Contradicción de Tesis 98/2006-PS - Suprema Corte de Justicia de

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CONTRADICCIÓN DE TESIS: 98/2006-PS
ENTRE
LAS
SUSTENTADAS
POR
LOS
TRIBUNALES COLEGIADOS EN MATERIA CIVIL
PRIMERO Y SEGUNDO DEL TERCER CIRCUITO,
SEGUNDO DEL SEGUNDO CIRCUITO Y
PRIMERO DEL SÉPTIMO CIRCUITO.
MINISTRO PONENTE: JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ
SECRETARIO: FERNANDO A. CASASOLA MENDOZA.
México, Distrito Federal.
Acuerdo
de la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día quince
de noviembre de dos mil seis.
V I S T O S para resolver los autos de la contradicción de tesis
98/2006-PS, y
R E S U L T A N D O:
PRIMERO. DENUNCIA DE LA CONTRADICCIÓN.
Mediante escrito presentado el veintidós de junio de dos mil seis
ante la Oficina de Certificación Judicial y Correspondencia de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, Luis Francisco Martínez
Márquez, representante de Pablo Salas Cobos —parte del juicio de
amparo directo 205/2006 resuelto por el Segundo Tribunal Colegiado
en Materia Civil del Tercer Circuito denunció la posible contradicción
de tesis entre los siguientes criterios: 1) El sustentado por el Primer
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito en su tesis
“DEMANDA CIVIL. DEBE CONTENER LOS HECHOS EN QUE SE
FUNDE LA PRESTACIÓN DEL ACTOR Y NO EXTRAERLOS DE LOS
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
DOCUMENTOS FUNDATORIOS DE LA ACCIÓN (LEGISLACIÓN
DEL ESTADO DE JALISCO)”; 2) El sustentado por el Segundo
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Segundo Circuito en su tesis
de rubro: “DEMANDA CIVIL. LA OMISIÓN DE NARRAR LAS
CIRCUNSTANCIAS DE TIEMPO, MODO Y LUGAR DE CIERTOS
HECHOS, NO ES FACTIBLE DE SUBSANARLA NI ACREDITAR
ESTAS POSTERIORMENTE CON LAS PRUEBAS APORTADAS”; 3)
El del Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito,
en su tesis de rubro “ARRENDAMIENTO. RESCISIÓN DEL. ERROR
EN LA DEMANDA AL SEÑALAR EL NOMBRE DEL PREDIO
ARRENDADO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE JALISCO); y 4) El
sostenido por el Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Séptimo Circuito en su tesis de rubro: “ARRENDAMIENTO. EL
ERROR EN EL NÚMERO DEL INMUEBLE ARRENDADO NO
IMPLICA FALTA DE LEGITIMACIÓN PASIVA DEL ARRENDATARIO
(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ)”.
SEGUNDO. TRÁMITE DE LA DENUNCIA.
El día trece de julio de dos mil seis, el Presidente de la Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación admitió a trámite la
denuncia de contradicción y ordenó registrarla bajo el número
98/2006-PS; de igual forma, mediante acuerdo de seis de octubre de
dos mil seis, la consideró debidamente integrada, mandó dar vista al
Procurador General de la República y, finalmente, ordenó turnar los
autos a la ponencia de su adscripción.
Mediante certificación de dieciséis de octubre de dos mil seis, el
Secretario de Acuerdos de esta Primera Sala señaló que el plazo
concedido al procurador para exponer su parecer respecto este
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
conflicto transcurriría del diecisiete de octubre al veintiocho de
noviembre del presente año.
C O N S I D E R A N D O:
PRIMERO. COMPETENCIA.
Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
es competente para conocer y resolver sobre la presente denuncia de
contradicción de tesis, de conformidad con lo dispuesto por los
artículos 107, fracción XIII, párrafo primero de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos; 197-A de la Ley de Amparo; y 21,
fracción VIII de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en
relación con los puntos segundo y cuarto del Acuerdo General 5/2001,
y punto segundo del diverso Acuerdo 4/2002 del Tribunal Pleno de
esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, en virtud de que se trata
de una denuncia de contradicción suscitada entre criterios de
Tribunales Colegiados de Circuito, en un tema que, por su naturaleza
civil, corresponde a la materia de la especialidad de la Primera Sala.
SEGUNDO. LEGITIMACIÓN DEL DENUNCIANTE.
La denuncia de contradicción de tesis proviene de parte legítima,
de conformidad con lo previsto por los artículos 107, fracción XIII,
segundo párrafo constitucional y 197-A, párrafo primero de la Ley de
Amparo pues, en el caso, la contradicción de tesis fue denunciada por
el representante legal de una de las partes del juicio de amparo directo
205/2006, resuelto por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil
del Tercer Circuito —el cual es uno de los tribunales en posible
contradicción de criterios—, por lo que se actualiza el supuesto de
legitimación a que aluden los referidos preceptos.
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
TERCERO.-
EJECUTORIAS
QUE
PARTICIPAN
EN
LA
CONTRADICCIÓN.
En primer lugar, debe determinarse si en el caso existe
contradicción de criterios, para lo cual es necesario analizar las
ejecutorias que participan en la misma.
I. Por un lado, el Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil
del Tercer Circuito, resolvió los siguientes asuntos de la manera en
que se precisará a continuación:
1) Al resolver el amparo directo 1902/98, el Tribunal Colegiado
analizó un amparo derivado de un juicio de arrendamiento en el cual la
parte actora demandó el pago de diversas prestaciones, señalando
que la parte demandada había incumplido con “varias amortizaciones”,
sin que precisara cuántas ni cuáles de las amortizaciones entre la
fecha en que tenía que hacerse el primer pago mensual y la fecha
en la que la parte actora había hecho su liquidación eran las que
no se habían cubierto. Ante ello, el Tribunal Colegiado consideró lo
siguiente:
La
sola
afirmación
de
que
se
incumplió
con
“varias
amortizaciones” sin que se precise cuáles y cuántas fueron, hace que
la demanda sea obscura e imprecisa, porque careció de los datos
necesarios para que la parte demandada preparara su defensa, al
desconocer con exactitud los hechos en que se sustenta la pretensión
de la parte actora. La precisión de las amortizaciones que se dejaron
de pagar es un elemento de la acción y la parte actora estaba obligada
a satisfacerlo de conformidad con lo previsto por los artículos 2° y 267,
fracción V del Código de Procedimientos Civiles de Jalisco.
