Medida del Radio Angular del Sol a lo largo de la historia Sergio González Rodríguez Facultad de Física Departamento de Astrofísica Universidad de La Laguna Avenida Francisco Sánchez s/n Campus de Ancheta 38206. San Cristóbal de La Laguna Santa Cruz de Tenerife. España. Correo electrónico: [email protected] RESUMEN Desde que el primer ser humano se fijó en el Sol, intentó explicar qué era “aquello” que brillaba con tanta fuerza e irradiaba calor. Que tengamos constancia, los primeros que contestaron a la pregunta concreta de cuál era el tamaño del Sol, fueron los pensadores griegos. A partir de entonces las diferentes culturas no se “olvidaron” de él, sino que por el contrario siguieron estudiando todo lo que rodea al Astro Rey, de esta forma en la edad media, fue incluida una serie de dispositivos en las catedrales que, convertían a éstas en observatorios solares. El estudio del Sol siempre ha sido una ardua tarea, cada vez que se avanzaba un paso surgían nuevos problemas, los pensadores salían airosos por medio de la invención de nuevas técnicas o avances tecnológicos, repercutiendo a continuación en la sociedad. En las páginas siguientes se hace un pequeño recorrido por cuales han sido algunas de esas trabas y las soluciones que se han empleado hasta llegar a nuestros días. Para terminar se presenta un ejemplo práctico de cómo ser capaces nosotros mismos de medir el radio angular solar por medio de una imagen, y de esta forma convertirnos en otro ser humano que se ha preocupado del estudio del cuerpo celeste más importante en nuestra vida, y así, pasar a engrosar la larga lista que comenzó allá por el siglo III A.C. encabezada por Aristarco de Samos, y a la cuál se sumaron grandes eminencias a lo largo de los siglos. 37 Introducción Desde que el primer ser humano se fijó en el Sol, intentó explicar qué era “aquello” que brillaba con tanta fuerza e irradiaba calor. Con la llegada de la época griega y los grandes pensadores, una de las preguntas que el ser humano se había planteado, “¿qué tamaño tiene el Sol?”, fue contestada al menos en parte, con la obtención de su tamaño relativo en la bóveda celeste. El interés por el estudio del Sol no terminó aquí, sino que, por el contrario, se acrecentó surgiendo, a partir de la invención del telescopio, gran cantidad de personas que se dedicaron al estudio del Sol. Con la llegada del siglo XX y la mejora de las placas fotográficas, el grado de precisión en las medidas llegó hasta cotas impensadas, y ello trasladó los problemas a la propia definición de dónde “terminaba el Sol”. En este punto, los investigadores se empezaron a preocupar de qué estaba “hecho” y qué procesos se producían en su interior, para así explicar las distintas medidas del radio solar obtenidas por los diferentes métodos utilizados. Todas estas preguntas llevaron a la aparición de una de las ramas de la Física, la Física Solar, que se dedica al estudio de todos los procesos que acontecen en el Sol, con el fin de comprender tanto los mecanismos que rigen el comportamiento solar como las causas que hacen que exista vida en nuestro planeta. A lo largo del tiempo, la determinación del tamaño del Sol ha planteado dificultades de distinta índole. En la época griega, cuando comenzó este estudio, dichas dificultades estribaron tanto en las herramientas matemáticas como en las herramientas tecnológicas que se necesitaban. Inicialmente se planteó dicho problema por mero entretenimiento de los eruditos, buscando aumentar sus conocimientos y para dar salida a sus grandes ideas con sus limitadísimas herramientas. Con el transcurso del tiempo, el problema se focalizó en el aspecto puramente tecnológico. Al volcarse la balanza hacia el lado tecnológico e ir aumentando el grado de precisión alcanzado al calcular el tamaño del Sol, sucedió que el problema ya no estaba ubicado en la instrumentación utilizada sino que se centró en aspectos que hasta el momento no se habían tenido en cuenta. La presencia de la atmósfera terrestre planteó los primeros problemas, dado que su mera presencia llevaba consigo una fuente de error imponderable. A posteriori, y en relación con la atmósfera solar, la definición de dónde termina una esfera gaseosa muy caliente, como lo es el Sol, se