446-2009 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las ocho horas y dos minutos del día quince de enero de dos mil diez. Analizada la demanda firmada por el señor Nilton Amilcar Alfaro Dueñas, junto con la documentación relacionada a folios siete vuelto, se estima necesario efectuar las siguientes consideraciones: I. La parte actora manifiesta que se dedica a la industria pirotécnica de forma artesanal y que, en el pasado, la autorización para llevar a cabo tal actividad, siempre había sido otorgada por el Ministerio de la Defensa Nacional. Sin embargo, expresa que en atención a los “… decretos No. 48 ejecutivo, No. 210 legislativo, No. 434 legislativo…”, se estableció una “… cantidad de permisos […] exagerada…” para poder operar. En ese contexto, relata que el día 10-IX-2009 presentó un escrito dirigido al Director de Logística del citado ministerio, solicitando el permiso para operar su taller de productos pirotécnicos; no obstante ello, argumenta que, por órdenes del relacionado director, su petición no fue recibida por ninguna de las secretarias de la mencionada sede ministerial. Asimismo, sostiene que la negativa a recibir su petición, ocasiona un perjuicio en su esfera jurídica, pues, al no contar con el permiso correspondiente, se le impide desarrollar una actividad que por generaciones ha servido como sustento económico para su persona, su grupo familiar y demás empleados que laboran en su taller. En razón de lo anterior, asegura que se le ha vulnerado su derecho de petición, así como también, sus derechos “… de comerciar, […] al trabajo, […] y a ejercer toda industria lícita…” (subrayados suplidos). II. Delimitados los elementos que constituyen el relato de los hechos planteados por la parte demandante, conviene ahora, en primer lugar, exteriorizar brevemente los fundamentos jurídicos en que se sustentará la presente decisión (A); para, posteriormente, concretizar dichas nociones al presente caso y, particularmente, a la presumible violación a los derechos “… de comerciar, […] al trabajo, […] y a ejercer toda industria lícita…” alegados (B). A. Tal como esta Sala ha sostenido en su jurisprudencia, verbigracia las resoluciones del 12/V/2003 y del 5/II/2004, pronunciadas en los amparos clasificados bajo las referencias número 217-2003 y 32-2004, respectivamente, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la parte actora deben en esencia justificar que el reclamo planteado posee trascendencia constitucional, esto es, deben evidenciar la probable violación de categorías reconocidas por la normativa constitucional; pues si, por el 1 contrario, aquéllas se reducen al planteamiento de asuntos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple disconformidad con las actuaciones o el contenido de las decisiones dictadas por las autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión traída al conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su conocimiento por esta Sala. En otros términos, en la queja elevada a los estrados de la jurisdicción constitucional debe exponerse y fundamentarse una posible transgresión a los derechos y categorías protegibles consagradas en la normativa constitucional que se derive de la actuación cuyo control se solicita; pues la proposición de una cuestión propia y exclusiva del marco de la legalidad, limitada al conocimiento y decisión de las autoridades ordinarias, representa un defecto en la causa de pedir de la pretensión de amparo que se traduce en la imposibilidad de juzgar desde la óptica constitucional el reclamo formulado. Y es que, desde el punto de vista de la competencia material de esta Sala, la proposición de lo que la Ley de Procedimientos Constitucionales y la jurisprudencia han calificado, de forma genérica, como asuntos de mera legalidad se interpreta como un defecto absoluto en la facultad de juzgar, lo que representa un óbice para enjuiciar el fondo de la queja planteada, ya que este Tribunal se halla normativamente impedido para conocer aquellas cuestiones que, por su naturaleza, tienen un exclusivo fundamento infraconstitucional -por quedar circunscrita su regulación y determinación con carácter único e inmediato en normas de rango inferior a la Constitución-. Dicha situación motiva el rechazo de la pretensión por falta de competencia objetiva, puesto que decidir sobre lo planteado en la demanda cuando es evidente la falta de una real fundamentación constitucional significaría invadir la esfera de la legalidad, obligando a este Tribunal a revisar desde una perspectiva legal las actuaciones de los funcionarios o autoridades que actúan dentro de sus atribuciones, lo que, como queda dicho, no corresponde al conocimiento de esta Sala. B. Expuestas las consideraciones precedentes, es necesario trasladarlas al presente caso, específicamente, en lo que respecta a la supuesta vulneración a los derechos fundamentales al trabajo, “… a comerciar…” y a “… ejercer toda industria lícita…” aducida en la demanda. 1. Sobre el particular, este Tribunal aprecia que para justificar la relacionada violación, la parte actora afirma que, al negarle el permiso para que su taller de pirotecnia opere, la autoridad demandada ha hecho imposible el desarrollo de una actividad económica lícita y, consecuentemente, ha afectado la única fuente de ingresos económicos que su persona y grupo familiar posee. Sin embargo, resulta imperativo acotar que de conformidad con lo expuesto en la demanda y la documentación agregada al expediente judicial, la omisión cuyo control de 2 constitucionalidad se pretende a través del presente proceso de amparo, consiste en la no recepción de la solicitud que se formuló a efectos de cumplir con uno de los requisitos necesarios para obtener el permiso en cuestión. 