AfiO-XL-Vlll DeCAUO D e DA ER^nSA DE IiA PliOVÍIlGIA Ka U PENÍJSSDLA: Un mea, 1<50 pUs.-Troa maséis,!4'50 id.-EXTRANJEliO: Tres •"Wes, 10 id.—La suscripción se contará desde 1.° y lü de cada ino».—La corresponden*i»4 1a AdmlnístracWn. REDACCIÓN. Y ADWIHÍ$JRiAClOll> JIfeíOR. 24 JUEVES 6 DE, AGOSTO.DJE 1908, I El pago ser* «iempee aileluutario y en motillco.d en letras de fftcll, cobro.—Oorr«« ponsalea e.i París: 3Ir. A. Lorette, 11, rué Rougemoiit; Mr; / . Joriej, SI, FaabourK-Moií' martre. onifii-i.Bit^-y.i n-ff-^Ti^ífi i r x j i t t t f :j:-piJij|-||i SUBSISTENGIÜS Policía higiénica No era necesario que nuestro querido amigo el veterano concejal de eS' te A^íuntamiento don Francisco Jorquera, que ha expuesto siempre su palabra y su inteligencia al servicio de las buenas cau-'as, excitara nuestro celo para que velando por :os intereses é higiene de la población, secundáramos la campaña por él iniciada en la sesión de ayer, sobre la Reorganización de la policía de subssistcncias. No hace mucho tiempo nos ocupa banjos en estas columnas de tan importante asunto, señalando algunas notables deficiencias que se notan en este servicio, y llamando al propio tiempo la atención de nuestras auto'idades sanitarirs, sobre los graves peijuiciosque puedtn originar al vecindario, la expendición de ahmeiitos alterados ó adullerados. Convenimos con el señor Joiquera en qu« el Ayuntamiento de Cartagena tiene montados sos servicios de higiene, con ra<a perfección, dada la altura á q^e se encuentran en o u a s pot>lflu(;ioues de mayor importancia; que cuenta' con personal idóneo y sur ñcicnté para verificar con toda rapidez y con verdadera exactitud, los análisis de las substancias alimenticias, pero es necesario que el personal subalterno, el que no está asignado á la sección técnica, preste también ^u cooperación, tan necesaria y tan j^iU, que sin ella tesulian estériles todos. los huertos propósitos del P«í»onal facultativo. Huisten en Cártagens -r- como e a todas las poblaciones grandes y pequeñas—comerciantes de mala íe— por fortuna son los menos—qire prescindiendo d e la conciencia y atentos, Solamente al lucro personal expenden artículos de primera necesidad en inal^9,j^ondicÍQnes para el consuQio^ cactie y pescado conservados con fiievblina, vino» con excesiva, cantidad de yesoiy con materia colonan-i artiñcial, aceites que no son de* •oliváis y bebidas y gaseosas endulza* ' ^ ' c o t í sacarina, azúcares adulterados con sal y marmol, embutidos Confeccionados con despojos de reses •*nares y otras muchas substancias, '^'^ya enumeración serla internajoa?; ble. I*ara -descubrir todos esto» Irau4ea tocivos i Ja,- salud póblic», 9e ha ce preciso q'ne una sección de la guar•*•»ffupipipal Sí?,perene diarianpente *Q los ««tablecimientos dp ultramarir **o*, ctfe» y casita de comidas, taberna»-«te,, etc, y proceda á recoger "fuestraa d e todos aquellos artículos <itte admiten «dultef-aclón 6 que la «cción del tiempo ejerza iniluencia sobre ellos, y los remitan convenient e n ^ n t e precintados al laboratorio "^^nicijjal p^ra que en éste, se deter"^ine, 4 ^ forriia exapla y pr¡ecisa las ^°^<Íi(;io¡|i9s higiénicas de dichos artículo» y gj gg (encuentran e » conve^teiíte ¡estado para el eonsnrao pú-; blioo , Ahora bien, una vez descubierta. '* adulteración de aquellos, á la au^ *otldad gubernativa corresponde sin Contemplaciones de ninguna especie, *PHcar su severo correctivo al co •"lerfíiante, bien imponiéndose por P'"tWera YjBz W»» fuerle 9jull;a, ó en- n u / r v , 14007 zr 'I..i1'ii,i: li:¡|:ii.;:>-j.