convierte en una ardua tarea. No obstante, los problemas que paulatinamente han ido surgiendo los ha superado el ser humano consiguiendo medir el valor del radio solar, definiendo dónde está su frontera y dándole un sentido a todo este esfuerzo. De hecho, por medio de este esfuerzo hemos comprendido algunas leyes del universo, debido a que los modelos de estructura y evolución estelar contrastan su valía en nuestro Sol, puesto que el valor del radio solar sirve como uno de los parámetros de estos modelos, y a continuación extrapolados a las demás estrellas y para el conocimiento de nuestra propia génesis. Medida del radio solar: breve historia El primer ser humano que se cuestionó el tamaño del Sol fue Aristarco de Samos. Este sabio griego del siglo III A. C. obtuvo un valor por medio de reglas paralácticas en torno a 900 segundos de arco1. Este valor es tan sólo un 6.7 % menor que el valor del radio solar que se acepta en la actualidad, que es aproximadamente de unos 960 segundos de arco. 38 Al llegar la civilización Helena a su ocaso, los árabes heredaron sus técnicas, básicamente todas ellas asentadas en ideas de Ptolomeo. La religión dominaba en el ámbito científico de tal forma que no se podía investigar, no se había hecho aún la división entre la astrología y la astronomía, y cambiar el futuro sólo Dios podía hacerlo. Para proseguir con las investigaciones, se tuvo que encubrirlas en el hecho que los astros sólo anunciaban signos y no el futuro. Las clases dirigentes percibieron el vínculo que existe entre la astronomía y la agricultura, y por este motivo le prestaron mucha atención, promoviendo observatorios astronómicos. Los más importantes estuvieron ubicados en Bagdad, Damasco y Constantinopla. El principal problema al que se dedicaron fue al estudio de la precesión de los equinoccios, ya que ello tenía una directa relación con cuándo plantar o recolectar las cosechas. Desde la época griega hasta finales de la Edad Media no se produce ningún cambio a este respecto. De hecho, es a finales de la Edad Media cuando se da salida a las ideas que van surgiendo para tal fin. A la gran cantidad de catedrales que fueron construidas en distintas partes de Europa a lo largo de la Edad Media se les dio un cometido astronómico. En su interior se les anexaron heliómetros2 en su estructura, mediante los cuales se podían seguir los movimientos del Sol a lo largo del año. Ello echa por tierra la idea extendida de que la iglesia no se dedicaba a otros temas más que a los espirituales. El heliómetro permitió medir en esa época con una mejor precisión que con los telescopios coetáneos la latitud del lugar, la llegada de los equinoccios y la distancia relativa del Sol con respecto a la Tierra. Asimismo, se usaron, para medir mediante el paso del Sol a través de la línea del pavimento, el valor del radio angular del Sol a través de métodos geométricos. El edificio ideal para incluir un heliómetro era una iglesia grande, aunque ya estuviese construida. Dado que el interior de la iglesia está en penumbra permite que se forme y se vea con nitidez, en el pavimento, la imagen del disco solar, cuando el Sol culmina en el cielo y atraviesa un pequeño agujero en la pared. Todo estaba hecho de manera que cuando dicha imagen cruza una Ilustración 1. Plano de la iglesia de San línea trazada en el suelo de la iglesia, será Petronio, en Bolonia. Se puede apreciar la meridiana pasando entre las columnas. mediodía. Midiendo el tiempo que transcurre desde que uno de los bordes cruza la línea hasta que lo hace el otro y multiplicando el tiempo empleado por la velocidad de rotación de la Tierra, podría obtenerse una medida del radio angular del Sol. El primer heliómetro fue obra de Paolo del Pozzo Toscanelli (1475) y está ubicado en la iglesia florentina de Santa María de Fiore. Tras éste, fue apareciendo gran cantidad de heliómetros por toda la geografía europea; uno de ellos es el heliómetro de Danti en la ciudad de Bolonia, construido en el año 1574 y ubicado en la iglesia de San Petronio, destacando por su bella Ilustración 2. Fotografía de la iglesia de San ubicación, como se puede apreciar en la Petronio, la meridiana se puede apreciar a lo largo del suelo y pasa rozando las columnas. ilustración 2. 