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Infecciones de espacios cervicales profundos: cómo
afrontarlas
Poster no.:
S-0540
Congreso:
SERAM 2014
Tipo del póster: Presentación Electrónica Educativa
Autores:
1
1
R. Gonzalez Sanchez , O. Rodríguez San Vicente , A. Dolado
1
2 1
2
Llorente , R. Villoria Alonso ; Barakaldo/ES, Baracaldo/ES
Palabras clave:
RM, Ultrasonidos, TC, Oído / Nariz / Garganta, Cabeza y cuello
DOI:
10.1594/seram2014/S-0540
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Objetivo docente
1) Revisar las formas de presentación de las infecciones de los espacios cervicales
profundos, vías de diseminación y potenciales complicaciones.
2) Evaluar las indicaciones de las diferentes técnicas de imagen (US, TC, RM) para su
estudio.
Revisión del tema
A pesar de la amplia extensión del uso de antibióticos las infecciones que interesan a
los espacios cervicales profundos persisten siendo una entidad de importancia clínica
por su significativa morbilidad. Se reportan complicaciones que ponen en riesgo la vida
del paciente hasta en un 10-20% de los casos.
Las IECP (Infecciones de los Espacios Cervicales Profundos) son únicas porque se
desarrollan dentro de espacios potenciales formados y delimitados por capas de la
fascia cervical profunda. Estos compartimentos actúan como una barrera para limitar la
extensión de la infección.
El diagnóstico temprano es un reto, ya que signos clínicos claves pueden estar ocultos
por la complejidad de la anatomía o por el tratamiento con antibióticos o esteroides que
pueden enmascarar la severidad de una infección rápidamente progresiva.
Los papeles principales de la imagen son:
1. Confirmar el diagnóstico
2. Definir la extensión precisa de la infección
3. Identificar posibles complicaciones
4. Distinguir entre celulitis y colección
5. Monitorizar evolución
Utilidad de las diferentes técnicas de imagen
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Radiología simple: En niños con posible compromiso de vía aérea, la radiografía lateral
de cuello ha sido utilizada ampliamente para valorar una posible afectación retrofaríngea,
aunque no emite información sobre la composición de la lesión. Es lo suficientemente
rápida y fiable para detectar un ensanchamiento de los tejidos retrofaríngeos. Aun
así, su sensibilidad en la detección de abscesos retrofaríngeos o parafaríngeos es
significativamente más baja que el TC con contraste (83% vs 100%)
Ecografía: es útil en la evaluación de lesiones superficiales y es más preciso que la TC
para diferenciar absceso drenable frente a celulitis. Es la primera prueba de imagen a
utilizar en pacientes pediátricos por su ausencia de radiación. Sin embargo, tiene dos
limitaciones importantes que son su escasa utilidad para valorar espacios profundos, y
su menor resolución anatómica. Su principal ventaja es el asesoramiento para realizar
drenajes percutáneos de colecciones.
TC con contraste: tiene un papel principal en el diagnóstico de las IECP, tanto por su
rápida disponibilidad frente a la RM, como por su buena resolución espacial que permite
una precisa valoración de las estructuras afectadas y determinación de la extensión. Es
altamente sensible (80-90%), aunque menos específica a la hora de diferenciar entre
celulitis vs absceso, particularmente en niños. Existe una correlación entre TC y cirugía
reportada de hasta un 75%.
RM: es más precisa que el TC para demostrar afectación de múltiples espacios, pero
requiere un mayor tiempo de adquisición y colaboración del paciente, limitando su uso
en pacientes pediátricos. Provee información crucial cuando se sospecha afectación
intracraneal o intraespinal.
Anatomía simplificada del cuello
Cuello suprahioideo
Comprende desde la base del cráneo hasta el hioides, incluyendo toda la porción
extracraneal a excepción de las órbitas, la cavidad oral y los senos paranasales. La
clasificación tradicional del cuello lo subdivide en nasofaringe, orofaringe e hipofaringe.
Nasofaringe: desde base de cráneo hasta inicio de paladar blando
Orofaringe: hasta el borde superior del hioides incluyendo borde libre de epiglotis
Hipofaringe: hasta el borde inferior del cricoides
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A partir del desarrollo de técnicas como la TC y la RM se establecieron nuevas
clasificaciones basadas en cortes axiales que definen los diferentes compartimentos
delimitados por las tres capas de la fascia cervical profunda -superficial, media y
profunda- que se insertan en la base de cráneo delimitando diferentes espacios
funcionales que convergen hacia el hioides.
