Partido Fuerza Democrática Propuesta ante el Foro de Concertación Nacional Mesa de Telecomunicaciones El desarrollo de las telecomunicaciones en Costa Rica. Con la aprobación de la Ley No.3226 del 28 de octubre de 1963, en particular con la adición del inciso h) en el artículo 2° y el artículo 21 al Decreto Ley No.449 del 8 de abril de 1949, se faculta al ICE para establecer y operar servicios de telecomunicaciones. A partir de ese momento Costa Rica inicia un proceso de desarrollo de infraestructura y facilidades de comunicación a distancia que le permite posicionarse en pocos años como el país de la América Latina con mejores indicadores en el sector de actividad. Con el desarrollo de las telecomunicaciones, se facilitó el desarrollo de importantes actividades industriales y comerciales. El país contó con medios para comercializar su producción a la distancia. Los primeros pasos hacia la concepción nacional de la aldea global nacieron en las instalaciones del ICE, mediante la recepción y canalización de eventos televisados en vivo que eran captados desde la estación terrena en Tarbaca, permitieron a la ciudadanía observar de primera mano los más importantes acontecimientos de la época. Las comunidades de todo el país ya no estaban incomunicadas, a pesar de que las vías de acceso no permitieran el tránsito de los medios de transporte contemporáneos, las comunidades podían comunicarse mediante la telefonía rural. La Costa Rica de las oportunidades empezó a tomar forma de igualdad, de solidaridad y de desarrollo humano. Las personas de la ciudad y del campo tuvieron acceso a un medio que no hizo diferencias, sea por clase social, religión, color de la piel, ideología, nivel formativo u otro aspecto; todos tuvieron acceso al teléfono y más tarde a mecanismos más sofisticados de comunicación a distancia. Para el caso Costa Rica, la creación del ICE constituyó el adecuado balance entre el interés nacional y la eficacia administrativa. Tal ha sido el éxito alcanzado, que el ICE cumplió a cabalidad con los objetivos planteados tanto en el desarrollo eléctrico (a partir de 1949) como en el desarrollo telefónico (a partir de 1963); éxito reconocido en el ámbito nacional e internacional. Durante sus primeros veinte años de existencia, el Sistema Nacional de Telecomunicaciones (SNT) creció diez veces, y el país se colocó entre los primeros lugares de América Latina en materia telefónica, tanto desde el punto de vista de cobertura como de calidad. Los logros alcanzados han significado para el país una ventaja comparativa importante, desde la perspectiva de la atracción de inversiones, el apoyo al comercio y a los servicios internacionales. Sin embargo, a partir de los años setenta, se empiezan manifestar en el entorno una serie de transformaciones que paulatinamente fueron afectando el balance alcanzado. A mediados de la década de los setenta, el concepto de Estado empieza a ser replanteado, dando lugar a restricciones en el grado de autonomía que hasta entonces gozaba el ICE, aumentando los controles para contener el aumento en las inversiones y el empleo, entre otros aspectos; afectando considerablemente la gestión, toda vez que su mejor desempeño depende del manejo y coordinación eficiente y oportuno de cuantiosos y variados recursos estrechamente relacionados entre sí. Con el inicio de la década de los años ochenta, se inicia una verdadera revolución en la industria mundial de las telecomunicaciones, con la introducción de las computadoras en las redes telefónicas, haciéndolas más flexibles e inteligentes. También se obtienen importantes perfeccionamientos en los medios de transmisión existentes, así como la aparición de nuevos medios más confiables y poderosos, tales como los satélites y las fibras ópticas. La revolución en el campo de la informática y la electrónica, trajo consigo la reducción en los costos de procesamiento de datos, la miniaturización de los componentes, y una necesidad creciente de comunicar los distintos computadoras, llegándose a conformar las ya conocidas redes de computadoras. Estas nuevas demandas en el sector hacen necesario introducir mejoras importantes en el Sistema Nacional Telefónico (SNT). Sin embargo, en 1983, se inicia en el país un debilitamiento de los programas de expansión en telecomunicaciones; como producto de las políticas adoptadas por los gobiernos. A partir de esa fecha y hasta el presente las limitaciones a la inversión del ICE en telecomunicaciones han sido el común denominador, esto a pesar de los esfuerzos que realizan los empleados del ICE por continuar extendiendo los servicios y garantizar la prestación de alta calidad. Las restricciones a la inversión en telecomunicaciones han generado malestar en la población por la demanda insatisfecha de servicios, por la no-introducción de nuevos servicios y facilidades, y en algunos casos por el deterioro en la calidad, como producto de la saturación de las centrales o bien por carencias en el mantenimiento de la infraestructura, entre otros efectos. Algunos ejemplos de las presiones para inhibir la inversión por parte del ICE en telecomunicación son: 1. La entrada en operación del servicio de telefonía celular a través de la empresa Millicom de Costa Rica. Esta empresa inicia sus operaciones en mayo de 1989 mediante un joint venture con la empresa Comcel. En 1992 Millicon tenía alrededor de 3000 subscriptores y para 1993 el número de subscriptores ascendió a 4,500. De conformidad con el pronunciamiento de la Sala Constitucional, la operación de Millicon en Costa Rica contravenía el mandato constitucional sobre los servicios inalámbricos. Luego de que la Sala Constitucional declarara como inconstitucional la operación de Millicom, el ICE asumió el reto de proveerles el servicio a los clientes de la firma competidora; de manera que en el año 1994 se pone en operación la plataforma Plexys, con capacidad inicial para 5000 usuarios, y hoy, sólo cuatro años después, el ICE ha puesto en operación 140.000 líneas celulares, es decir, más de un 3.000 por ciento, aún con las limitaciones que le imponen. 