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
Además, dicha imprecisión no se subsana por el hecho de que
en la demanda se hubiera señalado que las prestaciones económicas
se contabilizaron “con números al 14 de noviembre de 1995”, pues de
esa afirmación sólo se desprende el quantum de las prestaciones
hasta esa fecha, pero no cuántas ni cuáles son las precisas
mensualidades que dejó de pagar la acreditada y no puede
establecerse que a partir de dicho quantum puede establecerse el
número de mensualidades insolutas, porque el monto de las
mensualidades no era fijo, sino variable.
Por otro lado, en el caso no se dijo a partir de cuándo se
reclamaron los intereses ordinarios y moratorios, sino únicamente
hasta qué fecha se contabilizaron y el monto de lo reclamado por esos
conceptos no puede servir de base para determinar a cuántas y cuáles
mensualidades corresponden, porque la tasa pactada era variable y
entre la fecha en que se calcularon las prestaciones y se presentó la
demanda no transcurrió ninguna mensualidad.
2) Al resolver los amparos directos 3816/2000 y 3817/2000, el
Tribunal Colegiado estudió un asunto derivado de un juicio sumario
hipotecario, en el cual la parte acreedora demandó el pago de diversas
prestaciones con base en el vencimiento anticipado de los plazos
pactados por las partes del contrato de apertura de crédito con
garantía hipotecaria fundatorio de la acción, sin expresar a partir de
qué mensualidad los demandados dejaron de cumplir con sus
obligaciones. El Tribunal Colegiado consideró lo siguiente:
En el caso, la causa de pedir se pretendió hacer consistir en el
vencimiento anticipado del plazo pactado en el contrato fundatorio de
la acción con base en la causal relativa a la falta de pago de tres o
más amortizaciones mensuales, pero no se expresó a partir de qué
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
mensualidad los demandados dejaron de cumplir con sus obligaciones
y, además, tampoco se afirmó que fueran tres amortizaciones, sino
que se empleó la “o” disyuntiva, que implica que pueden ser más de
esas tres mensualidades, pero no se precisó el número de
mensualidades que dejaron de cubrir los demandados y mucho menos
cuáles eran, sin que ello pueda subsanarse con el certificado contable
exhibido adjunto a la demanda de origen, porque el artículo 267,
fracción V es claro al establecer que es la demanda la que debe
contener los hechos en que se funde la pretensión del actor, porque la
demanda debe contener en forma propositiva y afirmativa, no
dubitativa y ausente, los hechos en que descansa la acción, pues es la
demanda la medida del litigio que propone el actor, como también la
medida de la jurisdicción del juzgador y lo que deberá probarse en
juicio, lo que excluye que de los documentos fundatorios puedan
extraerse hechos de la demanda, porque lo que requiere aquél
precepto no son hechos en sí, sino la afirmación concreta y categórica
que de ellos haga el actor, para integrar una propuesta y medida del
litigio.
Entonces, la autoridad responsable desbordó el litigio al estimar
acreditada la causal de vencimiento anticipado por falta de pago de
amortizaciones a partir de una fecha extraída de uno de los
documentos que se acompañaron a la demanda de origen, pero no de
la exposición de hechos de la actora que, como ya se dijo, constituye
la base de la litis en el juicio.
Con las mismas características el Tribunal Colegiado resolvió
utilizando similares razonamientos, los amparos directos 2006/2001 y
497/2002, sólo que en dichos asuntos la omisión de la parte actora
únicamente consistió en que no señaló en su escrito de demanda
en qué fecha se dio el incumplimiento de su acreditada y no se
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
hizo el razonamiento sobre la omisión del número preciso de
mensualidades que adeudaba la parte demandada; igualmente, en
el amparo directo 1582/2001, el Tribunal Colegiado consideró que, al
no haberse precisado en qué momento la parte demandada había
incumplido con el contrato de apertura de crédito, no se
acreditaban los elementos de la acción hecha valer por la parte
actora.
3) Al resolver el amparo directo 363/2002, el Tribunal Colegiado
analizó un asunto derivado de un juicio de anotación marginal. El actor
de dicho juicio aducía que siempre había sido conocido con un nombre
diverso al que estaba registrado en su acta de nacimiento, pero
omitió narrar por qué afirmaba que era conocido oficialmente con
el nombre que pretendió hacer valer. El Tribunal Colegiado
consideró, en síntesis, lo siguiente:
En el juicio se debió probar que el actor era conocido
socialmente con el nombre que refería, para lo cual era necesario que
los hechos que pudieran servir de base para justificar su afirmación
fueran parte de la litis.
El actor sólo señaló que fue registrado con un nombre y que
eclesiásticamente fue registrado como hijo de dos personas, y que
había sido conocido social y oficialmente con otro nombre, pero omitió
narrar por qué afirmaba que era conocido oficialmente con ese
nombre, pues su escrito de demanda no contenía ningún dato que se
refiriera a esa circunstancia, como el indicar si el nombre con el que
dice que se le conoce fue registrado ante el Instituto Federal Electoral,
el Seguro Social, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría
de Hacienda o el Departamento de Tránsito, ni indicó si en el lugar en
el que habitaba actualmente todos sus amigos, vecinos y familiares lo
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
conocían con el nombre que señala, por lo que es intrascendente
determinar si con las pruebas aportadas al litigio se acreditó esa
circunstancia, pues aún así no podrían tomarse en consideración,
porque los hechos probados con ellas no fueron referidos en el escrito
inicial de demanda y, por ende, no fueron materia de la litis.
