AÑO DECIiMO-TERCERO. EL MUSEO UNIVERSAL PERIÓDICO DE CIENCIAS, LITERATURA, INDUSTRIA, ARTES V CONOCIMIENTOS ÚTILES. ILUSTRADO CO.N MULTITUD ])\: LAMINAS Y GUACADOS POR LUS MUJOllF.S AHTHTAS K S P A 5 Í 0 L E S . v^ i \ MADRID: ABELARDO DE CARLOS EDITOR, IMPBENTA DE GASPAR Y ROIG. Admiuistracion , calle de13aileii, núm. 4. ÍNDICE DE LOS ARTÍCULOS. (O íí-'* 1. —['á2. I.—Revista {le la semana, por D. N. üiai Üenjuinea.—Eslado iiresentc de ias inslituciones cienliliras en Kspaüa , [i(ir II. F. fiiner.—Heviita dramática , por Ü. K. Buslillo.—"D, Njcnhis Muía Hivüro.—'Exposición de BcllasArlesde UKceluna.—"Avila.—Arco del Alcázar.—*r.orrida propiciatorii do los iiaiaíoiies en dfrrodur Je !o3 a n i males doméíticüs.—Plus Ultra , por D. V, tltiiz Apuilera.— Álbum poético: el Nardo, pur H, Ci. Tassara.—Itiifina, 6 "lia lerrililc lilstüria . jior D. J. M (iulierrez de Aiba.—"Actualidarles.—Jiictro líe ajedrez. •^- -•—Pájj. 9,—Revista de la semana, por D. \ . Diar Benjumea.—Lifintí y periúdlcfis, porX. X. \.—Revolución moral , por I». C. Brunet.—Carta s.ibre Oibrallar, por el Doctor Thebuñíem.—•.Naiifrapo iSA vapor «Hibeniia.»—'El ceneral Caballero de Bodas.—'ML^JÍCO; vista de Ouanajuato, —Ideas en cartera, por D.F. Moreno Gudino.—líl Amor, poesía.—Soneto, ]ior N. D. H,—Suelto.s.—Rtiliua, ó una terrible biíluria, por D. J. M. fiiilierroz de Aiba.— 'Tipos indios en Miij;co.—'Gerogtilico. N . 0 3 , — p á p . 17,—Revista de la semana, por D. N. Diaz Renjumea.—Libros y pcriódioos, p o r X . X . X,—El Pau nepro, por Zaid.—' I.iebiu', por I..—Educarlon cieiililica de Corvantes, por l>. N. Di:i7. Bvnjumea.—"Ijlirsías de Santa María y Santa Cru/..—'.MiijíCo: rerolccci.in del pulque.—Albumpoélico: sonelos: Roma: Pompeya: epigramas, por Ü. N. I). B.—'Ui.'; dos Compadres, por 1), G. k. Becquer. — ' Proljlcma de ajedre?..—Tierogliflco, N . ' - í . - P d f T . iij.—Rovisla de la semana, por D. N. Diaz Denjumea.—Revolución moral, por D. C. Brunet.—Gibrattar, por [I. N. Dia/, Beiíjiiinea.—'Combate en Us calles de Málaga.— 'Aviia : pucrlu principal de lii iglesia de San Podre. —'Fran-isco Arjona GuiiJen (Cíicliares).—'Mójico; Jarocho ú g'ia-íe de la Tierra Caliente.-i;i Albiirn de retrato?, por n. E. Fernandez Unrralde.—La i'astuni Íni"-ente (poesía) por t). .1. Ffrníi v Viñ.daí.-Saoltús.—Hiilina, ó una terrible liísloría, por 1). J. María Culitrre^ tle Alba.—"Gerogliíico. M . ° ü . — P j | : . 1 5 . - R e v i s t a déla semana, p o r D . N . Riaz Renjiiniea.—Libros yperióJicos, por X. X,. X, —itenelicencia : algo acerca do su Ui^toría en Kipañ.i. por D. L. García del Re.il.—Gibrallar, por t). N. Diaz Bonjinnea.—* El Duque de .MoMlpenüier.—'Manifestación de las zaragozanas contra las (¡ninlas.—'['laza Santa Triiiila, en Florencia.—Ediicacíiin cienliiica de (Cervantes, por 0. N. l)ijz Benjumea.— Álbum poético: la boda misieriosa.—A un mendii'O, soneto, por D. ['. A-de Alrirci>n.—Sueltos.—RuQna.óuna terrible historia, por D. J. M. Gutiérrez de Alba.—'Libertad deenseñanza.—"Libertad de cnltos.—"Gerosliiieo. N." tí.—Pd!;. IL—Revista de la semana, por D. .N. Díaz tíenjunica.—Boiiericonria ; aleo acerca de su historia en España, por D. L. García del Real.—.Museo cienlilico y literario: lecciones públicas.—Ei opio de los civilizados, por D. J. Buslillo Pérez. — Mójioo (continuaríoii).— • Demostración contra el Nuncio.— •Escena de cuentos orientales. —'Don Isidoro Gutiérrez de Castro.—El Álbum de retratos, por Ü. E. Feriiamle/. Iturralde.—Álbum poético: la boda misteriosa.-Epi^íramas, por D. N. D- It. —'Episodio de un combate en las caiks de Máluf^a. —En el findo de un pozo, anécdota bíslúrica, por J. tí. P.—'Geroglilíco.—'Juego de aji'iirei. N.° 7.—IMf. -iy.—Revista do la semana, por R. N. Diaz Benjumea.—Conversión de un incrédulo , por D. C. I l r u n c t . Museo cicntilico y literario.-Revista dramática, por D. E. Bnstillo. —*l). Manuel Ruiz Zorrilla —'Festejos entre los rusos. —Méjico (coiicliisioii), por Z. —La edad Je acero, por D. J. F. V.—'Toledo: auli^'iia y notable casa de los Toledos.—Álbum puiilico: La bodi misteriosa. —Sueltos.—En el fondo de un puzo, anécdota histórica , por D. J. V. P.— •Libertad de espeetiiciilo-í. —'Libertad de comercio,—'Gero^liñeo.—"JUCÍJO de ajedrez. í i . ^ S . — l ' i g . ;i7.~Revist;t de la semana,por D. N. Diaz Renjumea.—Bentlicencia : DI¡IO acerca de su historia en España , por D. L. García del" Real.—Los pfoere?os de nuestra cultura ínlelectnal, por D. F. Gjner.—Toatro-politico-socíal de D. h-é María Giiiierr. z de Alba, por D. N. Diaí Benjumea—-D. Cátios de Borbon y de Esle.—•Escena del drama de la Catedral de Búr^'O?.-.Museo rientííico y liiorario. —'Solemne apertura de las Cortes Coiistituyentes.-D. Isidoro Gutierre/, de Castro,—-Visla interior del establecimiento de piíciciiltnra de Runinsue.—Álbum poético: Iberia, balada,_ por D. V. Ruiz Aguilera.-La edad de acero, por J. F. y V.—Conversión de un incrédulo, porD.C. Bruñe!.-'Geroglitico. N." U.—Pá?. (Í;Í.—Revista de la semana, por D. \ . Diaz Benjumea.—Riiiclicencia; alsío acerca de su liistoría en España, porR. I. Garcii del Real—Revista de música,por Ü. V. C u e n c a , - T e a l r " p.ditico social de 1). .¡osé María Gutiérrez de Alba, por D. N. Di.i/.Bínjumea.—-ll. Fornandode Por(1) tugal.—"Visla de '.i Tachada de ia iglesia de Sartlo Dominpo—'Venta en "L-nasta de los caballos de las Reales caballerizas.-{l-iOl).—La última nochede Diciembre,por Don N. Campillo.—El Mont-Rlanc, poesía, pur ü . P. A. de Alarcon.—Los prodigios del amor, por D. F, .Morem Godino.—"Faros ilutantes en las radas de Dunkerque y las Dun¡i=.—Sueltos.—Solucion del gerogliüco del número anterior. N.o 10—Páft. 73.—Revista de la semana, por D. N. Diaí Renjumea.—Descubrimiento del barómetro.-.Museo bioírátiC()._'R. Crislino Marios, pnrD. J. M. Gutiérrez de Alba.— De laí piedras preciosas cnlre los romanos, por D. A. F. y V. —Museo cientitlco y literario.-•Incendio de la aduana de Rio Janeiro - ' S e p u l c r o de Doña Constanza y e^^tátua del Rey D. Pedro.—La Gloria, poesía, por Ü. J. F. San .Mnrliii y Aguirre.—Restauraciones.—Sueltos.—La última noche de D:cíembre; Colon, por D. N. Campillo.—Emhaj.idores de China.—Estable,imienlo de piscicultura en IIuningue.—'Juego de ajedrez.— •Geroglílico. N.' I I . — P á g . 81.—Revista de la semana, por D. .\. Diaz Benjumea,—Suelto.—1.3 Ariiuitectura y la Sociedad , por Don Domingo loza.—Revista dramática , por I). E. Buslillo.— Joyas y alli;/j.is: de la joyería en los siglos XVII! y XIX, por J, F. y V.—Museo cienlilico y lilcrario,—'Roslos mortales y corona del Bey D. Pedro .-^-Incendio del cuartel de guardias de Corps.—'Alborotos en el teatro Je Villanueva, en ia llibana.—'Los Glotones en el jardín zoob^gico de Ilainburgo.— El cazador, balada, por D. José Lamarquc lie Novoa.—Restauraciones, por Zaid.—'Gcrodüfico. N.° 1-2.—Png. Sl),-Beví=tadela semana , por D. N. Iliaz Renjuraca,—La Arquitectura y h Síciedad, )ior 1). D. laza.— Teatro-polílico-sociaj de D. José .M.uia (iutierre/. de Alba, por Ü. N. Diaz Renjumea.—Joyas y alliajas(contniiac¡on), por I). J. F . y V.—•Mniifestaciün iíbre-cullisla de Sevilia,--•Costumbres ara^'oneías: ¡a rondalla.— -D. Francisco Pi y ,Mar;all,—Monotonía, uocíia. p.tr 1). G- Tassara.— Sueltos.-Reslauracinnes, por Zaiil.—Heroísmo do madre, por I). C. Brunel.— "La Política bajo el punto de vista femenino.—'Ge rORlilico. N.o 15.—PO|í. 07.—Revista de la semana, por ll. .N. Diaz Benj u m c a . ^ ' L a Semana Sama en Toledo, por D. G. A. R'jcquer.—La Ari|iiiteciura y la Sociedad , por D. D. Inza.— Joyas y a d u j a s , por D, J, F. y V.—R^iquias santas y i r a dicion de la Sania Cruz.—'Ceremonia de la purificación de la Caiedral de Búrgí'?.—Museo cientilico y ¡iterario.~Viaje de Cervanles á Dalia , por D. \ . Uh?. Rjiijumea —Sueltos.—Soneto, á Dii s, ¡]ijr Doña Antoni.i Lamarquc de Novoa.—Episodio histórico, Heroísmo de madre, por D. C. Rrnnet.— "Actualidades.—•Geroglirico. I : , ' , | jumea.—Suelto?. —Aéreosla tica militar, por X. X. X.— Efemérides cervánticas: Las Droapíanas , por el Rachiller Cervántico.—"La feria de Sevilla , por D. G. A. Becquer. — Las Flores misteriosas (conclusión), por X. Y.— 'Talleres tipoffrálicos del cuerpo legislativo francés.—Don Quijote y San'lio Panza, poesía, por D. E. Biifitillo.^Siieltos.— Revisla dramática, por D, R. Builíllo.-'Tipos anilaluces de la feria de Sevilla. N.» 18.—Pág. lo".—Revista de la semana, por D. N. Diaz Benjumea.—Filología : aisfñordou Eduardo Renot, en Cádiz, jior el Diictor Thebussem.—Joyas y alhajas {continuación), por J. F. y V.—Museo cientili''o.—'Inauguraciones celebradas en .Madrid el dia I.° de .Mayo.—'El dique de hierro á seco de h marina norte-alemana en Starkenhorst, cerca de Swinemiinde,—El Dios de los avaros, cuento, por Doña E. Midoz lie Aliana.—Sueltos.—Aibum poético : A la memoria de Fr. Luis de León, por .1. R. íi.—Descubrimiento: traducción del .Vlcalde , por 1). M, del Palacio. —Epigramas, por D. N. Diaz Benjumea —Museo bibiiogr.'irico, por X. X.X. —Heroismode madre {continuación),por D. C. Brunel.— -Juego de ajedrez.—•A'-tujüdades. i:>.—Pág. I.t;>. —Revisla déla semana, por D. N. Díaz RenN." jiimea.—La Arquitectura y la Sociedad, por D. D. Inza.— Teatro-politico-social de D. José .María Gutiérrez de Alba, por I). N. Diaz Renjumoa.—Ilcvisla de música, por D. V. Cuenca.—'D. José María Orense.—-Visla de la Catedral de Erfurt, en Alemnnia.—I.a Tirana, apuntes sobre las costumbres teatrales en el siglo XVIH, por D . J . S. Biedma. —'Ensayos con les nuevos cañones de marina en la plazi déla Artillería, en Berlin. — 'Apreíamiento del bergantín nJefierson Üavis,u por la goleta nGuadinna.n—Sueltos.^ .Milagros, traducción del Alcardi. por I>. M. del Palacio,— Heroísmo do madre, por D. C. Bninet.—'GerogliÜco. 211.—Pig. lo5.—Revista de la semana, por D. N. Diaz BenN," 'uniea.—San Isidro Labrailor, patrón de .Madrid, por D. S. liedma.—Joyas y alb;>ja3 (coniinuacion), por J. F. y V.— Correspondencia de París, por D. F. Moreno Godíno.—-El Duque de Aosta. —'Posesión del Conde de Rismark en Barzin.—'Regatas celebrada,"! por el club gadilano de la bahía de Cdli/..—Coplas y qnpja.s de I). Jo.-é l'uig Pérez, por D. A. Opisso.—Álbum poético: A Francisco Zea. por D. V. Segarra Ralniaseda.—Snellos.—Tolondrón y el escudero italiano, por D. N. Diaz Benjumea.-'Gerogülico. N." 2 1 . — p j g . Híl.—It''vislade la semana, por D. N. Diaz Renj u m e n . - J o y a s y alhajas {continuación), por D. J, F. y V. Í — 'Los pozos iíistaolaneos rt tubulares, por X. X. X.—Revista dramática . por D, E, Buslillo.—1'roce.ío del espiritism o , por Zaid,— "Manifestación popular en la Cruzdt 1 quemadero de .Madrid.—"Sacra familia: cuadro de Andrés del Sarto en el .Museo de Madrid.—"Conferencias dominicales para la educación de la mujer, en el paraninfo de la Universidad Central.—La Moneda de oro, por D. A. Gapalleja. —Álbum poético: La locura de la emperatriz C.arlota , por D. L. García del Real.—A la Inspiración , por D, J. Olmedilía y Puií.—Soneto, por D. ll, de la Pisa.—Sueltos.—Tolondrón y el escudero italiano, por D. N. Diaz Benjumea. —"Geroiflilico. N . ^ I L - P á g . 10.'i—Revista de la semana, por D. N. Diai Denjumca.—Sueltos.—Fr. Fernando de Castro y P.tjares, enrayo biográllco, por D. F. Rivero.—La Calderoua : apuntes ¡ sobre las costumbres teatrales españolas en el siglo XVII, ; -.Museo científico y literario,—Viaje de Cervantes á Ralia, por D. N. Diaz Benjumea.—'Residencia de la ex-reina Isa- ' bel en Pari5.—•Horrorosa escena de un combale en las calles de Jerez.—"Desembarco de tropas españolas en el muelle de !a Habana.—Un recuerdo para la corona fúnebre de N." -22.—IMg. l ü ! ' . - R e v i s l a d e l a semana, porD. N. DíazBcnLamartine, poesía, por D. L. García del Real.—Diálogo de j u m c a . ^ L a Libertad de enseñanza y el señor Ruiz ZorriUltratumba, por D. Luís- Vídart.—Heroísmo de madre, lla , por D, F. Rivero.—•Durango, corte de D. Carlos, en episodio histórico, por D. C. Brunel.—'Geroglílico. la última guerra civil, por D. F. .laner.—Júya= y alba'ias, por D. J. F, y V.—'lílesía de San .Millan.—'Procesión del N.* lü.—Pág. 1 \7).—Revista de la semana, por D. N. DiazBen- \ Corpus en Sevilla.—Neker, segim el retrato de Sifren Diijumea. —Sueltos.—La Arquitectura y la Sociedad (conll- , plcssis.—Libro de Ren-or-ban-ar, impresiones de viaje, uuacioii), por D. D. Inza.—J.)yas y alhajas (continuación). ' por D. C. Navarro.—Álbum poético: A mi buen amigo, —De las iiíedras preciosas en la antiiífiedad, por I). A. F. D. Jo-é Gaspar, con motivo de la muerte de su hija Claríy V. —-La Cripta (El Sejiulcro) en la Iglesia de San Nico- ¡ t a , por D. V. Rui?. Ajuilera.—Canción , por D. J. Puig Pelas, en l í a n . — ' D . Celestino de Olózaga,—(correspondencia reí.