Marroquies en el mercado de trabajo

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ATLAS DE LA INMIGRACIÓN MARROQUÍ EN ESPAÑA
Marroquíes en el mercado
de trabajo en España
Lorenzo Cachón Rodríguez
A principios de 2003 los marroquíes representaban
el 1,1% de la población activa en España. Algo más
de 200.000 trabajadores marroquíes están incorporados
al mercado de trabajo en España y se pueden apreciar
algunos rasgos específicos relevantes en su nivel de
participación, en las ramas de actividad en las que
trabajan, en los puestos de trabajo que ocupan, en
los niveles de paro que sufren y en los procesos de
discriminación a que son sometidos con frecuencia.
El estudio del mercado de trabajo se suele efectuar
fundamentalmente a partir de los datos que proporciona
el Instituto Nacional de Estadística (INE) en la Encuesta
de Población Activa (EPA). Pero la EPA infraestima
de modo significativo el volumen de población
extranjera y de la población activa extranjera y, de
modo especial, en el caso de los marroquíes y otros
colectivos africanos. Sin embargo, los datos de la EPA
sobre las tasas de actividad y de paro tienen mucha
solidez. Además, aunque no se desglosa el colectivo
de marroquíes en la publicación habitual de la EPA,
el INE sí lo hace en la explotación específica que
publica en la Encuesta de Migraciones. A partir de
esos datos relativos podemos estimar la población
activa y los parados marroquíes en 2003. Los datos
de trabajadores Afiliados en alta a la Seguridad Social,
que publica el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social
(MTAS), nos permitirán acercarnos a la situación del
empleo de este colectivo.
Marroquíes activos en España
A principios de 2003 se puede estimar que en
España había unos 211.000 activos marroquíes,
174.000 varones y 37.000 mujeres, que representaban
respectivamente el 1,1%, el 1,6% y el 0,5% de la
población activa total, de varones y de mujeres,
respectivamente, en España. De ellos unos 171.000
estaban en situación regular y otros 40.000
indocumentados.
ESTIMACIÓN DE LA POBLACIÓN ACTIVA MARROQUÍ EN
ESPAÑA A PRINCIPIOS DE 2003
Notas sobre los datos:
1. Población marroquí según M. Interior: los datos de varones y mujeres se han estimado
según el peso general de cada sexo en el total de la población.
2. Padrón municipal 2003: se ha estimado para cada sexo a partir de la diferencia entre
los datos del Padrón de 1.1.2002 y del M. Interior de 31.12.2001 que era del 23% para
los varones y del 25% entre las mujeres.
3. Para el cálculo de la población activa se ha aplicado las tasas de actividad de varones
y mujeres en 2002 y luego se ha recalculado la tasa global para ambos sexos.
Fuente: elaboración propia a partir de datos del INE (Padrón y Encuesta de Migraciones)
y Ministerio del Interior.
La tasa de actividad (proporción de activos sobre
la población de 16 y más años) de los marroquíes es
casi 20 puntos superior a la media en España, pero
con una diferencia muy notable por género: en los
399
varones alcanza el 93% (frente al 66% del conjunto
de España) y en las mujeres es del 40% (es decir,
sólo 1,5 puntos inferior a la media de las mujeres en
España). Esto hace que la tasa masculina se sitúe por
encima de la media de los extranjeros en España
(como ocurre con los inmigrantes provenientes del
“Resto de África” y de la Europa no UE), pero que la
tasa femenina sea la más baja de todos los colectivos
para los que tenemos esta información (conjuntamente
con la del “Resto de África”).
TASAS DE ACTIVIDAD DE LOS MARROQUÍES (1999-2002)
Y DE OTROS EXTRANJEROS EN ESPAÑA (2002)
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa y Encuesta de Migraciones
En este comportamiento respecto a la actividad
influyen varias razones: de una parte, la estructura de
edad del colectivo marroquí que es mucho más joven
que la media en España y que se concentra entre los
20-45 años (donde están dos terceras partes de la
población marroquí en España) que son las edades
más activas (y más reproductivas); por otra, los
marroquíes varones son mucho más activos en cada
grupo de edad y los son desde una edad temprana,
reproduciendo así comportamientos típicos de clase
trabajadora en el mercado laboral. En el caso de las
mujeres, su tasa de actividad es similar a la de las
españolas pero, como tienen una estructura de edad
más joven, su comportamiento
respecto al mercado de trabajo parece
responder a pautas más tradicionales.