4) Al resolver el amparo directo 783/2002, el Tribunal Colegiado
analizó un asunto derivado de un juicio ejecutivo mercantil en el cual la
parte demandada expuso como excepción toral, la omisión del
Banco actor de precisar en su demanda los hechos que
originaban el derecho que se exigía, a fin de estar en aptitud de
exponer lo que a su interés conviniera. Al respecto, el Tribunal
Colegiado consideró, en síntesis, lo siguiente:
La parte demandada en el juicio natural no estaba obligada a
ofrecer prueba alguna para demostrar su excepción, porque ello se
desprende de las actuaciones que integran el juicio natural,
propiamente de la demanda, misma que, al no reunir el requisito de la
fracción V del artículo 367 del Código de Procedimientos Civiles de
Jalisco, hace improcedente la acción intentada, porque dicho artículo
establece que es la demanda la que debe contener, de manera
propositiva y afirmativa, no dubitativa o ausente, los hechos en que se
funde la pretensión del actor.
Los anteriores criterios se plasmaron en la tesis III.1o.C. J/31,
cuyo rubro y texto son los siguientes:
“DEMANDA CIVIL. DEBE CONTENER LOS HECHOS EN
QUE SE FUNDE LA PRETENSIÓN DEL ACTOR Y NO
EXTRAERLOS DE LOS DOCUMENTOS FUNDATORIOS
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
DE LA ACCIÓN (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
JALISCO). El artículo 267, fracción V, del Código de
Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco establece que
es la demanda la que debe contener los hechos en que se
funde la pretensión del actor, y es así, porque la demanda
debe contener en forma propositiva y afirmativa, no
dubitativa y menos ausente, los hechos en que descansa la
acción, ya que es la demanda la medida del litigio que
propone el actor, como también la medida de la jurisdicción
del juzgador y, además, la medida de lo que deberá
probarse en el juicio, todo lo cual excluye que de los
documentos fundatorios puedan extraerse hechos que
puedan sustentar la demanda, porque lo que requiere
aquel precepto no son hechos en sí, sino la afirmación
concreta y categórica que de ellos haga el actor, ello para
integrar una propuesta y medida del litigio”1.
5) Al resolver el amparo directo 128/2004, el Tribunal Colegiado
analizó un asunto que derivaba de un juicio en el cual la actora
reclamó el pago de diversas prestaciones y se remitió al contrato
base de la acción, tanto para especificar el interés pactado como
para establecer cuánto era la suerte principal que reclamaba,
señalando la fecha en la que la parte demandada incurrió en
mora.
Al respecto, el Tribunal Colegiado consideró, en síntesis, lo
siguiente:
1
Publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo: XVI,
Agosto de 2002, página: 1073
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
La Sala responsable consideró que la actora no narró con
claridad los hechos en los que fundó la acción que ejerció y por qué tal
anomalía no se podía subsanar con los documentos fundatorios de la
acción o con las pruebas aportadas en el juicio, pero con tal actitud,
se desconoce el criterio jurisprudencial de la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, emitido al resolver la
contradicción de tesis 26/2002-PS, el cual señala: “DEMANDA. LA
OBLIGACIÓN DE EXPRESAR LOS HECHOS FUNDATORIOS DE LA
ACCIÓN, SE CUMPLE CUANDO EL ACTOR HACE REMISIÓN
EXPRESA Y DETALLADA A SITUACIONES, DATOS O A LOS
CONTENIDOS
EN
LOS
DOCUMENTOS
ANEXOS
A
ELLA
(LEGISLACIÓN DE LOS ESTADOS DE SONORA Y PUEBLA)”.
Por tanto, si en el caso la actora se remitió a los documentos
fundatorios de la acción para fundar las prestaciones que exigió, es
evidente que la Sala tenía la obligación de considerar dicha remisión
como parte integrante de la demanda y estudiar los elementos de la
acción con base tanto en lo narrado en el escrito de mérito como en el
contenido de los documentos base de la acción, puesto que ambos
fueron del conocimiento de la parte demandada desde el momento en
que se le emplazó a juicio.
6) Finalmente, al resolver el amparo directo 582/2002, el Tribunal
Colegiado analizó un asunto derivado de un juicio reivindicatorio en el
cual se discutía si un contrato de compraventa era de fecha cierta o no
a través de una acta de defunción que no había sido ofrecida
oportunamente, si dicho contrato de compraventa se celebró por un
mandatario con facultades para ello y si la acción de prescripción era
procedente.
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
II. Por su parte, el Segundo Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Tercer Circuito analizó los siguientes asuntos:
1) Al resolver el amparo directo 1079/99, analizó un caso en el
cual se demandaba la rescisión de un contrato de arrendamiento
respecto de un predio denominado “La Puesta”, pero en el
contrato de arrendamiento exhibido con la demanda se advertía
que el contrato se había celebrado respecto de un predio
denominado “La Cuesta”. La parte demandada hizo valer que el
predio cuya desocupación se le reclamaba no era aquél por el cual se
había demandado. El Tribunal Colegiado consideró al respecto lo
siguiente:
Si bien es cierto que en su demanda inicial el actor señaló que el
inmueble materia del arrendamiento era el denominado “La Puesta, El
Banco, El Cerro Alto y Sihuit”, pese a que de la cláusula primera del
contrato controvertido se advierte que el predio rústico arrendado se
denomina “La Cuesta, El Banco, El Cerro Alto y Sihuit”, también lo es
que, tal y como lo consideró el juez responsable, únicamente existe
error respecto de la primera letra del primero de los nombres que
componen la denominación del predio arrendado, lo cual constituye
sólo un error mecanográfico y no un dato suficiente para considerar
legalmente que el predio arrendado sea otro, máxime que la demanda
inicial de un juicio y los documentos fundatorios de la acción deben
entenderse como un todo y, si en el caso el contrato de arrendamiento
exhibido como fundatorio contiene el nombre correcto del predio
arrendado, resulta irrelevante que en la demanda se hubiese cometido
un simple error mecanográfico al precisar su denominación, pues del
análisis sistemático de ambos documentos puede llegarse a la
conclusión de que el bien arrendado lo constituye aquél al que se
refiere el contrato, dado que el ahora quejoso no aportó al juicio
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
natural elemento de convicción alguno tendiente a justificar que en su
calidad de demandado poseía un predio distinto de aquél cuya
desocupación se le reclama.
