1 La evolución del producto agrario aragonés en la Edad Moderna

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La evolución del producto agrario aragonés en la Edad Moderna1
José Manuel Latorre Ciria
Universidad de Zaragoza
El cálculo del crecimiento económico de los siglos anteriores a la
industrialización es una tarea difícil emprendida por algunos historiadores (Van Zanden,
2005), pero que dista todavía de ofrecer resultados del todo satisfactorios (Llopis: 2004,
11-18). En el caso de Aragón, las posibilidades de reconstrucción del PIB y de su
evolución durante el Antiguo Régimen son, en el actual estado de las investigaciones,
escasas. Existen pocos datos cuantitativos sobre las principales variables que deben
considerarse: producto agrario, producto industrial, ingresos públicos y sector servicios.
El producto agrario es el mejor conocido debido a la existencia de algunos
trabajos sobre la evolución de la producción agraria a partir del diezmo (Moreno, 1984;
Latorre, 1989 y 2007), pero es necesario aportar mayores datos, sobre todo referentes al
valle del Ebro. El único intento de cuantificar la totalidad del producto agrario aragonés
lo realiza Pérez Sarrión (1999) para el año 1799, utilizando como fuentes el Censo de
frutos y manufacturas de España e islas adyacentes y los datos aportados por
Calomarde (1800) en su Discurso económico-político …; ambas fuentes, sin embargo,
como reconoce el autor que las maneja, son imprecisas. La estimación de Peiró (19791980) del PIB aragonés hacia 1800, se sustenta, así mismo, sobre bases empíricas
limitadas.
Sobre el producto industrial nada sabemos, salvo que en algunas zonas la
industria textil tuvo una cierta importancia, como es el caso de Zaragoza, el Pirineo
oscense o en los partidos de Alcañiz, Teruel y Albarracín. Estudiando el censo de
manufacturas de Aragón de 1784, Miguel (1994) observa que más de la mitad de los
telares aragoneses estaban en las tierras de Teruel y Albarracín. Según Peiró (2000),
hacia 1786, el 23 por ciento de la población activa de las zonas situadas a mayor altura
en la provincia de Teruel se dedicaban a la industria, cuando el promedio en Aragón era
1
Este estudio forma parte de los trabajos del grupo de investigación consolidado “Blancas”, reconocido
por la Diputación General de Aragón. Se ha contado también con la colaboración de la Fundación
Universitaria Antonio Gargallo.
1
del 13,7. Sin duda, la aportación de esta producción textil lanera al PIB del sur aragonés
era relevante, aunque quedara bastante más diluida en el conjunto de Aragón.
Muy difícil de valorar son las actividades económicas que se desarrollaban en
torno a los bosques, especialmente los del Pirineo y el sur de Aragón, cuya madera era
explotada con diversas finalidades, entre las que se encontraba la producción de carbón
vegetal para las herrerías o la exportación de madera para los arsenales reales2.
Con respecto a los ingresos públicos, se dispone de algunos datos referentes al
monto de las entradas de la hacienda foral aragonesa durante los siglos XVI y XVII,
concretamente los arrendamientos del general, esto es de los ingresos procedentes de los
tributos aduaneros (Colás y Salas: 1982, 43; Sanz, 1992). También existen
informaciones dispersas sobre las rentas reales en Aragón, pero su estudio apenas si se
ha esbozado3.
Partiendo, pues, de la dificultad para abordar una cuantificación del PIB
aragonés, me centraré en el estudio de la evolución del producto agrario bruto y del
producto agrario bruto por habitante, a fin de poder precisar el progreso económico de
la región a lo largo del siglo XVIII. Es una centuria tradicionalmente considerada como
muy positiva para la economía aragonesa (Pérez, 1999), cuestión que trataré de verificar
a través de la información suministrada por los diezmos de una muestra de localidades.
Realizo dos cortes cronológicos, uno a finales del XVII (1685-1694) y otro en las
postrimerías del setecientos (1785-1794). Si tenemos en cuenta la evolución de la
producción agraria en el obispado de Teruel, el primer período corresponde a una fase
de notable crecimiento del producto agrario, superada ya la crisis del XVII. El segundo
corte se sitúa en el final de la fase expansiva del setecientos, antes de comenzar un
rápido declinar de la producción (Latorre, 2007). La primera intención era haber
establecido tres cortes, uno al final de cada centuria de la Edad Moderna, pero no ha
sido posible, hasta el momento, hallar series de diezmos similares a las aquí manejadas
para el siglo XVI.
Finalmente, a partir de los diezmos y de los censos de población de 1709 y 1787,
se tratará de establecer la evolución del producto agrario bruto por habitante, variable
que nos dará la medida real del crecimiento agraria de la centuria.
2
En diversos momentos del siglo XVIII hubo una activa exportación de madera desde los bosques de la
provincia de Teruel hacia Valencia y Cartagena, cuyo destino era suministrar madera a los arsenales
reales.
3
ARTOLA, 1982: 163-171; LALINDE, 1982: 407-446; SALAS, 1993: 491-510; SANZ, 1993: 535-544 y
1990: 107-138.
2
El territorio objeto de la muestra es el obispado de Teruel (75 localidades) y el
arciprestazgo de Belchite (77 localidades), perteneciente al arzobispado de Zaragoza
(Figura 1)4. En total se manejan datos de 152 pueblos situados en diversas zonas
geográficas, los cuales se analizarán globalmente y por comarcas agrarias, siguiendo la
comarcalización agraria ensayada por el Ministerio de Agricultura5.
Los pueblos de las comarcas del Maestrazgo y la Serranía de Montalbán se
sitúan en áreas de montaña, los del Jiloca y Hoya de Teruel en llanuras de notable
altitud (900-1000 m.) y los de Caspe, Zaragoza y parte del Bajo Aragón en el valle del
Ebro, por lo que la muestra puede ser bastante representativa del conjunto de Aragón6,
si bien es cierto que predominan las áreas de montaña y planicies elevadas, con un
4
En la Figura 1 –elaborada por María Victoria Lozano Tena- se han situado todas las localidades de las
que se tiene información sobre los diezmos, pero en el estudio sólo se usan los datos de 152, dado que no
se dispone de cifras de población, para 1787, de algunos pueblos, casi todos ellos comprendidos en el
Partido de Daroca (Anadón, Cortes de Aragón, El Collado, Huesa del Común, Josa, Loscos, Maicas,
Mezquita de Loscos, Monforte de Moyuela, Plou, Salcedillo, Segura de los Baños, Blesa, Muniesa,
Almonacid de la Cuba, Azuara, Moneva, Moyuela, Plenas, El Villar de los Navarros, Herrera de los
Navarros y Vistabella).
5
Comarcalización agraria de España, Madrid, Ministerio de Agricultura, Secretaría General Técnica,
Segunda edición, 1978.
6
La mayoría de los pueblos pertenecen a la provincia de Teruel, de la cual sólo queda fuera la Serranía de
Albarracín y una parte de la comarca del Jiloca. El resto son pueblos de la provincia de Zaragoza
lindantes con la de Teruel.
3
clima frío y de escasas precipitaciones. Son zonas mayoritariamente de secano, donde
sólo las pequeñas vegas de algunos ríos pueden ser irrigadas.
Figura 1: Poblaciones del obispado de Teruel y del Arciprestazgo de Belchite
(Zaragoza)
4
Fuentes y método
El diezmo eclesiástico es la mejor fuente existente para conocer la producción
agraria durante el Antiguo Régimen, sin perjuicio de que su uso no está exento de
dificultades, señaladas desde hace años por diversos autores (Marcos, 1983).
Como fuente para el estudio se utilizan los libros de cuarteación del obispado de
Teruel y del Arciprestazgo de Belchite, perteneciente al arzobispado de Zaragoza,
donde se registra la totalidad del diezmo de cada uno de los pueblos. Tras anotar el
importe total del mismo, se hacen constar las divisiones, los repartos del producto
diezmal entre las distintas instancias eclesiásticas interesadas en el mismo. Es una
fuente, por tanto, que registra el diezmo total en especie de las distintas localidades, sin
perjuicio de que algún diezmo menor pueda ofrecerse en dinero. Su fiabilidad es mayor
que cuando sólo se usa la parte de alguna institución eclesiástica o se recurre a los
diezmos arrendados, que requieren el uso de deflactores.