^T »!irert..ii¡iiiiTJj [iij-LUX-0:KJmii>:-:]TH:-iiwBtr-:'nr"T?jin:.:r: ijiiiUja"i"-.:-MJi:Ti: imiyiifiiiii". ¡jaiiiL» tregándok á los tribuniales de, j,usticiji en caso de rei^ciden<»a. Procedieivdai d t e&ta nianara, enérgicamente, no dejándose infíuir/ por sugestiones de índole política ó simplemente requerimientos de la amistad, podrá conseguirse que los artículos que se consumen en Cartagena seaur-aunqu* c a r o s — d e calidad ex célente. Y como esta iniciatiiva, que, partió de nosotros, hace escasamente un mes, vemos con satisfacción que ha encontrado eco en un concejal de ¡ tanto prestigio, y valimiento como el señor Jorquera, nos sentimos dispues tos á continuarla, en la inteligencia que todo cuanto se haga en este asunto, redunda en beneficio de la población, >ilHMI*l>l|l'H"|i>tl>IHI'HII »r|:-"iiMuitV."rnnifwiniiyjEPfflw,-iun-ff¥-nyiinn rio V. K. Vanderbilt, Mr. Jorge Wis.Apesar de esto no escarmentó, v nuestro» sucesores Al presente-, los stropSand8( hijo de Mr. Sand» y de han sido vaiia^ las veces que ha teIMidresió JQfes de familia SP preocnM'ni Vanderhil}. nido que comparecer ante el juzgado pan por el porvenir-de lo.s hijos. Si Mr.Sands ibaen auiom^vtitdeEteau- para responder de atropdfos cometi- éstos son varor.es, se quisiera q«» en^ ville á Ooissy. La distancia; que ha» dos con el auto contrasen fácil y lia iiu In ásjvera sen bía de recorrer era de 200 kilómetros. Yo espero leer algún día que Mond;( de la vida. Si son liPmhrHS... ¡un Si hubiese sido juici»»oi,hubiera hesieur W. K. Vanderbilt, poseedor de buen maridol cho el trayecto en cuatRoó cincia ho-' trescientos millones de dollhrs, yendo ¡Rufinas eislán las carrtii'íis pata-ioS' ras, y talt vez hoy estaría con vida; en automóvil ha hallado la muerte chicos, y buenas e.slán las propiorcio*; pero no lo fué y se empeñó en salvar; estrellándose contra un humi de plá- nes p a r a l a s chíoa«! Ellofi ostiúli«tu ()a>; la dtstaínpia en menos de dos horas, taño de carretera. ra entrar en las. Academia» ó para insolo por el gusto de correr Como un gresar en las carreras del Estad*/ PORTOCARRERO. loco. Y sucedió que yendo á una ve¡Pobrecillob, en su ed*d tierna, lulocidad de Ilü kilóm^itros! por hoia, chan á brazo partido con el binomio se despiendió lu rueda izquierda traN&fas al^gr^s dft Newton, con las indigestas nomen-' sera del aatomóvii; dio éste un vueld a t u r a s de la QuíuUca, ÜCM«~la«. in» co terrible; se incendió y fue á dar trincadas leyes de 1¡Í niecJnici raci^jcontra uu árbol.que se hizo astillas,. nal ó con las Siete Partidas, y üKita y entreelarbaly<el coche quedó exár qué?Para quedar fuera de concurso, nime el cuerpoide Mr. Lauds^ con el porque paní cada p!;iza. para