Cooperativismo escolar Un cambio cultural

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Cooperativismo escolar
Un cambio cultural
Dentro de la provincia de Buenos Aires ya hay registradas más de 50 cooperativas
escolares que a través de proyectos productivos, culturales o deportivos inculcan en los
chicos los valores de la solidaridad y la moral. Deben ser parte del Proyecto Educativo
Institucional de la escuela y el eje central es, desde lo pedagógico, formar ciudadanos
responsables y comprometidos.
“Renunciamos”. La decisión ya estaba tomada. Tajante, contundente. Hacía un mes que
habían ganado las elecciones. Sentado frente al escritorio de la directora, el presidente de
la cooperativa escolar no titubeó. Con su guardapolvo impoluto y su voz serena de 11
años, argumentó: “No podemos cumplir con lo que prometimos en la campaña. No vamos
a hacer lo que hacen los políticos mayores”, insistía el ya renunciado presidente de la
cooperativa escolar. La directora intentó convencerlo pero el fracaso la llenó de angustia.
Minutos después el cuerpo docente debatía el anuncio de los alumnos. En la reunión
repasaron la definición de cooperativas escolares de la UNESCO y la angustia se
transformó en sonrisas, el objetivo estaba cumplido:
“Las cooperativas escolares son sociedades de alumnos administradas por ellos con el
concurso de los maestros y con vistas a actividades comunes, inspiradas por un ideal de
progreso humano basado en la educación moral, cívica e intelectual de los pequeños
cooperadores por medio de la gestión de la sociedad y el trabajo de sus miembros”.
“Si un chico de 11 años es capaz de realizar un planteo semejante, los docentes han
cumplido con lo que la escuela debe formar en los chicos a través del coopertarivismo
escolar”, señala Leonor Ocampo, encargada del área de cooperativismo
escolar en la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires.
Entusiasta, Ocampo ve en el cooperativismo una oportunidad para un cambio cultural
indispensable para soñar con un país distinto: “Cuando uno ve la formación que tiene un
chico que aprendió del vamos a trabajar en una cooperativa, te das cuenta de que el
futuro puede ser distinto. Con la educación se pueden hacer muchas más cosas, pero si
los formamos desde abajo como ciudadanos”.
Las cooperativas escolares tienen un funcionamiento muy similar a las cooperativas
convencionales, “pero el espíritu de una cooperativa escolar es que el docente cuente con
un recurso didáctico distinto para el desarrollo de determinados contenidos, en especial
con contenidos que tengan que ver con lo actitudinal. En las cooperativas se trabaja
mucho
la participación, la democracia y la ayuda mutua”, asegura Ocampo.
Si bien desde principios del siglo pasado ya había registros de cooperativas escolares, el
movimiento fuerte comenzó a aparecer en Francia después de la Segunda Guerra
Mundial cuando un docente, ante los desmanes ocurridos en la guerra y la destrucción de
las escuelas y material didáctico, decidió incentivar a sus alumnos para que se unan y
ellos mismos empiecen a preparar material didáctico para poder trabajar.
En la provincia de Buenos Aires, la primera experiencia comenzó en 1921 en Pigüé y
tiene justamente raíces francesas: “hemos detectado que en el año 1921 aparece la
primera cooperativa escolar en Pigüe, que estuvo incentivada por los colonos franceses
que fueron los que se instalaron en esa ciudad y formaron la primera cooperativa de
seguros agrícola del país. En esa primera cooperativa los chicos hacían jabones y tejidos.
En los fundamentos de esa cooperativa precisamente el director dice: ‘para fomentar el
espíritu de solidaridad y ayuda mutua entre los alumnos’”.
Posteriormente, en la Argentina hubo un proceso de auge a mediados del siglo pasado
durante los gobiernos constitucionales. Los gobiernos militares que inauguraron un nuevo
país a partir de la Revolución Libertadora, iniciaron un período en donde muchas
desaparecieron para volver a recobrar vigencia con el advenimiento y fortalecimiento de la
democracia en 1983.
“En las cooperativas escolares los alumnos trabajan para satisfacer sus propias
necesidades, pero no necesariamente se deben llevar adelante proyectos productivos.
Hay cooperativas que tienen obras de teatro, otras tienen coros y otras se dedican a
actividades deportivas”, cuenta Ocampo.
La participación en las cooperativas escolares es voluntaria, pero desde el punto de vista
psicológico es conveniente conformarla con chicos que tengan 10 años o más porque la
internalización de valores como la cooperación se adquiere a partir de esa edad.
El reglamento de cooperativas escolares establece explícitamente en su artículo 50, que
para ocupar un lugar en el consejo de administración o en la sindicatura, los niños no
deben ser menores a 10 años. Esta normativa reposa en aportes de teóricos como Piaget
que afirman que esta es la edad en donde los niños comienzan a entender e interpretar el
juego reglado con lo cual están preparados para cumplir un rol específico con
determinadas responsabilidades.