—Mí querella.—Tolondrón y el escudero italiano, por de París, por D. Florencio .Moreno Godino.—* AconleciD N. Diaz Renjumea. —La moneda de oro (conclusión), por mieotos de Jerez : Las íVntoridades recogiendo los cadáve- ' D. N. Díaz Calleja. res.—Álbum poético: oro-grafía, por Zaid.—Las Flores misteriosas, por D. X. Y, —lloroismo de madre: episodio N.*" -23._p,ig. 177.—Revista de la semana, por It.N. Díaz Benhistórico, por D. C. Rruncl.—" Contrastes.—Juegos de juiíiea.-^Horologia: historia de los sistemas cronométricos, ajedrez. por X. X. X.—Gibraltar {Notas de mí cartera), por D, A. Jerez Perchel.-Elimologia política, por Zaid.—"I)m visiN.'^líi.—Pág. 121.—Revistado la semana, por D.N. Diaz Benta al sepulcro de don Pedro López de Ayala, por D. F . Jajumea.—Suelto —La Arquite tura y l;\ Sociedad {continua- ] iicr.-Proceso del esiiiritismo, por Zaid.—'Solemne leccion), por D. D. Inza.—Joyas y aliiajis (continuación), por j tura del proyecto de Constitución.--Guerreros de las triD. J. F. y V.—Teatro-poütico-social de D. J. María G u bus de los khondos.—'Tipo de mujer natural de Cobija.— tiérrez tie.Vlba, por D. N. Diaz Renjumea.—Lis Flores : Álbum poético: Dulces mentiras, por D. M. Mongo y Marmisterios-as (conclusión), por I). X. Y.—'El Teatro naciotin.—Pocsía.-Despodida de San Pelersburgo, por Zaid.— nal en Praga.—Tolondrón y el escudero italiano, por D. N. , Sueltos.—Libros de Ri'n-or-ban-ar, por D. C. Navarro.— Diaz Bcnjuuiea.—Álbum poético: Ala memoria de un •Geroglílico. , ángel, por D. Ángel Mcsire y Tolón. —'Embellecimiento de Madrid; nuevas construcciones en el barrio de Salamanca. N." Í L — P . i g . I 8 J — R e v i s t a de la semina, por D. N. Díaz Ben—"Tipos de los Voluntarios de la Habana.—Necrología del jumea.—Sui^ltos.—llorología(conclusión). porX.X. X.—JoExcmo. Sr. D. Nicolás Peñalver. —* D. Segismundo .Morel , yas y alhajas (continuación), por D.J.F.yV.—•Una visita al y Prendergast.— Sueltos.—Heroísmo de madre, epiíOdio | sepulcro de don Pe-lro López de Ayala, por D. F. Jancr.— hisliVico, ]inr D. C, Rrnnet.—'Geroglifico. 1 Tolondrón y el escudero italiano, por D. N. Diaz Renjumea.—"Retrato del famoso zapatero Juan Barenis.—'PuenN." 17.—Pág. 129.—H-jviita de la semana, por D. N. Diaz Ren- i A los arliciil.is ijiir \an itiarc:id(i> i^in una • les ai-nmpaña grabadu. _ ',*\^ te sol»re el ni) Guadalliorcc en la vpgí de Málaga.—E! mal que se ha dicho de las mujeres, Iraduccion, por D. S. M. de Fábregas.—Sueiloi.—A la Resurrt:rciontIelSeriOr, OJa, por D. D. López Uelpado.—('ubraltar (conclusión), por D. A. Pérez Perchel,—GerOBÜüro. N." 2i).—pjg. ií>5.—Revista de U semana, por D.N. Díaz Beajiimea.—Biblioleca rausiral, por J. V.—Joyas y alhajas, (continuación).—Musco clenlítico y literario.—El mal que £G ha dicho de las mujeres (continuación), por D. S. Al. de Fábrefras,—Recuerdus liislórícos y agrirolas, por D. J. M. L.—•!). Knrique O'Donncll y Jiris.—• Puente sobre el Sjiree para unir bs vias férreas riiíllerlm.—'Cajiilla evangélicj de los protestantes de Midrid.—Sueltos.—Aibnuí poético: Promesas.—Li Cartuja de ííranada, porü. A. Jerez Pcrchet.—Graiijt del Il''tiro (Álava), propiedad del llnstrííimo señor don M. Rudriguez Ferrer.—rierocIlQco. N.°2fl,—Pág.201.—Revista de la semana, por I). N. Díaz líenjumea.—La alquimia y los akiuiíiiiítas , por ZiiJ.—Biografía: II. Diego Hurtado de Mendoza, por I). A. de C-istro. —lina visita al sepulcro do don Pedro López de Ayala, por ü. F. Janer.—'Escenas campestres en la provincia de Madrid.—"Fundición tipoirrálica de don Joan Aguado.—'La plaza del Meutiron en Vitoria,—\H mal que se ha dicho de las mujeres, por D S. M. Fábregas.—Sueltos.—La Caridad silenciosa, poesía, por lluTia A. Diaz de Lamarijiie.— Los dos cielos, por D. N. Díaz Denjumea.—La flor del olvido , por 1). V. Segarra Valmaseda,—Don Pantaleon, historia iucreible, por D. F. .Moreno Godino. N.o27.—Pág.209.—Revista de la semana, por D.N. Diazlíenjumea.-^SueitoB.—Carla del Doctor Thebussem al señor don Aurcliano Fernandez Guerra.—Proceso del espiritismo, por Zaid.—Revista de múiica , por D. V. Cuenca.— 'ün cazador BÍQ licencia.—'Fragata «Sagunlo,» cu construcción en el astillero del Ferrol.—Toloudron y el escudero italiano, porü. N. Díaz Benjumea.—El mal que se ha dicho de las mujijres (continuación), por D. S. M. de Fábregas.—Sueltos.—'Visla iuterior del monasterio de Veruela, en Aragón.—Poesía , porD. L, Vj.lart.—Don Pantaleon , historia iucreible, por D. F. .Mjreno Godino.—'Actualidades. K." 28.—Pág. 217.—Revista de la semana, por D. N. Díaz Benjumea.—Carla del Doctor Tliebussem al señor don Aureliano Fernandez Guerra y Orbe —Biografia; D. Diego Hurlado de Mendoza, por D. A. de Castro.—Un debut literario: Ledia, novela jior la Condesa de.., por D. L. Vidarl.— •Císa del pescador,—Libro de Ben-or-ban-ar, por D. C. Navarro. —El mal que se lia dicho de las mujeres, por D. S. M. de Fábregas.-'La Jura de la Constitución, por el Presideutc del Poder Ejecutivo.—"Los lobos.—\ Fr. Luis de León, poesía, por I). L. Vidarl.—Sueltos.—Don Pantaleou, historia iucreible, por D. F. Moreno Godino. N.°2!).—Pdg.2áo. —Revista de la semana, por D. N. Díaz Benjumea.—Sueltos.—Recuerdos de Italia, por D. E. Caslelar.—Proceso del cspirilismo, por Zjíd.-Biografia; D.Diego Hurtado de .Mendoza , por D. A. de Castro.—"El tahúr, estudio de costumbres, por D. M. I.crroui,— 'Una partida de cazadores haciendo frentcá la Autoridad-—'Asilo de pobres eu erPardo.—'.Moreno B-'nilez.—Sueltos.-El señor feudal, poesía , por D, J. Lamanjue de Novoa.—Dou Panlaleon , historia increíble, por D. F. Mijreno Godino. ti.° 5(1.—Piig. 235 —Revista de la semana , por D. F. .Moreno Godino.—Sueltüs.—Recuerdos de Italia , por D. E. Castelar.—Industrias curiosas, por Zaid.-Tolondrón y el escudero italiano, por D. iN. Díaz Benjumea.—'D. ftlanuel Becerra.—'Basílica do los Santos mártires, Vicenle, ftliritina yCriíleta, en Avila.—Historia del cambisla de Bagdad, por D. J. Simonet.—'Caza de la gacela, en África.—'Pesca de truchas en el Sena.—La niña del ramo, traducción de Vicior Balaguer, por D. J. F. S. Martin y Aguirre.— Ü. Pantaleon (conclusión), por D. F. Moreno Godino. N.°5l.—PJg. 211.—Revista de la semana,por D. N. üiaz Benjumea.— Recuerdos de Italia, jior D E. Castelar.—Joyas V alhajas (continuación), por D J. F. y V.—Un debut literario (continuación), por I). L. Vidart.—Sigilografía, por el Ductor Tliebussem.—'D. Conslaiitino Ardanaz. —'La caza del corzo.—'Estatua de MeudizSbíl en la plaza del Progreso.—A un lucero, soneto, por D. F. Utreg.—Sueltos. —Historia del cambisla de Radgad, por D. F. Simonet.— 'Actualidades. íi.° úl.—Vis. 219.—Revista de la semana, por D. N. Diaz Benjumea.—Horticultura: Los jardines, por S. B.—Recuerdos de Italia (conclusión), por D. E. Castelar.—Historia del cambista do Badgad (contínnacion), por D. J. Simonet. —-Batida de liebres en Badén—'E'^hogaray.—•Combato entro las tropas liberales v una partida caríista.—Álbum poético: A unos ojos, porl). N. Campillo, —Romanza, por D. N. Serra.—Los dos arroyos, por D, A. Rodríguez do Chaves.—'hla de Cuba; Insiirrt'ctos presentadus á las tropas.—Sueltos.—Franciáca de Rimini, porD. J. P. de Guzman.—'Geroglifico. N.^oo.—í'ág. áüT.-Revista de la semana, por D. N. Diaz Benjumea.—La mujer y la familia ante la Revolución, por D. E. liuslillo—Horticultura (oonliiluacion), por S. B,—Joyas y alhajas (conlinuacion), pur D. J. F. y V. —•Cuslumbres nacionales: El Puente de Vallecas.—tradiciones castellanasí El caballero de Olmedo.—A la memoria de Romea, por D D. Céspedes.— "Perros zarceros ó podencos.— •Los Aibatros.-Suellos.—Francisca de Rimini, por D. J. P. de Guzman.—'Geroglilicu. N.°3-I.—Pig.2ü3.—Revista de la semana, por D.N. Diaz Benjumea.—Sjnta Mari:i de Covadoiiga, por D. E, M.irtinez de Velasco.—La mujer y la familia ante la Revolución, por D. E, Bustilio. —'Casa ex-monasterio de Montealcgre.— 'Licaza del congrio.—"El p.inadero (costumbres cubanas). —'Banquete dado al señor Ministro de Marina en el Liceo de Barcelona.—Álbum poético: Reza, por D. A. Rodriguei Chaves.—A..., porD, J. Puig Pérez.-Sueltos.—Bibliografia: El libro de la palriü, por D. V. Ituiz Aguilera , por D. L. Vidart,—La Bent-ÍJccncia esiianola en nuestros días, porD. L. García del Real.—El l.hro de la espuma, porD, C, Navarro.—"G ero? lílico, N.° 3J.—Pág. 273,—Revista de la semana , por D. N. C.— 'Honras fúnebres al contra-almiranle] de la Armada , don Casto Méndez Nuñez, por D. N. Campillo.—La mujer y la familia ante la Revolución, por D. E. Bustilio.—La hermana del quinto, por D. J. de Biedma.—De! libro de la espuma: La mariposa, por D. C. Navarro.—'La antigua iglesia de Armenlia y sus restos bizantinos, por J.—.\lbum Soético: La nube, por D. P. Vincent.—Adiós! por D. R. loly de Baños.—"Iglesia del convento de la Encarnación. —Sueltos.—El teatro de El Globo (artículo i.% por D. N. Diaz Benjumea. N." 5t].—Pag. 281.—Revista de la semana , por D. N. C—La mujer y la familia anle la Revolución (conclusión), por D. C. Bustilio.-El callejón de Santa María de la Almudelia, por D.Joié S. Biedma. —"Salteadores sorprendidos por un león.—'E-xperimentos químicos: el magnesio.—Álbum poético: cantares, porD, J, de Fueutes.—La guerra civil: traducción de Manzoni, por D. José Rodríguez González.—"Escenas pojiulares: la Sirlana.—'D. í'ablo Alsina, diputado por Barcelona.—La Desposada de Abydos, ¡lor R. Caula.—El Teatro del Globo (conclusión), por D. N. Diaz Benjumea,—'Geroelíiico. N.''o7.—Pág. 289—Revista de la semana, por D. N. C—El Callejón do Santa María do la Almudena , por D. José S, Biedma.—Cuatro diasen elRíff, por D, Augusto Pérez Perchel.—'Por la orilla se conoce el paño.—'Esposicion agrícola de Valparaíso.—Ratones, golondrinas y Dellines, por D. E, .Mirtinez de Velasco.—El Libro de los Cuentos, por D, C, Navarro,—*Un casamiento en Berezo^v.—Canlares, por D. J. de Fuentes.-Egoísmo, por D. Enrique Fernandez Iturralde.—La Desposada de Abjdos (continuación), por D. R, Gañía,--Geroglifico. N.'SS.-Pág.297.-Rcviita de la semana, por D.N.C.—Critica literaria: España sin honra , porl). N. Campillo,— •Fernandez de ios Ríos: apuntes biográficos, por D, E, Martínez de Velasco.—'Puerta del Sol en la noche del 7 de Seliembre.—'Méjico: mercado del puente de Roldan.—Álbum poético: dos perlas, por H. T. Izaguirre.-En el segundo cerco de Z^iragoza, por D. J, Miguel de Arrambide. —Dos suspiros, por i). J. Puig Pérez.—El grano de arena, por n. P. Víiiccut.—Mi mundo era ella, por D, R. .Moly de Baños.—Sueltos.—El secreto y el Kangiar, porD. C. Navarro.—'Pastor maranchouero.—'.Murciano batidor de esparto. N." 39.—Pig. üOü.—Revista de la semana, por D. N. C—Car ta del bachiller Pedro de Rúa al señor don Antonio de Lalour, por el Bachiller Cervántico.—El citllojon de Sania María ae la Almudena, por D. J. S. Biedma.—El Teatro del Globo, por D. N. Diaz Benjumea.—'Aguador mejicano. —•Escuela general de Agricultura.-El hijo espúreo, halada, porD. J Lainarque de Novoa.—Suoltos.—La Desposada de Abydos (conlinuacionj, traducción, porD. R. Caula.—'En las ferias. N.'40.—Pág. 313,-Revista de la semana, por D. N. C,— Sueltos. —Progreso agrícola, por N. C.—Archivo general de la corona de Aragón, por 1). A. Elias y Molins.—El Teatro del Globo, porD, N. Diaz Benjumea.—"Un entreacto dentro de bastidores,—Álbum poético: La profesión religiosa, por D. N. Campillo.-Soneto, por D. G. Tassara,—'Caza del oso en Siberia.—'Amoniaco y sales amoniacales.—La Desposada de Abydos, traducción por D. D, Caula,—'GerogliQco. N.'il.—Pág. 521.—Revista de la semana, por D. N. C—Guttemberg, por D. E, Martínez de Velasco.—Breve noticia de algunas invencitine;, porD. N. Campillo.—Un paseo por la feria, por D. P. Esca milla.—'Alí-Pacliá.—-Plaza de Armas de Guadalajara (Míjicol.—*El paseo de la Florida en Vitoria.—Apuntes para la historia del piano, por S. B.—Álbum poético : La Verdad, por D. A. Díaz de Lamarque.—¡Mírame!, porD. J. Puig Pérez.—Los huevos de Pascua, traducción , por D. R. Caula.—'Establecimientos público?. N.°.í2.—Pág.3ÜU.—Revista déla semana, por D. N. C.—Juslilia perpetua esl et inmorlalis: al señor J.isef Maria Asensio en Sevilla, por ol Djctor Thebusiem.—Les Albaes, costumbres valencianas, por D. J. F. S, Martín y Aguírre.Una representación en el teatro de D.jña Mirla, de Lisboa, por D. G. Calvo Asensío.—'Sucesos de Barcelona.—"Caz.! de lobos con hoces.—'Exiraccion y lavado del oro, en Cameron Tovon.—Suelto.—Álbum poético: Ruinas, por D, J. Puig Pérez.—Muerte del loro (fragmento descriptivo), por D, J. M. Ileredia.-Los huevos de Pascua, íra duccion , por D. R, Caula.—'Geroglifico, N," 43.-Pág- 557.-Revista de la semana, por D. N. C—Eslablerimíenlos penales; artículo 1, por D, L. García del Real.