Whitechapel

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Camilo Brodsky B.
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Whitechapel
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Camilo Brodsky B.
Whitechapel
Camilo Brodsky B.
Das Kapital Ediciones
COLECCION POESIA
3
Whitechapel
Whitechapel / Camilo Brodsky Bertoni
1ª ed., Santiago, Das Kapital Ediciones®, octubre 2009.
2ª impresión, octubre 2010. 3ª impresión, abril 2011.
ISBN: 978-956-8835-01-9
Das Kapital Ediciones Ltda.®
Eduardo Allert 6612, La Reina, Santiago de Chile.
[email protected]
Diseño y diagramación: Das Kapital Ediciones®
Imagen de portada: “Ontleding des menschelyken lichaams...”. Aguafuerte de Gérard de
Lairesse (1640-1711).
Imagen en p. 1: “Del motor diesel del texto a la antimateria del lenguaje...”. Collage del autor.
Está permitida la reproducción, difusión, exposición al público y representación, siempre que no sea con fines
comerciales o de lucro, y a condición que sean citados el autor, la editorial y el contexto de origen.
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Camilo Brodsky B.
Whitechapel
Camilo Brodsky B.
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Whitechapel
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Camilo Brodsky B.
whitechapel
un saxo surtidor de sangre
del tardío XIX o la secuencia
imposible de un infarto
en zoom out desde la aorta
la ciudad el tablero los escaques
las manzanas alternadas, sucesivas
el rollo desplegado de la city
su banda sonora sobre el borde
de la tira de pruebas de este Weegee
desquiciado más que el propio Weegee
retrato en sepia de los vicios
sobre los que Scotland Yard caía
tras el invisible de Whitechapel y su estela;
chorros y degüelles
marcando el ritmo de la sangre en las paredes
de este barrio obrero cercado por el Londres
7
Whitechapel
victoriano y sucio que el Imperio sostenía aún;
Pollock carnicero, arterias
bajo el síncope de un Coltrane bermellón,
rabia calma de los siglos y cinabrio.
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Camilo Brodsky B.
las versiones del silencio: el ritmo de la palma
el ritmo interno
del poema
el ritmo interno
la fachada
del ritmo
¿cómo suena
el silencio de la palma
zen al chapotear
en el líquido viscoso
de la arteria cercenada?
9
Whitechapel
devenir de los niños-lobo
los niños-lobo
abandonados deambulan
por la ciudad sedientos
tras ellos van los rifles
desolladores de hombres
cazadores de marfil
colgadores de negros
hambre hirsuta de los siglos
con su baba roja que chorrea los pisos
maculados de los hospitales
los niños-lobo abandonados
son blancas palomas
sin ofensa en los bolsillos
sus ojos fieros
sólo tienen la crueldad
del abismo de la infancia
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Camilo Brodsky B.
la nieve y el frío
queman más sobre sus pieles
alcanzan los cartones y los diarios
las paredes y frazadas
de su fuga permanente
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Whitechapel
whitechapel
las calles de Whitechapel supuran
el silencio que quedó como testigo
tras las últimas redadas
y en los muros no aparecen los carteles
esperables con los rostros de los muertos
WHERE ARE THEY?
se ven tristes las calles de Whitechapel con el
fin de los suplicios
como si la euforia ya esfumada de los crímenes
se hubiera llevado la vida de este barrio
de obreros, putas y parteras
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Camilo Brodsky B.
los incestos
en la pieza de pensión ahí en Quintero
sonríe recordando nuevamente
el sabor húmedo y fragante del tabú;
un incesto en la tarde marina
penetrante como el yodo junto al muelle
en el suelo los calzones de la hija
que yace amoratada, aún borracha el
brazo colgando, su tatuaje borroso
deslizándose borde abajo por la cama
Hasta el suelo
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Whitechapel
las versiones del silencio
el poema no es la Mara Salvatrucha y sus disparos
no es la Mara
Salvatrucha y sus disparos
una Chrysoperla transcurre
como los minutos en invierno,
persiguiendo a todas luces torpes y
ficticias sombras de pulgones
en los sucios intersticios del teclado
intenté moverla,
inspirarle temor,
respeto, sacarla
con la aguja clavada del revés
sobre el corcho y quemada
su punta para hurgar
sin riesgo las heridas
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Camilo Brodsky B.
en los dedos de mi hija,
los míos
los ajenos
los huevos —de la Chrysoperla
podrán crecer ahí bajo las letras mórbidas
que caen cielo de los galos derrumbándose,
ladrillos celestiales ante la
mirada impávida del César
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Whitechapel
whitechapel
todo el East End toda la patria cockney
toda la patria yiddish toda la patria coa
toda little Italy todo chinatown posible
las calles con su merca de cuerpos pobres
las calles con su merca de cuerpos paki
las calles con su merca de cuerpos cholos
las calles con su merca de cuerpos raros
todo el centro todo Yungay toda la patria
el cuchillo de Whitechapel
todos los fuegos son fatuos
bajo las campanas del lado barato
todas las santas causas
ven caer fatigadas sus vigas
tras la hecatombe y los incendios.
