara estrictamente confidencial.
Por favor conteste a cada pregunta poniendo un círculo en el número que es
aplicable a usted.
Primera parte.
Desde su tratamiento:
1. ¿Usted ha sentido interés en tener contacto físico (un beso, un abrazo)?
No
Un poco
Bastante
Mucho
1
2
3
4
2. ¿Usted ha tenido contacto físico con su familia y sus amigos de
confianza/íntimos?
No
Un poco
Bastante
Mucho
1
2
3
4
3. ¿Usted ha tenido interés en tener relaciones sexuales?
No
Un poco
Bastante
1
2
3
Mucho
4
4. ¿Usted tiene pareja? (si usted contesta no sigue con la pregunta 8)
Si
No
5. ¿Su pareja ha querido tener relaciones sexuales con usted?
No
Un poco
Bastante
Mucho
1
2
3
4
6. ¿Usted ha tenido relaciones sexuales? (si usted contesta no a esta
pregunta por favor pase a la pregunta 8).
No
Si (1-2 veces al mes)
Si, (3-4 veces al mes)
Si, (1-2 veces semanal)
Si, (más de 2 veces semanal.)
1
2
3
4
5
7. ¿Su pareja experimento dificultades en lograr la erección?
No
Un poco
Bastante
Mucho
1
2
3
4
8. ¿Usted ha estado preocupada por su vida sexual o la falta de relaciones
sexuales?
No
Un poco
Bastante
Mucho
1
2
3
4
En las siguientes preguntas ponga un círculo en el número entre 1 y 7 que se
aplique mejor a usted.
Desde su tratamiento:
9. Cuan satisfecha o insatisfecha usted ha sentido con su vida sexual/
carencia de vida sexual.
1
2
3
4
5
6
7
Muy
Muy
Insatisfecha
satisfecha
10. ¿Cuan satisfecha o insatisfecha ha estado con su apariencia/aspecto
físico?
1
2
3
4
5
6
7
Muy
Muy
Insatisfecha
satisfecha
Por favor, pase a la segunda parte solamente si usted ha estado activa
sexualmente en el mes pasado
Si usted no ha estado activa sexualmente en el pasado mes usted no tiene
que contestar a las siguientes preguntas.
Las siguientes preguntas son aplicables a usted solamente si usted ha
estado activa sexualmente en el pasado mes.
Por favor conteste a las siguientes preguntas por si solo poniendo un círculo
en el número que es más aplicable a usted.
Segunda Parte.
Desde su tratamiento:
1. ¿Usted experimento sequedad en su vagina durante el coito?
No
Un poco
Bastante
Mucho
1
2
3
4
11a. Si usted contesto “si” ¿se lo ha molestado?
No
Un poco
Bastante
1
2
3
Mucho
4
12. ¿Usted ha experimentado dolor durante el coito?
No
1
Un poco
2
Bastante
3
12a. Si usted contesto “si” ¿se lo ha molestado?
No
Un poco
Bastante
1
2
3
Mucho
4
Mucho
4
13 ¿Usted ha experimentado sangramiento durante el coito?
No
Un poco
Bastante
Mucho
1
2
3
4
13a. Si usted contesto “si” ¿se lo ha molestado?
No
Un poco
Bastante
1
2
3
Mucho
4
14. ¿Usted se sintió que el coito le molesto porque su vagina sentía demasiado
pequeña?
No
Un poco
Bastante
Mucho
1
2
3
4
15. ¿Usted pudo completar/terminar el coito?
Nunca
A veces
Frecuentemente
1
2
3
Siempre
4
16. ¿Usted ha llegado/ha experimentado el orgasmo?
Nunca
A veces
Frecuentemente
1
2
3
Siempre
4
17. ¿Usted sentía relajado después de hacer sexo?
No
Un poco
Bastante
1
2
3
Mucho
4
ANEXO 5
Preguntas de la entrevista estructurada:
1. ¿Con quienes vivía cuando era niña?
2. ¿Usted me puede describir la relación entre sus padres?
3. ¿Cómo le hablaron sus padres acerca de la sexualidad?
4. ¿Dónde aprendió usted lo que sabe de la sexualidad?
5. ¿Cuándo tuvo la primera relación sexual?
6. ¿Cuántas parejas ha tenido?
7. ¿Cuánto tiempo lleva con su pareja actual?
8. ¿Usted tiene hijos?
9. ¿Quisiera tener más hijos?
10. ¿Con quienes convive actualmente?
11. ¿En sus relaciones sexuales quien toma generalmente la iniciativa? ¿Y
antes de su enfermedad?
12. ¿Como eran las relaciones de pareja antes del diagnostico?
13. ¿Con qué frecuencia hacían el amor? ¿Y ahora?
14. ¿Se han cambiado sus relaciones sexuales desde su diagnostico?
15. ¿Con que frecuencia experimentaba el orgasmo antes de su
enfermedad? Siempre/ A veces/ frecuentemente/nunca
16. ¿Considera usted que existe condiciones adecuadas en su hogar para
hacer el amor sin interrupciones?
17. ¿Cuan importante eran las relaciones sexuales para usted antes de
presentarse su enfermedad? ¿Y ahora después del tratamiento?
18. ¿Alguno de ustedes han experimentado dificultad en las relaciones
sexuales? ¿Cuáles?
19. ¿Qué le dijo el medico con respecto a su tratamiento y tener relaciones
sexuales?
20. ¿Cómo se siente usted cuando vas a hacer el amor?
21. ¿Cómo ha sido el actitud de su pareja hacia usted desde su
diagnostico?
Descargar