Las disposiciones sinodales nos indican que en cada localidad existía un
colector, con frecuencia el rector de la parroquia, a cuyo cargo estaba la obligación de
recoger la masa decimal. Este colector era el encargado de anotar en un libro el nombre
de los que entregaban el diezmo y la cantidad que aportaban de cada una de sus
producciones. Este libro debía estar a disposición de las distintas personas o
instituciones eclesiásticas interesadas en el diezmo de las correspondientes localidades.
Una vez recogido se procedía a su medición en presencia de todos los que tenían
derecho a una parte del mismo y se anotaba el resultado, que era comunicado al baile
del obispado, en el caso de que él no pudiera estar personalmente presete. Éste era un
eclesiástico nombrado por el prelado y tenía como función dividir el monto de los
diezmos de los distintos pueblos entre los beneficiarios de los mismos; su labor queda
plasmada en los libros de la “cuarteación”, donde quedan registrados, como queda
dicho, los diezmos íntegros en especie de cada localidad y los repartos del producto
diezmal entre sus beneficiarios.
En el arzobispado de Zaragoza, dada su extensión territorial, el arzobispo
nombra cuatro bailes para la cuarteación, uno para cada una de las siguientes divisiones
del arzobispado: Arciprestazgo de Zaragoza, Arciprestazgo de Belchite, Arciprestazgo
de Daroca y partido de Puertomingalvo. Los bailes hacen la división del diezmo y se les
dota de jurisdicción para resolver los problemas que surgen en torno al mismo. Sus
5
funciones quedan claramente expresadas en las constituciones sinodales del
arzobispado7.
El diezmo es una fuente cuya utilidad para conocer la evolución de la
producción no parece admitir duda, al menos hasta finales del siglo XVIII. Más
problemático es su uso para calcular el producto agrario bruto, por diversas razones que
expongo a continuación.
Los libros de cuarteación ocultan, casi siempre, los llamados diezmos menores
(frutales, legumbres, lechones, jumentos, novillos, colmenas…), los cuales quedaban
normalmente en manos de los párrocos.
Son productos que tenían una notable
importancia para la subsistencia de los campesinos, aunque su aportación al producto
agrario global seguramente era insignificante, al margen de que en algunos casos
concretos pudieran tener un mayor peso. Así, por ejemplo, el valor en dinero de la
cosecha de nueces en las masadas del Hospital de Teruel, entre 1799 y 1827, equivalía a
un promedio del 13,96% del valor de la cosecha de trigo. Es cierto, sin embargo, que
este dato no es generalizable. Estas masadas disponían de unas hectáreas de regadío muy limitado en el área estudiada- que les permitía obtener unas buenas cosechas de
nueces y también, en menor medida, de manzanas; su cercanía a la ciudad de Teruel
facilitaba su venta8.
El diezmo no siempre recoge puntualmente los nuevos cultivos, sobre los que la
Iglesia no reclama su pago hasta que alcanzan un cierto volumen. Por su parte, los
campesinos suelen negarse inicialmente al abono alegando falta de tradición. Esta
circunstancia no parece afectar a nuestros datos, donde si aparecen los principales
productos. Tal vez la excepción más notable sea el caso de la seda, producto que
alcanzó cierta importancia en distintos lugares del Bajo Aragón, si hacemos caso a Asso
(1798: 98-101) o Arteta (1783: 80). Sin embargo, por motivos desconocidos, hasta 38
pueblos del arzobispado de Zaragoza, incluyendo en ellos a los mayores productores,
estaban exentos del pago del diezmo de la seda, razón por la cual queda sin valorar esta
producción (Orera, 1980: 92-98).
Un caso importante es el del diezmo de la lana, que los libros de cuarteación no
recogen, salvo la lana diezmada en los pueblos del Maestrazgo dependientes del
7
Constituciones synodales del arzobispado de Zaragoza hechas y ordenadas por el excelentísimo señor
D. Antonio Ybañez de la Riva Herrera..., Zaragoza, Pascual Bueno, 1698, pp. 52-55.
8
J.M. LATORRE CIRIA (2008), “Producción, rendimientos y renta agraria en Teruel: Las propiedades del
Hospital de la Asunción (1770-1832)”, Comunicación presentada al XII Congreso de Historia Agraria,
Córdoba.
6
arzobispado de Zaragoza. Dado que en los del obispado de Teruel no se recoge, se han
eliminado esos datos parciales porque nada aportan. Se desconocen las razones por las
cuales el diezmo de la lana no queda anotado en los libros de cuarteación, pero cabe
pensar que ese diezmo lo percibieran los párrocos o que fuera abonado en los lugares
donde invernaban las ovejas, puesto que estamos hablando de una ganadería
mayoritariamente trashumante.
Es sabido, por otra parte, que una parte de las tierras quedaban exentas de pagar
diezmo. El clero regular pretendió quedar exento del pago del mismo, lo que propició
numerosos pleitos con los seculares. La solución adoptada fue, generalmente, considerar
exentas del pago de los diezmos a las tierras originarias, a las que formaron el
patrimonio fundacional de los conventos y que, además, fueran trabajadas directamente
por los regulares, quedando obligados al pago del tributo por todas aquéllas que
adquirieron con posterioridad o que no fueran explotadas bajo su acción directa.
Además del clero regular, también gozaron de algunas exenciones las órdenes militares,
algunas fincas pertenecientes a las parroquias, cofradías o santuarios y, finalmente,
alguna heredad señorial. Para el arzobispado de Zaragoza se dispone de una encuesta,
realizada en 1743, que da noticia de las tierras exentas en distintas localidades, aunque
sin ofrecer normalmente su extensión (Orera, 1980: 73-81). Allí se puede comprobar
que en 44 localidades, de las 77 correspondientes al arzobispado de Zaragoza utilizadas
en este estudio, existen tierras exentas, casi todas ellas de órdenes religiosas y de
órdenes militares. En el obispado de Teruel la situación sin duda era distinta, dado que
la inmensa mayoría de los pueblos eran de realengo, pues sólo hay 11 se señorío
eclesiástico o laico, de un total de 75 manejados. Estimar que parte del producto queda
al margen del diezmo por esta vía es difícil de concretar, si bien, para el obispado de
Segovia, a fines del XVIII, Barrio Gozalo (1982: 99) calcula que un diez por ciento del
producto queda fuera de la tributación decimal. Este porcentaje, sin embargo, parece
excesivo para el caso que nos ocupa dado el número de localidades con tierras exentas.
Otro elemento, más relevante, es el escusado. En el reinado de Felipe II se
estableció que el diezmo de una casa de cada pueblo –la casa escusada- se entregara al
rey. En Aragón, el clero llegó a un acuerdo por el cual el escusado se fijaba en una suma
concreta de dinero que debía entregarse anualmente al monarca; esta cantidad era luego
repartida internamente por el clero entre sus miembros atendiendo a su nivel de
ingresos. Durante el siglo XVIII, en España, hubo períodos de tiempo en los que se
siguió ese sistema y otros en los que el excusado fue administrado directamente por el
7
rey. La real hacienda se ocupó de percibir el excusado desde 1761 hasta 1775 y desde
1796 en adelante (Barrio, 2004: 261 y 352). Esta cronología indica que los datos aquí
manejados, corte de 1785-1794, no se ven afectados por una minoración de la cuantía
del diezmo que si se habría producido en caso de administración directa del rey.
Una cuestión largamente debatida es la del fraude en el pago de los diezmos. Es
indudable que un cierto grado de defraudación siempre debió existir, aunque los
controles establecidos por la Iglesia, tanto morales como jurídicos, debieron mantener el
fraude en niveles muy bajos, al menos durante la mayor parte de la Edad Moderna9. La
situación debió ir deteriorándose conforme avanzaba la segunda mitad del siglo XVIII
y, sobre todo, desde comienzos del siglo XIX10.
A lo largo del setecientos se produjeron, en determinadas zonas, roturaciones de
tierras para ampliar las superficies cultivadas. En algunas ocasiones, estas nuevas tierras
disfrutaron de una rebaja temporal en la tasa del diezmo, como medio para compensar el
incremento de los gastos derivados de la puesta en cultivo de las nuevas tierras. La
rebaja de la tasa podía ser hasta del 50%. No obstante, su incidencia en el producto total
debió ser muy limitada dado que las roturaciones no fueron masivas y porque se trataba
de una rebaja de la tasa, no de su desaparición11.
Junto a estas cuestiones de carácter general, surgen también otras más concretas
y localizadas, cuyo peso en la minoración del diezmo es poco relevante. En algún lugar
concreto, es el caso de Híjar, la mitad del diezmo corresponde al duque del mismo
nombre, por lo que el libro de cuarteación sólo recoge la mitad del diezmo de la
localidad.