Dichas consideraciones se reflejaron en la tesis III.2o.C.28 C,
cuyo rubro y texto señalan:
“ARRENDAMIENTO, RESCISIÓN DEL. ERROR EN LA
DEMANDA AL SEÑALAR EL NOMBRE DEL PREDIO
ARRENDADO.
La demanda inicial de un juicio y los
documentos fundatorios de la acción constituyen un todo y,
por ende, si el contrato de arrendamiento exhibido como
fundatorio de la acción contiene el nombre correcto del
predio arrendado, resultará irrelevante que en la demanda
se hubiese cometido un simple error mecanográfico, al
precisar su denominación, si del análisis sistemático de
ambos, fácilmente puede llegarse a la conclusión de que el
bien arrendado lo constituye aquel al que se refiere el
contrato de mérito. En consecuencia, si al fundar la
rescisión de un contrato de arrendamiento, celebrado
respecto de un predio cuya denominación conste de varios
nombres, el actor yerra al señalar el primero de ellos pues,
verbigracia, en lugar de denominarlo: "La Cuesta", lo
denomina: "La Puesta", debe considerarse que lo anterior
constituye sólo un error mecanográfico y no un dato
suficiente para considerar legalmente que el predio
arrendado sea otro; máxime si, por otra parte, el quejoso
no aportó al juicio natural, elemento de convicción alguno
tendiente a justificar que, en su calidad reconocida de
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
arrendatario, posee un predio distinto de aquel cuya
desocupación le fue reclamada”2.
2) Al resolver el amparo directo 205/2006, analizó un asunto
derivado de un juicio sobre rescisión de contrato de arrendamiento, en
el cual se demandó la rescisión del contrato respecto de “la finca
ubicada en el número 1355 del Fraccionamiento Río Blanco del
Fraccionamiento el Mirador, Zapopan, Jalisco”, aportando como
contrato base de la acción el de arrendamiento relativo a la
mencionada finca, pero en el capítulo de prestaciones y de hechos,
el actor los hizo en relación con el inmueble ubicado en 337 de
Constituyentes
Jaliscienses,
Colonia
México,
del
mismo
municipio. El demandado se negó al pago de las prestaciones
reclamadas porque —dijo— jamás haber celebrado contrato de
arrendamiento con el actor respecto del inmueble citado en segundo
lugar. El juez condenó al demandado al pago de las prestaciones y el
tribunal de alzada confirmó dicha decisión. En el amparo, el Tribunal
Colegiado consideró, en síntesis, lo siguiente:
Al confirmar el fallo de primera instancia no se dejó en estado de
indefensión o incertidumbre a la parte quejosa, porque si bien en la
demanda inicial, en su parte expositiva, se hizo referencia a un
inmueble distinto del que precisó en su capítulo de prestaciones y
hechos, lo cierto es que no por ello se le dejó en estado de
indefensión, porque se acompañó el documento base de la acción a la
demanda, del que se desprendía sobre cuál inmueble se había
pactado el arrendamiento (coincidiendo con el domicilio señalado en la
parte expositiva).
2
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo: X, noviembre de 1999,
página: 957.
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
La interpretación de una demanda debe ser integral, de manera
que si de su contenido se advierte que se expusieron los motivos
esenciales de la causa de pedir y en relación con ellos se hace cita a
los documentos fundatorios de la acción, así como de los relacionados
con el litigio, indudablemente esos documentos forman parte de la
demanda y de su contenido, pues estimar lo contrario implicaría que
en la demanda respectiva se tuvieran que reproducir integralmente
todas las cuestiones contenidas en esos medios de convicción, lo cual
resultaría tan complejo como innecesario, porque para el juzgador el
estudio de la demanda no se limita al escrito inicial, sino que
comprende el análisis de los documentos que la acompañan, pues son
parte integrante de ella.
Además, de la lectura de los artículos 267 y 268 del Código de
Procedimientos Civiles de Jalisco, se colige que en la demanda deben
expresarse con claridad y precisión los hechos en que el actor funde
su demanda, es decir, los hechos que sustenten la acción que se
ejerce, pero en el caso tal obligación se cumplió cuando el actor hizo
remisión expresa y detallada a situaciones, datos o hechos precisos
contenidos en los documentos exhibidos junto a la demanda (contrato
de arrendamiento). Ello no implica omisión u oscuridad de la demanda,
porque con la remisión, aunada al traslado que se le corre con la copia
del documento a la parte demandada, ésta tendrá conocimiento de
esos hechos constitutivos de la acción, para poder preparar
adecuadamente su defensa, siendo aplicable la tesis jurisprudencial
de la Primera Sala que señala: “DEMANDA. LA OBLIGACIÓN DE
EXPRESAR LOS HECHOS FUNDATORIOS DE LA ACCIÓN SE
CUMPLE CUANDO EL ACTOR HACE REMISIÓN EXPRESA Y
DETALLADA A SITUACIONES, DATOS O A LOS CONTENIDOS EN
LOS DOCUMENTOS ANEXOS A ELLA (LEGISLACIÓN DE LOS
ESTADOS DE SONORA Y PUEBLA)”.
