SOCIEDAD COMO CONJUNTO DE ACTORES ¿Nos parece que queremos seguir haciendo lo mismo, o no lo queremos? Se supone que somos seres libres y esto es lo que debe llevar a preguntarnos cada uno: ¿Qué se consume? ¿Quién lo consume? ¿Quién decide lo que se consume? En esta reflexión vamos a centrarnos en tres posibles respuestas típicas que es importante que pensemos. Veremos después una cuarta respuesta que es la que yo ofrezco. Anuncio ya cuáles son esas tres respuestas más habituales: a) Hay quienes dicen que el consumidor es soberano. El consumidor consume lo que quiere libremente. Esta respuesta constituye la línea neoliberal. b) Otros dicen que el consumidor es un vasallo, porque el productor es un tirano. Los productores, los empresarios, producen y consiguen que la gente consuma aquello que ellos quieren que sea consumido. Esta es la línea de Galbraith y de toda su escuela que está todavía muy viva. c) La tercera posición es la de Daniel Miller, quien afirma que estamos en una nueva época. Antes se entendía que el proletariado era la vanguardia de la transformación social; pero ahora son los consumidores la vanguardia de la historia. La vanguardia ha pasado de la clase productora a la clase consumidora. Los consumidores somos aquellos que podemos transformar la sociedad y hacer la revolución. Si antes se decía que los que debían hacerla eran los proletarios; ahora son los consumidores. d) La cuarta postura, que es la mía, es la de la “ciudadanía del consumidor”, que comentaremos en su momento. COMENTARIO DE TEXTO El problema de cuáles son las posibles maneras de entender al ser humano como consumidor dentro de la sociedad, es el tema del texto que nos ocupa. En concreto este fragmento nos está queriendo presentar, a modo de introducción, tres posibles respuestas de dicho papel. En primer lugar podemos entender al consumidor como un soberano de sus objetos de consumo; en segundo lugar, como un vasallo; o bien, como la vanguardia de transformación de la sociedad. Todo ello enmarcado en una pregunta mucho más profunda y con enormes repercusiones filosóficas: ¿somos verdaderamente libres en nuestra sociedad? Estos temas los podemos ver reflejados en el texto cuando nos está mostrando tres posibles definiciones de consumidor en nuestras sociedades actuales. Pero antes de introducirnos en la explicación de cada una de las cuestiones debemos tratar de explicar qué es un consumidor y por qué éste es tan importante para la sociedad. En primer lugar tenemos que analizar qué tipo de acción es el consumo y cómo dicha visión puede estar condicionando nuestra propia manera de actuar. Para este análisis utilizaremos la herramienta que nos ofrece Parfitt cuando analiza el “Dilema del Prisionero”. No nos centraremos en explicar dicho dilema sino que iremos directamente a la resolución del mismo: Autor B Callar Callar Delatar 2 años A y B A= 12 años Autor A B= libre Delatar A= libre 10 años A y B B= 12 años El problema del consumo puede ser analizado desde esta perspectiva y podemos entender, desde aquí las tres posturas que nos plantea el texto. Para la opción en la que definimos al consumidor como un soberano podríamos decir que al consumo se realiza teniendo en cuenta sólo lo que es mejor para mí. Así, realizando la tabla veré que lo que tengo que hacer es buscar el tipo de consumo que me beneficie a mí sin tener en cuenta lo que los otros hagan y creyendo que se trata de una acción individual (lo que yo decido no tiene ninguna repercusión en los demás por lo que delataré en el Dilema o consumiré según mis apetencias). En el caso del consumidor como vasallo podemos ver que éste realiza una acción técnica donde su papel es la de mero objeto (máquina) programada por el sujeto agente (empresario o productor) para que realice lo que, desde fuera, le obligan a realizar (la tabla la realiza el productor para conocer nuestras debilidades). En el tercero de los casos, el consumidor como vanguardia de cambio social, diremos que es el que se ha dado cuenta de la realidad compartida de su acción y, por tanto, sabe que lo que debe realizar es lo que beneficie no sólo su modo de ver sino, también, el de los demás (callará en el Dilema porque es la mejor opción para todos). Con tales consideraciones podríamos analizar cuál es el grado de libertad que poseemos como consumidores y qué tipo de libertad tenemos. Así, el soberano posee una presunta libertad de y libertad para, el vasallo carece de ambos tipos de libertad, y el consumidor como vanguardia posee una libertad para (puede ser fiel a la palabra dada) pero dentro de los límites que le marca el consumos (no posee libertad de). Con ello, cada una de las tres propuestas nos puede estar presentando un modelo social en el que cada actor (cada uno de nosotros) poseemos un papel en esta sociedad. ¿Cuál será nuestro papel? Para unos (soberano) es el de miembros activos y agentes de una sociedad que es tal y como nosotros queremos (modelo mecánico), para otros (vasallos) no somos sino meras piezas de un engranaje que nos viene impuesto desde la cúpula dirigente, no sabemos si externa o interna al sistema (modelo cibernético si es externo al sistema, modelo orgánico si es interno). Sin embargo, para el tercer modelo (vanguardia) nosotros somos parte de un sistema pero tenemos la capacidad de cambiarlo con nuestra propia manera de actuar (haciendo alusión a un claro modelo mecánico con capacidad de cambio). En los tres casos queda abierta la polémica de cuál es nuestro papel en la sociedad: representamos un papel impuesto desde fuera o somos agentes libres para poder optar y actuar. (podríamos hablar de las motivaciones, de la personalidad, de la organización social…) Desde nuestro punto de vista el texto…. (aquí cada uno tendrá que dar su propia visión)