En otros pueblos –Híjar, Samper de Calanda, La Puebla de Híjar, Urrea de Gaén,
Lécera, Torrevelilla- una parte del diezmo lleva incorporada la primicia. Esto implica un
ligero aumento, pero son muy pocas localidades y la cuantía de la primicia es poco
relevante, por lo que el efecto sobre la producción global puede decirse que es
irrelevante12. En La Fresneda y La Portellada no se anota el aceite en los libros de
cuarteación porque su producto no corresponde a los interesados en el cuarto.
9
Sobre las formas de resistencia al pago del diezmo, LATORRE CIRIA (1992: 56 y ss.).
ANES (1974: 165). CANALES (1982: 147-156). ARDIT LUCAS (1989: 391). LLOPIS AGELÁN (1983: 139) y
(2002: 174-175). RODRÍGUEZ LÓPEZ-BREA (1995: 286). MUÑOZ DUEÑAS (1994). MORENO ALMÁRCEGUI
(1984: 486). MATEO DEL PERAL (1976: 290-291).
11
Aparecen diezmos de novales, siempre a partir de 1818, en El Castellar, Cedrillas, Gudar, Mosqueruela,
Argente, Camañas, Corbalán, Visiedo, Alba y Torrelacárcel.
12
La primicia, en el obispado de Teruel, era el 2,5% de la cosecha, mientras en el arzobispado de
Zaragoza el porcentaje era del 3,3%. LATORRE CIRIA (1990: 30). Constituciones synodales del
10
8
Finalmente, cabe mencionar que, en ocasiones, no se nos da el producto del
diezmo en especie, sino su importe en metálico fruto del correspondiente
arrendamiento. Así ocurre frecuentemente con las “filarzas”, es decir con las fibras
textiles: cáñamo, lino, estopa… También es frecuente que pequeños diezmos, como los
de los novillos, jumentos, mulatos u otros similares, aparezcan reflejados en dinero.
Otras veces encontramos algunas cantidades de dinero procedentes de restos de diezmos
de corderos, uvas, aceite o cualquier otro producto. Estas sumas de dinero no las
considero en mi análisis, pues no son especialmente relevantes y, además, no dispongo
de precios para valorar el conjunto de la producción en unidades monetarias.
A pesar de estas matizaciones a la validez de los diezmos, sin duda a partir de
ellos se puede llegar a un cálculo bastante aproximado del producto agrario, objetivo
que trato de alcanzar a partir de las fuentes y cortes temporales descritos. Obviamente,
todas estos problemas planteados dejan claro que el diezmo no representa el diez por
ciento del producto agrario, sino un porcentaje algo menor, sobre lo que volveré más
adelante.
Si las fuentes para calcular el producto agrario bruto plantean problemas también
éstos los encontramos a la hora de elegir la fuente demográfica para realizar el cálculo
del producto por habitante. Al no disponer de series de bautismos recurriré a los censos,
concretamente al de 1709, pues su cercanía al primer corte de las series diezmales le
convierte en un instrumento útil, y al de 1787.
Los historiadores del setecientos han calculado la población de Aragón en los
inicios del siglo XVIII a partir de los datos del censo de 1711, cuyas cifras, comparadas
con las de 1787, arrojan un alto crecimiento de la población, cifrado en el cien por cien
(Pérez Sarrión, 1999: 53). Este fuerte incremento ha sido rebajado a la mitad por Salas
(2000: 369), el cual eleva el suelo inicial de la población partiendo de la información
suministrada por el censo de 1709. Éste, considerado por Salas como más fiable que el
de 1711, fue elaborado con la información aportada por los obispos de las diócesis
aragonesas, que comunicaron el número de parroquias existentes en sus obispados y el
de feligreses que las habitaban.
Para finales de siglo manejo el censo de 1787, al cual se le reconoce una
ocultación de, al menos, el cinco por ciento (Marcos, 2000: 559).
arzobispado de Zaragoza hechas y ordenadas por el excelentísimo señor D. Antonio Ybañes de la Riva
Herrera…, Zaragoza, Pasqual Bueno, 1698, pp.38-64.
9
En las 152 localidades que manejo, el crecimiento demográfico del siglo XVIII
habría sido inferior al calculado para el conjunto de Aragón tanto por Pérez Sarrión,
cien por cien, como por Salas Ausens, cincuenta por cien. Aquí el crecimiento medio
sería del 35,83%, oscilando entre el 17,45% de la comarca denominada Serranía de
Montalbán y el 55,73% de la comarca de Caspe, una vez excluido el dato de Zaragoza
por estar basado únicamente en la media de tres localidades (Cuadro 1).
Analizado el crecimiento por comarcas, se observa que éste es menor en las
áreas montañosas, como la Serranía de Montalbán y el Maestrazgo, a pesar de que en
ésta última hubo una activa industria textil. Las zonas llanas y altas de la Hoya de
Teruel tienen también un débil crecimiento, que se eleva algo más en la comarca del
Jiloca. Los mayores incrementos se dan en los territorios de menor altura y mejor
clima, es decir en aquéllos con mayores posibilidades agrarias, como el valle del Ebro –
comarcas de Caspe y Zaragoza- y el Bajo Aragón.
Cuadro 1: Evolución de la población aragonesa
Comarcas
Población
Población
Población
Población
1709
1709
1787
% incremento
Habitantes
Habitantes
Vecinos
Jiloca
Serranía de Montalbán
Maestrazgo
Bajo Aragón
Zaragoza
Caspe
Hoya de Teruel
TOTAL
825
2598
4277
8773
590
1770
3674
3300
10392
17108
35092
2360
7080
14696
4615
12206
21614
49862
4417
11026
18553
39,84%
17,45%
26,33%
42,08%
87,16%
55,73%
26,24%
22507
90028
122293
35,83%
Datos de 152 localidades. Coeficiente de conversión vecino-habitante usado en 1709: 4
A partir de los datos del diezmo se han elaborado los cuadros que acompañan a
este estudio, donde se refleja el volumen del diezmo de los distintos productos en cada
una de las comarcas y la suma conjunta de todas ellas. Se ofrecen los datos brutos, una
vez reducidos a unidades de medida actuales13. En cada uno de los cortes cronológicos
de diez años se ha calculado el diezmo medio y, a partir de éste, el diezmo medio por
habitante, usando los censos mencionados. Para felicitar la comparación se han
calculado los correspondientes índices de cada uno de los productos, estableciendo
como base el primer corte, realizado a fines del siglo XVII. A partir de estos índices, se
calculan unos índices ponderados de producción, o mejor del rendimiento del diezmo,
que agrupan el trigo, otros cereales, el aceite, el vino y las legumbres, es decir todos
13
Para la conversión de las unidades de medida originales a las actuales se han usado las equivalencias
recogidas en ROMERO ALMENARA (1892) y LARA IZQUIERDO (1984).
10
aquellos productos que vienen expresados en unidades de medida similares. Al carecer
de precios no es posible elaborar un índice de producción que agrupe a todas las
producciones.
Tras aportar los datos del diezmo, se da el salto de éste al producto bruto y al
producto bruto por habitante. Para ello se han planteado cuatro opciones, cada una de
las cuales parte de otorgar al diezmo un porcentaje distinto sobre la producción total,
contemplando así diversas hipótesis sobre el porcentaje de producto que suponían las
tierras exentas, la exclusión del pago de determinados productos, el fraude y las
deficiencias en la recaudación. Se comienza en el 9% y se llega, de medio en medio
punto, al 7,5%. Estos porcentajes se rebajan medio punto más en el corte de finales del
siglo XVIII, admitiendo, aunque carezco de pruebas, un mayor grado de defraudación a
finales del setecientos. Los porcentajes del diezmo con relación al producto se rebajan
sustancialmente en el caso del ganado, pues los ganados trashumantes abonaban la
mitad del diezmo en los lugares de invernada y la otra mitad en su lugar de origen.
Desconocemos cuál es la proporción entre el ganado trashumante y el estante, pero
pocas dudas caben acerca de que predominaba el primero. Por ello, a la hora de calcular
el producto a partir del diezmo, en los corderos se comienza con un porcentaje del 6%,
en lugar del 9% manejado para el resto de las producciones.
Finalmente, se calculan los respectivos índices ponderados de producción, los
cuales permiten apreciar la evolución del agro aragonés durante el siglo XVIII.