—«D. José María Medina, presidínle de la República de Honduras, nor D. E, Viada,—Estudios morales. De la Envidia , por D. A, José Torrelta.—Costumbres españolas: Las liestas de mi pueblo, por D. E. de Mitr.-Suelto.—ün cuento de vieja: balada , por !>. J. Lamarquede Novoa.— Los huevosde Pascua,rontinuaoion, porD. R. Caula.—'Casa municipal de Siena (arquitectura del siglo XV). N.° 4-1. —Pjg. 515.-itcvisla de la semana, por D. N. C—El Istmo de Suez.—"Exposición de máquinas agrícolas en Valparaíso.—Costumbres españolas: Las tiestas de mi pueblo, por D. E. Mier.—El Teatro del Globo, porD, N, Díaz Benjumea.—'Episodios do la insurrección republicana.— Los huevos de Pascua, continuación, jior D. R. Caula.— • Dia de Difuntos (en el cementerio).—'Geroglifico. N."-íü.—Pág, 353.—Revista de la semana, por D. N. C—Eslablecímientos penales: articulo II, porD, L. García del Real,—Error económico, por D. R. García Galvan.—"Bolsa de Madrid.—'D. Victnr Balaguer.-El Teatro del Globo, (continuación), por D. N. Díaz Benjumea.—Suelto.—Pensamientos, por D, J. M. Mirin.—Los huevos de Pascua, continuación , por D. B, Cjula,—"El paseo del oso.—'Escenas de la esclavitud.-Advertencia importante. N."46.—Pág, 3111.—Revista de la semana, por D.N. C—'Los estudios geodésicos en Porlueal y el Observatorio astronómico de Lisboa, porRosi.—Revista dramálica. por D. E. Bustilio.—La batalla de Cerinola, por D. L. Ramirez de las Casas Ileza.—'Iglesia de San Pablo, en Zaragoza.—'La callera, costumbres madrileña:^.—'Bailo guerrero de los Landíne, ó cafres Zulís, en Slionpanga.-Pensamientos, por D, J. M. Marín.—Los huevos de Pascua, continuación, por D. R. Caula. N.° 47,—Pág. 3(i9.—Revista de la semana, por D. N. C.—La batalla de Cerinola (ronclusion), por I). Luis Ramírez de las Casas Deza,—Icbthyología, por el Doctor Thebussem. *E1 Emperador de Austria. Francisco José, y su hijo Rodolfo, ves I idus de caza,—-Los cuatro guardias del Emperador de Austria.—- El Faro de la Ilormipa, durante el último lemporal,—A. M... El ¡ly! de mi alma, por M. de Bcgúles.—Los huevos de Pascua (continuación), porD. H. Caula.—'Advertencia. N.''48.—Pág, 577. —Revisln de la semana, porD. N, C.—El lalmo de Sucí (Del corresponsal de la Época).—Derechos y deberes de la mojrr, por D. J. B.ihnaseda.—A los loros, en los toros. Iras los loros, por Sigma.—'Tipos de Castilla la Vieja: Una churra en Irage de Üesla, yendo al baile. —• El regreso de una cacería.—Distraer el ocio, por D. J. B. Cámara.—'Embarque de voluntarios para Cuba , en el Puerto de Cádiz.—Los huevos de Pascua (conlínuacíon), por ü. R. Caula.—A los señores suscritores del cMuseo Universa!, por D. A. de Carlos. •¡ -NUM. 1. íiieHosjiÍrs.;lrí'siricsesíirs.;smmeseslir..;.in aüüSUrs. REVISTA DE LA SEMANA. ;iroce iialiiral,, i]Ui', pntraiulo mioslra pubÜ- ' cat-ion en el liecimulcrcio | añudo su existencia, edad ya algo rosiictalile pura un ^•N^ Iimiiditüeiilosticni' pos que corromos dn eslrañas fieisiludcs, nos felicitcuios de verle proseguir su niarclia y sostener su genio y su (i^i:ra entre los vaivenes continuos (¡ue lia sufrtdo nuestra patria. KL MADRID 3 DE ENERO DE 18C9. un afu) % r..-Ci.B. . I'IERTO lUco T ExmojEi..,, A Ñ O X I I I un ui'iü 7 t't^os.—AMERICA Y ASM, IUÚ 15 pesos. ilestia, que lan bien sienta en un periódico ilustrado, el cómo procuró salisfücer en la prensa española una de las necesidades imperiosas de todo pueblo civilizado, cual es la de ofrecer á las familias un medio de asi.--tir, desde el pacifico retiro del hogar doméstico, ¿ todas las escenas que tienen lugar en el gran teatro del mundo, poniendo ante sus ojos actores y sucesos con toda fidelidad, por medio del Ijuríl y de la pluma; el cómo, por una inclinacinn natural y patriótica, les dio á conocer con preferencia las cosis y los liombres de nuestro privileuiaiio suelo; empleando, para conseguirlo, ingenios y artistas españoles ile los mas distinguidos y afamados, y llualmente, la fortuna que tuvo de contiir siempre con excelentes directores y egecutures de su intención plausible y de sus buenos deseos, tie lal manera, (¡ue si en alguna pequeña falta, (disculpable en las humanas cosas, de las que dijo el sabio, que llegar á la perfección es gran quimera), hubiese involuntariamente incurrido, puede bacer .su apología con repetir lo que de un fumoso luonarca dicen sus parciales y defensores: í\ü fue él; fue su siglo quien lii hizo.n En resumidas cuentas. EL MLSEO UMVERSAL, liahe- chi) lo posible para procurar honesto recreo, instrucción, variiMiad y conocimientos útiles ¡í los suscritores, y no encuentra motivo alguno para separarse de la buena senda de su inlancia, ahora ()ue va enlr.indoen años y sabe por experiencia ([ue no hay como cumplir fielmente los deberes para captársela estimación v mereMLSEO UMVERSAL, caso de _ cer el aprecio de los hombres. En su consecuencia, se ser llamado ;! juicio de r e - •ilispíine en el Liño nuevo á continuar su tarea digna y sidencia ile su pasada vid:', ¡ laboriosa con todo el empeño y buena voluntad de que creemos que pudiera pre- siempre estuvo anúnatln,y sin masobjeto que el de presentarse un tanto ufano y sentar nuevos títulos il la estimación del público, que confiado en la absuluci'jn tan benignaíuente acogió y tan decididamente alentó del juo/. severo de la opi- sus priniertis pasos. nión pública; porque c=Heuho ya este esámen retrospectivo, EL MUSEO UMpjndria, sin fallar á la mc- vEnsAL vuelve á su costumbre antigua de lanzar una mirada sobre la ancha redondez de la tierra, v en fií ilp observador experinK-nlado, tiene sus motivos para no quedar lan satisfecho como deseara delaspecto (piepresenta el horizonte; porque doquiera ve /jini/os ncr/rcv. según la expresión, al uso, de la novísima diplomacia; bien (pie los puntos negros de la política esfera,suelen, cuino en la celeste, disiparse al nuevo amanecer de claro día. Y aunque quisiera, como es lógico, considerar primero los sucesos do ínteres general de la bumanídail, tiene que hacer del egoísta y concentrar sus míradasen los límites do la patria, donde se ha verificado el acontecimiento extraordinario que hará memorable en los fa.slos de la Europa el año de I8GS, y marcará una era importante en la historia de nuestra pnq)ía regeneración y desenvídvimieiilo. Jamás recibieron los pueblos inventarío mas extenso y complicado ni herencia mas enmarañada y pingue del gran consumidor de los hombres y do las cosas: y las naciones todas que atentamente nos observan, esperan ver qué uso hacemos del legad" recibido, cómo ponemos orden en nuestra hacienda, cómo distribuimos entre los partícipes los derechos y acciones, qué admínislrador ó gerente de negocios nos nombramos, qué reformas introducimos, y linalmente, (|mi arte ó traza nos damos para p{mer en práctica las facultades ilimitadas de ipie nos hallamos investidos de imi)roviso después do tantos siglos de tutela. Cunliemíjs, no obstante, en que los españoles han de salir airusus arreglando los negocios lie su casa como amigables compnni'dores, visto (pie nunca les faltó el ánimo y la talla para empresas grandiosas y colosales. -Mucho se ba derrii)ado; mucho se ba de edificar. Vasto es el campo, grande el número de obreros, grande el acofio de materiales, excelentes los plano.«, hábiles los arquitectos, liuena la voluntad, la ocasión propicia, el deseo impaciente y la necesidad imperiosa, y con tales elementos no es dudoso que la obra correa- EL MUSEO UNIVERSAL, f y á los amantes sinceros y leales de su prosperidad para 1 tríenla olicial, sino en la inslihUMon de estudios priI que sin Iraha alguna coojieren elic;izmeiile ií la educa- vados lie esla clase en algunas capitales de provincia. ' cion de nue-tro pueblo, conviene volverla \isla alrede- Entre ellos merecen especial mención las escuelas de dor y hacernos caryo de la síluacíoii artoal di> la i'ultiira Medicina que en .Madrid y Sevilla ha fundado la inicíaj)úhlica , para saber con (joé podemos contar en esta liva privada, y las Kaciillades de Filosofía que en la obra, dalo sin el cual ésta, como toda einnresa [irácti- segunda y otras varias eslablecen. ora los parliculares, ca, carece de uno do los términos ineludibles del jiro- ora las corporaciones locales, lie esperar es que, con e| blema. ¡ nuevo régimen, el número de alumnos se duplique quiLa necesidad de esta ojeada estadística, digámoslo zá, en este curso. Antes venían á ser de diez á doce tnil. Las escuelas especiales, sobre todo las de ingenieros, asi, sube de pu[ito cuando se considera la grave r e s Mas conitp el eterno enoniiyo do la concordia aoda ponsabilidad que [K'sa sobre los Imndpros de la genera- no han experimentado lan radicales refornias, v apenas ! se senlírán en su pelrilicada organización los eO^-los sieiii]]re solicílo en Inisear pretextos y ocasiones de ción presente. Sí |)ur acaso resollase de estas indaga- de la liberlad de enseñanza. Pero e| primer jiaso eslá ciones que, aun bajo el odioso régimen de la inlolerani'ia explotar las flaquezas ile ¡os liumbres, viéndose corrido , religiosa (que pide railicales rentedios, no paliativos dado; no fallará quien ande lodo el camino. on la cuestión Franeo-priisiana donde, liatallaban dos injustos y |ii)r igual desagradables á lodos), y bajo g o Las asociaciones cienlilicas, (¡iie con los nombres de naciones iluslradas y poilerosas, añidió ;í la riieslion hiernos oscurantistas, y bajo la pridiíbicion y basla la .Academias, Liceos, .Ateneos y ulros semejantes existen añeju de oriente, y sacó á plaza las aiili^'iias querellas persecurion, nuestros paiires y nuestros m:iestros han en niieslro suelo, y á los qne'lamhíen se han extendido I lieclio tales sacrílirios ])or la ciencia y la difuston de la entre tun-os y cristianos: pensanu'ento dialiólifo, p o r - ; cultura que parecen incri^ihle- y les han em|iujailo p o - I los berielieios de la libertad, lardarán mas en crecer, que tocar á un eslalion como la isla de Creía, es tirar i iler()sameMle, á pesar de todas las tiranías ¿cuánto no pues no hallan lodavia entre nosolnis siilicíenle ali(le una larya cadena do problemas y cuestiones que I nos loca á nosotros, para corresponder dignamente á • menlo para su vida. .Noohsianle. las Ireiiila v ocho sn• ciedades ecoiiiimíciis de .\niii¡os ilrl l'ais, v las (jiie bajo pueden hacer ile Kuropa un campo de Agramanle, üu generosa (dira? I Si comenzamos por la instrucción primaría, no es lí- i otras denominaciones, y en número de cíncuenla á s e donde todos los estados tomen parle, y at]UÍ se luche ; cito ilesconocer que ésta h'i crecido con rapidez no e s - ! senla. cuenta España, hallarán una esfera mas vasla para por la inle;;ridad del imperiu uloniaTio, idlí ¡lorla imle- casa. A lines del siglo pasado asistían ii las escui'las ile ' su acción, fleneralmente, el tipo hoy predomilianle en pendeneia de las nacioiíalidades cristianas; acá por lle- esle género en España poco mas de .')!'-l,"0il niños de ' nneslro país para la constitución de (-slas corporaciones \ es el (le los AfCiros, donde la disensión académica, la var adelante la lelra y espirilu del tratado de Parísí andios sexos; hi»y pasan de millón y medio y la propor- ¡ cáledra, la biblioteca y gabineles de lectura y las sálasele ción enire varone-, y hembras es mas ipual, aunque allá por el testamento político de Pedro el Grande, y <leja que desear todavía. Esle ramo, liase y piedni a n - • (Conversación y esparciinienlo. reúnen lo que bahía de acullá y do quiera por consiTvar ó por destruir el des- gular de la civilización y de la libertad, piííe á las cor- ! vividero en los anlíguos y exánimes Licros con lo que ^ hay lie sano en los recientes Casinos, \ niiiclcis cosas caljelladii eiiuililirin europeo, cpte li¡ista ahora no ha poraciones populares, y á la asociación privada una a c ción decisiva. El lunuei-o de las escuelus parliculares que rióse hallan en ninguna de eslas dos clases de asoprudiiciilo mas que la necesidad de ^'astar en cañones, apenas llega ú ij,ü00 en toda Esjiaña, y la enseñiinza de : ciaciones. En este punto, la supresión de las subvenciofusiles, pólvora y soldados inmensas cantidades de nii- ¡adultos de ambos sexos no ha sido sino iniciada, á p e - nes á las Academias Española, de la Jlisloria, de A'olloDcs anuales, que pudieran, iden empleados, m e - sar lie so extraordinaria nrüencia; porque si la ínslruc- hli-x Arles, eh.