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
Así, la imprecisión de la demanda inicial respecto del domicilio
de la finca cuya desocupación se demandó puede equipararse a un
error mecanográfico que queda subsanado con el documento
fundatorio de la acción, ya que el actor hace remisión expresa y
detallada a situaciones, datos o hechos contenidos con el referido
contrato de arrendamiento.
III. Por su parte, el Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil
del Séptimo Circuito, al resolver el amparo directo 735/96, analizó un
asunto derivado de un juicio de arrendamiento en el cual se demandó
la terminación del contrato de arrendamiento respecto de una finca
marcada con el número 157-2 de determinada calle y colonia, pero
al narrar los hechos precisó que el número correcto era el 157 B2. La parte demandada opuso como excepción que no había relación
contractual respecto del inmueble mencionado, porque afirmó que
tenía en arrendamiento el número 157 B-2 y no el 157-2, de la misma
calle y colonia. No obstante, el contrato de arrendamiento
acompañado a la demanda establecía que el inmueble materia del
pacto era el local marcado con el 157 B-2 del número 157-B. El
juez de origen declaró acreditada la acción y el tribunal de alzada
confirmó dicha decisión. Al resolver el amparo respectivo, el Tribunal
Colegiado consideró, en síntesis, lo siguiente:
Aún cuando en el apartado I de la demanda se señaló que se
demandaba la rescisión del contrato de arrendamiento respecto del
inmueble marcado con el número 157-2, al narrar los hechos precisó
que el número correcto era el 157 B-2 y éste es el que coincide con el
contrato de arrendamiento, con lo que se confirma que la actora
demandó la rescisión del contrato respecto de éste último número,
pues al haberse citado el número 157-2, se incurrió en un error de la
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
escritura o lapsus calami, que no tiene la trascendencia suficiente para
determinar que se trata de un inmueble diverso, máxime cuando el
demandado reconoció la existencia del contrato de arrendamiento y el
error mecanográfico descrito no es suficiente para otorgar el amparo.
Dicho criterio se plasmó en la tesis VII.1o.C.21 C, cuyo texto y
rubro señalan:
“ARRENDAMIENTO. EL ERROR EN EL NÚMERO DEL
INMUEBLE ARRENDADO, NO IMPLICA FALTA DE
LEGITIMACIÓN
PASIVA
DEL
ARRENDATARIO
(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ). Cuando
de la lectura integral de la demanda civil se pone de relieve
que el actor, en el apartado relativo a las prestaciones
reclamadas, proporciona un número del inmueble locado y
al narrar los hechos menciona otro, ello no es obstáculo
para arribar a la conclusión de que se trata del mismo bien,
puesto que coinciden los demás datos de ubicación, como
son la calle, zona y ciudad, y debe constatarse, además,
en el contrato de arrendamiento, cuál es el número
correcto del predio arrendado, de conformidad con el
artículo 1784 del Código Civil para el Estado, que dispone,
entre otros aspectos, que si los términos de un contrato
son claros y no dejan duda sobre la intención de los
contratantes, se estará al sentido literal de sus cláusulas;
de ahí que esa equivocación carece de trascendencia
jurídica para establecer que se trata de un bien raíz
diferente y que el demandado no es la persona obligada”3.
3
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo: VI, Julio de 1997, página:
358. El precedente es: Amparo directo 735/96. Miguel Ángel Gil Ocampo. 13 de septiembre de
1996. Unanimidad de votos. Ponente: Omar Losson Ovando. Secretario: Alejandro Gabriel
Hernández Viveros.
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
IV. Por último, el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil
del Segundo Circuito, analizó los siguientes asuntos:
1) Al resolver el amparo directo 514/2002, el Tribunal Colegiado
estudió un asunto que derivaba de un juicio sobre prescripción positiva
de un inmueble. La parte demandada reconvino demandando la
rescisión del contrato de comodato verbal que dijo tenía celebrado con
su contraparte. Se absolvió a las partes respecto de las acciones
principal y reconvencional y en apelación dicha decisión se confirmó,
así que la parte actora promovió juicio de garantías. El Tribunal
Colegiado consideró, en síntesis, lo siguiente:
El artículo 589 del Código de Procedimientos Civiles del Estado
de México dispone que todo juicio principia por la demanda en la que
se expresarán los hechos en que el actor funde su petición
narrándolos sucintamente, con claridad y precisión para que el
demandado pueda preparar y producir su contestación.
En el caso, la parte actora manifestó que se encontraba en
posesión material, jurídica y virtual del inmueble en litigio, en concepto
de propietaria y con uso y disfrute del mismo de manera pública,
pacífica, continua y de buena fe, desde mil novecientos veinticuatro,
es decir, desde el momento de su nacimiento y que a partir de esa
fecha y desde que adquirió la mayoría de edad, ha sido poseedora a
título de dueña del inmueble.
No obstante, la parte actora no demostró a partir de qué
momento empezó a poseer el bien en litigio en concepto de
propietaria, pues aunque haya dicho que ello ocurrió a partir de mil
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
novecientos veinticuatro, cuando tenía la edad de un año y que fue a
partir del fallecimiento de sus padres, lo cierto es que no resulta
posible que hubiera tenido la posesión de un inmueble a esa edad,
porque carecía de capacidad de ejercicio. Así, sus manifestaciones no
sujetaban a la Sala de apelación a realizar una operación aritmética
con el fin de deducir la época en que la demandante empezó a tener la
posesión del bien y menos podía establecer que a partir de que la
actora cumplió la mayoría de edad comenzó su posesión, porque ello,
en todo caso, es una carga de la parte actora, o sea, el expresar los
hechos con claridad y precisión, pues no basta con señalar hechos
genéricos o apreciaciones personales, sino que esa carga consiste en
relatar con precisión las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que
se empezaron a ejercer los derechos sobre el bien, porque sostener lo
contrario implicaría dejar en indefensión al demandado, pues para
poder contestar, éste sólo podría hacerlos respecto de los hechos de
la demanda y no estaría en su alcance controvertir las circunstancias
relacionadas con los elementos de la acción que, por exclusión,
estableciera el tribunal.