2. Las restricciones impuestas por el Consejo Directivo de la Institución (integrado mediante los mecanismos plasmados en la Ley No.4646 del 20 de octubre de 1970 y la Ley No.5507 del 19 de abril de 1974; ambas Leyes de Integración de las Juntas Directivas y Gerencias de las Instituciones Autónomas, conocidas como Ley de Presidencias Ejecutivas) en cuanto a la prestación por parte del ICE del servicio Internet Comercial. En el ICE desde hace varios años, se ha insistido en la necesidad de que la Institución preste los servicios de INTERNET, sin embargo, ha sido imposible que la Junta Directiva, que responde a los intereses del Poder Ejecutivo, autorice la prestación de ese servicio. Con estas medidas se perjudica al pueblo, al comercio y a la industria, sin embargo existen grandes intereses para que el ICE no lo desarrolle, con lo que se agrava aun más la presión en la opinión pública, para justificar los cambios que tanto interesan al Gobierno. En las circunstancias actuales existe una insatisfacción del cliente porque se limita el aprovechamiento de los servicios de Internet, y el ambiente es propicio para desarrollar una red de mayor capacidad que brinde un acceso de mayor velocidad para los clientes con mayor rendimiento y confiabilidad. A su vez, la red mejorada sería más eficiente y permitiría universalizar el servicio a todos los niveles de la población con grandes economías de escala que bajaría los costos por acceso. 3. Las restricciones al desarrollo de una plataforma de transporte de datos que permita la prestación de servicios multimediales. Financiamiento del modelo de solidaridad social en telecomunicaciones. De conformidad con los estudios realizados por distintas organizaciones alrededor del mundo, la generación de los ingresos por servicios de telecomunicaciones se concentra en el área comercial y alrededor el 20% del total de subscriptores generan el 80% de los ingresos que reciben las compañías prestatarias de los servicios. Por ejemplo, en los E.E.U.U., estudios realizados en repetidas ocasiones determinan que solamente el 0,1% de los clientes comerciales generan prácticamente el 20% de los ingresos de ese mercado. Costa Rica no es la excepción a la regla, y fundamentó su modelo de solidaridad en esquemas de subsidios, donde los sectores que generan mayor rentabilidad apoyan aquellos sectores menos rentables y por lo tanto sujetos a ser deficitarios. Una muestra de lo anterior la expone el Dr. Doyle Gallegos en su Reporte Final al ICE, al señalar: Una revisión de las estadísticas, central por central, revela información sobre las características de las 133 zonas de servicio (centrales). Por ejemplo solo 12 (9%) zonas de servicio residenciales nacionales son rentables. Estas incluyen las siguientes centrales:. Tabla 6 Zonas de Servicio con Contribución Positiva Servicio Residencial Nacional Escazú Rivas de Pérez Zeledón San Ramón de Tres Ríos Curridabat Sarchí Norte Hatillo Pandora Playa Tamarindo San Joaquín de Flores San Antonio de Desamparados El Alto de Guadalupe Santo Domingo de Heredia Después de incluir la contribución de los clientes comerciales y el servicio internacional, 23 (17%) de las zonas de servicio permanecen con pérdidas significativas y de éstas solamente 5 se encuentran en zonas de servicio rural designada. Estas incluyen las siguientes centrales:. Tabla 7 Zonas de Servicio con Contribución Negativa Contribución de Servicios Totales Puriscal Puntarenas Cóbano * Nicoya Liberia Zarcero Jicaral Daytona * Colonia Cariari San José Sur San Pablo de Turrubares * San Miguel de Sarapiquí * Santa Cruz Ciudad Neily Tierra Blanca * Peñas Blancas * Filadelfia San Ignacio Río Frío Tilarán Las Juntas de Abangares Santa Rosa de Cutris Monterrey de San Carlos *: Indica zona de servicio rural También es importante notar de la información detallada por zonas de servicio que aproximadamente el 68% de la contribución del servicio total la brindan 5 zonas de centrales incluyendo San José, San Pedro, San José Oeste, San José Norte y San Antonio. Esta fuerte contribución de ganancias se debe casi enteramente al servicio internacional comercial. Las excepciones son San Pedro y San José Norte donde existe una buena mezcla entre la contribución residencial y la comercial. En general, las zonas de servicio que tienen una alta concentración de tráfico internacional son las más vulnerables a la competencia, y las zonas de servicio con poca o ninguna actividad comercial probablemente continúen siendo de alto costo y requieran algún tipo de subsidio. Cabe entonces preguntarnos, cuál será el verdadero beneficio para la sociedad costarricense