La subdivisión de la fascia cervical profunda en tres capas delimita los siguientes
espacios profundos del cuello suprahioideo:
- Espacio mucoso faríngeo: medial al espacio parafaríngeo y delimitado por la capa
media de la FCP. La fascia faringobasilar delimita el espacio mucoso faríngeo el cual se
relaciona con el agujero rasgado posterior.
- Espacio parafaríngeo/espacio parafaríngeo preestiloideo: área de tejido granuloso
y de localización central en la fascia cervical profunda. En relación con el espacio
parafaríngeo es importante remarcar que la fascia del músculo pterigoideo medial y el
tensor del velo del paladar tienen una inserción común en el borde medial del foramen
oval. Las lesiones tienen una vía de acceso libre hacia los espacios submandibular y
sublingual ya que se comunican entre sí.
- Espacio carotideo/parafaríngeo retroestiloideo: Las tres capas de la FCP
contribuyen a la formación de la vaina que recubre este espacio, que se extiende desde
la base de cráneo hasta el arco aórtico.
- Espacio parotídeo: localizado lateralmente al espacio parafaríngeo y delimitado por
la capa superficial de la FCP. En muchas ocasiones comunica libremente con el espacio
parafaríngeo preestiloideo por ausencia de fascia entre ambos.
- Espacio masticador: situado anteriormente al espacio parafaríngeo, está rodeado por
la FCP que se divide en dos capas a este nivel. Se encuentra en la fosa infratemporal.
Una lesión puede diseminar por vía perineural a través de la división mandibular
del trigémino a la fosa craneal media. En la porción medial del espacio masticador
encontramos la fosa pterigopalatina y el ganglio esfenopalatino.
- Espacio retrofaríngeo: se sitúa en la línea media posterior delimitado por delante por
la capa media de la FCP y por detrás y a los lados por la capa profunda de la FCP. Se
extiende desde la base del cráneo hasta el cuerpo de D3.
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- Espacio perivertebral: queda definido propiamente por la capa profunda de la FCP
que recubre la musculatura prevertebral y paravertebral posterior y se inserta en las
apófisis transversas de las vértebras.
Cuello infrahioideo:
Las principales fascias del cuello infrahioideo son la superficial y la profunda, de las
cuales es más importante la profunda que se divide en capas -superficial, media, y
profundaLa capa superficial de la FCP se encuentra debajo de la piel y de la fascia cervical
superficial, y se extiende desde la base del cráneo hasta las clavículas y la escápula.
Participa en la formación de la vaina del espacio carotideo. Por fuera de la capa
superficial de la FCP se encuentran el esternocleidomastoideo, el platisma, omohioideo
inferior, trapecio y vena yugular externa.
La capa media de la FCP se dispone por delante del hioides, envuelve a la musculatura
infrahioidea y se une con la capa superficial. Posteriormente se extiende desde la
base del cráneo hasta el mediastino superior formando la pared anterior del espacio
retrofaríngeo y contribuyendo a formar la vaina del espacio carotideo.
Anteriormente, la capa profunda de la FCP se divide en dos porciones. La más anterior
forma la pared posterior y lateral del espacio retrofaríngeo y participa en la formación
de la vaina del espacio carotideo, extendiéndose desde la base del cráneo hasta el
diafragma. La parte posterior se extiende desde la base del cráneo hasta el coxis. El
espacio delimitado entre la división anterior de la capa profunda es el espacio peligroso,
que se localiza en la línea media entre el espacio retrofaríngeo y el prevertebral.
El espacio retrofaríngeo y el peligroso se encuentran separados por fascia, pero
radiológicamente no es posible diferenciarlos entre sí. Sí que es importante saber que el
espacio peligroso tiene una relevancia clínica dado que termina en el diafragma, por lo
que representa una vía por la cual un proceso infeccioso puede continuar inferiormente
hacia el mediastino posterior.
El espacio carotideo está rodeado por una vaina en la que participan las tres capas de
la FCP.
El espacio perivertebral queda delimitado por la capa profunda de la FCP y envuelve
a la musculatura prevertebral y paravertebral posterior, y se inserta en las apófisis
transversas.
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El espacio visceral se delimita por la capa media de la FCP.
