Esta película suscitó una discusión filosófica inhabitual en la mayoría de FICHA TÉCNICA: Título original: A Clockwork Orange Nacionalidad: Gran Bretaña Año: 1971 Dirección: Stanley Kubrick Guión: Stanley Kubrick (basado en la novela de Anthony Burgess) Producción: Stanley Kubrick Dirección de Fotografía: John Alcott Montaje: Bill Butler Dirección Artística: Russell Hagg y Peter Shields Música: Walter Carlos Diseño de Vestuario: Milena Canonero Reparto: Malcolm McDowell (Alex), Patrick Magee (Sr. Alexander), Michael Bates (Jefe de Guardas), Warren Clarke (Dim), John Clive (Actor Teatral), Adrienne Corri (Sra. Alexander), Carl Duering (Dr. Brodsky), Paul Farrell (Hobo), Clive Francis (Huésped), Michael Gover (Director de Prisión). Duración: 131 min. SINOPSIS: Las aventuras de un joven cuyos principales intereses son la violación, la ultra-violencia, y Beethoven. Alex tiene sus propios métodos para divertirse y descargar su tremenda agresividad y lo consigue disfrutando a expensas de la tragedia y la desgracia de los demás. La historia de Alex, desde sus comienzos como delincuente sin moral hasta convertirse en un civilizado ciudadano integrado en la sociedad tras someterse a un tratamiento capaz de eliminar sus instintos violentos, forma la dinámica e impactante visión futurista de la novela de Anthony Burgess. HOJA INFORMATIVA Nº 16 Marzo 2004 COMENTARIOS: Cruiff, Neeskens, Van Hannegen, Rensenbrick, ..., una generación de futbolistas holandeses de ensueño, subcampeones mundiales en 1974 y 1978. Ellos fueron conocidos como La Naranja Mecánica, muestra significativa de la enorme influencia que provocó la aparición de esta película a principio de los setenta. La adaptación que Stanley Kubrick realizó de la novela de Anthony Burgess, a pesar del tratamiento realizado por el director, menos contundente y visceral en comparación con la obra original, generó inmediatamente una encendida polémica que ayudó, entre otras cosas, a que la obra trascendiese de los márgenes meramente cinematográficos para convertirse en un objeto de debate y comentario en distintos ámbitos sociales, culturales y, como hemos visto, hasta deportivos. El proceso de creación y post–producción de 2001: Una Odisea del Espacio había sido muy largo y extenuante para Kubrick. Fue en ese momento cuando tuvo su primer contacto con la obra de Burgess – le regalaron la novela –, pero el director neoyorquino no prestó demasiada atención a la misma – es más, es probable que ni siquiera la leyese – pues dedicó todas sus energías a intentar levantar un proyecto alrededor de la figura de Napoleón, proyecto que finalmente no se llevaría a cabo y que significó una de las mayores decepciones en su carrera, plagada de por sí de desencuentros con las productoras cinematográficas. Dichos desencuentros resultaban agotadores para el realizador, lo cual contribuyó a acrecentar su carácter pesimista, maniático y asocial. En los siete años que transcurrieron desde la primera edición de La Naranja Mecánica hasta la adaptación cinematográfica realizada por Kubrick, los derechos de la novela sufrieron incontables vaivenes. Tanto es así, que existe una versión casi invisible de la misma realizada por Andy Warhol con el título Vinyl en el año 1965. Al parecer se rodó en apenas unos días con un cuadro actoral desconocido, en blanco y negro, y con poco más de una hora de duración. Las dudas sobre la posesión por parte de Warhol de los derechos de la obra, al margen de su – supuesta – ínfima calidad explican las claves del porqué de su nula distribución en su momento y porque ahora casi nadie conoce su existencia. Cuando Kubrick leyó la novela comprobó que la visión de una sociedad ultraviolenta que reflejaba Burgess en la misma coincidía con la suya propia. El único punto de discordia era la inclusión, en la edición británica, de un último capítulo con una voluntad era redentora y moralista. Ya en su publicación en Estados Unidos se había eliminado Esta película generó dicho capítulo, por decisión del editor, que compartía la idea de Kubrick de que una polémica que desvirtuaba el resto de la obra. Así que, con la complacencia del escritor, obvió dicho capítulo para su adaptación al cine. A pesar de ese final redentor, la novela ayudó a que la obra refleja una violencia tal, rayana casi en el sadismo, que como hemos dicho fue trascendiese de los suavizada por el director en su adaptación cinematográfica. Sin embargo, el senmárgenes meramente tido de la misma no se altera: describe al hombre como un ser que convive con la cinematográficos. maldad en su interior. Este concepto choca con los postulados del conductivismo, defendidos por Rosseau y Skinner, que abogan por la bondad del individuo enfrentado a unas estructuras sociales imperfectas. La diferencia básica entre Burgess británico cree en la redención del hombre a través de la religión – del catogess y Kubrick es que el escritor licismo en su caso –, mientras que el director norteamericano asume que la maldad es consustancial al individuo, aunque no por ello deba manifestarse de forma continua de su vida, sino que permanece latente hasta que estalla. Esta discusión filosófica, totalmente inhabitual en la mayoría de las obras fílmicas, generó un un intenso debate periodístico, con cruce epistolar incluido, entre el director y múltiples analistas cinematográficos. Algunos de ellos consideraron incluso que la obra justifica el fascismo puesto que, si defiende la tesis de que el hombre es irremisiblemente malo y corrupto, es necesario que el estado totalitario le dirija y oriente. Fueron pocos los críticos que se alinearon con la postura del director, que pretendía analizar seriamente el significado de la violencia y el clima social que la tolera. Todo este debate suscitó una enorme expectación que contribuyó al éxito comercial tanto de la película como de la novela, convirtiéndose ambas en clásicos contemporáneos que influyeron decisivamente en obras posteriores. “El hombre es irracional, bruto, débil, tonto e incapaz de ser objetivo sobre algo que atañe a sus propios intereses”. Kubrick dixit