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Camilo Brodsky B.
persistencia de sam peckinpah
la delgada línea roja que une
a los hermanos disparando contra los toneles
con el cementerio lisérgico de New Orleans
la secuencia lenta de
Peckinpah a Hooper
alacranes y balazos
en el cuerpo abstencionista
que rebota sobre el polvo.
La amistad traicionada es una excusa
para la ópera y la muerte
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Whitechapel
los epígrafes
que un amigo ponga vino en mi jeringa
que de esta no me salve ni Mandinga
“Vino en mi jeringa”, Cuarteto de Nos
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Camilo Brodsky B.
fuente italia
a la Danyclau
la mató el amor
la despedazó más bien.
La cita no es la imagen
del taxi o su maleta,
la carga de miembros
trozados y todavía tibios;
los pedazos de la Dany flotan
Canal San Carlos abajo.
La madre, dueña de la botillería
ubicada en la esquina del bar
donde trabajaba la Dany,
todavía se pregunta qué hizo mal
cuando fija su mirada en la
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Whitechapel
fotografía de su hijo junto al taxi,
que la acusa en blanco y negro desde el velador
comprado y prearmado
en el Home Depot de la rotonda.
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Camilo Brodsky B.
las sociologías
el crimen opera como la hermética forma de
/mantener el silencio social;
un pacto total y absoluto donde todos observamos
desde las páginas del diario hasta que entramos
Matar
es tener la llave de una puerta
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Whitechapel
chikatilo
nada temo
nada theós
nada filius
todo lo puedo digerir
incluso mis crímenes
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Camilo Brodsky B.
gesualdo
no se piensa el árbol cuando se le tumba de un
/hachazo
no se piensa en el cuerpo el tronco del cuerpo
el tronco del árbol la puñalada salida del alma
lo importante son las voces
la boca del árbol
gritando en las ramas
—no la voz en off
de la que el cine abusa, no;
las voces
las cinco posibles
en el Plan—
el crimen fueron los árboles
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Whitechapel
los árboles
los árboles
Lo Sé
Lo Sé
I Know
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Camilo Brodsky B.
las versiones del silencio
en esto ni el Cartel de Juárez
tiene pito que cortar
en la boca no hay Bolaño
leyendo femicidios
los carteles son
hijos abandonados
que globalizan la muerte local
AYER SE EXTINGUIÓ
ARENA LÓPEZ
no es sólo el testimonio de un sicario
estampado en la pared virtual del blog
la violencia viva y su representación
palpitan en la pantalla de tu casa
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Whitechapel
whitechapel: el epígrafe
no age
no time
no future
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Camilo Brodsky B.
las maras: el brinco
los malucos
salvadoreños
de las Maras
por doquier
en los barrios pobres
mutan en pandilleros naturales
por Honduras, México y Guatemala
y en las calles calurosas de San Salvador
en las esquinas de El Calvario y La Iberia
dan rienda suelta al “brinco”
la golpiza masiva
de dieciocho segundos
de la que te levantas
siendo parte de la Mara:
un ritual de iniciación
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Whitechapel
chikatilo
soy un error de la naturaleza, una bestia enfadada
Chikatilo
Yablochnoye, Ucrania,
16/10/36
pequeña aldea doblando a la derecha
Lo más cruel para el pequeño Andrei y su hermana
era escuchar en el regazo de su madre
cómo su hermano mayor,
Stepan,
había sido raptado y devorado
[el poeta en este caso
ni siquiera exagera]
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Camilo Brodsky B.
las versiones del silencio: gesualdo
madrigales en el Día del Trabajo
madrigales asesinos en el alma
del leñador
madrigales y el vaivén
de la cuna tras
el estruendo de los coros
madrigales asesinos
en el Día del Trabajo
mientras edito los textos
del caníbal comunista
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Whitechapel
chikatilo: el poder de la ficción
[no existe ningún documento que informe acerca del
nacimiento o muerte de Stepan, pero la manera en
que su madre se los contaba hacía que la historia
pareciera verídica]
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Camilo Brodsky B.
objetividad de chikatilo
[Siempre era humillado por los otros compañeros,
cualquiera podía decirle lo que fuese, él se limitaba
a escuchar y a aguantar. No era de extrañar que,
con el tiempo, su ánimo se llenase con las lágrimas
contenidas por todas esas injurias]
31
Whitechapel
chikatilo
los títulos de Chikatilo
sus diplomas en lengua
y literatura rusa
sus ingenierías pulcras
de taller soviético
sus correctas pulsiones
infernales canalizadas
en el detenido estudio
del marxismo-leninismo
aprobado con honores.