El espacio cervical posterior se localiza en el triángulo posterior del cuello y se delimita
entre las capas superficial y profunda de la FCP, posteriormente a la vaina del espacio
carotideo y anterolateralmente al espacio perivertebral.
De los cinco espacios profundos (visceral, carotideo, cervical posterior, retrofaríngeo y
perivertebral), el visceral es el único específico del cuello infrahioideo, el resto atraviesa
tanto cuello supra como infrahioideo de forma vertical, por lo que procesos patológicos
tienden a extenderse en esa dirección.
Fuentes de infección y hallazgos clave
Las causas de las IECP son variables. La fuente de infección queda sin identificar hasta
en un 17-67% de los casos.
En los pacientes pediátricos las IECP son causadas típicamente por supuración y
perforación de ganglios retrofaríngeos que sirven de vía de drenaje para infecciones
de amígdalas o adenoides. Así, los espacios más frecuentemente afectados serán el
retrofaríngeo, el parafaríngeo y el peritonsilar. Aunque suelen ser polimicrobianas, en
los pacientes pediátricos existe una elevada prevalencia de especies estafilocócicas.
En adultos, se ha observado un relativo incremento de las infecciones dentarias, y una
reducción de las faringitis y amigdalitis.
Pacientes con enfermedades sistémicas especialmente aquellas que causan disfunción
inmune, o con tratamientos inmunosupresores o corticoides son más susceptibles a las
infecciones de cabeza y cuello, con un riesgo mayor de desarrollar fascitis necrotizante.
Klebsiella pneumoniae y especies Streptococcus son más prevalentes en pacientes
diabéticos.
En pacientes inmunocomprometidos, las IECP son comúnmente secundarias a
infecciones dentarias, faringitis y amigdalitis, o al uso de drogas iv.
Principales causas de infecciones cervicales profundas
1. Infecciones amigdalares y faringitis
2. Infecciones dentarias o abscesos
3. Manipulaciones orales
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4. Infecciones de glándulas salivares/obstrucción
5. Trauma en cavidad oral o faringe
6. Instrumentación: broncoscopia, esofagoscopia
7. Cuerpo extraño
8. Linfadenitis cervical
9. Anomalías de arcos branquiales
10. Quistes del conducto tirogloso
11. Tiroiditis
12. Mastoiditis
13. Laringocele
14. Uso de drogas IV
15. Necrosis o supuración de ganglios/masas malignas
Infecciones de la cavidad oral y orofaringe
Los pacientes con este tipo de infecciones suelen presentarse con hinchazón facial,
odinofagia, trismus y fiebre, y en ocasiones disfagia y disfonía.
Estos procesos se originan con mayor frecuencia por infecciones periodontales, En
el maxilar inferior, las raíces dentarias más anteriores se encuentran por encima del
músculo milohiodeo, lo que determina que la infección afecte al espacio sublingual.
Cuando el origen es en el segundo o tercer molar, el proceso puede progresar al
espacio submandibular porque las raíces de estas piezas se extienden por debajo
de la inserción del músculo milohiodeo. Las vías de diseminación más frecuentes de
la infección odontogénica maxilar son al espacio masticador (si surge del segundo
molar), al espacio parafaríngeo (si se origina en el tercer molar) y al espacio bucal
(en las infecciones originadas en las otras piezas). En ocasiones, en los pacientes con
afectación del espacio masticador, la infección puede progresar al espacio parotídeo.
La TC con contraste permite la valoración de las piezas dentarias y de la estructura
ósea mandibular poniendo en evidencia signos periodontíticos y abscesos periapicales.
Demuestra eventuales signos de osteomielitis (destrucción y lisis/esclerosis ósea,
reacción perióstica y secuestro óseo) y posibles soluciones de continuidad óseas, siendo
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más frecuentes en el margen lingual mandibular y en el margen bucal del maxilar
superior, ambos más delgados.
La angina de Ludwig* es una condición potencialmente grave que constituye en
una celulitis gangrenosa de tejidos blandos del suelo de la boca que afecta de
forma rápidamente evolutiva a los espacios sublingual y submandibular. Afecta más
frecuentemente a varones entre los 20 y 40 años. Es de origen odontogénico en
un 90% de los casos y se inicia con frecuencia en una infección del tercer molar
o en una pericoronitis en los cordales incluidos. La celulitis tiende a extenderse
rápidamente a ambos lados de las partes blandas de la cavidad oral a través de
las comunicaciones entre los espacios submandibular y sublingual, pudiendo alcanzar
la epiglotis. La formación de absceso no es frecuente y tampoco suelen asociarse
adenopatías cervicales.