-., es recl.miada con uruencía, v la de la cion del niño pone la semilla de lo porvenir, la del j o - primera será aplaudida por cuaiilos han leniíío la d e s jorar la suerte de los jiuelilos. ven y el homhre ya fnnuado sirve pura consolidar lo j gracia de esliidiar sus deleslables graniiitícas, sólo buePero aunque el año enijiieza con lendencias t;ui b e - presente é impedir que se derruridie, apenas ediíicado.. nas para formarle una buena renla, quejamás ha p r o El ensayo mejor entendido, bajo esle resperlo, bas- curado hacer olvidar eon yenerosa.s enijiresas la íiijnslicosas, y sin ir á buscar yuerras extrañas, vemos del ta ahora es el de los Centros i/c tnstruirion popular, licía é iniquidad de su origen ( I ) , lado allá del Atlántico tempestades que amenazan á la jirincipidinenle iiromovídos por los estndíanles en Ma- . Si de la orpanizacion exterior de nuestras íustitiiciitmas rica de imestras Anlillas, no hay ipie desesperar : drill y aL'imas otras ciudades, \ en los i'uales se ha : nes diicentes y cienlilicas, pasamos á considerar (d n i lie que todo termine en bien y de que el ponió ile la comprendido, que. fconira lo que creen los |iarliilar¡os vel, digániüslo así, de su cullnra ínleleL-lual. algo uralo de la inslruccíim iibli:;atoria), no consiste |jritiierameiile ]iaz triunfe sobre el de la discordia. T¡e:iijio luí que v e - la enseñanza en la de leer y escribir, con lo cual siilo . puede lidiarse, sobre lodo riíspeclo de la instrucción primaría, cuyos maeslros snn ipúzá, lomados en ronnimos oyendo lalídiras jirofecias de f.'randes conílajíra- se proporctoniui al obrero y al pobre medios casi esté- ' junto, los (pie mas Icm adelanlado enIre nosotros de cioues, y es ¡trecisu confesar que on esta é])oca sobre- riles hoy eidre nosolros pai'a que él de por si se jiro- ' veinte años á esla parle. Y si aun a>i y lodo, les queda puja la pruiloncia á Iodo otro a[jei;to, y que la naciones, cure una inslruccion que la i:;tiorancía, la falla de liem- liarlo que andar para ¡iiider compeltr'con los de oíros po y de recursos, la de bibliolecas y [lublicacíoiics á sH pueblos mas aventajados en su caiiiino, todavía resispur lo mismo qno conocen sus fuerzas, se respetan y alcance, e t c . , d e . . inqmsibilitan li diíicullan en sumo lirian mejor esta compelencia que nueslros ínslilnlos se eslinian demasiado para decidir eti i'l tumulto de los prado para las clases Iraliajadoras. Pero los peucrosos y Facultades, cuya enseñanza, por repla general, es canqios. lo {|iie lii razón leiiijilada puede alcanzar jior rl fondadiires de estas lecciones deben cmistderar los inferior á la (pie en esle prado se recibe en oíros puemedio |iacilÍco de los con-íojns. Mucho liene que hacer | grandísimos obsiái'ulos con que han de luchar para blos. Las sepiindas van mejor que los príuieros, donde despertar y luaulener vivo el interés por una enseñan- la rutina y la fósil inereía tienen niarcado su asiento. cada una en su propia hacienda y casa para irse á t u r - ' za que no siempre se sabe eoiiserviir á la altura de sus ' Las Fai'ullades se niiieslran en muy desigual relaciim, har las de los vecinos. Inglaterra, que os la mas pacíli- ' ahmiTios. 'gualmenle merecen honrosa merreion las so- • aunque alpiinas de ellas poseen nolahles iirolésores. ca y la no menos adelaidada, tiene (|ue ¡irre-iar sii ; ciedades de arlesanos, cuya esfera es ya superior, aun- , que rivalizan con los primeros de Alemania é lm;lalercuestión de li'laLida, y eoii nn nuevo minisli'rio libera' que por oslo mismo menos extensa. Escasasen n ú m e - r a , si no les superan. Pero el conjiinlo no puede comru es!as asociaciones , merced á la sns])icacia de los pararse. Los esluilíos de la de Filosofia v Lelras snn compuesto de caracteres notiible.s, se prepara animosa anteriores gobiernos, ccmíen/aii hoya hnilaren lo¡las quizá los mejor cullívados enIre lodos; siguen los de á la tarea. Austria debe curarse de recobrar la posición • partes, bajo la febril excilacion de la polilict. cuyo -Medicina. Ciencias naturales, Farmaeía y Adminislraperdida, aprovechando la buena voluntad y refuerzos , despiUico prediiniinio pasal"!. recobrando su Íui.'ar res- cion, cen-ando el corlejo loide Derecho civil y earn'mipectivo los lines lie cidiura intelectual y moral, liov de los húngarus. liarlo líene en (pié pensar Halla con generalmente pospuestos en ellas ¡)Dr las ardientes pa- co.cuyu alraso es por desgracia evidente. La aforlmiada supresítin de las Fniversidades de la Facultad de albnzar la situacii.m creada; l'rancia con llenar cumplí- siones del dia. Teología nos re'eva de ponerla delrasauíi déla (]ue TordaTuenle la iiiísioM que se arroya de ser modelo rlt! piie- ,' nia nuestros ahogailos., ¡Ojalá que la liberlad cii'iltílic i de profesores y alumnos, la supn-sion did niinimiun de hlos libres v clvilizinlos en el continente; Prusia con Eiiiéndonos ahora á la inslniecion orpaiiízada sepiin dar coliesion y estahilidad a los nuevos elemenlos que el plan del Esladn, público y notoi'ioesel respelable nú- cursos eséolásIícdS, la mayor severidad de los ejercicio-; acadúmiciis, la concurrencia de la enseñanza privada v, a engrandecen, y llusia con ali'uder al citnqilicado mero de cole^.'ids ile sepiiTida enseñanza (pie, á jx'sar sobre lodo, el sacudimiento ¡pie acaba de recibir esla manejo lie un imperio lan vasto y beleroL'éneo: y como de las inlinitas trabas aiderinres de autorización, líepó- sociedad, rrmovhla en .su siiper/ivit; pelrífiraíla rn el vivir sea la ley primera, y el ¡nstiiilo de conservación silij, reglamento, litólos de los profesores, proprantas y sus adentros {^f^nu la frase reciente de un ihislrailo lexlus oficiales, exisíian en casi todas las localidades de no menos intenso eu las naciones que en los individuos, alguna importancia. Por lo común, no reumli estos e s - i orador) infundan nueva savia en su dormido y perezoso espíritu! hemos de esperar, juiciosamente pensando, que la m a - tableeiiiui'idüsenlrenosolros ninguna delascoodíciones , yor parle de los mides y Iraslornos que el espíritu mira esenciales que pueden recomendarlosá las familias; jiero .. . . . F.GiJiEn. on lonlananza, li:m de .ser mas bien vapores que se la extraordinaria alhiencía i|ue la centralización llamaba ;í los Insliliiliis, les favorecía y ha enriipiccído á alf^unos forman en la meide ín(|uieta y conturhaila, que ver- de los mas anlipuos cnnsiderahleinente. Hoy es de e s daderos .siyiios de lenqiestailes en el horizonte. Sí asi perar (pie esos raquilicos colepíos, donde la enseñanza Para dar variedad ó ¡nlerés á las páginas de E L MUno fuese, por lo menos habremos seguido el discreto es sumamenle rutinaria é ímperfecla, y el régimen i n - SEO, puhlícareiiiiis meiisiralmenle, ó con mas frecuen-" leriiir se halla calcado sobre el ile| Urniciailo Cabra, proverbio tUibunt corazón (¡nehrunla miila venlura, desa]iarecerán para bien del país, naeierido de sus rui- ciii si el moviijiieiilo lenlral lo exige, una revisla d r a y nueslros susi:rÍlores i:om|ireMileráii que nii ilebe venir nas poco á poco instilucíones de muy oiro peñero, de málii'a, en (pie se com|irenderá la nolícia de las obras otro consejo de (['lien les saluda di'seilndoles toda .suer- las cuales no faltan |jre|udÍos ya á estas horas. El n u e - |ilieslas en escena en los eoliseos de .Madrid, V e| juicio vo jdan de segunda enseñanza, (pie ha comenzado á de aquellas (|ue por su mérílo se dlstinpan. Ksle t r a te de coiitentus, prosperidades y salísfai-cionrs. regir ahora, llama á su verdadero olijelo este prado de bajo encomendado al compelente crilico,'"señor BusliNICOLÁS DÍAZ fít.NJiJii:*. la educación inteleclual, (pie ha de seiilar las bases de la llo, no dudamos que hade agradar ámieslrcslcclurcs. cultura peneral humana, propia de lodo el que aspire á vivir en la sociedad presente, sin ipie ninpuna de sus UEYÍSTA DRAMÁTICA. ^' esferas le encuentre indilerenle á sus ¡iropresos. LástiAntes de enlrar de lleno en esta sección mensual de ma ipie, al lado de esle nuevo [ilan, se haya dejado sul>Deseaiiilo i|Me nuestros suscritores no carezcan rli' sislirel antipuii, puramente dásiro y lilerario. cuya a b - EL MUSKO, debo, aumiiie á la ligera, haeenne carpo de cnnoeinui'iilds impitrlaides y propios de uii Sema- soluta falla de éxílo flesügo, la ígñor.'.ncia del íalin). frases, ya sacramentaTes, espresivas unas veces de la nario de la índole de Ki. MCSFO, puiílícareriios revistas indica suricíenlemente su ine[)lilud para corresj)oniler (qiiniíUi pública, oirás del decaimiento de ánimo de los mensuales del eslado de las ciencias,, asi en España á las necesidades cont('m|ioráneas, y aun á las perma- autores y los artistas, y casi sieuqire de |;i indiferencia, coiUi) en el extranjero. nentes de lodo Iiem|)o que, antes ile Utvratos, como si no del escepticismo, ipie nare de ese marasmo, de antes de ahogados, médieos y naturalistas, ipiieren v ese enervamienlo, siistenido tan larpo líenqio en nuesICSTADO pnESK.NTE ])iden hombres, educidos en tudas las fuer/as vivas de tra palria por ¡loderes arbitrarios v despótiíais, (pie, á \ÍF. LAS su naturaleza. título de paternales, nos ahorraban el trabajo de pensar y /i(/ccr, pensando ellos siempre nial, y haciéndolo LVSTITUCIONES CIENTÍFICAS EN ESPAÑA.. I,a enseñanza de Facullad es qui/á la que mas r a - lodo peor que lo pensaban. En los luomentos en que la libertad de ensi'uanza, la ilic:il reforma ha sorrido. 1.a aplicación á ella del prinde reunión y la de asociaeion con la de irnprenla abren cipio de liberlad ha empezado ya á dar sus frutos; no (I) Siiliiilo rs qup rstjitia prnliihiiln pMiiili:ir la Icrgua castellana nuevos borízontes á las fuerzas vivas de nuestra nación sólo en el cjusiderahle aumento que ha lenído la ma- ciKilrjsBr^iiiülic.isiiuubsdci'siu Ai'iiik'tiiia. |ionilpní á las osporanzas que alientan el pedio di; litólos los hílenos españoles. Cmiii) (iiiicra quo sea, nn spróinus nnsulros los qne \:ivaiiii)s á (.'iiccnili'r el juilvorin riiya cxplosmn asiisla á la ilipiniiiiicia europea; antes liicii iiiu-stni revuiuciiiri lie Solieiiibre iletuvu á Friincia y Priisia en la niarclia ¡ipresiirada hacia un rompí mié uto, qne ya parecía tan riiiie.sto como inevilalile. EL MUSEO UNIVERSAL. L;i vida política Iniscipnilc ;í toiins l;is nlras osffras les libertad, no protección, lííiialdad de cíuidiciones, público, necesita darse en este fícnero muchísima varielio la vida. Sucesos piisliriiirf's liiin ví>nidi> ¡í nmslrar, sin reslró'cion de ningún género, ni subvenciones, dad, huyendo en lo posible de las cbocarrorias vulgares pur forhina, inic, ¡iniiquc lalciili', t'xislia cu d rimiziiii gravosas para el Estado, ni privilegios especiales para y salieníes. y armonizando, en mi entender, ese aU/o y vn la nilicza de [Csiiafui, ciiTlii csjHrilii ili' imivilidad espectáculos nacionales ni eslranjeros. Libertad de del patrón de allende, con lo muidio bueno que a(¡ueny lie fi'liri! iiii|iaci('m'Ía, propin de mía qnicji de traii- lealros: nada de lealms propiedad de la uacioii; acción de nos lian legado los venerables y célebres autores sii:iuii. (\\io. auiMHUí se [troliiiií.'iii' ludavia, liacf esjn'- esclusiva y parlicidar de las empresas, ciui su respon- de potos, jfícfirrts, entremeses y saínetes, cuyas obras rar cu el [Kirveiiir. .sahilidad propia y direi-ta, (¡ne fomente (d estimulo, inqioreceileras. aun prueban en el escenario, ([iio solo "¡Aun hay palria!» pndonins ri'in'lir á los ¡isiistadi- que oscile á la emulación y á la compdoncia. y ile esle duran en él los ridlejos vivos y animados de nuoslro mudo ganani id público, gananín los artistas y los a u - carador v mieslras verdaderas costumbres, zos y á les cscépliiiis. i o s infiernos de Madrid, de Larra; Los Novios de Prro ¿iioiiiTiiKis d n i r ;Í la palria «ámi Üeiies lea- tores, ganarán las nusmas empresas, gafiará el arte naciimal. Teruel, ib' Itlasco, (d aforlunado ¡luciador del género lro?i. Ksla ps la cursilón. Lo qu(! (lebenios pedir á los goblernits es pre('isa- en Esjiaña: /;/ Fifile enamorado, ib' llamos Carriím: Si pPiisaiiKis cu Lfi|u'. Calilernn, Tirsii, Alarrnn, moiite que retiren esa protección indirecta y perjudi- La Gramática, de tlrliz de Pinedo: Los Misterios del Rdjas y dciiiás rclelins draiiiáliciis del si;;[ii XVII; si cial (|ue, piir medio de los destinos, dispensan á los Parnaso, ciui (]ue dura y leiiiorarianienle ataci'i á la. conleTriplanuí-; ciui oryídlii aquel preridsii lesurn n a - autores. Lo (pie didiejiios iiodirlos os que rio sea oí critica drainálica (d señor L a r r a , prodiicii'ndn una cional, (pie lanta rique/.a ha presladii al arle elásicu presupuesto rúenle de preniios del mérito literario; verdadera esplosíon; Pascual fíaiton , de PUOMIO y e.vtraniero, no pi)drenius uieiKKs de alirmar que l:;spa- (|ue hartos mérüos y demérilos prenu'a A presupues- Brabas: La ijran dtii¡uesa, de Miuiroal, y Los jironreñii tiene teatro; porque aquHJ gran teatro no perece to. Los méritos literarios y artísticos debe premiarlos sos del Amor, i\i' Blasco. s(m l:is zarzuelas/m/a.'