cada pecho aplastado y la pierna derecha Las preocAipaciones erjtán. á. la or- puestoy hay trescientas ó cunirociertcortada por la parte superior del den del día. ¿Quién no las tiene? Se los aspirantes y es forzofio.di'jtir futran muslo. vivedfi prisa, vertiginosamente. To- toda una pléyade de iofelioes jóvenes» j CRÓNICAS MUNDIALES El *chauffeur» saHó por milagro dos anlvilamos llegar, pronto; á lo im- que han trabajado como Ueras parA ileso. Solo perdió el sentido, y cuan- posthle«<que tai puede.considerarse la vencer, sin conseguir otra cosa que do volvió em s i s e echó á correr despui realización de las ilusiones ó. de las una derrota honrosa. vorido, por ios uanipos, dando gritos esperanzas que nos. forjamos. Eso explica, que ha va por. ahí tan-- > y pronunciando palabras ininteligiA m e d i d a que el tiempo í pasa* esas tos muchachos ahitos, de matemáticas,i bles. iluslonesy como en el otoño las hojas ó de idiomas vivos ó muertos, que ae Di íase q u e un.hado adverso persi- de lo&<áfboles, van oa^endo sucesiva- meten á cobradores de tranvía, á có>. El automóvil está llamado á ser el gue á la familia Vanderbilt por su pa- mente unas tras oiras^ y, siempre que- micos, á toreros, á currinches más é sión por los automóviles. En Agosto da alguna que desapia^eoe: también; menos sicalípticos^ y aun así, la luazote del porvenir. En los últimos de 19G2.el matrimonio Fair, cuñados con las última» briaas ó los primeros cha por el garbanzo es cruel, ruda, diez años transcurridos ha ocasionade Vanderbilt, pereoióen una carrera vendavales. do, según estadísticas de una revista implacable. americana, 3.224 accidentes desgra- en automóvil de, Faris á Trouville, No nos! preocup* «I presentejí, no» ¿No ha, de haber preocupacionesííit Se estrellaron también contra un ár- tiene sin cuidado Jo que pasó- El porciados, en su mayoría seguidos de Es la enfermedad del día, es el origeni; mueite. La cifra aparecerá mucho bol, y como en el accidente de Ga- venir tfs lo que, llena por completo de lasineurastenias, de las misantiro->' más aterradora, si se cuenta que en- rriere-sous Foissy, el «chauffeur» sa- nuestra imaginación calenturienta pías, de las dispepsias reinantes.' iSdat! lió completamente l e s o . tre esos 3 224 accidentes, no entran [La conquista del ,^porvenir1 ¡Cuantas muchos los llamados y pocos los «S-Ü Por cierto que á causa de esta do- tragpili«ftintiui>«* hap íi»U^ «íí« #oir el cogidosl Ha de$oparecido aquella . para nada los ocurridos en España, ble muei te se euiaüló un pleito, cur desastre en este género de batailtas! Portugal, Servia, Rumania, Turquía, tranquilidad f.«riaiij.^tf,.que di*fa*tóSomos muchos á combatir, todos rioso entre los herederos del matrimoGrecia, Montenegro, Bulgaria, Suecia ban las generacioires á quienes tt#* nio Fair, Ella dejuba la triQlera de anhelamos vencer, muy pocos triun- mos sucedido. y Noruega, Australia, Sud de África y algunas respúblicas hispano ameri- ciento veinte millones de doUars, y se fan. Unos sueñan con ser ricos, otros La vida rural no ofrece encantos* trataba de poner en claro cual de .lo? con ser populares y