Los abscesos intraamigdalinos son raros, pero las amigdalitis y los abscesos
periamigdalinos constituyen las infecciones más comunes de los tejidos blandos
de cabeza y cuello. Se dan especialmente en pacientes jóvenes y adolescentes,
generalmente como complicación de episodios repetidos de amigdalitis bacterianas
agudas. La afectación normalmente es unilateral y los pacientes presentan dolor de
garganta, fiebre, disfagia, otalgia refleja, dificultad para hablar y trismus por espasmo
del músculo pterigoideo. Pueden aparecer adenopatías homolaterales. Los abscesos
periamigdalinos suelen desarrollarse entre la cápsula amigdalina y el músculo constrictor
superior y, en ocasiones, pueden extenderse a los espacios parafaríngeo, masticador,
submandibular o retrofaríngeo desde la adenitis secundaria de las cadenas ganglionares
retrofaríngeas.
Mediastinitis necrosante descendente* es una rara pero emergente complicación
de una infección periodontal que tiene una tasa de mortalidad del 25-40%. Esto es
debido a su retraso en el diagnóstico como resultado de sus síntomas no específicos y
sutiles. La infección normalmente se disemina desde la cavidad oral u orofaringe hacia
el mediastino por el espacio retrofaríngeo-peligroso, pero también se puede extender a
través del carotideo. La CT con contraste permite realizar una rápida y precisa detección
tanto de esta entidad como además de la fuente de infección y ruta de diseminación. Los
hallazgos serían colecciones líquidas en mediastino, aumento de atenuación de la grasa
mediastínica, burbujas en mediastino, y derrame pleural o pericárdico. El tratamiento
agresivo es esencial con un manejo de la vía aérea, antibióticos de amplio espectro, y
exploración temprana del mediastino con desbridamiento y drenaje.
Infecciones hipofaríngeas
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La epiglotitis constituye una afectación infecciosa que progresa rápidamente y puede
poner en riesgo la vida del paciente si no se asegura la permeabilidad de la vía aérea,
especialmente en niños.
La infección de la epiglotis y de las estructuras supraglóticas en el adulto se conoce
como supraglotitis tendiendo a afectar más a estructuras supraglóticas que a los niños.
Implica celulitis epiglótica, de repliegues ariepiglóticos, valléculas y de las partes blandas
adyacentes. Estos pacientes presentan una progresión más indolente y con menor riesgo
de compromiso crítico de la vía aérea que los niños. En la actualidad la incidencia de
la epiglotitis en adultos parece ir aumentando desde la implantación de la vacuna de
Haemophilus influenzae en los niños. En adultos debe considerarse también la etiología
tuberculosa. Los pacientes presentan estridor, disfagia y fiebre.
La TC en los adultos puede mostrar cambios inflamatorios del platisma y de los planos
grasos adyacentes con engrosamiento epiglótico, de repliegues aritenoepiglóticos,
bandas, cuerdas vocales y de la pared faríngea posterior.
Infecciones retrofaríngeas y del espacio peligroso
La etiología más frecuente de formación de colecciones purulentas retrofaríngeas en
niños es la adenitis supurativa de la cadena linfática cervical profunda secundaria
a procesos infecciosos nasofaríngeos, adenoideos y de los senos paranasales
posteriores.
Las causas más frecuentes de abscesos retrofaríngeos en adultos incluyen faringitis,
infecciones de la cavidad oral, otitis, heridas esofágicas y faríngeas posteriores, cuerpos
extraños, complicación de osteomielitis, discitis o cirugía cervical, y extensión de la
infección desde otros espacios cervicales comunicantes. Estos abscesos son cada vez
más frecuentes en pacientes inmunodeprimidos y en enfermos con infección espinal
secundaria a traumatismo.
Los abscesos retrofaríngeos pueden extenderse a los espacios prevertebral y peligroso.