39 Con la invención del telescopio por ópticos alemanes a comienzos del siglo XVII y con su uso en tareas astronómicas por Galileo Galilei (1610), coexistieron los heliómetros y los telescopios para la obtención del radio angular solar. El incremento de la capacidad de resolución espacial del telescopio, por medio del aumento del foco del sistema óptico, podía llevar a mejorar las medidas del radio, pero también conlleva el fenómeno de la aberración cromática, que siempre estaba presente en las medidas realizadas. La aberración cromática produce una descomposición de la luz blanca en los colores primarios (los del arco iris) y determina que la imagen formada por el telescopio no posea un borde bien definido. La aberración cromática se eliminó por medio de la fabricación de lentes acromáticas, que son la superposición de dos cristales con distintos índices de refracción, y de esta forma las dispersiones cromáticas se compensan. Es precisamente con la fabricación de este tipo de lentes como se llegó al ocaso de los heliómetros, obteniendo los telescopios la supremacía de las observaciones diurnas. Técnicas para medir el radio angular solar Tras los avances técnicos acaecidos con el telescopio, su abaratamiento y su consiguiente divulgación, afloran distintos investigadores que realizan medidas del radio angular solar y, por este motivo, son ideadas diferentes técnicas para tal fin. Las distintas técnicas utilizadas fueron, entre otras, las siguientes: por medio de métodos de proyección, a través de la utilización de oculares milimetrados, empleando la altura meridiana de los limbos, el tránsito de los planetas Mercurio o Venus a través del disco solar, o bien considerando la duración de los eclipses solares. El primer método consiste en hacer una proyección del disco solar sobre una superficie blanca. Esto se consigue dejando pasar la imagen del Sol por un telescopio refractor, con una serie de filtros neutros, para que los efectos calóricos sobre dicho instrumento no sean considerables. Cuanto más alejado esté el ocular del telescopio de la pantalla de proyección, mayor se verá la imagen del disco solar. A pesar de ello, hay que tener en cuenta que la distancia límite para que el disco solar se vea con nitidez estará directamente relacionada con los parámetros ópticos del telescopio empleado. Otro posible método de medida del radio angular aparente solar es a través del empleo de la altura meridiana de los limbos. Este método consiste en medir el tiempo que tarda el Sol en recorrer de limbo3 a limbo un punto fijo en un plano de proyección del disco solar. Existe otro método que consiste en hacer observaciones del disco solar cuando comienza el tránsito tanto de Mercurio como Venus justamente entre el Sol y la Tierra, lo que produce la aparición de un pequeño disco negro sobre la superficie solar, que es simplemente la supresión de parte de la luz proveniente del Sol por parte del planeta en cuestión. Si se mide cuánto tiempo tarda en producirse este tránsito, se podrá calcular el radio angular del Sol, puesto que se sabe cuál es la velocidad del planeta en su órbita. Análogamente se obtendrá lo mismo por medio de los eclipses solares, pero esta vez lo que se conoce es la velocidad con que la Luna recorre esta zona de la bóveda celeste. Cabe decir que los tránsitos de los planetas interiores (Mercurio y Venus) son conocidos con bastante precisión, pero se producen en contadas ocasiones. De hecho, en el presente siglo, tan sólo se producirán 14 tránsitos para Mercurio y 2 para Venus; el próximo tránsito venusino se producirá el 8 de junio de 2004, y a partir de entonces tendremos que esperar otros 8 años para poder ver el último del siglo, que tendrá lugar el 6 de junio de 2012. 