VOTO CONCURRENTE QUE FORMULA EL MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ EN RELACIÓN CON EL AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 992/2014 En la sesión celebrada el doce de noviembre de dos mil catorce, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió el amparo directo en revisión 992/2014, promovido en contra de la sentencia dictada por el Décimo Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, que le negó el amparo a los quejosos. Por mayoría de cuatro votos, esta Primera Sala resolvió revocar la sentencia recurrida y protegió a quienes solicitaron el amparo. Decisión que compartí, a pesar de que expresé que disentía de algunas de sus consideraciones. En el presente amparo directo en revisión, esta Primera Sala se pronunció en relación con los parámetros que los jueces civiles deben observar en los juicios por daño moral en aquellos casos en donde exista tensión entre el principio de no discriminación y la libertad de contratación. En el asunto particular, varias personas demandaron indemnización por daño moral a una empresa que hizo ofertas públicas de empleo, consideradas discriminatorias por los actores porque establecían como requisito para la contratación que los interesados se encontraran en un determinado rango de edad. La Primera Sala acogió el reclamo de los quejosos, declaró discriminatorias las ofertas de empleo y ordenó la implementación de diversas medidas de reparación. Presento este voto concurrente porque, como adelanté, no coincido con algunas de las cuestiones planteadas en la sentencia, AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 992/2014 VOTO CONCURRENTE particularmente lo relativo a la exposición general de las posibles consecuencias o “efectos” de los actos discriminatorios impugnados, pues me parece que cae en el terreno hipotético sin aterrizar en el juicio natural, la procedencia de medidas de reparación sin el reconocimiento de la existencia de un daño, y finalmente, el referente normativo aplicable para efectos de reparar violaciones a derechos humanos. Para justificar mi disenso, en primer lugar haré alusión a los hechos del caso, luego abordaré las consideraciones de la mayoría y por último expondré mi posición. Los hechos del caso Con motivo de la selección del personal, una persona moral, cuyo objeto social consiste en la administración y operación de establecimientos de la industria restaurantera, publicó, en diversos días de agosto de dos mil siete, sendas convocatorias en el Periódico Reforma, mediante las cuales se ofrecían un puesto de recepcionista y otro de analista contable. La oferente estableció ciertos requisitos que debían cumplir quienes estuvieran interesados en competir por los mismos. Para el caso del empleo de recepcionista, el texto señalaba que las personas interesadas debían contar con la preparatoria o con una carrera técnica, tener entre 18 y 25 años edad, ser del sexo femenino, tener la experiencia de haberse desempeñado un año como recepcionista o en relaciones públicas y contar una excelente presentación, lo que implicaba tener una estatura de 1.60, ser de talla 30 y tener libertad de horario. Por lo que al puesto de analista contable se refiere, quienes estuvieran interesados debían acreditar haber cursado la carrera técnica en contabilidad o contar con la carrera trunca de licenciado en 2 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 992/2014 VOTO CONCURRENTE contaduría pública o ser titulado de la misma, tener una edad de entre 25 y 40 años, así como cumplir con un año de experiencia en contabilidad general y tener disponibilidad de horario. En septiembre de dos mil siete, la misma persona moral publicó otra convocatoria en el Periódico Reforma, en la que ofrecía el puesto de promotor de eventos para un restaurante de su propia cadena. Dicha oferta, al igual que las anteriores, contemplaba diversos requisitos que las personas interesadas en ocupar la plaza debían cubrir: ser mujer joven y alegre, vinculada a las relaciones públicas, a las ventas y a la organización de banquetes, contar con buena presentación, que le agradara el medio restaurantero, tener una edad entre 18 y 35 años. El puesto ofrecido era temporal. Con motivo de las convocatorias referidas, tres personas, que dijeron tener respectivamente 54, 42 y 40 años, presentaron demandas por daño moral en contra de la persona moral oferente, pues consideraron que las ofertas de empleo resultaban discriminatorias por contener una distinción basada en la edad que afectaba directamente sus sentimientos y afectos. Las convocatorias impugnadas fueron la de recepcionista –publicada en diversos días– y la de promotor