de la reforma que el Poder Ejecutivo propone, pues cuando se habla de transformar el actual modelo por otro, debemos suponer, que lo que se pretende es que el resultado de la operación traiga mejores y mayores beneficios a la sociedad. Esto es, Mc = Mp– Ma Donde: Ma = Modelo actual (1) Mp = Modelo propuesto Mc = Mejores condiciones Consideraciones generales. La propuesta planteada por los representantes del Gobierno de la República ante la mesa de concertación establece como objetivo fundamental la apertura del sector de las telecomunicaciones del país; industria que desde 1963 ha sido atendida por el Instituto Costarricense de Electricidad (I.C.E.) en forma encomiable. En términos de la propuesta gubernamental, la apertura consiste en el rompimiento del monopolio estatal administrado por el I.C.E.. Entre los argumentos expuestos por la representación del Gobierno para sustentar el rompimiento del monopolio, se encuentra la "imposibilidad financiera" que enfrenta el I.C.E. y el país en general para atender el desarrollo de infraestructura y de servicios de telecomunicaciones que se requieren en la actualidad y que se incrementan cada vez más de cara al futuro. Algunas estimaciones señalan que la inversión que requiere el país en los próximos siete años (1998-2004) asciende a la suma de cuatrocientos mil millones de colones, más aún, de conformidad con las proyecciones que el mismo I.C.E. ha realizado, la estimación real es de cuatrocientos sesenta mil millones de colones, tal y como se puede apreciar en el Anexo 2.C titulado Resumen de la Inversión en Telecomunicaciones. Entre las informaciones presentadas oficialmente por el I.C.E. se desprende que esa Institución estaría percibiendo ingresos del orden de un billón ochenta mil millones de colones, recaudación proyectada para el mismo período de la inversión. Como resultado de los datos consignados, se proyecta una diferencia positiva de quinientos veinte mil millones de colones como producto de la ecuación ingresos proyectados menos inversiones proyectadas y gastos de operación y mantenimiento. En otras palabras, realizando una revisión a las cifras oficiales presentadas por el propio I.C.E. y adjunta en los anexos, la resultante de Ma (modelo actual) tiende a ser positiva en términos del beneficio, pero a la vez importante en términos de los recursos obtenibles. De manera que: Ma = Yp – (Ip + Gp) 520,000,000,000.00 = 1,080,000,000,000.00 - 560,000,000,000.00 Donde: Ma = Modelo actual (2) Ip = Inversión proyectada, para los próximos siete años. Gp = Gastos generales de administración y mantenimiento, para los próximos siete años. Yp = Ingresos proyectados para los próximos siete años Si observamos la información contenida en el Anexo 2.D, se infiere con claridad lo siguiente: i. El I.C.E. tiene capacidad financiera autosostenible para desarrollar los servicios de telecomunicaciones que el país demanda en el presente y en el futuro. ii. No existen problemas financieros, ni tecnológicos para eliminar la demanda pendiente, y más bien son los aspectos de orden político y estructural del Gobierno los que están obstruyendo el desarrollo en esta actividad, así como restando competitividad al país al impedir al I.C.E. resolver este problema. iii. El negocio de las telecomunicaciones es claramente rentable para el país, rentabilidad que se expresa en los 520 mil millones de colones de remanentes después de restar la inversión y los gastos generales de operación y mantenimiento requeridos en un período de 7 años, como se mencionó anteriormente. Esto es más de la mitad de la deuda interna actual del país. De conformidad con lo ya expuesto, Fuerza Democrática llama a la reflexión a la mesa de concertación y a los costarricenses en general para que valoren profundamente y conscientemente, cuál es la verdadera realidad. Los costarricenses debemos cuestionar cuales son los intereses verdaderos de quienes promocionan apasionadamente la apertura del mercado nacional de las telecomunicaciones, quiénes saldrán ganadores y quiénes pagarán la factura. Ante este panorama, nos preguntamos, ¿no serán éstas ganancias astronómicas las que desvelan y motivan a quienes defienden a ultranza esta posición de apertura improvisada?, ¿No serán estos intereses los suficientemente fuertes como para diseñar y financiar campañas difamatorias millonarias en favor de la tesis liberal de apertura?, ¿Les interesa a los representantes de esos intereses el costo para el país de desprestigiar a la mejor Institución Pública que tenemos, y con ello perjudicar a la gran mayoría de ciudadanos?. Compañeros de la mesa de telecomunicaciones, los que atendimos el llamado del señor Presidente de la República para reunirnos y discutir responsablemente los temas nacionales, en este caso el de las telecomunicaciones, hemos sido testigos de cómo los representantes gubernamentales han traído a este foro informaciones tergiversadas y desactualizadas sobre lo que está pasando en la industria de las telecomunicaciones en el mundo y en el país, siempre con el fin único de justificar la apertura. Se han traído expertos aduciendo que representan organismos internacionales especializados, también con el propósito de brindar valoraciones positivas a la apertura, y hemos constatado que las intervenciones de los llamados expertos obedecen a sus apreciaciones personales