No obsta a lo anterior el hecho de que con la prueba testimonial
ofrecida por la parte actora se haya acreditado el hecho generador de
la posesión, pues dichos testigos no establecieron con precisión el
momento a partir del cual la demandante empezó a poseer el
concepto de propietaria y la omisión de la demandante de narrar las
circunstancias de tiempo, modo y lugar de los hechos, no puede
subsanarse ni ser acreditada posteriormente con las pruebas
aportadas, porque corresponde al accionante el relatar con precisión
esas circunstancias.
El criterio del tribunal señalado se refleja en la tesis II.2o.C.316
C, cuyo rubro y texto señalan:
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
“DEMANDA CIVIL. LA OMISIÓN DE NARRAR LAS
CIRCUNSTANCIAS DE TIEMPO, MODO Y LUGAR DE
CIERTOS HECHOS, NO ES FACTIBLE SUBSANARLA NI
DE ACREDITAR ÉSTAS POSTERIORMENTE CON LAS
PRUEBAS APORTADAS. Corresponde al enjuiciante la
obligación procesal de narrar en su demanda los hechos
en que sustente la acción; de ahí que no basta señalar
hechos genéricos y apreciaciones personales, sino que tal
carga consiste en relatar con precisión las circunstancias
de tiempo, modo y lugar de cómo sucedieron todos y cada
uno de los hechos en que apoye su demanda, a fin de que
su contraparte tenga la oportunidad de preparar su defensa
y no quede inaudita, para establecer claramente la litis.
Consecuentemente, de no cumplirse con ello, es obvio que
las pruebas del demandante no son el medio idóneo para
subsanar las omisiones de los hechos de la demanda en
los que quiso fundar su petición, pues éstos deberán ser
relacionados con precisión, claridad y objetividad, en orden
con tales circunstancias de modo, lugar y tiempo”4.
CUARTO. INEXISTENCIA DE LA CONTRADICCIÓN.
Para que haya materia a dilucidar respecto de cuál criterio es el
que debe prevalecer, deben concurrir los siguientes supuestos:
4
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo: XIV, diciembre de 2001,
página: 1711. El precedente es: Amparo directo 654/2001. Tomás Cardo Limón. 2 de octubre de
2001. Unanimidad de votos. Ponente: Virgilio A. Solorio Campos. Secretario: José Valdés Villegas.
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
1) Que al resolver los negocios se examinen cuestiones jurídicas
esencialmente iguales y se adopten posiciones o criterios jurídicos
discrepantes;
2)
Que
la
diferencia
de
criterios
se
presente
en
las
consideraciones, razonamientos o interpretaciones jurídicas de las
sentencias respectivas, y
3) Que los diferentes criterios provengan del examen de los
mismos elementos.
Al respecto, es aplicable la jurisprudencia 26/2001, emitida por el
Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de rubro:
‘CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES COLEGIADOS DE
CIRCUITO. REQUISITOS PARA SU EXISTENCIA’5.
Cabe señalar que, aun cuando los criterios sustentados por los
tribunales contendientes no constituyen jurisprudencia debidamente
integrada, ello no es requisito indispensable para proceder a su
análisis y establecer si existe la contradicción planteada y, en su caso,
cuál es el criterio que debe prevalecer, siendo aplicable la tesis L/94,
de rubro: ‘CONTRADICCIÓN DE TESIS. PARA SU INTEGRACIÓN
NO ES NECESARIO QUE SE TRATE DE JURISPRUDENCIAS’,
emitida por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación6.
De confrontación de los criterios de los tribunales contendientes,
se llega a la conclusión de que no existe la contradicción de tesis
denunciada, tal y como se demostrará a continuación.
5
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Novena Época, tomo XIII, abril de 2001, página
76.
6
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Octava Época, tomo 83, noviembre de 1994,
página 35,
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
De conformidad con las síntesis que se realizaron con
anterioridad, se advierte que no se efectuó el análisis de los mismos
elementos por parte de los tribunales contendientes.
En efecto, las quince ejecutorias que obran en el expediente
permiten evidenciar que los supuestos que se analizaron fueron
distintos y pueden agruparse de la siguiente manera:
1) Asuntos en los cuales no se señaló con precisión algún hecho
que constituía un elemento de la acción (como sucedió en el amparo
directo 1902/98 resuelto por el Primer Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Tercer Circuito).
En este caso, lo único que resolvió el Tribunal Colegiado fue que
no se había acreditado la acción, porque no se había precisado uno de
sus elementos.
2) Casos en los cuales no se señaló con precisión algún hecho
que constituía un elemento de la acción, pero se discutía la posibilidad
de acudir a los documentos base de la acción o a las pruebas rendidas
en el juicio para establecer cuáles eran los hechos que no se habían
precisado en la demanda (lo cual sucedió en los amparos directos
3816/2000, 3817/2000, 2006/2001, 497/2002, 1582/2001, 783/2002 y
363/2002 del Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer
Circuito y en el amparo directo 514/2002 del Segundo Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Segundo Circuito).
En esos asuntos, el criterio de los tribunales fue coincidente en el
sentido de que cuando no se precisan los hechos en la demanda, no
puede el juzgador acudir a las pruebas documentales o de otra índole
que se presenten y desahoguen en el juicio, porque existe una
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
obligación de la parte actora de narrar los hechos que sustentan su
acción.
3) Asuntos en los cuales no se señaló con precisión el hecho en
la demanda, pero se hizo remisión expresa a los documentos base de
la acción (como sucedió en el amparo directo 128/2004 del Primer
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito y, en parte, en
el amparo directo 205/2006 resuelto por el Segundo Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito).