40 La obtención de resultados por medio de los métodos descritos con anterioridad está supeditada a la instrumentación empleada por los observadores (telescopios, astrolabios, teodolitos, etc.), a la hora del día en que se llevó a cabo la observación, a las condiciones atmosféricas presentes y también al error cometido por el propio observador. Es en este punto, en los albores del siglo XX y con la llegada a la astronomía de las placas fotográficas, cuando la medida del radio angular aparente del Sol alcanzó cotas más precisas, menores del 0.1% del valor del radio, siendo este valor el error estadístico cometido en la medida del mismo. Con la aparición de los sistemas electrónicos, a finales del siglo pasado, y la invención de técnicas fotoeléctricas, son muchos los investigadores dedicados al estudio del radio solar. Asimismo, es en esa época cuando se obtienen los resultados que se toman como estándar en la actualidad, llegando la precisión del error cometido en las medidas hasta el Ilustración 3. Teodolito auxiliar de geodesia, de mediana precisión, que únicamente permite medir los ángulos 0.01%. azimutales. Dotado de un movimiento general lento, esto permite efectuar medidas por el método de repetición, al ser capaz de apuntar un punto dado con una lectura prefijada. Cuando se alcanza esta cota de precisión, la definición de la superficie solar (o limbo solar) depende de la técnica que se haya empleado apareciendo así diferentes valores del radio angular solar. Además la definición de cuál es la frontera que marca la ausencia o presencia del disco solar depende también del oscurecimiento desde el centro al borde del disco solar, que es la disminución de la intensidad hacia el borde del disco solar producida por el gradiente negativo de temperaturas en la fotosfera solar. Ilustración 4. Astrolabio ubicado en el museo de astronomía de El oscurecimiento centro- Chicago. Posee 16.3 cm de diámetro, una altura total de 20.6 cm borde es una función que depende de y un grosor de 0.8 cm. la longitud de onda con la cuál se realice la observación, siendo más pronunciado en la 41 parte azul del espectro visible. De este modo, si se hacen medidas del radio solar utilizando un filtro ancho (que aísle un amplio rango de longitudes de onda), se estarán obteniendo valores del radio solar fotosférico medio, lo que lleva consigo que realizando medidas en diferentes longitudes de onda vamos a obtener diferentes valores para el radio angular del Sol. En la tabla 1 se muestran algunas medidas del radio angular solar, con su respectivo año de realización así como el método o la instrumentación utilizada. Cabe destacar que en los métodos más antiguos, el resultado final al cual se llegaba dependía también en gran medida de la habilidad del observador al realizar la medida, esto es, de la precisión con la que medía el tiempo del tránsito de un planeta, la duración de un eclipse o el tránsito solar por el meridiano local. Sin embargo, con la llegada de los automatismos, las habilidades del observador, aunque importantes, pasaron a un segundo plano. En este punto, la atmósfera terrestre introduce una fuente de error considerable dentro de las observaciones realizadas. Las condiciones atmosféricas presentes en un Ilustración 5. Imagen de la fotosfera solar tomada el 26 observatorio astronómico varían con de agosto de 1990, desde el observatorio austriaco de relativa rapidez a lo largo de los días e Kanzelhöhe. En ella se puede apreciar, además de las manchas solares, claramente el oscurecimiento incluso horas. Dichas variaciones se centro-borde. producen en una mayor proporción en los meses más cercanos al invierno; por contraste, en los meses centrales del año, más estables a priori, las turbulencias producidas por el calentamiento del suelo y las consiguientes corrientes convectivas de aire producidas introducen una fuente de error, haciendo que el borde del disco solar sea más difuso. El factor que nos proporciona la “cantidad” de movimientos turbulentos que se han producido en la atmósfera cuando se ha realizado la observación se denomina seeing. Tal efecto produce que un rayo de luz que atraviese la atmósfera terrestre se vea afectado por los movimientos estocásticos que se producen en las “burbujas” de aire que atraviesa; dichos movimientos son totalmente aleatorios y muy rápidos (hacen que se produzcan variaciones aproximadamente cada milésima de segundo), lo que acarreará que el rayo de luz no tenga una trayectoria recta sino que se desvíe ligeramente en muchas ocasiones. De esta manera, en el plano focal, se irán acumulando todos los rayos desviados. Al final tendremos que un objeto puntual no se observa como tal sino que, por el contrario, se ha convertido en una mancha difusa; es decir, una distribución aleatoria de puntos, en el que cada uno de ellos le corresponde la incidencia de un fotón proveniente del objeto. Así, cuanto más extensa sea la distribución de puntos, mayor será el valor del seeing y peor será la calidad de las mediciones. 