de eventos. Asimismo, dos personas morales, que alegaron tener como objeto social combatir la discriminación, también presentaron demandas por daño moral contra la empresa oferente. Expusieron que las convocatorias dañaban su reputación, pues otras personas podrían pensar que no eran capaces de cumplir con su objeto social. El juez que conoció de las demandas en primera instancia dictó sentencia en el sentido de que los actores no acreditaron su acción. Expuso que no existió un hecho ilícito por la mera publicación de las 3 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 992/2014 VOTO CONCURRENTE ofertas y, por ende, no se acreditó la generación de algún tipo de daño. En contra de esta resolución, los actores presentaron el recurso de apelación. El órgano de segunda instancia falló en el sentido de confirmar la sentencia de primer grado. En contra de esta sentencia, los actores promovieron juicio de amparo. En su demanda de amparo, los quejosos alegaron, en síntesis, que contrario a lo expuesto por la Sala, en el caso existió una violación al artículo 1º constitucional con motivo de una exclusión laboral discriminatoria basada solamente en la edad de las personas. Adujeron que se actualizaron todos los elementos de la acción por daño moral, pues la convocatoria discriminatoria constituía el hecho ilícito, la cual por sí sola afectó sus sentimientos, afectos y reputación. Alegaron que no era necesario acreditar que habían cumplido con el resto de los requisitos de la convocatoria, pues el principio de no discriminación se violó con la exclusión injustificada. Afirmaron, además, que la autoridad responsable pasó por alto que los Estados están obligados a erradicar cualquier tipo de discriminación. El Tribunal Colegiado que conoció del juicio de amparo dictó sentencia en el sentido de negar la protección de la justicia federal. Argumentó, en síntesis, que la discriminación en el acceso a un empleo se dará cuando exista un trato desigual injustificado de manera específica, esto es, en aquellos casos en los que dentro del conjunto de personas aptas para el desempeño de determinada labor, el motivo de la exclusión no incide en las aptitudes ni en la calificación necesaria para tal desempeño. Adujo que los quejosos debieron acudir a solicitar el empleo para acreditar el resto de los requisitos fijados en el anuncio, por lo que al no haberlo hecho no podían estimarse excluidos por una causa discriminatoria. 4 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 992/2014 VOTO CONCURRENTE Inconformes con la sentencia del Tribunal Colegiado, los quejosos interpusieron el recurso de revisión. Expusieron, en síntesis, que limitar el acceso de las personas a un empleo por razón de la edad era discriminatorio y que sólo debía acreditarse este hecho para configurar el daño moral. Manifestaron que la libertad de contratación tiene límites, como no discriminar, y que esto no sólo se dirige hacia las autoridades sino también a los individuos. Alegaron que las convocatorias afectaban sus derechos y que el tribunal colegiado no atendió a lo más favorable para las personas en su caso. Asimismo, afirmaron que para exigir reparación, no debían aplicar para el empleo y cumplir con el resto de los requisitos, pues esto implicaría rogar o denigrarse frente a un empleador que realiza prácticas discriminatorias, lo cual es contrario a la dignidad. Consideraciones de la sentencia La Primera Sala de la Suprema Corte consideró fundado el reclamo de los quejosos, revocó la sentencia y otorgó el amparo. Esencialmente, en la resolución se sostuvo la eficacia horizontal de los derechos fundamentales, reconociendo que en relación a la prohibición de no discriminar deben tomarse en cuenta tres factores: i) la presencia de una relación asimétrica, ii) la repercusión social de la discriminación y iii) la posible afectación al núcleo esencial de la dignidad de la persona discriminada. Toda vez que existe una relación asimétrica entre los empresarios y los trabajadores, en la fase de selección de personal debe observarse particularmente el respeto a los derechos humanos. Específicamente en relación a la edad, en la sentencia se expuso que la variabilidad de las capacidades laborales deberían medirse mediante pruebas individuales de aptitud y no 5 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 992/2014 VOTO CONCURRENTE basarse solamente en prejuicios y generalizaciones que carecen de fundamento en la realidad. A partir de lo anterior, la Primera Sala determinó la necesidad de realizar un juicio de razonabilidad en los casos en los que se alegue la existencia de discriminación por razón de la edad. Así, la diferencia