En dichos casos, el criterio coincidente de los tribunales
mencionados fue el de aplicar la jurisprudencia de esta Primera Sala
en el sentido de que si se hace remisión expresa a los documentos
base de la acción, no existe propiamente una omisión de narrar los
hechos de la demanda y, por tanto, la parte actora no incumple con la
obligación que le impone la ley.
4) Asuntos en los cuales existía un error mecanográfico o una
contradicción en los hechos narrados en la demanda (como sucedió
en el amparo directo 1079/99, en una parte del 205/2006 del Segundo
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito, y en el amparo
735/96 del Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Séptimo
Circuito).
En estos casos, se consideró que ante un error mecanográfico
evidente o una contradicción en la demanda sobre alguno de los
hechos, era correcto que el juez acudiera a los documentos base de la
acción con el objeto de determinar cuál era el hecho correcto (en la
especie, se señalaron dos domicilios diversos en la demanda o se
señaló uno, pero el mismo tenía un error mecanográfico que obligó al
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
juez a acudir a los documentos base de la acción —contratos de
arrendamiento—).
5) Asuntos que no se refieren ni a la ausencia de hechos en la
demanda ni a la posibilidad de acudir a los documentos o pruebas del
juicio para determinar cuáles hechos se omitieron (lo cual sucedió en
los amparos directos 582/2002 y 654/2001 de los tribunales colegiados
en materia civil Primero del Tercer Circuito y Segundo del Segundo
Circuito, respectivamente).
De lo anterior puede concluirse que los tribunales colegiados no
estudiaron los mismos elementos y, consiguientemente, no analizaron
la misma cuestión jurídica, razón por la que no es posible que haya un
criterio contradictorio. En otras palabras, no existe una verdadera
diferencia de criterios, porque los razonamientos de los tribunales
contendientes respondieron a situaciones distintas en cada uno de los
casos y, por lo mismo, las resoluciones fueron diversas en cada uno
de los casos, sin que se contrapongan con las de los otros tribunales,
ya que trataron, se insiste, de situaciones fácticas distintas.
De esta manera, en primer lugar, no existe la contradicción de
tesis entre los criterios que se refieren a la ausencia total de precisión
de los hechos en la demanda y la imposibilidad de tomar esos hechos
de las pruebas presentadas en el juicio7, con los que se refieren a los
casos en los cuales se hace remisión a los documentos base de la
acción8, y mucho menos respecto de los criterios que se refieren a
7
Amparos directos 3816/2000, 3817/2000, 2006/2001, 497/2002, 1582/2001, 783/2002 y 363/2002
del Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito y el amparo directo 514/2002 del
Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Segundo Circuito.
8
Amparo directo 128/2004 del Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito y, en
parte, el amparo directo 205/2006 resuelto por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Tercer Circuito.
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
errores mecanográficos o imprecisión de ciertos hechos por existir dos
en la demanda9.
Se afirma lo anterior porque en los casos sobre ausencia de
precisión de los hechos en la demanda, lo que sucedió es que no se
señaló un hecho fundamental para la procedencia de la acción, ni se
hizo remisión a los documentos base de la acción, por lo que los que
sostuvieron dichos criterios coincidieron en que si se permitiera que el
juez extrajera los hechos de las pruebas sobre cuestiones sobre el
momento en el cual se había incumplido con una obligación, se dejaría
en estado de indefensión a la parte demandada, porque no sabría con
precisión cuál hecho contestar.
Por otra parte, en los casos en los cuales se hizo remisión
expresa a los documentos en la demanda, se consideró que se
cumplía con la obligación de la parte actora de narrar los hechos
cuando hacía remisión expresa a los hechos contenidos en dichos
documentos y que ello no implicaba que se dejara en estado de
indefensión a la parte demandada, porque al hacerse remisión a los
documentos y al recibir los documentos la parte demanda, tenía la
posibilidad de defenderse.
Finalmente, en los asuntos sobre errores mecanográficos o
contradicciones sobre los hechos de la demanda, no se trataba de una
omisión de hechos de la demanda y, por ello, se consideró que los
errores de ese tipo eran subsanables si el juzgador acudía a los
documentos base de la acción para corregir esos errores.
Entonces, a pesar de que los tres criterios se hayan referido a la
posibilidad de acudir a los documentos o pruebas del juicio para
9
Amparos directos 1079/99 y una parte del 205/2006 del Segundo Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Tercer Circuito, y 735/96 del Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Séptimo
Circuito.
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
integrar los hechos de la demanda, las conclusiones a las que llegaron
tuvieron
su
justificación
precisamente
en
las
circunstancias
particulares de cada caso, pues no es lo mismo la omisión total de
hechos, que una remisión expresa a los documentos o que errores
mecanográficos o confusión por existir dos hechos contradictorios en
la demanda, y el criterio jurídico que solucione cada una de esas
circunstancias debe ser distinto, precisamente por la diferencia de los
hechos que se resuelven.
Por otra parte, el amparo directo 1902/98 del Primer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito tampoco está en
contradicción con ninguno de los criterios que obran en el expediente,
porque no se establece en ese amparo nada sobre la posibilidad de
acudir a los documentos o pruebas del juicio para subsanar la omisión
de precisar los hechos de la demanda, sino que únicamente se
consideró que como no se había señalado un hecho fundamental, no
procedía la acción.