42 La influencia de la era espacial La llegada de la era espacial y los satélites artificiales con instrumentación científica a bordo hizo que el problema descrito en el apartado anterior pasara a mejor vida, llevando consigo un avance espectacular en todas las ramas de la Astrofísica. Así por ejemplo, el satélite SOHO (SOlar and Heliospheric Observatory, http://sohowww.nascom.nasa.gov/), puesto en órbita por la NASA (National Aeronautics and Space Administration) y la ESA (European Space Agency) el 2 de diciembre de 1995, se encuentra orbitando alrededor del punto de Lagrange L1 a unos 1.49 millones de kilómetros de la Tierra (0.1 U.A.), L1 es un lugar cuyas características son peculiares, se produce la singularidad que la atracción entre la Tierra y el Sol se anula. En dicho satélite hay 12 experimentos que hacen observaciones del Sol las 24 horas del día y los 365 días del año, con la consiguiente calidad de dichas observaciones. La existencia de los puntos de Lagrange fue postulada por el matemático Ilustración 6. Vista artística del satélite SOHO, diseñado para francés J. L. Lagrange en Mecanique la realización al unísono de 12 experimentos durante las 24 del día y los 365 días del año. Se encuentra en el punto de Analytique (1788). Cada planeta del horas Lagrange L1, a unos 1.49 millones de Km de la Tierra, donde la sistema solar posee cinco puntos de atracción gravitatoria de ambos cuerpos se anula. Lagrange. Tres de ellos están ubicados en la línea recta imaginaria que atraviesa el planeta y el Sol, y los otros dos están delante y detrás de la órbita elíptica del planeta alrededor del Sol, formando un ángulo de 60º con la línea planeta-Sol. Uno los instrumentos que están en el satélite SOHO es el MDI (Michelson Doppler Imager), diseñado para medir oscilaciones solares. Sin embargo, la nítida imagen en su detector CCD permite también medir el radio solar, valor que aparece en la Tabla 1. Valor del radio físico solar A lo largo de estas páginas tan solo hemos mencionado medidas correspondientes al radio angular del Sol. Para obtenerlo en unidades físicas de longitud (metros) debemos conocer con precisión la distancia entre la Tierra y el Sol. No fue sino hasta que un equipo del Observatorio de París, comandado por Jean Richer, organizó una expedición a Cayena (capital de la Guayana francesa, en el continente americano) entre 1671 y 1673, con el fin de observar la oposición del planeta Marte, que tuvo lugar en 1672. Realizando observaciones desde Cayena y París, y tomando estos dos puntos de la superficie terrestre como vértices, se pudo medir la distancia desde la Tierra a Marte, por medio del paralaje. El paralaje es el cambio de posición con respecto al fondo de estrellas, que se produce por el mero hecho de observar un objeto relativamente cercano, como es Marte, desde dos puntos suficientemente distantes. Si se calcula la posición en la bóveda 43 celeste (declinación y ascensión recta) del objeto en cuestión con respecto al fondo de estrellas y se comparan los resultados obtenidos en los dos lugares, se puede calcular la distancia al objeto celeste. Este método es comúnmente empleado en Astronomía, siendo muy eficiente para distancias cortas, astronómicamente hablando, por supuesto. Dado que las distancias relativas de los planetas al Sol eran conocidas desde principios de ese mismo siglo y puesto que estas distancias se calcularon por medio de las leyes de Kepler, se pudo hallar el valor medio de la distancia de la Tierra al Sol, es decir, el valor de una Unidad Astronómica (exactamente 149.597.870 ± 2 kilómetros). Con ello, se determinó el verdadero tamaño del Sol, 6.9616x106 ± 0.0013x106 metros. Tan solo cabe destacar la importancia capital de llegar a una medida precisa del radio solar. Ésta posee gran relevancia en la Astrofísica, ya que todos los modelos de estructura y evolución de las estrellas se calibran con los valores del radio solar obtenidos con precisión en el Sol. En