de trato debe ser razonable. Por tales motivos, resolvió que la diferencia de trato puede estar justificada cuando la edad, debido a la naturaleza de la actividad profesional concreta o al contexto en que se lleve a cabo, constituya un requisito profesional esencial y determinante en el puesto de trabajo, siempre y cuando el objetivo sea legítimo y el requisito sea proporcional. Por otro lado, la Primera Sala consideró, a partir de casos precedentes resueltos por este Alto Tribunal, que para el análisis del acto señalado como discriminatorio no es relevante si los quejosos en cuestión solicitaron o no el puesto de trabajo, toda vez que la fase previa a la contratación no está exenta de control bajo el argumento de que la relación laboral no se ha materializado en sentido estricto al no haberse plasmado la aceptación de las condiciones en el contrato de trabajo. Así, expuso que la fase de reclutamiento y selección incluye todos los procedimientos que permiten captar a las personas potencialmente adecuadas para desempeñar un puesto de trabajo, que pueden ir desde las ofertas que se hacen públicas en los medios de comunicación –como ocurrió en el presente asunto– hasta aquellas que se llevan a cabo al interior de la empresa o lugar de trabajo. Consideró que la fase de reclutamiento y selección incluye la aplicación de las pruebas de selección, las entrevistas y la calificación, en su caso, de los méritos. No obstante lo anterior, argumentó que si bien se afirmó que para analizar el acto señalado como responsable no era relevante si el quejoso en cuestión solicitó o no el puesto de 6 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 992/2014 VOTO CONCURRENTE trabajo, esta circunstancia sí debía tomarse en cuenta en relación a la sanción o efectos producidos por la discriminación. Una vez expuesto el parámetro referido, la Primera Sala resolvió, a partir del análisis de las convocatorias controvertidas, del contexto en que fueron emitidas, el objeto social de la persona moral, los puestos para los cuales se emitieron las convocatorias y las funciones de cada uno, que nos encontrábamos frente a un trato discriminatorio injustificado, pues el requisito de la edad no constituía un aspecto esencial y determinante acorde a las labores a realizarse. Asimismo, la Primera Sala determinó que la imagen corporativa y productividad que posiblemente eran pretendidas por la empresa oferente no podían constituirse como finalidades legítimas para la limitación al derecho a la no discriminación por razón de la edad, pues existían medidas adecuadas para lograr tales fines. Ante tal conclusión, en la sentencia se señaló que era posible advertir cuatro tipos de consecuencias del acto discriminatorio: i) la declaración de nulidad del acto discriminatorio, ii) la indemnización de los daños causados, iii) la imposición de medidas reparatorias de carácter disuasorio y iv) en caso de que la legislación aplicable lo prevea, el establecimiento de sanciones penales. En cuanto a la declaración de nulidad del acto discriminatorio, determinó que un acto contrario a la Constitución no podía generar efectos jurídicos. Por ello, se resolvió que la consecuencia directa e inmediata de la calificativa de un acto como discriminatorio es su nulidad, pero sólo en aquellas partes que resulten discriminatorias, que deberán tenerse como no puestas o deberán sustituirse. Asimismo, se adujo que la nulidad de los actos de los particulares 7 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 992/2014 VOTO CONCURRENTE tienen una naturaleza distinta a la nulidad de los actos emanados del Estado, pues los primeros pueden tener efectos declarativos. Arguyó que los efectos de la declaratoria de inconstitucionalidad del acto discriminatorio se encuentran determinados por el momento en el cual se realice la impugnación correspondiente. Por tanto, en caso de que no hubiera concluido el proceso de selección y contratación, la referida declaratoria podrá acarrear la orden de retiro de la convocatoria o su supresión al encontrarse en medios impresos o electrónicos. Sin embargo, si el proceso concluyó, la declaratoria no podrá afectar los derechos adquiridos por terceros involucrados, por lo que no podría anularse una contratación ya realizada. Sobre la indemnización de los daños causados, en la sentencia se sostuvo que ésta es la consecuencia tradicional respecto de actos que han generado un daño; no obstante, para que nazca tal consecuencia es imprescindible la existencia de un daño. Por tanto, un acto que implique un riesgo de discriminación pero que no ha producido un daño efectivo, no generará la obligación de indemnizar. Para fijar un monto indemnizatorio se requiere contar con datos objetivos. De esta manera, según la mayoría, la calificativa de que un acto fue discriminatorio, no necesariamente implicará que se haya generado daño alguno y que proceda una indemnización, con independencia de la declaratoria de la nulidad del acto y la imposición de medidas reparatorias de carácter disuasivo y la actualización de sanciones penales. Por lo que hace a la imposición de medidas reparatorias de carácter disuasorio, en la sentencia se expuso que se determinan casuísticamente, y podrían consistir en la fijación de una suma dineraria adicional o la exigencia de una disculpa pública o una inspección de trabajo. 