Pequeños cambios productivos y débil crecimiento agrario
Las cifras del diezmo (Cuadro 2) muestran que el grueso de la producción
descansa sobre los cereales y, dentro de estos, destaca la importancia del trigo. A finales
del siglo XVII, representa casi el 70% del conjunto de los cereales. El vino, la ganadería
ovina y el aceite completan el panorama productivo. Al margen de estas producciones
mayoritarias, aparecen también el azafrán, el cáñamo, la sal, los lechones, las cebollas,
las pasas y las legumbres, pero con un peso mínimo.
La situación de finales del seiscientos cambia a lo largo del setecientos y nos
encontramos, al final de esta última centuria, algunos cambios significativos. Los
cereales siguen siendo la base, pero el trigo ha cedido algo de protagonismo a los demás
cereales, aunque todavía representa el 68% del total de los mismos. Los cambios se
producen en el cultivo del azafrán y el aceite. El crecimiento del aceite se concentra en
11
las comarcas del Bajo Aragón, Caspe y Zaragoza -sobre todo en las dos primeras-,
donde se ha producido un cierto proceso de especialización en torno a este cultivo,
aunque la producción de cereales sigue siendo muy importante y dominante. El azafrán
se desarrolla, a lo largo del XVIII, con fuerza en los pueblos de las comarcas de la
Serranía de Montalbán, Bajo Aragón y Zaragoza; con todo, como en el caso del aceite,
no desplaza a los cereales. Estos procesos de especialización productiva, más o menos
profundos, se dieron en diversas partes de España, en un siglo de avance en la
especialización regional de la producción agraria (Marcos Marín, 2000: 584 y ss.).
El producto del diezmo creció a lo largo del setecientos (Cuadro 2), de manera
espectacular en el caso del azafrán y fuertemente en el del aceite. El cáñamo también
crece en porcentaje, pero las cantidades son pequeñas, auque cabe señalar que, con
frecuencia, se arrienda el diezmo del mismo, por lo que aquí no queda bien precisada su
importancia. Los índices del diezmo medio del conjunto de los cereales, del vino y de
los corderos subieron en torno al 25%. El diezmo del resto de los productos -con muy
poco peso en el conjunto de la producción- cae drásticamente o desaparece. Es el caso
de la sal, reacaudada en las salinas de Armillas, cuyo diezmo sólo se registra un año. La
desaparición de los lechones y de las pasas, o la disminución de las cebollas y las
legumbres seguramente se debe a un aumento paralelo de su percepción en dinero.
12
Cuadro 2: Evolución del diezmo en Aragón
Años Trigo
Litros
1685 2.245.711
Otros
Total
Cereales
Cereales
Litros
Litros
Azafrán
Cáñamo
Gramos
Kilos
Aceite
Litros
Vino
Litros
Sal
Corderos
Lechones Cebollas
Kilos
Brazos
Legumbres
Litros
Pasas
Gramos
804.445
3.050.156
58
0
88988
242583
630
19162
20
705
1058
0
1686 3.209.705 1.468.809
4.678.514
175
0
63828
302403
0
19155
26
515
189
1400
1687 2.698.977 1.233.168
3.932.145
58
55
39354
319494
0
17971
12
1200
1152
0
1688 2.620.852 1.214.595
3.835.447
29
0
42926
301444
0
10782
0
0
4963
0
1689 2.449.088 1.093.142
3.542.230
0
164
27273
284214
0
20233
14
305
0
0
1690 3.753.824 1.760.561
5.514.384
0
0
101808
249831
0
19498
15
449
314
0
1691 2.271.050
866.335
3.137.385
0
38
4871
220880
0
17236
11
788
168
700
1692 3.878.305 1.861.149
5.739.453
0
88
32271
226319
0
10320
12
44
1590
1050
1693 3.017.524 1.200.690
4.218.214
0
0
63488
197172
0
17027
16
726
0
0
1694 2.531.551
952.189
Diezmo medio (1685-1694)
2.867.659 1.245.508
Índice
100,00
100,00
3.483.741
4.113.167
100,00
0
32
100,00
50
39
100,00
17812
48262
100,00
171473
0
251581
63
100,00 100,00
9640
16102
100,00
15
14
100,00
0
473
100,00
879
1031
100,00
0
315
100,00
Diezmo medio/habitante
Índice
0,000
100,00
52851
90097
34359
90272
71867
32638
27708
24092
34388
28175
48645
151.618,92
0,000
100,00
491
479
313
540
795
607
701
553
532
444
546
1.381,89
0,536
100,00
115300
143315
151639
151925
47576
176113
179036
79423
253358
101866
139955
289,99
2,794 0,001
100,00 100,00
364965
0
363420
0
277619
0
338991
0
348882
0
347207
0
272822
0
211856
0
375570
0
251427
0
315276
0
125,32
0,00
0,179
100,00
18331
15611
19800
25225
16961
20883
21882
20425
20192
22781
20209
125,50
0,000
100,00
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0,00
0,005
100,00
38
7
42
75
47
58
51
81
59
68
53
11,13
0,011
100,00
312
122
67
56
148
45
797
598
281
552
298
28,87
0,003
100,00
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0,00
1785
1786
1787
1788
1789
1790
1791
1792
1793
1794
Diezmo medio (1785-1794)
Índice
Diezmo medio/habitante
Índice
31,853
100,00
3.598.600
3.230.612
3.893.212
3.140.086
2.874.108
4.834.037
4.021.907
3.221.107
3.356.294
3.232.389
3.540.235
123,45
13,835
100,00
1.337.159
1.334.343
1.745.697
1.509.905
1.296.444
2.170.525
1.890.457
1.571.639
1.614.469
2.209.094
1.667.973
133,92
45,688
100,00
4.935.759
4.564.955
5.638.909
4.649.991
4.170.553
7.004.562
5.912.364
4.792.746
4.970.763
5.441.483
5.208.209
126,62
28,949
13,639
42,588
0,398
0,004
1,144
2,578
0,000
0,165
0,000
0,000
0,002
0,000
90,88
98,59
93,22
111.616,76
1.017,30
213,48
92,25
0,00
92,39
0,00
8,20
21,25
0,00
Datos de 152 localidades
13
El aumento de la masa decimal se comprueba, también, con el índice compuesto
ponderado de producción elaborado a partir de los índices de aquéllos productos que se
expresan en la misma unidad de medida: cereales, aceite, vino y legumbres. Éste índice
pasó de 100 a 130 desde finales del XVII a las postrimerías del XVIII (Cuadro 3). Sin
embargo, este aumento se contrapone al descenso del mismo índice de producción
calculado a partir del diezmo medio por habitante, el cual cayó de 100 a 96. Este índice
difícilmente mejoraría con la incorporación de los corderos, cuyo diezmo por habitante
baja, y es improbable que lo hiciera de manera significativa con el azafrán. En suma, si
el diezmo representa la producción con cierta fiabilidad, podríamos decir que el
producto agrario por habitante no mejoró a lo largo del setecientos.
Cuadro 3: Índices de producción calculados a partir del diezmo
Períodos
Índices
Índices
Diezmo medio
Diezmo medio/hab.
1685-1694
100,00
100,00
1785-1794
130,74
96,25
El panorama general muestra algunos matices comarcales que conviene repasar
sucintamente. En la Cuenca del Jiloca14 (Apéndice 1) el diezmo medio de cereales por
habitante disminuye de manera significativa, a pesar de que en esta comarca se afrontó
la desecación de una laguna, ganando tierras para el cultivo, y se mejoraron los regadíos
de varios pueblos. También se llevaron a cabo roturaciones, que fueron frenadas por los
intereses ganaderos representados por la Comunidad de Teruel15. El diezmo medio de
corderos por habitante todavía cayó más, probablemente por el efecto de las
roturaciones que, a pesar de la oposición, algunas pudieron llevarse a cabo. En esta
comarca, sin embargo, el diezmo no registra el azafrán, el cual si tuvo alguna
importancia en determinadas localidades (Arteta, 1783: 57; Asso, 1798: 94). Por último,
el crecimiento de la población, ligeramente por encima de la media del conjunto de
localidades, puede explicar una parte de la caída.
14
Localidades: Aguatón, Alba, Bueña, Cella, Santa Eulalia, Torrelacárcel, Torremocha y Villarquemado.