Probablemente esté comenzando a
producirse también en este colectivo
una doble biografía de mujeres porque
un grupo significativo (especialmente
de no casadas) se incorporan al mercado laboral: son
sobre todo mujeres que han puesto en marcha una
“autonomía migratoria” (Ramírez 1996) y cuyos
comportamientos en este campo se asemejan a las
mujeres españolas en su misma situación. El nivel
educativo juega también un papel clave en la
incorporación de las mujeres marroquíes (como ocurre
también con las españolas) al mercado de trabajo: a
mayor nivel educativo mayor tasa de actividad (véase
Cachón 2003b).
400
Los empleos de los marroquíes en España
Los 163.868 marroquíes afiliados en situación de
alta en la Seguridad Social en octubre de 2003 suponen
el 1% del total de afiliados. Este porcentaje ha ido
subiendo constantemente desde el 0,5% que suponían
en 1999. Pero el peso de los marroquíes en el total
de extranjeros afiliados a la Seguridad Social ha ido
descendiendo desde el 23% que suponían en 1999
hasta el 17% que representa en la actualidad porque
otros colectivos (sobre todo ecuatorianos y
colombianos) han tenido un crecimiento muy notable
en estos años. Esta evolución se ha repetido tanto en
varones como en mujeres.
en España: el 4% ocupan puestos de directivos o
técnicos y el resto se pueden dividir en dos grandes
bloques: algo más del 50% ocupan puestos de alguna
cualificación y el 48% son trabajadores no cualificados.
TRABAJADORES MARROQUÍES EN LA SEGURIDAD
SOCIAL POR REGÍMENES (1999 Y 2002)
TRABAJADORES MARROQUÍES EN ALTA EN
LA SEGURIDAD SOCIAL (31.12:1999-2002)
Fuente: MTAS y elaboración propia
Si analizáramos los puestos de trabajo concretos
de los marroquíes, como puede verse, por ejemplo en
algunas investigaciones del Colectivo IOÉ (1998, 1999
y 2001), comprobaríamos que les son aplicables, en
mayor proporción que a otros colectivos de inmigrantes
aunque hayan llegado más tarde que ellos a España,
las tres “P”: ocupan los empleos más Penosos,
Peligrosos y Precarios.
Fuente: MTAS y elaboración propia
Los datos de afiliación a la Seguridad Social
permiten también ofrecer una panorámica de los
sectores donde trabajan los marroquíes en España:
el 36% cotizan en el régimen especial agrario; el 5%
en el de servicio doméstico y otro 5% en el de
autónomos. Los que cotizan al régimen general trabajan
en la construcción (el 22% del total de afiliados
marroquíes), en el sector servicios (el 27%) y en
diversas ramas industriales (el 9%). Dentro del sector
servicios los marroquíes tienen gran presencia en la
hostelería y ahí están también la mayor parte de los
autónomos marroquíes. Algunas características de
estas ramas de actividad con mayor presencia de
marroquíes (agricultura, construcción, hostelería,
servicio doméstico) son, por una parte, que se
encuentran entre las que tienen peores condiciones
de trabajo y, por otra, que en ellas hay una notable
presencia de inmigrantes de otras nacionalidades
(Cachón 2003c). Además, hay que señalar que en las
dos primeras la inmensa mayoría son varones; en
servicio doméstico el fenómeno se invierte y el
predominio es de mujeres, mientras que en hostelería
se produce una presencia más equilibrada de los dos
sexos.
A partir de datos de la EPA (de 2002) se puede
señalar la estructura ocupacional de los marroquíes
Trabajadores marroquíes en paro
Uno de los mejores indicadores de precariedad de
las situación de las personas y de la discriminación
de los colectivos en el mercado laboral es el nivel del
desempleo. La tasa de paro mide la proporción de los
que no tienen un empleo a pesar de buscarlo
activamente. Las tasas de paro de los marroquíes son
el doble que la media en España, tanto en varones
como en mujeres: casi el 20% de los marroquíes
activos en España están en paro y esta proporción es
TASAS DE PARO DE LOS MARROQUÍES (1999-2002) Y
OTROS EXTRANJEROS EN ESPAÑA (2002)
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa y Encuesta de Migraciones
ATLAS DE LA INMIGRACIÓN MARROQUÍ EN ESPAÑA
de una de cada tres mujeres activas. Esta malasituación
es la peor entre los colectivos de extranjeros,
juntamente con los del “Resto de Africa”.
A partir de estas tasas de paro se puede estimar que
a principios de 2003 hay en España entre 23.00032.000 marroquíes en situación regular en paro. La
primera cifra compara los datos de población activa
regular estimada con los de Seguridad Social y la
segunda aplica la tasa de paro (de 2002) a aquella.
Los datos de marroquíes demandantes de empleo
inscritos en las Oficinas de empleo en junio de 2002
eran 28.091, que se sitúa dentro de esa horquilla
estimada. De ellos, en torno al 70% son varones y el
30% mujeres.