y no a las recomendaciones de los organismos que dicen representar. En síntesis, no erramos al manifestar con vehemencia que la propuesta del Gobierno es poco clara, no es integral, está mal sustentada, y no recoge el sentimiento nacional de propiciar soluciones con fórmulas hechas en casa; más por el contrario tiende a imitar lo que otros países realizaron ya hace varios años, sin informarle a esta mesa sobre los resultados en la ecuación social que hoy evidencian. La estrategia evidente del Gobierno pareciera ser la de convencer al pueblo costarricense de las bondades de aceptar el nuevo modelo privatizador. Esto nos hace meditar sobre el papel que estamos realizando en la mesa y si los alcances o resultados positivos, que a no dudar saldrán de la misma, serán respetados por el Gobierno si no es acogida su propuesta, dados los compromisos adquiridos directamente por el Presidente de la República ante foros nacionales e internacionales El movimiento Fuerza Democrática desea manifestar claramente su rechazo a la utilización burda y gastada de aspectos tales como las tendencias mundiales, la globalización, la apertura de los mercados, las bondades de la competencia, la deuda interna, la venta de activos, la disminución del papel del Estado, etc., etc., etc. Son conceptos que algunos han sacado de libros y revistas extranjeras y no tienen ni idea de lo que esto significa, y mucho menos son capaces de hacer análisis profundos para intentar demostrar los beneficios o perjuicios que la aplicación de esos modelos traerían a nuestro país. Son siempre los dogmáticos y los ilusos los que andan hablando de estas cosas, sin conocimiento de causa. Por lo tanto, rechazamos la propuesta presentada a la fecha por los representantes del Gobierno, la cual se rige por los ejes ideológicos ya citados y que de ninguna forma compartimos. Entre otras razones, por el impacto negativo que con seguridad produciría en la sociedad costarricense, y en uno de los baluartes más importantes que nuestro modelo de desarrollo nacional ha construido, sustentado en la solidaridad social, que es el ICE. La propuesta gubernamental atenta contra los sectores más desposeídos de nuestra sociedad. La propuesta del Ejecutivo no garantiza un mejor escenario para el país, del que ya tenemos. El escepticismo aquí planteado por los diferentes actores, es compartido por Fuerza Democrática. Sin embargo, por la responsabilidad que asumimos con el país, y en particular al participar en este foro, no podemos quedarnos solamente en la crítica, asumimos el reto de aportar nuestros criterios, convencidos de que la propuesta que a continuación realizamos será un aporte valioso a la discusión. El objetivo de la misma es el de coadyuvar en la búsqueda de una propuesta alternativa a la del gobierno, que sí logre la aprobación, si no de todos, de la mayoría. Con el mayor interés de beneficiar a la sociedad costarricense a quienes pretendemos representar dignamente, procedemos a exponer nuestra propuesta. Propuesta del Movimiento Fuerza Democrática Principios básicos de cualquier proceso orientado a reformar el sector de las telecomunicaciones. 1. Insertar al país, pero de manera inteligente, en el proceso de globalización económica. 2. Dar participación a la iniciativa privada en la actividad nacional de las telecomunicaciones como mecanismo de apoyo para alcanzar el mejor y mayor desarrollo de este tipo de servicios. 3. Facilitar el acceso de la población a las posibilidades de la comunicación multimedia, favoreciendo la educación y desarrollo de la población en temas propios de la globalización. 4. Efectuar el proceso de transformación por etapas programadas, en donde al final de cada una se realice una minuciosa evaluación de los logros alcanzados. 5. Declarar una etapa de transición efectiva de seis años en el proceso, en concordancia con la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio de las Américas (ALCA). De manera que las etapas a cumplir serían: I. Autonomía y fortalecimiento del ICE, mediante la promulgación de una ley especial. II. Ejecución del plan de expansión que el I.C.E. ha formulado para el periodo 1998-2005. III. Rebalanceo gradual de las tarifas. IV. Integración y preparación del Ente Regulador de las Telecomunicaciones. V. Reordenamiento del Espectro Radioeléctrico y establecimiento de los principales reglamentos (Régimen de los servicios _en competencia o no competencia_, Interconexión, ...). VI. Implantación y evaluación de los esquemas aplicados por el I.C.E. en materia de financiamiento y emprendimiento conjunto. VII. Evaluación de las metas alcanzadas. VIII. Apertura de los Servicios de Valor Agregado. Algunas otras consideraciones de importancia son: A. Situación del I.C.E. ante las transformaciones en la industria mundial. En el caso particular del ICE, todo su pasado y lo existente fue creado para operar en un ambiente externo de monopolio, cerrado, quizá no muy exigente, y en condiciones de un entorno económico individualizado sin grandes vínculos con el resto del mundo, razón por la cual no se puede pretender que su rendimiento y desarrollo futuro sea igualmente bueno en un entorno totalmente diferente para el que fue creado. Por esta razón el ICE y sus empresas requieren de un cambio radical para adaptarlo a las nuevas circunstancias del entorno, con el propósito de que no