De igual manera, tampoco están en contradicción ni entre sí ni
con los criterios señalados, los razonamientos contenidos en los
amparos directos 582/2002 y 654/2001 de los tribunales colegiados en
Materia Civil Primero del Tercer Circuito y Segundo del Segundo
Circuito, porque ni siquiera se refieren a la omisión de narrar los
hechos en la demanda y mucho menos a la posibilidad de subsanar
esa omisión acudiendo a las pruebas rendidas en el juicio, pues en el
primero de esos asuntos, la litis consistía en la incorrecta valoración de
las pruebas por parte de la Sala de apelación para acreditar la fecha
cierta de un contrato de compraventa y en la posibilidad de que
operara la excepción de prescripción opuesta por el demandado en el
juicio natural, mientras que el segundo asunto se trataba sobre la
posibilidad de que se pudiera estudiar como violación procesal la
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
negativa de la autoridad responsable de decretar la caducidad de la
instancia y sobre la incongruencia de los agravios que había esgrimido
el amparista en la apelación con las consideraciones de la resolución
de segunda instancia.
De esta forma, no se dan los requisitos para que exista
contradicción de tesis entre los criterios denunciados como contrarios.
No obsta a lo anterior el hecho de que el plazo para que el
Procurador General de la República opine respecto del posible tema
denunciado como contradictorio no haya transcurrido, porque esperar
que presentara su pedimento resultaría ocioso en tanto que, fuera cual
fuera la opinión de dicho funcionario, el sentido de la presente
resolución no cambiaría.
Sirve de apoyo a lo anterior la jurisprudencia 110/2002, emitida
por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la
cual esta Primera Sala comparte y cuyo texto señala:
“CONTRADICCIÓN DE TESIS. SI ES EVIDENTE SU
INEXISTENCIA, PUEDE EMITIRSE LA RESOLUCIÓN
CORRESPONDIENTE SIN ESPERAR A QUE VENZA EL
PLAZO ESTABLECIDO PARA QUE EL PROCURADOR
GENERAL DE LA REPÚBLICA FORMULE SU OPINIÓN.
El artículo 197-A de la Ley de Amparo concede al
Procurador General de la República el plazo de treinta días
para que exponga su parecer respecto de una denuncia de
contradicción de tesis; sin embargo, en aquellos casos en
que se advierta, de modo indudable, que no existe dicha
oposición de criterios, resulta ocioso e impráctico esperar,
como mero formalismo, a que concluya ese plazo para
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
emitir
la
resolución
correspondiente,
en
tanto
que
cualquiera que fuera la opinión de la representación social,
no tendría el alcance de cambiar el sentido en que debe
resolverse el asunto”10.
Por último, respecto del amparo directo 654/2001 del Segundo
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Segundo Circuito, aún cuando
está señalado como un precedente de la tesis de rubro: “DEMANDA
CIVIL. LA OMISIÓN DE NARRAR LAS CIRCUNSTANCIAS DE
TIEMPO, MODO Y LUGAR DE CIERTOS HECHOS, NO ES
FACTIBLE
SUBSANARLA
NI
DE
ACREDITAR
ÉSTAS
POSTERIORMENTE CON LAS PRUEBAS APORTADAS”, los datos
de que aparecen publicados del mismo (Magistrado Ponente, fecha de
votación, promovente y secretario) no coinciden con los de la
ejecutoria que obra en autos y esta Primera Sala advierte que no
refleja las consideraciones establecidas en la tesis mencionada.
En efecto, el primer precedente mencionado es el siguiente:
Amparo directo 654/2001. Tomás Cardo Limón. 2 de octubre de 2001.
Unanimidad de votos. Ponente: Virgilio A. Solorio Campos. Secretario:
José Valdés Villegas. No obstante, de los autos se advierte que el
amparo directo 654/2001, resuelto por ese Tribunal Colegiado, no fue
promovido por Tomás Cardo Limón, no se resolvió el dos de octubre
de dos mil uno sino el veintiuno de noviembre del mismo año, el
ponente no fue el Magistrado Virgilio Solorio Campos ni el secretario
fue José Valdés Villegas, sino que lo fueron el Magistrado Javier
Cardoso Chávez y Everardo Orbe de la O, respectivamente.
10
Publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo: XVI,
octubre de 2002, página: 200.
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
De esta forma, el asunto que aparece como precedente de dicha
tesis se trata de uno diverso que nada tiene que ver con la
problemática denunciada como contradictoria y que tampoco se refiere
al criterio que dicha tesis establece.
A pesar de lo anterior, no es pertinente ordenar la cancelación de
dicha tesis, porque se advierte que, independientemente de cuál haya
sido el asunto que generó la tesis mencionada, dicho criterio se reiteró
en el amparo directo 514/2002, por lo que, en todo caso, debe
incluirse dicho asunto como precedente de la tesis mencionada.
Por lo expuesto y fundado,
SE
R E S U E L V E:
PRIMERO. No existe la contradicción de tesis a que se refiere
este expediente 98/2006-PS.
SEGUNDO. Remítase a la Dirección General de la Coordinación
de Compilación y Sistematización de Tesis una copia de la presente
resolución para el efecto de que se realicen las correcciones
mencionadas en el último considerando de esta ejecutoria en relación
con la tesis de rubro: “DEMANDA CIVIL. LA OMISIÓN DE NARRAR
LAS CIRCUNSTANCIAS DE TIEMPO, MODO Y LUGAR DE CIERTOS
HECHOS, NO ES FACTIBLE SUBSANARLA NI DE ACREDITAR
ÉSTAS POSTERIORMENTE CON LAS PRUEBAS APORTADAS”.
Notifíquese y, en su oportunidad, archívese el expediente como
asunto concluido.
CONTRADICCIÓN DE TESIS 98/2006-PS.
Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, por unanimidad de cinco votos de los señores Ministros:
José de Jesús Gudiño Pelayo, Sergio A. Valls Hernández, Juan N.
Silva Meza, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Presidente
José Ramón Cossío Díaz (Ponente).
Firman el Ministro Presidente de la Sala y Ponente, con el
Secretario de Acuerdos, quien autoriza y da fe.
PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA Y PONENTE.
MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ
EL SECRETARIO DE ACUERDOS
DE LA PRIMERA SALA
LIC. MANUEL DE JESÚS SANTIZO RINCÓN
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