La extensión del proceso infeccioso al espacio peligroso (área de tejido conectivo que
se localiza por detrás del retrofaríngeo y por delante del prevertebral que se extiende
desde la base de cráneo hasta el diafragma) permite progresar las infecciones a esas
localizaciones. Las infecciones en este espacio pueden extenderse, debido al poco tejido
conectivo que lo rellena, hasta el mediastino posterior y el pericardio, con el riesgo de
taponamiento cardíaco.
Los pacientes con abscesos en los espacios retrofaríngeo y peligroso presentan fiebre,
odinofagia, disfagia, disnea y limitación de la rotación cervical con ladeo contralateral de
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la cabeza. Los síntomas pueden sugerir osteomielitis cervical, tendinitis calcificada del
músculo longus colli o meningitis.
Con técnicas de imagen no es posible diferenciar el espacio retrofaríngeo del peligroso.
Las infecciones en estos espacios pueden condicionar cambios flemonosos y abscesos
que pueden resultar difíciles de diferenciar.Debido a su disponibilidad, rápida adquisición
y capacidad multiplanar, la TC es la técnica de imagen más usada en estos procesos,
mostrando los abscesos como colecciones hipodensas rodeadas de un anillo de
captación de contraste, aunque hay que tener en cuenta que en esta localización los
abscesos no siempre presentan este aspecto clásico.
Infecciones del espacio prevertebral
Al contrario del espacio peligroso, este espacio contiene abundante tejido fibroso
que tiende a contener las infecciones.Las infecciones de este espacio se originan en
procesos infecciosos discales y/o espinales, o como complicación de instrumentación
traqueal o esofágica. Los factores de riesgo en la espondilodiscitis piógena son
inmunosupresión, alcoholismo, diabetes y uso de drogas por vía i.v.
Los pacientes con discitis presentan síntomas que incluyen dolor cervical, fiebre y, en
ocasiones, signos de mielopatía. Contrariamente, los abscesos prevertebrales pueden
ser difíciles de diagnosticar debido a que sólo el 75% de pacientes presenta dolor local,
el 50% fiebre y sólo el 30% síntomas neurológicos relacionados. Estos abscesos pueden
complicarse con abscesos epidurales.
En los pacientes con espondilodiscitis, los estudios de imagen generalmente ponen de
manifiesto la afectación discal y de los 2 cuerpos vertebrales adyacentes.
La RM es la técnica más sensible para detectar de forma más precoz osteomielitis (con
hiposeñal en secuencias potenciadas en T1 y alta señal en las ponderadas en T2),
abscesos epidurales y el compromiso del cordón medular.
La TC muestra cambios iniciales con pérdida de la altura discal y erosiones en las
plataformas y, posteriormente, eventual colapso vertebral y masa de tejidos blandos
paravertebral y/o epidural con o sin colecciones asociadas.
Infecciones del espacio parafaríngeo
El espacio parafaríngeo representa el centro anatómico de las infecciones de los tejidos
profundos del cuello. Está dividido por el proceso estiloideo en anterior (relacionado con
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la fosa amigdalar y el músculo pterigoideo) y posterior (que contiene el paquete carótido/
nervioso). También hay comunicación con la celda parotídea y, además, en el margen
posterior comunica libremente con el espacio retrofaríngeo.
Las infecciones no surgen primariamente en este espacio, se originan con mayor
frecuencia por episodios de amigdalitis y en menos casos por faringitis, otitis media,
mastoiditis, parotiditis, afecciones dentales, linfadenitis y también por extensión de
procesos infecciosos desde los espacios submandibular, retrofaríngeo y masticador
Las manifestaciones clínicas están vinculadas al espacio que está afectado. Algunos
pacientes no presentan signos de localización de la infección y pueden debutar con
sepsis de origen desconocido.
Las complicaciones se dan especialmente en las infecciones del espacio posterior e
incluyen distrés respiratorio, edema laríngeo, obstrucción de lavía aérea, septicemia,
extensión infecciosa intracraneal y neumonía. En ocasiones, y con más frecuencia
en pacientes sanos adolescentes y jóvenes, se produce tromboflebitis supurativa
yugular secundaria a trombosis sépticacombinada con sepsis y abscesos metastásicos
diseminados(síndrome de Lemierre).
Infecciones de las glándulas salivares
Del 80 al 90% de los pacientes con submaxilitis presenta litiasis en el conducto de drenaje
glandular. Las litiasis son más frecuentes en el conducto submaxilarque en el parotídeo
debido a que es más grueso, tiene mayor diámetro, su recorrido es ascendente, presenta
estasis salivar y, además, la saliva tiene un contenido más mucinoso y alcalino.
