VÍNCULO TEMPRANO Y TRANSFERENCIA ERÓTICA

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VÍNCULO TEMPRANO Y TRANSFERENCIA ERÓTICA MATERNA
Autor: Nohemí Reyes de Polanco.
Asociación Psicoanalítica Mexicana.
E mail: [email protected]
Descriptores:
0.01.03
07.01.04.
03.01.04
Resumen. Se estudia el surgimiento de una transferencia erótica materna como consecuencia de
una regresión en una mujer durante el tratamiento psicoanalítico. Se discute el origen,
presentación comprensión, dinámica del proceso. Se comunican las experiencias ilustrando con
material clínico la reedición en la transferencia erótica materna con la analista de esos vínculos
tempranos y conflictos no resuelto de la paciente.
En la literatura psicoanalítica existen numerosos reportes sobre transferencia erótica de mujeres
pacientes hacia terapeutas hombres; en menor grado se han publicado trabajos sobre
transferencias eróticas de pacientes hombres, a analistas mujeres; pero existen pocos
antecedentes clínicos sobre transferencias erótica materna de pacientes mujeres hacia analistas
mujeres.
Este ensayo se realizó a partir de las observaciones durante el tratamiento psicoanalítico
con una paciente mujer, quien después de cuatro años de análisis creó un proceso regresivo;
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encontrando en estas circunstancias una nidación y florecimiento de cierto tipo de transferencia
descrita recientemente en la literatura especializada, como transferencia erótica materna.
Mi interés en este trabajo es exponer y discutir el origen, la presentación y la dinámica de
la transferencia erótica materna y al mismo tiempo ampliar la comprensión del fenómeno,
comunicar mis experiencias clínicas, con un énfasis especial en la manera como una paciente
reedita en la transferencia esos vínculos tempranos y actúa los conflictos no resueltos,
reproduciéndolos en la transferencia erótica materna con la analista, de tal forma que esta figura
como objeto de deseo sexual en un momento dado encubre al objeto de necesidades de índole
narcisista.
Desde los inicios del psicoanálisis, la transferencia fue entendida, por Freud, como nuevas
ediciones de una experiencia temprana. En los años de 1912 y 1915 describió la transferencia
como una disposición fija del individuo a repetir sus conflictos infantiles con el analista.
Es destacable que a partir de 1980 se empezó a describir y referir en la literatura
psicoanalítica la transferencia erótica materna. Anteriormente, las transferencias maternas se
solían subsumir clásicamente bajo el rubro de transferencias arcaicas. Podemos decir que gracias
a nuevas formulaciones, las transferencias maternas, aunque sujetas a matices preedípicos
constituyen transferencias eróticas por derecho propio; representantes de dicha postura son
Wyre y Welles, (1989) y Lester, (1985 y 1990).
Utilizaré el término descrito por estos autores de transferencia erótica materna (Op. cit),
para describir aquellos deseos y fantasías eróticas, de amor y odio dirigidas a las partes reales y
simbólicas de la analista desplazadas en la transferencia; las cuales tienen sus raíces en los
primeros contactos sensoriales y afectivos entre la madre y su bebé.
A continuación presentaré para ilustrar la propuesta, datos de la historia y algunos
ejemplos clínicos breves de Mariana, así llamaré a la protagonista del caso. Ella acudió a sesiones
de análisis por una hipocondría severa, crisis de ansiedad intensas, temor a ser asaltada. Es una
primogénita, inteligente, profesional, culta, multilingüe, de treinta y cuatro años de edad, con una
vida de fantasía muy rica y facilidad para la expresión verbal.
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La madre de extracción religiosa y familia rígida, mantuvo una relación adhesiva con su
propia madre, convivía más con sus progenitores que con su esposo e hijos; a sus doce años de
Mariana, la familia pasó a vivir permanentemente a la casa de la abuela. La fantasía de Mariana
contiene la idea de haber sido una hija no deseada, no querida y hostilizada por la madre.
Otros aspectos relevantes a considerar, a consecuencia de una laringitis, la madre inició la
rutina de tomarle la temperatura por el recto como medida de control, a sus nueve meses de
edad. Más adelante, a sus dos años, le administraba enemas para “limpiarle el intestino”, práctica
rutinaria ejercida hasta los cinco años. En sus relatos la paciente recuerda esas sensaciones como
placenteras; teniendo registros de gozo en esa parte de su cuerpo. Es importante señalar que a
los cinco años ya recurría a la masturbación compulsiva manual o con otros instrumentos. Estudió
una carrera profesional en una universidad particular, en medio de una gran inestabilidad
emocional como fobias, trastornos psicosomáticos, miedo a ser seducida o violada.
