SOBRE LA IRA

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SOBRE LA IRA
“Si consigues desapegarte de la ira habrás alcanzado uno de los mayores logros
del camino espiritual. De todas las pasiones humanas la ira es la que está siempre
disponible, no es preciso que cumplas ningún requisito previo para obtenerla. Hasta la
envidia requiere cierta preparación: debes conocer algo acerca del otro para poder
envidiarlo. Así también debes poseer algo para ser avara. Con la ira no ocurre eso.
Puedes enojarte con alguien sin saber nada sobre él, sin conocerlo siquiera. Puedes no
haber estado enojada en absoluto un minuto antes de un estallido de ira; te acomete en
cualquier lugar, hora, circunstancia. Esta emoción esta siempre allí esperando ser
convocada. Tanto es así que hay personas que destacan por su carácter irascible; los
demás dicen “ella es así”. Ella no es así, sino que aprendió a ser así, fue perfeccionando
esa conducta hasta convertirla en una destreza. La ira es una respuesta aprendida.”
“El primer paso para desapegarte de la ira es convencerte de que esta es una
emoción, a todos los fines, inútil. Contrariamente a lo que la mayoría supone el enojo
no cambia nada. El enojo no aclara, no resuelve, no propicia, no evita ningún hecho o
circunstancia. Solo sirve para pasar un mal rato y desperdiciar tu energía”
“Cuando te enojas “pierdes los estribos”, esto es, ya no eres dueña de manejar
las riendas ni de asentarte sobre tu cabalgadura. Quedas a merced de una parte de ti
mucho más pobre que tú misma, que, sin embargo, te domina y te lleva a donde luego te
arrepentirás de haber llegad”.
“Al enojarte dejas asomar el antepasado violento que quizás empleaba su furia
para ahuyentar alguna fiera o para defender su territorio. Pero tú ¿para que la
usas?¿Cual es la fiera que tratas de ahuyentar?¿cuál es el territorio que se te arrebata?
En ese momento tú misma te transformas en una fiera”.
“Cuando la ira hace presa de ti el único impulso que te guía es el de la agresión;
quieres dañar, romper, desquiciar. Pero el desquicio está en la mente que concibe tal
acto; te dañas a ti misma desde el momento que dejas crecer en ti la furia destructiva.
No puedes dar lo que no tienes: si lastimas a otro, primero debes estar tú, llena de lo que
produce dolor. Algo así no es bueno para nadie...”
“Desde el momento que decidas dar rienda suelta a tu enojo, toda tu biología te
acompañará. Tu cerebro, que no conoce de valores, que no discrimina entre el bien y el
mal, dará las ordenes precisas para volcar en tu sangre todas las sustancias que necesitas
para tener un magnífico ataque de ira; si lo deseas, llegaras hasta el agotamiento, la
inconciencia o la locura. Con esto quiero llamar tu atención sobre un hecho esencial: la
ira comienza como una emoción que apenas es una señal de alarma, y se transforma
luego en una respuesta global muy compleja, de muy difícil manejo. La opción es clara
o la cambias cuando apenas se inicia, o la ira hará presa de ti, ya sin remedio”
“...Es preciso conocerte para identificar, sin lugar a dudas, tus procesos internos;
el timón del barco que transporta tus emociones debe estar en tus manos; de lo contrario
quedará a la deriva, a merced del oleaje de los estímulos...Quien no se gobierna a si
mismo no puede comprometerse en ningún logro trascendente. ¿Cómo podría prometer
algo el que no puede confiar en su propia reacción ante los desafíos del mundo?”
“En lo profundo de ti jamás estarás satisfecha de haber dado rienda suelta a tu
ira; miente el que se vanagloria de haberse enojado, de lo contrario no se justificaría. Y
no conozco a nadie que, que habiéndose enojado no se justifique después...”
“Cuando adviertas que la ira está a punto de hacer presa de ti, pregúntate para
que te enojas. No “porque” eso está claro: te enojas porque hicieron algo que te molestó,
o no apruebas, que te hiere u ofende, descalifica o ridiculiza, no importa. El tema es
para que usasla respuesta de enojo.¿Lo haces para asustar y promover un cambio así por
temor? Preguntate en ese caso si el cambio será genuino. ¿Te enojas para que el otro
calle? Podrá callar, pero eso no cambiará sus ideas. ¿Eliges la ira para arruinarle el dia
al otro? Te lo arruinas a ti misma. Indaga profundamente en tu interior; ¿Es otra
emoción la que suscita tu ira? ¿La usas para tapar tu miedo? Si te das cuenta de cual es
el objetivo de tu ira, puedes alcanzarlo igualmente pero cambiando de recurso...”
“Advierte en ti ese vuelco hacia la ira, y no le des cabida ni un momento. Afloja
el cuerpo en ese mismo instante, cambia el ritmo de tu respiración, traga saliva, fórjate
una imagen que te ayude a demorar tu respuesta...Lo esencial es que aprendas a
transformar tu ira en una respuesta no lesiva para ti, de la que puedas obtener una
creciente sensación de poder y gobierno sobre tus emociones, lo cual no significa no
sentir. Manipular tu ira es no dejarte alienar por ella, nada más.”
“...Dejarás que cada uno sea como es, sin pretender nadie se acomode a tu
persona; ganarás en paz interior, en armonía, en salud.”
“El desapego se logra cuando puedes verte en una situación de enojo, y mirar a
tu ira pasar de largo sin quedarse...”
“Cuando te indico que no cedas a la ira no te estoy proponiendo que reprimas o
te engañes sobre ti misma. Di lo tuyo, defiende tu lugar, reclama tus derechos, expresa
tus ideas; opina, afirma, disiente. Pero no te enojes... El enojo te llena de enojo, te lo das
a ti tanto como se lo das a los demás”.
“Hablan de que no es bueno reprimir. Por supuesto que no es bueno. No
reprimas. Si adviertes a tiempo que estas por enojarte y cambias la cualidad de tu
emoción, no generas enojo, ya no hay ira allí...nada para reprimir...no te debilites”
“Cuando amas a alguien ese amor te nutre al mismo tiempo que sale de ti y se
proyecta. Cuando amas fabricas amor, te llenas de amor, enriqueces tu espíritu. Por eso
te repito: no te enojes; nada en el mundo justifica que te trates así”.
Texto extraído del libro: Swami, un camino de Amor.
De la autora: Graciela Busto
Editorial: Errepar.
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