Marruecos es el país que más perceptores de
prestaciones por desempleo tiene en España (junio
2002), seguido de cinco países comunitarios (Portugal,
Francia, Alemania, Reino Unido e Italia). Pero si se
401
comparan las tasas de cobertura bruta (perceptores
sobre parados registrados de cada país) se ve que en
primer lugar están los parados comunitarios, cuyas
tasas de cobertura superan el 30%; en segundo lugar,
Marruecos, Perú y Argelia, con tasas en torno al 20%;
y, en tercer lugar, Ecuador y Colombia, con tasas en
torno al 8%. Estas desigualdades parecen apuntar la
mejor cobertura de los parados comunitarios y el hecho
de que los colectivos no comunitarios de más reciente
llegada a España (como son ecuatorianos y
colombianos) tienen una peor cobertura de las
prestaciones porque no alcanzan todavía los períodos
mínimos de cotización exigidas para percibir las
prestaciones por desempleo (Cachón, 2003b).
Marruecos (con 3.920 personas) concentra el 85%
de los extranjeros perceptores del subsidio agrario
para eventuales del campo en Andalucía y Extremadura
(junio 2002), lo que concuerda con la concentración
de los trabajadores de esa nacionalidad en la
agricultura, sobre todo en Andalucía.
Apuntes sobre marroquíes
en la economía sumergida
Según nuestras estimaciones un mínimo de 40.000
marroquíes activos se encuentran empadronados sin
tener permiso de residencia y de trabajo y, por tanto,
sin poder tener un empleo regular y ser dados de alta
en la Seguridad Social. A estos trabajadores no les
queda otro ámbito de trabajo que no sea la economía
sumergida, una economía que no crean ellos ni aparece
con la llegada de inmigrantes indocumentados sino
que está enraizada en el sistema productivo español.
Aquí es aplicable lo que Reyneri (1998) dice para Italia:
“La economía sumergida tiene importantes y sólidas
raíces nacionales hasta el punto de ejercer un efecto
de atracción sobre los inmigrantes de los países con
un menor nivel de desarrollo, cuando se ha agotado
la reserva de trabajo local dispuesta a aceptar
ocupaciones marginales”. Este enraizamiento nacional
de la economía sumergida no supone negar que la
presencia de un número significativo de inmigrantes
puede producir cambios en sus modos de
funcionamiento.
Si para 40.000 marroquíes la economía sumergida
es, como consecuencia de su situación administrativa,
el único campo posible de actividad, para una parte
de sus compatriotas en situación regular es un ámbito
en el que probablemente desarrollen, al menos
ocasionalmente, una parte de su actividad.
La discriminación de los marroquíes
en el mercado de trabajo en España
Los marroquíes se encuentran entre los colectivos
de trabajadores inmigrantes que sufren más prácticas
discriminatorias, tanto en los niveles institucionales y
estructurales como a nivel de las empresas (véase
Cachón, 2003a). Y es una discriminación percibida
por los propios marroquíes: más de la mitad (frente a
una media del 44% para el conjunto de los extranjeros
en España) dicen que se han sentido discriminados
en el trabajo o en la búsqueda de empleo (Díez Nicolás
y Ramírez, 2001). A través del método “discrimination
testing” el Colectivo IOÉ (1995) pudo mostrar como
los jóvenes marroquíes semicualificados tenían un
rechazo 3,5 veces superior al de los jóvenes españoles
a la hora de ser contratados. Pedreño (2003)
402
ha mostrado las prácticas empresariales que hacen
de la mano de obra marroquí un colectivo fragilizado
en la agricultura industrial murciana. Otras
investigaciones recientes apuntan en la misma
dirección.
El Ejido quizá sea uno de los casos paradigmáticos
en este y en otros campos. Tras los sucesos racistas
y la huelga posterior de febrero de 2000, la patronal
agraria COAG publicó una oferta de empleo para 100
personas entre las que no se incluían trabajadores
marroquíes. Martínez Veiga (2001) ha examinado las
“explicaciones” que los responsables de la COAG
daban para “justificar” la exclusión de los marroquíes.