La laguna del Cañizar de Villarquemado tenía unas diez hectáreas de superficie. El canal construido
para drenarla y la mejora del que desde tiempos remotos había desecado la laguna del Cañizar de Alba,
sin duda mejoraron las posibilidades agrícolas de varios pueblos de la zona. J.M. LATORRE CIRIA (2008),
“Producción, rendimientos y renta agraria en Teruel: Las propiedades del Hospital de la Asunción (17701832)”, Comunicación presentada al XII Congreso de Historia Agraria, Córdoba. LATORRE CIRIA (2007:
19).
15
14
La Serranía de Montalbán16 (Apéndice 2) es la única zona en la que el diezmo
medio por habitante de todas las producciones crece, aunque débilmente, excepto en los
casos del azafrán y el vino, pero su peso en la producción era muy escaso. Este
crecimiento probablemente
tiene su explicación en el escaso incremento de la
población entre 1709 y 1787, el cual no llega al 18%.
El Maestrazgo17 (Apéndice 3) presenta un débil crecimiento de la población y un
descenso del diezmo medio por habitante, más significativo en el caso de los corderos y
el trigo. El resto de los cereales suben como consecuencia de un mayor cultivo de la
cebada y la avena, seguramente por la necesidad de producir más cantidad en suelos
pobres o por el agotamiento de las tierras, especialmente las roturadas en los años
setenta (Latorre, 2007: 19).
En la Hoya de Teruel18 (Apéndice 4) el crecimiento de la población no llega al
27% y el diezmo medio por habitante disminuye ligeramente. No existen cambios
productivos relevantes y únicamente se aprecia un ligerísimo aumento del trigo y el
correspondiente descenso de otros cereales.
El Bajo Aragón19 (Apéndice 5), Zaragoza20 (Apéndice 6) y Caspe21 (Apéndice
7), comarcas colindantes y con evidentes paralelismos geográficos, especialmente las
dos últimas, presentan unos incrementos notables de la población, muy por encima del
resto de las comarcas. Es cierto, sin embargo, que para Zaragoza y Caspe la muestra de
localidades es muy pequeña, lo cual puede distorsionar los resultados, pero todo parece
16
Localidades: Armillas, Camarillas, Cañada Vellida, Castel de Cabra, Cirugeda, Crivillén, Cuevas de
Almudén, Ejulve, Escucha, Fuenferrada, Fuentes Calientes, Hinojosa de Jarque, Jarque de la Val, La Hoz
de la Vieja, La Peña del Cid, La Zoma, Las Parras de Martín, Martín del Río, Mezquita de Jarque,
Montalbán, Obón, Palomar de Arroyos, Rillo, Son del Puerto, Torre de las Arcas, Utrillas, Valdeconejos,
Villanueva del Rebollar de la Sierra y Vivel del Río Martín.
17
Localidades: Ababuj, Aguilar, Alcalá de la Selva, Allepuz, Cabra, Cantavieja, Cedrillas, El Castellar,
El Pobo, Formiche Alto, Formiche Bajo, Fuentes de Rubielos, Gúdar, La Cañada de Benatanduz, La
Cuba, La Iglesuela del Cid, Mirambel, Monteagudo del Castillo, Montoro de Mezquita, Mora de
Rubielos, Mosqueruela, Rubielos de Mora, Tronchón, Valdelinares y Villarluengo.
18
Localidades: Abejuela, Albentosa, Alcamín, Aldehuela, Alfambra, Argente, Camañas, Camarena,
Cascante, Caudé, Celadas, Corbalán, Cubla, Cuevas Labradas, El Campillo, Escorihuela, Galve, La
Puebla de Valverde, Libros, Lidón, Manzanera, Orrios, Perales, Riodeva, Rubiales, San Agustín, Sarrión,
Torrijas, Tortajada, Valbona, Valdecebro, Villalba Alta, Villalba Baja, Villastar, Villel y Visiedo.
19
Localidades: Aguaviva, Alacón, Alcaine, Alcañiz, Alcorisa, Alloza, Beceite, Belmonte de San José,
Berge, Bordón, Castellote, Castelnou, Castelserás, Dos Torres de Mercader, Fórnoles, Fuentespalda,
Híjar, La Cañada de Verich, La Codoñera, La Fresneda, La Ginebrosa, La Mata de los Olmos, La
Portellada, La Puebla de Híjar, Ladruñán, Las Cuevas de Cañart, Las Parras de Castellote, Lécera, Los
Olmos, Luco de Bordón, Mas de las Matas, Mazaleón, Molinos, Monroyo, Oliete, Peñarroya de
Tastavins, Ráfales, Samper de Calanda, Santolea, Torre del Compte, Torrecilla de Alcañiz, Torrevelilla,
Urrea de Gaén, Valdealgorfa, Valderrobres y Valjunquera.
20
Localidades: Fuentes de Ebro, Mediana de Aragón y Quinto de Ebro.
21
Localidades: Caspe, Chiprana, Fabara, Maella y Nonaspe.
15
apuntar a que la situación en el valle del Ebro es diferente a la de las tierras altas de
Teruel.
El diezmo por habitante de los cereales cae en el Bajo Aragón, al igual que lo
hace el del vino y el de los corderos. Por el contrario, el del aceite y el del azafrán crece
con fuerza como resultado de la ampliación del área de cultivo destinada a estos
productos.
En las comarcas de Zaragoza desciende fuertemente el diezmo de los granos y se
aprecia una sustitución del trigo por otros cereales (cebada, centeno, avena). La caída es
también significativa en el caso del vino y profunda en los corderos. La aminoración del
diezmo de las cebollas, legumbres y pasas, productos poco relevantes, probablemente se
deba a que aumentó su pago en dinero. La novedad en esta zona, al igual que en el Bajo
Aragón y Caspe, es el fuerte ascenso del aceite y del azafrán.
La situación de los cereales se repite en Caspe, donde cae fuertemente el vino y
crece el diezmo de los corderos y el del aceite.
A partir del diezmo podemos estimar la producción total, paso no exento de
problemas, como se ha tenido oportunidad de expresar anteriormente. En el Cuadro 4 se
reflejan varias estimaciones del producto bruto y del producto bruto por habitante,
contemplando cuatro opciones a la hora de fijar el porcentaje de la cosecha que
representaba el diezmo. Se introduce una corrección de medio punto para el corte de
finales del siglo XVIII, valorando así un posible aumento del fraude en la segunda
mitad del setecientos.
La comparación de los índices de los dos cortes muestra, debido a la aplicación
en el segundo de un valor porcentual menor al diezmo, una visión algo más optimista de
la evolución de la producción agraria que la ofrecida por los datos brutos del diezmo. El
producto medio por habitante de los cereales, a finales del XVIII, casi se iguala con el
de las postrimerías del XVII, lo mismo que ocurre con el vino, mientras el producto de
los corderos mejora ligeramente. El crecimiento vendrá en el aceite y, sobre todo, en el
azafrán, aunque los incrementos de los índices de este último producto no deben
hacernos olvidar que hablamos de cantidades muy pequeñas. A finales del XVIII el
producto medio del azafrán por habitante oscilaría, según los cálculos establecidos,
entre 4,680 y 5,682 gramos por persona. El incremento del aceite se concentra
básicamente en las comarcas del Bajo Aragón y Caspe. En la primera el producto de
aceite por habitante pasó de 11-13 litros, en el primer corte, a subir hasta los 25-30 litros
a finales del XVIII. En Caspe, el producto per capita alcanza los 35-42 litros a finales
16
del setecientos, desde los 20-25 de cien años antes. El aceite en el Bajo Aragón y
Caspe, por tanto, queda patente que se constituye en un auténtico producto de
especialización agraria.