2. En razón de lo anterior, resulta claro que la queja incoada en el caso que hoy se estudia, no gravita alrededor de una presunta denegatoria para desarrollar las actividades relativas a la pirotecnia –como equívocamente podrían sugerir los alegatos arriba esbozados–, sino, más bien, sobre la supuesta negativa de recibir un escrito orientado a conseguir tal propósito. En ese sentido, resulta imprescindible acotar que el no haber recibido la solicitud presumiblemente incoada por la parte peticionaria –y, consecuentemente, el no tener una respuesta a dicha solicitud–, no constituye necesariamente una denegatoria automática que incide directamente en la posibilidad de que el aludido taller opere legalmente, pues, tal como la misma parte actora reconoce en su demanda, la autorización para desarrollar las actividades pirotécnicas, no sólo depende de la resolución que emita el Director de Logística del Ministerio de la Defensa Nacional –único funcionario demandado en el presente amparo–, sino, además, del pronunciamiento de otras entidades como el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Oficina de Planificación del Área Metropolitana de San Salvador, entre otras. Así las cosas, es posible deducir que los fundamentos y conclusiones esgrimidos por la parte demandante, pese a haberse planteado bajo el ropaje de supuestas violaciones constitucionales, configuran en realidad aspectos que revelan una pretensión fundada exclusivamente en su desacuerdo con los requisitos exigidos para poder obtener una autorización para el funcionamiento de su taller artesanal de pirotecnia y, en consecuencia, es evidente la imposibilidad por parte de esta Sala de entrar a conocer este extremo de la pretensión planteada, por cuanto la falta de agravio de trascendencia constitucional, provoca un vicio en el elemento jurídico de la pretensión de amparo y vuelve necesario su rechazo preliminar mediante la figura de la improcedencia. Asimismo, es necesario observar que los argumentos utilizados por la parte actora para justificar la violación de los derechos arriba enumerados, tienden a revelar que lo pretendido por la misma es que esta Sala revise, desde una óptica eminentemente infra constitucional, los requisitos regulados por la normativa secundaria para que, a partir de éstos, determine si la autoridad demandada, al contestar la solicitud formulada, debe o no emitir un resultado favorable a sus intereses para que, en última instancia, su taller pueda funcionar legalmente. En ese sentido, es necesario aclarar que controlar tal aspecto implicaría para este Tribunal invadir ámbitos de conocimiento pertenecientes a la legalidad ordinaria y, además, la esfera de competencias correspondiente a otras autoridades, circunstancia que le está 3 impedida legal y constitucionalmente, debido a que, finalmente, son aquéllas las que se encuentran facultadas para adoptar las decisiones correspondientes con base en la legislación secundaria aplicada en cada uno de los respectivos procedimientos tramitados ante ellas. 3. En consecuencia, del análisis de las circunstancias de hecho y de derecho planteadas se deriva la imposibilidad de juzgar, desde una perspectiva constitucional, este aspecto de la pretensión formulada por la parte impetrante, ya que éste se anida sobre fundamentos de carácter infraconstitucional, situación que evidencia la existencia de un defecto en la pretensión de amparo, el cual vuelve ineludible la declaratoria de improcedencia de este extremo de la demanda incoada. III. Expuestas las consideraciones que anteceden y habiéndose constatado que la demanda cumple con los requisitos mínimos de admisibilidad y procedencia establecidos por la jurisprudencia y la legislación procesal aplicable, esta Sala advierte que la admisión de la demanda se circunscribirá estrictamente al control de constitucionalidad de la negativa a recibir la petición efectuada por el actor el día 10-IX-2009 –y la consecuente falta de respuesta a ésta–, omisión que atribuye al Director General de Logística del Ministerio de la Defensa Nacional y que, según su criterio, vulnera su derecho constitucional de petición. IV. Ahora bien, una vez determinada la omisión cuya disconformidad con el orden constitucional se arguye, es pertinente subrayar que en el presente caso la suspensión del acto reclamado no resulta procedente, en virtud de estar circunscrita la admisión de la demanda al control de una omisión en la que no existen efectos que sean susceptibles de ser suspendidos. Por tanto, con fundamento en las consideraciones esbozadas en los acápites que anteceden, esta Sala RESUELVE: 1. Declárese improcedente la demanda de amparo incoada por el señor Nilton Amilcar Alfaro Dueñas, en lo relativo a la presunta violación a los derechos al trabajo, “… a comerciar…” y a “… ejercer toda industria lícita…”, en los términos detallados en el considerando II de la presente resolución. 2. Admítese la demanda firmada por el señor Alfaro Dueñas, a quien se tiene por parte, contra la supuesta negativa a recibir la petición efectuada el día 10-IX-2009 –y la consecuente falta de resolución a ésta–, atribuida al Director General de Logística del Ministerio de la Defensa Nacional, en los términos indicados en el considerando III de esta resolución, por la presunta vulneración de su derecho de petición, reconocido en el artículo 18 de la Constitución de la República. 3. Sin lugar la suspensión del acto reclamado, por tratarse de una omisión. 4 4. Informe dentro de veinticuatro horas el Director General de Logística del Ministerio de la Defensa Nacional, quien deberá concretarse a expresar si son ciertas las omisiones que se le atribuyen. 5. Identifique la autoridad demandada el medio técnico a través del cual desea recibir los actos de comunicación. 6. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar indicado por el señor Nilton Amilcar Alfaro Dueñas para recibir los actos procesales de comunicación, así como de las personas comisionadas para tal efecto. 7. Notifíquese. ---F. MELÉNDEZ---J. N. CASTANEDA S.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZÁLEZ B.--PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---RUBRICADAS. 5