eminentes. En la canas ni alicienies, ni ponvenir. Todos suedos había muerto primero, si él ó juventud, se apetece la gloria, se lu- ñan con las grandes ppblacioaes,dotk« Hasta ahora la mecánica no había descubierto un aparato útil, tan ho- ella, pues como uno había de heredar cha por el amor y por la fortuna. Los de no hay aire, donde la gente se aou-r» al olrp, la co osal fortuaai de Hádame vencidos son generalmetite los más micida como el automóvil. Imaginémuía en muchedumbies inmensas, monos las victimas que acarreará F a i r h a h í a de p a s a r á unas ó á oim» fuertes, aquellos lucharon con mayor donde como en io» corrales'numeropersonas. Como yo no habla de here- fe y entusiasmo. dentro de treinta ó cincuenta años, sos, cada i^igaja de pan es disputada La victoria casi siempre se buniil a cuahdo el automóvil, con la ayuda de dar nada t n uno ni en otro caso,, ig por algunas docena<^ de gallinas* ante quienes menos la merecen. invenciones complementarias, se ha- noro cpraoiacabó la cuestión. Y eso va en. <cre&condo> y ooncuói^. ya abaratado y vulgarizado, y sustiHasta^ahora no ha muerto nadie ¡Cuántas coronas de laurel han ador- si Dios no lo remedia, poc rendir 4 tuya en el tráfico á toda clase de vehí- niás<del» familia Vanderbilt,de re- nado frentes más envilecidas! Pero los animoso^, aniilunar á losiluso» y . culos. Porque si invención hay de sultas M »r CiU automóvil. Pero no ha^ eso es lógico, es natural, es si se aplaül«r;á los débilt;». ü e ahí la preor, brillante porvenir es el automóvil. ce aún doftaños, el propio Vanderbilt , quiere hasta humano. Solo á ios jus- cupaciónde loi» tnás y e> desooiiAMíelas. Las venideras generaciones lu em- estuvo en un, tris,4e no mocir en mar tos les corresponde el privi egio de de los menos. ;plearán para trasladaisé de una á nos de unos labriegos de PonUveda , alcanzar y merecer las coronas de esABELIMART. otra paite del mundo; en la guerra, (Italia), á causa de. haber matado á pinas. en la industria, en el comercio, en to- t.na nina corriendo deaesperadamenEn la edad madura, las preocupado aqfi||l|oqnf re^iiipr^^tíierpl Oí ?««' « te BU 94ltomÓKÍ'. ciones no son por nosotros, sino por vimientb. Er automóvil matará al ferrocarril, al tranvía e'éctrico, al coche, á la diligenciai al caDfo,-ai caba« lio No estamos lejos de los tiempo» en que se consbruiráti ca<iiretexiUiili^ ge< amenté cóncavas parar facilitar el Biblioteca de E L ECO DE CxurAGENA. H5 EL ALIMENTO DE LOS DIOSES 88 paso del automóvü^ Ya en los Estaó los tallos b>^^choi oenicasde átgún tnaiorial gtdos Uoidost se construyen) carretei!a»< Lo3 ojoB drl expresifliarío Bigaieton U direcgnnte destruido por el f(fego,.. jYeraeiit" lodo lo de una anchura, del dobJe de las ordir oióo del iodlce, y... que pudiera indionile) |4 llegada dfl itltnfnlo? narias, habiéndose dispuesto que del — ¡Dios del cielol—exclamó con pasmo. En una» cnarenta* liiilla» no hatifa nadii que centro á uno de sus lado& sirvan exSe le cayó 11 periódico da la» raanoí. A tiavéi pndi«f^> d«ir sombra á )« cttr»i^« > «logoiiud id»! clusivamente para el tránsito de aud«. los árboles columbró nna