17
Cuadro 4: Evolución del producto bruto y del producto bruto por habitante
Opciones
Trigo
Litros
Otros
Total
Cereales
Cereales
Litros
Litros
Azafrán
Cáñamo
Aceite
Vino
Sal
Gramos
Kilos
Litros
Litros
Kilos
Corderos
Lechones Cebollas
Brazos
Legumbres
Pasas
Litros
Gramos
A
Diezmo= 9%
Producto medio (1685-1694)
Índice
Producto medio/habitante
Índice
Diezmo= 6%
31862875 13838980 45701855
356
439
536243 2795348
100,00
100,00
100,00
100,00
100,00
100,00
353,922
153,719
507,640
0,004
0,005
5,956
100,00
100,00
100,00
100,00
100,00
100,00
A
Diezmo= 8,5%
Producto medio (1785-1794)
Índice
Producto medio/habitante
Índice
41649827 19623215 61273042
572290
130,72
141,80
134,07 160537,68
340,574
160,461
501,035
4,680
96,23
104,39
98,70 118182,45
B
Diezmo= 8,5%
Producto medio (1685-1694)
Índice
Producto medio/habitante
Índice
33737161 14653038 48390199
100,00
100,00
100,00
374,741
162,761
537,502
100,00
100,00
100,00
B
Diezmo= 8%
Producto medio (1785-1794)
Índice
Producto medio/habitante
Índice
44252941 20849666 65102607
608058
131,17
142,29
134,54 161095,10
361,860
170,489
532,349
4,972
96,56
104,75
99,04 118592,80
377
100,00
0,004
100,00
700
268373
157
5258
11459
3500
100,00 100,00
100,00
100,00
100,00
100,00
100,00
0,008
2,981
0,002
0,058
0,127
0,039
100,00 100,00
100,00
100,00
100,00
100,00
100,00
0
0,00
0,000
0,00
Diezmo= 5,5%
367438
136,91
3,005
100,79
0
0,00
0,000
0,00
620
11,79
0,005
8,68
3502
30,56
0,029
22,50
0
0,00
0,000
0,00
567786 2959780
741
100,00
100,00 100,00
6,307
32,876 0,008
100,00
100,00 100,00
Diezmo= 5,5%
292771
100,00
3,252
100,00
166
100,00
0,002
100,00
5567
100,00
0,062
100,00
12133
100,00
0,135
100,00
3706
100,00
0,041
100,00
Diezmo= 5%
404182
138,05
3,305
101,63
0
0,00
0,000
0,00
659
11,83
0,005
8,71
3721
30,67
0,030
22,58
0
0,00
0,000
0,00
31,050
6418 1646531 3709127
1463,17
307,05
132,69
0,052
13,464
30,330
1077,14
226,04
97,68
464
100,00
0,005
100,00
6820 1749439 3940948
1468,25
308,12
133,15
0,056
14,305
32,225
1080,88
226,82
98,02
0
0,00
0,000
0,00
18
Opciones
Trigo
Otros
Cereales
Total
Cereales
Azafrán
Cáñamo
Aceite
Vino
Sal
Litros
Litros
Litros
Gramos
Kilos
Litros
Litros
Kilos
494
100,00
0,005
100,00
603273 3144766
788
100,00
100,00 100,00
6,701
34,931 0,009
100,00
100,00 100,00
Corderos
Lechones Cebollas
Brazos
Legumbres
Pasas
Litros
Gramos
C
Diezmo= 8%
Producto medio (1685-1694)
Índice
Producto medio/habitante
Índice
35845734 15568853 51414587
100,00
100,00
100,00
398,162
172,933
571,096
100,00
100,00
100,00
C
Diezmo= 7,5%
Producto medio (1785-1794)
Índice
Producto medio/habitante
Índice
47203137 22239644 69442781
648595
131,68
142,85
135,06 161726,85
385,984
181,855
567,839
5,304
96,94
105,16
99,43 119057,87
D
Diezmo= 7,5%
Producto medio (1685-1694)
Índice
Producto medio/habitante
Índice
38235450 16606776 54842226
100,00
100,00
100,00
424,706
184,462
609,169
100,00
100,00
100,00
D
Diezmo= 7%
Producto medio (1785-1794)
Índice
Producto medio/habitante
Índice
50574789 23828190 74402979
694924
132,27
143,48
135,67 162448,84
413,554
194,845
608,399
5,682
97,37
105,63
99,87 119589,38
401
100,00
0,004
100,00
428
100,00
0,005
100,00
Diezmo= 5%
322048
100,00
3,577
100,00
176
100,00
0,002
100,00
5915
100,00
0,066
100,00
12891
100,00
0,143
100,00
3938
100,00
0,044
100,00
0
0,00
0,000
0,00
Diezmo= 4,5%
449091
139,45
3,672
102,66
0
0,00
0,000
0,00
702
11,87
0,006
8,74
3969
30,79
0,032
22,67
0
0,00
0,000
0,00
643491 3354417
840
100,00
100,00 100,00
7,148
37,260 0,009
100,00
100,00 100,00
Diezmo= 4,5%
357831
100,00
3,975
100,00
188
100,00
0,002
100,00
6309
100,00
0,070
100,00
13751
100,00
0,153
100,00
4200
100,00
0,047
100,00
Diezmo= 4%
505228
141,19
4,131
103,94
0
0,00
0,000
0,00
753
11,93
0,006
8,78
4253
30,93
0,035
22,77
0
0,00
0,000
0,00
7274 1866068 4203677
1474,01
309,32
133,67
0,059
15,259
34,374
1085,12
227,71
98,40
526
100,00
0,006
100,00
7794 1999359 4503940
1480,59
310,71
134,27
0,064
16,349
36,829
1089,96
228,73
98,84
0
0,00
0,000
0,00
19
Los índices de producción -cereales, vino, aceite, legumbres- elaborados a partir
del producto bruto (Cuadro 5) muestran un notable crecimiento del producto medio,
pero el incremento del producto medio por habitante es muy modesto, lo que sin duda
pone en tela de juicio las valoraciones excesivamente optimistas que sobre el setecientos
aragonés se han vertido. En la mejor de las hipótesis, el índice de producción habría
ganado un 3%. Naturalmente, queda por valorar la ganadería (Cuadro 4), cuyo producto
por habitante mejora ligeramente, el azafrán y las producciones menores que se
perciben en dinero, además de la seda, de cierta importancia en localidades muy
concretas. Sin embargo, difícilmente puede admitirse que esas incorporaciones
mejorasen significativamente el panorama que dibujan los índices de producción
calculados.
Este escaso crecimiento del PIB por habitante, por lo demás, parece estar en
línea con lo acontecido en el conjunto de España (Llopis, 2004: 27). Por otra parte, no
cabe extrañarse del mismo, puesto que no se advierte la existencia de ningún cambio
destacable a lo largo del siglo XVIII en la agricultura aragonesa. El crecimiento del
producto se llevó a cabo mediante procedimientos extensivos y, a lo sumo, se
potenciaron algunos cultivos -aceite, azafrán-, bien adaptados a las características físicas
de algunas comarcas, para intentar mejorar los niveles de renta de las familias
campesinas.
Cuadro 5: Índices de producción calculados a partir del producto agrario estimado
Períodos
Diezmo
Índices
Índices
% del producto
Producto medio
Producto medio/hab.
1685-1694
9,00%
100,00
100,00
1785-1794
8,50%
139,69
101,89
1685-1694
8,50%
100,00
100,00
1785-1794
8,00%
138,92
102,26
1685-1694
8,00%
100,00
100,00
1785-1794
7,50%
139,46
102,66
1685-1694
7,50%
100,00
100,00
1785-1794
7,00%
140,08
103,12
Finalmente, podemos preguntarnos que capacidad de generar excedentes
permitía el producto medio por habitante que se ha calculado. Si consideramos el
ejemplo del trigo, y la opción más ventajosa del Cuadro 4, es decir la D, encontramos
un producto por habitante de 425 litros a fines del XVII y de 414 al finalizar la siguiente
centuria. El producto neto probablemente se redujera a la mitad una vez descontado el
20
diezmo, la primicia, la reserva de grano para sembrar, el pago de tributos y otros gastos
de explotación, es decir nos quedarían 212 y 207 litros netos por habitante. Si
consideramos un consumo de medio litro por persona y día, restarían 29 y 24 litros por
persona y año. Multiplicando estos excedentes por el número de habitantes
comtemplados en el Cuadro 1, se generaría una capacidad de exportación de 2.600.000
y 2.900.000 litros respectivamente, que sería mayor en las tierras altas que en el valle
del Ebro. Una parte de ese trigo producido en la Hoya de Teruel sabemos que se dirigía
a Valencia, lo mismo que los corderos (Latorre, 2007: 18).