8 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 992/2014 VOTO CONCURRENTE Finalmente, en relación con el establecimiento de sanciones penales, resolvió que una medida de este tipo es posible cuando la legislación aplicable al caso concreto prevea un tipo penal relativo a actos discriminatorios. Expuso que su justificación radica en que la discriminación trasciende a un ámbito de evidente contenido social. Razones de disenso Si bien comparto el sentido y la enorme mayoría de las consideraciones del proyecto —en virtud de que efectivamente me parece que las convocatorias que fueron combatidas en la secuela procesal resultaron discriminatorias al contener una distinción injustificada en razón de edad—, hay tres razones principales por las cuales me veo obligado a tomar distancia de la resolución dictada por la Primera Sala. La primera razón es que soy de la opinión de que en la sentencia se realiza una exposición “genérica” de las posibles consecuencias que pudiera acarrear un acto discriminatorio, sin que varias de ellas puedan incluso actualizarse en el caso concreto, o que pudiéndose actualizar, no se establezca su naturaleza y alcances. Me explico. De conformidad con la resolución, existen cuatro tipos de consecuencias frente a un acto discriminatorio: (i) la declaración de nulidad del acto discriminatorio; (ii) la indemnización de los daños causados; (iii) la imposición de medidas reparatorias de carácter disuasorio; y (iv) el establecimiento de sanciones penales. Fuera del interés doctrinal que pudiera implicar tal presentación, me parece que resulta errático proponer en una sentencia civil algunos “efectos” que requieren de otros procedimientos, bajo otras lógicas, que no pueden 9 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 992/2014 VOTO CONCURRENTE ser solventados por nuestra resolución. Considero que no debe perderse de vista que el juicio de origen corresponde a uno ordinario civil de indemnización por daño moral, y a resolver tendríamos que circunscribirnos a la cuestión planteada por la vía intentada. En segundo lugar, no coincido con la determinación de que se establezcan medidas de reparación sin la existencia de un daño. Si bien es verdad que dicho daño no implicará una indemnización en términos económicos, ello no quiere decir que deba soslayarse la afectación causada por el acto discriminatorio. ¿Cómo podría hablarse de “medidas reparatorias” sin que se reconozca que existió un acto atentatorio a la dignidad humana? ¿O entonces la afectación a la dignidad no implica un daño? En mi opinión, resultaba indispensable reconocer la existencia del daño que generaron las ofertas públicas discriminatorias para justificar las medidas reparatorias. El tercer punto que quiero destacar, ligado con el segundo recién descrito, es lo relativo al referente normativo y jurisprudencial aplicable a casos de reparaciones ante violaciones a los derechos humanos —como el que aconteció en la especie—, lo que habría dado una orientación correcta a los órganos inferiores, sin incurrir en propuestas hipotéticas concretas sin un fundamento claro y preciso. Si bien la ejecutoria hace referencia al artículo 63 del Pacto de San José de Costa Rica que constituye el referente normativo en materia de reparaciones en el sistema interamericano de derechos humanos, este argumento no es desarrollado para fijar un parámetro claro a seguir por parte de los órganos encargados de fijar los efectos concretos de la sentencia. En este sentido, era necesario precisar que las medidas de reparación deben ser congruentes con los alcances del juicio de amparo, con la naturaleza del juicio ordinario promovido y con la calidad de quien cometió el acto violatorio a los derechos humanos. 10 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 992/2014 VOTO CONCURRENTE Por las razones expresadas, tomo distancia de la decisión mayoritaria. MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA LIC. HERIBERTOPÉREZ REYES RMMG/LHOyV/SAMS 11