Debo señalar que en el tratamiento, a través del material narrado, se percibía una pobre
integración de sus objetos internos, una vida de fantasía inmensamente rica y una tendencia a
disociarse. Ya avanzado el tratamiento, se instalaron unas épocas de profundas resistencias, al
sentir que todos sus “tesoros guardados” los estaba perdiendo, al comunicar lo más reprimido y
disociado de su mente como eran los momentos eróticos y vergonzosos de los enemas; la
actividad gratificante y placentera de las visitas frecuentes al urólogo; las fantasías eróticas
acuciosamente reprimidas y la actividad masturbatoria. La información proporcionada, auguraba
el futuro de la transferencia en términos de erotización, de su vinculación e internalización de los
objetos.
La transferencia erótica materna empezó a florecer
después de cuatro años de
tratamiento durante una fase regresiva, expresándose en su inicio en un claro y profundo amor
hacia la analista.
Paulatinamente se instalaron y fueron develando los contenidos de esta transferencia. La
paciente desde hacía algún tiempo, se había entregado a la compra compulsiva de relojes de
pulso, acumulando más de cuarenta en el término de un año. Este hecho no había sido referido
hasta que le provocó una quiebra económica. Hasta el momento no había un registro claro de su
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declaración de amor hacia la analista o no estaba suficientemente manifiesto. Fue posible
vislumbrarlo a través de la simbolización de un reloj en la sesión. Por intermedio de él, reproducía
las fases de acercamiento, flirteo y excitación, trasladando la seducción y la sexualidad a la
obtención de un reloj, pues cada uno de estos que simbolizaban a la analista era el objeto
proyectado de Mariana. Como se percibe la asociación del reloj con la analista, no era difícil, el
tiempo del análisis es algo que siempre se da en una relación analítica, porque el paciente no
dispone de él, más que durante la hora de análisis, o el tiempo estimado de la sesión.
En algunos momentos el desplazamiento del reloj, satisfacía una actuación sexual que
sentía por la analista; una vez explicitado el hecho, ella ventilaba sus demandas de seducción,
satisfacción de deseos hacia ella, tomando como vehículo el reloj mismo. De esta forma, se
generaba y removilizaba en el ahora, en la transferencia, una relación especial entre pacienteanalista”.
Desde la transferencia la paciente estaba tratando de estimular el erotismo en la analista,
tal y como lo había vivido en sus épocas tempranas, y en aquel entonces, con la madre.
Conforme el proceso se desarrollaba, la erotización brutal y masiva fue invadiendo la
escena analítica. Contratransferencialmente la sobreestimulación de que era objeto, era como
una lluvia e invasión de sensaciones primitivas. Desde su registro, al escuchar el relato, la primera
moción fue evadir la situación; era más fácil, pero se optó por afrontar las depositaciones de que
era objeto, metabolizarlas, y no caer en el “horror fóbico” o evadir el material. En esa parte del
tratamiento, se proporcionó el espacio a esa comunicación verbal y preverbal, para luego
procesarla, neutralizarla y a través de la actividad interpretativa en el área de la transferencia
devolverle y hacerle suyo lo que estaba tratando de provocar en la analista, así como el
significado de su erotismo y exhibicionismo.
Puedo mencionar que a través del exhibicionismo de su excitación por el objeto reloj se
mostraba y toleraba la fantasía y transferencia, frente a la cual se recreaba y escindía; la escisión
de ésta tenía un carácter defensivo.
Como se puede apreciar aunque en lo manifiesto, el material impresionaba como genital
inequívocamente, en realidad remitía a lo pregenital. A esta fase del proceso, en la transferencia
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la llamaremos de “fusión”, en virtud de que el objeto analista simbolizado en el reloj contenía
características de adhesividad absoluta. Este objeto llegó a convertirse en algo insustituible,
fuente de poder y suministro, al cual imperiosamente se acunaba, como un bebé, y se apegaba
para abastecerse de ese objeto nutricio, el cual necesitaba pero que también disfrutaba
receptivamente.
Ante la solicitud de demandas tan primitivas, surgía desde la contratransferencia, el temor
de ser engullida por ese espectro simbiótico que representaba la paciente. En ese momento se le
brindó el espacio de contención suficiente evitando procrear y facilitar la dependencia absoluta
(Winnicott, 1963).
En lo aparente, había un deseo de resguardar el vínculo con la analista por necesidad y
para disfrutar la simbiosis. Igualmente, en la transferencia erótica materna ella colocaba la
atracción de poder sostenerse de la madre, en el fondo, solicitarle protección. En este caso, la
transferencia oral, implicaba un deseo de reencuentro con el objeto primario recubierto de
erotismo para ocultar el anhelo de ese vínculo temprano con éste y mantener la fantasía de
recuperar lo básico dentro de la constelación narcisista.
En términos de resultados objetivos, en el contexto del material analítico y en función de
las elaboraciones previas, pudo reconstruirse qué el origen de la transferencia erótica materna,
surgió como un reedición del vínculo temprano con la madre, un vínculo erótico, actualizado en el
aquí y el ahora. El erotismo de Mariana,
fue una respuesta
a una doble fuente: la
sobrestimulación a la que estuvo expuesta y, a la frustración perpetrada en la infancia,
permitiéndole salir en esta forma de dolorosos estados de tensión narcisista.
