tono fayal-brezal, sino en las facies derivadas de la laurisilva, en trámite de incorporación al mismo. Y a dejamos apuntado, en nuestro estudio del bosque de Lauráceas, cuáles eran los rasgos principales del temperamento del acebiño, y vimos allí cómo su representación iba aumentando a medida que iban siendo mayores las altitudes en que dicho bosque aparecía instalado, o que, por cualquier otra causa, la habitación de éste iba haciéndose de condición más fría. Resulta, por tanto, el acebiño elemento esencial del monte-verde, dentro del cual le corresponde caracterizar el tránsito entre los tipos climáticos representados por el bosque de laureles y el de brezos. Queda así bien definida la distribución que naturalmente le corresponde en el Archipiélago, a la cual se ajustan, desde luego, sus manifestaciones actuales; aunque, por la acción destructora ejercida desde antiguo con variable intensidad y arbitraria localización no sean aquéllas en número ni extensión las que debieran, ni respondan en su aspecto y forma a lo que por ley natural podría suponerse. L a s más espléndidas manifestaciones del Ilex canariensis se encuentran actualmente en los dominios perdidos por la laurisilva, en la parte oriental de la isla de L a Palma (Breñas, Sauces, Barlovento) y en el Norte de Tenerife (Silos, Sauzal, Santa Úrsula, Aguirre, etc.). Tanto por su fisonomía como por la conformación de sus órganos, es indudable que nuestro Ilex se encuentra mucho más próximo de los laureles que de las fayas y los brezos, proximidad morfológica que se confirma también en lo relativo a los temperamentos, pues si su relativa tolerancia con el frío parece distanciarle un poco de los Laurus, casi coincide con ellos en cuanto a exigencias de humedad, cediendo el puesto a fayas o brezos cuando ésta se aminora; y conste que hablamos de gradaciones dentro de la zona húmeda, sin mencionar la verdadera sequía, con la que no transigen ninguna de las especies de que nos venimos ocupando. E l género Ilex, principal y casi único de la familia Aquifoliáceas, comprende cerca de 300 especies, en su mayoría propias de los países templados subtropicales, hallándose m u y bien representado en Japón y en América del Sur; entre nosotros es conocido este género casi exclusivamente por la especie / . aquifolium L., acebo europeo, que tiene con el canario una gran afinidad; incluso pensamos podría establecerse cierto paralelismo entre la significación del / . canariensis, como tránsito de la laurisilva a los brezales, y la que corresponde a las acebedas de I. aquifolium del Norte de la Península y Occidente europeo, intermediarias entre el bosque de frondosas (robledales y hayedos) y el matorral de brezos (Calluna, E. arbórea, E. cinerea, etc.). A u n q u e en los párrafos que anteceden hemos mencionado tan sólo al