solamente puedan sobrevivir en este nuevo contexto, más exigente y competitivo, sino que, además, puedan desarrollarse hacia el futuro con éxito. Las presiones competitivas también alimentan la ambición global. Las telecomunicaciones son ya una de las más grandes industrias en el mundo. Para 1998, se obtendrá US$1 trillón en rentas por el servicio y ventas de equipo. Su llegada a la cumbre de la mesa de las industrias globales fue confirmada en febrero de 1997, cuando las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC: sucesor del GATT- Acuerdo General sobre Tarifas y Aranceles), alrededor del tema de servicios básicos de Telecomunicaciones, concluyó satisfactoriamente. Las inversiones que cruzan las fronteras y el establecimiento de sociedades se multiplican en la medida en que nuevos entrantes toman liderazgo sobre mercados establecidos. Empresas que juegan un papel de liderazgo en la mayoría de los mercados establecidos en el mundo, tales como BT y Cable & Wireless de Inglaterra, Telefónica de España y NTT de Japón, están forjando nuevas alianzas que cruzan las fronteras para incrementar su competitividad y para preservar sus rentas contra la amenaza de nuevos entrantes en sus propios mercados casa. Telefónica anunció en marzo, que estaba formando una sociedad con dos grandes proveedores de servicios que están en el proceso de fusión –WorldCom y MCI, para entrar en nuevos mercados de Telecomunicaciones en América y Europa. Esto sigue al acuerdo que Telefónica alcanzó con MCI hace un año con la finalidad de establecer joint ventures en América Latina. Por otra parte, la sociedad de WorldCom, Telefónica y MCI representa una nueva era de competencia en comunicaciones en Europa y América. Las dos regiones contabilizan el 70% del mercado de las telecomunicaciones globales y está crecientemente abierto a la competencia. En América del Sur, Telefónica Internacional cuenta con una participación accionaria sustancial en empresas de telecomunicaciones de Argentina, Chile, Perú, Venezuela, Puerto Rico y Rumania. Ante estas realidades, resulta necesario dotar al I.C.E. de un nuevo marco legal y operacional compatible con las exigencias del entorno tanto actual como futuro, toda vez que los mercados nacionales o internacionales en los que se desenvuelve el I.C.E. _electricidad y telecomunicaciones_ constituyen elementos básicos de la competitividad de nuestro país; y los adelantos y cambios que se están dando en el mundo nos están poniendo en una situación desfavorable. Debemos entender que los sectores que surjan de las nuevas oportunidades que el país aún no tiene, pero que si se dota de las capacidades nacionales los tendrá, son altamente dependientes de la electricidad y las telecomunicaciones en aspectos como, alta calidad, tarifas competitivas en relación con otros países, y tiempos de entrega de los servicios oportunos y seguros. Las exigencias del mundo de hoy con relación con el pasado reciente han venido cambiando, y sin embargo la legislación en Costa Rica no cambia a la misma velocidad, lo que crea una situación de dependencia y entrabamiento, debido fundamentalmente a las transformaciones que se dan más rápido en otros países, a los procesos de globalización en el ámbito internacional, al mayor acercamiento y interacción entre los países y a la gran velocidad que se da al proceso de la explosión tecnológica. La transformación institucional de I.C.E. no se va a lograr de la noche a la mañana. En consecuencia, se necesita de un plazo razonable para el cambio, que le permita a la institución replantearse su manera de actuar en un entorno diferente al que le precedió. Aspectos relacionados con el I.C.E. que deberá contemplar la etapa de transición: Un verdadero e inmediato fortalecimiento del I.C.E. por medio de la aprobación de una Ley que le asegure lo siguiente: 1- Recuperar su autonomía política, de gobierno, administrativa, financiera y de inversión. 2- La eliminación de la dominación del Poder Ejecutivo y bipartidista de la Junta Directiva y de las principales decisiones de la empresa. 3- Democratización de la Junta Directiva mediante la participación de diferentes actores de la sociedad: los usuarios residenciales, los usuarios comerciales e industriales, los trabajadores del ICE, y el Gobierno, de manera que logre un mejor y mayor equilibrio de fuerzas y una más sana gestión. 4- Liberación de los controles que ejercen diferentes leyes e instituciones, y que le impiden desarrollar con eficiencia y oportunidad los objetivos que la sociedad le ha encomendado. 5- Planes empresariales y de negocios que obedezcan a estudios técnicos y profesionales. 6- La subscripción de convenios de entendimiento entre el I.C.E. y el Gobierno de manera no se afecten los planes de desarrollo y el Gobierno pueda exigir metas claras y responsables del cumplimiento de los planes. 7- El modelo de solidaridad social entre las actividades más rentables y las menos rentables, entre los sectores de mayores ingresos y los de menores ingresos, entre las personas física y mentalmente sanas y los discapacitados. De manera que el acceso universal a los servicios y a las oportunidades sea una realidad y no solamente una expectativa. 8- Facultades irrestrictas para proveer y promover servicios de infocomunicaciones en el presente y en el futuro. 