Otros también
comieron carne humana
pero los restos de carroña
se pudrieron en la Historia.
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Camilo Brodsky B.
objetividad de chikatilo
[En 1971 se graduó de maestro. Sentía una creciente
atracción por las menores de doce años, y se colaba en
los dormitorios para verlas en ropa interior mientras
se masturbaba con la mano dentro del bolsillo. Más
tarde Chikatilo se refugió en el estudio del comunismo,
pero su fijación con el dogma político rayaba en la
demencia]
33
Whitechapel
objetividad de chikatilo
[A pesar de su problema, pudo encontrar una esposa,
y aunque era incapaz de mantener una erección, sí
podía eyacular (…). Era un marido de carácter estable
y trabajador, un padre que nunca levantaba la voz
ante los hijos, un respetado miembro del partido
comunista que leía los periódicos y se mantenía al
corriente de la actualidad]
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Camilo Brodsky B.
chikatilo: otra objetividad posible del sujeto
a Chikatilo
siendo profesor sus alumnos
le pegaban arrojándole una manta
por encima
lo sacaban de las aulas a patadas.
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Whitechapel
las versiones del silencio: ars poétique
[Chikatilo mató por primera vez cuando tenía 42 años]
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Camilo Brodsky B.
larisa tkachenko
nunca fue Whitechapel
para Larisa
sólo estaba el frío
de novela
que todos echamos
sobre la blanca Madre Rusia
y los dientes
el destrozo de
los genitales el
cuchillo
en fin
la vida misma
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Whitechapel
las intolerancias
después de Auschwitz
nadie escribe en lo absoluto
sólo juntan huesitos
de judío y ellos
arman por su lado las
secretas plegarias de su vida
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Camilo Brodsky B.
incesto en la chilena poesía/incest in chilean poetry
desta teta
que se ve caída
mana a chorros la hiel
derramada por el tiempo
los cachorros hacen cola todavía
moviendo el miembro fláccido
a los cuatro vientos
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Whitechapel
las versiones del silencio
soy más bien un
retratista al que el sopor
barroco que lo acecha en
los pliegues claroscuro le
ocultara los detalles las
arrugas de los rostros
40
Camilo Brodsky B.
1957: dos libros americanos
Ed Gein —el carnicero
de Plainfield— camina
va saltando entre sus muebles
tapizados con piel humana
las cabezas convertidas
en platos soperos
mientras los beat al son
de un On the road
unplugged todavía
anuncian el supuesto fin del
sopor y la tranquilidad
en las tardes aburridas
de Denver City
Kerouac & Cia. se solazan
culeando volados en las noches
en los límites del Middle West;
Gein se pone su collar de labios
41
Whitechapel
su chaleco de pezones y vaginas
ve la hora y concienzudo
revisa en el sartén que el corazón
de la cena no se pase
de sal ni se queme. Luego
aspira el humo del cigarro
que deja de inmediato sobre el cráneo
convertido en cenicero gore
de una vida escenográfica y veloz
No sabemos si piensa
o no en la carretera
La contracultura americana
lleva un tiempo ya curtiendo
los pellejos de un montón
de cadáveres antes que
Moriarty y Sal Paradise
subieran en Cadillac a la 66
42
Camilo Brodsky B.
o pasearan ebrios por Larimer Street
entre botas y vaqueros de post-guerra
43
Whitechapel
los epígrafes
En Maarat, los nuestros cocían a
paganos
adultos
en
las
cazuelas,
ensartaban a los niños en espetones y
se los comían asados (…).
M. Michaud, Las cruzadas, citando a Raúl de Caén
Los muertos gimen, huellan la tierra
con sus espaldas, o cayendo de bruces
cortan la yerba con sus dientes (…).
M. Michaud, Las cruzadas, citando a Roberto El Monje
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Camilo Brodsky B.
los epígrafes
Despierto:
abro
mis dos
heridas.
C. Bertoni, Harakiri
45
Whitechapel
los vendedores de cadáveres
a Burke & Hare
hallarlos no podéis
en las páginas de anuncios
transitan con el silencio herrumbroso
del escándalo carnal
el barullo en sordina
del asesinato practicado en serie
como una forma de producción
lista y dispuesta la nómina
de los clientes burgueses
la sangre afinca
prometedoras sociedades
matar y cobrar
es el slogan
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Camilo Brodsky B.