este sentido, a lo largo de la historia se ha podido llegar a la obtención de información científica de gran interés, así como a resultados aceptables con medios rudimentarios en comparación con los que se dispone en la actualidad. Finalmente, es de destacar cómo la combinación de las ideas que fueron surgiendo a través del tiempo llegó a ser útil para multitud de ramas del conocimiento humano, sin que algunas veces dichas ramas tuvieran una relación directa las unas con respecto a las otras. Aplicación práctica: ¿cómo medir el radio solar a partir de una imagen? En el último cuarto del siglo pasado hubo un gran auge en la astronomía aficionada, proliferando multitud de astrónomos que, para evitar la contaminación lumínica de las ciudades, se acercaron a su extrarradio para realizar observaciones lo más nítidas posibles, algunos por mero entretenimiento y otros muchos para intentar llevar a cabo algún tipo de descubrimiento. Con el abaratamiento de los telescopios, cada vez se tiene acceso a un mejor instrumento a menor costo, y también a los distintos accesorios que se pueden añadir al mismo. Algunos astrónomos aficionados han sustituido las cámaras fotográficas de antaño por modernas cámaras CCD. Con esta sustitución y la posibilidad de éstas, de digitalizar las observaciones realizadas, los astrónomos aficionados pueden llegar a hacer sus propias medidas del radio solar. Tras digitalizar una imagen del disco solar y guardarla en un PC, se puede trabajar con ella para obtener el valor del radio angular solar. Las imágenes obtenidas habrá que tratarlas por medio de un paquete informático, por ejemplo, el OCTAVE (se puede obtener gratuitamente en las direcciones de Internet siguientes: http://www.cyc.dfis.ull.es/asignaturas/octave/ o http://www.octave.org), que es de libre distribución en la red Internet y está disponible para múltiples sistemas operativos (Linux o Windows). Veamos un procedimiento diseñado por el autor para hacerlo. A partir de la imagen en forma digital y por medio de un paquete informático podemos calcular el gradiente (es similar a hallar la derivada bidimensional pero es así como se denomina más comúnmente de forma matemática, tal como se observa en la ilustración 7) a dicha imagen, que no es más que calcular las diferencias de intensidad que existen entre los distintos píxeles que forman la imagen y haciendo una representación gráfica de la misma se obtendrá la figura de la parte baja de la ilustración 7. 44 Ilustración 7. Esta es la representación de una imagen tomada por medio de una cámara de TV (parte superior), modelo Pulnix en el telescopio simbiótico. Un pequeño telescopio refractor de 68 mm de diámetro de apertura y 600 mm de longitud focal, que se encuentra anexado al cuerpo principal del telescopio VNT (Vacuum Newton Telescope) en el Observatorio del Teide, Tenerife. En la parte inferior se puede apreciar el gradiente de dicha imagen. Por medio del gradiente podemos saber las posiciones del borde del disco solar, que serán aquellas en las que las diferencias entre los puntos adyacentes sean máximas. Tras conocer estas posiciones habrá que emplear, para calcular el radio (estando éste expresado en píxeles) de una imagen en concreto, la relación cartesiana que existe entre el radio de la circunferencia (que son los puntos que forman el borde de nuestra imagen del disco solar) que pasa por los vértices de un triángulo inscrito en ella. Esquemáticamente el cálculo del radio se hace por medio de la ilustración 8 y el valor del mismo vendrá dado por la ecuación 1. Los puntos A, B y C determinan un triángulo cualquiera inscrito en la circunferencia. Con ello, y variando los tres puntos sobre el limbo solar, podemos obtener gran cantidad de determinaciones del radio solar. No todas son útiles, ya que si A, B o C se encuentran próximos entre sí el error que cometemos será grande (véase la ecuación 1, que recoge el cálculo del radio). La experiencia no aconseja utilizar sólo aquellos triángulos en los que el valor de A, B y C sean lo más próximo a un triángulo equilátero, alejándose como máximo un 20%. 