Para formar una cooperativa hay un proceso previo de concientización en donde los
docentes interesados en el proyecto trabajan, con todos los alumnos de la escuela, la
historia del cooperativismo y paralelamente van detectando las necesidades de la escuela
y las acciones que se podrían ejercer para encontrar soluciones. A este paso previo a la
conformación de la cooperativa se lo denomina comisión provisoria, que además,
establece espacios para cursos y charlas para obtener más información y conocer con
mayor profundidad la temática.
Los chicos que participaron de la comisión provisoria junto con los docentes, convocan a
una asamblea constitutiva en donde se informa sobre el proyecto y a partir de allí los
alumnos que deseen pueden asociarse.
Posteriormente se crean distintas comisiones y el Consejo de Administración integrado
por un presidente, un secretario, por un presidente, un secretario, un tesorero y vocales
que van a decidir sobre los destinos de la cooperativa.
Por otra parte, las cooperativas escolares también tienen como requisito la formación de
una comisión asesora, integrada por el director del establecimiento y tres docentes que
son los que van a ir guiando a los alumnos.
En la provincia de Buenos Aires, a partir de la creación del ámbito de cooperativas
escolares dentro de la Dirección de Cooperación Escolar, se ha puesto como condición
que para asociarse, el menor debe tener la autorización por escrito del padre.
La cooperativa escolar no cumple la función de suplir las responsabilidades de una
cooperadora.
Los chicos, en la asamblea que realizan a fín de año cuando presentan su memoria y su
balance, van a decidir qué destino le dan al dinero que recaudaron a partir de las
necesidades que ellos mismos establecieron.
En relación al funcionamiento de las cooperativas, Leonor Ocampo señaló que “no
funcionan fuera del horario escolar porque los alumnos están cubiertos por el seguro
escolar cuando están dentro de ese horario, y además porque el cooperativismo es una
actividad pedagógica. En esto somos muy insistentes porque no queremos que se
transforme en una actividad productiva de envergadura, en donde el alumno no logre ver
el proceso de lo que realmente es una cooperativa”.
“Nosotros hacemos mucho hincapié en lo que dice la UNESCO y les dejamos bien en
claro a los docentes que el objetivo es formar moral y cívicamente a los chicos. El
emprendimiento productivo es el medio que se utiliza para incentivar a los chicos.
Cualquier emprendimiento que se elabore desde una cooperativa escolar, debe estar
incorporado en el Proyecto Educativo Institucional (PEI)”, aclaró Ocampo.
En ese mismo sentido la funcionaria explicó que “cuando la escuela arma el proyecto de
cooperativa y lo incluye dentro de su PEI, establece los horarios para el funcionamiento
dentro de una escuela, y si el emprendimiento es productivo, no puede quitar horas a lo
pedagógico. En una ocasión llamaron de una escuela porque tenían la oportunidad de un
contrato importante en cuanto a la mercadería que tenían que entregar por mes, y
nosotros planteamos que era imposible porque para eso el chico tenía que estar todo el
día dentro de esa cooperativa haciendo esa producción y quitándole el tiempo a las
materias”.
Tornquist.
En lo que hace a la modalidad de su constitución y administración se deben seguir todos
los pasos requeridos, pero su duración se acota a un solo período escolar finalizando
sus actividades con la celebración de la Asamblea Ordinaria en la que se presentará
el balance y la memoria de todas las actividades realizadas.
El cooperativismo en la Provincia
La nueva Ley de Educación provincial 13.688 ha incorporado la enseñanza y práctica del
cooperativismo escolar. “Antes estaba la Ley 5.111 que hablaba de la obligatoriedad de la
enseñanza del cooperativismo y actualmente la tenemos dentro de la Ley de Educación.
A partir de ahora en la formación de los docentes se les va a enseñar este tema”, sostiene
Ocampo quien agrega que “era una de las grandes falencias que había, a tal punto que
el grueso de las cooperativas escolares que se han formado entre el 92 y el 99, se
conformaron porque se les brindó capacitación a los docentes sobre cooperativismo
escolar.
Las nuevas cohortes de docentes van a salir con estos conocimientos porque van a estar
dentro de los contenidos de formación”.
Los docentes son capacitados en dos ejes. En una primera instancia se trabaja sobre
cómo se organiza una cooperativa escolar, para luego proyectar el trabajo sobre cómo
se seleccionan los contenidos, cómo se incorporan en el PEI, cómo se detectan los
problemas reales de la escuela y a partir de ahí ver el tipo de cooperativa que se puede
proyectar.