9- Libertad para celebrar alianzas estratégicas y contratos de asociación empresarial, bajo la tutela de los mecanismos que la reglamentación de la Ley considere convenientes. 10- Que se mantengan los criterios de solidaridad social en los servicios que brinda. 11- Libertad para competir en mercados internacionales. B. Rebalanceo Tarifario Un requisito fundamental para poder entrar en un mercado competitivo es el rebalanceo tarifario. Por el modelo de desarrollo que Costa Rica escogió en el pasado, se ha establecido un sistema tarifario de subsidios cruzados, en donde un tipo de servicios financia o contribuye a sostener tarifas más bajas en otros servicios, de manera que, por ejemplo "la telefonía internacional" contribuye con "la telefonía nacional". Bajo el régimen de monopolio anterior, generalmente se establecían acuerdos bilaterales sobre un precio para manejar una llamada del otro y dividir el costo a la mitad. En muchos casos, ni siquiera hubo necesidad de cambiar de manos cantidades significativas de dinero, ya que el tráfico entre ambos países era balanceado. Generalmente los operadores cargaban a la llamada internacional una tasa alta debido a que en el pasado, su capacidad de red a destinos foráneos había sido relativamente limitada, a negocios más que a individuos, a pesar del precio. De hecho las rentas de las llamadas internacionales subsidiaron a las llamadas locales a favor de la población general, (que a su vez es a la que recurren los políticos para pedirles su voto) pagando menos o casi nada por ello. Sin embargo, durante 1980 la situación comenzó a cambiar. Algunos mercados y países comenzaron a desregular, algunos operadores públicos comenzaron a privatizar y a balancear el tráfico entre ambas rutas, de modo que el tráfico llegó a ser crecientemente desbalanceado debido a factores tales como el servicio de callback y precios altamente competitivos de algunos operadores, particularmente en Estados Unidos. Reconociendo los cambios fundamentales que se presentaron en el ambiente de las telecomunicaciones, la UIT comenzó a promover un cambio basado en tasas contables orientadas al costo. Debido a ello y a la competencia emergente, se debe iniciar un proceso de rebalanceo tarifario, en forma gradual para aminorar el impacto, sobre todo, que este tendría para las familias costarricenses, que irremediablemente se verían forzadas a ajustar sus presupuestos para las erogaciones que implicaría el servicio de telecomunicaciones. Según estudios en nuestro poder, ningún país en el mundo ha intentado rebalancear las tarifas inmediatamente. La mayoría de los países, excepto Bolivia, han optado por períodos de rebalanceo de 5 a 6 años. Bolivia es una excepción porque la "Agencia Reguladora" ha establecido topes de precios asumiendo un rebalanceo inmediato de tarifas y autorizando el mismo. (Doyle Gallegos, Proyecto de Consultoría Financiera en Telecomunicaciones, preparado para el I.C.E). C. Creación de un Ente Regulador de Telecomunicaciones (E.R.T.). Otro de los elementos importantes para una apertura del mercado de telecomunicaciones, es la necesaria creación de un ente regulador, por cuanto, uno de los graves problemas del país en este campo, es la multiplicidad de entidades o dependencias que tienen asignadas tareas de regulación en el sector de telecomunicaciones. El Ente Regulador necesita de tiempo para conformarse y prepararse para la actividad de regulación. En virtud de la naturaleza de la actividad industrial de las telecomunicaciones, de su impacto en el desarrollo de capacidades nacionales para acceder al mundo globalizado y de su trascendental papel en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria en cuanto a posibilidades, el Movimiento Fuerza Democrática considera indispensable la institución de un Ente Regulador de las Telecomunicaciones (ERT). El ERT deberá ser autosostenible financieramente, de manera que podrá cobrar un cargo periódico por uso del espectro radioeléctrico y participación en la actividad. Los fondos recaudados por concepto de concesionamiento para la operación de servicios alámbricos o inalámbricos, serán destinados de conformidad con la siguiente distribución: a) Un 60% para apoyar los programas de servicio universal. b) Un 20% para la caja única del Estado. c) Un 20% para estimular la investigación nacional y la transferencia tecnológica en el sector de las telecomunicaciones. Los ingresos que se perciban para apoyar el servicio universal deberán ingresar a un Fondo para ese fin que será resguardado por uno de los Bancos Estatales y administrado de conformidad con lo que se apruebe en el Plan Nacional de Desarrollo de las Telecomunicaciones. El imperativo del ERT será que todos los habitantes del país tengan libre e igualitario acceso a las telecomunicaciones. En la clasificación de los servicios de telecomunicaciones deberán considerarse expresamente los servicios públicos, como aquellos destinados a satisfacer las necesidades de comunicación a distancia de la comunidad en general, y éstos deberán estar diseñados para interconectarse entre sí. Administración del Espectro Radioeléctrico En virtud de que el espectro radioeléctrico es un recurso no renovable y su aprovechamiento y explotación son del dominio del Estado, éste tiene la responsabilidad de procurar explotarlo por sí mismo o por medio de los órganos o entes que dependan de él, sin