La submaxilitis secundaria a obstrucción del conducto de drenaje por procesos
neoplásicos del suelo de la boca es frecuente.
Los pacientes con submaxilitis aguda presentan cólicos salivares con dolor e inflamación
que empeoran con la comida Los pacientes con submaxilitis crónica no presentan dolor
y en lugar de hinchazón hay atrofia glandular secundaria a la estasis crónica generada
por el cálculo.
La TC muestra una glándula submaxilar unilateralmente engrosada y captante con
dilatación ductal y en ocasiones la presencia de cálculo. Es frecuente que se acompañe
de signos radiológicos de miositis y celulitis de los espacios sublingual y submaxilar.
La parotiditis puede ser viral, bacteriana o inducida por cálculos. La viral es bilateral en el
75% de los casos, y pueden estar afectadas las glándulas submaxilares y sublinguales.
Usualmente no se acompaña de producción de material purulento. El pico de prevalencia
de la parotiditis viral se da a la edad de 5-9 años.
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La parotiditis aguda supurada es más frecuente que en otras glándulas salivaresy se
puede presentar en un único episodio o de forma recurrente. Se origina en un foco
séptico de la boca (amigdalar o dental). Habitualmente es unilateral y más frecuente en
niños menores de 2 años y en personas mayores debilitadas
La ecografía, frecuentemente, es el primer estudio de imagen que se realiza en estos
casos, pudiendo mostrar heterogeneidad de la glándula y, eventualmente, absceso.
Los hallazgos en la TC incluyen el aumento de tamaño de la gandula parótida con
márgenes mal definidos y captación de contraste, dilatación ductaly engrosamiento
de fascias adyacentes. En ocasiones se aprecian áreas hipodensas en la glándula
correspondientes a abscesificación. En el 90% de los casos, los cálculos parotídeos son
radiolucentes en radiología convencional, pero visibles en la TC.
Celulitis y fascitis necrosante cervical
La celulitis y la fascitis necrosante cervical son infecciones que se caracterizan por ser
difusas e infiltrantes.
La celulitis (erisipela) corresponde a una infección aguda de la piel y del tejido celular
subcutáneo que generalmente se limita a la fascia superficial.
La fascitis necrosante es una infección rápidamente progresiva que se extiende a la
fascia superficial y a los planos profundos con necrosis bacteriana extensa y gangrena
de la piel, del tejido celular subcutáneo, la grasa, la fascia superficial y profunda, los
nervios, las arterias, las venas y, en estadios avanzados, los músculos, con formación
de múltiples colecciones líquidas. Puede originarse en la piel (traumas, quemaduras,
picaduras de insectos), en la mucosa, en las piezas dentarias o en las amígdalas. El
origen dental se da en más del 50% de los casos. La fascitis necrosante es más frecuente
en pacientes inmunodeprimidos, alcohólicos, trasplantados y adictos a drogas por vía
parenteral. Sin embargo, el 25% de los casos de fascitis necrosante cervical no presenta
factores sistémicos predisponentes.
El diagnóstico clínico puede ser difícil porque la presentación no es específica y puede
simular otras formas de infección menos agresivas y, aunque es clave la presencia de
gas en los tejidos, no siempre está presente. El diagnóstico precoz de esta entidad es
esencial, ya que puede evolucionar de forma muy rápida con extensa destrucción tisular,
sepsis, compromiso de la vía aérea y fallo sistémico. La mortalidad del proceso descrita
clásicamente es del 50 al 75%, pero artículos recientes la consideran no superior al 10%.
Lesiones quísticas y masas del cuello infectadas
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Las lesiones quísticas del cuello en general son no dolorosas y de lento crecimiento.
Algunas se presentan en el nacimiento y otras aparecen a mediana edad. Estos procesos
incluyen los quistes del conducto tirogloso, los quistes branquiales, el laringocele, los
quistes de retención, el higroma quístico y el quiste dermoide.
Los síntomas de infección de una lesión quística cervical incluyen hinchazón con
sensación de presión, eritema con calor local y aparición de ganglios cervicales
reactivos. Habitualmente no se acompaña de síntomas sistémicos. La infección en un
quiste cervical puede extenderse a las estructuras adyacentes pudiendo ocurrir drenaje
de la supuración a fascias, a la orofaringe o a la tráquea.