* queel público, sidanieule el ¡lúblico, (¡ue los disfruta y sa- han lograilo mas éxito, y al;;unas de ellas no carecen, nunca. ciertamente, de mérüo lilerario. UH^TÍIO rpie. ]ior lo geI'ero /.rospimdemos lioy á nuestras trailiciones d r a - be avalorarlos. El presupuesto dcslruyi' el mérito, por- neral, no procuran ipio hrille en sus idiras los actuales que aliciona á la holí-Muza y al alojamiento de la vida niálicas? maiileneiiores del prestigio htifo. que seria mayor si No hay que asustarse de la ¡lalahra. No súy tradiciii- activa y militanle de las letras. tuviesen en cuenta ¡(ara su honra, ya (pie no para su lialisla: peri) creo (|ue en lileralura, y sohre todo, en O hiéralos, ó polilicos y empleados, No c^ibe compa- provecho, que no quita lo lilerario á lo festivo y cbaula dramática, n» pudeinus prescindir alísolulaiiienle de tibilidad, y todos los días estanms notando cuan raro coro. ta tradiiuiui, aún con el amor mas ferviente al progre- debe ser <iue puedan verse unidas aiidtas competenso y al pi'rreccionamienlo del arle. cias. De propósito he dejado para el linal las tres únicas ICii este Icrrctiii la tradición no es un obsljlculo; a n Hechas oslas ligeras, pero leales y sinceras obsorva- obras que han nqiresontado |)nqiiainenlo en escetia altes liien fs un auxiliar impresciudihle y poileroso ipie cimies. á manera de priíámbulo, entremos ya en el guna ó algunas de tas fases de la revolución política. allana el cann'nii. Hay alli al;,'ii clernamente. popular y terreno de la revista, dejando trazado id camino para La liuena causa, de don Emilio Alvarcz. liendi' laten' tomento á la ab(diciim de (piíntas. condenando, en un iiellii, alf-'o de la esencia ile nueslro carácler v nucstrii lo sucesivo. nac'ioualidad. i¡uc atrae la iiiiraila liel poela^ conio r| El año ipie ha ospinido no ba sido escaso en nove- ' animado y muy sentido y bello cuadro dramático, las modelo alrae la nu'rada del piulor, cuyo |)incel Itusca dades teatrales, si bien ba sido poco pródigo en obras i guerras civiles, cuyos horrores ilescidire en los j;ritos i y penetrante aiigusli;i de un:i pobre maiire y i'u la r e los colores de la verdad pura. I de algún iinJrito. I,o niismn rjue cada individuo, cada nación tiene su Si ('(diamos una nnrada rolrospocliva general y cita- iajaciíUl, siquiera inomenliliiea, de los beiidiliis l;izos rarácli'r. l'odrji variar de costutnhres; ¡lero el i'arái:- mos tilidos escriíos en los carteles desde las l*ascuas de que unen á dos honradas familias. teres fd tuisiuo, y la lili'ratura debe rellejarlo. E s - .Naviilad de !Síi7 hasta el linal de fSfiS, veremos (¡ue, La Convalecencia es una bellísima y eslreinadacusado es añadir dónde están el espejo y la fuente ile sin iiuduirlos lodos, arrojan una caiilidad de idiras, ijue moiite íiigeriíüsa alegoría dram;ilica ile] laureado poofu nuesira literatura acaso dé la medida de su calidad, y revela cuan conla- don Luis Eguilaz, ipio, i'ii su improvísailo aproEl día que nuestro ¡Innuinrrro y nuestro gran Tea- das han sido las que ban llegado á fijar algo la alencion iiósito, sin insultos para los caídos, sin viil[;ares adula' lacíones jiara los ;ictuales bomhros del poder, sin c h o tro clásico ípiedcn cuhierlos de pídvo, nuestros poetas pública. habrán falsíliciulo su carácter y ronegailo do su propia En el teatro del Principe (hoy Español) Naufragar carrerías y sin mas recursos (pie los (pie inspira la idea nacioiíaliiiad. en tierra firme y La voz del corazón, del señor Hur- de la líhertail uniíla al talento y al tuio laclo dramático Ese día no lia llegado leliznienle. Aun se niiraal es- tado, Sheridan. de Heles, La Levita, de Gaspar. Jus~ V al buen giislo literario, lojjra tener siisjionso al p ú pejo, aun se eslndia junto á la fucnle inagotahle. aun licia ^providencial_ {\i^ .Nuñez de Arce y Redimir a! cau- blico, (jue en todas las escenas encuentra oportunas tivo, (dira ilol señor Pina, estrenaila en la noche de alusimios. intencionados chistes y pensamientos mdiles se forma el gusto con la adniirarion iW los luodelos. ¡Ah! pero" «el teatro acalm!» dicen, <^¡va no liav tea- Naviilad, son las (¡ue ban alcanzado mayores aplausos y y elevados que responden á lodos lus gritos lanzados mayor número de ropresentaciiuios, sin (pie estas p u - por las justas aspiracímies de la reviducimi. tro, ¡«el teatro lia nnierlo!» ilieran satisfacer las esperanzas de amor propio y de l'nes «¡viva el le;itro!" digo yo. ¿Quien será el reij? es id título de nn animado, c a Dejémonos de ciri'ulos viciosos. Dejemos va de interés de los autores. racterístico é ímportant'J cuadro jocoso (pie, en el teaecharnos la culpa unos á oíros; el público á l o s ' a d o Por su forma literaria y por su intonciim dramática tro de Novoilades. ha valido merecidos aplausos á s'i ros, los adores á los autores, los aulori's ¡d ¡lúldico; y lilosóíic:! se distinguieron La roz del corazón. La aulor. señor riUtiern'Z de Alh.i. España, rodeada de ter.iiiue ya ese pugilalo, parecido á aipiel otro que pro- Levita, comedia del género realista, sin llofjar feliz- sus hijos y asistida ilel consejo palrii'ilico ibd pueblo, movió en el cauíaraucbon de la venta la caballeresca nu'ide al repuiíiianlo realismo de la úllima escuela fran- representado sensata y graeíosamonle por un sincero fantasía del Hidalgo Mancliego. cesa, y Justicia providencial, eu i|ue el sr'ñor Arce y i'ranco ara;;onés y nn agudo y ocurrente andaluz, va Los adores ban perdido en el año que acaba de p a - ha dado nueva muestra de su vii^or dramático v ile dando audiencia á los prelondíoules oslensíbles á l.i sar á la bisloria al úiuco gran maestro que (piedaha. su nervio en la forma pura literaria; sí bien con un conma y rechazándolos, fundando razonadamente su Julián itoniea, encarnación de la verdad escénica, ipie asunto liarlo traído y llevado en la escena y poco ú repulsa, siempre apoyada, si ui> iniciada, por los chisvino al mundo ilel arle haciendo una verdadeni revo- propósito para persuadir y arrastrar al público, aun tes del hijo de .\ndaliicia, y por las verdades como ! puños que uidnral ingenua y graeio-ameulií salen de lución, ha nuh'rto al nacer la revolueitm poliüca. L'na con situaciones atrevidas é inleresantes. - pregunta: ¿Qué es de aíjuella susericion, iniciada ciui En Jovellanos, la preciosa halada lírico-dramática de los hdiios del aragoiU'S. El señor (¡ulierre/. de Alba, i-ii fervoroso entusiasmo para llevar á cabo no .sé qué m o - Serra , Luz y Sombra, /:/ Estudiante de Salamanca, su aprociahle trabajo, hace toda la justicia y ludo el numento fñn(d)re á la memoria del gran artista? ;.Qué zarzuela ibd señor Hivora: La Comcdianta de Antaño, boiiiT que se merece al paciíicador de España, al p o es de aquellas loas y ai|uellas funcimies lealrales a n u n - de Escosura: La Cómíro-Mania caricalura satírica de pular general, al bonradisimo ciudadano, al noble ciadas con ('\ iibji'to noble de allegar mas fondos jiara los señores LnsbuK'i y Saco: Do (¡ustos no hai/ nada (líncinalo q u e . desdo su r d i r o de Logroño ve, con la la mayor grandeza de esi' niommienlo? Eonlicmos en escrito, lio Peiirosa: J}oña Inés de Castro, de I t d e s . v conciencia limpia y tranquila, c<Jmo las ínjustílicadas (|ue renacerá el proveció y en (|ue el juslo entusiasmo El Collar de Lescot, do Hurlado, son las que h;in iii- ambiciones personales se desbordan, iníoidras él, olrevoluciimario no habrá extinguido del todo el entu- denunzado de algún modo al púplico de los muchos vidado de SI mismo, sólo ambiciona la paz y la v e n siasmo por el glorioso nombre del artista queriíio ú i n - i ratos de aburrimiento que ba pasado en aipnd teatro tura de la palria. olvidable. ' con otras nuudias idiras que no cíto, por mi carácter Si á la habilidad arlislica y eslraoriUnario conocitan refractario á la censura como pro|)ensii al (dogio, Pero la muerle de Tíomea no debe descorazonar á y ponpie liarlo castigo lleva e| autor de una obra con mioíilo del lealro que revela ía comedia del señor E s In.s autores draniillicos. . \ d o r e s . auncpie ¡lot'os, bay la reprobación ó la indiferencia pública y con el mismo lébanez, No hay mal que por bien no vcnija. (pie con brílliintisiino éxilo se représenla ahora en Juvidlaniis, toilavia, y debe esperarse que afiarecerá aLuin nuevo silencio de la crítica. se uniese la originalidad del pensamiento, sin vacilar astro que pruebe qtní :mu alíenla la raza ile los .Maic)uez, Lalorres y (humanes. Por las mismas razones, sólo citaré del teatro de No- diría que era un inonumento gigante ib- la dramática En tollo caso, los atilores á quienes lia dado ya au- vedades la obra de los señores Valcárcel y Vedinar, El cimlemporánea española. Verdad es (pie, si el señor toridad la fíloria legítima, deben trabajar con fó para fantasma del pasado, digna de rh-iut por su brillante Esléhanez fuese verdaderamente un genio tToador, [lopropnri'ioiiar rica materia á la bisloria critica de la li- forma, por mas (pie, cmiio (dira escénica, no haya res- drianios llamarlo con jnslícia uno de los iirimoros autoteratura dramática, que ha de juzfjiirlos mañana, no ¡timdído á las es|)eranzas que por tanto tiempo esltivo res del siglo, ya (pie no e| primero, como quiere algún por l'is adores que representaron sus oliras, sino sólo haciendo concebir á los verdaderos amantes de las le- periódico. El señor Iv-^lébanoz posee para el leiitro, y por sus (dirás uiismas. Don Agustín Duran no necesi- tras; y El Laurel de plata y Desde Ccrcsá Flora, obras nn es poco, lodo cuaulo el bonmre puede adipiirir cmi tó pensar en los Hios y Avendaños, ni en las Amarilis de magia y de ospodáculo no desprovistas de mérito li- el estudio. Quizás su sobrado estudio perjudica á lu V Cabienmas, para es(TÍbir su uiagnílico estudio cri- terario, que aun atraen C(uicurreiicia á aquel apartado forma, (pie. en sus (dirás suele carecer Jo esponlanei(lad, cnanto en las de oíros de corrección. Quizás tico (le El Condenado por desconfiado de Tirso, en coliseo. combate ideas (pie en España, son, por fortuna, un que dejó asentadas las bases de la verdadera crítica El teatro de Variedades parece llamado á ser el teatro fanlasma. Tal vez sobra y aun repugna el recurso dramática española. de las quiebras, pues ya ní espectáculo nacional ni e.t- linal. que nada viene á resolver que no esté y;i resuelNo hablemos lampoco de la voluhilíilad del público, Iranjero se ve allí libre de los desdenes y rolraímienlo to. Sin embarj-'o de (ÍSIO . la obra de Eslébanoz, honra del eslravio y corrupción ib^ su gusto. El público ha del público. Dim Podro Doltiado ha resistido en él solo al aulor y honra á las letras españolas, y merece uii moslrado, aun en tiempos de lamentables crisis para el mes do ocluhre, consiguiendo algunos aplausos con doleniílo estudio, ¡pie haré eu olr.i revista, sí las n o la industria y (d comerrio, (|Ue sabe responder al lla- la esmorada ejecución del Ótelo, notable arreglo del voilades originales escasean en la enlrada del año. ínaiiiíento de los verdaderos ingejiíos dramáticos, acu- señor 1 tetes. diendo allí donde se tocan los legítimos resortes del En el teatro del Circo ó sea de Los ¡tufos Ardcrius, E. BLSTILLO. arte. es decir, los fíufos propiamente díidios, con toda la Pruebas tenemos recieTiles; y sí de.sde hace algunos savia de la planta traspirenaica, es donde se ha despleaños, S(d)re lod(i <_Iesde (pie se abrió el palenque tran- gado toda la actividad provorbialdel afortunado diredor, sitorio, como exc'iticü, de los Bufos, aparece mas incli- que conoce lo transitorio y perecedero del género en nado á lo eslravagante que i^ mueva á la risa, (lue á España y aprovecha bíen e¡ tiempo ([ue IIÍ líoiie marcalas manifeslacimn^s serias del arle puro español, debi- do la suerte, ayudado de autores, (¡ue no dejan de pledo es á la falla de fuerza real da oslas manifestaciones garse y anndilar sus facultades cómicas á los patrones y lambíen á las vicisitudes sociales de nuestro pueblo, corlados por la estrava:.'ancía Francesa. ipie le han hecho un tanto frivido y caprichoso. Yo no rechazo el ^íénoro, pues creo, como el procep.No ('(dtemos de menos lampiico la fait i di^ protec- lista francés, que todos los géneros son buenos, tntMios ción ib; los gohiernüs. A los g(di¡ernos debemos pedir- los que fastidian; pero precisiunenle para no Ciinsar al EL ML'SEO CNIVI-lí.SAL. toros de provincias ydol rxtrapjcro coiiuzcaii ]ior el retrato y los apuntos liiügráncos qiii' ;iConi|)nÑarpinos, i¡ los hombros (|iio mas ó monos diroct.iinoiito so Iiall;iii idoiililkado?; ton los acontociniiontds que hoy o m l)ar^'aii la ntoncinn p ú IiHoa (loiitro y fuera di' Es¡iaFia. Soromos on e s to punto tan iinparciaIcs cuanlo lo oxiyn ol cnrác-lor de nuestra p u Micacion , y á una con (os rolratds do los hombros |)úlilii'os do todos los partidos, londnin oal)í(la como basln aqui los (io aiiuollus ijuo so hayan boclio fanídSd.s en loila profi'siun, carrera ('» ojorcicio. RIVEUO. hirse la historia di> l:i or^'anizai.'ion de l:i d e mocracia españnla, y di' su activa propaganda comenzada oslensiblemonto en 184!), sin r e conocer en todos sus poriodiis laaccionenérgica, la intoliEoiile d i rección y la L'ran persoviTancia del señor R i vero,qno en la prensa. 