Ya se lo quisieran
Coke & Nike
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Whitechapel
las versiones del silencio
el crimen transcurre como el habla
muta y cambia
se pervive
como mancuerna de la humanidad
adorna el puño
de hierro y piel
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Camilo Brodsky B.
las intolerancias
dispersos en sus llenos Auschwitz-Birkenau
vigilan con torretas nazis
que las anotaciones marginales y masoras
del Talmud y la Torá no rompan
los cercos devorando por los campos alemanes
una mitología coja y contrahecha
—martillos, dioses rubios;
nada de notas al pie
ni barbas lamentando
errores atávicos
en los muros de la city
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Whitechapel
las anotaciones al margen: reflejo del poeta
A la par de esta construcción
siguen su camino los días
sus sombras y matices
La hija crece un poco cada amanecer
mientras él intenta reducir
su consumo de cocaína y la
periodicidad de las resacas
50
Camilo Brodsky B.
las versiones del silencio
hay un proyecto total detrás de cada línea
se superponen y confunden
enemigos y paseantes
dejando en evidencia
los errores del imputado.
Son los móviles del crimen
y su rastro emocional los que
terminan con el cuerpo
en la cárcel o el suicidio
51
Whitechapel
las intolerancias
las estelas de humo de los campos
cubrieron los campos
los pueblos alemanes y europeos
con la costra acre de la carne
chamuscada de los campos
las muescas en los huesos la
repartición de lentes, dientes
de oro y prótesis judías
se convirtieron en apuntes
del Talmud y el Manifiesto
los Aliados obligaron
a los pueblos alemanes
colindantes con los campos
a lavar el cuerpo muerto del judío
limpiar a homosexuales y gitanos
quemar los rastros de los comunistas
52
Camilo Brodsky B.
calcinados ya por los enjambres
nacionalsocialistas desde el fuego
vergonzante que consumió el Reichstag
Los alemanes lloraron
como niños y después
vomitaron borrachos
sobre los restos de La Obra
53
Whitechapel
las anotaciones al margen
esto ocurre —el texto, su radio de acción
la autonomía de vuelo, el margen de error
el daño colateral, su ámbito de influencia—
más allá de lo deseable y más acá
de los jirones de la carne y de la noche
como queda demostrado en los hechos
—las 22:07 de un día lunes que exige
una madrugada laboriosa y la mano
que lleva la mochila de un lado y al vástago
en la punta opuesta de la cruz humana
formada en las extremidades, y uno
todavía indeciso en la mesa
del bar esperando la tercera
botella de cerveza y la bolsita
de sustancia— la vida es más
que la sola voluntad de superarse.
54
Camilo Brodsky B.
las versiones del silencio
esto podría ser acaso
la guerra poética o incluso
las poéticas mismas y sus artes
pero las poéticas son
exigencias ajenas
las guerras trámites
lo que importa son
estas versiones del silencio
55
Whitechapel
las anotaciones al margen: versiones de sebastián
Mientras espero a Sebastián en una mesa verde
sucesivamente vienen
un Sebastián de terno y pelo
algo más viejo que el original
cojeando latamente por la esquina
nororiente de la punta de diamante
donde el bar naufraga cada día
y uno gordo aún más joven
bajo la capucha negra de su polerón
al trote sobre la botillería
Los dos caminaron hacia mí en algún momento
Los dos siguieron de largo frente a mí
como un fantasma en algún momento
Los dos pasaron frente a mí en algún momento
con los ojos casi a punto de ser Sebastián
56
Camilo Brodsky B.
—y yo lo hubiera aceptado en mi mesa verde
y yo lo hubiera aceptado en mi mesa blanca
y yo lo hubiera aceptado en mi mesa roja.
57
Whitechapel
whitechapel: from the hell
One day men will look back
and say that I gave birth to the
Twentieth Century.
Jack The Ripper
lo inquietante en Whitechapel
es la sórdida claridad
del destazador de putas
cristalizada en las maniobras mentales
de un cirujano social y su cuchillo
espejo del infierno
que subyace al mundo
la sentencia inapelable del sujeto
a escala de una réplica torcida
del más devastador Brueghel
proyectado en el tiempo
sobre el mismo Londres y el mercado
58
Camilo Brodsky B.
de Smithfield con la fuerza y la violencia
tormentosa de las Vergeltungswaffe 2
59
Whitechapel
los epígrafes: from the hell
Señor Lusk, le adjunto la mitad de
un riñón que tomé de una mujer y he
conservado para usted; la otra parte
la freí y me la comí. Estaba realmente
buena.