perjuicio de las concesiones que otorgue de conformidad con lo establecido en la Constitución Política. Será responsabilidad del ERT, establecer un Plan Nacional de Atribución de Frecuencias del Espectro Radioeléctrico el cual deberá ser congruente con las atribuciones que señale la UIT para la Región América. De esta manera, el espectro radioeléctrico deberá clasificarse conforme se detalla a continuación: Espectro de uso libre. Espectro de uso oficial. Espectro de uso regulado. Espectro de uso no atribuido. Espectro de uso reservado. El espectro atribuido al I.C.E. no podrá ser reatribuido a otros operadores. Así mismo, las bandas de frecuencias empleadas para el transporte de información en virtud de sus características físicas se considerarán primariamente atribuidas al I.C.E., en su calidad de proveedor nacional de red. Interconexión Entre los retos que deben enfrentar los operadores de telecomunicaciones, de cara a la sociedad global de la información (SGI), se encuentra el permitir el acceso a la población a la amplia gama de servicios de voz, datos e imágenes que circulan por las llamadas "autopistas de la información". Estas autopistas de información hacen referencia a un universo de redes interconectadas entre sí, que obliga a los operadores a trabajar en cooperación con otros operadores y con los proveedores de servicios, para responder a las nuevas necesidades del mercado. La interconexión hace aumentar la capacidad de las redes, y facilita a mayor número de usuarios el acceso a un mayor número de servicios. Por otra parte, la apertura de los mercados de servicios de telecomunicaciones, obliga a compatibilizar la posición de los operadores tradicionales con el interés público y a los operadores existentes con los nuevos entrantes, de manera que todos tengan derecho en condiciones de igualdad, sin sufrir abusos de posición dominante. La interoperabilidad de las redes constituye uno de los pilares básicos en los que se fundamenta el libre mercado globalizado. Puede entonces definirse el contrato de interconexión de redes de telecomunicación como aquel en virtud del cual los titulares de las redes acuerdan el enlace de las mismas mediante mecanismos físicos y lógicos o de software, con el fin de facilitar las comunicaciones entre los usuarios de los servicios que se prestan a través de dichas redes. Esto genera unos pagos por cargo del usuario final que se reparten como ingresos entre las partes. El contrato de interconexión es bilateral aunque pueden haber varios interconectantes. A pesar de que por lo general se celebra entre entidades privadas, no deja de ser necesario someterlo a la intervención pública por las siguientes razones: Protección de la parte más débil del contrato, evitando un desequilibrio entre los contratantes. Protección de la operación y explotación de las redes, mediante el cumplimiento de especificaciones técnicas que salvaguarden la integridad y seguridad de las redes. En virtud de que el I.C.E. representa al operador dominante en la actualidad, es importante que en los criterios de interconexión prevalezca el espíritu de no afectar las redes del S.N.T., permitiendo que durante el periodo de transición se realicen las inversiones en infraestructura de red que posibiliten entre otras cosas, diferentes puntos de interconexión, manejo de múltiples protocolos, múltiples velocidades, y diferentes plataformas. De esta forma, la etapa de transición deberá garantizar en materia de regulación lo siguiente: A) La creación del Ente Regulador de las Telecomunicaciones (E.R.T.), como un organismo regulador especializado que entre sus principales funciones debe: 1- Suscribir contratos de concesión y enmendarlos dentro del marco de la ley. 2- Controlar y coordinar el uso del espectro radioeléctrico, así como controlar los equipos y medios a través de los cuales se realizan las emisiones. Asimismo, deberá regular el uso de las frecuencias y protegerlas contra cualquier interferencia dañina. 3- Requerir la información necesaria para el cumplimiento de sus funciones a las personas individuales o colectivas que provean servicios de telecomunicaciones. 4- Elaborar y mantener los planes técnicos fundamentales definidos por la UIT. 5- Administrar los recursos asignados en su presupuesto. 6- Aprobar los modelos de contratos de adhesión entre el proveedor de servicios y los usuarios, de conformidad con el reglamento que deberá redactarse al respecto. 7- Disponer el uso de normas contables para la aplicación de los servicios que se declaren como básicos (en el marco del servicio universal), y ordenar a los proveedores de dichos servicios la separación contable y administrativa de los diferentes servicios prestados. 8- Identificar los servicios que se consideran en régimen de competencia y aquellos que no se consideran en régimen de competencia, mediante los criterios establecidos en un reglamento. A los servicios que se declaren en régimen de no-competencia se les deberá fijar una tarifa tope de conformidad con una canasta determinada de servicios. Los servicios declarados en régimen de competencia no estarán sujetos a regulación, excepto por que se presenten comportamientos que atenten contra la libre competencia y el acceso universal a los servicios. 9- Autorizar las transferencias, cesiones, arrendamientos o cualquier acto de disposición de una concesión o licencia. 