011 las academias, en el parlamento, de pylahra y por escrito, en la l u cha violenta de las a r mas V en ol palenque de la (íiscusion pacilic;i, siempre se h;dl''i en la brecna , manteniendo, fon varonil elocuencia. y Clin lanía eiitore/.:i romo tenacidad, los d e rechos naturales di'l hombre, que son ol fondo esencial del dogm,: democrático. Damos en ol pn'sonlo nimioro el rolralo (lol alcahlo y |)rosidoiilodol AyuntinnionlopiipularfJo^ladrid.iluiiNicolás Miiria Hiviíro, r o olof:¡do |iiir aolamacion paralan imporlanlecarf>'o. en ol iiño que cnnn'euza. y oii cuyo puosl o . desdo los primeros (lias lio la ri'viiliicion, ha venidu prt'staiido soñaladísimiis servicios. Nn midiendo extendernos ¡í nacer una biograíiaconipletii úc osle patricio disliniaiido , nos limilaromiis á presonlarji' bajo ol asprclo principal ile| su vida pública en sus Iros fases do jurisconsulto,orador y jiombro político. En esto úitimfrcNncepto, sabidu es que no poilria uscri- Como oradiir parlamentario nn fue m o nos notable que por ladoti'sde (ir?íanizador de ¡lartido. O b s e r v a d o r profundo de los hombres y de las cosas, elevado en sus apreciaciiinos, dotado do admirable intuición política. severo en las formas. poderoso en la a r ^ o tneiiiacion y furmidable OH la |io!émica. sus discursos han producido siempre honda sensación en la cámara, y arrancado o| aplauso v llevado la convicción al .ánimo do sus mismos adversarios. No os de los dipulados cuya VOÍ resuena de continuo en los ámliilos de la asamblea do los lej-'isladores. Escoge el tiempo, elige roN NICOLÁS MAi'.i.x. RivEno. (DE USA FOTOGRAFÍA DE JL'LIA ) ESPOSlLluN bí bh-LLAh Atru,& Di. liAUCtt.05A. EL IVIÜSEO UNIVERSAL. frontis del edificio qu'lia construido en lian-elona una socieil^nl de artistas y amantes délas líellas .\rle> c m el ol)jeto d(2 verilicar espos:ciones (le una maner.i digna de la n p i t a l d e Caluluña. I'sta provincia lie Ksp:nr,i, comparada con justicia al (liítrilo nianuracturero de Lancaiihirp en in^'Iaterra. como lo es Barcelona á la industriosa Marcliester, sedistinL'iiede las demás de Kspaüa por hi confian/.a de sus iiijos en -SUS propÍ:is fuerzas, y por su iniciativa p;ira procurar porsiriiisiiiosloitocnanlo pueiie ceder en provecho de su desarrollo y adelanto en huías la^ esferas de la actividad humana. til ociisirm'.! ;iiirnvcf'li:i <'l ¡inomonlii (.iijurlunu. fíraii sprrrtí.1 ilc los VÍTíladi'ms lidniltrcs píititic o s ; pero cuandii tcnm la priliil)ra. es ¡laní ilnr un fíolpf so.:;ur() y a l canzar uii triiiiifo vorfiaiit'ro. Sus discursos -siibrí! la ¡mpr''nla. s(iItrf Ids acoiilrcriiuifiilds úv Loja, SDlirn ft rocoiiocimii'iilo (k Italia, y la cupslion ili' Méjico, Aún docuiiif'nlos ni»laIiilisiniiis (¡uc di'scidiaráii sii^mprf fu la h i s toria di' la j)(ilit¡ca rspafiola y cu los fastos (IR la elocuencia parlamentaria. Sil rcpulacioTí como jurisconsulli) ha llegado •á la altura (lela df aquellos mas ílisliiipiiidos pn ol ilustre foro español; y aunque las vicisitudes políticas y las perseci:ctonos de que lia sido objelíi por parle de fznhiernos iutülf'rantes,llo le han permitido dediCTTse con espacio y r e poso á la practica de la jurisprudencia, su r o uociniiento del espirílví de ias leyes y sii recto y olevado criíerio al i n terpretarlas, le han conquistado uu eiivi<liahle puesto entre, liis n o lahles jurisperitos de nnesira época. Itueiia prueba dp esta venlad es el pensamienlo concehíílo v l:i (dira realizada para el estimulo y adelanto de los que se dedican á las Bellas .Vrtes, por los esfuerzos y entusiasmo de algunas celosos catalanes que no han perd(inado sacrificios ¡lara poner á Barcelima en esta parle al nivel de oirás capitahr, del e \ tranjfíro que lienen semejantes instilucione.'v y edificios. Dicha s o ciedail ha enviado circulares á todos los artistas, ostimulánilolos ji que presenten las oliras (¡ue, guslen, seguros de que todas tendrán cabida en los salones del espesado edificio,dándoles conocimiento de los requisitos que deben llenar para ef indicado y proveclmso uhjelo: y, (íii efecto, el di,i 20 del pniximo pasado m e s , tuvieron la satisfaccicui de ver inaugurada la esposicion i)rimera, á la cual cimcurrienm las autoridades principales, y gr::n número de personas distinguidas, que liabia"! sido convidailas por I < junta directiva. El Iriunfo ile la revolución \m venido á ¡iresentar nuevos i; importantes aspectos v cualidades de su tiirácter, poniendo ile manifiesto que existen en su o r ganización con admirable oquilüirio , asi la presteza para concehir, como la ener^'ia para ejecutar; asi las dotes especulalivas como las prácticas, y por ifjua manera la elevación ile inlelifiencia (pie el c o nocimiento minucioso y vario de Ids dflalles y de las circunstancias. ESPOSICION DEnELL.^SAUTES DE irniCEUiNA. ElKrahadiKpieaenmpafianios, re¡iresenta el AVU.A.—Anco DEL ALCÁZAR. CORSID.V PROPICIATORIA DE LOS PATAGONES ES DERItEDOIl t>E I.OS AMVU.rS DOMÉSTICO?. El número de objetos espuestos, según c' catálogo que se vende EL MUSEO UNIVERSAL. en el mismo hr.t\, jisriomlp á 398. sictiíln o\ mayor número ('uiiilrns ;il ÓIPO de L'iricin'iilii y ilns arlislas. Kiiunii lili las tres (IfinMiilciirias i|in' iruis tanic se ciiriviTliníri Pll lailcrcíi, se ciiciiiMiIraii las r(i|itas (¡iic lian jircsciiUulo )li''/ [linlnrcs; en nlra varins ¡iroyccIiK y iilanus i\p. ;ir(|iiilc('liira . así (-IIIIID tas laiiiina:^ <lfl alhtnii lU- la pspiisii-iim n'iri)S[n'cl¡va i|ii<' se coh'lirt'j <MI [{arrckina f.n I8íi7. I.os iilaiKis v [iniyt'i-los [n'rlnii''c('ii á sii'tf fspiisilorcs. I.íisai'iiarclas. ¡.'raÍKiilos, íliliiijos y vari isiilijetos (le osL'llllura se miicstraii iMi iilra sala ó lii'jiarlaniorild, y cu su roliu'acimí y tiiili»' ;^('ni'ral di' vjsla, l;i psiMisicion lia sii[iiTail() en ituii'lio, st'í;im cscribcu ilc (lidia caiiilal, á las csiioranzas de sus iniriadnros, Rccihan csfos iiiicslra ciilinraliiifiia por ci n'siilladi) ilc sus esfuerzos y sacrilirÍNs, los i:u:des no tieiii'n m e jor recompensa í|ue la salisfaceioTí de IratnT nililriliiii<Io al rurnciilo (le las artes y al adelanto y l)rillo de la p o Llacion. D. B. ARCO DP;L ALCÁZAR, zonte. p;irec¡e,sen como parecienm á los espiiñoles. ipie por primera vez los velan, (¡ue aquella tierra era una . nueva Ara[dia i'i nueva (¡elh, poblada de ^'i^'anles. La mayor jiarle d(d lienipo lo ocupa el Patafroii en , la caza y en los niomenlos ile i'iciii alieude al cuidado • lie su caballo, á reparar las averias de sus lanzas ó clin- ; zos y remcnilar su vesliiarin. .\o cimsiruye casas, ni permanece luuclio tiempo en un biliar. Lo esléril ibd suelo le obli^ii ¡i í^er erranle. l'na lienda hecha de imanas y cubierUi con pieles de guanaco conslituye s u d o micilio. líl grabado (|ue ofrecemos, représenla la fiesla qu*í ceieliran eii Otoño, en honor d('l dios Iluancuvu, g o beniailor de los espiriliis malélicos. Los |ia(agones síi adornan con lo mejor (|ue lienen y se reúnen i'ii tribus con sus respeclivos caciques á la cabe/a. El ganado se reiini' lambien en masa, formando los indios en derredor un doble círculo <[ue mandia sin cesar en dirección conlraria. para (¡ue ninguno de los animales se escape. \ entonces invocan á Huancuvu, y vierlen gola á gola leche fermenlada que les llevan las mujeres, sin dejar de continuar sus vueltas Ires ó cualn» veces, ([ue es el alma de la ceremonia para que ci Dios les preserve i\c lodas las enfermedades. .B. : EN LAS AILHALLAS HF. LA CllDil» HE ÁViLlSijíuieiidu nuestra eostumbre (le dar á oonncpr los riioiuniif'ittds arlístii'iis, ile (¡ue. lanía aliiiniiancia y r i queza liav en Kspaña, damos en este número un p r e eiosíj ^'rallado (|iie représenla el lua^'nilico aren del Ak'ázar de la (.'indad ile Avila, población nioimiriental por exceleni'ia. Avila es un venladero IIMISPO ile arilifífiedaiies de una ^'ranileza y mérito extraordinarios, y ini'rece qw Inda persiina curiosa Ita^'a un viaje á d i ctia ciipilal, ciin e| solo olijelo de admirar las ohras de arle iiue atesora en sn n-einh). Krilre ludas descuella la ^'randíosa fábrica de su anli^'Ua muralla, Iieciía de piedra lierroíiueñn, cin-miaila con un anlepeciio con a.500 almenas, y di'fendida por 88 cubos ó torreones de fjrande espesor. I). Anliniio l*onz da curiosas nollcias acerca de esla i^rande di-fcnsa. que lo era cierlamcnte en los lieniposdel feudalismo: pent que hoy dia, poniendo aparle la cuestión ib- arte, es perjudicial á la mayor y mas bella parle de la piddaiiiun míe se encuentra fuera d(í este circuilo. hice el referido curioso viajero, (¡ue, estas tniirallas, (|ue stuí de las nías bien conS(;rvai!as en Ksiiaña.alendido el lienipo i'U (¡ue st^ consIriiyeron. fueron liecíias en la época de II. Alonso VI, ([Uien ordeiK'i el levanlamienlo de eslos niuriis á su Yíjrno el C'inile I). Ilanioii, marido de Moña L'rraca. Curiosas noticias de ellos da el cronisla Ariz, en cuya reseña de la publaeion de Avila reliere, (|ue diriHiriernn la (d)ra los ar(piiteclns ó maestres de t;eoineIria, comoendinces se llamaban, Casandro, nahiral de llalla, y l-'lorin de l'iluen^'a, oriundo de Francia, t e niendo á sus órdenes oíros ar(|uileclos de Vizcjiya, de Lemí y (le otras comarcas es|iañ(ilas. «ni Señor Conde, añade, mandó que se jiicíesc jtasaz lie cal. é arribaron ende .Maestres de piedras, «fender, ó tallar pinos, é qiiearntjasen la madera liara idos enf:enios, é labiados. E siendo saliednrerf ile ID ;>lid, los maestros de la fábrica arribaron asaz en tal, ;i(jue sobrepujaron de mil. !•; por ende mandó el )>Sr. Cíuide se fabricasen las lelas de los muros del ))Se|iterilr¡f)ii; é la ttda did l'nnienle niin era tan |ueiij,'a hcomo las otras dos: é vos {|ií.'o. (jiie en lodas tres l e fias fabricaban por la parle de fuera, é por la de denBlro mas de mil é novecientos bombres: é liiose priílncipio el año de nueslro Si'ñor mil é nttvenla.» Solo nueve años diint su coiislruccinn , lienipo Iirevísimo, en el cual parece imposible (¡ue se hiciese una libra tan colosal. \i\n hoy dia causa maravilla su vista, de donde puede inferirse cuanta seria su belleza en el si.Ldo Xl en (|ue se levanlara. Su contorno se calcula ser ile una media le^na y en él se encuentran el Alcázar Heal y la Calednd, de suerte, ([ue como la ciudad eslá en un sílio elevado, la iiiniediatdmi de tantas torres le hace presentar un precioso ^olpe de visla. La visla de la puerla que ofrecemos es una de las (juft nia.s (le manííieslii ponen la niajcslad y grandeza do este uionumcnto de los tiempos feudales. D. B. CORRIhA PROPICIATORIA DE LOS PATAGONES EN DERRivDOn DE LOS AKIUALES DOMÉSTICOS. iPLUS ULTRAl Próximos á la estación de un ferro-carril, esperando la llegada de un tren para conducir á Iiis viajeros quií bajasen de él y (pusieran trasladarse ¡i la ciudad y aldeas iniuedialas, l'iallilbaiise una tarde, ya cerca de'oscurecer, un carro, una tartana y una diligencia, todos d e a s pecto poco aj:radaliltí y con scñalf s inequívocas de segura vejez. Kl primero tenia las ruedas agrietadas, medio podridas y culiierlas de lodo: la segunda, loldn de bule, pintarrajeado, y asientos ile crin forrados de su('ia y rola percalina; la úllima, eslaba en siliiacion de reernplazii de mucho tiempo airas; omiliinos algunas oirás averias y desperfectos que, sobre la edad ile los veliiiulos, hacían mas laslímoso y palenie su eslado valeludinario. Si ¡cira los carruajes hubiera cuarlel de ínváliilos, riin;:uno mejor ¡¡ue los Ires de (pie se traía hubiera podido re(daniar asilo en el benélico eslablecimienlo. Tiraban del ciirro un par de bueyes mansos y rolinslos: no era fácil calcular de golpe las libras qni' pesarla cada uno de aíiui'llos hermosos rinnianles, pero si que la lenliluililesu pasodidiia correspmiderá la enorniiilad de su volumen. .