El azafrán, con un producto bruto por habitante de 5-6 gramos, sin duda
generaba excedentes (Asso, 1798: 229). Lo mismo ocurría con el aceite, donde el
producto bruto por habitante de toda el área estudiada alcanzó los 16 litros a finales del
XVIII. Esta cifra serviría para garantizar el consumo mínimo de una persona, situado en
torno a 14 litros por Asso (1798: 114). Ahora bien, si nos centramos en las dos
comarcas que concentran el grueso de la producción - Bajo Aragón y Caspe-, allí, a
finales del XVIII, el producto bruto por habitante era -siempre con la mejor opción del
Cuadro 4- de 31 y 43 litros respectivamente; si reducimos a la mitad para obtener el
producto neto y admitimos el consumo de 14 litros por persona y año, habría un
excedente de 1,5 litros por persona en el Bajo Aragón y de 7,5 litros en Caspe. Sin
embargo, probablemente el excedente sería mayor, pues el producto neto del aceite
seguramente sería superior al 50% del producto bruto, dado que no existe el gasto
provocado por la necesidad de reservar parte del producto para sembrar el año siguiente.
Estos excedentes, al parecer, se exportaban a Castilla, Navarra y Cataluña (Asso, 1798:
114).
La producción de vino, por el contrario, era claramente insuficiente para el
consumo local, razón por la cual se veían obligados a importarlo, siendo Valencia uno
de los lugares de aprovisionamiento (Latorre, 2007: 18).
Conclusiones
A lo largo de las páginas precedentes se ha tratado de establecer la evolución del
producto agrario aragonés desde finales del siglo XVII hasta las postrimerías del XVIII,
mediante sendos cortes cronológicos de diez años fijados en 1685-1694 y 1785-1794
respectivamente.
Se ha utilizado como fuente los diezmos del obispado de Teruel y del
arzobispado de Zaragoza, utilizando los libros que recogían, en especie, la totalidad del
21
diezmo de las diversas localidades. Los diezmos, a pesar de los problemas que plantean,
siguen siendo la mejor fuente para acercarse al conocimiento del producto agrario en la
Edad Moderna.
La muestra de localidades elegida abarca una buena parte del sur aragonés y
algunas localidades del valle del Ebro, aunque predominan los pueblos situados en áreas
de montaña o en zonas situadas a una altura considerable sobre el nivel del mar.
La producción creció a lo largo del setecientos en términos globales, pero apenas
si lo hizo el producto bruto por habitante. Todo ello a pesar de que el crecimiento de la
población no fue muy importante. Si el censo de 1709 es creíble, la población sólo se
incrementó un 35% hasta 1787. Las comarcas del valle del Ebro -Zaragoza, Caspemuestran un mayor crecimiento poblacional y, por consiguiente, un mayor deterioro del
producto por habitante. No obstante, la debilidad de los datos sobre ellas aconseja
profundizar en su estudio antes de elevar a definitivas estas conclusiones.
Estos datos, este bajo crecimiento por habitante, es coherente con la situación de
una zona que no vivió cambios reseñables, tanto desde el punto de vista técnico como
del social.
22
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25
Apéndice 1: Diezmos de la Cuenca del Jiloca
Años
Trigo
Litros
Otros
Total
Cereales
Cereales
Litros
Litros
Corderos
1685
132380
99403
231783
1631
1686
139485
93475
232960
1502
1687
151084
124056
275140
988
1688
131781
95615
227396
456
1689
99917
100452
200368
1748
1690
186908
166513
353421
1555
1691
113206
92041
205247
1539
1692
166963
120589
287552
611
1693
140191
145285
285476
1214
1694
89238
135115
100
72460
110989
100
161698
246104
100
351
1160
100
Diezmo medio (1785-1794)
Índice
40,944
100,00
146290
160393
163838
133921
125361
146890
106722
125982
108370
122558
134032
99,20
33,633
100,00
122579
165615
205354
147788
136190
200111
166899
147960
170836
124034
158737
143,02
74,577
100,00
268870
326008
369193
281710
261551
347001
273620
273941
279206
246592
292769
118,96
0,351
100,00
1224
945
1138
1433
919
1287
1129
1342
1358
1357
1213
104,56
Diezmo medio/habitante
29,043
34,396
63,439
0,263
70,93
102,26
85,06
74,92
Diezmo medio (1685-1694)
Índice
Diezmo medio/habitante
Índice
1785
1786
1787
1788
1789
1790
1791
1792
1793
1794
Índice
Datos de 8 localidades
26
Apéndice 2: Diezmos de la Serranía de Montalbán
Años
Trigo
Litros
Litros
Gramos
Cáñamo
Vino
Sal
Kilos
Litros
Kilos
Corderos
98.626
543.608
0
0
26.955
630
2.239
1686
470.138
104.074
574.212
0
0
32.653
0
2.391
1687
458.219
115.013
573.232
0
0
39.016
0
1.794
1688
303.321
92.014
395.335
0
0
37.539
0
1.257
1689
366.420
83.708
450.127
0
0
17.600
0
2.417
1690
572.682
114.010
686.692
0
0
13.933
0
2.142
1691
423.982
81.373
505.355
0
0
19.097
0
1.949
1692
498.375
105.239
603.614
0
0
4.876
0
862
1693
558.719
111.845
670.564
0
0
12.090
0
2.088
1694
331.241
442.808
100
70.731
97.663
100
401.972
540.471
100
0
0
0
0
9.395
21.315
100
0
63
100
937
1.808
100
42,610
100,00
535.483
577.038
687.235
507.143
366.230
773.712
650.241
535.930
570.797
393.651
559.746
126,40
9,398
100,00
104.630
137.645
174.015
110.212
105.573
149.466
146.851
119.225
127.307
120.606
129.553
132,65
52,008
100,00
640.113
714.683
861.250
617.355
471.803
923.179
797.092
655.155
698.104
514.257
689.299
127,54
0,000
0,000
13.125
24.413
27.271
39.200
20.796
24.763
21.875
18.609
25.084
21.146
23.628
0
63
38
57
93
113
88
114
118
76
76
2,051
100,00
39.263
49.996
22.763
46.022
44.763
53.167
43.881
18.700
60.074
22.535
40.117
188,20
0,006
100,00
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0,00
0,174
100,00
2.275
1.983
2.463
3.162
1.906
2.711
2.608
2.851
2.455
2.799
2.521
139,48
1,936
0,006
3,287
0,000
0,207
160,235
0,000
118,754
1785
1786
1787
1788
1789
1790
1791
1792
1793
1794
Índice
Litros
Azafrán
444.982
Diezmo medio/habitante
Índice
Diezmo medio/habitante
Total
Cereales
1685
Diezmo medio (1685-1694)
Índice
Diezmo medio (1785-1794)
Índice
Otros
Cereales
45,858
10,614
56,472
107,622
112,939
108,583
Datos de 29 localidades
27
Apéndice 3: Diezmos del Maestrazgo
Años
Trigo
Litros
Otros
Total
Cereales
Cereales
Litros
Litros
Vino
Corderos
Lechones
Litros
1685
694993
65928
760921
783
4929
20
1686
586626
70821
657447
1744
4868
26
1687
681357
68089
749446
1982
4293
12
1688
481930
62409
544338
1110
3270
0
1689
656263
71175
727438
991
5750
14
1690
718454
75340
793794
0
5168
15
1691
640520
55005
695525
0
4315
11
1692
652797
53628
706425
0
2599
12
1693
743899
70236
814135
0
4727
16
1694
694421
655126
100,00
46731
63936
100,00
741152
719062
100,00
0
661
100,00
3510
4343
100,00
15
14
100,00
Diezmo medio (1785-1794)
Índice
38,294
100,00
770853
803813
893245
692547
587318
988025
904640
797028
906592
622694
796676
122
3,737
100,00
97370
110137
98386
66895
72696
92955
103478
98313
99365
92303
93190
146
42,031
100,00
868223
913950
991631
759442
660014
1080980
1008118
895341
1005956
714997
889865
124
0,039
100,00
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0,254
100,00
4259
4256
5189
5787
4267
4869
5059
5151
4507
5074
4842
111
0,001
100,00
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