Éstos señalaban que en su oferta de trabajo “no existe
ningún indicio racista o xenófobo, sino la satisfacción
de haber trabajado con determinadas etnias en
campañas anteriores y la intención de querer volver
a repetir la experiencia”. Si a los marroquíes se les
calificaba de “los mejores trabajadores con diferencia”
antes de la huelga de febrero 2000, luego se va a
hablar de la “irresponsabilidad demostrada por los
trabajadores de procedencia magrebí en el trabajo en
el campo” y este carácter “irresponsable” y “conflictivo”
se va a contrastar con el de ecuatorianos y
subsaharianos. Estas actitudes de los marroquíes son
atribuidas a su cultura: un responsable de la COAG
afirma que “la experiencia de muchos años ha
demostrado que los trabajadores magrebíes son más
conflictivos, quizás porque por razones culturales no
han sabido adaptarse a la sociedad española”. Se
puede resumir y cerrar el argumento con una cita que
hace Martínez Veiga de Salomos y Back: “Las
manifestaciones contemporáneas de raza están
codificadas en un lenguaje que va dirigido a enmascarar
las acusaciones de racismo. En el caso del nuevo
racismo, la raza se codifica como cultura. De todas
maneras la característica central de estos procesos
está en que las cualidades de los grupos sociales son
fijas, se hacen naturales y están confinadas dentro de
un culturalismo que se define pseudobiológicamente”.
La situación de los marroquíes en el mercado de
trabajo en España refleja no sólo procesos de
etnoestratificación (explicables, por ejemplo, por el
tiempo de residencia en España, los niveles de
cualificación o las competencias de los trabajadores)
sino procesos de división étnica del trabajo en los que
partes muy importantes de determinados colectivos
son relegados de modo sistemático a las peores
situaciones del mercado de trabajo por el hecho de
pertenecer a esos colectivos. La “justificación” de estos
procesos discriminatorios se buscan en “diferencias
culturales”, eludiendo explicitar el rechazo social a
estos colectivos o el conflicto industrial de las relaciones
salariales.
Los trabajadores marroquíes en
alta laboral en la Seguridad Social
Mª Isabel Carvajal
Pablo Pumares
La apertura de los procesos de regularización de
2000 y 2001 y el prolongado período de crecimiento
de la economía española han posibilitado un aumento
espectacular de los extranjeros en alta laboral en la
Seguridad Social, es decir, de los extranjeros con un
trabajo formal, que han alcanzado la cifra de 982.365
a 14 de enero de 2004, triplicando prácticamente los
334.828 de 31 de diciembre de 1999. Los marroquíes,
que constituyen el colectivo más numeroso de
trabajadores extranjeros, no han sido ajenos a este
incremento y son ya 173.380, lo que representa el
17,7% de los extranjeros y el 1,05% del total de
trabajadores en alta laboral en España.
Sin embargo, como se podrá ver a continuación,
los indicadores disponibles señalan que sigue habiendo
una elevada concentración de los trabajadores
marroquíes en los segmentos más bajos del mercado
laboral, sujetos a peores condiciones generales que
el resto de trabajadores de fuera del Espacio
Económico Europeo. Todo ello a pesar de llevar por
término medio más tiempo en España (un 24,5% de
los que estaban en alta en enero de 2004 se dieron
de alta laboral en la Seguridad Social antes de 1997,
frente al 16,6% del conjunto de los extranjeros), lo que
en principio habría dado más oportunidades para el
asentamiento y la mejora de empleo.
La distribución por regímenes
El primer indicador, que condiciona todos los demás,
tiene que ver con la distribución de los trabajadores
por regímenes de la Seguridad Social. Aunque los
regímenes de la Seguridad Social son categorías muy
amplias que pueden encerrar situaciones muy diversas,
en particular el Régimen General y el Régimen Especial
de Trabajadores Autónomos, lo cierto es que los demás
regímenes especiales (Agrario, de Empleados de
Hogar, de Trabajadores del Mar y de la Minería del
Carbón) contienen de manera bastante homogénea
empleos más precarios. De hecho, todos ellos vienen
experimentando en los últimos años pérdidas netas
de trabajadores españoles, que los extranjeros sólo
compensan en el caso de los empleados de hogar.
Dado el escaso número de inscritos en el R.E. de
Trabajadores del Mar y en el R.E. de la Minería del
Carbón, el análisis se centrará en los otros cuatro.
Los gráficos muestran la proporción de trabajadores
españoles, trabajadores marroquíes y resto de los
trabajadores extranjeros en cada régimen de Seguridad
Social al inicio de 2004 y cómo los trabajadores
marroquíes son significativos en el Régimen Especial
Agrario (REA) y en el de Empleados de Hogar (REEH),
mientras que están infrarrepresentados en el Régimen
General (RG) y en el Régimen Especial de
Trabajadores Autónomos (RETA), en el que, por el
contrario, destacan poderosamente los extranjeros del
Espacio Económico Europeo (EEE). Desde luego, el
elemento más sobresaliente es el enorme peso que
tienen en el Régimen Especial Agrario los trabajadores
marroquíes en alta laboral (30,3%), tres veces superior
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