Puedo
enviarle
el
cuchillo
ensangrentado con que se extrajo, si se
espera usted un poco.
Jack The Ripper, en carta del 15 de octubre
de 1888 a George Lusk, presidente del Comité
de Vigilancia de Whitechapel
Me gusta mi trabajo y estoy ansioso
de empezar de nuevo,
noticias
mías
y
de
pronto tendrá
mi
gracioso
jueguito...
Jack The Ripper, en carta del 26 de septiembre
de 1888 a la Agencia Estatal de Noticias
60
Camilo Brodsky B.
walter richard sickert
Si la sospecha cayó
sobre él como vaho
rodeando La Maigre Adelina
o atmósfera de tarde convertida
en noche junto a una puta en
La Hollandaise, no sé
Quizás fue el aire patibulario
de los rostros londinenses de sus óleos
que respiran aún en la barba blanca
de una foto tomada en los ‘40
Tal vez fue la impresión del mismo Sickert
de haber compartido pieza
aunque en tiempos diferidos
con The Ripper —la que pintó
con detalles inescrupulosos
titulándola sin tino
61
Whitechapel
El cuarto de Jack
el Destripador.
La pintura aún se puede visitar
en una galería de arte sita en Manchester,
por si a alguien le interesa
escarbar en este asunto todavía.
62
Camilo Brodsky B.
gesualdo: la culpa
a tanto llega la culpa del madrigal
que no basta con talar un bosque, mil
el cilicio no basta
Gesualdo se flagela con muchachos
hasta el infausto día 8
de septiembre del milseiscientos
trece de Nuestro Señor Jesucristo
como lo encuentran desnudo
de desnudez extrema
las malas lenguas dudan
de una muerte natural:
se dirigen los ojos a los mancebos
Prefigura al Opus Dei
de best seller mal escrito
63
Whitechapel
el compositor homicida
pero su versión no es light y su tortura
resulta apenas menos
pornográfica que el hambre
64
Camilo Brodsky B.
las versiones del silencio
más que la prosodia el crimen
del texto es la escena
los testigos cómplices y víctimas
el hombre es un animal
de malas costumbres y el poeta
no tiene dirección más allá de
su voz equívoca
65
Whitechapel
las anotaciones al margen: apuntes médicos
como imágenes de un raro gore
pasoliniano cae mi sangre rectal
en los baños públicos de la ciudad
la fisura vital
en ocasiones deja goterones rojos
en los pisos de baldosas blancas de los bares
que me esmero en limpiar con papel
higiénico mientras sostengo
con la otra mano la puerta
sin pestillo rogando
que nadie irrumpa en esta escena
equívoca del crimen
66
Camilo Brodsky B.
los epígrafes
ya aprendí a falsear mi sonrisa,
ya caminé por la cornisa (…)
lo que me daba placer ahora me da dolor,
ya estuve al otro lado del mostrador
“Ya no sé qué hacer conmigo”, Cuarteto de Nos
67
Whitechapel
las anotaciones al margen: días de lluvia
en la lluvia mojando los adoquines del centro
una secreta alianza con otros adoquines se teje
la viscosidad falsa de la humedad
así como la luz que transforma en extrañas
las calles recorridas cada invierno
transportan la mirada en el tiempo
convierten el espacio en la ilusión
de otros pasajes y otros textos
es tan fácil que Santiago se convierta así
en la Carrera 13 con la 13 en Bogotá
o imite la fluorescencia bonaerense
con esquinas rosadas y tabaco negro
la humedad de Caracas, las ardillas en las plazas
las veredas mínimas, las calles
los autos atascados en el tráfico
el enjambre de carritos por puesto hasta los topes
68
Camilo Brodsky B.
incluso el Londres de la sangre puta
parece más a mano en lo aledaño
de los centros de tortura y detención
Las ciudades se vuelven
universales bajo el agua y el relámpago
69
Whitechapel
las versiones del silencio: arenas movedizas
estoy suspendido en una parte
del texto —el texto mismo es
también la suspensión, un cierto
ablandamiento de la realidad
circundante, la maleabilidad de
la materia que convierte en talco el
acero del alma como una piedra
filosofal errática e inexperta
hay un yo fuera de mí
confundido, que tantea
en una claridad cegadora
que no entiendo pero
ejecuto como la danza
de los derviches o el acto
mecánico del adicto
Salir de la profundidad
70
Camilo Brodsky B.