A la luz del material expuesto se observa que este vínculo temprano madre- hija estuvo
revestido de una seducción primaria (Laplanche, 1998) intensificada y prolongada por las
necesidades narcisistas de la madre; pero que marcaron la vida intra-psíquica de la paciente, su
psicopatología, puntos de fijación, desarrollo de la personalidad y la transferencia durante el
análisis.
Con el transcurso del tiempo el recurso al objeto-reloj en el proceso analítico había
desaparecido, pasando la analista de objeto idealizado a objeto perseguidor, al desidealizarla se
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develaban los contenidos hostiles. A manera de reflexión: durante un período de franca
ambivalencia Mariana empezó a liberar sus fantasías sádicas, de agresión destructiva y odio hacia
la analista. Obviamente, estos fenómenos alcanzaron a explicitarse básicamente por la reedición
en la transferencia con la “madre fálica”.
Avanzada la expresión e interpretación de la transferencia erótica materna, apuntalada en
un ambiente de real contención y facilitación, brotaron accesos de creatividad en la paciente
fuera del tratamiento, un gran impulso a crecer se ejercitaba.
En el caso que analizamos, se había instalado una necesidad e impulso al desarrollo, al
repetirse una circunstancia infantil de interés por la analista madre; de esta manera se rompía la
fijación a la madre real. Dicha repetición desembocó en la ruptura de algo, para en lo sucesivo,
dar paso a la incorporación de las fuerzas en desarrollo. En la continuidad del proceso, con el
planteamiento y avance de la resolución de esta transferencia erótica materna, la paciente logró,
mayor aceptación como persona y lo que quería ser. Para entonces, se sucedieron épocas de
crecimiento, logros e intentos de independencia.
A manera de corolario de la experiencia clínica que presenté puedo afirmar que se
sustentan dos formas de expresión de la transferencia erótica materna, de acuerdo a los
significados más sobresalientes expresados en el contenido del material. A la primera se le
denominará de “erotismo-fusión”, a la segunda de “ambivalencia preedípica”.Subrayamos que
dentro de cada una de estas configuraciones el tipo de ansiedades, objetos transferidos y
conflictos; difirieron.
En esas expresiones, el juego del péndulo de la transferencia convertía a la analista en un
momento en el objeto más valioso, importante y querido por la paciente; para luego representar
un elemento indeseable, odiado, hostilizado, al cual deseaba controlar.
En la fusión materno infantil Mariana reeditó todo este universo vincular temprano
vivenciado anteriormente con la madre, en la actualización con la analista durante el tratamiento,
una vez reproducido e implantado éste, se creó un proceso regresivo, logrando distinguir lo
idealizado de lo satanizado del objeto temprano, hasta culminar el tránsito hacia un desarrollo
cuya evolución continúa por un camino más reorganizado y maduro.
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CONCLUSIONES.- Como aportación de investigación, en nuestra opinión este caso reseña,
comprueba y amplia, algunos puntos ya descritos en la literatura en relación a la transferencia
erótica materna. la oportunidad de rememorar la liga de ese largo periodo preedípico.
Mis ideas corren paralelas a las observaciones planteadas por Wyre y Welles (Op.cit), en
cuanto a las raíces de esta transferencia, la cual se remonta a los primeros contactos sensuales
madre-hija. Se sostiene que dicha transferencia surgió como vínculo adhesivo con la madre, un
vínculo actualizado en el aquí y el ahora, pero cuya calidad de resistencia estaba ligada a
satisfacer necesidades muy primarias, demandas narcisistas y una relación erotizada no resuelta.
De manera determinante se constatan los siguientes rubros: las relaciones eróticas
tempranas madre-hija normales dentro de un proceso del desarrollo, son susceptibles de tornarse
patológicas, cuando por los conflictos previos latentes de una madre, la conducen a modos de
relación y expresión del erotismo desviado creando alteraciones en los patrones sexuales futuros
de la hija; quien se ve impelida a actuarlos y subsecuentemente a desplazarlos en el setting
analítico con la o el analista.
. Como resultado de esta experiencia, ahora enfatizamos el hecho clínico de que esta
transferencia erótica materna registrada por Mariana, le permitió el tránsito regresivo de un
desarrollo evolutivo por esos vínculos tempranos y conflictos asociados, en un sentido dinámico y
circular (no tautológico), de una manera más cercana a la salud, por medio precisamente de la
rectificación del proceso.
BIBLIOGRAFÍA.
Freud, S. (1905) Tres ensayos para una teoría sexual. O.C.T. VII, Buenos Aires: Amorrortu, 1976.
------------- (1912) La dinámica de la transferencia. O.C. T. XII. Ibid.
________ (1915) Puntualizaciones sobre el amor de transferencia., O.C. T. XII. Ibid
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Lester, E:P: (l985). The female analyst and the erotized transference. Int. J. Psychoanal., 66:283,
Wyre,H and Welles, J. (l989). La transferencia erótica materna. Libro anual de Psicoanálisis. Lima.
Psicoanalíticas Imago. p.p 97-110..
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