En enero de este año, la Dirección General de Cultura y Educación institucionalizó un
espacio para las cooperativas escolares desde donde se planteó la necesidad de armar el
Programa de capacitación, fiscalización y control de cooperativas escolares en la
provincia de Buenos Aires que finalmente fue planificado sobre tres ejes. Uno de ellos fue
regularizar el espacio normativo que no existía, para lo cual se confeccionó un reglamento
de cooperativas escolares, un estatuto y todos los protocolos que se deben tener en
cuenta para armar una cooperativa.
El segundo eje que se está trabajando es el de la capacitación a los docentes, en donde
se ha puesto como condición que antes de crear una cooperativa escolar los docentes
tienen que recibir capacitación. Y, finalmente, el tercer eje hace referencia a la
participación y el apoyo a las cooperativas.
En relación al último eje, la Provincia organizó en el mes de junio el 1° Encuentro
Provincial de Cooperativas Escolares y en agosto, por primera vez en la historia, la
provincia de Buenos Aires tuvo un contingente que la representó en el Encuentro
Nacional de Cooperativas Escolares que se realizó en La Pampa.
“Cuando hicimos la reglamentación planteamos que la cooperativa escolar debe sacar
una personería escolar y tiene que tener una continuidad dentro de lo que es el proyecto
de la escuela”, cuenta Ocampo quien continúa: “una vez conformada la cooperativa se
deben enviar todos los papeles a la Dirección de Cooperativa Escolar quien le va a dar un
número de personería escolar, con lo que pasan a ser una institución reconocida. Si es de
una escuela secundaria, una vez que tengan la personería escolar, van a abrir una cuenta
bancaria del mismo modo que tienen las cooperadoras.
Todo el dinero que ingrese en la cooperativa tiene que ingresar a su cuenta y los chicos
tienen que acostumbrarse a manejar una cuenta que se abre a nombre de los docentes
asesores debido a la minoría de edad de los alumnos. El docente asesor para sacar
dinero del banco debe llevar la nota autorizada por el presidente y el tesorero del consejo
de administración porque sino no lo pueden sacar”.
A partir de la utilización de esta metodología de ‘registro’ de cooperativas escolares a
través de la personería y la cuenta bancaria, sólo pueden recibir subsidios por parte del
Ministerio de la Producción de la provincia de Buenos Aires aquellas cooperativas
escolares que estén regularizadas de esta manera
Para el próximo año, se espera un aluvión de inscripciones de cooperativas
escolares en la provincia de Buenos Aires.
Los días 22 y 23 de junio en la Escuela Hogar Evita de Esteban Echeverría se realizó el Primer
Encuentro de Cooperativas Escolares organizado por la Dirección de Cooperación Escolar, del que
participaron 250
personas entre alumnos cooperativistas, docentes, consejeros escolares y referentes de
políticas sociales. Delegaciones de 22 cooperativas de escuelas medias, primarias y
especiales, tanto públicas como privadas de diferentes lugares de la Provincia,
compartieron durante dos días sus experiencias. Además tuvieron oportunidad de participar
en talleres de capacitación sobre aspectos administrativos y contables de las cooperativas
dictados por el área de Capacitación de la Dirección de Cooperativas del Ministerio de la
Producción de la Provincia como así también de un taller sobre educación tributaria dado
por la AFIP.
Paralelo a las actividades de los alumnos, se dictaron charlas para docentes, referentes de políticas
sociales y Consejeros Escolares, sobre las normativas que la Dirección de Cooperación Escolar ha
implementado para el funcionamiento de las cooperativas escolares dentro del ámbito de su
incumbencia.
El cooperativismo y la Ley de Educación Provincial
En la Ley Nacional de Educación 26.206, se ha dispuesto en el artículo 90 que “el Ministerio de
Educación, Ciencia y Tecnología promoverá a través del Consejo Federal de Educación, la
incorporación de los principios y valores del cooperativismo y el mutualismo en los procesos de
enseñanza aprendizaje
y la capacitación docente correspondiente, en concordancia con los principios y valores establecidos
en la Ley 16.583 y sus reglamentaciones. Asimismo se promoverá el cooperativsimo y el
mutualismo”. Precisamente, es por el principio de federalismo que rige la organización política de
nuestro país, que el Consejo Federal de Educación puede promover en las carteras educativas
provinciales la incorporación de estas temáticas, lo que se hará por medio de leyes específicas o a
través de las respectivas leyes de educación de cada Provincia.
Tal es el caso de la provincia de Buenos Aires, en donde se acaba de promulgar la Ley de
Educación Provincial 13.688, y se ha dado un importante espacio al tema de la enseñanza y práctica
del cooperativismo mutualismo escolar en todos los niveles de enseñanza y que ha sido reforzado
con la creación del Departamento de Cooperativas
Escolares que depende de la Dirección de Cooperación Escolar que atenderá todo lo atinente
a la difusión, capacitación, asesoramiento y fiscalización de las cooperativas escolares dependientes
de la Dirección General de Cultura y Educación.
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