Salir de la profundidad
Salir de la profundidad
desgarradora de esta ignorancia
71
Whitechapel
las anotaciones al margen
más allá del dato de la felicidad pasajera
debe haber un momento, una epifanía
que permita descansar de todo esto;
tal vez cifrada en la canción de Dylan
escuchada en la mañana o en las secretas señas
de un paseo en bicicleta
no sé. ¿Los rostros antiguos fisgoneando entre
/los nudos
de las tablas, las sombras de una selva de bambúes
/sobre el closet, el
bosque de raíces que se esconde en la maraña
de una mente débil y enferma?
Algo debe haber afuera
que no conozca y desee.
72
Camilo Brodsky B.
las verdades irrefutables: discovery channel quotes
cada mañana
una cebra se despierta
sabiendo que debe correr
más que un león
cada mañana
un león se despierta
sabiendo que debe correr
más que una cebra
La mecánica celeste
sigue siendo implacable
73
Whitechapel
las naturalezas muertas
en el caso específico de la muerte
el problema no es el síntoma:
hay más bien una ausencia que opera
sobre las debilidades
arrastradas de antemano
El Vacío, como absoluto
apreciable, desde el dolor
se vuelve inasible, gelatinoso
este error de la vida
que transcurre en nuestras casas
esta calle sin gente o esta gente
sin calle donde explotar
La Revolución es también
una pulsión asintomática en su origen:
74
Camilo Brodsky B.
es el movimiento autónomo de los miembros
la cinética en los brazos del que se ahoga
lo que da la sensación de progreso
75
Whitechapel
porno soft para machistas irredentos
no lo pretende, está fuera
de sí la pulsión. Sólo acecha
predador en la sabana, los muslos
de la cebra virgen: no es ella ni
la imagen cultural la que camina:
el conjunto de huesos y
músculos, el vaivén, las
líneas de un cuerpo
demasiado ajeno, la
lejanía exactamente
ese no poder constante
la negativa biológica
de la posesión. Salta
sobre la presa el cansancio
Violar es otro acto
76
Camilo Brodsky B.
de frustración desesperada
Acá no hay ética posible:
es el deseo en su faceta
más bestial e incontinente
77
Whitechapel
los incestos
cada día tiene
su afán y cada
familia su incesto
Edipo es un regalo
de Sigmund Schlomo a las pulsiones
de una castración organizada socialmente;
lo griego en la tragedia luego
del tamiz occidental y el trauma
como leit motiv de esta grey obtusa
consagrados en la consulta vienesa
de un judío cocainómano —mientras
en el Incinerador Gansevoort de Nueva York
se chamuscan los papeles sucios del
pobre Wilhelm Reich, ya condenado al
ataque al corazón que lo llevó
directo de la cárcel al panteón.
78
Camilo Brodsky B.
ye olde ez
Such wast thou,
Who art now
But buried dust and rusted skeleton.
Motionless, placed in vain,
Mute mirror of the flight of speeding years,
Sole guard of grief
Sole guard of memory
Ezra Pound, Canzoni.
el viejo Ez, querido Loomis
que primero se diluye entre los versos
de los griegos para luego
fundirse en el fascio y la tormenta
equivocada. Que ideograma chino se construye
—a la manera de un tatuaje maorí en el
/brazo de un
treintón post-punk en una feria artesanal
en los suburbios o en el mismo downtown—
79
Whitechapel
sin saber como el mayor poeta en el resquicio
de la Humanidad y el Canto,
de la gesta de los Cides, los Ulises,
los emperadores luminosos del Oriente Celeste.
Ay del pobre Loomis en su celda su barraca
/su hospital,
idos los ojos, el pelo revuelto por la traición, el
/chaleco claro de cuello
alto y la chaqueta cubriendo el pescuezo del
/condenado
a la horca metafísica del abandono y las visitas con
/horario.
Condenado a ser condena de los gringos
que no entienden la aberrante usura y
reniegan del naif fascismo en onda corta
como si la culpa fuera del Old Ez y no
de aquella distorsión de las vanguardias
y su afán de ser modernas como el tiempo
80
Camilo Brodsky B.
jack the jabberwocky
quizás Scotland Yard tomó
muy a pecho aquel beware the Jabberwock,
my son!, y a suerte de enroque
simbólico llevaron
por delante a Lewis Carroll
arrastrándolo en la rueda
mítica de sospechosos
de ser Jack sin serlo,
sin haber pisado el frío suelo
de Whitechapel en los días, mejor
dicho las noches, de los
crímenes perfectos.