toriiis haniana, git > ign y di» los bÍHTt«|u»; que hat>iMi e«'«(>o >• ocnltoAx tomóviles y que el resto se reserve pa-; gauCOBoa*, de treoe nit^trcB dn eatatarq, qae eo pie á doo» milU» da «ainiíKi, pataixt» las .colina»'«ai> ra los demás vehículos. y con l8i pieruas abieitaa, ee dÍKpuufa á lanzar el *«H«t dwOtieaaing lflyi<bighti. UQH p^tlota qae teaía eu la m»nu; la toroia briCuando el automóvil haya ilbgqdo ¡Eutoiiot» íaó eoamitio ewpetni^u á v<>r«e llok^ llaba á loa rayoB del sol paes iba veatida cou un é sn mayor grado de explendur, no rastro» delalimentol La |iiinv«r« (wsaique ttiüiliKi:6>i' tt jidü de aiotal brillante, c«Bido al cuerpo por nn conocerá el hombre el azote como él. el «>xpre>idÍHvítf hié el grando y nuevo víuéneto • ancho cintmón de acero. L;t viaCa del cxpreaidiaHoy, que por su coste y lo caro, de su «n Toitobidge do .da et paatuiuo d« i>t A^íiOUt^da <> > lio pasó de vqai^lla á otra forma gigantesca qae Midw-tj (debido A la variedad (jiganto do Ct»»»)»'' sostenimiento, es relativamente escaabastante distkQcia, «ediepoiifa á recoger la peempeewba en iiqa»'! en oacBSi Lu'egu,> «ir». W"*, •! so el número de automóvilos que ruelota, y entonces tonipiondió que todo «I tfrrono paf* Hfluúífcují»; y taigivicuamlo- U |M *iii*ftin í«- • dan, ó mejor dicho, vuelan cootra< de la gran babi» de IHS coliiitis al uorte de üovomcinfidsd d«'>Lou<li'fiii se t>xt«ii4 é b f"» su' iiiel*t»j'' ley y contra fuero» por las calles de ooak, liabía sido preparado para tal objeto. 5<>» rasgo» de I» iatíh»' d«l honib««< i o» iniu*«ti»«tiii ' las ciudades populosas, no pasa día en rad«do lo granda »« tilniero» uiás' »te«»i**i(tW*.' sin que se regijstren en el mundo diUna trinchera inin-ítisa dotniuab» el terreno, y el<iBuewt<í«, ' '• • ' •' '• ' ' • versos y tremendos accidentes desdonde se hallaba la casa niOD«truo4a, de forma graciados debidos á la insensata velo^ egipcia, edificada por CoSJtar.caanido \w nifiof saK'i toito la regió» del sodentw tte LoB«l«-«8, y al* : cídad de esos vehículos que parecen lieron de «Naraey», y detrás de ella v íi«« nn jf de1or4« dando viví» &wMt y »*w idjo»,*!» > tla-i t ' grsnde y obeonro techado del quH parecía sitllr bia litsurtecionado «I alIftiSMíto ttii»t«k>ioB»MM»<tto en llevar todos los demonios dentvo de centelleante tosforenceocia, 7 de donde procedía enídUíoJ dertti.y*y la-aotigna vida Siguió réi«US cfjas de hierro y madera. an martilleo titánico qan en «ordetifa. La at-^nclón onaMdo' t)nu:« «qnctliHI' port^Bto»! dtarto»qn» t e i< Bl último de los más sonados por del viüj ro volvió & fljii«e én ^l gigante, canndo 8an*i*tek portoatoaamaiHo mi Hum«i»to-; Y «ue«* la alta posición sodal de que gozaba é«te lanzabí* la gran pelota de madera con aros de tro nutivo «iadadanO miraba por priUK^a ves«M}UO<* la víctima, es el ocurrido en Carriehierro. Ijos do» viKJeros «e paaieron eo pie y ]lo8 fónótneno* «xtrañiis y eva«rllador«r(>'» UqucttlHa'''' res-sous Foissy,. que h a costado la miraron. La p»lota «ra dél l*tn*fio denn bariH, Uso uva» priiiegrccíd^s, H'fR'ídf* cií?*rt4Mti, *#«»«<?' vida á un hijastro del multimilíona*^ Li IHIÉI pr el fMm