\ la larlana eslaba ongamdiado un caballejo que, en sus días juviMiiles, sano,'vivo y gallardo, (|uizá se bebería los vieiilos, y (¡ueabora, Ira'spareiile y cabizliají), parecía enlrcgado á profundas medílaciones sobre las vanidades y la brevedad de la vida: en cuanlo ú la diligencia, Ires pares y medio de muías de porte enire genlil y cristiano, si se me permite la expresión, coniponian su tiro. Frente por frente de ellos veíase el eiiibarcailerf) con una hilera de wagones y furgones á cada lado, y no lejos la locomotora á qu(^ baliian de unirse [lara |iarír, cuando llegase el tren (¡ue se esperaba, l'nos y o'ros eran nuevos ígiialinenle (|ue la ioi'omotora , la cual, al inflainaiio liesodelsol ponienle, parecía un ascua de oro. M en el silio que ocupaban los Ires carruajes, ní á bastantes pasos de (dios se oía oiro ruido que el (pie h a cían el caliallejii de la larlana y los bueyes al rumiar v\ |i¡eriso('onlenídiM'n los sacos pendieules delpescne/.o, v en los (pie nielian parle de la cabeza; y alconlrarío, I;i locomotora daba de vez en cuando sonoros resnplídos, anuncios elocuenlesdejuveulud, de aclivídad ydefiiej'za, (|uecaiisalianconsÍderaliI('asombro mezcladodesuslo á los pacilicos cuadril¡leilos. Tampoco los carruajes las leriian todas consigo; y siendo cierto, comoloalesliguan losfabulislasdesde la masremolaanlíyüedad basla nuestros días, ([ue lodos los imlivíiluos iierlenecíentes á los ilislinlos reinos de la naluraleza se iiallan dotadnsdeenlendimíenlo v de palabra, no se eslrañará que el carro, la larlana y la diligencia discnrrie.sen y conversasen acerca de siisiisunlosé intereses parliculares, enipleando así bonestamenle los ocios, en vez de emplearlos en pí(;ardias como acontece. enIre los liiimbros. El carro fué el (>rÍniero que rompió el silencio, quejándose amargamente ilc la .situación á que .se veia r e ducido. •—Mirad — dijo á sus compañeros, aludiendo á la locomotora—mirad cómo se pavonea y ensoberbece a(|UPllaloeaailvenedizar Ysiii embargo ¿(pié IÍIUI S puede alegar á la preferencia que sobre nosotros le da esle s i glo impiíi y vandálico? ÍJneyu, sucesor natural d(d('arro que desde los liem|ios bíblicos, y aun aiiles, no ha dejado de |)ri'slar servicios á la especie humana, poniendo en conlnclo las familias, las Iribus, las razas y las naciones, y trasportado de unas á oirás las riquezas; que yo —repito—me diese tono y fuese objeto de la gratitud y la consideracimí de los hombres, muy sanio y muy bueno. Pero que aquella iiisidenfe, no solo se complazca en menospreciar la tradición y los dereidios adipiiridos, ' sino que se goce en nueslra ruina, y nos reduzca á la mendicidad, esto, fraucuniente es incalilicuble, no t i e - , ne noiidire. Los marineros (juo acompañaron á Ma^íallanes d i e ron el iKinibre de |'ala;-'ones ¡1 los salvaf-es (pie ocupan la parte sur del Sur de América, desde las fnnileras de las colonias españolas hasla el esli-fcho rpie lonni el nombrí' df^ aijuel famoso nave^'aiite. La razón de b a berlos llarnadii asi fue su elevada eslatura, y el llevar una especii' 'le aljiarj^alrs ó calzado e.\lrañri de piel de guanaco que les hace ;iparecer los pies como ¡¡alas de fjanso. lisia piel les cubre la Tiienia basla la rodilla para defenderse de las espinas de alfíuiias plantas <|ue abundan en su suelo. Ks muy naluralque honibres de seis á siete pies de altura . envuellos en pieles, con una lanza (pie sobrejiasa diez ¡liés de SU^Í cabezas y —Asi es la verdad, amigo—repuso la tartana; y debo dibujados ou una gran llanura sobre el límpido Iion- añadir, por mi parlo, que aun cuando alguno de lusiin- tepasarlns gruñó un poco y se qnejinle que se le hacía mal lercio al ver invadido lo que llamaba su esfera por los míos, al lin llegaron á reconocer (pie todos éramos ramos dei mismo tronco, indivíduosdelaniisma familia, salvo ciertas iliferenciii-S poco imporlanlos en el fondo y eu la furnia. —Esa confesiím—replicó el carro—te lionra y nos honra. .Nosotros siempre be i os tenidn si'ntíiiiíenioscarilalívosy hecho lo (jiieSan Marlin, (pie rasgi'i su cupay iliii la mitad de idla ;Í un pidire para (¡ue ¡ireservase de la intem|ierie sus desnudas carnes. —Yo,—exclamó la diligencia, dirigiendo lajialabraal carro, á rÍest:o de ofender la modestia de la larlana—ilebii nianifeslar (¡ue soy deinlora á ella y á los siivos de igual bi'iielicio (¡ue (dios á li. si bim mediaron antcsenIre nosotnv^ quisquillas de escasa monla sobresi los perjudicábamos ó no con nue-lroadvenimieiilo. Este d i s guslillo pasó pronto, y recuerdo (¡ue des]iues, hablando sobre el particular con una lartaiia, nie lifjo: <¡tju6 equivocíidos juicios se forman en ocasiones (fe las p e r smias, basla conocerlas á fondo! La [irimera inqiresion que nos eausasleis al iiresenlaros delante do nosolrosen aclilud allanera, fué ile.sagradable en extremo; pero luego qi:e nosacoslumbramos á veros,conocimos qiieérais unas bendilas de I líos, y exclamamos: «¡jielillos á la niiir!» Los animales seguían nuniando íijosólicamenle e| iiien.so, no poniue fuesen insensibles á la desgracia de los vehículos, pues les Incalía tan de cerca que hasta ¡lodía inlerosar á su subsistencia, sino poripie utieiilrns no les f:illase (¡ue comer, no babia que ileses[ierar del todo, y en eslo obraban cuerdaiiienle. ¡mes ya se sabe (¡ue los duelos con ¡lan son menos. .Mas no pi)r eslodejabaii de escuídiar con alencinn. ní exjiresar ('oii inc^ lancólicas miradas su conformidad con lossentimienlos. del carro, de la larlana y de la diligencia. —Preciso es confesar—conlinmí r\ carro—que a l canzamos unos tiempos en (pie se han perdido liaslu las nociones mas triviales de la nioralidail. Va no hay derechos, ya no bay respeto, vano hay nada sajirado ¡)ara esle siglo: con nosoiro-; se Ict comclído un des¡)0jo inicuo, turl)ándonos en el goce del Irálico de (¡ueeslábamos en posesión tranquila y casi exclusiva, unos de ,iem]io inmemorial, y oíros de larga fecha. •—.\o lienen vuelta de hoja lus exclamai'íoiies. amigo—exclamó latarlaiia.—V aun dejandoá un ladoniiestro inlerés particular ¿(pió ventajas de olm orden bau obtenido los pueblos con seinejanles mudanzas? Ninguna positiva: el (¡ue viaja en larlana, y (|uien dice en lartana dice en carro ó en diligencia, se baja ciiandoso le antoja y da un paseilo á ¡di''. cos;i muy recomendada por la higiene; coiitenqda delenidamenie, si esartísla, el paisaje; herboriza, si es boláiiico; rei-oge ¡irediiscos, si es minero; mala un par de gorriones, si es c:izador; hace grandes paradas, si (¡diere, loma con descanso, y no de prisa y corriendo, su jicara de chocolate, y aun ilnerme la siesla en cama y todo; si cae, no pasa del suelo, co.sa (¡ue no puede ase-mrar el (¡iie viaja á la moda, ¡mes e n n n descarrilamiento óen unclio<(ue ilelrenes en medio de-la vía es fácil que vaya á parar á la tierra. —Es (an exacto v lan obvio lo que ilicc';—repuso la diligencia'—(¡ue s¡ )iay algo (¡ue en esla i'ueslion me admire á nií, es ipii- íuiuemos con tanto fervor li defensa de una cosa que ¡lor sí solase defiende. Supinigainos que un carro, (¡ue una larlana ó una ililifímicia {'aeenun precípicin: ¿ipié ¡luedesuceder? quedos, cuatro Ó seis ¡lersonas se ¡leriiiquielircn ó se estampen los sesos contra las ijeñiis. El lance tiene, en veniail, p()CO chiste; ñero ¿ciiaiilo menos tendría, si en circunslancías análogas son víctimas did siniestro sesenta ó mas infelices. Esla bipólesis Iiizn observar una,vez mas al carro y á la tartana el talento colosal de la diligencia, admiración de que parlici¡)aliau las bestias, ejecubindo gestos que claranienle lo dcmoslraban. .—Bien sé yo—conlinuó la diligencia—que la esladislíca presenta resultados que al parecer prueban lo conlraríode lo (¡ue he dicho. Pero la esladistica esotra de las novedades (¡ue, bajo un eslerior que seduce, no encierra mas que engaño. Y aun cuando asi no fuese, ¿liemos de mirar con indiferencia la suerje de los c a r releros, larlaneros. arrieros, mayorales, ordinarios, zagales, empresas y demás que vivían á la sombra de lo aiiliguo, V á (¡uie'nes el invento de los ferro-carriles iia dado el giilpe de gracia? —he ninguna manera; esdanió el carro. —Todo menos eso, añadió la tartana. —Es preciso—concUiyií la diligencia, rechinando de fiir^ir—impedir (¡ne e| crimen se arraigue y se perpetúe; es iireciso conservar la tradición, y no midernos en dibujos y ensayos ipie den al Irasie con nuestra existencia y con la pr(is|ieridad del país. —Meditemos, díjo el carro. —Eso es, (di.servó la tartana, meditemos v conibínemos un ¡dan (¡ue ponga á s;iIvo tan caros oiij(dos. En lanío, el fogonero, el maquinista y ilemás iqierarios habían ¡irovislo á la locomolora de todo lo nece.sas:irio jiara eniprender el viaje. El horno, ó como (¡uien dice, el pulnum de la máquina, lleno de ese combuslible (¡ue viilgarmeníe se denomina carbón de pií'dra, y cuyo nombro se ha cambiado por el de diamante negro EL MUSEO UNIVEUSAL.. V por í'l ilf pan (fe la indnstriu, frases un MIPIIDS fchrilfs qni" ])(ii>lir;is, i'l liíinm. puivs, ÜIMIH di' brasiis y roilPailü tic a^'iia cuiin) iits voli'ani's di' las islas en el Océano, i'xliiilalia .su[uni('nisi> lialilu fMi runiia ili' llamas, iiiii'lui'iio lialirian do cotivcrtirsi' fu va|)()r, (Mivián(lol(j |ior Mii'diii ili' iiiini'Tosiis Inhos qnc d('si'iii[n>riaIKIII t'l oürii) de las vasos circidalorios cii i'l rui-rpo liutuaJKi. l'ri>riiiidos rrsiiollos, si'llios ayiidus. ('iml!ii.'im»'s moiistniosas, rhas(]iiidos, ri'cliinaiiiii'ntf'S y olrus n i i (ios FiinnidaMi's. af(nii|ianadiis di'l nioviiiii"i'iiti) dn los «li']jnidí<>iil<'s d<- la i'ii)|iri'sa. dflrliillído d<- los sillialo.s y di' las snñali'sdf la raiiipaiia ili' la (staciiui, indicaban 4|m' i'l ;;i^:atili' ¡IKI á IIOIUTSC muy pronto cii marcha. Su djoúnici' y con el cual lialiia di- nn-ilir t'l espacio para <li'Vo[-arl(j, rcvcrluTidia como nn sul de color de siin^Tc en medio de su frcnlc de hierro, I,a loi'omolora miniaba su pienso de hu'^n: los bnpTcs, el caballejo y lie; malas liabian cesado de r u iiiiar, y después dé discíilir seriamente el partido (pie <iebiati se;.'iiir, acordaron abandonar á süs dueños y i}laiilarse, á cierta dls'ancia de la estación, en [iiediu de la via Terrea, para impi'dir el paso del tren. ¿ÍJóndeesliín. iiué liacian, en tanto, lus dueños de li>s carruajes? Imafiinesc el lector lo (¡ue se le antoje, caria blanca lien'', pueslo (pie la inverosiniililud del cnenlo le autoriza para cslo v nnicho mas. Fi^'úrese (|ue el carretero, el tarbuicro,' el mayoral y los za^'des de la 4lili^'eiicÍa se emhurrarhanm en la estación y se d u r mieron; (pie los irayii la fierra y nna bruja se los llevó por los aires; (jue se fueron á cofjer •arillos ó ;'i cantar .s.'renalas á ías eslrellas; íiüúrensp [o tpie-jusleu, lo importaiile es saber que los vebiculos emprendieron su <:aiuina!a valerosameide, si bien el carro -bernia nn poi-u, mas por co-sluinbre que por presenliniionlu ilc íuluras di'sííracias. La loconioliira, con su ojo penelranle, los vio partir no sin pena, pues |)resumian el desatino que provfíclaban; y poripie en niniiun tiempo le alril)uyese nadie malcura/.iui. minutos anles de ponerse en nuiviinienlo, les envii'i media docena de resoplidos, cuya si;;niíica<.'ion debieruii coniprendcr, y que. sin duda venían á decir; —Xo seáis necios, y conformaos con vuestra suerte: ¿ípiiéii sabe la que á nii me reserva el porvenir?... Hoy, el vapor es el alma de la locomoción; mañana, tal vez le suslihiya l:i elecincidad, la niáquina (pn» bov torre como el viento, es posilile tnie miiñana vuele e.inid el i'ayo. Kl pru^'reso no cesa; clamar contra él, i-ipn'vale ;í dar coces cmilra el a;;u¡jon. Kn lodos Iieiii|ios lo ba condenado la iiiiioraiicia. ensalíandn lo aiitimio; de manera, ipie si la if.'n(irain:Ía hubiese tenido razun siempre, ni imbiérais nacido vosotros, ni yo os daría ahora estos cimsejos. I.os bueyes, el caballejo y las ínulas seguían imperUirbahlcs su camino. —No os allijais—continui'i l;i locomolora—aun j)0íb'is ser úlíles, y basta me atrevería á jurar ¡pH- l:i mayor parle de vueslros amíjíos baii ^,'aiiailo con mi aiiveniínienli). La cstadislica lo detuuesira: si antes erais mil, por ejem|ilo, ahora sois dos mil. A nuevas necesidades, nuevos medios de salisfacerlas, sin ilesdeíiar lo que pueda aprovecltar.se de lo conocido ;.ijué adelant.ireis con (q)oneros á mí paso? Caeré sobre vosotros como una montaña (pie se desploma, y os a r r o llaré y os convertiré en aslÜlas. Yo soy el huracán; vosotros leves aristas (pie no resistiréis á mi empuje. Dentro de poco, en el tiempo ipn' el mas veloz de vosolros emplee en llegar de Madrid á líiiriíos, putlrá correr una locomoiiira desde la Rusia asiática liasla el (.-sIrenio occidental ile Europa. —¡Uuiá! csclauK'i in'micainente c] t^arrü. •—¡Kanfarroiiada! observó la tartana. •—¡Ilusiones enííañosaslañadii'i la díliffencia. Kncfeclo, lle^'ó el tren es|ierado, enlraron en los wagones los viajeros, la campana y los sílbalos dieron la señal de partida, y la locomotora de nuestra narración , fuerli>iiieide en^íancbada, .