Y vieron confesiones
cifradas en los versos,
ocultas en los portmanteaus
sus pilchas de texto colgando mezcladas,
las sombras oblicuas de Humpty Dumpty
81
Whitechapel
oscureciendo el ruedo de los vestidos
manchando el límite de la pureza inacabada
/del barrio
de las niñas fotogénicas de Carroll
que no fueron // son // serán
más que un reflejo proyectado
sobre los adoquines de Whitechapel
y la mente obtusa de la policía
un reflejo, insisto,
de la postal pedófila de Carroll.
82
Camilo Brodsky B.
catherine y teresa
no sabemos, a ciencia cierta,
nada del señor Martin; algo
de investigación aficionada
nos daría quizás algunas pistas,
las señas de por qué el domingo
treinta de septiembre de
milochocientos
ochentaiocho
Teresa de Lisieux
—a la sazón carmelita,
posiblemente descalza,
santa del Opus y otras yerbas cuyo
cáncer materno, mortificación corporal et
mal cuidada tuberculosis
amén de su enfermizo
encierro en un convento
la hicieron merecer
83
Whitechapel
ante el torcido
Ojo de Dios
Santidad y Doctorado de la Fe—
le escriba, digo
al señor Martin
—de quien descubrimos,
meses después de
escribir este poema,
era padre de Teresa—.
En el barrio de Whitechapel, en tanto,
el cuerpo de Catherine Eddows, nacida
en abril del ’42,
ese 30 de septiembre del ’88
sólo yace destripado
entre orín y desperdicio,
posiblemente descalzo.
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Camilo Brodsky B.
las anotaciones al margen: whitechapel
Whitechapel es también —¿hay que
decirlo?— la huella en el camino estrecho,
la renuncia dolorosa de la voluntad, el anima
doblada ante las circunstancias, la vindicación
de todo lo execrable que hay en uno; Moby Dick,
su a cuestas Melville, su ballena blanca como nieve,
la torcedura, no final mas torcedura al fin
que te convierte a ti, tu Pequod y tu tropa;
tanto Jeckyll como Hyde, el mismo
Stevenson en su ventana de Edimburgo
perdida la vista en los techos de los barrios pobres
oliendo la basura metafísica desde su estado
mórbido constante.
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Whitechapel
los epígrafes
Salga de mi lóbulo temporal, House.
Dr. Foreman
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Camilo Brodsky B.
las anotaciones al margen:
microeconomía doméstica
también está la cuestión —la cuestión
social, la proyección estratégica, la prueba
irrefutable, la falla humana, el factor
genético, las consideraciones
de todo tipo— del costo/beneficio.
Es decir, el gasto que un texto cualquiera
exige vale el peso de su peso en
amor, familia, tiempo y muerte?
Farol de esquina. La opción
nunca tuvo nada
que ver con el error
Volador de luces, dulce Thanatos,
invento excusa o relectura
para cristianos cultos;
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Whitechapel
del logos al logos el camino
se mantiene con las piedras hasta el tope
a las que culpar por un mal paso.
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Camilo Brodsky B.
las naturalezas muertas:
mirlos, tordos y otras aves
no sabe el tordo, de plumaje opaco,
que se le emparenta con el mirlo,
mucho más vivaz y luminoso;
y el cuervo de los pantanos
cuando agita sus alas, moviendo el
pico largo y curvo,
no imagina tampoco la imagen
romántica del ave negra
pesando sobre el vestido de su propio nombre.
Hundir el pico, el cuello y los hombros
sobre la carne en descomposición
de una liebre echada irremediablemente
cortando la continuidad pulcra
de la línea blanca de la carretera
como proyección nada más de la
ausencia del Corvus corax.
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Whitechapel
A falta del simbolismo de los cuervos
cedemos a la tentación tornasolada
del pequeño estafador de los parques —aves
carroñeras y oscuras, algunas;
otras más bien con
tendencias parasitarias
roba-nidos, falseadores de huevos—.
Para devorar cadáveres, por lo demás,
nos sobrevuela nuestro emblema patrio
—Vultur gryphus— con su cuello
pelado cumpliendo higiénica función:
evitar la acumulación de tripa y sangre,
y el consiguiente riesgo para la salud del cóndor.
—el despliegue absoluto de las alas
azabache sobre el fondo siempre
romántico e imaginario. Las aves tienen ese don
hipnótico de lo imposible; Lord Byron
derramando sangre sobre el catre de campaña en
Grecia; una cierta lectura de Rimbaud,
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Camilo Brodsky B.
su soliloquio burgués, armas, concubinas y especias
como horizonte, el aire caliente de las barricadas,
tatuada La Comuna en sus sienes enfermizas; los
pájaros de Diómedes que abrazan a los griegos en sus
islas, memoria de los días de su gloria contra Troya;
viejos militantes
viendo fotos de la UP, las protestas o la última
Guerra Civil de nuestras vidas.