En estos casos, la ecografía cervical es muy útil para caracterizar las lesiones quísticas
cervicales y establecer el diagnóstico diferencial con otras entidades. La TC con
contraste i.v. sugiere infección quística cuando se aprecia captación y engrosamiento de
las paredes del quistey, además, ayuda a la planificación quirúrgica.
Los quistes del conducto tirogloso resultan de anomalías embriológicas en el descenso
de la glándula tiroidea y constituyen las masas congénitas cervicales más frecuentes
localizándose casi siempre en la línea media. Si estos quistes se infectan el paciente
presenta hinchazón con eritema en el margen anterior del cuello. En estos casos se debe
tratar la infección con antibióticos y cuando está resuelta plantear resección quirúrgica.
Los quistes de la hendidura branquial son masas cervicolaterales, a menudo indolentes,
que provienen del desarrollo anormal de un arco branquial. Suelen aparecer en adultos
jóvenes y en su gran mayoría dependen del segundo arco. En ocasiones estas
lesiones pueden sangrar o infectarse pudiendo incluso fistulizar. El tratamiento quirúrgico
definitivo es fundamental, ya que también existe el riesgo de malignización.
El piolaringocele es una entidad poco frecuente que representa una infección en un
ventrículo laríngeo dilatado. Se atribuye a la infección de un laringocele preexistente. Un
laringocele es un saco de aire primitivo remanente relacionado con el ventrículo laríngeo
que puede estar colapsado o lleno de aire. En ocasiones la comunicación con la vía aérea
puede bloquearse, lo que favorece el acúmulo de líquido y su posterior sobreinfección. El
paciente puede debutar con odinofagia, aspiración y compromiso respiratorio de forma
que se trata de una emergencia cuyos signos es preciso conocer. La TC con contraste
i.v. demuestra una colección líquida, con o sin aire en su interior, relacionada con el
ventrículo laríngeo con extensión superolateral a la grasa paraglótica. La hipercaptación
de las paredes de la colección traduce los cambios inflamatorios.
Images for this section:
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Fig. 1: Anatomía axial
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Fig. 2: Anatomía sagital
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Table 1: Cuello suprahioideo
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Table 2: Cuello infrahioideo
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Fig. 3: Cavidad oral
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Fig. 4: Cavidad oral
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Fig. 5: Suelo de boca
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Fig. 6: Epiglotitis
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Fig. 7: Espacio parafaríngeo
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Fig. 8: mediastinitis descendente
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Fig. 9: Parafaríngeo izquierdo
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Fig. 10: Parotiditis
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Fig. 11: Fascitis necrosante cervical
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Fig. 12: Quiste branquial complicado
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Fig. 13: Piolaringocele
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Fig. 14: Piolaringocele resuelto
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Conclusiones
La patología infecciosa cervical es una entidad grave con potenciales complicaciones
que conllevan alta morbi-mortalidad, y por su capacidad de desarrollarlas de forma
hiperaguda, supone una emergencia médica.
Junto a la exploración clínica, que en ocasiones resulta dificultosa, las pruebas de
imagen, en concreto la TC y la RM son esenciales.
Por su rapidez, capacidad multiplanar y disponibilidad, la TC es la más utilizada. La
ecografía es una técnica que ayuda a visualizar colecciones superficiales, y sirve de guía
al drenaje percutáneo, y la prueba de primera línea en pacientes pediátricos.
Es muy importante por tanto que el radiólogo conozca la anatomía de la región, las
potenciales vías de diseminación, y que esté familiarizado con la utilidad de las diferentes
técnicas de imagen.
Bibliografía
1) Monografía SERAM cabeza y cuello
2) Multiplanar CT and MRI of Collections in the Retropharyngeal Space: Is It an Abscess?.
AJR 2011
3) Emergency Imaging Assessment of Acute, Nontraumatic Conditions of
the Head and Neck. Radiographics 2010
4) Masses in the Retropharyngeal Space: Key Concepts on Multiplanar CT and MR
Imaging. Neurographics 2011
5) Computed tomography imaging of acute neck inflammatory processes. WJR 2011
6) Usefulness of multidetector row computed tomography in the assessment of the
pathways of spreading of neck infections to the mediastinum. Elsevier 2009.
7) Emergency imaging assessment of deep neck space infections. Elsevier 2010
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