«e puso en inurcba. Ll penaclm de la chimenea, blanco u[ias veces, otras ncfiro y salpicado ile rojas chispas, nrideaba frallardanienle al aire, sobre la cabeza ile la locomotora, ipie, :d moverse, pniducia un rumor acompasado, semejante al de lili escuailron marcliaiidü al paso: ¡trac, trac, Irac, Irac! Irac, Irac! Cuando su primer viaje, esfe poderoso atleta del progreso fué apedreado por la ii.'noraiicÍa y la supersli| " > n , q u e lii creían movido á impulso dé un espíritu dio "' ''*' " " ''f""""'" oculto en su seno; pero siicedue^so' '"'^ ñ'foseros provecliles (pie le arrojaron, lo losiiioro?" '•' '"'^''•'•i"- L-i'ii las tleclias ilisi)anidas por fiiii. <.«i,-.r,"i"''":' '"••^ restauradores de la anli^'ua nionarS V,., ; . ''• •'" ^•"••'''« «'• v:>lvian contra ellos. Oiiien ^ Í m í l í i s d ó ^ l ^ i i ; " ; ; ; ; ! ! ™ , ^ " -> f n - t e desbreñada La locomolora acel(.nd,i, gradualmente su paso, ol)íervando siempre ron d„i„r |a ter.piedad de los tres carruajes bosldes. Llego, pur (¡n, el momenlo de r.imíliar mas de prisa, de rolar, d., correr á escape. SenÜase crecer el niurmulln ilel agua birvíendo en la caldera; el logonero seguía dando al corcel IÍDÍIIÍCÜ (cnvos boínbros podrían conducir ciudades enteras) su "pienso de biuibre; las ruedas relampagueaban, despedían cenUv lIüSj lanzaban gbibos encendidos al tcciirlos rails, y el (jo de la lotíoniotora era cada vez mas vivo, porque cada vez era mas oscura la noche. El carro, la tartana y la diliAjencía eslaban inmóviles en medio de la via. Enlonc(!s la locomotora, lanzando un prolon^'ado yrito, les dijo: ¡Huid, lemerariosl ¡Unid, despejad la vía, no intentéis poner iÍ!(pies al lorreiile déla civilización, porípie os arrastrará en su indómita <'arre[-a! Tiempo, trabajo, miseria, sudores. f;díí;as, peligros, lié aipii lo cpie yo veiifio á evitiir al hombre: seiiuridail. riipieza, bienestar, comoilidades, fralernídad, amor, ainuento de vida, liéa(pii los bie[ii's que le traii.'o. —¡Sella tu boca, cliarlalana! dijo el carro—¡Si no sabré yo que la palabra progreso es una palabra llueca! •—¡Para alucinar á incautos y ú bobalicones!—apoy(5 1.1 tartana. —¡Pero no á nosittros: á perro viejo, no hay tus, tus! —comduyó la dilÍMeneia.—.\céri:ale. si te atreves, farohma; ¡cuándo no tií cueste la loria un pan! Lanzar este reto la dili^iencia, y eidípsarse la locomotora, tod I fué uno; no'parecia' sino que la tierra se la hnliiese frajíado con los viajeros (pie Ili'vaba. Los carruajes atrilmyenuí á nula^íro esle accidenle; era, pues, ínilndable, ó mejor dicho, se lo imayinahaii, (lue el cielo estaba ile su parte, y (pie una vez auxilíailos con su favnr, el convencer ¡1 los liombri's ile la conveniencia de estacionarse y petrificarse en lodo, seria la cosa mas fácíl di'l mundo. Aun duraban las reciprocas felicilnciones de los tres valientes, amenazadas con el relincho del cihallejo, el bníido de los biii'yes y unas ciianlas coces de las n m las ((pie de esle modo espresalian su júliilo). cuando la locomotora, jadeanle, cieiía de cólera, lendiila al viento su ciihellera ile humo y fue^-o, silbando, rugiendo, Ironamlo, empujada ])or é] vérli,L:o como una leinpeslad, sali('i del túnel en (pie minulos anles lialiia e n trado, y arrolló al carro. ¡1 l:i larlaiia y á la d¡lii;encia, los cuales cayentn rodando al Ibndo de un preí^ipício (pie á dos varas (b? la via eíiseñaba su enorme boca ^'uarnecida lie grandes (líenles de piedras. lié aquí como anuncio al día s¡f,'uiente el lieclio un periódico. aAnocbe ocurrió un siniestro en el Ferro-carril del Norte, enlre la e.slacirm de L y la de M. Al pasar el tren, arrolló á tres carruajes (pie ínlerceplalmn la vi:i y los lanzó á un ¡irofundo barranco hechos peilazos. A ia hora en (¡ue escribimos eslas lineas, im hemos podido averiguar {pues liav temores de (pie baya descarrilado el Iren) las desgnicias personales rp'ie sin duda iiabnl ocasionado tan lamentable suceso. Lstas son las ventajas de eso (pie llaman civilización.^ La'locomolora llegó felizmente al término de su viaje, y aun merece consignarse (pie Dios, en ve/ de e s lerminar con sus ravos á los viajeros v á ella, les mandó las brisas mas suaves del cielo, avenió los nubarrones que lo cubrían y mandó salir á la luna para ipie alumbrase con su dulce claridad el especláculo did p o der del genio, y sus maravillosas conquistas sidire la materia, esta sumisa colaboradora de la liumaniílad en la obra de su deslino, esla esclava, á (piieii hay que bendecir ponpie lleva sidire si las cadenas v en gran ]iarle el peso del trabajo que han llevado lo; iniejilos durante siglos y siglos.' Y E M U R A llLIZ UE .\r,L'lI-EIlA. ALUL'M POÉTICO. IX NAItÜO. Kl iKirdo, el blanco nardo que me prendisie al seno, se marcliitii, amor inio, del corazón al fuego. -Marcbilo, está, iiiarcbíto, aquí, mí bien, lo llevo donde en su noble orgullo se desplegó primero. Y ijué ¿naila le queda de aípiíd primor excelso q e (bd jardín y el aura fue g:da y embidi'So? ¿Nada de aijuel encaiilo con (pie en el tallo enbieshi él mismo dulcemente brindóse á tu deseo? í^tuédale, s i , le (jUeila aquel jierfiime etéreí» que mas ipii' el rico esmalte enallecii'i su precio. Quédale siempre aquella, que atesoraba dentro su cáliz de alabastro, esencia de los cíelos. Asi, cuando un destino ya á niiesira dicha adverso, venga á romper el lazo quft boy á tus plantas beso; Aunque el belario s;ip|i) del enemigo tiempo tcilijtle la ardiente llama en que abrasar me siento; Nardo ser¡Í mí alma ib' un temple mas egregio ipie. si á jierder llegare su albor perecedero. No temas, no, que pierda, mii^nlras en mi baya alii'iilo, el inmortal perfume del ininorlal recuerdo. GAHRILL G . TASSARA. nuFi.v.v o UNA TliUlUIíLL IIISTOIUA. ^ I. LA CAZA DE ZunZALES. F.n nna noclie ilel mes de diciemlire di> lf!:;t, me balbba vo en Alcalá ile (luadaíra, población deliciosa, dislaide'siloibis leguas de Sevilla, en uno de los parages mus piiilorescos de España, v nue aileniás de sus niucbos encantos, tiene para mi el de haber sido mí cuna V el ser la residencia habitual de nd fuiuba. Al cabo de algunos años, aquel era el primer invierno. consagrado por mi á la ternura de mis ¡ladres y de mis benuaiios, y al sincero afecto de mis amigos de la infancia. ,Mi larga permanencia lejos de mi país natal, me Italiia hecho hasla ciertu punto exlraiijeni enlre los míos; muchos aiiüguos camaradiis ile escuela, á la sazón sencillos y lionraibis labradores, (pie durante el día manejaban el azadón ó el arado, llegada la noche acudían i'i la i;asa ib' mis ]iadres, donde al amor de una l»uena lumbre y enlre el humo de los cigarros, recordábamos con alegría nuestras infantiles trav((suras, Al verse recibidos con la cordial frampieza de una verdailera amistad, sin embiirgo de ser algunos de ellos trabajadores de mieslra casa, todos á porfÍA lral:d)an de agasajarme v me invitaban de conünuo á participar de sus sencillas é inocentes diversiones, nuevas erderamenle ])ara mi, (pie, consagrado di'sde niño á otro g é nero de vida, no las liabia podido conocer sino por r e ferencia. Varias veces me habían ponderado los encantos de Uli:i caza especial, ipii' llaman allí la caza de lus znrzales; y , auiupie sus pormeiu'res b:tbian escilailo vívamenti' mi curiosidad, entibiaba algún tanto mi deseo el saber que arpiella caza no era jiosibb! sino en las noches oscuras de lluvia y viento. .No obslaiile, ya les había ofn'cido asistirá una de sus iiiciJmoiia'; espediciones, y i'llos lo tenían totlo p r e parado para sorpn'nderme en el primer momento ojiorluno. Los primeros dias de diciemlire h ibian pas;ido como dias de primavera; iii una sola nube h:iliia venido á em[i;uiar la diáfana punv.a ile la atmósfera; las noches eran también serenas y claras, y laseslrellas malizab:in |nir lodas parles el lirmamenlo." I'ero bacía la mílad del mes, á la hora de (anillarse e! sol, present(jse en el borizonte una faja oscura ipie se eslendia de (.)ccidenle á Norte; la temperatura subió algunos grailos, y la aj;oj:i barométrica empeAi'i á anunciarla mudanza del tiem])f). A las siele de la noche siqibiba ya un vienlo del Sur, muv prmimiciado, y ligeras nubes iTiizaliaii cmi rapidez", hacifMidiise por instantes mas oscuras y espesas. Ya mi funilia y yo nos ilis]ioni:imos á cenar; gruesos lr(Uicosde olivo "ardian en la chimenea, y escuchábamos ciui cierto ]ilacer fd ruido del viento, ipie agitaba los crí.stales, v el soníilo especial, que como una especie de redoble producían en ellos las primeras gotas do la lluvia. Mientras duró la cena, el temporal fue poco a poco arreciando v á eso de las ocho, cuando se levantanm los manlídes, el a'-;ua corría por las calles en copiosos nrrovos, arraslrando las piedras (pie encontraba al p a so, con ese rumor sordo y unirorme de los improvísaiios torrentes. , A esta llora, solo baiiian acudido u nuestra ordinaria velada dos ancianos vecinos, (pie no filiaban iiiniíuna no(die, y (pie enln'tenian luiesira palriarcal reunión, reürieiido sus aventuras de la guerra de la independencia, en hicual ambos babían sido adores. Yo no entrañaba gran cosa la falla de mis jóvenes amigos, porque la noche en verdad no convidaba imudío á salir ib' casa; pero los ilosanci;inos. al oirme cmilir i^sta Ídea,cambianm entre si una mirada, y dejaron e n trever una sonrisa de inleligencia, lo cual me liízu sospechar que aipiellalardanza tenia un motivo especial , (pie (pieríaii ocultarme; pero nunca imaginé cual era la sorpresa que me preparaban. Hacíales vo sid)re esto algunas preguntas, (pu' olios trataban dé eludir de la im^or manera posible, cuando de ¡n-onto sentimos un gran trojiel en el porlal, y nuestros jiivenes se presenlanm con la alegría pintada en el semblante,y diciendo muy salísfecbos: E L MUSEO ÜNIVERSAÍ. ACTUALIDADES. —¡Huyamos! -Me esti! á lai que ni pintado. -Lo creo, pero en mis tarncs... -Y á usted !e estiirá lo mismo. Hov lodos somos iniiales. —«¡Yallogó lii llora!» —¿De qué? lesproyuntc yo. I'ero no tuve uet-esidaiide respuesta. Al verlos ¡ipanitos de (]ue vciiiau jiruvislos, las manías que traiau solire los lioniliros. y la extraña linterna, que mas adelante descriliiré. y que uno de ellos, su aulor sin duda, me inoslralia con orfiullo, recordé. i]ue ludo aquel apáralo y en aquella endiablada noche, no [iidria tener olro objeto {[ue la tan ci'tebrada raza ile zorzales. Y asi era en realidad: la noche, según su unánime [i;;rei;er,era asombrosa; la caza prometía ser divertida AJEDREZ. —Peni ;.Y mi houor? ¿Qué dirá o\ mundo de mi? —No lemas: te doy palabra De matrimonio ciml..> y obundnnlc; todo estaba tlispucsto, y solo faitaiiaqi:e lievübii á comparar el agradable reposo do mí lecho cou yo me uniese ala comiUva. ; la fría liumedad, la falífía y las iucomodiilades que me Si be (!(• confesar la verdad, aunque me cuesle al^iin I aguardaban en el campo. rubor, diré, que en los primeros instantes senti en el I Luíanse á lodo estolas juiciosas observaciones de mr alma el haber manifestado la mas mínima curiosidad por buenamailre, que, temerosa por mí salud, calificaba una diversión rodeada de tan incómodos accidentes. aquella espedicion de temeridad y de locura. La liahilacion en que nos Iiailábamos tenia una temíSf continuará.) peratura deliciosa ; el fue^-o ipie ardía delante de nosJOSÉ M. GUTIEIIREZ DE ALBA. otros , con su vacilante llama y sus enceníüdos eitrbones formaba un sinyvdar contraste con el vendabal y la lluvia que se escuchaba fuera; después, por un instinto natural de comodidad ó de pereza, mi iniayiuacion me SOLUCIO?! DKL monLEMA MÍ.'.M. M' PROBLEMA NUM. H8. ruancos. Negros. POR DOTl M. ZAHORA ( A L U E H I A ) . NEGROS. I.' P i R 1.' K t P 2.* P -i C R 2.* R 5 A n .1.* R 5 Ü .-}.' P:; K •i.' COR jaq. mate. SOLLCIONKS EXACTAS. Señores M. Martínez, E. Castro. J. Rojas, J. Luque, A. Sánchez, G. Domínguez, C. Navarro, S. Loptz, A. Méndez, T. Garces. E. Cañedo, 11. Sierra , A. López, M. Fernandez. J.Res, D. Garcia, A. SoÜs, J. Jiménez, F. Osorio, A. Castro, AVISO. Re:iiil¡mos á nuestros corresponsales ejemplares de esle número primero del año, con el objeto de que los ponuan de manifieslo para que las persiuias ijue aun no couuzi:an esta ])ubiicacion y deseen suscribirse, tcngau (qiortunidad de examinarla. Asimismo se remíle esle primer número á todos bis suscrilores del pasado año dií fSGS, aunque no tenfiamos todavía el aviso d(> renovación para el aíio corriente, con la idea de que no experimenten retraso. Del se;^undo número solo remiliremus ejcnijilares li los señores que nos manifiesten su deseo de renovar la suscricíon. .\l hacer ésla . entre;.'ariín los corresponsales el Almanaque de IUGII; y caso de haberse concluido los ejemplares remitidos, se hará nueva remesa inmedialamente después del aviso. P. Maríñelarena, S. Ruiz, J. Aragonés, T. Remiro, de Madrid.—A. Méndez, C. BLANCOS. l,rBEL.V>Crt5 HAS ^ l I E EN f.IlTíia JlOAlAS. González, de Valladülid.—S. Bustanianle y Buslilo, de Barcelona. ABELARDO DE CARLO.S, EDITOR. .\DMl.MSTKAriON. CALLE DE BAILEN. XL.li," í , — Í I A C R I D , ISinZMA DE GASPAR Y i:01G.