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Whitechapel
los epígrafes
Créeme que necesito salir de esta ciudad e ir a vivir
en medio de ese tan dulce silencio que reina allá (…).
J.Emar, en carta del 19 de mayo
de 1962 a Peus Informe
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Camilo Brodsky B.
el carnicero de plainfield
mi casa no es, como pudieran
imaginar, una sucesión de
charcos de sangre ni pellejos
colgando en las paredes;
el cine y la prensa
amarillista
han hecho un daño enorme a mi
visión estética de los interiores.
Más que a una sucia caverna
paleolítica mi nicho intenta
parecer el hogar en los suburbios
donde duerme, limpia y come
el tic publicitario que es la dueña
norteamericana de casa en los ‘50
—Elizabeth Montgomery style
in Bewitched—: las pantallas de
piel en realidad buscan el toque
93
Whitechapel
medieval chic en las lámparas de pie
mientras los cuerpos desollados
que mantengo en el living
sólo cumplen la función de recordar
a eventuales visitantes
lo efímero de todo en esta vida.
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Camilo Brodsky B.
las anotaciones al margen
circunvalando la dispersión
cada vez más
cerca de su centro
entonando sus canciones
a rastras
por los pasillos de mi cabeza.
¿Explicar la vergüenza
más allá del lacerante
insight judeocristiano?
A mí me corroe cada noche de mi noche,
me quita el aire y la cara en el espejo.
Ya no sé mirarme y no sé
si mirarme finalmente.
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Whitechapel
persistencia de la intolerancia:
grillos de septiembre
El odio acá renace con los grillos.
Con el primer atisbo de la primavera el coro,
leve a esas alturas, suena
como las patas de los grillos en
guerra sexual. Pero los grillos, que se entregan
completos en el ejercicio del aniquilamiento,
difieren de este odio cansado y rutinario
de septiembre; hay algo en una de estas guerras
más brutal y concreto que en su espejo.
Hay algo en este embate que no acaba
que se itera y muta con los años, las
generaciones, de manera casi imperceptible;
una mirada torva, la forma
secreta de caminar entre una calle y otra
estudiando sus sentidos;
la violencia gratuita de los poetas o tal vez
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Camilo Brodsky B.
su ignorante pendejada echada al aire
espeso de las barricadas de salón; la silla
siempre contra la pared y de
cara a la puerta de entrada.
La música de los grillos no alcanza para
bien cubrir los restos de los muertos;
asesinato sobre asesinato, el trozo de tierra de acá
/abajo
enseñó a linajes completos a joderse al prójimo. Todo
es masacre mal disimulada: las violencias
pasajeras en la calle, los párpados
hinchados por el vino, la espera de una
muchedumbre en las aceras, la mano
de hierro en el Wallmapu; silencio
sobre silencio, piedra
sobre piedra y bajo tierra el agua que te ahoga,
bosques talados y otra vez silencio.
Algo supura entre los grillos y este suelo.
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Whitechapel
Una cueca brava para sordos y castrados,
sombras tristes en los bares de moda, cuando ser
pobres ya no es nada entre las líneas enemigas,
sólo triste, solo y viejo.
Titono queriendo nada más morir
por el deseo errático de Eos.
Esta Arcadia
también se hunde —la primera en
irse a pique fue; tal vez la única
zozobra conocida por mi carne,
Titanic pesado y contradictorio—. Ahora
el Ángel de lo Inmediato no es su
sombra, su Adonai secreto.
Ahí va el crimen escondido en nuestras carnes, su
prosodia a la deriva
chocando con las piedras mínimas costeras
de septiembre.
98
Camilo Brodsky B.
99
Whitechapel
Das
Kapi
t
a
l
Ediciones
se
en
sustenta
la
creencia
de que la base del
circuito editorial son
los
autores
y
lectores
que rodean, circulan y dan
vida al texto. El acto liberador
de la literatura es, para nosotros,
un
ejercicio
debe
democratizador,
apuntar
culturalmente
enriquecer
a
y a la sociedad
sus
actores
en su conjunto.
En la realización
de
participaron Tania
este
libro
Encina, Guillermo
Valenzuela y Camilo
reimpresión
a
que
Brodsky. Con esta
se
completa un tiraje
de 350 ejemplares
en papel bookcell
ahuesado de 80 gr. en interiores y couché de 300 gr. y polipropileno
por tiro en tapas, siendo encuadernado con hot melt. En la composición
de los textos se utilizó una tipografía Bookman Old Style a cuerpo 10.
100
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