45 R= 8. representación esquemática de la forma de calcular el radio de una imagen del disco solar por medio de un método geométrico. abc 4 s ( s − a )( s − b)( s − c) ; donde : s = a+b+c 2 Ilustración Ecuación 1. Forma analítica el valor del radio para nuestro método. Si sabemos la relación focal del telescopio, podemos saber cuál es el tamaño de un segundo de arco en el plano focal del mismo, que es donde tenemos situado nuestro detector, la cámara CCD. Esto nos lleva a poder pasar el radio que hemos obtenido, expresado en píxeles, a radio angular para poderlo comparar con las medidas realizadas por otros astrónomos. También podemos obtener un valor del radio físico del Sol, tras haber obtenido nuestra medida del radio angular solar. Si buscamos en las efemérides astronómicas el valor de la distancia que existía entre la Tierra y el Sol cuando fue realizada nuestra observación, con la fórmula trigonométrica que nos da la relación que existe entre el radio físico solar, el radio angular solar y la distancia entre la Tierra y el Sol, podremos obtener dicho valor, la ecuación es la siguiente: Rsolar = dT −S tan(Rangular ) Ecuación 2. Relación existente entre el radio físico solar, la distancia Tierra-Sol y el valor del radio angular del Sol sobre la bóveda celeste. donde: dT-S= distancia de la Tierra al Sol, extraída de las efemérides. Rangular= radio angular que hemos obtenido de nuestro experimento. Rsolar= radio físico del Sol. A lo largo de estas páginas hemos visto que desde hace mucho tiempo el ser humano ha llevado a cabo sus propósitos con mínimos recursos y que los grandes pensadores llevaron a cabo sus investigaciones con los escasos medios que tenían a su alcance. En este sentido, esperamos que este trabajo, sirva para fomentar la investigación futura en este campo, con independencia de los medios de que se dispongan para acometer tal objetivo. 46 Tabla 1. Medidas del radio angular4 Autor Fecha Método Radio (segundos de arco) Error (segundo de arco)5 Aristarco de Samos Gassendi 270 A.C. Reglas paralácticas 900 18 1630 Reglas paralácticas 980 9 Gascoigne 1640 Ocular micrometrado 967 8.5 Mutas 1644 Métodos de proyección 961 8.8 Cassini 1656 Altura meridiana de los limbos 947 8.7 Mouton 1660 Duración del tránsito visual 961 8.8 Eimmart 1694 Duración de un eclipse 967 4.50 Bradley 1753 Altura meridiana de los limbos 961.5 4.47 De L’isle 1756 Tránsito de Mercurio 961.7 4.46 Lalande 1760 Heliómetro 961.1 4.47 Lalande 1769 Tránsito de Venus 958.0 4.45 Bessel 1824 Tránsito por el meridiano 960.90 4.47 Airy 1837 Tránsito por el meridiano 962.25 4.48 Goujon 1842 Tránsito por el meridiano 962.20 4.48 Smith-M 1877 Tránsito por el meridiano 961.45 1.25 Auwers 1880 Heliómetro 959.63 1.24 Gething 1895 Tránsito por el meridiano 961.04 1.25 Ambronn 1897 Heliómetro 959.9 1.24 Cimino 1907 Tránsito por el meridiano 961.34 1.25 Chevalier 1912 Placas fotográficas 960.0 1.24 Smith-M 1946 Tránsito por el meridiano 961.34 1.25 Allen 1976 Métodos fotoeléctricos 959.63 0.10 Wittmann 1977 Métodos fotoeléctricos 960.0 0.10 Noel 1990 Astrolabio solar 960.8 0.01 Sofia 1994 959.53 0.12 Laclare 1996 Sextante del disco solar (sonda estratosférica) Mediciones CCD 959.40 0.01 Dziembowski 1997 959.18 0.03 Jilinski 1999 Medición imágenes CCD en MDI/SOHO Mediciones CCD 959.07 0.60 2000 Mediciones CCD 957.43 0.12 Sergio González 1 Un segundo de arco es el equivalente a la 1/3600 parte de un grado, de los 360 grados de los que está dividida la bóveda celeste. Un heliómetro es una línea recta trazada en el suelo en la dirección norte-sur de un local de grandes dimensiones, con un pequeño hueco circular en su techo denominado gnomon, justo encima de la meridiana. El gnomon está en el plano imaginario que une la línea recta situada en el suelo y la que une los distintos máximos alcanzados por el Sol, mediodía hora local, para los distintos días del año, en el lugar donde está emplazado el heliómetro. 3 Se entiende por limbo el punto donde la intensidad del disco solar pasa de ser un valor más o menos constante a ser prácticamente nula. 4 Las precisiones desde el siglo XXVII hasta principios del siglo pasado, peores del 1 %, hasta la primera mitad del siglo pasado en torno al 0.1 %, a continuación precisiones aproximadamente iguales al 0.01 %. 5 En cursiva se expresa el error estimado por medio de Toulmonde M., Ap. J., 1997, 325, 1174-1178. 2 47