LÀ PALMA. nada tiene de coraun con el Cirujano. Sin embargo

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LÀ PALMA.
nada tiene de coraun con el Cirujano.
vadas para las intrigas del género amoroso.
Sin embargo todavia debo hacer una sal- Como esta confianza le dáun derecho inconvedad para no herir la susceptibilidad de testable á la franqueza, el barbero les tranadie. En algunas capitales hay Cirujanos ta con la familiaridad; les refiere las noticias
sangradores, que afeitan ,á cualquier próji- mas recientes; habla de politica y en todas
mo; y declaro solemnemente para queno quede las cuestiones dá su parecer aun cuando no
género alguno de duda, que no los inclu- se lo pidan.
yo en el mimerò de los barberos porque del
La tienda del barbero es una especie de
que yo trato y cuyas costumbres voy á re- cátedra donde el fecundo manantial de sus
señar, es del simple barbero, del barbero chistes encuentra eternos admiradores; es el
que no es Cirujano de ninguna especie y cu- teatro de sus travesuras de segundo orden
ya principal ocupación es manejar la nava- y donde todo contribuye á producir el efecja y la lanceta, sacar muelas y aplicar santo de la escena Las paredes representan selguijuelas.'
vas, bosques, calles, batallas; y para que la
El barbero, asi simplemente práctico y ilusión sea completa hasta la celosía tiene hosin pretensiones á la ciencia quirúrgica, es
nores de telón y la guitarra puede hacer las
el verdadero tipo de los barberos. Este es veces de orquesta.
por lo regular alegre, bullicioso, listo, burlón,
Pero el verdadero campo délastrabesucomplaciente y noticiero. Está orgulloso con ras del barbero no es propiamente su tienda
su ofició, afeita las maneras de los que ejer- donde solo se refieren hechos casi públicos,
cen una profesión científica, y mira con des- sin responder de su veracidad, mientras se
den á los que se dedican al trabajo material pelan las barbas de uno y se entretiene la
por mucha que sea la utilidad que á estos impaciencia de los que esperan su turno,
les reporte su ejercicio y poca la que consiga sino las casas donde acude periódicamente
con el suyo.
á afeitar. En estas casas es donde el barMas no todos los que se dedican á apren- bero ejerce su oficio en toda la estension de
der este oficio, por fácil que parezca, llegan la palabra, y donde pone en juego todos los
á desempeñarlo con acierto al mismo tiempo resortes de su genio fecundo.
quecon utilidad; ó mejor diré, para ser barbero
Desde la primera visita procura conocer
no basta aprender el oficio, es necesario ade- el carácter de la persona que afeita, si es
mas una disposición particular; una tendenjoven le habla de lances amorosos, de escia marcada, un genio á propósito; en fin,
cenas ruidosas, de burlas pesadas, de molo que se llama haber nacido para barbero.
das ó de teatro. Si viejo enamorado, le reEl barbero sin genio es como el clérigo fiere algún caso reciente en que una joven
sin ciencia, como el militar sin valor ó el pede mérito ha dado la preferencia para matardista sin audacia.
rido á un hombre de juicio, que peinaba
El barbero habla mas que afeita, y pro- algunas canas, entreel enjambre de imbercura con mas afán el conocimiento de las bes adoradores que la solicitaban. Si usucualiifedes é inclinaciones de sus parroquia- rero le dice que lodos en el mundo trabanos que la destroza en el oficio.
jan para satisfacer sus necesidades, y que
Es el consultor de ciertas personas para el que dá dinero á rédito merece alguna realgunas enfermedades que cura en primera compensa pues hacé^ una obra de caridad reinstancia y mientras no presentan un carác- mediando al pobre, ^ue por gratitud le cede
ter grave, y el confidente de otras mas ele- cuatro quintas parles del producto. Si es
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