Diezmo medio/habitante
36,859
4,312
41,171
0,224
96,25
115,37
97,95
88,25
Diezmo medio (1685-1694)
Índice
Diezmo medio/habitante
Índice
1785
1786
1787
1788
1789
1790
1791
1792
1793
1794
Índice
Datos de 25 localidades
28
Apéndice 4: Diezmos de la Hoya de Teruel
Años
Trigo
Litros
Otros
Total
Cereales
Cereales
Litros
Litros
Cáñamo
Vino
Kilos
Litros
Corderos
1685
405872
182242
588115
0
2850
5156
1686
404011
193927
597937
0
1754
4721
1687
463931
205247
669178
0
2850
4012
1688
395600
165957
561557
0
3946
3049
1689
409061
196794
605855
0
4713
5672
1690
597659
280896
878556
0
0
5291
1691
425154
163881
589035
0
1206
4326
1692
518929
210833
729761
0
767
3217
1693
577821
250594
828415
0
438
4475
1694
352073
455011
100,00
136275
198665
100,00
488348
653676
100,00
0
0
0
1852
100,00
2731
4265
100,00
13,518
100,00
196794
243896
275311
199512
159259
246100
261294
200197
247191
231826
226138
114
44,480
100,00
729248
864068
945324
775943
645809
951380
930836
685035
864218
727236
811910
124
0,000
Diezmo medio (1785-1794)
Índice
30,962
100,00
532453
620172
670013
576430
486550
705280
669542
484838
617026
495410
585772
129
0,126
100,00
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0,290
100,00
4855
3870
5299
6371
4188
5508
5573
5370
5371
5478
5188
122
Diezmo medio/habitante
31,573
12,189
43,762
0,009
0,000
0,280
Índice
101,97
90,16
98,39
0,00
96,36
Diezmo medio (1685-1694)
Índice
Diezmo medio/habitante
Índice
1785
1786
1787
1788
1789
1790
1791
1792
1793
1794
169
187
143
171
317
108
197
119
172
116
170
Datos de 36 localidades
29
Apéndice 5: Diezmos del Bajo Aragón
Años
Trigo
Litros
Litros
Gramos
Cáñamo
Vino
Kilos
Litros
Corderos
Aceite
Cebollas
Litros
Kilos
287477
744180
0
0
172702
3825
74866
0
1686
1231459
757726
1989184
175
0
239148
4045
51170
0
1687
789505
588594
1378098
29
0
238910
5435
25484
0
1688
1002475
555646
1558121
29
0
227960
2037
25692
0
1689
694540
469841
1164382
0
0
215076
3430
22541
0
1690
1147365
791745
1939110
0
0
196030
3709
72984
0
1691
536901
386213
923114
0
0
174069
3470
3776
0
1692
1447861
995508
2443368
0
0
185902
2216
11267
0
1693
751293
485903
1237196
0
0
140415
3155
53153
0
1694
752290
881039
100,00
445997
576465
100,00
1198287
1457504
100,00
0
23
100,00
0
0
129049
191926
100,00
1467
3279
100,00
6980
34791
100,00
0
0
25,107
100,00
1238527
860847
1180428
919993
1044513
1756800
1479980
1020049
961135
1202346
1166462
132,40
16,427
100,00
528135
477557
650595
655837
586116
1020474
842456
676818
676506
998236
711273
123,39
41,534
100,00
1766662
1338404
1831024
1575830
1630629
2777274
2322435
1696868
1637641
2200582
1877735
128,83
0,001
100,00
35905
55534
2392
30917
42963
3588
1575
1954
3471
0
17830
76413,19
0,000
5,469
100,00
273635
267570
240803
247284
271068
253339
205137
160819
257234
191471
236836
123,40
0,093
100,00
3888
3072
4168
6118
3954
4831
5601
4120
4494
5715
4596
140,17
0,991
100,00
89322
87907
123572
126384
30003
133196
140990
64255
190413
79848
106589
306,37
0,000
23,394
14,265
37,659
0,358
0,003
4,750
0,092
2,138
0,000
93,18
86,84
90,67
53778,26
86,85
98,65
215,62
1785
1786
1787
1788
1789
1790
1791
1792
1793
1794
Índice
Litros
Azafrán
456703
Diezmo medio/habitante
Índice
Diezmo medio/habitante
Total
Cereales
1685
Diezmo medio (1685-1694)
Índice
Diezmo medio (1785-1794)
Índice
Otros
cereales
102
89
25
171
259
256
277
92
96
63
143
0
7
0
0
7
8
6
8
4
4
4
Datos de 46 localidades
30
Apéndice 6: Diezmos de Zaragoza
Años
Trigo
Litros
Otros
Total
Cereales
Cereales
Litros
Litros
79888
46623
126511
1686
141267
111820
1687
86856
79301
1688
125043
1689
Pasas
Azafrán
Litros
Gramos
Gramos
1058
0
253088
189
166157
1152
125686
250730
164423
113726
1690
222549
1691
89160
1692
Cáñamo Cebollas
Kilos
Brazos
58
0
1400
0
0
29
4963
0
278149
0
0
147292
369841
314
0
0
58881
148040
168
700
0
184749
155687
340435
1590
1050
0
1693
190959
97266
288225
0
0
1694
Diezmo medio (1685-1694)
Índice
137204
142210
100,00
68670
100495
100,00
205874
242705
100,00
879
1031
100,00
0
315
100,00
Diezmo medio/habitante
Índice
1785
1786
1787
1788
1789
1790
1791
1792
1793
1794
Diezmo medio (1785-1794)
Índice
60,258
100,00
194205
104632
173016
127592
119487
180528
129505
135902
116176
131543
141259
99,33
42,583
100,00
197990
141548
265583
165579
158172
270735
223934
230659
217146
307329
217868
216,79
102,841
100,00
392195
246180
438599
293171
277659
451263
353439
366561
333322
438872
359126
147,97
0,437
100,00
312
122
67
56
148
45
797
598
281
552
298
28,87
0,133
Diezmo medio/habitante
31,981
49,325
81,305
0,067
0,000
53,07
115,83
79,06
15,42
Índice
1685
Legumbres
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0,00
Aceite
Vino
Litros
Litros
Corderos
705
28
16649
959
0
515
75
14617
1148
0
1200
69
19215
1123
0
0
0
534
6303
505
0
0
305
0
13250
813
0
449
140
20771
1081
0
788
0
17134
1141
0
44
365
13488
433
0
0
726
0
19988
983
0
9
100,00
0
0
0
473
100,00
35
125
100,00
11773
15319
100,00
432
862
100,00
0,004
100,00
3821
10150
4696
20155
8108
4287
4258
3529
5833
7029
7187
82132,47
0,000
0,201
100,00
38
0
42
75
40
50
45
73
55
64
48
10,19
0,053
100,00
51
709
1137
365
140
562
632
133
828
25
458
367,82
6,491
100,00
36875
30820
9910
33813
24458
26727
18938
15113
30979
20999
24863
162,30
0,365
100,00
903
737
702
1218
914
1057
916
866
1074
1094
948
110,01
1,627
0,007
0,011
0,104
5,629
0,215
5,44
196,53
86,72
58,78
43883,32
88
17
7
0
0
4
0
64
45
88
31
Datos de 3 localidades
31
Apéndice 7: Diezmos de Caspe
Años
Trigo
Litros
Otros
Total
Cereales
Cereales
Litros
Litros
Cáñamo
Aceite
Vino
Kilos
Litros
Litros
Corderos
1685
30892
24145
55038
0
14094
22644
423
1686
236720
136966
373686
0
12583
12487
480
1687
68025
52869
120894
55
13801
17521
326
1688
180702
117268
297970
0
16700
24587
208
1689
58464
57446
115910
164
4731
32584
403
1690
308208
184763
492971
0
28684
19097
552
1691
42127
28940
71067
38
1095
9375
496
1692
408632
219665
628298
88
20639
21287
382
1693
54641
39562
94203
0
10335
24240
385
1694
175084
156350
100,00
111325
97295
100,00
286409
253645
100,00
50
39
100,00
10797
13346
100,00
21257
20508
100,00
212
387
100,00
Diezmo medio (1785-1794)
Índice
22,083
100,00
180788
103718
125436
182460
144648
282802
81278
121378
76199
264186
156289
99,96
13,742
100,00
89661
57946
76453
164081
78439
190684
145546
98467
76116
334760
131215
134,86
35,826
100,00
270449
161663
201889
346541
223087
473486
226824
219845
152315
598946
287504
113,35
0,006
100,00
132
123
101
142
126
126
139
164
101
101
125
317,55
1,885
100,00
25927
54699
26930
25176
17432
42356
37414
15035
62117
21993
32908
246,58
2,897
100,00
15192
15033
4142
11872
8592
13973
4866
17224
27283
16421
13460
65,63
0,055
100,00
927
748
841
1136
813
620
996
725
933
1264
900
232,82
Diezmo medio/habitante
14,175
11,901
26,075
0,011
2,985
1,221
0,082
64,19
86,60
72,78
203,91
158,33
42,14
149,50
Diezmo medio (1685-1694)
Índice
Diezmo medio/habitante
Índice
1785
1786
1787
1788
1789
1790
1791
1792
1793
1794
Índice
Datos de 5 localidades
32
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