10- Regular las condiciones del mercado para garantizar el mejor desarrollo del sector para la sociedad. 11- Autofinanciarse mediante el cobro por los servicios que presta a las empresas que participan en el sector de actividad. 12- Representar al país ante los organismos internacionales de telecomunicaciones. 13- Participar en la definición del Plan Nacional de Desarrollo de las Infocomunicaciones, y evaluar su cumplimiento. 14- Regular los servicios de telecomunicaciones que se presten en el país, independientemente de la propiedad del prestatario, sea público o privado, nacional o extranjero, masivo o focalizado. Para el caso de los servicios que estén en régimen de competencia, deberá asumir una posición de desregulación sin que ello le impida monitorear las condiciones y actuar en caso de que éstas no garanticen una competencia efectiva y sustentable. 15- Dirimir aquellos conflictos que se susciten entre operadores, y entre clientes y operadores, en los que los involucrados le soliciten su intervención. 16- Definir las normas de interconexión de redes, equipos y sistemas. 17- Homologar los estándares de los equipos que se requieran para la prestación de los servicios. 18- Proponer las normas de adecuación a los actores en el sector, de manera que lo que prive sea el interés nacional y no el particular. El E.R.T. deberá ser un ente técnico regido por el espíritu del mejor bienestar de la mayoría, de tal forma que: a-) Su Junta Directiva deberá estar integrada en forma equilibrada por representantes de los distintos actores de la sociedad y del sector: usuarios, operadores, gobierno, de manera que mediante su democratización logre alcanzar la más adecuada y sana gestión. b-) Su personal reúna a cabalidad las competencias necesarias para atender las responsabilidades que se le encomienden. c-) Los recursos financieros que requiere para su operación y desarrollo no provengan del presupuesto nacional, evitando así incrementar el tan "cuestionado" gasto público; y más bien, tenga capacidad de autogeneración de recursos. d-) Durante el plazo de la etapa de transición, se realice el reclutamiento de los técnicos y profesionales necesarios, se preparen los lineamientos que deberán atender los distintos actores, se evalúe y plantee la evolución de la actividad en el país, sea que se otorguen nuevas concesiones, se reorganicen los concesionamientos y permisos existentes, se negocien las adecuaciones, se evalúe el estado de la calidad y seguridad de los sistemas, entre otras tareas. En Fuerza Democrática creemos que la organización de una instancia de regulación como la que proponemos, debe tener su tiempo para madurar antes de enfrentar exigencias que en un inicio no puede atender. B) El concesionamiento de los derechos de operación de servicios será por plazos definidos, y los mismos deberán efectuarse mediante los mecanismos establecidos en la Ley de Contratación Administrativa, (mediante concursos públicos), de manera que el derecho de operación por plazo definido reditúe con ingresos sanos las finanzas públicas del país, y de esa manera se apoye el servicio universal. Escenarios para la transformación del sector de las telecomunicaciones. Al considerar los aspectos ya citados, el Movimiento Fuerza Democrática ha modelado distintos escenarios de evolución propuestos por los diferentes actores. De la gama de opciones pueden seleccionarse los tres más representativos. Entre los escenarios presentados, Fuerza Democrática propone el Modelo de Evolución para la Industria de Telecomunicaciones de Costa Rica que a continuación se describirá como "Escenario B: Concertación Nacional en Telecomunicaciones". Escenario A: Apertura inmediata y total. Este escenario es el propuesto por los sectores que representan los intereses de quienes pretenden ingresar al negocio de los servicios de telecomunicaciones, expectativa que reúne a las grandes transnacionales y que se manifiesta a través de CINDE, entidad en la que lastimosamente el Gobierno de la República se ha apoyado en su totalidad. Como se muestra en la Figura No.1, esta alternativa presupone una flexibilización tímida o nula del ICE, acompañada de una liberalización total del mercado para ofertarlo al sector privado. Fuerza Democrática percibe con asombro y con mucha preocupación los esfuerzos gubernamentales por llevar a cabo esta opción que sólo favorecería los intereses económicos de unos pocos. Esta preocupación se deriva de la certeza de que el pueblo costarricense rechazaría decididamente tales intentos, lo que produciría una fuerte polarización que podría, inclusive, atentar contra la estabilidad de nuestro sistema democrático. En el menor de los casos, Fuerza Democrática percibe con claridad que esta opción no tiene viabilidad política alguna. Este escenario de apertura inmediata conllevaría múltiples consecuencias funestas. Entre ellas, las más críticas serían: 1. La entronización de monopolios u oligopolios privados inmanejables para el Estado. 2. El debilitamiento acelerado del ICE, y con ello, el deterioro o desaparición de lo que nos queda del modelo preexistente de desarrollo con sentido social. 3. La aceleración de drásticos rebalanceos tarifarios en los servicios básicos de telecomunicaciones. 4. Los desbalances macroeconómicos para el gobierno, dado el cese de ingresos generados por el ICE.